Del Odio al Amor- Capítulo 30



Era el 5 de enero de 1885. Los últimos siete días habían sido una sucesión de momentos de gran tensión para todos los ocupantes de la Residencia Choi, pero sobre todo para Donghae. Heejin lo desairaba groseramente siempre que se encontraban y, por su parte, Hyukjae contemplaba el espectáculo con una sonrisa divertida. Pero la cena era el momento más difícil. El pobre Siwon y Heechul ocupaban los dos extremos de la mesa y esperaban nerviosamente la explosión. Donghae y Kibum ocupaban un lado de la mesa y Kibum miraba irritado a Hyukjae. Hyukjae y Heejin ocupaban el lado opuesto, y Heejin demostraba francamente su desprecio por Donghae. Parecía que todos estaban sentados sobre un barril de pólvora.

Hyukjae había cambiado desde la desaparición de Donghae, una semana antes. Ya no disputaba con él y, en cambio, lo trataba con una actitud cortés y fría. Jamás mencionaba el pasado y eso molestaba a Donghae, que esperaba constantemente una observación mordaz que nunca llegaba.

No quería encontrarse a solas con Hyukjae, pero esa situación se repetía siempre en la habitación del niño. Donghae insistía en que Sora le acompañase, pero apenas aparecía Hyukjae, Sora formulaba una excusa y se alejaba de prisa.

Sin embargo, Hyukjae parecía interesado únicamente en su hijo, y se mantenía a cierta distancia de Donghae. Lo veía bañar al pequeño Hyukjae o jugar con él sobre la suave alfombra.

Kibum era el peor de los problemas que Donghae afrontaba. Después de la llegada de Hyukjae había adoptado una actitud muy exigente. Continuamente pedía a Donghae que fijase la fecha del matrimonio, pero hasta ahora se había negado a dar aquel paso.

Sin embargo hoy Donghae había encontrado un motivo de alegría. Heechul entró en el comedor cuando Donghae tomaba un almuerzo tardío.

- Heejin por fin decidió volver a casa. Ahora está en su habitación preparando las maletas - informó.

Donghae nada dijo, aunque sentía deseos de saltar de alegría.

-Pese a que es mi hermano y a que lo quiero mucho -continuó Heechul - no me importa reconocer que me alegro de que se marche. Sin embargo, me gustaría saber por qué adopta esa actitud... y no quiere decirme una palabra. Ayer mismo intenté convencerlo de que se alejase, y rechazó enérgicamente mi propuesta. Esta mañana, fue a cabalgar con Hyukjae y cuando regresó, hace un rato, afirmó enojado que no pensaba permanecer aquí un minuto más. Es mejor así, porque sé que le esperaba una gran decepción, de todos modos, aún no comprendo la verdadera situación.

Tampoco Donghae sabía a qué atenerse. Pero poco importaba por qué Heejin se iba... si realmente lo hacía. Donghae no tendría que sufrir la presencia de otro hombre que se asiera a Hyukjae. Aunque ahora que Heejin se iba, quizá Hyukjae también se marchase. De pronto Donghae no se sintió tan feliz como antes.



Hyukjae estaba recostado en la gran cama de bronce con las manos unidas en la nuca, escuchando atentamente los sonidos que venían de la habitación contigua. Volvió los ojos hacia el antiguo reloj de la repisa de la chimenea. Las diez menos cinco... no necesitará esperar mucho tiempo más.

Hyukjae esbozó una mueca cuando recordó lo que había ocurrido aquella mañana. Se había cansado del juego de Donghae y Heejin, y había tratado de pensar en algún modo de terminarlo. La audacia de Heejin había aportado la solución al problema.

Después del desayuno Heejin lo había arrinconado y le había pedido que lo llevase a cabalgar. Hyukjae no vio motivos para negarse. Donghae estaba en el primer piso con el pequeño Hyukjae. Pero después de alejarse un poco de la casa, Heejin había desmontado a la sombra de un gran roble. Se había sentado bajo el árbol, se quitó el sombrero de montar y con un gesto seductor invitó a acercarse a Hyukjae.

- Heejin monta tu caballo. No tengo tiempo para juegos -había dicho Hyukjae con voz dura.

-¡Juegos! -había exclamado Heejin. Se puso bruscamente de pie y se enfrentó con él, con los brazos en jarras-. ¿Piensas casarte conmigo o no?

Hyukjae se sorprendió, pero de pronto vio la solución de su problema. Podía terminar de una vez con el juego mediante una respuesta negativa.

- Heejin no tengo la más mínima intención de casarme contigo y lo lamento si te induje a creer lo contrario.

-¡Pero dijiste que me deseabas! -replicó con voz colérica.

-Tuve una razón egoísta para decirlo. Además, era lo que tú querías oír. Un solo hombre en el mundo me inspira deseos y sólo con él quiero casarme.

-Y está comprometido con otro -rió amargamente Heejin.

Un momento después, el joven montaba en su caballo y galopaba de regreso a la Residencia Choi.

Esa noche durante la cena, Hyukjae comprobó que Kim Kibum estaba muy nervioso. El joven sabía que, cuando Heejin se hubiese marchado, Hyukjae dispondría de más tiempo que consagrar a Donghae. Hyukjae se preguntaba cómo hubiera reaccionado él si la situación hubiera sido a la inversa... Si el ex amante de su prometido hubiera vivido en la misma casa que él habitaba, y él no pudiese evitarlo.

Bien, no compadecía a Kim. Más aún, odiaba al joven. No podía soportar la idea de que ese Kim muy pronto sería el esposo de Donghae. Tendría el derecho de imponerse y hacerle el amor. Hyukjae trató de alejar esos pensamientos. ¡Ciertamente, no permitiría que las cosas llegaran a ese punto! ¡Y si Kim Kibum ya se había acostado con Donghae lo mataría!

Saber que Donghae dormía en el cuarto contiguo y que los separaba sólo un delgado tabique, era algo que ponía a dura prueba su voluntad. Oír sus movimientos en el cuarto, escuchar su voz vibrante... no podría soportarlo mucho más. Debía recuperarlo antes del día de la boda, o volver a secuestrarlo. Prefería soportar su odio antes que vivir sin él.

Finalmente, Hyukjae oyó los movimientos de la criada que salía del cuarto de Donghae. Abrió la puerta de su propia habitación y vio que el corredor mal iluminado estaba vacío. El dormitorio de Siwon y Heechul estaba en el extremo contrario de la casa y Hyukjae confiaba en que ellos ya estarían durmiendo.

Salvó los pocos metros que lo separaban de la puerta de Donghae y la abrió sin hacer ruido. El joven estaba bañándose frente al fuego vivo del hogar, no advirtió la presencia de Hyukjae. Éste permaneció largo rato mirándolo mientras Donghae alzaba una esponja y dejaba correr el agua a lo largo del brazo. Estaba de espaldas a Hyukjae, y lo único que él podía ver era el suave perfil de los hombros sobre el borde de la ancha bañera.

La toalla y la bata de Donghae estaban sobre el taburete, cerca de la bañera. Hyukjae se acercó a ellas y las tomó. Donghae contuvo una exclamación.

-¿Qué haces aquí? -exclamó Donghae, y se sumergió aún más en el agua. Advirtió enojado la expresión divertida de Hyukjae, y después vio que sostenía en la mano la bata y la toalla- Deja eso Hyukjae. ¡Ahora! ¡Y sal de aquí!

-¿Hablas de estas cosas? -preguntó él burlonamente, y llamas se reflejaban móviles en sus ojos - Lo que usted diga, señor -Arrojó las prendas a la cama, lejos del alcance de Donghae.

Hyukjae rodeó la bañera y se acercó a la silla que estaba en un rincón del cuarto. Donghae miró estúpidamente la bata y la toalla depositadas sobre la cama. Luego volvió bruscamente la cabeza y miró hostil al hombre. Él había ocupado la silla y miraba a Donghae, tenía las piernas abiertas y las manos entrelazadas, los antebrazos apoyados en los muslos.

-¿Qué demonios estás haciendo Hyukjae? ¡Maldito seas! ¿Quieres que te expulsen de esta casa? ¿Necesitas una excusa para irte, ahora que Heejin se ha marchado? ¿Se trata de eso?

Hyukjae sonrió, sin apartar los ojos del rostro irritado de Donghae.

- Donghae no deseo salir de aquí, y si lo quisiera no necesitaría una excusa. Si tienes la bondad de bajar la voz, nadie se enterará de mi presencia y no me descubrirán.

La confusión dominó a Donghae. Hyukjae estaba oculto parcialmente por las sombras. Pero Donghae aún podía ver su expresión ardiente en los ojos. Lo deseaba, de eso Donghae estaba seguro, y un peculiar cosquilleo comenzó a recorrerle el cuerpo. Lo deseaba con todo su corazón, pero sabía que ese amor duraría a lo sumo una noche. Al día siguiente Hyukjae se mostraría tan frío e indiferente como antes y él no podría soportarlo.

-Hyukjae fuera de mi cuarto. No tienes derecho a estar aquí.

-Hae, esta noche estás muy bello -murmuró Hyukjae - Podrías tentar a un hombre a hacer lo que quisiera... excepto abandonarte.

Rió de buena gana.

Donghae se movió en la bañera. No podía soportar la imagen de ese hombre, con sus cabellos muy negros, la camisa blanca y tersa abierta hasta la cintura, de modo que mostraba el pecho bronceado. ¡Era la tentación! Donghae tuvo que apelar a toda su voluntad para resistir, porque hubiera deseado abrazarlo así como estaba, empapado de la cabeza a los pies, ¡ansiaba hacer el amor! Era lo que Donghae deseaba, y lo que él deseaba, pero Donghae no podía. No podía soportar la idea de amarlo y después afrontar de nuevo su odio por la mañana. Pasaron veinte minutos. Hyukjae nada dijo, y Donghae tampoco habló. Estaba de espaldas a Hyukjae, pero sabía que él continuaba mirándolo.

- Hyukjae por favor... el agua se enfría -rogó.

- Propongo que salgas de ahí -replicó él en voz baja.

-¡Vete, así podré salir! -exclamó Donghae.

-Hae me sorprendes. Te he visto en el baño cien veces... y siempre salías desnudo del agua. Entonces no eras tímido, así que, ¿por qué finges serio ahora? Una vez incluso hicimos el amor acostados sobre la tierra dura, detrás del estanque. Ese día te acercaste y...

-¡Basta! -exclamó él descargando un puñetazo en el agua- Hyukjae, no tiene sentido hablar del pasado. Es asunto concluido. Vamos, sal de aquí antes de que me enfríe.

-¿El embarazo y el parto perjudicaron tu cuerpo? -preguntó Hyukjae - ¿Por eso rehúsas mostrarlo?

-¡Claro que no! Mi figura recuperó su forma anterior.

-Entonces Hae, incorpórate y demuéstralo -murmuró él con voz ronca.

Donghae casi cayó en la trampa, y en efecto, comenzó a incorporarse. Pero después se hundió en el agua aún más que antes, y por lo bajo maldijo a Hyukjae. Las burbujas de jabón se habían disuelto y su cuerpo ahora era bastante visible. La única esperanza de Donghae era que él no se acercara. ¡Tenía que marcharse! Si se atrevía a tocarlo, bien sabía que estaba dispuesto a ceder.

En ese momento se oyeron pasos en el corredor y Donghae se inmovilizó cuando oyó golpes suaves en la puerta.

-Donghae tengo que hablarte. Donghae ¿estás despierto?

Donghae volvió la cabeza para mirar a Hyukjae, pero él continuaba tranquilamente sentado en su silla, y era evidente que le divertía el aprieto en que él estaba.

- Kibum por Dios, ¡vuelve a tu casa! Estoy bañándome... te llamaré por la mañana -dijo Donghae en voz alta.

-Esperaré a que hayas terminado -gritó Kibum.

-¡No Kibum, no esperarás! -Estaba más temeroso que enojado- Es muy tarde. Te veré por la mañana... ¡ahora no!

-Donghae maldita sea, ¡esto no puede esperar! No soportaré que ese hombre continúe viviendo en esta casa. ¡Tiene que irse!

La risa profunda de Hyukjae resonó en la habitación. La puerta se abrió bruscamente, golpeando contra la pared y Kibum entró en el cuarto. Hyukjae continuaba refugiado en las sombras, y Kibum tuvo que mirar alrededor dos veces antes de verlo.

Indignado, Kibum apretó los puños junto a su cuerpo y miró a Donghae, después a Hyukjae y luego otra vez a Donghae. Antes de que Donghae pudiese decir nada, Kibum dejó escapar un grito y comenzó a acercarse a Hyukjae.

Donghae se puso de pie, salpicando agua sobre la espesa alfombra azul.

-¡Basta Kibum -gritó.

Kibum se detuvo. Abrió la boca al verlo, olvidando que Hyukjae estaba en la habitación. Pero Hyukjae que medio se había incorporado para afrontar el ataque, miró sombrío a Donghae.

-Siéntate Donghae -gruñó irritado Hyukjae.

El obedeció inmediatamente, desbordando agua por los costados de la bañera y un intenso sonrojo le cubrió el rostro.

-¿Qué demonios hace aquí Lee? -preguntó Kibum.

-Kibum no tienes por qué enojarte -trató de tranquilizarlo Donghae – Hyukjae vino aquí poco antes que tú... a hablarme de su hijo. Cuando entró ignoraba que yo estaba bañándome.

-Entonces, ¿por qué está sentado ahí, mirándote mientras te bañas? Donghae, ¿cómo le permites entrar aquí? ¿O esto es una vieja costumbre?

-No seas absurdo. Te digo que fue perfectamente inocente. ¡Dios mío! Este hombre me ha visto en el baño cien veces. Como recordarás, Hyukjae vino aquí por su hijo... no por mí. Y ocupó esa silla sólo el tiempo indispensable para formularme unas pocas preguntas... eso es todo. Kibum no salí ni un segundo de la bañera. Me vio únicamente cuanto tu absurda actitud me indujo a hacer un movimiento.

-¡Maldito sea, de todos modos no tiene derecho a estar aquí!

-Baja la voz Kibum no sea que despiertes a Siwon! -exclamó Donghae.

-Despertar a Siwon... es exactamente lo que me propongo hacer. Lee no continuará aquí mucho tiempo.

Kibum rió amargamente y salió con paso rápido del cuarto.

-¡Mira lo que has hecho! -exclamó Donghae - ¿Por qué no me dejas en paz? Ahora Siwon se verá obligado a pedirte que salgas de la casa. Lo has hecho a propósito, ¿no es así?

-Donghae mi intención no era ser descubierto -replicó serenamente Hyukjae - Es tu casa tanto como la de Siwon. No tendré que salir si tú no lo deseas. Si quieres que nuestro hijo crezca sin conocer a su verdadero padre, tuya es la decisión.

Era la primera vez que Hyukjae hablaba de «nuestro hijo» y Donghae se sintió sorprendido y al mismo tiempo complacido de oírlo hablar así.

-De prisa... ¡entrégame la bata antes de que llegue Siwon! -dijo Donghae con voz apremiante- ¡Bien, vuélvete, maldita sea!

-¡Oh, por Dios Donghae!

Pero Hyukjae se volvió y se acercó a la ventana.
Donghae abandonó la bañera y consiguió ponerse la bata sobre el cuerpo húmedo y ajustarla a la cintura, todo antes de que Siwon entrase en la habitación, seguido a poca distancia por Kibum.

-Donghae ¿qué demonios ocurre? -preguntó.

Hyukjae se volvió, y Kibum lo miró con fiera expresión.

-Te dije que era verdad. Siwon es un insulto y exijo que Lee salga inmediatamente de esta casa! —explotó Kibum.

-Basta Kibum. Te pido que vuelvas a tu casa. Yo atenderé este asunto -replicó Siwon.

-¡No me iré!

-¡Kibum... vamos! Deseo hablar a solas con Donghae. Haré todo lo que sea necesario.

Kibum se volvió y salió de la habitación.

-También yo me iré si usted desea hablar a solas -dijo Hyukjae.

-Sí-replicó secamente Siwon- Por la mañana le informaré de mi decisión.

-Muy bien, por la mañana. Buenas noches Hae.

Hyukjae cerró la puerta tras de sí.
Donghae comprendió que él le pedía que lo defendiese para poder continuar con su hijo. Aflojó un poco los músculos y se sentó al borde de la cama.

-Dong ¿cómo es posible que hayas permitido a Hyukjae venir a tu habitación a esta hora de la noche? ¿Acaso tú y Hyukjae resolvieron finalmente sus diferencias? ¿Se trata de eso?

- Siwon no sé de qué estás hablando. Nada hay que resolver entre nosotros. Lo que hubo terminó... y no se repetirá. Y no invité a Hyukjae a venir a mi habitación. Sencillamente, entró y no quiso irse.

-¿Quizás él ... ?

Donghae sonrió levemente.

-Hyukjae se sentó en ese rincón mientras estuvo aquí, pero yo sabía que él me deseaba. Y sé que no puedo impresionarte más de lo que ya hice hasta ahora si te digo que también yo lo deseaba... lo deseaba más que a nada en el mundo -murmuró temeroso de que Hyukjae lo oyese desde su cuarto- Pero me he resistido, porque sabía que me querría sólo esta noche. Mañana me habría odiado de nuevo.

-Pero Dong, Hyukjae jamás dejó de desearte.

-¡A veces sí lo ha hecho! -replicó con voz airada.

No tenía objeto discutir con Donghae cuando se mostraba obstinado. Siwon meneó la cabeza.

-Bien Dong, le pediré que se marche. Si no hubiera sido Hyukjae, a estas horas estaría muerto.

-Siwon no quiero que se vaya.

-¡Seguramente no hablas en serio! Acabas de decirme que no podrás resistirlo si él... Dong, esto volverá a ocurrir si él se queda aquí.

-Siwon esta situación no se repetirá. Lo sé muy bien. Y además, en adelante cerraré con llave la puerta. Quiero que Hyukjae se quede aquí hasta que esté preparado para irse. No le negaré el derecho de conocer a su hijo.

-¿Y qué me dices de Kibum? No comprenderá por qué Hyukjae se queda en la casa. –Siwon hizo una pausa y meneó la cabeza- Dong, la culpa es mía. Nunca debí insistir en que te casaras con Kibum.

-Ahora eso no importa. Por la mañana conversaré con Kibum. Conseguiré que comprenda que fue un encuentro inocente.

-Dudo que lo crea. ¿Qué piensas hacer cuando te cases con Kibum? jamás permitirá que
Hyukjae ponga los pies en su casa.

-No lo sé. Resolveré ese problema cuando llegue el momento. Y cuando hables con él dile que conversamos acerca de Hyukjae junior. Y que sí bien es una actitud un tanto impropia, tú olvidarás todo el asunto si no vuelve a repetirse.

-¿Es lo que le has dicho esta noche a Kibum? No me extraña que se haya enojado tanto. ¿Crees que es tan ingenuo que puede aceptar eso? No es tonto.

-Bien, tendré que insistir en que es verdad. No quiero más choques entre Hyukjae y Kibum.

-Trata de hablar con Kibum antes de que se cruce conmigo. Por mi parte, yo no sabría cómo explicar la prolongación de la presencia de Hyukjae en esta casa. Yo mismo no sé muy bien a qué atenerme. Imagino que Kibum volverá temprano, de modo que es mejor que descanses un poco. Buenas noches hermanito. Ojalá sepas lo que haces.

Donghae sonrió levemente, pero no contestó a su hermano. Cuando Siwon se marchó, paseó la vista por la habitación vacía y experimentó un sentimiento de pesar. Se preguntó qué habría ocurrido si Kibum no hubiese entrado repentinamente. Se acostó y un deseo ardiente lo dominó... el mismo deseo que había experimentado tantas noches. Deseaba a Hyukjae... las manos del hombre amado acariciando su cuerpo, sus labios transportándolo, la sensación de sus músculos tensos en la espalda cuando Donghae lo acariciaba. Con el rostro hundido en la almohada, lloró en silencio por lo que nunca podría ser.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...