Amor en Altamar- Capítulo 24



-Bueno, es evidente que os conocéis muy bien.

Donghae frunció el entrecejo ante el irónico comentario de Yunho, activando sus defensas y volviendo a experimentar azoramiento y un cierto enfado que aún subsistía.

-¿Qué pretendes insinuar con eso, Yunho? Pasé cinco semanas en su barco trabajando de grumete, como él ya ha tenido la consideración de informaros.

-¿Y en su cama?

-Ah, ¿por fin estamos decidiéndonos a preguntar?

Enarcó una sola ceja, en una perfecta imitación del gesto de Hyukjae. Ni siquiera reparó en que aquel uso afectado del plural era otra de las costumbres del inglés. Después de todo, el sarcasmo no era su fuerte; resultaba natural que, al intentar usarlo, copiara a un verdadero maestro.

-Ya estaba convencido de que no necesitabais más confirmación que la palabra de un pirata confeso -prosiguió - ¿No fue por eso por lo que os arrojasteis los cuatro contra él? ¿Por qué creíais cada una de sus palabras? Sabían perfectamente que no estaba mintiendo.

Seunghun y Kyujong se sentían tan culpables que el rubor los delató. Donghae no podía ver la reacción de Hyunjoong, porque lo tenía a su espalda, pero Yunho no las tenía todas consigo.

-No hay hombre en su sano juicio que se proclame autor de actividades ilegales si no las ha cometido.

-¿No? Si lo conocieras, Yunho, sabrías que es muy capaz de admitir algo así, sea cierto o no, sólo para causar efecto y provocar reacciones. Disfruta con la discordia, ¿sabes? Por otra parte, ¿quién ha dicho que esté en su sano juicio?

-¡Eso sí que no lo admito, Hae, faltaría más! -protestó Hyukjae suavemente desde el sofá, adonde había trasladado su dolorido cuerpo - Por otra parte, tus queridos hermanos me han reconocido. ¿Acaso lo has olvidado?

-¡Maldito seas, Hyukjae! -le espetó, por detrás del hombro - ¿No puedes guardar silencio unos pocos minutos? Ya has contribuido sobradamente a esta discusión...

-Esto no es una discusión, Donghae -interrumpió Seunghun con severa desaprobación en la voz - Te han hecho una pregunta. Harías bien en responder ahora mismo y ahorrarte tantos rodeos.

Donghae gimió para sus adentros. No había modo de escabullirse. Y aunque no tenía por qué sentirse tan... tan avergonzado, ellos eran sus hermanos. ¿Cómo decir a cinco hermanos demasiado protectores que uno ha tenido relaciones con un hombre sin estar casado con él? Ese tipo de temas se trata siempre con mucho azoramiento, incluso cuando se está casado.

Durante medio segundo, estudió la posibilidad de mentir. Pero existía una prueba que pronto empezaría a relucir, bajo la forma de un bebé. Y allí estaba Hyukjae, que difícilmente le iba a permitir negar el asunto, después de haberse tomado tantas molestias para divulgar lo íntimo de sus relaciones.

Acorralado y lleno de frustración, decidió optar por la bravuconería.

-¿Cómo queréis que os lo diga? ¿Con todas sus letras? ¿O bastará decir que, en este caso, el capitán Kim no ha faltado a la verdad?

-¡Pero ..., Hae... ¡ ¡Cómo se te ocurre...! ¡Con un pirata!

-¿Cómo iba a saberlo, Kyujong?

-¡Con un inglés! -exclamó Hyunjoong.

-De eso sí que me di cuenta -reconoció con sequedad - Le brota de la boca con cada palabra que pronuncia.

-No te hagas el descarado, Hae -le advirtió Seunghun- Tienes un gusto deplorable para elegir hombres.

-Por lo menos es coherente -intervino Yunho- Va de mal en peor.

-Creo que no les gusto Donnie -terció Hyukjae.

En lo que a Donghae concernía, ésa fue la gota que desbordó el vaso.

-¡Basta ya! He cometido un error, ¿y qué? Estoy seguro de no ser el primero y tampoco seré el último. Al menos, ya no estoy cegado. Ahora sé que él se propuso seducirme desde el principio, algo que todos vosotros practicáis con regularidad; por lo tanto, seríais unos hipócritas si se lo reprocharais. Lo hizo con mucha sutileza, tanta que no me percaté de lo que pasaba. Y yo estaba convencido de que creía que yo era un chico. Ahora ya sé que no era así. Tengo motivos de sobra para estar furioso, pero vosotros no, porque casi todos haríais exactamente lo mismo que Hyukjae si se os presentaran circunstancias similares. Sin embargo, pese a los medios empleados, yo participé con plena voluntad. Sabía exactamente lo que estaba haciendo. Mi conciencia es testigo.

-¿Tu qué?

-Bien dicho, Hae -comentó Hyukjae detrás, bastante asombrado al oír que Hae lo culpaba y lo defendía en una misma frase - Pero sin duda ellos habrían preferido oírte decir que te había violado o utilizado de alguna otra manera detestable.

Hae giró en redondo, clavando los ojos entornados en la causa de sus pesares.

-¿Y tú no crees que me has utilizado?

-Difícilmente, querido niño. No fui yo quien confesó tener náuseas.

Donghae se puso visiblemente rojo ante ese recuerdo. Oh, por Dios, ¿sería ese hombre capaz de decirles eso?

-¿Qué dice? -quiso saber Hyunjoong, el único que reparó en su rubor.

-Nada... Una broma entre nosotros -balbució Hae, suplicando a Hyukjae con los ojos que, por una vez, mantuviera la boca cerrada. Cosa que él no hizo, por supuesto.

-¿Una broma, Donnie? ¿Te parece que...?

-¡Te voy a matar, Kim Hyukjae! ¡Lo juro!

-Antes de casarte con él, ni se te ocurra.

-¿Qué? -chilló el joven, dándose la vuelta para clavar una mirada incrédula en el hermano que había pronunciado aquellas palabras ridículas - ¡No bromees, Seunghun! ¿Acaso lo quieres en la familia?

-Eso no viene al caso. Tú lo elegiste...

-¡No lo elegí! Y él no quiere casarse conmigo... -se interrumpió para mirar a Hyukjae e hizo una larga pausa, llena de súbitas vacilaciones - ¿O si?

-No, de ninguna manera -respondió él, de mal humor, pero sólo para vacilar un poco antes de preguntar - ¿Preferirías que lo hiciera?

-Por supuesto que no -fue el orgullo lo que obligó a Donghae a pronunciar esas palabras; sabía muy bien lo que él pensaba al respecto. Se volvió hacia sus hermanos - Creo que eso resuelve el asunto.

-Ya está resuelto, Hae. Lo hemos decidido mientras tú y el capitán estabais inconscientes -le informó Yoochun - os casaréis esta noche.

-has sido tú el instigador de esto, ¿no? -lo acusó Hae, recordando de pronto la conversación que habían mantenido por la mañana.

-Sólo hacemos lo que más te conviene.

-Es que no me conviene, Yoochun. No voy a casarme con un hombre que no me quiere.

-Nunca he dicho que no te quiera, pequeño -aclaró Hyukjae. La irritación era ya manifiesta en su voz - Serías un amante estupendo.

Donghae ahogó su grito. Sus hermanos fueron más expresivos.

-¡Hijo de mala madre!

-O te casas con él, o...

-Sí, ya lo sé -interrumpió Hyukjae, antes de que la cólera los dominara otra vez - Me mataréis.

-Haremos algo mejor que eso, amigo -gruñó Yunho - ¡Incendiaremos tu barco!

Ante eso Hyukjae se incorporó, sólo para oír de labios de Seunghun

-Ya hemos encargado a alguien que averigue dónde está anclado. Es obvio que no has llegado a puerto con tu barco. Si no, nos habríamos enterado.

El inglés se puso en pie. Yunho continuó informándole.-También hemos dado órdenes de que detengan a tu tripulación. Así podremos entregaros a todos al gobernador, para que os ahorquen.

Rompiendo el pesado silencio que siguió a ese anuncio, Kyujong intervino más razonablemente.

-¿Os parece que debemos ahorcarlo, si va a ser el esposo de Hae? No me parece correcto ahorcar a un cuñado.

-¡Ahorcarle! -exclamó Donghae, que al haber permanecido inconsciente desconocía que ya se había mencionado esa posibilidad - ¿Os habéis vuelto locos?

-Ha confesado que es un pirata, Hae, y estoy seguro de que la Mokpo no ha sido su única víctima. Y es un hecho que, por cuestión de principios, no podemos dejar pasarlo por alto.

-¡Cómo que no podemos! El compensará las pérdidas. Diles que las compensarás, Hyukjae - Pero cuando lo miró en busca de la confirmación que podía sacarlo del aprieto, Kim estaba hecho un demonio, con una soberbia tal que mantuvo la boca cerrada -¡Yoochun! -gimió, ya muy cerca del pánico - ¡Esto se os está yendo de las manos! ¡Hablamos de delitos cometidos...hace años!

-Siete u ocho -replicó él, encogiéndose de hombros con despreocupación - Mi memoria parece bastante deficiente, aunque la hostilidad del capitán Kim parece reavivarla notablemente.

Ante ese comentario Hyukjae se echó a reír, pero el tono de su risa dejaba entrever que se iba sintiendo acorralado.

-¿Extorsión, además de coacción? ¿Amenazas de violencia y desastre? ¿Y decís que yo soy el pirata, condenados colonos?

-Nuestra única intención es entregarte para que se te juzgue, pero como Kyujong y yo somos los únicos testigos en tu contra...

El resto quedó abierto a la interpretación, pero hasta Donghae captó lo que Yoochun daba a entender. Si Hyukjae cooperaba, ese supuesto juicio se quedaría en nada por falta de pruebas decisivas. Cuando el joven ya empezaba a relajarse intervino el menos oportuno, como siempre.

-Es posible que el sentimentalismo te nuble la memoria a ti, Yoochun -alegó Yunho - Pero yo he oído con toda claridad la confesión de este hombre y pienso declarar contra él.

-Vuestra estrategia no se comprende, yanquis. ¿Qué es esto: venganza o reivindicación? ¿O tenéis el erróneo concepto de que la una complementa a la otra?

El mordaz humor de Hyukjae arrojó chispas sobre Yunho.

-No habrá ninguna reivindicación, Kry -replicó, mencionando el nombre con tanto desprecio que resultó un evidente insulto - Allí están tu barco y tu tripulación. Y si el primero no te importa, lo que decidas ahora determinará que tu tripulación afronte o no los mismos cargos que tú.

Desde que había alcanzado cierta madurez, algo muy grave tenía que ocurrir como para alterar el autocontrol de Hyukjae. El peligroso temperamento de su juventud estaba dominado desde hacía tiempo y, si bien aún se enojaba de vez en cuando, era preciso conocerlo muy bien para darse cuenta. Pero no era posible amenazar a su familia sin sufrir las consecuencias. Y la mitad de su tripulación constituía, a su modo de ver, una especie de familia.

Echó a andar lentamente hacia Yunho. Donghae que lo observaba, tuvo la sospecha de que su hermano había llegado demasiado lejos, pero no imaginó que Hyukjae acabaría de desatar en él la peligrosa capacidad que Donghwa y él habían percibido desde el primer momento. Hasta la voz del capitán era engañosa en su suave aspereza al advertir:

-Vais más allá de vuestros derechos al involucrar en este asunto a mi barco y a mi tripulación.

Yunho resopló con desdén.

-¿Tratándose de un navío inglés que acecha en nuestra aguas? Peor aún, ¿de un barco sospechoso de piratería? Es evidente que estamos en nuestro derecho.

-En ese caso, yo también.

Ocurrió tan deprisa que todos los presentes quedaron momentáneamente petrificados por la sorpresa, en especial Yunho, que sintió aquellas manos, increíblemente fuertes, ciñéndose alrededor de su cuello, inexorables.

Seunghun y Hyunjoong se precipitaron para aferrar a Hyukjae, cada uno de un brazo, pero no lograron arrancarlo de su presa. Y las manos de Kim continuaban oprimiendo, lentas, implacables.

La cara de Yunho presentaba ya in intenso color morado cuando Yoochun halló algo lo bastante pesado como para dejar sin sentido a Hyukjae. Pero no hizo falta. Donghae, con el corazón encogido, se lanzó hacia la espalda de Hyukjae y le chilló desesperado:

-¡Por favor, Hyukjae! ¡Es mi hermano!

Kim, simplemente, abrió las manos.

Seunghun y Hyunjoong hicieron otro tanto para sujetar a Yunho antes de que cayese al suelo. Lo ayudaron a sentarse en la silla más cercana, le examinaron el cuello
cuidadosamente y se aseguraron de que no tenía nada roto. Por fin empezó a toser, en un esfuerzo por llenar sus anhelantes pulmones. Donghae se apartó de la espalda de Hyukjae, aún afectado por lo que había estado a punto de pasar. Seguía enojado, pero de inmediato vio que la cólera de Hyukjae estaba en toda su magnitud.

-Podría haberle estrangulado en dos segundos. ¿Lo sabes?

Hae se encogió bajo esa ráfaga de ira.

-Sí... creo que sí.

Por un momento él se limitó a mirarlo con furia. Donghae tuvo la sensación de que no se había descargado lo suficiente en Yunho; aún le quedaba cólera para él. Le llameaba en los ojos; se veía en la tensión de su enorme cuerpo.

Pero al pasar ese momento de gran tensión, Hyukjae sorprendió a todos los presentes diciendo con un gruñido.

-Pues traed a vuestro párroco, antes de que me sienta tentado a hacerlo otra vez.

Tardaron menos de cinco minutos en localizar al reverendo, presente en la fiesta que aún se desarrollaba en el resto de la casa. Muy poco después, Donghae se casaba con Kim Hyukjae, vizconde de Silver y pirata retirado. No fue exactamente la boda que siempre había imaginado durante los largos años en que, pacientemente, esperaba el retorno de Shang. ¿pacientemente? No, ahora comprendía que era simple indiferencia.

Hyukjae había cedido, pero de muy mala gana. El resentimiento y la ira sólo fueron dos de las impropias emociones que exhibió durante la ceremonia. Tampoco los hermanos de Donghae mejoraron las cosas, decididos como estaban a casarlo, y odiando a la vez la necesidad de hacerlo sin disimularlo en absoluto.

El, por su parte, comprendió que no podía actuar con obstinación y dejar que su orgullo impidiera que se llevara a cabo aquella farsa, tal como deseaba: debía pensar en el hijo que llevaba dentro; al menos él se beneficiaría al llevar el apellido de su padre.

Se preguntó por un instante si alguien cambiaría de actitud en el caso de que él revelara lo de su embarazo, pero no parecía posible. Hyukjae estaba obligado a casarse de todas maneras, y no podía escapar de esa humillación. Tal vez más adelante la noticia le aliviaría el golpe, en cierto modo. Habría que decírselo en algún momento... excepto si Yunho se salía con la suya.

Y Yunho se salió con la suya en cuanto el buen reverendo los declaró esposos.

-Encerradlo. Ya ha disfrutado de todas las noches de boda que tendrá en su vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...