Entre el Miedo y el Amor- Capítulo 18



El potro dejó una estela de polvo al galopar por el camino de la plantación. Nuevas flores de primavera de especie europea se unían a los pimpollos tropicales, a lo largo del camino, para crear una profusión de salvaje colorido. A la derecha del camino, a menos de un kilómetro, el océano rompía enormes olas contra la arena de la playa. El caliente sol brillaba sobre las azuladas aguas, hasta donde no alcanzaba la mirada.

Pero Kyuhyun no percibía la belleza que lo rodeaba en aquel caliente día de abril. Volvía del pequeño puerto de la isla, su barco estaría listo para partir con la marea matutina. Kyuhyun volvía a su patria, a Inglaterra, volvía al hogar junto a Sungmin.

Seis meses no habían bastado para alejarlo de su mente. Lo había intentado. Había pasado semanas convirtiendo una plantación destartalada en el modelo de la isla, unas semanas más en hacer que la tierra estuviera lista para la siembra y la cosecha. Casi no había un momento en el que no hubiera trabajado duramente, pero su estado de ánimo seguía siendo peligrosamente malo. Centenares de veces había pensado en regresar a Inglaterra. Y otras tantas se había convencido a sí mismo de no hacerlo. La situación allá no podía cambiar. Eunhee y sus amenazas seguían pendiendo sobre él y Sungmin.

Pero, durante todo este tiempo, Kyuhyun había aceptado lo que era obvio. Sungmin probablemente ya lo sabía. Eunhee no era capaz de vivir seis meses con él sin intentar ponerlo en su contra. Sí, seguramente Sungmin ya estaba enterado.

Ya se había lamentado bastante. Era hora de volver a casa y ver qué sucedía. Si su esposo lo rechazaba, sería el final de lodo.

¿Y si no era así? Tal vez Sungmin pasara por alto la opinión pública y lo juzgara por sus propios méritos. Bueno, lo cierto era que lo había tratado de manera abominable, y que Sungmin contaba sólo con eso para juzgarlo. Y también era verdad que se había doblegado ante el escándalo, y querido casarse con él. El hubiera querido creer que Sungmin se había casado con él por otros motivos, fuera del de temer «al qué dirán». Pero esto era poco probable. Hasta volver a Inglaterra, no podía saber la extensión del daño causado.

Un muchacho descalzo, de piel color chocolate salió corriendo de la casa para recibir el caballo de Kyuhyun. Esto era lo único que detestaba en las islas: tener esclavos.

–Tenéis visitas, señor, en el estudio –le dijo el ama de llaves. Él le dio las gracias y atravesó un poco enojado el amplio y abierto vestíbulo. ¿Quién venía a verle? Todavía tenía que hacer el equipaje y debía volver a ver al administrador de su propiedad. No tenía tiempo que perder en charlas vacías.

Entró en el estudio oscurecido, donde las persianas bajas aislaban del calor del mediodía. Examinó las sillas ocupadas alrededor del escritorio. Sin creer lo que veía, cerró los ojos.

Aquello era insoportable.

–Decidme que vuestra presencia es imaginaria, Kry.

–Me habéis imaginado.

Kyuhyun atravesó la habitación y se sentó detrás de su escritorio.

–Entonces no os importará que no os tome en cuenta.

–¿Entiendes lo que he querido decir, Minho? Dije que escupiría en el ojo del diablo.

–¿No podéis hacer nada mejor en un tercer encuentro? –preguntó Kyuhyun secamente, señalando al joven –. No me gusta hacer daño a los niños. ¿No podéis usted y vuestro acólito arreglaros sin ayuda?

–No parecéis sorprendido de verme, Guixian –dijo Hyukjae con calma –Bueno, caramba, salisteis de Inglaterra antes que me ahorcaran.

–Ah, el ahorcamiento. – Kyuhyun se echó hacia atrás sonriendo.– ¿Atrajo a mucha gente?

–¿Os parece divertido? –preguntó Minho.

–Mi querido muchacho, lo único que encuentro divertido es mi propia Imbecilidad. Si hubiera sabido que este hombre iba a convertir el perseguirme en la misión de su vida, nunca hubiera arreglado para que los guardias le dieran la espalda y él pudiera escapar.

–¡Maldito mentiroso! –exclamó con calor Junsu –. Esos guardias eran insobornables. Les ofrecí lo bastante para saberlo.

–Sois Sunnie, ¿no?

–¡Para vos soy el señor Xian!

Kyuhyun rió.

–Deberíais saber que el dinero no lo logra todo. También ayuda conocer a la gente conveniente. Oh, no dudéis de que mis motivos eran egoístas, amigo –replicó Kyuhyun –. Como yo no iba a estar para presenciar el ahorcamiento, decidí privar al resto del populacho de ese placer. De haber podido arreglar un retraso hasta mi regreso, da por sentado que lo habría hecho. No tenéis que agradecerme nada.

–Deja que yo arregle esto. –El furor de Junsu era casi incontrolable.– El nunca se enterará.

–Si os referís a mi lacayo, os diré que probablemente está en este momento con la oreja pegada a la puerta. Pero no dejéis que esto os perturbe, amigo.

Junsu se levantó de su asiento como un bólido, pero Hyukjae le hizo una seña para que se detuviera. El capitán miró pensativo a Kyuhyun por unos momentos, examinando aquellos ojos color café, y después río.

–Que me cuelguen si no creo lo que decís, Guixian. –Clavaba en los ojos de Kyuhyun su propia mirada inquisidora.– Pero me pregunto –dijo con lentitud– cuál ha sido vuestro verdadero motivo. ¿Creísteis que sacándome del entuerto en el que me habíais metido, yo iba a juzgar que estábamos a mano? Yo no lo hubiera hecho. –Kyuhyun no contestó y Hyukjae volvió a reír.– No me digáis que un hombre de vuestra calaña tiene conciencia. ¿Lo hicisteis acaso para jugar limpio?

–No es muy probable –farfullo Junsu.

–Uh, no olvides, que no iban a ahorcarme por lo que le hice a él, aunque él fue responsable de mi detención.

–Muy divertido –dijo Kyuhyun fríamente–. Pero podríamos prescindir de suposiciones sin sentido. Haced vuestro juego, Kry, o partid. Tengo cosas que hacer.

–También nosotros. No creeréis que me gusta haberos perseguido, ¿verdad? Es algo que nunca volveré a hacer. Los últimos seis meses han sido agotadores.

–Comprenderéis que no me conmueva con vuestras tribulaciones.

–¿Cuánto tiempo vas a escucharle? –gruñó Junsu –. Vayamos a lo nuestro.

–Sunnie tiene razón –intervino Minho - No entiendo qué le pude haber visto Minnie.

–¿No lo ves, muchacho? –dijo Junsu burlón–. Mírale la bonita cara.

–Tranquilos ambos – previno Hyukjae – Minnie es demasiado inteligente para dejarse llevar sólo por una bella cara. Tiene que haber visto en él algo más que eso.

–Bueno, desde luego que él no es como yo lo había imaginado –gruñó Minho.

Hyukjae sonrió.

–No puedes juzgarlo por esta visita, Minho. Él está con todas las defensas enarboladas.

Kyuhyun sintió que ya había aguantado bastante.

–Kry, si tenéis algo que decirme, decidlo. Si queréis otra pelea conmigo, adelante. Pero si los tres sólo queréis discutir acerca de alguna rapaza, podéis hacerlo en otra parte.

–Retirad esas palabras, lord Guixian –exclamó Minho – él no es una rapaza.

–¿Quién diablos es este muchacho?

Hyukjae rió.

–Es mi hijo, ¿sabéis? Quise que se quedara en el barco, pero no pude convencerlo. Decidió venir aquí para ver cómo recibíais nuestras noticias.

–Dudo que tengáis noticias que puedan interesarme.

–¿Vuestro esposo no os interesa?

Kyuhyun se puso de pie lentamente, sus ojos clavados en los del capitán.

–¿Qué pasa con él?

–El... es precioso, ¿verdad?

–¿Cómo os atrevéis...? –Con un rugido de rabia, Kyuhyun se lanzó hacia delante, se echó sobre el escritorio y aferró del cuello a Hyukjae. Fue necesario que Minho y Junsu se unieran para librar al capitán. Sujetaron a Kyuhyun agarrándole cada uno de un brazo.

–¡Si la llegáis a tocar con un dedo, Kry, te mataré!

Hyukjae se frotó el cuello que le dolía, pero había una chispa en sus ojos oscuros. Estaba satisfecho.

–¿Qué te dije, Junsu? ¿Es ésta la reacción de un hombre a quien no le importa nada un esposo? –rugió.

–¡Mi esposo! –exclamó amenazador Kyuhyun, antes que Junsu encontrara palabras para decirle–. ¿Qué habéis hecho con mi esposo?

–Oh, esto es espléndido –dijo Hyukjae, riendo. Minho y Junsu sujetaron con más fuerza a Kyuhyun –. Qué dulce venganza muchacho, sería inventar un cuento para atormentaros. Podría deciros que he secuestrado a vuestro amado esposo, lo que es verdad, para ser sincero. Quería usarlo para obligaros a venir a verme. No sabíamos que habíais salido del país. Y... desgraciadamente yo ignoraba quién era vuestro esposo.

–¡No me digáis que Kry, el capitán sin miedo, se sintió intimidado ante la familia de él!

Esto fue recibido con tales carcajadas de parte de los tres, que Kyuhyun se desconcertó. Logró soltarse del apretón de Minho, después dirigió un poderoso golpe a la parte media del cuerpo de Junsu. Pudo liberarse un momento, pero sólo un momento.

–Tranquilo –Hyukjae tendió la mano, indicando a Kyuhyun que cesara de luchar.– No quiero heriros –sonrió–. Especialmente porque tardé semanas en recobrarme de nuestro último encuentro.

–¿Y creéis que eso va a tranquilizarme? Yo tardé el mismo tiempo para recobrarme, y eso me impidió desalentar a Sungmin... pero ese no es asunto vuestro.

–Depende de cómo lo veáis, muchacho. Sé que quisisteis hacer que él rompiera el compromiso. Es una lastima que no lo haya hecho –suspiró–, pero ese no es el asunto.

–¡Hablad de una vez! –exclamó Kyuhyun –. ¿Qué le habéis hecho a Sungmin ?

–Mi querido amigo; Minnie nunca será dañado por mí. Es mi adorado sobrino.

–¿Minnie ? Me importa un comino...

–¿De veras?

Había tanta sugerencia en la voz,, que Kyuhyun se irguió, y su mente empezó a trabajar. Súbitamente, lo que no había notado antes, se hizo claro mientras miraba fijamente a Kry. Kry y el muchacho se parecían mucho entre sí y también se parecían a...

-¿Kim Hyukjae ?

–El mismo.

-¡Maldito y eterno infierno!- Hyukjae rió.

–no lo toméis tan mal. Comprenderéis lo que yo he sentido al enterarme de que os habíais casado con alguien de mi familia. Eso terminó con mis planes.

–¿Porque? –replicó Kyuhyun –. Según tengo entendido vuestra familia ha decidido ignoraros.

- Esto sucedió antes de nuestra reunión. Mis hermanos y yo nos hemos reconciliado, gracias a Minnie. El siempre sabe salirse con la suya.

–¿Verdad que sí? –dijo Kyuhyun con la voz cargada de ironía–, ¿Qué estáis haciendo aquí, por lo tanto? ¿Acaso habéis venido a felicitarme?

–No exactamente, muchacho. –Hyukjae sonrió.– He venido a llevaros a casa.

Los ojos de Kyuhyun llamearon.

–No será tarea fácil.

La sonrisa de Hyukjae pareció la de un tiburón.

–Vendréis con nosotros, de una u otra manera.

Kyuhyun miró consecutivamente a los hombres. Vio que hablaban en serio.

–Vuestra escolta no es necesaria. –Decidió actuar con la verdad.– Mi propio barco ya está listo. Saldré con la marea matutina. Había decidido regresar a Inglaterra, de manera que no os necesitaré, señores.

–Si lo decís, querido amigo –replicó Hyukjae dudoso.

–Os digo la verdad.

–Que salgáis de este puerto en vuestro barco no es garantía de que volveréis a Inglaterra. No. insisto en que vengáis con nosotros.

Kyuhyun empezó a enojarse de nuevo.

–¿Por qué?

–A mis hermanos no les gusta que hayáis abandonado a vuestro esposo. Quieren que volváis para poder vigilaros.

–¡Vaya absurdo entre los absurdos! No podrán tenerme en Inglaterra si deseo irme.

–Lo que hagáis después de llegar a Inglaterra no es asunto mío –dijo Hyukjae encogiéndose de hombros–. Me limito a cumplir las órdenes de Shindong. Dijo que os llevara a casa, y os llevaré.

Cuando acompañaban a Kyuhyun fuera de la habitación, Minho dijo en secreto a su padre:

–El tío Shindong unca dijo que debías llevarlo de vuelta. Sólo dijo que le informaras acerca del niño si dábamos con él.

–No he cumplido con las órdenes de mi hermano desde que soy mayor de edad, muchacho –suspiró el padre–. Y no empezaré a hacerlo ahora.

–Pero si se entera es probable que se enoje.

Hyukjae rió.

–¿Dije acaso que quería que él disfrutara de la travesía?


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yota´s news : De regreso?

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