Atrévete a Amar- Capítulo 14



Siwon comprendió que todos sus esfuerzos habían sido vanos.

-Por Dios, no puedes...

Heechul todavía cavilaba sobre sus oportunidades perdidas.

-Debí hacerlo desde un comienzo. Por lo menos sabré con quién me caso.

Siwon lo tomó de los hombros, obligándolo a escucharlo.

-Maldito sea, hombre; no estoy dispuesto a permitir que desperdicies tu vida con un granjero. -Y, antes de darse cuenta de lo que iba a decir, Siwon balbuceó: -Te casarás conmigo.


Cuando Heechul dejó de reír, tardíamente comprendió que su reacción era en realidad una ofensa hacia Siwon. Mientras reía a carcajadas Siwon se había apartado de él. Finalmente, lo vio sentado en la cama y apoyado sobre un codo.

No parecía ofendido. En realidad parecía confundido. Por lo menos el paso en falso de Heechul no lo había enfadado, lo que hubiera sido razonable. Pero era tan ridículo. Casarse con él; qué ocurrencia. El libertino más famoso de Londres. Seguramente quiso decir otra cosa.

Pero se sintió mejor después de reír a mandíbula batiente. Todavía debía afrontar muchos problemas. Sonriendo, se acercó a Siwon con la cabeza inclinada hacia un costado para llamar su atención.

-Posees el don de levantar ánimos, Siwon. La verdad es que nadie podría acusarte de no ser encantador. Pero es evidente que no estás en tu elemento cuando se trata de proponer matrimonio. Considero que debe hacerse como un pedido, no como una exigencia. Deberás recordarlo la próxima vez que tu sentido del humor tienda a lo absurdo.

Al principio, Siwon calló, pero le miró a los ojos. Heechul se sintió perturbado.

-Estás en lo cierto, querido. Creo que perdí la cabeza. Pero casi nunca hago las cosas de una manera convencional.

-Bueno... Ya te he demorado bastante.- dijo Heechul nervioso

Siwon se irguió y apoyó las manos sobre las rodillas.

-Antes de marcharte deberás responderme.

-¿Responder qué?

-¿Te casarás conmigo?

Aunque la pregunta fue hecha de manera convencional, fue igualmente absurda.

-Bromeas -dijo Heechul con incredulidad.

-No, cariño. Aunque estoy tan sorprendido como tú, hablo en serio.

Heechul apretó los labios. Esto no era gracioso en absoluto.

-De ninguna manera. No me casaría contigo ni con Hyunsang.

Su risa anterior se tornó comprensible. Y la reacción que Heechul tuvo ante su proposición era débil comparada con su propia sorpresa. Pero si bien sus palabras habían sido impensadas, una vez dichas comprendió que la idea de casarse, que antes lo horrorizara, era de pronto aceptable.

No era que no pudiese ser convencido de lo contrario si Heechul no hubiese estado allí y luciera tan atractivo. Había vivido años sin necesitar un esposo; no tenía por qué necesitarlo ahora. ¿Por qué demonios insistía en la seriedad de su proposición cuando él la había rechazado con su actitud dubitativa?

El problema era que no le agradaba que lo arrinconaran y Heechul lo estaba haciendo al amenazar con casarse prácticamente con cualquiera. Y le agradaba menos la idea de no volver a verlo, con lo que también lo estaba amenazando. En realidad, no deseaba que Heechul saliera de su habitación. Estaba allí. Y él sacaría ventaja de la situación.

Pero la negativa había inclinado el platillo de la balanza. Heechul lo aceptaría, aunque él tuviera que llegar a una transacción para obtener su consentimiento.

-Corrígeme si me equivoco, querido, pero ¿no tienes otra oferta, verdad? Y recuerdo que dijiste que no te importaría casarte con cualquiera con tal de hacerlo.

Heechul frunció el ceño.

-Es verdad, pero tú eres la única excepción.

-¿Por qué?

-Porque serías un pésimo marido.

-Siempre he opinado lo mismo -dijo él, sorprendiéndolo-. ¿Por qué otra razón hubiera evitado el matrimonio durante tanto tiempo?

-Bueno, entonces comprendes mi punto de vista, ¿verdad?

Siwon sonrió.

-Sólo admito la posibilidad, cariño. Pero miremos la otra cara de la moneda. También podría inclinarme por el matrimonio. Guixian lo hizo y yo fui el primero que pensó que estaba condenado al fracaso.

-Pero él está enamorado de su esposo -señaló enfáticamente.

-Dios mío, no esperas que diga que te amo, ¿no? Es muy pronto...

-Naturalmente -lo interrumpió Heechul secamente, con las mejillas encendidas.

-Pero ambos sabemos que te deseo, ¿verdad? Y ambos sabemos que tú...

-Siwon, por favor. -Se ruborizó más aún. -Nada de cuanto digas me hará cambiar de idea. No me sirves. Juré que jamás me casaría con un libertino y has admitido que lo eres. Y no puedes dejar de serlo.

-Supongo que debo agradecer tu inflexibilidad a Lord Jang, ¿no es así?

Desconcertado, ni siquiera se preguntó por qué llegaba él a esa conclusión.

-Sí, Geunsuk sabe por experiencia qué ocurre cuando uno se enamora de un libertino. Cuando él se vio en la necesidad de casarse, el suyo huyó velozmente y se vio obligado a aceptar lo que pudo: un anciano al que detestaba.

Sus ojos eran más rasgados cuando Siwon fruncía el caño.

-Creo que ha llegado el momento de que conozcas la verdadera historia, Heechul. El viejo Hanheng fue presa del pánico cuando debió afrontar la paternidad en forma inesperada. Se marchó por dos semanas para resignarse a la pérdida de su soltería y, cuando recapacitó, Geunsuk ya estaba casado con Jang. El nunca le permitió ver a su hijo. Se negó a recibirlo cuando el viejo Jang murió. Puede que tu amigo haya sido desdichado a raíz de cuanto ocurrió, pero mi amigo también lo fue. La verdad es que Hanheng se casaría con él ahora si él lo aceptara.

Heechul se sentó en el sillón y miró fijamente el fuego del hogar. ¿Por qué debía ser amigo de Park Hanheng? ¿Por qué le había contado eso? Tal vez Geunsuk se casaría con Park de inmediato si pudiera perdonarlo por una reacción que indudablemente había sido muy natural, considerando que en esa época él era un disoluto. ¿Y qué pasaba con Heechul?

Demonios, nada le agradaría más que casarse con Kim Siwon... si él lo amara, si pudiera serle fiel, si pudiera confiar en él. Pero no era así. Probablemente Cho Kyuhyun amaba a Sungmin, su abuelo pudo haber amado, Park Hanheng probablemente había amado a Geunsuk y quizás aún lo amaba, pero Siwon había admitido que no lo amaba. Y, lamentablemente, a él si resultaría muy fácil amarlo. Si la situación no fuera como era, aceptaría su proposición. Pero no era tan tonto como para exponerse al sufrimiento que Siwon podía causarle y que indudablemente le causaría.

Heechul se volvió para mirarlo, pero la cama estaba vacía. Azorado, se dio cuenta de que le ponían el sombrero y lo empujaban hasta el borde del sillón. Luego vio que Siwon había apoyado los brazos sobre el respaldo del sillón.

Heechul tardó un segundo en habituarse a su cercanía; luego carraspeó.

-Lo lamento, pero lo que me has dicho acerca de Hanheng y Geunsuk no me hace cambiar de idea respecto a ti.

-Lo imaginé -dijo, meneando la cabeza, y luego sonrió seductoramente-. Eres un escocés empecinado, Lord Choi, pero es una de tus cualidades que más me agrada. Te ofrezco lo que más necesitas y lo rechazas, perjudicándote; todo por un motivo que es tan sólo una ridícula suposición. Podría llegar a ser el más ejemplar de los maridos, no me das la oportunidad de averiguarlo.

-Siwon, te dije que no me agrada hacer apuestas. No deseo arriesgar el resto de mi vida a un “quizás”, cuando hay tantos factores negativos.

Siwon se inclinó hacia adelante y apoyó el mentón sobre sus brazos cruzados.

-Supongo que te das cuenta de que si te obligo a permanecer aquí durante toda la noche, te verás en una situación comprometida. Ni siquiera necesitaría tocarte, mi querido; las circunstancias hablan por sí mismas. Así se casó Sungmin, a pesar de que su primer encuentro con Guixian fue completamente inocente.

-No harías tal cosa.

-Creo que sí.

Heechul se puso de pie y lo miró, furioso. El sillón estaba entre ambos.

-Eso es... eso es... de todos modos no resultaría. Regresaré a Escocia. No me importa que mi reputación se haya arruinado aquí. Aún tengo mi... -No pudo pronunciar la palabra. -Mi marido se daría cuenta y sólo eso me importa

-¿Ah, sí? -preguntó él con una mirada maliciosa que asomaba a sus ojos negros- Entonces, como debo ayudarte a pesar de ti mismo, no me dejas muchas alternativas. ¿De modo que debo comprometerte realmente y no sólo aparentemente?

-¡Siwon!

Su exclamación lo hizo sonreír

-Dudo que me hubiera conformado con la apariencia. Fui considerado al tenerla en cuenta, pero, como reiteradamente afirmas, soy demasiado libertino para no sacar ventaja de tu presencia en mi habitación.

Heechul comenzó a retroceder hacia la puerta. Se apresuró cuando Siwon fue hacia él -Aceptaré un compromiso aparente.

Siwon meneó la cabeza.

-Querido niño, si todos pensaran que has compartido mi cama, ¿por qué negarte ese placer?
Las palabras de Siwon lo perturbaron, pero Heechul trató de luchar contra su perturbación, estaba seguro de que él bromeaba. Siwon lo hacía aparecer como un juego, pero cuanto más se acercaba, Heechul más se alarmaba.

Sabía qué ocurriría si él lo besaba. Había sucedido antes. Hablara él seriamente o no de una supuesta seducción, si lo tocaba era probable que se produjese. Siwon no necesitaría realizar un gran esfuerzo.

-No quiero...

-Lo sé -dijo él tiernamente, tomándolo por los hombros y acercándolo a su pecho-. Pero lo querrás, cariño, te lo prometo.

Naturalmente, tenía razón. Él sabía cuáles eran sus deseos profundos, los que Heechul no quería admitir ni ante sí. Por mucho que luchara contra ellos, no dejarían de existir. Él era el hombre más atractivo y adorable que Heechul jamás conociera y lo había deseado desde el momento en que lo vio por primera vez. Era un sentimiento intenso que nada tenía que ver con la lógica o el razonamiento. Era una ansiedad del cuerpo y del corazón, y al diablo con el sentido común.

Heechul cedió, entregándose al torbellino de los sentidos, en el momento en que él lo tomó entre sus brazos. Había imaginado tantas veces ese instante, que era como regresar al hogar. El calor de su cuerpo, la fuerza de sus brazos, la embriaguez de la pasión. Ya los conocía, pero todo se renovaba de una manera maravillosa.

Pero cuando lo besó, lo hizo con tal suavidad, que apenas lo sintió. Y comprendió que Siwon le estaba dando una última oportunidad para detenerlo, antes de que dominara la situación por completo. Él sabía muy bien que era lo suficientemente hábil y experimentado como para quebrantar cualquier resistencia que Heechul pudiera oponer. Lo había hecho antes. El hecho de que se contuviera le perturbó más y lo deseó con más intensidad.

Heechul dijo que sí, al rodear el cuello de él con sus brazos. Quedó vencido por el enorme atractivo de él. Los labios de Siwon lo anonadaron con su magia; respirar no era importante. Sus labios eran cálidos y rozaban nuevamente los de él.

Siwon lo sostuvo entre sus brazos durante un largo rato, besándolo, provocando en él sensaciones deliciosas. Cuando Siwon se echó hacia atrás, comenzó a desabrochar la chauqeta de Heechul. Ya le había quitado el sombrero y la capa, sin que lo advirtiera.

Heechul contempló cómo lo desvestía lentamente y no pudo moverse; no quiso hacerlo. Los ojos de Siwon lo hipnotizaban; sus párpados pesados y su mirada intensa escudriñaban su alma. No pudo dejar de mirarlo, ni siquiera cuando percibió que parte de su vestimenta se deslizaba por su cuerpo hasta caer a sus pies.

En ese momento Siwon sólo lo tocó con la mirada, recorriendo con los ojos su cuerpo de arriba hacia abajo y viceversa. En sus labios reapareció esa sonrisa sensual que tenía el poder de fundir sus miembros, lo que era peligroso pues sus sentidos ya se le habían rendido. El cuello de Heechul osciló y Siwon sostuvo sus caderas. Luego, lentamente, acarició la piel desnuda de su cintura, deteniéndose en su pecho, acariciandolo con el pulgar. Sus pezones se irguieron y su respiración se aceleró; una suave tibieza recorrió su ser.

La sonrisa de Siwon se ensanchó, triunfante, como si pudiera ver su interior y saber exactamente qué estaba sintiendo. Se regocijó con su victoria. Y a Heechul no le importó. El también sonreía, pero interiormente, porque si bien Siwon había triunfado, también lo había hecho él, derrotando a su sentido común, para obtener lo que había deseado en todo momento: hacer el amor con ese hombre; que él fuera quien le iniciara y se convirtiera en su primer amante, porque sabía que, con él, todo sería hermoso.

Pero, dado que cedería a los deseos de Siwon, quería desempeñar un rol activo. Había pensado desvestirlo, preguntándose cómo sería su cuerpo desnudo. En su imaginación, lo veía como a un Adonis. Frente a él estaba el hombre, que le intimidaba mucho más que una fantasía, pero el deseo lo tornaba audaz.

Heechul desató su cinto y la bata se abrió. Apoyó las palmas de sus manos sobre la piel de Siwon, tal como lo había hecho él, y las deslizó hacia arriba, tocando su piel, abriendo la bata y haciéndola deslizar por sus hombros. Él la dejó caer y luego tomó a Heechul entre sus brazos, pero él lo apartó para contemplarlo a sus anchas. Vio la piel tibia y los músculos firmes, su pecho hizo vibrar sus dedos. Sólido, poderoso, era mucho más de cuanto había imaginado. Heechul sintió un fuerte impulso de rodearlo son sus piernas para acercarse a él todo lo posible.

-Oh, qué hermoso eres, Siwon.

Él estaba hechizado por la mirada escrutadora de Heechul, pero estas palabras, pronunciadas con esa voz ronca, lo estimularon hasta el delirio. Lo acercó a él y lo besó apasionadamente. Lo tomó entre sus brazos, llevándolo hacia la cama.

Lo depositó suavemente sobre el lecho y luego se echó hacia atrás para contemplar su cuerpo una vez más con ojos encendidos de deseo. A menudo lo había imaginado allí, con la piel sonrosada por la pasión, llamándolo con con ojos ardientes. Era exquisito, más de lo que había supuesto; y estaba allí; era suyo y lo deseaba.

Hubiera querido gritar de alegría. En cambio, apoyó sus manos con ternura sobre las mejillas de Heechul y sus dedos acariciaron su rostro, sus cabellos, su cuello. No se cansaba de tocarlo.

-No imaginas lo que haces conmigo.

-Sé lo que tú haces conmigo -dijo Heechul suavemente, mirándolo-. ¿Es lo mismo?

Él respondió con una sonrisa y un gruñido.

-Dios, espero que sí.

Y entonces lo besó, introduciendo su lengua en la boca de él y apoyando su pecho contra el de Heechul. Cuando él levantó los brazos para abrazarlo, Siwon los tomó, estirándolos hacia los costados y entrelazando sus dedos. Heechul no podía moverse, pero podía sentir; sentir el pecho de él que el suyo, rozaba sus pezones, electrizándolos con su sensual suavidad.

Luego Siwon bajó la cabeza para tomar uno de sus pezones son la boca, succionando suavemente o deslizando la lengua a su alrededor. Pero no soltó sus manos y Heechul creyó enloquecer a causa del deseo incontenible de tocarlo y acariciarlo.

Lanzó un gemido. Siwon se detuvo y sonrió, mirándolo a los ojos.

-Eres un demonio - dijo Heechul al percibir su maliciosa alegría.

-Lo sé. -Y deslizó la lengua sobre el otro pezón. -¿No te gusta?

-¿Qué si me gusta? -dijo, como si nunca hubiese escuchado una pregunta tan ridícula-. Pero desearía tocarte a mi vez. ¿Por qué no me sueltas?

-No.

-¿No?

-Luego podrás tocarme hasta que te hartes. Ahora no podría resistirlo.

-Oh -suspiró Heechul - Pues yo tampoco podré continuar resistiéndolo.

-Cariño, si no callas, comenzaré a comportarme como un chico inexperto.

Heechul rió y el sonido ronco de su risa fue la perdición de Siwon. Se quitó los pantalones, pero afortunadamente recapacitó antes de arrojarse sobre él. Aún debía quitarle los pantalones y los zapatos y lo hizo rápidamente. El deseo lo atenazaba y su ritmo pausado del comienzo había sido reemplazado por una prisa frenética.

El puñal que cayó de la bota de Heechul lo obligó a recuperar el control. Sonrió, íntimamente asombrado. El pequeño escocés estaba lleno de sorpresas. Casarse con él no sólo sería sumamente placentero sino también interesante y de pronto sus dudas se disiparon y comenzó a pensar ansiosamente en la posibilidad. Sopesó la daga.

-¿Realmente sabes cómo usar esto?

-Sí, y lo hice cuando uno de los maleantes de Hyunsang trató de secuestrarme en la calle.

Siwon arrojó la daga hacia un costado y sonrió.

-A partir de esta noche, ya no deberás preocuparte por eso, cariño.

Heechul tenía sus dudas al respecto, pero se abstuvo de expresarlas. Nada había sido convenido. Aún consideraba que él no era un hombre apto para el matrimonio, aunque deseara que fuese todo lo contrario. Era un amante y como tal podía aceptarlo. ¿Qué importaba su virginidad, si los acontecimientos recientes le aseguraban que su matrimonio sólo sería un contrato comercial?

Pero las decisiones de mañana eran muy lejanas y las manos de Siwon se deslizaban por sus piernas, separándolas e imposibilitando todo pensamiento. Él se agachó para besar la cara interior de su muslo, luego la cadera, para finalmente introducir su lengua en su ombligo.

Llamas de fuego lamían los pies de Heechul, que retorció su cuerpo. Tomó la cabeza de Siwon, pero él volvió a besar su pecho, acariciando con su lengua los sensitivos pezones, hasta que Heechul enloqueció de deseo. Arqueó su espalda, amoldando su estómago al pecho de él, exigiendo el contacto. Heechul no sabía exactamente qué necesitaba, pero instintivamente comprendía que sus sentidos estaban encendidos con alguna finalidad.

Tiró frenéticamente de la cabeza de Siwon, pero él controlaba la situación. Él se deslizó hacia arriba un poco más, besando el cuello de Heechul con labios ardientes y acercándolos a su oído. Llevó sus dedos hasta la estrecha entrada del joven, acariciándola. Cuando introdujo la lengua en su oreja Heechul reaccionó tan vivamente que estuvo a punto de arrojar a Siwon lejos de sí.

Luego comenzó a temblar deliciosamente y deseó acurrucarse junto a él, al sentir como Siwon introdujo uno de sus dedos en su entrada y lo comenzó a mover lo que ocasiono que Heechul se estremeciera de dolor y placer, no se resistía sus sentidos se encontraban extasiados por el trato y las caricias de Siwon.

La imagen de Heechul dejándose llevar, el verlo morder su labio para no dejar escapar los gemidos que le provocaba y el leve sonrojo de sus mejillas; provoco que Siwon se excitara más y más. Segundos después introdujo el segundo dedo, y después el tercero, entonces los saco y con su lengua empezó a lamer la entrada para lubricarla.

Su primera vez, estaba siendo una experiencia única gracias a Siwon. Heechul se sostenía con sus manos fuertemente de las sabanas como si en algún momento pudiera caer de esta debido a los temblores constantes que recorrían su cuerpo. Siwon continuo lamiendo incesantemente e introducía su lengua dentro de Heechul que se estaba llenando de pequeñas gotas de sudor sobre toda su piel.

Momento después paro todo movimiento, subió recorriendo con su lengua todo el largo cuerpo de Heechul hasta llegar a sus labios. Siwon volvió a besarlo con toda la pasión despertada en él, mientras sus rodillas abrían las piernas preparándolo para lo que venía.

A Heechul le dolía la espalda y se sentía envuelto en un calor húmedo e infernal, su cuerpo lo envolvió instintivamente, ávido de sentir la presión en esa zona quemante. Siwon tomó a Heechul por la cadera y lentamente introdujo su miembro esperando un momento para que se acostumbrara.

Entonces Heechul experimentó una hermosa sensación de plenitud, rodeando el cuerpo de Siwon con sus piernas para no perderlo, sintiendo finalmente que había logrado cierto control.

No lo soltó y la presión comenzó a crecer en su interior hasta que pareció estallar, abriendo un nuevo canal de sensaciones, que alivió parcialmente la tensión. Pero el alivio no fue duradero, ya que Siwon comenzó con las embestidas, profundas y salvajes embestidas.

Las manos de Heechul se pasearon por su torso musculoso explorándolo por completo, sintiendo las rápidas palpitaciones del corazón de Siwon aumentar con cada penetración, para terminar enredando sus brazos alrededor de su cuello. Aun le costaba trabajo creer lo que hacía por primera vez con aquel hombre al que tanto había huido, pero se sentía lleno, se sentía jodidamente feliz de estar con él.

Bajó un poco la cabeza y buscó sus labios, pero al contrario de los otros besos que se habían regalado esa tarde, aquel roce estaba cargado de cariño y felicidad. Siwon lo besó nuevamente, con avidez y ferocidad, con una voracidad similar a la de suya.

Los brazos de él le aprisionaban como barras de hierro y sus dedos acariciaban sus cabellos, sosteniéndolo, controlándolo. Y su cuerpo se movía contra el de él con un apremio al que Heechul respondía. La tensión volvió a crecer y finalmente alcanzó la culminación, que dio paso a un dichoso olvido.

Instantes más tarde, Siwon se desplomó sobre él; su propia culminación lo había debilitado tanto que durante un rato no pudo levantar la cabeza. Nunca había experimentado nada igual y estaba a punto de decírselo cuando se dio cuenta de que Heechul estaba inconsciente o profundamente dormido.
Sonrió, apartando los cabellos de sus ojos mientras daba pequeños besos, lamia su nuca y espalda sumamente complacido consigo mismo y con él.


2 comentarios:

  1. Kyaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Hasta que por fn!!!!!! jajajajajajaj ahora hay que esperar que pasara cuando Hee se despierte ^_^

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  2. Es bueno volver a leer la das kim amo a esta pareja *^*

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...