Entre el Miedo y el Amor- Capítulo 17



–Dios mío –dijo Sungmin sin aliento–, me secuestraste para que Kyuhyun llegara hasta ti, ¿ver¬dad?

–Tú no, tesoro –le aseguró Hyukjae– Esos idiotas creyeron que eras es esposo de Cho.

Sungmin se acerco a Junsu, aspiró profundamente y luego dijo, vacilante:

–Tío Hyukjae, tus hombres no cometieron ningún error.

–Ellos...

–... no se equivocaron –terminó –. Soy el esposo de Kyuhyun.


El tenso silencio que siguió crispó los nervios de los tres. Hyukjae se puso rígido. Junsu pasó un brazo protector sobre los hombros de Sungmin y juntos esperaron la explosión. Antes que se produjera se abrió la puerta y entró el joven.

–Seungin me ha dicho que él es mi primo. ¿Es verdad?- Hyukjae se enfureció.

–¡Ahora no, Minho! –el muchacho retrocedió.

–No, no te vayas, Minho - dijo Sungmin tomando al muchacho de la mano y metiéndole en el cuarto–. El tío Hyukjae está enojado conmigo, no contigo.

–No estoy enojado contigo, Minnie. –Hizo un esfuerzo para controlar la voz.

–Estabas a punto de gritarme.

–No iba a gritarte- estalló.

–Bueno, es un alivio –dijo Sungmin.

Hyukjae abrió la boca, luego la cerró y suspiró exasperado. Sus ojos se encontraron con los de Junsu y el mensaje fue claro:«Ocúpate. Yo abandono».

Junsu hizo las presentaciones.

– Kim Minho, lord Sungm… Cho Sungmin, joven conde de Guixian.

–Campanas del infierno –dijo Minho riendo–. ¡Por eso él estaba enfadado!

–Sí, no creo que le guste... bueno, no importa. –Sungmin sonrió al hermoso joven.– No pude verte bien antes. Cielos, eres igual a tu tío Siwon cuando era más joven... –Se volvió hacia Hyukjae - ¿Iba a guardarlo siempre en secreto, tío?

–No hay tal secreto –dijo Hyukjae de mala gana.

–La familia no está enterada.

–Oh, yo lo supe sólo hace cinco años. Y no puede decirse que haya estado en buenas relaciones con mis hermanos desde entonces.

–Podías habérmelo dicho a mí cuando te vi la última vez.

–No tuve tiempo para entrar en explicaciones, Minnie. No podía decirte, «¿Sabes? Tengo un hijo». Me hubieras acosado con preguntas interminables, y Shindong hubiera mandado a los criados tras de mí y al fin me hubieran encontrado.

–Lo creo. Pero, ¿cómo diste con él? ¡Dijiste que fue hace cinco años!

–Un poco menos, en verdad –replicó él–. Y simplemente tropezamos el uno con el otro en una taberna donde él estaba trabajando.

–Debías haber visto la cara de tu tío, Minnie, cuando vio al muchacho –dijo Junsu sonriendo al recordar aquello–. El se dio cuenta de que el muchacho tenía un aire familiar, pero no sabía por qué. Y Minho tampoco le quitaba los ojos de encima.

–Le reconocí, ¿sabes? –Interrumpió Minho - Nunca lo había visto antes, pero mi appa me lo describía con tanta frecuencia, que lo hubiera reconocido en cualquier parte. Finalmente me armé de coraje y le pregunté si era Kim Hyukjae.

–Puedes imaginar la reacción –dijo Junsu ale¬gremente–. Todo el mundo en los muelles le conocía solo como el capitán Kry, y aquí estaba este muchachito llamándole por su verdadero nombre. ¡Y, para colmo, le dijo que era su hijo! Pero Hyuk no se rió entonces. Observó al muchacho, le hizo algunas preguntas y se sintió de pronto como un orgulloso padre.

–De manera que tengo un nuevo primo que ya es casi un hombre –dijo Sungmin sonriendo–. ¡Oh, esto es espléndido! Bienvenido a la familia, Minho.

El muchacho era casi tan alto como su padre, lo que significa que era más alto que Sungmin. El se puso de puntillas para besarle en la mejilla y quedó sorprendido por el apretado abrazo que lo dejó sin aliento. El muchacho no lo soltaba.

–¡Basta ya, Minho, Minho!- El muchacho retrocedió.

–¿Es posible el matrimonio entre primos? –preguntó.

Junsu resopló. Hyukjae frunció el ceño. Sungmin se ruborizó. Ahora entendía el motivo que se ocultaba detrás de aquel abrazo.

–¿Otro calavera en la familia tío Hyukjae ? –preguntó Sungmin picante.

–Eso parece - dijo Hyukjae suspirando–. Y está aprendiendo muy pronto todas las tretas.

–No hace más que seguir tu ejemplo- intervino con suavidad Junsu.

–Bueno, pero ya es hora de que se vaya a la cama.

–Campanas del infierno –protestó Minho.

–Hazlo –ordenó Hyukjae con severidad–. Podrás ver otra vez a tu primo por la mañana, si tienes mejores maneras y recuerdas que es tu primo, no el doncel de una taberna.

Tras esto hubiera sido de esperar que el muchacho se fuera avergonzado. Pero no fue el caso de Minho. Sonrió con picardía a Sungmin y parpadeó.

–Soñaré contigo, dulce Minnie, esta noche y todas las noches a partir de ahora.

Sungmin casi soltó la carcajada. ¡Vaya audacia! le lanzó una mirada aguda y dijo:

–No seas fastidioso, primo. Me has abrazado lo bastante como para darte cuenta de que soy un joven casado y bien casado.

Sungmin gimió, maldiciendo su arrebatada lengua. Minho lanzó una mirada a su padre y corrió hacia la puerta. Sungmin se puso rígido, pensando que Hyukjae había entendido claramente el sentido de sus palabras.

–¿Es verdad eso?

–Sí.

–¡Qué Dios lo maldiga! ¿Cómo ha sucedido esto, Minnie? ¿Cómo diablos has podido casarte con ese... ?

–Estás hablando como Siwon –interrumpió –. Cada uno de vosotros quiere un trozo de Kyuhyun. ¡Encontradle, divididle entre vosotros, hacedle pedazos, pegadle tiros, matadle! ¿Qué me importa a mí? ¡No es más que mi marido y el padre de mi hijo!

–Tranquilo, Minnie –dijo Junsu con dulzura–. Tu tío ha abandonado sus planes con respecto a ese hombre a partir del momento en que supo que estaba casado contigo.

–¿Qué planes? –preguntó –. ¿Qué significa todo esto, tío Hyukjae?

–Es una historia larga, tesoro, y...

–Por favor, no sigas tratándome como a una criatura, tío.

–Bien –dijo él–. La verdad es que le di una buena paliza porque me había insultado. Y, como resultado de esto, terminé en la cárcel.

–Y casi te ahorcaron –añadió Junsu.

–No –dijo Sungmin conteniendo la respiración–. No puedo creer que Kyuhyun...

–Él dio el nombre de Kry a las autoridades, Minnie. Es posible que el Opera ya no siga navegando, pero Inglaterra nunca olvida. Hyuk fue juzgado por piratería. Pero logró escapar, y no gracias a Guixian.

–Comprenderás ahora por qué los muchachos se cuidaron mucho de mencionar mi nombre delante de ti –dijo Hyukjae –. Tenía que cuidar mi vida; de otro modo hubiera tenido que dejar Inglaterra inmediatamente. Lo siento, Minnie –añadió con dulzura–. Hubiera pretendo que ignoraras el tipo de enredos en que anda metido tu marido.

–No te disculpes tío –dijo Sungmin muy tenso–. Esto sólo me demuestra hasta qué punto he estado equivocado con él. Simplemente no puedo creer que he sido tan tonto como para creer que estaba enamorado de él.

–¿Y no lo estás?

–No. Y no me mires así. De verdad no le amo.

–¿No te parece que lo está afirmando demasiado, Hyuk? –preguntó Junsu, sonriendo.

–Oh, ¿crees eso? –dijo Sungmin con calor–. Bueno, ¿podrías tú acaso amar a un esposo que te abandonara el mismo día de la boda? No le perdonaré nunca, nunca. Aunque no haya querido casarse conmigo, aunque se haya justificado al dejarme, es detestable porque... bueno, simplemente es detestable.

Los dos hombres cambiaron una mirada.

–¿Dónde está él ahora? –preguntó el tío.

–Ha salido de Inglaterra. Ni siquiera soportaba estar en el mismo país que yo.

–¿Tienes propiedades en otra parte?- Sungmin se encogió de hombros, otra vez sumergido en su desdicha.

–Una vez mencionó unas propiedades en las Indias Occidentales, pero ignoro si se fue allí. ¿Y que importa? No piensa volver. Lo hizo notar claramente...

Se interrumpió, porque abajo se había producido un alboroto. Hyukjae hizo una seña a Junsu para que averiguara de qué se trataba. En el momento en que Junsu abrió la puerta fue evidente que la disputa ya estaba cerca, no en el piso de abajo, Hyukjae siguió a Junsu, y Sungmin salió tras de los hombres.

Había una lucha en las escaleras, entre Seungin y... ¿acaso Siwon ¡Dios mío, era Siwon ! Sukin ya estaba tendido al pie de la escalera. Y Seungin estaba a punto de seguirlo. Sungmin se abrió paso entre Hyukjae y Junsu.

–¡Basta, Siwon!

Siwon lo vio y soltó a Seungin, que se dejó caer como un peso muerto sobre los peldaños.

–¡De manera que no estaba equivocado! –exclamó Siwon, mirando furioso a su hermano–. No aprendiste la lección la última vez que te escapaste con él, ¿verdad, Hyukjae?

–¿Puedo preguntarte cómo averiguaste dónde estábamos? –preguntó Hyukjae sin perder en absoluto su calma.

–¡No debes preguntar nada! –replicó Siwon.

–Siwon, no entiendes... –empezó Sungmin.

–¡Min!

Sungmin rechinó los dientes. ¡Siwon era tan testarudo! Esta era una oportunidad que no podía dejar pasar. Los hermanos estaban juntos y era el momento de intentar reconciliarlos. Pero si Siwon sólo quería sacarlo de allí a la fuerza, ¿cómo podía lograr que se calmara y hablar con Hyukjae?

–Oooh. – Sungmin aferró el brazo de Hyukjae con una mano y se llevó la otra al vientre, doblándose, como bajo un dolor intenso.– Siento que... ¡oooh! ¡Ha sido... demasiado excitante! Una cama, tío, llévame a la cama!

Hyukjae lo levantó suavemente entre sus brazos. No habló, pero su mirada era desconfiada cuando la miró a los ojos. Sungmin decidió ignorarlo y gimió de nuevo, bastante convincentemente.

Minho llegó corriendo por el salón hacia ellos, metiéndose la camisa abierta bajo los pantalones, todo muy deprisa.

–¿Qué pasa? ¿Qué le sucede a Minnie ? –Nadie le contestó, y Hyukjae y Junsu corrieron al dormitorio con Sungmin.

- ¿Quién sois? –pregunto Minho, cuando Siwon hizo a un lado a los otros para pasar.

Siwon se detuvo de golpe. Había lanzado sólo una mirada al muchacho, pero bastaba. Era como mirar un espejo del pasado.

–¿Y quién diablos eres tu?- Junsu rió y salió del dormitorio.

–No es vuestro, si es eso lo que estáis pensando, lord Siwon. Pero es de la familia: el hijo de Hyukjae.

Minho tapó el ahogado grito de sorpresa de Siwon con su propio grito.

–¡Tío Siwon ! ¡Campanas del infierno! Creí que nunca iba a conocer a nadie de la familia de mi padre, ¡pero ahí está Minnie, y ahora usted, y todo en una sola noche! –Estrechó a
Siwon en un abrazo de oso que casi le cortó el aliento. Siwon rodeó entonces los hombros del muchacho y devolvió el abrazo, sorprendiendo a Junsu.

–No te vayas, gallito –gruñó, antes de entrar al cuarto.

Al ver a Sungmin tendido en la cama y a Hyukjae al lado, el furor de Siwon volvió.

–¡Que Dios te confunda, Hyukjae! ¿Es que no tienes cabeza para haberlo secuestrado estando enmbarazado?

–El no me secuestro –protestó Sungmin.

–No mientas en mi nombre, querido –le reprendió Hyukjae dulcemente. Se levantó y se enfrentó a su hermano menor–. Tienes razón. Siwon. Si yo tuviera sentido común habría averiguado quién era el esposo de Guixian, antes de secuestrarlo para atraerlo a él aquí.

Siwon pareció sorprendido, luego exasperado.

–¿Cometiste un error?

–Un error colosal.

–Todavía no es excusa – gruñó Siwon.

–De acuerdo.

–¡Te ruego que no sigas poniéndote de acuerdo conmigo! – Hyukjae rió.

–No necesitas excusas para atacarme, si es eso lo que te molesta, hermano.

–No lo hagáis, tío Siwon –dijo Minho, entrando al cuarto.– Detestaría tener que pelear con usted cuando acabo apenas de conoceros.

–Siempre defiende a su padre –intervino Junsu –. Cree que su padre no sabe defenderse solo después del vigoroso ejercicio que le hizo hacer Guixian.

–Te he mandado a acostar, Minho –dijo Hyukjae, pero su mueca de enojo se dirigía a su primer piloto.

–Creí que eras tú quien había dado una paliza a Kyuhyun, tío Hyukjae –dijo Sungmin.

–Oh, se la dio, Minnie –dijo Junsu sonriendo–. Salió caminando del encuentro... es verdad que apenas se mantenía en pie... mientras que tu marido no podía hacerlo, no cabe duda.

–¿No cabe duda? –repitió Sungmin como un eco.

–Nos fuimos cuando aún no había recobrado el sentido.

–Queréis decir –estalló Sungmin furioso– ¿que lo abandonasteis cuando estaba herido?

Junsu y Hyukjae se estremecieron.

–Recibió ayuda muy pronto, Minnie, lo bastante como para hacerme meter en la cárcel una hora después.

–¿Qué significa todo esto? –exclamó Siwon.

–Oh, la historia te va a deleitar. Siwon –dijo Sungmin enojado –. Parece que no eres el único que quiere derramar la sangre de mi marido.

Siwon frunció el ceño.

–¡Creí que ya no ibas a defender a ese canalla!

–Es verdad –replicó Sungmin con dureza–, pero ese es un asunto mío, no tuyo. No quiero que mis tíos intervengan cuando soy perfectamente capaz de hacer que Cho Kyuhyun lamente haber regresado a Inglaterra... si es que regresa alguna vez.

–Eso suena bastante ominoso –concedió Siwon.

–¿Verdad que sí? –sonrió Hyukjae –. Casi deseo que el regrese.

–Espléndido –exclamó Sungmin –. ¡Me alegro de que los dos tengáis otra vez algo en común!

–No te entregues a la esperanza, conejo –le previno Siwon –. No me gusta asociarme con piratas que se llevan niños.

–Oh, vamos, Siwon –dijo Sungmin irritado –. Eso sucedió hace años. Olvídalo ya.

–¿A quién llamáis pirata? –preguntó Minho con tono agresivo.

–Tu padre es un pirata –dijo Siwon, tranquilamente.

–No lo es. ¡Ya no lo es!

Siwon miró a Hyukjae buscando una aclaración. Pero este tercamente se negaba a explicarse. Fue Junsu quien dijo:

–El Opera se retiró poco después de que Minho se unió a la tripulación. No podíamos educar al muchacho a bordo de un barco. Los únicos viajes que ese barco hace ahora, excepto los escasos de regreso a la patria, son para llevar las cosechas al mercado. Nos hemos convertido en plantadores de las islas.

–¿Es eso verdad, Hyukjae? –preguntó una voz tranquila desde la puerta.

–¡Tío Shindong! –exclamó Sungmin, al ver al mayor de sus tíos. Shindong parecía verdaderamente amenazador.

–Ah, perdón Hyukjae –dijo Siwon –. Olvidé decir que los mayores me seguían.

–No lo bastante cerca –resopló Zhoumi, al aparecer en la puerta junto a Shindong – Y no tenías que precipitarte para llegar antes que nosotros, Siwon. Has encontrado aquí un buen alojamiento, Hyukjae. ¿Cuánto te cuesta?

–Hombre de negocios hasta el final, ¿eh, Zhoumi? –dijo Hyukjae sonriendo. Luego añadió–: ¿Tendríais inconveniente en informarme cómo diablos habéis dado conmigo? ¿y como supisteis que estaba en Inglaterra?

–Es obra de Siwon –replicó Zhoumi –. Vio un dibujo hecho por Sungmin. Se detuvo esta mañana al regresar a Londres para hacerme saber cómo estaba él, y entonces se le ocurrió que conocía a uno de los individuos del dibujo. Recordó que era un hombre de tu tripulación cuando compraste el Opera. Shindong acababa de regresar de SM, e imaginó el resto.

–Pero, ¿cómo se os ocurrió venir aquí?

–Fue fácil –contestó Zhoumi –. Este es el puerto más cercano. Pensé que eras lo bastante audaz como para traer aquí tu barco.

–No tan audaz –replicó Hyukjae, molesto–. El barco espera lejos de la costa.

–Entonces, por eso no dimos con él. Naturalmente, Siwon no es persona que ceda fácilmente. Pasamos la tarde haciendo averiguaciones de un extremo a otro de la ciudad. Finalmente tropezamos con un agente que te había visto entrar y salir de esta casa.

–¿Y ahora qué? – mirando directamente a Shindong –. ¿Tendré que recibir otra vez una reprimenda de cada uno de vosotros?

–Claro que no, tío –contestó rápidamente Sungmin –. No dudo que ellos están dispuestos a olvidar el pasado si tú quieres olvidarlo. Después de todo, has abandonado la piratería. Te has establecido y tienes un hermoso hijo. No dudo que mis tíos estarán encantados de darte la bienvenida en nuestra familia.

–¡Un hijo!

–Yo –dijo Minho con orgullo, mirando a Shindong y Zhoumi desde el otro lado de la habitación.

Sungmin prosiguió, antes que los tíos mayores pudieran recobrarse.

–En verdad creo que por hoy ya no puedo resistir más excitación. Vamos, podría fácilmente perder a mi hijo si...

–¡Tu hijo!

–¿Acaso Siwon no os lo ha comunicado? –preguntó Sungmin con aire inocente.

–Muy bien dicho, conejo –dijo Siwon sonriéndole–. Y veo que te has recobrado de tu malestar.

–Me hacía falta descansar unos momentos.

Siwon movió la cabeza.

–Bueno, ahora puedes quedarte tranquilo y dejar que nos abracemos y nos reconciliemos. Vete a tomar una taza de té o algo por el estilo. Y lleva contigo a mi nuevo sobrino.

–Tío Shindong... –no necesitó especificar. Él asintió. Tenía ahora su mueca inofensiva, de manera que las cosas andaban bien.

Sungmin sonrió triunfante y abrazó a Hyukjae.

–Bienvenido de vuelta a la familia, tío Hyukjae.

–Minnie, tesoro, no cambies nunca.

–Como si vosotros cuatro pudierais dejarme cambiar sin vuestra aprobación. –Enganchó su brazo en el de Minho – Ven, primo. Tu padre me contará todo acerca de ti, y tú también podrás contarme tus cosas.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...