Devil´s Heart (DH4)- 11




La cabaña estaba llena de Cazadores Oscuros. Celebraban algo mientras un fuego resplandeciente atronaba en la chimenea. Había abundante comida y bebida mientras reían, bebían, y hablaban entre ellos como hermanos. Una familia.

Ryeowook no reconoció a ninguno de ellos, excepto a Shindong. Pero era obvio que Yesung los conocía a todos.

Apretando el puño, se apartó de la ventana y se encaminó a la puerta principal de la cabaña.

Yesung golpeó ferozmente.


—Déjenme entrar —demandó.

Un hombre alto abrió la puerta. Vestía una chaqueta negra de motociclista de cuero, con símbolos célticos rojos en ella. Sus ojos café oscuros eran desdeñosos y sostenían una mirada sumamente desagradable en su cara hermosa.

—Nadie te quiere aquí, Yesung.

El hombre trató de cerrar la puerta.

Yesung afirmó una mano contra el marco de la puerta y la otra contra la puerta a fin de poder evitar que el hombre lo dejara fuera.

Devil´s Heart (DH4)- 10




Ryeowook regresó a la cocina para encontrar a N comiendo los panqueques de Yesung.

—¿Qué haces?

—Él no los quiso. Se enfriaban.

—¡N!

—¿Qué? No está bien desaprovechar la comida.

Sacudió la cabeza al lobo mientras se disponía a hacer otra cantidad para Yesung. Tal vez él estuviera más sociable cuando dejara la ducha.

No lo estuvo. Si algo estuvo fue mucho más malhumorado mientras engullía los panqueques.

—Él es asqueroso —le dijo N. —Come como un animal. Agradece que estas ciego.

—N, déjalo tranquilo.

—Dejarlo, mi culo. Él usa el tenedor como una pala y juro que se metió un panqueque entero en su boca de una vez.

Ryeowook habría estado disgustado si no hubiese estado en sus sueños. Nadie nunca le había enseñado las formas o los modales más básicos. Había sido relegado a una esquina en el piso, como el animal que N lo llamaba.

Devil´s Heart (DH4)- 9




Ryeowook se despertó del sueño con su corazón martillando. Yacía en su cama, rodeado por la oscuridad a la que estaba acostumbrado, mientras el dolor de Yesung le inundaba.

Nunca había sentido tanta desesperación. Tal necesidad.

Tal repugnancia.

Yesung odiaba a todo el mundo, pero sobre todo, se odiaba a sí mismo.

No era extraño que el hombre estuviera demente. ¿Cómo podía haber vivido con tal sufrimiento?

—¿M'Adoc? —murmuró.

—Aquí —se sentó a su lado.

—Déjame algo más del suero para mí y suero de Loto, también.

—¿Estás seguro?

—Sí.

Devil´s Heart (DH4)- 8




¿Por qué todo el mundo quería que Yesung muriera? No podía entender tal animosidad hacia él. No importa que el hombre actuara en la forma que lo hacía.

¿A alguien alguna vez le había caído bien?

Ni siquiera una vez en toda la eternidad M'Adoc había hablado tan severamente acerca de alguien.

—No es como tú.

Le oyó inspirar profundamente mientras tensaba la mano en su hombro.

—Un perro rabioso no puede ser salvado, Ryeowook. Es mejor para todos, incluido el perro, que sea eliminado.

—¿El reino de las sombras sería preferible para vivir? ¿Estas tu demente?

—En el caso de Yesung, lo sería.

Estaba consternado.

—Si eso fuese cierto, entonces Shindong no sería compasivo con él y no me habría pedido que lo juzgara.

Devil´s Heart (DH4)- 7




—¿Es culpable?

Ryeowook escuchó la voz de Artemisa en su cabeza. Todas las noches desde que Yesung había sido traído a la casa, Artemisa lo había fastidiado con aquélla pregunta una y otra vez, hasta que se sintió como Juana De Arco siendo atormentada por voces.

—Todavía No, Artemisa. Se acaba de despertar.

—Bien, ¿qué es lo que te lleva tanto tiempo? Mientras él vive, Shindong tiene los nervios de punta y yo positivamente odio cuando él esta inquieto. Júzgalo como mala persona ya.

—¿Por qué quieres tanto que Yesung muera?

El silencio descendió. Al principio pensó que Artemisa lo había dejado, así que cuando la respuesta vino, la sorprendió.

—A Shindong no le gusta ver sufrir a nadie. Especialmente no a uno de sus Cazadores Oscuros. En tanto Yesung viva, Shindong sufre, y a pesar de lo que Shindong piensa, no me gusta verlo sufrir.

Ryeowook nunca se había imaginado que Artemisa pudiera decir tal cosa. La diosa no era exactamente conocida por su bondad o compasión, o por pensar en alguien aparte de sí misma.

—¿Amas a Shindong?

Devil´s Heart (DH4)- 6



Yesung miró fuera de la ventana de la cocina donde la nieve continuaba cayendo. Tarde o temprano, Ryeowook se dormiría y entonces se iría. Entonces no podría detenerlo.

Ryeowook comenzó a ir tras de Yesung, pero se detuvo. Quería ver lo que haría. Lo que pretendía.

—¿N, qué esta haciendo?

Se quedó quieto y usó la vista de N. Yesung desabotonaba su abrigo. Su respiración quedó atrapada ante la vista de su pecho desnudo. Cada músculo en su cuerpo ondeaba mientras se quitaba el abrigo y lo colgaba detrás de la silla escalera.

El hombre era simplemente bellísimo. Sus hombros anchos, tostados y desnudos eran tentadores. Deliciosos.

Pero lo que le dejó estupefacto, fue su brazo derecho y su hombro, los cuales eran un desastre total por el ataque de N.

Ryeowook se quedó sin aliento ante la vista de lo que había hecho su compañero. Yesung por otro lado no parecía tener un mínimo de molestia por las mordidas. Se había ocupado de sus asuntos con la mayor naturalidad.

—¿Tengo que mirar esto? —N lloriqueó en su cabeza. —Me voy a quedar ciego mirando a un hombre desnudo.

Devil´s Heart (DH4)- 5




—Despiértate, Ryeowook. Tu criminal sicótico esta jugando con cuchillos.

Ryeowook se despertó inmediatamente al escuchar la voz de N en su cabeza.

—¿Qué? –preguntó en voz alta antes de darse cuenta. Se sentó en su cama. Una imagen mental de N brilló intermitentemente en su mente. Vio a Yesung en su cocina, registrando el cajón en donde tenía todos los cuchillos.

Yesung sacó un cuchillo grande de carnicero, luego probó el borde con su pulgar. Ryeowook frunció el ceño ante la acción.

¿Qué estaba haciendo?

Dejó a un lado el cuchillo y regresó a los demás en el cajón. N gruñó.

—Cállate, Scooby –gruño Yesung. Le echó a N una mirada feroz y cruel, que contenía más veneno que una serpiente de cascabel. —¿Te he dicho alguna vez cuánto me gusta el estofado de perro? Tienes suficiente carne para que me dure una semana.

N avanzó.

—¡Alto!

Devil´s Heart (DH4)- 4




No habló mientras el joven rozaba con la mano su brazo y no podía imaginar por qué no lo apartaba de un empujón lejos de él.

Por alguna razón, lo mantenía inmóvil con su toque.

Su pesada erección ardía de cruel necesidad. Si no lo supiese mejor, juraría que él lo animaba a propósito.

Pero había una inocencia en su toque que le decía que sólo quería "verle". No había nada sexual en esto.

Al menos no de su lado.

Yesung se alejó y puso un metro de distancia entre ellos. Él tenía que hacerlo.

Un minuto más y lo tendría desnudo en esa cama y a su merced...

No es que él tuviese compasión por alguien.

El joven dejó caer su mano y se quedó quieto como si esperara que lo tocara. No lo hizo. Un toque y sería el animal que todos pensaban que era.

—¿Cuál es tu nombre? —formuló la pregunta antes de poder detenerse.

El le ofreció una sonrisa amistosa que sacudió su erección.

Devil´s Heart (DH4)- 3




Yesung le dio un duro puñetazo en el estómago. Fue un golpe poderoso que hizo que Jongjin se tambaleara hacia atrás y puso de rodillas a Yesung. Siempre que un Cazador Oscuro atacaba a otro, el Cazador Oscuro que atacaba sentía el golpe diez veces peor que el que lo recibía. Había una única forma de evitar esto, que Artemisa levantara su prohibición. Solo esperaba que no se la hubiera levantado a Jongjin.

Yesung luchó por respirar ante el dolor y se forzó a sí mismo a pararse. A diferencia de Jongjin, el dolor físico era algo a lo que estaba habituado.

Pero antes de poder alejarse vio a Mike y a otros tres Escuderos en las sombras. Caminaban hacia ellos con pasos determinados que decían que estaban armados para el Cazador Oscuro.

—Déjenmelo a mí –ordenó Jongjin.

Lo ignoraron y siguieron avanzando.

Dándose vuelta, Yesung se dirigió hacia su vehículo de nieve sólo para encontrar el motor hecho pedazos. Obviamente habían estado ocupados mientras estaba comprando el generador.

Maldita sea. ¿Cómo pudo ser tan estúpido?

Devil´s Heart (DH4)- 2






Yesung maldijo mientras las baterías del MP3 se acababan. Su maldita suerte. Todavía faltaba una hora para aterrizar y lo último que quería era escuchar a Mike en la cabina del piloto del helicóptero, lamentándose y quejándose por lo bajo sobre tener que llevarlo de regreso a Alaska. Si bien treinta centímetros de negro acero sólido separaban el compartimiento sin sol de Yesung, del de Mike, él podía oírlo a través de las paredes tan fácilmente como si Mike estuviera sentado a su lado.

Peor, Yesung odiaba estar metido en ese pequeño compartimiento que parecía estar cerrándose sobre él. Cada vez que se movía, se golpeaba un brazo o una pierna con la pared. Pero ya que habían estado volando a la luz del día, era o el cubo o la muerte.

Por alguna razón él todavía no estaba realmente seguro de por qué había escogido el cubo.

Se quitó los audífonos y sus oídos fueron asaltados inmediatamente por el rítmico golpeteo de las aspas del helicóptero, ráfagas de vientos invernales y la conversación, llena de estática, de Mike por radio.

—¿Y..., lo has hecho?

Yesung arqueó una ceja ante la voz masculina tan ansiosa y poco familiar.

Ah, la belleza de sus poderes. Su audición le daría celos a Superman. Y él sabía cual era el tema de la conversación.

Él.

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...