Atrévete a Amar- Capítulo 7



-No me ayudas en absoluto, Geunsuk -se quejó Heechul, e imitándolo añadió: -Ve si te place. ¿Qué clase de respuesta es ésa?

Geunsuk se detuvo en seco en la acera llena de gente. Heejin chocó contra su espalda y dos paquetes cayeron de sus manos.

-¿Qué te ocurre, Hee? Si te resulta tan difícil resolver algo tan simple como esto, me estremece pensar en los problemas que deberás afrontar cuando debas escoger un marido. O deseas asistir a la fiesta de los Cho o no lo deseas. Sí o no; no es complicado.

Heechul hizo una mueca. Claro que sí, Geunsuk estaba en lo cierto. Pero Heechul no le había hablado de su encuentro con Siwon en el baile. Había tenido la intención de hacerlo, pero la conversación que tuvieron esa noche al regresar a la casa había comenzado con la pregunta que él le hiciera acerca de si el marido del joven lord Cho había sido un libertino antes de casarse.

-Lo fue, sin duda.

Le había respondido con tanto fastidio, que Heechul sólo le había formulado otra pregunta:

-¿Son felices?

-Nunca he visto a dos personas tan felices ni tan enamoradas.

La respuesta había sido dicha con cierta incredulidad, como si Geunsuk no pudiera creer que fuera posible. Pero después, Heechul sabía que su amigo se hubiera alterado mucho si se enterase de que él consideraba atractivo a Kim Siwon, de modo que no lo había mencionado. Era obvio que Geunsuk aún aborrecía a los hombres como él.

Pero, independientemente de la opinión de su amigo y aunque la compartía, Heechul había pensado continuamente en Siwon esa noche. Tanto, que Heejin lo había notado cuando Heechul entró en su dormitorio. Sus primeras palabras habían sido:

-Bien, evidentemente ya has conocido a tu hombre. ¿Cómo se llama?

Saliendo de su ensoñación, Heechul había afirmado rápidamente que no había sólo uno, sino cuatro y de inmediato comenzó a hablar de cuanto sabía acerca de ellos hasta ese momento, que no era mucho, pero que le ayudó a conformar a Heejin. Ahora estaba asignando demasiada importancia a la invitación del joven lord Cho, cuando había decidido rápidamente y sin rodeos todas las anteriores. Realmente, llamaba la atención.

No era de asombrarse que Geunsuk pensara que algo le ocurría. Pero al menos no podía adivinar qué era. Por otra parte, Heejin lo había estado observando atentamente desde que regresara de la cabalgata del día anterior. Heechul no sabía cómo, pero se había delatado a sí mismo.

-Quizás la decisión sea sencilla para ti -dijo a Geunsuk con tono defensivo-, pero yo debo considerar otros aspectos.

-¿Cuáles, por ejemplo?

-En primer lugar, el tiempo. El hecho de estar fuera de la ciudad durante tres o cuatro días demorará...

-¿No dijiste que Sungmin te prometió invitar también a tus caballeros?

-Eso no significa que irán, Suk. La temporada acaba de comenzar. Ha escogido un momento inoportuno para una fiesta de fin de semana en la campiña.

-Foresight queda en Hampshire; no a varios días de viaje. Y además, dijiste que te había prometido hablar con su marido para brindarte toda la información que posee sobre tus caballeros en cuanto llegues allá. Aunque sólo fuera por ese motivo, supuse que desearías ir.

Ah, la lógica; ¿cómo refutarla?

-¿Cómo saber que él conozca algo importante acerca de ellos? Podría ser una pérdida de tiempo.

-En ese caso, podrías regresar a Londres esa misma noche.

-¿Y dejarte allí? -dijo Heechul - ¿Cómo regresarías?

Geunsuk meneó la cabeza.

-Me rindo. Es obvio que no deseas ir, por lo tanto tampoco iré yo. Tenemos otra media docena de invitaciones para este fin de semana, de modo que...

-No me hagas decir lo que no he dicho. Aún no he dicho que no.

-¿Y bien?

Heechul continuó caminando y dijo la siguiente frase por encima del hombro.

-Aún debo pensarlo.

No debió hablar de la fiesta; de esa manera había revelado la ansiedad que le provocaba. Casi podía escuchar los engranajes de la mente de Heejin. Por lo menos Geunsuk no sabía cuál era el problema. Pero Heejin lo conocía demasiado bien. ¿Y qué le diría cuando le hiciera preguntas, pues era indudable que las haría? ¿Le daría las mismas excusas, a pesar de que Geunsuk acababa de señalarle que no tenía ninguna?

Diablos. Se sentía acorralado. La lógica indicaba que no había nada que decidir. Debía ir a Foresight aunque sólo fuera para recibir la información que Sungmin tendría para él. Además, debía tener en cuenta qué pasaría si él no iba e iban sus cuatro “posibles”. Estaría en Londres sin adelantar nada y esa sí sería una pérdida de tiempo.

Por otra parte, existía la posibilidad de que Kim Siwon fuese a Foresight y Heechul no quería correr el riesgo de verlo nuevamente. Era demasiado tentador. Su reacción tonta e infantil del día anterior en el parque, a plena luz del día y aun rodeada por otras personas, lo había demostrado.

Debió ser más explícito y debió preguntar al joven Lord Cho si el Kim que él no deseaba volver a ver estaría allí. Pero no había querido ponerse en evidencia. Despreocupadamente, había preguntado si asistiría algún Kim y Sungmin le había respondido con evasivas.

-Nunca sé cuando uno o más de ellos vendrán. Saben que siempre son bienvenidos.

Ése había sido el resultado de su reticencia. Eso le ocurría por fingir una indiferencia que no sentía. Ahora se veía ante la alternativa de demorar sus planes durante varios días o de encontrarse nuevamente con ese libertino.

En realidad, sólo debía tomar una decisión y era mejor no engañarse al respecto. Debía evitar otro encuentro con Kim Siwon a cualquier precio. Debía demorar sus planes.

-Henos aquí, Hee. Esta será la última tienda que visite hoy -anunció Geunsuk- No es divertido salir de compras contigo. Al menos, pudiste entrar en la tienda, aunque no desees comprar nada.

Heechul ni siquiera pudo sonreír para que Geunsuk no se enfadara; estaba muy deprimido

-Lo haría si no hubieras escogido un día tan caluroso. Entrar en la perfumería y en la tienda de lencería fue suficiente para mí, gracias. No sé cómo pudiste soportar ir a la sombrerería y a la sedería, pero supongo que estás habituado. Pero olvidas que el clima de Escocia es más frío. En estas tiendas hace mucho calor. Al menos en la calle corre una leve brisa, aunque apenas se note. Ve. Te aguardaré aquí con Heejin.

Cuando la puerta de la tapicería se cerró detrás de Geunsuk, Heejin reaccionó en el acto.

-Ahora, dime mi niño...

-Oh, Heejin, no me acoses ahora -dijo Heechul, interrumpiéndola-. No estoy de humor para explicaciones.

Pero Heejin insistió.

-No podrás negarme que has estado actuando de una manera muy peculiar.

-Se justifica, considerando dónde estamos y por qué y teniendo en cuenta que debo pensar en muchas cosas -dijo a la defensiva-. ¿Creíste que esto de buscar marido sería tarea sencilla? Demonios. Hay momentos en que ni pensar puedo.

Eso provocó la compasión de su nana

-Bueno, chiquito; todo habrá pasado antes de que...

-Shh -la interrumpió Heechul, frunciendo el ceño-. Allí está de nuevo, Heejin. ¿Lo percibes?

-¿Qué?

-Que alguien nos vigila.

Heejin lo miró con desconfianza, sin saber si Heechul estaba simplemente tratando de cambiar de tema o si hablaba seriamente. Pero el joven observaba hacia un lado y otro de la calle con gran ansiedad.

-Si alguien nos vigila, no será a nosotras, sino a ti. Un admirador, sin duda.

Heechul miró a Heejin con impaciencia.

-Sé cómo se siente cuando a uno lo miran de esa manera y esto es diferente. Lo he estado percibiendo desde que aguardamos a Geunsuk frente a la tienda de sombreros. Traté de ignorarlo, pero la sensación persiste.

-Bien; entonces no cabe duda de que se trata de un ladrón. No me sorprendería; luces muchas alhajas.

Heechul suspiró.

-Tal vez tengas razón. Hyunsang no podría haberme hallado tan pronto, ¿no? Pero, de todos modos, preferiría aguardar en el coche y no aquí en la calle. ¿Dónde está el conductor?

Heejin se puso en puntillas de pie.

-Está a unas cinco tiendas de aquí, pero aparentemente está atascado detrás de un carro. ¿Lo ves? Pero podemos caminar hasta allí, para que subas al coche. Luego regresaré para decírselo a Lord Geunsuk.

Heechul no era paranoico, pero nunca había experimentado antes una sensación tan extraña. Tal vez su imaginación le traicionaba, pero, de todas maneras, no tenía por qué aguardar allí de pie cuando su coche estaba tan cercano. Miró una vez más a su alrededor, pero había tantos peatones en la acera y tantos vehículos en la calle, que era imposible distinguir a alguien que estuviera mirándolo fijamente.

Comenzaron a avanzar por la calle, pero cuando apenas habían recorrido seis metros, un brazo tomó la cintura de Heechul por detrás y lo levantó en vilo. No gritó, fue casi un alivio comprobar que sus sospechas no habían estado erradas. Estaba preparado. No fue presa del pánico ni del temor. Simplemente dejó caer la parte superior de su cuerpo por encima del fuerte brazo que la sostenía y sacó de su bota el puñal.

Mientras tanto, Heejin dio un grito de alarma que se extendió por todo Londres. Antes de que el individuo se moviera se arrojó sobre él blandiendo su bolso hacia la izquierda y la derecha, golpeando su oreja y su nariz. También con sus movimientos obstruyó la vision de Heechul. Pero logró dar en el blanco. No necesitó ver para herir el brazo del hombre.

El individuo aulló de dolor y lo soltó. Heechul se encontró de pronto sentado en la acera. Vio que Heejin continuaba corriendo detrás del hombre, lanzando golpes contra su cabeza y sus hombros, antes de que él subiera a un viejo carruaje desvencijado. El conductor emprendió velozmente la marcha, azuzando cruelmente a los caballos.

Heechul se estremeció al comprobar que el carruaje había estado tan cerca. Si hubiera avanzado un poco más, lo hubieran arrojado a su interior. Y todo había ocurrido tan rápidamente. Había personas a su alrededor, pero sus reacciones eran tan lentas que era obvio que no hubieran podido ayudarle. Uno de los palafreneros de su carruaje corrió hacia él, cuando ya era demasiado tarde.

Heejin se volvió, una sonrisa triunfal se dibujaba en sus labios... hasta que vio el puñal que Heechul aún sostenía en la mano. Pero, aun así, había sido ella quien hiciera huir al atacante, si bien Heechul se había asegurado de que no lo llevase consigo. Habían triunfado y eso la llenaba de orgullo.

También Heechul estaba muy complacido, a pesar del dolor de su trasero. El abuelo hubiera estado orgulloso de él por haber conservado la calma y haber hecho lo necesario sin vacilar.

Había herido con un arma por primera vez, pero no experimentaba escrúpulos por ello. En cambio, se sentía más seguro al saber que podía cuidar de sí mismo. Pero era indudable que había estado preparado. Quizás no siempre contara con esa advertencia intuitiva que le había alertado a tiempo. Y también hubiera sido diferente si hubiera habido más de un hombre para secuestrarlo. No se atrevía a alardear de ese éxito.

Heechul aceptó la ayuda del palafrenero para ponerse de pie y luego, con calma, guardó la daga en su bota, antes de sacudirse el polvo. Heejin hizo retroceder a la multitud con una breve referencia a la ineficacia de la preocupación tardía. Enfadada, recogió los paquetes que habían caído al suelo, los depositó en manos del palafrenero y tomó a Heechul del brazo, prácticamente arrastrándolo hasta el carruaje.

-Debí tener en cuenta tu advertencia, mi niño. La próxima vez lo haré.

-¿Entonces piensas que eran asalariados de Hyunsang?

Heejin caviló durante un instante.

-Puede ser, pero lo dudo.

-¿Quién si no?

-Mírate, pudieron pensar que eras el esposo de un lord acaudalado que pagaría un buen precio por recuperarte.

-Es probable. -Ambos guardaron silencio. Luego, inesperadamente, Heechul añadió- Creo que asistiré a la fiesta de los Cho. No será mala idea alejarme de Londres durante unos días, para hallarme a salvo. Si Hyunsang se encuentra aquí, vigilándome, pensará que estoy huyendo nuevamente. Hasta entonces, haré que los criados de Geunsuk me acompañen cada vez que salga.

-Bien; estoy de acuerdo. Debes ser más cauteloso de lo que has sido hasta ahora.



Había sido sencillo huir de Londres sobre el lomo de MD, flanqueado por dos fornidos palafreneros. En esta ocasión, Heechul no se tomó la molestia de disfrazarse. Si la casa de la ciudad estaba vigilada, deseaba que Hyunsang se enterase de su partida y viera la pesada maleta con ropa que llevaba, para que pensase que se marchaba de Londres.

No obstante, el subterfugio pareció innecesario cuando se hallaban a varios kilómetros de distancia y, aparentemente, nadie los seguía. El sol radiante les ofrecía muy buena iluminación para la vigilancia, pero los caminos estaban atestados de granjeros que llevaban sus productos al mercado y de viajeros que iban a pasar el fin de semana en Londres. Sólo se vio partir de Londres un importante carruaje y Heechul lo dejó tan atrás que no le importó que le siguieran o no.

Desayunó en una posada mientras aguardaba la llegada de Geunsuk y cuando ésta llegó, no trajo consigo noticias que despertaran sospechas, de modo que viajó tranquilo durante el resto del camino en el coche de los Jang, rumbo a Foresight. Cuando habían hecho la mitad del recorrido, reemplazó una preocupación por otra, pero poco podía hacer al respecto, excepto esperar que sus temores fueran infundados. Tenía a su favor la circunstancia de que un hombre como Sir Siwon no abandonaría el bullicio de Londres por una pequeña reunión campestre, y el joven lord Cho le había dicho que esa fiesta, planeada con meses de anticipación, contaría con la asistencia de sus vecinos que, como él, eran aficionados a la vida campestre y generalmente evitaban la vida de Londres durante la temporada.

Llegaron por la tarde y fueron los primeros en arribar. Eran pocos los que planeaban pasar allí la noche, ya que la mayoría vivía en las cercanías. Geunsuk durmió durante el resto de la tarde. Heechul dijo que haría lo mismo, pero cuando se halló a solas en la habitación que le asignaron, se instaló frente a la ventana que daba al frente de la casa y miró ansiosamente hacia el camino. Estudiaba cada carruaje que llegaba y cada pasajero que descendía. Incluso observó detenidamente las idas y venidas de los criados, para asegurarse de escudriñar a todos los hombres que aparecían.

Cuando Heejin entró mucho más tarde para ayudarlo a prepararse para la velada, tuvo que soportar pacientemente el nerviosismo de Heechul y sus constantes viajes a la ventana, cada vez que oía llegar a un nuevo invitado. Le llevó media hora estar listo.

-¿A quién buscas tan afanosamente? -preguntó finalmente Heejin cuando Heechul volvió a sentarse frente al tocador.

-A mis caballeros, naturalmente -respondió - Hasta ahora sólo ha llegado uno.

-Si los otros deben llegar, llegarán. El hecho de que los vigiles no cambiará la situación.

-Puede que sea así -admitió Heechul, pues su respuesta había sido una mentira.

La verdad era que, desde que conoció a Kim Siwon, había pensado muy poco en sus cuatro “posibles”. Eso debía cambiar.

Afortunadamente, para su tranquilidad de espíritu, el último ruido que le hizo ir hacia la ventana fue aparentemente el último coche en llegar. Heejin logró ayudarlo a cambiarse para la noche.

Cuando Geunsuk se reunió con él para ir a la planta baja, estaba muy tranquilo. Él no vendría. Heechul ignoró la pizca de decepción que esa certidumbre le produjo.

El joven lord Cho los recibió al pie de la gran escalinata que partía del gran vestíbulo de entrada y se dividía en el centro. Una de las secciones se dirigía hacia el frente de la casa, donde se hallaban las habitaciones de huéspedes; la otra, hacia la parte posterior de la casa, donde estaban los dormitorios principales. Un pasillo bordeado por una baranda rodeaba el vestíbulo de la planta alta, permitiendo la visión de la planta baja.

Heechul estaba ansioso por recorrer el resto de la casa y Sungmin no lo decepcionó, diciendo que sus invitados podían aguardar. Contribuyó a tranquilizar más aún a Heechul con su amena conversación y sus modales encantadores, mientras recorrían las habitaciones.


1 comentario:

  1. Espero que el que ataco sea un simple ladron y no alguien mandado por su maldo primo.
    Siwon si llegara??

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...