Atrévete a Amar- Capítulo 16



-hay otra condición poco ortodoxa. Tu amante, o amantes...

Siwon lo interrumpió tomándole el mentón y obligándolo a mirarlo.

-Esto no es necesario -dijo suavemente-. Un caballero siempre renuncia a sus amantes cuando se casa.

-No siempre.

-Puede ser, pero en mi caso...

-Debiste permitirme concluir, Siwon -Su voz era nuevamente dura. Inclinando tozudamente el mentón, dijo: -No te pido que renuncies a nada. Por el contrario, insisto en que continúes frecuentando a tus amantes.


Siwon se apoyó contra el respaldo del sofá y meneó la cabeza.

-He sabido que hay esposos complacientes, pero ¿no crees que exageras un poco?

-Hablo en serio.

-Lo sé. -Frunció el ceño, furioso; no sólo porque Heechul parecía hablar realmente en serio, sino por la sugerencia en sí misma. -Si crees que accederé a un matrimonio puramente nominal...

-No, no; me interpretas mal. –Heechul estaba sorprendido ante esa explosión de ira. Había pensado que él estaría fascinado con su sugerencia. -¿Cómo podría tener un hijo si nuestro matrimonio fuera puramente nominal?

-Exacto -dijo él, cortante.

- Siwon – Heechul suspiró, comprendiendo que había herido su orgullo. Era obvio que él esperaba tener un joven celoso y que él lo decepcionaba.

-Tengo la intención de ser tu esposo en todo sentido. Es lo menos que puedo hacer, después de comprobar que me has salvado. Sólo deseo que me escuches.

-Estoy pasmado.

Heechul volvió a suspirar. ¿Por qué discutía él ese punto? En apariencia, era la solución ideal. Heechul no se casaría con él si no se ponían de acuerdo sobre el tema. Lo volvió a intentar.

-No comprendo por qué te exaltas. No me amas. Lo dijiste. Y tampoco están en juego mis sentimientos; al menos, no todavía. Pero me gustas y nos... por lo menos yo me siento atraído hacia ti.

-Sabes muy bien que la atracción es mutua.

Heechul ignoró la airada interrupción.

-Ese fue uno de mis requisitos previos, que el marido que escogiera fuese físicamente agradable, para que no me importara tanto...

Heechul se interrumpió ante el bufido de él, sabiendo que él estaba pensando en la noche anterior y en cómo él la había disfrutado. No, no era necesario aclarar que con Siwon, ciertas obligaciones maritales le resultarían muy placenteras.

-Eres bien parecido -continuó diciendo Heechul - y encantador. Eso es innegable. Y estoy seguro de que podemos llevarnos bien. Pero como nuestra relación no está basada en el amor, no tienes por qué asumir ese compromiso. Tampoco yo, si bien soy el que necesita desesperadamente un marido. Pero en tu caso, no sería realista de mi parte esperar que fueras fiel a tus promesas. ¿No lo comprendes? De modo que no te pido que lo seas. Nuestro matrimonio será un convenio comercial, un matrimonio por conveniencia. La fidelidad no es indispensable.

Siwon lo miraba como si Heechul hubiera enloquecido. Heechul pensó que quizá estaba exagerando, pero ¿de qué otra manera podía expresar civilizadamente que Heechul no confiaba en él y que probablemente jamás confiaría? Demonio, él admitía ser un libertino. Y un libertino no se reforma a menos que se enamore; eso había dicho su abuelo y Heechul lo creía porque era sensato. Siwon no tenía por qué enfadarse con él. Debía ser él quien se enfadara por verse en la necesidad de formular esa estipulación.

-Quizás deberíamos olvidar todo este asunto -dijo Heechul con sequedad.

-Por fin una buena idea -dijo él lentamente.

Heechul se alegró de que por lo menos coincidieran en eso.

-Yo no deseaba casarme contigo. Te lo dije.

-¿Qué? –Siwon se irguió bruscamente. -Aguarda un momento, Heechul. No quise decir que no casarnos fuese una buena idea. Pensé que tú...

-Pues no -exclamó Heechul, perdiendo la paciencia-. Y si no accedes a mantener a tus amantes, no queda nada por discutir, ¿verdad? No estoy renunciando a lo que corresponde físicamente. Pero sé lo que eres; cuando la novedad se gaste, comenzarás de nuevo a buscar amoríos. No puedes evitarlo. Está en tu naturaleza.

-Mierda.

Heechul prosiguió, como si no hubiese oído su palabrota.

-Soy tan tonto, que estaba dispuesto a compartirte. Hubiéramos tenido hermosos niños. Me habrías salvado de Hyunsang. Era suficiente. No pensaba pedir más.

-Quizás yo esté dispuesto a darte más. ¿O es que jamás pensaste en ello cuando tuviste este gesto tan magnánimo?

El tono despectivo de Siwon lo tornó rígido, pero logró controlar otra vez la situación.

-Todo se reduce a una cosa, Siwon. Jamás podría confiar en ti respecto a otros jovenes. Si llegara a... si llegara a amarte alguna vez tu traición me haría sufrir demasiado. Prefiero saber desde el principio que no me serás fiel. De ese modo nuestra relación no se modificará. Seríamos amigos y...

-¿Amantes?

-Bueno, sí. Pero como no accedes a mi pedido, no hay más que decir, ¿verdad?

-¿Acaso dije que no accedería? -La voz de Siwon había recuperado la serenidad, pero era una serenidad forzada. Su expresión dura, su postura rígida, indicaban que aún estaba furioso. -Veamos si estamos de acuerdo, querido. Deseas tener un hijo conmigo, pero, al mismo tiempo, no deseas que te sea fiel. Tú serás mi esposo en todo sentido, pero yo continuaré con mi vida habitual y frecuentaré a todos los jovenes que desee.

-Con discreción, Siwon.

-Oh, sí, con discreción. Comprendo que no desees que se sepa, sobre todo porque me arrojas de tu lado antes de que transponga el umbral de la puerta. De modo que si no regreso a casa dos o tres noches por semana, tú serás feliz, ¿no es así?

Heechul no se dignó responder a esa pregunta.

-¿Estás de acuerdo?

-Claro que sí. -Sonrió fríamente, pero Heechul no lo notó. -¿Qué hombre podría rehusar semejante propuesta?

A Heechul no le agradó el comentario. Tampoco estaba seguro de que le agradara la aceptación de él, ahora que la había logrado. Siwon no había discutido mucho. Había resistido un poco y luego había aceptado de mal grado. Ah, hombre despreciable. Seguramente estaba encantado con las condiciones que le había impuesto. Ahora, él debería sobrellevarlas.



El coche de los Cho tenía buena suspensión, era cómodo y contaba con almohadones y mantas, copas y champaña. Heechul no necesitó los almohadones, pues el hombro de su marido le resultó muy agradable. También rechazó el champaña, pues ya había bebido varias copas después de la ceremonia.

Lo habían hecho; se habían casado. Una noche hicieron el amor y la noche siguiente se casaron. Era tan increíble que Heechul se preguntó si no lo había deseado desde un comienzo; si no fue para eso que se dirigió a la casa de Siwon la noche anterior, en lugar de marcharse directamente a Foresight, tal como lo había planeado. Pero no sería un matrimonio ideal. Él, con su propia terquedad, había tratado de que no lo fuera y no debía olvidar que era así. Pero lo tenía; eso era indudable. Era su marido, aunque no lo fuera con exclusividad.

Heechul sonrió y se acurrucó junto a él, feliz de estar tan complacido como para actuar naturalmente. Siwon bebía champaña a pequeños sorbos y miraba pensativamente por la ventanilla. El silencio era agradable; el champaña que Heechul había bebido lo adormilaba.

No estaba seguro de por qué no pasarían la noche en Foresight, tal como él lo había supuesto. Siwon había dicho algo acerca de los ruidos y de su propia cama y de su deseo de comenzar bien las cosas. En ese momento le había parecido un tanto ominoso, sobre todo en lo referente a los ruidos, pero ya no recordaba por qué. Probablemente a causa del nerviosismo propio de un recién casado. Después de todo, acababa de renunciar a su independencia y se había entregado a un hombre al que apenas conocía y que estaba lleno de sorpresas, como la de haber decidido casarse con él.

Tenía sobrados motivos para estar nervioso. ¿Acaso no lo había sorprendido Siwon en dos ocasiones ese día, primero al discutir sus condiciones y luego al firmar el contrato matrimonial sin haberlo leído? Kyuhyun, que había oficiado como testigo, protestó. El también lo había hecho. Pero aun después de haber firmado ese maldito papel, Siwon se había negado a leerlo. Y ahora lo llevaba de regreso a Londres, que era lo que Heechul menos esperaba.

En realidad, se hubiera sentido más seguro si pasaba su noche de bodas en la casa de los Cho. Pero ese día ya había planteado demasiadas exigencias y no protestó cuando Siwon decidió marcharse después de la breve celebración. Habían cenado temprano y la ceremonia matrimonial había sido muy breve. No era tan tarde, pero probablemente sería medianoche cuando llegaran a la casa de Siwon, en la ciudad.

Heechul decidió aprovechar el viaje para descansar y dormir un poco. Le había espantado la idea de pasar su noche de bodas en el coche. Heejin viajaba en un carruaje más pequeño detrás de ellos, a una velocidad menor. Estaban a solas en un coche que era lo suficientemente amplio como para hacer cuanto se les ocurriera. Pero no, Siwon sólo había sugerido que durmiera durante el viaje de regreso a Londres. Ni siquiera lo había besado; sólo lo había acercado a él.

Heechul podía culpar al champaña por hacerle pensar que su noche de bodas comenzaría temprano. Ni siquiera estaba seguro de tener una noche de bodas. Después del alboroto que había provocado Siwon a causa de las condiciones que él le impusiera y aunque las hubiera aceptado, no se sorprendería si lo dejara en la casa y se marchara para visitar a uno de sus numerosos jovenes. ¿Y qué podría decir él al respecto? Él mismo le había dicho que lo había arrojado lejos.


Siwon oyó el suspiro de su esposo y se preguntó cuáles serían sus pensamientos. Con seguridad estaba tramando más argucias para desligarse de él todo lo posible. Tenía gracia, pero no había pensado así unas horas antes. Por primera vez en su vida había decidido casarse y su esposo sólo deseaba ser un amante; y ni siquiera un amante posesivo. ¿Acaso no sentía nada por él y por eso le permitía alegremente que él saliera de sus brazos para arrojarse en los de otro joven? Si él hubiera deseado continuar con su vida disipada hubiera permanecido soltero.

Había transcurrido más o menos media hora cuando el disparo quebró el silencio de la noche y obligó al coche a detenerse de golpe. Heechul se incorporó parpadeando y oyó que Siwon maldecía en voz baja.

-¿Hemos llegado? -preguntó confundido, mirando por la ventanilla.

-Aún no, querido.

-Entonces...

-Creo que seremos asaltados.

Heechul lo miró a los ojos.

-¿Bandoleros? Entonces, ¿qué haces ahí sentado? ¿No harás nada?

-Querido mío, estamos en Inglaterra y los asaltos son tan comunes que uno llega a pensar en ellos como donativos a los pobres. Nadie que esté en su sano juicio viaja a estas horas de la noche con objetos de valor. Vaciaremos nuestros bolsillos y continuaremos viajando sin problemas. En pocos minutos, todo habrá pasado.

Heechul lo miró, horrorizado.

-¿Así como así? ¿Y si no deseo ser asaltado?- Siwon suspiró.

-Supongo que ésta es la primera vez que te ocurre.

-Claro que sí. Y me asombra que permanezcas tranquilamente sentado y no hagas nada al respecto.

-¿Y qué sugieres que haga, considerando que no llevo un arma conmigo?

-Yo poseo una.

Cuando Heechul se inclinó para tomar el arma que tenía oculta en la bota, él tomó su muñeca.

-Ni lo intentes- le advirtió.

-Pero...

-No.

Heechul se echó hacia atrás y lo miró, enfadado.

-Es una vergüenza que un marido no defienda a su esposo de los asaltantes.

-Cede, Heechul -dijo él con impaciencia-. Son tan sólo unas pocas libras y algunas baratijas.

-Y una fortuna en alhajas.

Siwon lo miró, luego miró la maleta que estaba sobre el asiento frente ellos; la misma que había dejado negligentemente en el interior del coche que alquilara la noche anterior; y gruñó

-Maldición. ¿Cómo se te ocurre viajar en coche con una fortuna? Muy bien. -Examinó el interior pero nada se le ocurrió. Luego miró a Heechul -Ponte la capa sobre los hombros... sí. – Heechul tenia abierto un boton de su camisa y permitía ver su blanco pecho -Ahora, abre otro boton de tu camisa...

-Siwon...

-No es momento para gazmoñerías -dijo él, sentándose en el asiento opuesto al de Heechul

- Los distraerás.

-Bien, en ese caso.

-Es suficiente, querido. -Él frunció el ceño. -Quizás a ti no te importe que otros jovenes me vean desnudo, pero yo no soy tan generoso respecto a tus encantos y los demás hombres.

-Sólo trataba de ayudar -replicó Heechul, fastidiado porque él le recordaba el convenio.

-Muy loable, pero queremos que el individuo te mire con avidez, no que reviente sus pantalones.

-¿Que reviente sus pantalones? ¿Qué dices?- Siwon sonrió.

-Te lo demostraré con gusto en otro momento.

En ese momento apareció el asaltante; abrió la puerta del coche e introdujo la cabeza en el interior. Heechul se sobresaltó. Una cosa era hablar de un asalto, aun cuando éste fuera inminente, y otra ver al ladrón cara a cara.

El coche era elevado y sólo se vio la parte superior del torso del hombre, pero era un torso grande, de hombros anchos y musculosos, enfundado en una chaqueta demasiado ceñida. Sus cabellos eran oscuros e hirsutos y tenía la cabeza envuelta en una chalina sucia. Sus dedos gruesos sostenían una vieja y oxidada pistola, apuntada en dirección a Siwon.

Heechul no podía dejar de mirar el arma, mientras su corazón latía alocadamente. No lo había imaginado así... en realidad, no había imaginado nada. Como no conocía personalmente a ningún bandolero ¿cómo podría saber cuán peligrosos eran? Pero había instado a Siwon a hacer algo y si lo mataban, él sería el culpable. ¿Y para qué? ¿Para salvar unas estúpidas joyas que podían ser reemplazadas?

Miró a Siwon, preguntándose cómo podría hacerlo saber que olvidara sus palabras. El asaltante dijo:

-Buenas noches, señor. -Su voz sonaba amortiguada por la chalina.- Ha sido muy amable al quedarse quieto y sentado hasta que yo llegara. Tuve un problema con mi caballo después de aclarar la situación con el cochero. Pero quiero aligerar su carga...

En ese momento el individuo miró a Heechul. Siwon tomó la muñeca del hombre y lo atrajo violentamente hacia él, para darle una trompada.

Fue tan rápido que Heechul no tuvo tiempo de alarmarse viendo que la mano que había tomado Siwon era la que empuñaba la pistola. El bandolero cayó al suelo, boca abajo. Con toda calma, Siwon apoyó un pie sobre su espalda para evitar que se deslizara por la puerta y le quitó el arma.

-Sé un niño bueno y permanece aquí mientras compruebo si estaba solo o tiene compañeros en las cercanías.

Antes de que Heechul pudiera responder, Siwon descendió del coche. El asaltante cayó por la otra puerta y Heechul se halló en el coche vacío, sin poder pronunciar palabra. Nunca había estado tan atemorizado en su vida, ni siquiera por sí mismo. El hecho de que Siwon corriera peligro fue una revelación para él. Descubrió que no podía tolerar la espera y temió escuchar más disparos.


1 comentario:

  1. Kyaaaaaaaaaaaaaa!!!! Ya estan casados!!!
    u.u Lastima que fueron asaltados en su noche de bodas.
    Ahora lo que resta es que Siwon le demuestre a Hee que si puede confiar en él

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...