Atrévete a Amar- Capítulo 20



Heechul estaba en el recibidor junto a la ventana, con la mejilla apoyada contra el cristal y aferrando con sus manos el cortinaje azul junto a él. Hacía treinta minutos que estaba allí; desde que saliera del comedor, después de una cena incómoda con Minho y su primo Kangin, que había venido a buscarlo para salir.

Por lo menos, la llegada de Kim Kangin lo había distraído durante un rato. El heredero del marqués era un joven apuesto de la edad de Heechul, castaño y de ojos cafe. Vestido de etiqueta, lucía una estampa muy atractiva y Heechul adivinó de inmediato que seguía los pasos de su tío; otro libertino en una familia que ya tenía demasiados. Pero Kim Kangin todavía tenía un aire juvenil que le daba un aspecto inofensivo y encantador.

Al enterarse del casamiento de su tío, reaccionó tal como lo había hecho Minho; al principio con incredulidad y luego con alegría. Además, fue el primero que lo llamó tío Heechul; y no bromeaba, lo cual lo sobresaltó un poco. Era en realidad un tío ahora y de pronto tenía numerosos sobrinos y sobrinas. Una familia instantánea, gracias a su casamiento con Siwon. Una familia cálida y acogedora, según Minho.

Pero Minho y Kangin ya se habían marchado y Heechul se había tornado melancólico, sin percibir que había estado de pie en el mismo sitio durante media hora, contemplando el tráfico que pasaba por Piccadilly.

Además, estaba enfermo de preocupación. Algo le había sucedido a Siwon. Seguramente estaba herido y no podía comunicarse con él. Por eso había transcurrido todo el día sin noticias suyas. Por otra parte, lo que había comenzado siendo una leve irritación por sentirse abandonado, se había convertido, con el transcurso de las horas, en una cólera reprimida, sobre todo cuando llegó Kangin y no supo cómo explicar la ausencia de Siwon.

Durante todo el día se había ocupado de sus asuntos, sin pensar que ahora tenía un esposo que podía estar preocupado por él.

Esos sentimientos conflictivos le habían quitado el apetito, a pesar de que había organizado una cena especial, que demoró durante más de una hora, esperando que Siwon llegara a tiempo. No lo había hecho y la ansiedad de Heechul era cada vez mayor; superando su enojo y provocándole un malestar físico.

Demonios, ¿dónde estaba? Era tan sólo su segundo día de matrimonio. ¿Lo había olvidado? Debieron pasar el día juntos, tratando de conocerse mejor.

Finalmente, un coche se detuvo frente a la puerta y Heechul salió corriendo de la habitación, haciendo una señal al mayordomo para que no abriera la puerta de entrada. El mismo la abrió, antes de que Siwon llamara. Lo miró de arriba abajo, buscando heridas, pero no las había. Estaba bien. Hubiera deseado abrazarlo y golpearlo al mismo tiempo, pero se mantuvo inmóvil, con las manos entrelazadas, para no hacer ninguna de las dos cosas.

Cuando Siwon lo miró y lo vio tan hermoso con ese traje verde, su rostro se iluminó con una sonrisa.

-Dios, pareces una visión, cariño. No imaginas el día horrible que he pasado.

Heechul se mantuvo inmóvil en el centro del umbral.

-¿Por qué no me lo dijiste?

El acento lo delató. Siwon retrocedió para mirarlo mejor y notó su gesto hosco y sus labios apretados.

-¿Sucede algo, querido?

-¿Sabes qué hora es?

-Ah, es eso. -Él rió. -¿Me extrañaste, cariño?

-¿Extrañarte? -dijo Heechul exasperado-. Engreído. Si no deseas venir a casa durante varios días no me importa. Pero creo que la más elemental educación indica que es necesario avisar cuando uno no piensa regresar durante todo el día.

-Sí, supongo que así es -dijo él, sorprendiéndolo-. Y la recordaré la próxima vez que emplee todo el día tratando de hallar a ese huidizo primo tuyo.

-¿Hyunsang? Pero... ¿por qué?

-¿Por qué habría de ser? Para darle la buena noticia. ¿O no has comprendido que hasta que no se entere de tu nueva condición, sigue siendo un peligro para ti?

Heechul enrojeció de furia. Él se había demorado por él y él lo recibía encolerizado.

-Lo lamento, Siwon.

Su mirada contrita era irresistible. Siwon lo acercó a su cuerpo y Heechul apoyó la cabeza sobre su hombro.

-Niño tonto -dijo él bromeando-; no tienes por qué lamentar nada. Me agrada que alguien se preocupe por mí. Estabas preocupado, ¿verdad? ¿Por eso te enfadaste?

Heechul asintió, pero no estaba muy convencido de cuanto él decía. Su nariz percibió un aroma dulzón y provocativo que provenía del abrigo de Siwon; parecía... perfume y perfume barato además. Heechul se echó hacia atrás, frunciendo el ceño y vio una hebra amarilla sobre el hombro de él... pero no era una hebra, era un cabello rubio. Lo tomó entre sus dedos y tiró, pero continuaba saliendo. Pudo pensar que era suyo, a pesar de que el color era más claro; pero no era fino sino grueso.

-Lo sabía -dijo mirándolo enfurecido.

-¿Sabías qué? ¿Qué te ocurre ahora?

-Esto. -Le mostró el cabello. -No es mío y decididamente tampoco es tuyo, ¿verdad?

Siwon frunció el ceño, tomando el cabello.

-No es lo que crees, Heechul.

Heechul cruzó los brazos sobre el pecho.

-¿Ah, no? Supongo que un prostituto atrevido se dejó caer inesperadamente sobre tu regazo y te impregnó de olor a perfume barato antes de que pudieras evitarlo.

<>, gruñó él para sí mismo, <<¿cómo lo adivinó?>>

-En realidad...

-Demonios, ni siquiera sabes inventar tus propias excusas -gritó Heechul.

Era muy ridículo; muy cómico, pero Siwon no osó reír al ver la expresión asesina de Heechul. Muy serenamente dijo:

-En realidad, fue un camarero. Y no me hubiera hallado en condiciones de que se instalara en mi regazo si no hubiera estado en una de las numerosas tabernas a las que fui en busca de tu primo.

-Así que me culpas por tu infidelidad. Muy típico de ustedes, ¿no? Pero te diré de qué soy culpable: de haber creído en tus palabras anoche. Ya no volveré a cometer ese error.

-Heechul...

Cuando él trató de tocarlo, Heechul retrocedió bruscamente y, antes de que pudiera detenerlo, le cerró la puerta en el rostro. Siwon maldijo profusamente; había perdido la paciencia, pero no tenía cómo descargar su malhumor.

Se volvió, vio la calle vacía y rechinó los dientes. Al menos Hyukjae había seguido su camino en el coche, rumbo a White's, para matar el tiempo antes de su cita con el susodicho camarero. No hubiera podido soportar que su hermano fuera testigo de semejante absurdo, ni verlo reír a carcajadas, mientras le recordaba las delicias de la vida conyugal.

Mierda. Lo habían echado de su propia casa. Una buena culminación de un día que había ido de mal en peor.

Siwon reaccionó. Era su casa. ¿Qué derecho tenía de echarlo de su propia casa?
Se volvió y comenzó a dar puntapiés a la puerta. Pero luego pensó que era mejor accionar la falleba. Como no estaba cerrada con llave, abrió la puerta violentamente. El ruido que hizo le produjo una gran satisfacción, pero no atemperó su ira. Sorprendió a su esposo, que en ese momento subía las escaleras.

-Baja de inmediato, Lord Kim. Nuestra discusión no ha concluido.

Siwon se sorprendió al ver que le obedecía al instante. Cuando estuvo junto a él, lo miró desdeñosamente.

-Si no te marchas, lo haré yo -dijo dirigiéndose hacia la puerta de entrada, que aún estaba abierta.

Siwon tomó su muñeca y lo obligó a girar sobre sí mismo.

-Ni lo sueñes. No dejarás esta casa, ni yo tampoco. Estamos casados, ¿lo recuerdas? Y tengo entendido que las personas casadas viven juntas.

-No puedes obligarme a permanecer aquí.

-¿Ah, no?

Podía y Heechul se enfureció aun más al recordar que le había otorgado ese derecho.
Quitó violentamente su mano y se frotó la muñeca que con toda probabilidad estaría amoratada a la mañana siguiente.

-Muy bien, pero me instalaré en otra habitación y si tienes algo que decir al respecto, puedes postergarlo para otro momento.

Se volvió para dirigirse hacia las escaleras, pero Siwon tomó su hombro obligándolo a volverse.

-Prefiero hacerlo ahora, querido -dijo él ásperamente-. Me condenas sin escucharme.

-Has traído la prueba contigo. Habla por sí misma.

Siwon cerró los ojos, exasperado.

-Aunque fuera así, que no lo es, no me permites defenderme. Es injusto, desde todo punto de vista.

-¿Injusto? -dijo Heechul, con ojos brillantes de cólera-. Sólo te ahorro la molestia, pues digas cuanto digas, no lo creería.

Trató otra vez de alejarse, pero él la acercó otra vez a sí.

-Maldición, hombre, estaba buscando a Yoon.

-Puede ser, pero también hiciste un pequeño desvío. Y bien, yo te lo había permitido.

Furioso, Siwon dijo:

-Entonces, ¿por qué haces este escándalo?

-Me mentiste. Trataste de hacerme creer que sería de otra manera; por eso, no te perdono.

Heechul se volvió, pero la voz de él lo detuvo.

-Si te marchas, te zurraré.

-No te atreverías.

Siwon entrecerró los ojos.

-Te aseguro cariño, que en este momento sería un placer. Bien, te lo advertiré tan sólo una vez. Aunque no lo creas, ya no me importa. El prostituto que se me sentó encima sólo estaba haciendo su trabajo. Hizo su oferta y yo la rehusé. Eso fue todo.

Fríamente, Heechul preguntó:

-¿Has concluido?

Pero fue Siwon quien se volvió y se marchó.


Esa noche, Heechul lloró hasta quedar dormido; era la primera vez que le sucedía desde que era niño. El hecho de que Siwon no intentara acercarse a él en su nueva habitación fue un alivio, pero lo hizo llorar más amargamente. Le odiaba; no deseaba volver a verle, pero estaba atado a él.

Si no fuera un ingenuo tonto. Pero había permitido que él le convenciera de que podían tener un matrimonio normal y ahora estaba pagando el precio de su credulidad, con un resentimiento que no podía evitar y una amargura que nunca había experimentado. Esa mañana había sido inmensamente feliz durante unas horas y por eso, el hecho de volver a la realidad era tanto más difícil de soportar. No podría perdonarle que hubiera estropeado su oportunidad de ser feliz.

¿Por qué no dejó las cosas tal como estaban? ¿Por qué lo ilusionó, para luego destrozar sus ilusiones?

Heejin no necesitó que le contaran lo sucedido, pues todos los habitantes de la casa oyeron la airada discusión, pero no abrió la boca mientras ayudó a Heechul a cambiar de habitación. A la mañana siguiente le aplicó compresas frías sobre los ojos inflamados, nuevamente sin comentarios. El canalla estaba incluso arruinando su aspecto físico.

Pero la solución de hierbas preparada por Heejin borró todas las huellas de la triste noche que había pasado su amo. Lástima que no tuviera una poción mágica para aliviar el sufrimiento interior de Heechul. Sin embargo, cuando bajó, ataviado con un alegre traje de color claro que contrastaba con su humor, nadie hubiera dicho que los sentimientos negativos aún bullían dentro. Afortunadamente, porque se encontró con numerosos Kim en la sala de recibo, pero gracias a Dios, ninguno de ellos era su marido.

Había comenzado. Y precisamente cuando no sabía si toleraría la presencia de Siwon ese día. Además, no tenía la menor idea de cuál sería su humor cuando bajara. Quizá demostraría su estado de ánimo, pero Heechul no intentaba hacerlo.

Sonrió cálidamente. Que no se llevara bien con su esposo, no significaba que debía enemistarse con el resto de la familia.

Hyukjae fue el primero en verlo y de inmediato se puso de pie para hacer las presentaciones del caso.

-Buenos días, querido niño. Como ves, los mayores han venido a inspeccionarte. Mis hermanos Shindong y Zhoumi... el desposado ruboroso.

La expresión empleada por Hyukjae hizo fruncir el ceño a Shindong. Ambos, él y Zhoumi, eran altos, Shindong era más fornido. Shindong parecía una versión mayor de Hyukjae; era serio y, como él, tenía un aspecto implacable. Zhoumi era totalmente opuesto. Más tarde comprobó que tenía buen carácter, buen humor, era alegre, pero formal y serio en cuestiones de negocios.

Ambos se pusieron de pie. Zhoumi abrazó cariñosamente a Heechul. Shindong, más reservado, besó su mano. Minho, que no necesitaba ser presentado, le guiñó un ojo. Por suerte, ni él ni Hyukjae habían estado en la casa la noche anterior y, por ende, no habían escuchado la embarazosa escena que había tenido lugar en el vestíbulo.

-No imaginas cuánto placer me produce esto, mi querido -dijo Shindong, sonriendo, mientras lo conducía hasta el sofá para sentarse junto a él- Creí que Siwon jamás se casaría.

-No creí que el muchacho pensara sentar cabeza -añadió Zhoumi jovialmente-. Me alegra haberme equivocado. Me alegra mucho.

Dadas las circunstancias, Heechul no supo qué responder, ya que era evidente que Siwon no pensaba hacerlo. Pero ellos deseaban creer que era así, de modo que no los contradiría. Pero tampoco les haría creer que se trataba de una unión basada en el amor. Pues no lo era de ningún modo.

Comenzó a hablar con vacilación.

-Hubo motivos para nuestro casamiento y creo que deberían conocerlos...

-Ya lo sabemos, querido -interrumpió Zhoumi – Sungmin nos ha hablado de tu primo. En realidad no importa. Si Siwon no hubiera estado dispuesto, no hubiera tomado esa decisión.

-Lo hizo para ayudarme -dijo Heechul. Los tres sonrieron dubitativamente y él insistió: -En realidad fue así.

-Tonterías -dijo Shindong – Siwon no es de esos hombres a quienes les agrada pasar por héroes.

-Todo lo contrario -dijo Zhoumi, riendo.

Hyukjae dijo:

-Basta mirarte, querido niño, para saber cuál fue el motivo. No lo culpo en lo más mínimo.

Shindong interceptó la sonrisa libertina de Hyukjae, que hizo ruborizar a Heechul

-Nada de eso ahora -dijo Shindong a Hyukjae, frunciendo el ceño.

-Oh, vamos Shindong. El matrimonio lo salvó de mí.

-¿Desde cuándo ha sido un impedimento para ti? -preguntó Shindong con brusquedad.

-Verdad. – Hyukjae se encogió de hombros. -Pero no seduzco a mis cuñados.

Heechul no sabía que se trataba de una broma. Tampoco sabía que esos hermanos eran felices cuando discutían, aunque fuese en broma.

-Señores, por favor -dijo-, estoy seguro de que Hyukjae no quiso ofenderme.

-Ya ves -dijo Hyukjae con gesto presumido- El sabía que no debía tomar mis palabras en serio. De todos modos, ¿qué hay de malo en mirar?

-Por lo general las miradas expresan los sentimientos -dijo Shindong ceñudamente.

-Ah, pero no los míos. Me resulta más divertido no ser tan obvio... como tú, hermano.

Zhoumi rió.

-Te atrapó, Shindong. En este momento tu expresión es un tanto feroz.

-Sí -dijo Hyukjae - Tu gesto es tan adusto que seguramente el nuevo integrante de la familia creerá que eres serio.

La expresión de Shindong se suavizó cuando miró a Heechul

-Lo lamento, querido. Qué pensarás de...

-Que eres un tirano y no está desacertado -dijo Hyukjae, sin poder contenerse, aunque con
ello logró que Shindong lo mirase de nuevo con gesto severo.

-De ninguna manera -dijo Heechul - Soy hijo único; es tan... interesante ver cómo se relacionan entre sí los miembros de una familia numerosa. Díganme, ¿quién es el árbitro de la familia?

Su pregunta provocó una carcajada general. Transformó a Hyukjae, tornándolo aún más apuesto. También suavizó los rasgos de Shindong, demostrando que, todavía era endiabladamente atractivo y que su aspecto no era tan intimidatorio como le había parecido al principio. Zhoumi se tornó más adorable aún. Dios, esos Kim ponían en peligro el equilibrio de un joven. Y él se había casado con uno de ellos.

-Les dije que era una joya -dijo Hyukjae a sus hermanos-. Es la pareja perfecta para Siwon, ¿no creen?

-Así parece -dijo Zhoumi, secando sus lágrimas- Pero creí que habías dicho que era escocés. No he percibido su acento.

Una voz serena respondió desde la puerta, antes de que pudiera hacerlo hyukljae

-Aparece cuando se enfada, en el momento más inesperado.

Hyukjae no pudo evitar un comentario malicioso.

-Sin duda, lo sabes por experiencia.

-Sin duda -dijo Siwon, mirando hacia su esposo.

Heechul cerró los puños al verlo tan informalmente apoyado sobre el marco de la puerta, los brazos cruzados y una rodilla flexionada para cruzar los pies a la altura de los tobillos.

¿Cómo se atrevía? De modo que deseaba hacer juegos de palabras.

Sonrió dulzonamente a Siwon, aceptando el desafío.

-No alardees. Sólo guardo rencor cuando las personas se lo merecen.

Hyukjae echó leña al fuego.

-Pues entonces, Siwon, no tienes por qué preocuparte. ¿No es así?

-¿Cuándo zarpa tu barco, hermano? -replicó Siwon y Hyukjae rió.

Los hermanos mayores y Minho se acercaron para felicitarle y palmearle cariñosamente. Heechul contempló la feliz escena, iracundo. De modo que fingiría que nada malo ocurría. Y bien, él también podía hacerlo en tanto estuviera allí la familia y en tanto él se mantuviera a distancia. Pero no fue así. Se sentó junto a él en el sofá, tomando el lugar de Shindong y rodeó sus hombros con su brazo, actitud demasiado marital.

-¿Pasaste bien la noche, cariño?

-Vete al diablo -murmuró Heechul aunque sonrió al decirlo.

Siwon rió, si bien el esfuerzo le provocó dolor de cabeza. Gracias a la tozudez de su esposo, la noche anterior se había embriagado y estaba sufriendo las consecuencias.
Hubiera preferido permanecer en la cama, pero no pudo hacerlo cuando Sunwoo le informó que los mayores habían llegado. Maldito inconveniente. No podría discutir con Heechul en presencia de todos ellos.

En realidad, debió concluir la discusión la noche anterior. Pero ingenuamente creyó que después de dormir toda la noche, Heechul se hallaría más receptivo y razonable. Por eso no había derribado su puerta. Debió haberlo hecho. El aún estaba resentido, de modo que no hubiera podido enfadarlo más todavía. Mierda. Querría matar al que alguna vez dijo que los jóvenes y mujeres eran seres maleables.

Momentáneamente, decidió ignorar a su esposo, pero no quitó su brazo de los hombros de Heechul

-Zhou, ¿dónde está el resto de tu familia?

-Vendrán cuando Henry logre reunirlos. A propósito, desea organizar una fiesta en honor de vosotros, ya que no pudimos asistir a la boda. No será una gran recepción; sólo la familia y los amigos.

-¿Por qué no? -dijo Siwon - Será agradable compartir nuestra felicidad con los demás.

Sonrió en su interior cuando oyó que Heechul se atragantaba.


1 comentario:

  1. jajjajaj estos dos en verdad que son un caso!!!!
    Dios no quiero imaginar como se desquitarara Hee con Siwon cuando esten solos ^_^
    Tan bellos todos los hermanos reunidos para celebra que la segunda oveja negra de la famila sento cabeza ^.^

    ResponderEliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...