Debutantes I-15



Aquella mañana, cuando Jungsoo paseó siguiendo la ruta que tomaba todos los días, tuvo cuatro encuentros que lo convencieron de que tendría que abandonar sus viejas costumbres, al menos durante un tiempo.
Sabía que podía seguir adelante si conseguía apartar a Youngwoon de su pensamiento, pero eso era imposible si la gente no hacía más que recordárselo, y Youngwoon, que aún era nuevo en la comunidad, iba a ser tema de conversación recurrente durante bastante tiempo. Ahora también el nuevo vecino empezaba a adquirir cierto protagonismo, pero Youngwoon, como correspondía a su elevado título nobiliario, continuaba siendo de mayor interés.
Las dos primeras personas con quienes se encontró le dijeron que Youngwoon se había marchado a Londres, probablemente para comprarle a su novio un regalo de bodas. El tercer encuentro, con una anciana amiga de sus tios, no fue muy distinto.
-Y yo le pregunto a usted, ¿sabría lord Choi dónde encontrar regalos de boda, o más bien dónde encontrar jóvenes de mala reputación? Lo último, por supuesto. Si el joven lord regresa con un regalo, será con una de esas nefandas enfermedades. -Y la anciana se echó a reír, admirada de su ingenio.

Debutantes I -14



La lluvia arreciaba, difuminando el paisaje. Youngwoon estaba de pie junto a la ventana del salón, contemplando el chaparrón y preguntándose si también Jungsoo estaría haciéndolo. A él le gustaba la lluvia, le gustaba todo lo que tenía que ver con la naturaleza, fuera cual fuese la época del año. Recordó su rostro radiante cuando lo sacó a la terraza bajo la lluvia.
-No puedes continuar evitándome.
Oír aquella voz a sus espaldas fue como un jarro de agua fría, aunque el reflejo de Heechul en la ventana lo había advertido de que se acercaba. Aún era pronto, pero la lluvia había oscurecido tanto el cielo que en la casa habían tenido que encender las luces.
Youngwoon no se volvió. No tenía ningún deseo de mantener una conversación con él, de ninguna clase, pero menos aún sobre el hecho de que lo evitara. Aún no había decidido cómo tratarlo.
Podría decirle la verdad, que a duras penas lo soportaba, pero eso solo conseguiría que vivieran como dos desconocidos cuando se casaran, lo cual, bien pensado, le parecía una situación ideal; al menos para él. O podría intentar llevarse bien con él, sacar el mayor provecho de un matrimonio no deseado.

Debutantes I -13


Heechul estaba logrando ponerse de mal humor en el corto trayecto de regreso a Raccoon Glade. Había conseguido lo que quería: se había quitado de encima el mal trago de tener que disculparse para que todo volviera a ser igual entre Jungsoo y él. Esperaba haber tenido éxito al menos en eso, porque se estaba aburriendo muchísimo en Raccoon Glade y Jungsoo sería un remedio ideal.
Ya no quedaban suficientes invitados en la mansión para tenerlo distraído. Youngwoon incluso lo ignoraba, enojado aún, supuso, por haber tenido que renovar el compromiso. Peor para él. Heechul no le había tendido aquella trampa. Él lo había hecho todo por su cuenta, aunque Heechul no podía negar que todo había salido a pedir de boca.
Heechul jamás habría imaginado que él pudiera hacer nada tan impetuoso como entrar en su dormitorio. Aquello era una total incorrección, incluso aunque no hubiera estado a medio vestir. Pero Heechul había pensado que él pretendía arreglar las cosas y por ese motivo podía perdonarle su impetuosidad. Luego había descubierto que todo se debía a Jungsoo. Había sido la gota que colmó el vaso, sobre todo después de que aquel campesino se hubiera quitado la máscara con él, demostrándole que, después de todo, no era todo sonrisas y podía ser un verdadero arpía.

Debutantes I -12



Los fuertes golpes en la puerta despertaron finalmente a Youngwoon. Lo bastante al menos como para decirle a su autor que él mismo se encargaría de que ardiera en el infierno si no dejaba de hacerlo. Pero la persona en cuestión no le hizo caso, sino que abrió la puerta. Youngwoon no se percató. Estaba sentado en la cama, sujetándose la cabeza entre las manos, con la sensación literal de que iba a estallarle.
-No tiene usted muy buen aspecto viejo amigo. ¿Bebió un poco más de la cuenta mientras lo celebraba ayer por la noche?
Youngwoon abrió un ojo inyectado en sangre, lo clavó en Choi Siwon y dijo:
-Voy a tener que encontrar una tinaja de aceite hirviendo. Las llamas del infierno no son lo que usted necesita.
Siwon se echó a reír y acercó una silla a la cama. Youngwoon, viendo que su visitante no estaba captando el mensaje de que no era bien recibido, gruñó y escondió la cabeza bajo la almohada.
Por desgracia, aunque amortiguada por la almohada, seguía oyendo la voz de Siwon.

Debutantes I -11



Jungsoo no había hecho en su vida nada tan... ajeno a su naturaleza como lo de aquella tarde. Fue el enojo, que tan poco familiar le resultaba, lo que lo impulsó a buscar su abrigo y marcharse de Raccoon Glade sin tan siquiera decírselo a sus tíos. Pero fue la vergüenza la que se abrió paso, la que caló hasta sus mismos huesos, lo que le incitó a salir corriendo, sin esperar al carruaje.
Le parecía imposible haberle dicho aquellas cosas a Heechul. Responder a la crueldad con crueldad no era lo adecuado, por muy satisfactorio que pudiera resultan Sí, Heechul se merecía todas y cada una de las palabras que le había dicho, pero ¿había alguna excusa para que Jungsoo pusiera en entredicho sus principios y su naturaleza?
Podría haberse marchado sin decirle nada. Ese mero desplante habría bastado para transmitirle el mensaje: estaba harto de él y no toleraría más su maledicencia. Pero no, Jungsoo se había dejado llevar por la ira que se había apoderado de él y se había situado a su mismo  nivel.
Su deseo era no tener que volver a Raccoon Glade, al menos mientras Heechul siguiera allí, pero no sabía qué excusa podía darles a sus tíos para no hacerlo. Consideró la posibilidad de decir la verdad, pero luego lo descartó. Después de todo, Minwoo se culparía, porque el appa de Heechul era amigo suyo. Es posible que también se sintiera obligado a informar a lord Soogeun sobre el horrendo comportamiento de su hijo, y luego se sentiría culpable también por eso. Al menos, Jungsoo podía ahorrarle a su tío aquel mal trago.

Debutantes I- 10



Ahora que los invitados llevaban varios días residiendo en Raccoon Glade y a todos les habían presentado a Youngwoon una o incluso varias veces, ya no lo veían como a un intruso. El simple hecho de que hubieran pasado unos días en su compañía lo había elevado a la categoría de ser «uno de los  suyos».
Cada vez le costaba más ir de una estancia a otra, o incluso atravesar el recibidor, sin que algún invitado le detuviera para conversar con él. Se dio cuenta de que había estado mucho más a gusto cuando era el «desconocido» y casi nadie se le acercaba.
Pretendía llegar antes al salón de baile, donde esperaba encontrar a Jungsoo, y poder enmendar el craso error que había cometido con él en la terraza. Reacio a ser grosero, contra lo cual luchaba con todas sus fuerzas, Youngwoon había tenido que detenerse  una y otra vez, por lo que ya habían pasado varias horas cuando al fin pudo escapar durante el tiempo suficiente para ir al salón de baile.
Sus ojos se posaron en Jungsoo, que se hallaba en el otro extremo del salón, pasando por encima de Heechul sin fijarse en él, aunque éste interpretó que Youngwoon fingía no verlo. Sin embargo, había toda una  estela de personas entre ellos, todas decididas a detenerlo para decirle algo. Así pues, cuando llegó hasta Jungsoo ya estaba enojado y el tono de su saludo fue un poco malhumorado.

Debutantes I- 9



Cuando Youngwoon terminó de desayunar, se sentía bastante orgulloso de sí mismo. Había conseguido relacionarse mucho llevándose el plato con él, como había visto hacer a otros, y haciendo un recorrido por las estancias de la planta baja, deteniéndose aquí y allá para hacer un cumplido personal o algún comentario  sobre la tormenta que estaba cayendo y que ahora repiqueteaba en las ventanas. Si algún invitado había pensado en hacer alguna salida, a estas alturas ya había cambiado de opinión.
Ya se habían iniciado varias partidas de cartas, algunas amistosas, pero la mayoría con apuesta, un pasatiempo con el que la alta sociedad inglesa parecía disfrutar especialmente. Las salas del billar tenían, no una, sino dos mesas que mantenían ocupados a muchos de los caballeros de más edad, incluyendo a Junjin. Eric aún no había  aparecido.
Un joven cantaba para un grupo de jóvenes señores en la sala de música, un hermoso pelirrojo que llamó la atención a Youngwoon. Pero había que estar sordo para disfrutar oyéndole cantar, por lo que no tardó en marcharse.
Se habría quedado en el salón, pero allí era donde estaba ahora Heechul celebrando audiencia. Eso lo contrarió mucho, porque Choi Donghae también se encontraba allí y Youngwoon había estado pensando en conocerlo un poco mejor. El hecho de que su hermano no le cayera bien no era motivo suficiente para descartar a uno de los jóvenes más bellos de la fiesta.

Debutantes I- 8



Choi Donghae se acercó a ellos.
-Dime, ¿qué es lo que encuentras tan divertido a estas horas de la mañana? -preguntó Donghae, reprimiendo un bostezo.
-Que esta mañana debías de estar tan dormido cuando te has vestido, que se te ha olvidado abrocharte estos últimos...
El pobre joven gritó, se ruborizó.   
-No te quedes ahí pasmado como si nada. ¡Ayúdame!
Siwon reía para sus adentros y parecía decidido a que su hermano se quedara allí para siempre. Jungsoo se apiadó de él y le dijo al oído:
-Está bromeando. Va usted perfectamente vestido y está precioso.
Hae se volvió, miró a su hermano con rabia y le insultó antes de marcharse muy indignado.
Jungsoo le miró, negando con la cabeza. Era muy apuesto, los dos hermanos Choi eran excepcionales en ese sentido, pero saltaba a la vista que también era un bromista incorregible. No es que eso fuera malo. Él también lo era, hasta cierto punto, aunque con una diferencia importante: sus bromas iban encaminadas a divertir a los demás, no a irritarlos.

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...