Atrévete a Amar- Capítulo 17

-Sé un niño bueno y permanece aquí mientras compruebo si estaba solo o tiene compañeros en las cercanías.

Antes de que Heechul pudiera responder, Siwon descendió del coche. El asaltante cayó por la otra puerta y Heechul se halló en el coche vacío, sin poder pronunciar palabra. Nunca había estado tan atemorizado en su vida, ni siquiera por sí mismo. El hecho de que Siwon corriera peligro fue una revelación para él. Descubrió que no podía tolerar la espera y temió escuchar más disparos.

Afortunadamente, él regresó a los pocos instantes, sonriendo.

-Según nuestro asustado conductor, en apariencia, éste es su primer asalto, el individuo estaba solo.

El inmenso alivio de Heechul fue expresado explosivamente.

-¿Cómo has podido atemorizarme así? Pudiste haber muerto.

Siwon arqueó las cejas ante la vehemencia de su esposo

-Mi querido, ¿qué esperabas que hiciera? Tú me exigiste que actuara.

-No me referí a que te dejaras matar.

-Me alegra oírlo -dijo él secamente-. Pero ya está hecho.

-No me digas que...

Siwon lo arrojó sobre su regazo y lo besó con pasión. Luego sus besos se tornaron más suaves y finalmente sonrió.

-Así está mejor. Ahora podrás pensar en otra cosa y puedo asegurarte que continuaremos con esto más tarde. -Lo ubicó con suavidad de nuevo a su lado y tomó la botella de champaña. -Pero ahora me agradaría beber otra copa y tú puedes seguir durmiendo.

-Como si pudiera -dijo Heechul, pero ya no estaba enfadado.

-Será mejor que lo intentes, cariño, porque te aseguro que no tendrás oportunidad de hacerlo más tarde.

Heechul no respondió. Aguardó a que él se instalara en el asiento con la copa en la mano y volvió a recostarse contra su hombro. Su corazón latía ya a un ritmo normal, pero la experiencia había sido muy desagradable. Precisamente en su noche de bodas. Esas cosas no sucedían en la noche de bodas de uno.

Malhumorado por haberse asustado sin motivo, dijo:

-La próxima vez no me hagas caso y no seas tan heroico. Las joyas no eran tan importantes.

-Quizás, pero como soy tu marido hubiera debido reponerlas y no desearía incurrir en un gasto tan grande.

-¿De modo que te casaste conmigo por mi dinero?

-¿Por qué otro motivo habría de hacerlo?

La ironía de su voz hizo que Heechul lo mirara; vio que él contemplaba fijamente su camisa abierta. Estuvo a punto de reír. Realmente, ¿por qué otro motivo? El hombre era un libertino cabal, pero Heechul no lo ignoraba y sabía que no existía la menor esperanza de cambiarlo.
Suspiró, preguntándose si no debería decirle que, si se había casado con él por su dinero, recibiría una agradable sorpresa. Su contrato matrimonial era muy generoso respecto de él.

Y aunque evidentemente Siwon tenía una fortuna que le permitía vivir sin trabajar, era el cuarto hijo y nunca sería tan rico como para despreciar lo que Heechul había aportado al matrimonio.

Tendría que decírselo, pero no ahora. El susto que le había provocado el asalto frustrado lo había conmocionado demasiado. Después de unos instantes, se durmió profundamente.



Siwon sacudió a Heechul para despertarlo. Ya estaban cerca de Picadilly, donde se hallaba la casa de él, frente a Green Park. Deseó que Hyukjae hubiera salido esa noche y que Minho estuviera en la cama, pues ya era tarde, y no deseaba dar explicaciones. Además, durante todo el viaje, excepto cuando fue brevemente interrumpido por el asaltante, había estado añorando su cama. No podía aguardar más tiempo.

En ese momento, Heechul no pensaba en el problema. Había dormido profundamente y tuvo dificultades para despertarse y tomar conciencia de que ya habían llegado. Sólo deseaba continuar durmiendo. Ya no pensaba en su noche de bodas, ni en su nuevo marido ni en nada. Pero alguien lo sacudía con fuerza.

Siwon quedó perplejo cuando Heechul gimió, irritado y apartó su mano, negándose a abrir los ojos. Casi siempre, los jovenes no dormían en su presencia, de modo que no estaba habituado a esforzarse por despertar a uno que se negaba a hacerlo. Le había sugerido que durmiera para descansar un poco, no para que lo hiciera durante toda la noche.

Siwon lo intentó de nuevo.

-Vamos, mi niño, ¿o es que has olvidado qué día es hoy?

-¿Mmm?

-¿No recuerdas las campanas de la boda? ¿No piensas en un marido que espera que te pongas algo suave, delgado y sensual para complacerlo?

Heechul bostezó, pero logró sentarse, parpadeando y frotándose los ojos como un niño

-No suelo viajar con esa clase de cosas.

Siwon sonrió. Por lo menos su mente funcionaba, aunque con una lentitud que le impedía darse cuenta de que él bromeaba.

-No te preocupes, querido. Esta mañana envié a por tus cosas.

Eso despertó a Heechul.

-No. Fue una tontería, pues aún no sabías si me casaría contigo o no. Hyunsang pudo haber estado al acecho para averiguar adónde había ido yo.

Siwon esperaba que así fuera y por eso lo había hecho. Si tenía suerte, el hombre que él había enviado para seguir el rastro de los perseguidores, tendría mañana una dirección para darle. Pero rió ante la preocupación de su esposo.

-Sé que uno no se casa todos los días, cariño, pero resulta desconcertante y muy perjudicial para el ego, que continuamente te olvides de tu condición de joven casado. Lo estás y, cuanto antes lo sepa tu primo, mejor; de esa manera dejará de molestarte.

Heechul comenzó a sonreír y luego su expresión se convirtió en una manifestación de gran deleite.

-Es verdad. Estoy tan habituado a huir de Hyunsang, que supongo que tardaré un tiempo en acostumbrarme a la idea de que ya no necesito hacerlo. Ya está. Soy libre.

-No completamente, querido.

-No, no quise decir...

-Lo sé -dijo él, dando una palmadita en el mentón de Heechul- Pero ahora eres mío y estoy descubriendo de forma muy rápida que soy un latoso posesivo.

Era una frase absurda, pero Heechul estaba seguro de que él le tomaba el pelo, como siempre. Si alguna vez llegara a hablar de algún asunto con seriedad, probablemente Heechul moriría del shock. Cambiando de tema preguntó

-Siwon, ¿por qué insististe en regresar a Londres esta noche? - Los ojos de Siwon brillaron, divertidos.

-Los novios suelen estar nerviosos en su noche de bodas. Pensé que estarías más cómodo en una cama que ya conoces.

Sonrojándose, Heechul respondió en un susurro

-Supongo que me lo busqué.

-Así es.

-Pero hablaste de ruidos.

-¿Sí? No tiene importancia. Seremos muy silenciosos.

Otra vez bromeaba. Heechul no estaba seguro de que le agradase que lo hiciera esa noche. No estaba seguro de llegar a habituarse a sus bromas relativas a hacer el amor. Pero esa noche...

Heechul bostezó y Siwon sonrió. El coche se detuvo.

-Por fin -dijo él y saltó del coche-. Ven querido; haré el esfuerzo de llevarte en mis brazos para cruzar el umbral.

Heechul tomó su mano y salió del carruaje.

-No es necesario...

-Permíteme cumplir mi rol -dijo Siwon, tomándolo en sus brazos-. Después de todo, deben haber inventado esta curiosa costumbre por algún motivo. Tal vez para que el novio no pueda huir.

-Qué tontería – Heechul rió y rodeó con su brazo el cuello de Siwon -Quizás algunos novios se desmayaron en el umbral y debieron ser llevados al interior de la casa en brazos.

-¿Sólo algunos? -bromeó Siwon - Te aseguro que existe una gran ignorancia sobre cuanto ocurre en el lecho conyugal. En estos tiempos las madres no se atreven a tocar esos temas. Es una pena, porque los pobres esposos se ven en grandes dificultados, tratando de calmar nervios y temores, cuando en realidad desean poseer a sus esposos.

-Siwon -exclamó Heechul, aunque le resultó difícil no reír ante la sonrisa malévola de él-.
¿Necesitas decir esas cosas?

Luego añadió:

-Además, algunos novios no tienen quien les instruyan.

-Ah, nos estamos poniendo personales. – Siwon llamó a la puerta y luego lo miró con ternura. -Pero, ¿no estabas atemorizado, verdad, cariño?

-No me diste tiempo para estarlo -dijo sonrojándose.

-¿Y ahora que sabes de qué se trata?

-Creo que voy a desmayarme.

Siwon se echó a reír, pero cuando se abrió la puerta, convirtió la risa en tos. El mayordomo los contempló con expresión estoica. Heechul experimentó cierta decepción ante su aire hastiado, como si estuviera muy habituado a ver a su amo en la puerta con un joven en los brazos. Pero cuando pasaron junto a él y Heechul vio su expresión, se sintió aliviado; estaba azorado. Heechul ocultó su sonrisa contra el hombro de Siwon.

Por mirar, al mayordomo, no vio a Kim Hyukjae, que en ese momento entraba en el vestíbulo, con una copa en la mano. No demostró sorpresa alguna y su voz sonó suave y serena.

-Imagino que no debería estar presenciando esto.

-Esperaba que no lo hicieras -dijo Siwon, sin detenerse-. Pero ya que lo has hecho, te informo de que me he casado con este joven.

-Diantre.

-Lo hizo -dijo Heechul, riendo, encantado ante su reacción-. ¿O supones que permitiría que cualquiera me llevara en brazos para cruzar el umbral de la puerta?

Siwon se detuvo bruscamente, algo sorprendido al comprobar que había logrado desconcertar a ese hermano en particular.

-Por Dios, Hyukjae, durante toda la vida he aguardado el momento de verte anonadado. Pero comprenderás que no puedo esperar a que reacciones, ¿verdad? -Y continuó su camino.

Cuando llegaron a la planta alta, Heechul murmuró sonriendo.

-Fuimos perversos, ¿no lo crees?

-De ninguna manera, niño -dijo él-. Si he de tenerte durante un rato a solas, era necesario dejar boquiabierto a mi hermano. La familia no tardará en bombardearnos con preguntas y buenos deseos. -Cuando entraron en la habitación de Siwon, él se recostó contra la puerta, suspirando. -Al fin solos.

Antes de que Heechul pudiera decir nada, lo depositó en el suelo y, al mismo tiempo lo obligó a volverse hacia él. Heechul quedó prácticamente acostado sobre Siwon, posición de la que ambos disfrutaron, mientras él le cubría de besos.

Él acarició sus mejillas con el dorso de sus dedos y Heechul abrió lentamente los ojos. Los de Siwon estaban cargados de pasión. Su voz era una caricia y su aliento tibio rozaba sus labios.

-¿Alguna vez te detuviste a pensar que ésta es la única noche de tu vida en que todos saben que tienes la intención de hacer el amor? Oh, cariño, me encanta que te ruborices por mí.

-Es algo que sólo he estado haciendo últimamente... desde que te conocí.

Su respuesta fue un estímulo para los sentidos de Siwon. Lo apartó de sí con manos temblorosas y gruñó con ternura.

-Fui un estúpido. No debí aguardar tanto tiempo. Te concederé cinco minutos para hacer cuanto necesites, pero, por Dios Heechul, apiádate de mí y métete en la cama antes de que yo regrese.

-¿Con algo ligero y sensual?

-No, por Dios -exclamó él-. No podría tolerarlo en este momento.

Luego desapareció, encerrándose en su cuarto de vestir. Heechul permaneció con una sonrisa boba y una tibia sensación de expectación en el estómago. ¿Había él logrado eso?
¿Hacerle perder el control? Qué extraordinario. Pero él tampoco estaba muy sereno. Era muy distinto saber qué sucedería que no saberlo. Facilitaba las cosas. Experimentaba una gran ansiedad. Pero todavía era demasiado inexperto para no estar también un tanto nervioso.

Con dedos torpes se despojó de sus ropas, pero logró hacerlo con rapidez. Su corazón latía a una velocidad anormal. Sus oídos estaban atentos al ruido de la puerta que se abriría en cualquier momento. Se metió en la cama; no sabía si cubrirse completamente con la sábana o dejar una parte de su cuerpo al descubierto. En ese momento triunfó la modestia. Se preguntó si la frecuencia modificaría las cosas; si llegaría a poder expresar cierta indiferencia. Tratándose de Siwon, lo dudaba. Lo más probable era que esto se convirtiera en un hábito.

Cuando regresó, Siwon llevaba una bata larga de terciopelo. Muy avergonzado, Heechul percibió que ni siquiera había pensado en ponerse una camisa de dormir. No hubiera permanecido con ella durante mucho tiempo, pero, ¿no era indecoroso que un esposo aguardara a su marido desnudo en la cama? Quizás no; por lo menos esa noche. Y la sonrisa de Siwon cuando se acercó a la cama expresaba su aprobación.

Siwon sentándose a su lado, tocó un mechón de su rojizo cabello. Adoraba sus cabellos y disfrutaba tocándolos. Masajeó el cuero cabelludo de Heechul hasta que éste cerró los ojos y en sus labios se dibujó una sonrisa soñadora.

-Qué agradable -murmuró suavemente.

-¿Lo es? ¿Y esto?

Apoyó sus labios sobre las sienes de él y luego los deslizó hasta su boca. Lo besó apasionadamente antes de continuar, besando su cuello y luego su pecho. Heechul se estremeció.

-Eso es demasiado agradable -murmuró. Siwon rió, complacido.

-Oh, cariño, ¿realmente fue anoche? Parece que ha transcurrido una eternidad desde entonces.

Heechul apoyó su mano sobre la mejilla de Siwon y luego pasó un dedo sobre sus labios. -¿Nada más que una eternidad?

Comenzó a besarlo tan intensa y apasionadamente, se situó entre sus piernas separándolas levemente mientras introducía uno de sus largos dedos moviéndolo despacio para ir preparándolo. Heechul se tensó al sentir ese dedo en su cuerpo, pero un nuevo beso de Siwon lo tranquilizó, dejando que su cuerpo se moviese para responder a esta nueva sensación.

Cuando su dedo ya tenía espacio suficiente, Siwon introdujo un segundo dedo mientras los iba moviendo, sintiendo como Heechul se estremecía bajo él, haciendo que cada vez fuera más difícil permanecer fuera de él. Ya no soportaba más y, considerando que Heechul estaba lo suficientemente preparado para recibirlo, retiró los dedos de su interior.

Siwon guió su miembro erguido y palpitante hacia la entrada dilatada, lo penetró rápida y suavemente, entrando casi enteramente en aquel delicioso cuerpo. Después de unos segundos Heechul comenzó a relajarse y Siwon pudo comenzar a moverse en su interior, empujando más adentro hasta estar totalmente fundido en su interior.

Su cuerpo se movía intensamente dentro de Heechul, sumergiéndose cada vez más en éxtasis. Heechul ya no sabía cómo se sentía, pues olas de placer lo recorrían por entero, haciendo que se estremeciera una y otra vez, notando como su cuerpo llegaba a un nuevo orgasmo, derramando su semilla entre sus cuerpos unidos. El orgasmo hizo que las paredes que rodeaban a Siwon se contrajesen dolorosamente, unas cuantas envestidas más y termino derramando su semen dentro de Heechul.