Atrévete a Amar- Capítulo 10



Heechul se volvió en la cama, frotó sus ojos y parpadeó al mirar el reloj que estaba sobre la repisa. Maldición. Había tenido verdaderos deseos de intervenir en la cacería de esa mañana. Incluso había prometido a Minwoo que cabalgaría con él y había pensado deslumbrarlo con sus talentos ecuestres. Pero la cacería seguramente había llegado a su fin. Habían mencionado la posibilidad de un almuerzo campestre a orillas del lago y era mediodía. Maldición, maldición.

Se sentó en la cama, la cual no le había brindado descanso durante la noche. Heejin había tratado de despertarlo. Lo recordaba. Pero nada lo hubiera podido sacar de la cama temprano, porque se había dormido al amanecer. Algo más que podía rendir en calidad de tributo al endiablado Kim Siwon.

Y no había excusas posibles. Cuando se acostó era poco más de medianoche. Como el día anterior se había levantado temprano para viajar hasta Foresight y no había dormido por la tarde, a la noche había estado exhausto. Y había tenido que esperar varias horas para superar el fastidio que le provocara el hermano de Siwon cuando le habló de sus preferencias. Incluso había conversado con Sungmin y ahora sabía mucho más acerca de sus posibles que antes, aunque lamentablemente, no se había producido ninguna revelación de importancia que le hiciera reducir la lista, tal como esperaba.

Sir Kim Dongwoo era un jugador empedernido, pero Heechul ya había llegado a esa conclusión por sí mismo, y era lo suficientemente rico como para disfrutar de ese pasatiempo. Lord Hyesun, había enviudado tres veces. Al menos, lo seguía intentando. Lord Junjin, el vizconde que era también heredero de un título de duque, era un soltero contumaz y tan discreto respecto de sus aventuras amorosas que su nombre nunca había sido vinculado al de ningún joven. Recomendable. Pero el honorable Eric Savage era todavía un enigma para él. Los Guixian simplemente no lo conocían.

Pero sus caballeros no eran los que habían ocupado sus pensamientos durante toda la noche. También había olvidado la desvergüenza de Kim Hyukjae. Era ese tunante de cabellos negros y encendidos ojos el causante de su insomnio. Hora tras hora había revivido los funestos momentos que pasara con él en el invernadero.

Y bien, ya no volvería a suceder; no continuaría malgastando su tiempo pensando en sinvergüenzas de malas intenciones y no habría más dilaciones. Se abocaría a su tarea y esperaba, o mejor, rogaba, que el resto de sus caballeros aceptables y respetables apareciera ese día.

Impaciente por dejar su habitación, llamó a Heejin, pero antes de que ésta se hiciera presente, Heechul se había puesto un hermoso traje. Hizo apresurar a Heejin para que le terminara de acicalar y esta aprovechó para regañarlo por quedarse dormido.

Heechul no perdió ni un minuto contemplándose en el espejo y salió velozmente de la habitación, mientras Heejin se dedicaba a ordenar todas las prendas que habían quedado diseminadas antes de su llegada. Y entonces, repentinamente, se detuvo, pues en el extremo del corredor que llevaba a las habitaciones de huéspedes, estaba Kim Siwon, indiferentemente apostado contra la baranda que daba al vestíbulo central de la casa.

Era intolerable, pues era obvio que lo estaba aguardando. Las caderas apoyadas contra la baranda, los brazos cruzados sobre el pecho, los tobillos cruzados también, veía desde allí la puerta del dormitorio de Heechul sin impedimento alguno y, como le estaba aguardando en ese sitio, no podía eludirlo de ninguna manera.

Estaba informalmente vestido; no llevaba corbata y tenía desabrochados algunos botones de su camisa de batista bordada, dejando ver una V bronceada de tu torso. Llevaba una chaqueta de color azul marino. Sus piernas largas y musculosas estaban enfundadas en pantalones de ante. Todo en él demostraba que era un amante del aire libre; atlético, tan opuesto a la imagen de libertino, amante de la vida nocturna, inclinado a los placeres sensuales y a la disipación. Fuera lo que fuese, a él le resultaba muy atractivo.

Cuando parecía que Heechul había decidido no dar un paso más que la acercara a él, Siwon dijo

-Será mejor que salgas ahora, cariño. Estaba comenzando a fantasear sobre la posibilidad de entrar en tu dormitorio y hallarte en la cama...

-Sir Siwon.

-¿La puerta estaba sin llave? -bromeó él, pero cuando Heechul lo miró, indignado, él rió-. No me intimides con esos hermosos ojos, querido. No lo dije en serio. Puedes avanzar sin temores. Hoy he decidido comportarme muy bien, ser muy formal y enterrar esos instintos perversos que puedan alarmarte.

-¿Lo promete?

Él sonrió. -¿Debo hacerlo?

-Sí.

-Muy bien. Lo prometo sincera y solemnemente, hasta que te apiades de mí y me liberes de mi promesa.

El sonido ronco de la risa de Heechul fue una música para sus oídos.

-Será liberado de ella, Sir Siwon, cuando sea demasiado viejo para desearlo. Ni un día antes.

Entonces Heechul se encaminó hacia donde estaba y se detuvo frente a él. Era una verdadera visión, con sus labios sonrientes, su pequeño y firme mentón y esos hermosos ojos, que ahora brillaban, divertidos.

Siwon pensó que había estado acertado al alejarse de Foresight la noche anterior. Si hubiera permanecido allí, hubiera sucumbido a la tentación de verlo otra vez, cuando Heechul en realidad necesitaba tiempo para tranquilizarse. De modo que se había marchado al pueblo para festejar su triunfo. El lo había abofeteado, pero sabia que había logrado excitarlo y eso era motivo suficiente para estar de buen humor y para buscar un prostituto, ya que Heechul también lo había excitado a él.

Siwon hubiera podido reír ante el fracaso de sus planes. Pero el problema era que, cuando halló un joven bien predispuesto y además, bonito, ya no lo necesitaba ni lo deseaba. Sólo anhelaba la compañía del que había dejado en Foresight. Por lo tanto, cuando inesperadamente apareció Hyukjae en la misma taberna en que él se hallaba, le cedió al joven y se dedicó a embriagarse, mientras planeaba su próxima estratagema.

Astutamente, a juzgar por la sonrisa de Heechul, decidió cambiar temporariamente su estrategia. Después de una larga conversación con su sobrino favorito, urdió el plan perfecto. Ofrecería al joven señor algo que no podría rehusar: ayuda para llevar a cabo sus planes. Claro que si sus consejos daban como resultado más impedimentos que ayuda, no dejaría de dormir a causa de ello. Las metas de Heechul simplemente no coincidían con las de él.

Heechul aguardaba con tranquilidad a que él le explicara por qué le interceptaba el paso. Ah, el poder de unas pocas palabras. Estaba tranquilo, la guardia baja, confiando en su promesa. No podía saber que las pasiones de Siwon superaban su sentido del honor, al menos cuando trataba con jovenes.

Se apartó de la baranda y con suaves modales y voz impersonal dijo:

-Lord Heechul, le convendría acompañarme para que hablemos en privado.

Heechul adoptó una vez más una actitud cautelosa.

-No veo por qué...- La sonrisa de Siwon lo desarmó.

-Mi querido, dije hablar, nada más. Si no confías en mí, ¿cómo podré ayudarte?

Perplejo, Heechul preguntó

-¿Ayudarme?

-Naturalmente -respondió él-. Esa era mi intención. Vamos.

La curiosidad impulsó a Heechul a reprimir sus deseos de formular preguntas y permitir que él le condujera a la planta baja y luego a la biblioteca. No podía ni siquiera imaginar qué clase de ayuda le estaba ofreciendo. La única dificultad que tenía en ese momento era la atracción que sentía hacia él y su incapacidad para vislumbrar qué había detrás de la fachada que sus caballeros presentaban a la opinión pública. ¿Sus caballeros? No, él no podía saber nada acerca de ellos, ¿verdad?

Lo supiera o no, Heechul se ruborizó ante la posibilidad de que así fuera. Afortunadamente, Siwon no lo percibió y lo condujo hasta un sofá. Luego se dirigió al otro extremo de la larga habitación, donde se hallaban los licores.

-¿Coñac? -preguntó él por encima del hombro.

-¿A esta hora?

El tono de incredulidad lo hizo sonreír para sí mismo.

-No, naturalmente. Qué tonto he sido.

Pero él lo necesitaba, pues pensó que por fin estaba a solas con Heechul y que sólo bastaba con cerrar las puertas con llave. Pero no lo había llevado hasta allí para eso y debía tenerlo muy presente.

Bebió su coñac y caminó hasta el sofá. Heechul en un rincón del sofá, dejando un amplio espacio para que él se instalara. Hubiera sido impropio que se sentara junto a él, ya que era evidente que Heechul no lo deseaba. Pero lo hizo, dejando un espacio mínimo entre ambos para que no fuera presa del pánico.

Pero lo fue.
-Sir Siwon...

-¿No crees que podrías comenzar a llamarme Siwon, después de todo, si he de ser tu confidente...

-¿Mi qué? - Siwon arqueó una ceja.

-¿La palabra es demasiado fuerte? ¿Será mejor decir amigo o consejero? Después de una larga conversación que tuve esta mañana con mi sobrino, comprendí que lo necesitabas mucho.

-El te lo dijo -exclamó Heechul con tono acusador-. Maldición. No tenía derecho.

-Oh, pero lo hizo con la mejor de las intenciones, querido mío. Deseaba hacerme comprender cuán seriamente deseas casarte. Aparentemente cree que tengo malas intenciones hacia ti. No se por qué.

Heechul lo miró, furibundo, pero era imposible seguir enfadado después de la tontería que acababa de decir. Se echó a reír.

-Eres un bribón. ¿Es que jamás hablas en serio?

-No, si puedo evitarlo. -Él sonrió.

-Y bien, trata de explicarme por qué todos ustedes están dispuestos a ayudarme en mis propósitos matrimoniales.

-Simplemente pensé que cuanto antes te cases y te aburras del matrimonio, más pronto te tendré en mi cama -dijo él groseramente.

Heechul no hubiera creído cualquier otra cosa. Pero creyó eso.

-¿No dirías que es una maniobra de muy largo alcance? -bromeó Heechul -Podría enamorarme con pasión de mi marido, ¿no crees?

-Dios no lo permita -exclamó él con fingido horror- Nadie se enamora apasionadamente en estos tiempos, querido, excepto los jóvenes románticos y los viejos chochos. Y tú encaras esto con demasiada sensatez para que eso ocurra.

-Lo admitiré por ahora, ¿y qué es exactamente lo que me ofreces?

La odiosa pregunta hizo brillar los ojos de Siwon

-Tu situación es muy similar a la de Sungmin cuando buscaba marido. Comenzó a plantearse urgencias cuando transcurrió una temporada y además hizo un viaje al continente, sin resultado alguno. Naturalmente, no era su culpa. Debía hallar un hombre que fuera aprobado por mis hermanos y por mí.

-Sí, recuerdo que lo mencionó.

-¿Te dijo cómo resolvió el problema?

-Hizo una transacción.

Heechul se sorprendió al ver que él fruncía el ceño ante la respuesta.

- El nada tuvo que ver con eso. Se trató de una broma tonta de Guixian que resultó fallida. Y no volveremos a mencionarlo, por favor. Pero, antes de eso, Sungmin contrató a un viejo lord que conocía a todo el mundo y lo arrastró con él a todas partes, incluso durante su viaje, para que, con una señal que ambos habían convenido, le indicara cuáles eran los hombres dignos de ser tenidos en cuenta.

Heechul lo miró, indignado

-Espero que no sugieras que te lleve conmigo a todas partes, Sir Siwon, porque...-Él no le permitió continuar.

-De ninguna manera; además, sería innecesario. Según Sungmin, ya posees una lista de individuos. Y da la casualidad de que yo los conozco mucho mejor que Guixian, ya que la edad de ellos coincide más con la mía que con la de él. Tres de ellos son miembros de mi club; el cuarto frecuenta el mismo gimnasio que yo. Sólo debo hacerte una pregunta, querido. ¿Por qué no tomas en cuenta a alguien que tenga una edad aproximada a la tuya?

Heechul desvió la mirada antes de responder

-Es más probable que un hombre mayor tenga más paciencia respecto de mis defectos que un hombre joven.

-¿Tienes defectos? Nunca los digas.

-Todos tienen defectos -dijo Heechul.

-Un carácter irascible no sería uno de los tuyos, ¿no?

Heechul entrecerró los ojos y Siwon rió

-Un hombre mayor sería más estable, ya que habría tenido sus aventuras amorosas en la juventud. Si he de ser fiel a mi marido, exijo que él también lo sea.

-Pero no lo serás, cariño -le recordó él.

-Si no lo soy, tampoco exigiré que él lo sea. Pero si lo soy, sí. Dejémoslo así. El hecho es que fue mi abuelo quien sugirió que hallara un hombre con mucha experiencia y la verdad es que los hombres jóvenes que he conocido hasta ahora no me han impresionado mucho, excepto uno, que he incluido en mi lista.

-¿Quién?

- Lee Minwoo.

-¡Lee! – Siwon se incorporó bruscamente y exclamó -Pero si es un niño de mamá.

-No es necesario ser desdeñoso -respondió Heechul secamente.

-Mi querido, si sólo deseas informes primitivos acerca de tus afortunados candidatos, no creo que pueda serte muy útil. Todos ellos son exteriormente irreprochables, lo que es de esperar tratándose de caballeros de su condición. Pensé que te interesaba conocer sus defectos ocultos.

Heechul se conmovió con el comentario.

-Naturalmente. Estás en lo cierto. Lo lamento. Y bien, en tu opinión, ¿cuál de ellos sería mejor marido?

-¿No tienes preferencias por ninguno de ellos?

-En realidad, no. Todos son atractivos, apuestos y, de acuerdo con lo que he averiguado acerca de ellos, bastante aptos. Esa ha sido mi dificultad. No sé cuál escoger.

Siwon se tranquilizó; se echó hacia atrás y apoyó el brazo sobre el respaldo del sofá, detrás de la cabeza de Heechul. El no pareció notarlo. Estaba aguardando su respuesta con impaciencia, pero él la eludía deliberadamente.

-Tal vez me sería útil saber qué atributos prefieres -sugirió él.

-Un temperamento afable, buenos modales, sensibilidad, inteligencia, paciencia y, como dije antes...

-Encantador. -Su sonrisa era maliciosa y enloquecedora. -Morirás de tedio, querido, y llegaremos a intimar mucho antes de lo que suponía. –Heechul frunció los labios y le lanzó una mirada furiosa, que le hizo reír. -¿Decías?

-Además, será necesario firmar un contrato matrimonial –dijo Heechul tenso - Mi marido no podrá tener el control absoluto de mi persona ni de mis bienes.

-¿Fue idea tuya?

-De mi abuelo. Era un anciano tozudo, de ideas obstinadas. Como me legó su fortuna, quiso cerciorarse de que la conservase y no fuese a parar a manos de un extraño que él quizás no aprobaría. Hizo redactar el contrato antes de morir.

-Si era tan quisquilloso, ¿por qué no arregló tu matrimonio?- Heechul lo miró pensativamente.

-Teníamos una unión muy especial, Siwon. No deseaba dejarlo solo mientras viviera, y él nunca me hubiera obligado a hacerlo.

Siwon sonrió al oír que él pronunciaba su nombre impensadamente. Demostraba que se sentía cómodo con él. Incluso había flexionado una rodilla mientras le hablaba, para mirarlo de frente. Le resultaría sencillo dejar caer el brazo sobre los hombros de él y atraerlo...
Siwon trató de reaccionar mentalmente.

-En realidad, es un punto discutible. Creo que el único que podría oponerse a ese contrato sería Savage. No porque codicie tu fortuna. Creo que tiene mucho dinero, y no creo que le asigne importancia cuando se case. Pero es un hombre al que no le agrada someterse a limitaciones. Pero supongo que si desea casarse contigo, no pondrá objeciones.

-¿Entonces lo recomiendas?

-Querido, sólo puede asegurar que, de las condiciones que exiges, posee únicamente la inteligencia. En realidad, ninguno de estos individuos posee todas las cualidades que buscas. El que más se acerca a tu ideal es Lee Minwoo, pero si te casas con él, también te casarás con su madre, siempre que ella le permita casarse. Nunca he visto a una mujer tan aferrada a su hijo como esa.

Heechul había fruncido el ceño antes de que él concluyera de hablar.

-Muy bien; no me recomiendes ninguno. Simplemente, dime qué sabes de los otros.

-Es sencillo. Comencemos por Junjin. Cariñosamente, lo apodan el vizconde chapucero. Algo incorrecto debe hacer, pues no se le ha visto dos veces con el mismo joven, pero quizá tú seas la excepción. Es blando. Algunos dicen que es cobarde. Aparentemente, en una ocasión fue retado a duelo y no aceptó. Nunca supe por qué. ¿Ha demostrado interés por ti?

En realidad, no lo había demostrado, pero no era ésa la cuestión.

-¿El próximo?

Siwon rió al ver que eludía la respuesta a su pregunta. Todavía no era necesario decirle que el joven Junjin no demostraba interés los jóvenes señores. Si lograba casarse con él, cosa que dudaba, Heechul muy pronto buscaría un amante.

-El conde Hyesun es un hombre simpático; además es muy mordaz, puede destruir a alguien con sus palabras. Pero parece perseguido por la tragedia, pues en los últimos cinco años ha enviudado tres veces. Pocos lo saben, pero la muerte de cada uno de sus esposos duplicó su fortuna.

-No estás sugiriendo que...

-En absoluto -dijo él, aprovechando la distracción de Heechul para acercar su rodilla - Es tan sólo una especulación de algunos envidiosos que no tienen tanta fortuna como él.

Había plantado la semilla, aunque no fuese certera. Dos de las esposos habían muerto al dar a luz, lo que realmente fue una tragedia. El tercero cayó de un acantilado. Fue un caso engorroso, pero el conde no pudo ser el culpable, a menos que tuviera el poder de desencadenar la tormenta que atemorizó al caballo del joven señor y provocó su caída.

-¿Y Sir Dongwoo?

-Es muy aficionado al juego, pero todos lo somos. -Lo dijo guiñando un ojo. -Y tendrías una familia ya formada. Tiene docenas de niños...

-Me dijeron que eran solamente cinco.

-Cinco son legítimos. Sí, estarías muy ocupado y él no te ayudaría mucho, ya que tiende a olvidar que es padre. ¿Planeas tener hijos propios?

Heechul se ruborizó y las buenas intenciones de Siwon se diluyeron. Lo tomó del cuello y, sin moverse, lo atrajo hacia su pecho, dejando deslizar sus dedos hacia su cabello para besarlo.

Pero no lo logró. Heechul lo empujó con tal fuerza y rapidez que él, sorprendido, le soltó.

-Lo prometiste.

Siwon se irguió, mesándose los cabellos con una mezcla de impaciencia y mortificación, pero su voz se mantuvo serena.

-Por favor recuerda, mi querido, que este rol de confidente es nuevo para mí y me llevará tiempo habituarme a él. -Mirándolo de soslayo añadió: -Oh, por Dios, no me condenes por mis actos reflejos. Puedo asegurarte que no volverá a suceder.

Heechul se puso de pie

-Si no tienes nada que agregar...

<> -Será necesario deslindar los hechos de los rumores. Necesito una o dos semanas...

-Una semana.

Siwon se echó nuevamente hacia atrás contra el sofá, apoyándose sobre los brazos que extendió sobre el respaldo y la miró lánguidamente. Era positivo que Heechul aún le dirigiera la palabra y estuviera dispuesto a seguir sus consejos. Ello indicaba que no estaba tan enfadado con él.

-Ordena tus cabellos, querido, y te acompañaré hasta el lago.

Siwon reprimió la risa al escuchar su murmullo de exasperación al comprobar que él le había despeinado una vez más. Con dedos impacientes los alisó. Entonces él rió abiertamente, provocando una mirada furibunda de Heechul.

Pero, pocos minutos más tarde, mientras caminaban rumbo al lago, él desplegó toda su seducción y logró que volviera a sonreír, dispuesto a perdonar su desliz. Pero el buen humor de Heechul duró poco. De pronto pensó que seguramente había causado muy mala impresión que él hubiera permanecido en la casa cuando todos salieron para participar en la cacería. El ceño fruncido y la expresión perpleja de Minwoo le hizo reaccionar.

-Creo que no deberían vernos juntos -dijo a Siwon cuando divisaron a otros de los caballeros de su lista.

-Estaría de acuerdo contigo se estuviéramos en otra parte -dijo él-. Aquí soy un pariente del anfitrion y es natural que converse con los invitados.

Súbitamente, la despreocupación de él le irritó, pues tanto Lord Hyesun como Lord Junjin lo habían visto.

No podía saber si consideraban impropio que llegara tarde y del brazo de Sir Siwon. De todas maneras, el hecho de que él le acompañara hasta el lago después de que ambos habían dejado de participar de la cacería no la favorecía en absoluto, sobre todo porque los hombres a quienes cortejaba seguramente estarían intrigados ante la situación. Siwon debió saberlo. Tenía mucha más experiencia en esas cuestiones. Su irritación estaba dirigida exclusivamente hacia él.

-Deseo aclararte, Siwon, que aunque me aburra con mi marido, eso no significa que habrás de beneficiarte.

Él pareció comprender su comentario y sonrió. Su respuesta provocó la aprensión de Heechul

-Por el contrario. Serás mi amante, querido. Si no estuviera absolutamente seguro de ello, no hubiera aceptado ayudarte.

1 comentario:

  1. Dios no puedo creer que Siwon este ayudando a Hee solo con el fin de que se convierta en su amante. Espero que el tiro no le salga por la culata

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...