Amor en Altamar- Capítulo 29



Dominándose hasta el extremo, Hyukjae aconsejó a Heechul

-Llévatelo de aquí o no servirá para gran cosa durante los próximos meses... tal vez en todo un año.

-Bueno, Hyukjae -trató de aplacarlo Heechul, al tiempo que se esforzaba por disimular su propia sonrisa -,debes admitir que resulta bastante descabellado imaginarte obligado a... - La mirada ceñuda de su cuñado hizo que desviara la atención hacia su marido - Basta, Siwon, por favor. No es tan divertido.

-¿Qué... no? -jadeó él - ¿Cuántos eran, Hyukjae? ¿Tres, cuatro?

Como Hyukjae se limitaba a fulminarlo con la mirada, busco la respuesta en Donghae.
Él también estaba ceñudo, pero dijo:

-Si quieres saber cuántos hermanos tengo, la última vez que los conté eran cinco.

-¡Gracias a Dios! –Siwon dejó escapar un suspiro burlón entre risitas - Por un momento pensé que estabas decayendo, hermano. Ahora cuentas con toda mi comprensión.

-¡Tienes una curiosa forma de demostrarlo! -bramó Hyukjae, tratando de acercársele otra vez.

Heechul volvió a intervenir. En esta ocasión asió a su marido del brazo.

-No sabes mantener la boca cerrada ¿eh? -le reprochó, tirando de él hacia la puerta.

-Apenas he comenzado -protestó él, pero al reparar en el semblante colérico de Hyukjae se obligó a corregirse -Tienes razón, tesoro, tienes razón. ¿No dijiste a Shindong que le haríamos una visita, ahora que está en la ciudad? Por Dios, nunca había tenido tantas ganas de ver a los mayores. Con noticias tan interesantes que llevarles...

La puerta se cerró bruscamente en cuanto Siwon estuvo fuera de la habitación, pero eso no hizo sino provocar otra vez sus risas, sobre todo al escuchar la retahíla de juramentos procedentes del otro lado, apenas ensordecidos por la madera que los separaba de quien los profería.

Heechul le clavó una mirada de exasperación.

-No deberías haberlo hecho.

-Lo sé -admitió su marido, muy sonriente.

-Es posible que no te perdone.

-Lo sé -la sonrisa se ensanchó.

El joven hizo chasquear la lengua.

-No te arrepientes en absoluto, ¿verdad?

-Ni un poquito.-Siwon reía entre dientes - Pero ...¡ qué diablos, he olvidado felicitarlo!

Heechul lo sacudió con aspereza para retenerlo.

-¡Ni se te ocurra! Da la casualidad que me gusta verte con la cabeza sobre los hombros.

En un abrupto cambio de interés, él lo acorraló contra la pared del pasillo.

-¿De veras?

-¡Basta, Siwon! – Heechul reía, tratando de esquivar sus labios sin mucha convicción - Eres incorregible...

-Estoy enamorado -replicó él, con voz sensual - Y los hombre enamorados suelen ser incorregibles.

Heechul ahogó una exclamación al sentir un leve mordisco en la oreja.

-Bueno, ya que insistes..., nuestro dormitorio está al otro lado del pasillo.



-¡Por Dios! -dijo Siwon a la mañana siguiente, cuando Hyukjae y Donghae entraron en el comedor - ¿Cómo demonios se me pasó por alto la calidad de la pieza que te has cobrado, Hyukjae?

-Porque estabas muy ocupado en fastidiarme -respondió su hermano - Y no vuelvas a empezar, muchacho. Da gracias a que mi noche fue más agradable después de tu partida.

Donghae, ruborizado, habría querido propinarle un puntapié por decir aquello. Si no incluía a Siwon en el reparto era, simplemente, porque ignoraba que la pieza en cuestión era él mismo. Y como la noche había sido muy agradable también para Hae y, por añadidura, se sentía muy atractivo con un traje color ciruela que le sentaba perfectamente, estaba suficientemente satisfecho como para no hacer comentarios.

Pero Siwon parecía incapaz de apartar la vista de él. Por fin, fue su esposo el que le dio el puntapié... por debajo de la mesa. El hizo una mueca, pero no se dejó intimidar, aun cuando Hyukjae empezó a mirarlo con el entrecejo fruncido. Finalmente inquirió, con cierta exasperación:

-¿Dónde diantre te he visto antes, Donnie? Me resultas endiabladamente familiar.

-no me llamo Donnie -aseguró Hae, mientras ocupaba su asiento - Soy Donghae... o Hae, para mis amigos y mi familia. Aunque Hyukjae no logra recordarlo.

-¿Vuelves a sugerir que estoy senil? -preguntó Hyukjae con una ceja enarcada.

Donghae le sonrió con dulzura.

-Eso te sienta como anillo al dedo...

-Si no me falla la memoria, la última vez que trataste de ponerme ese anillo, te lo hice comer.

-Y si no me falla a mí -contraatacó Hae-, sabía delicioso.

Siwon observa la escena con interés, mientras aguardaba la oportunidad de repetir su pregunta. Pero la olvidó al notar que los ojos de Hyukjae ardían de pronto con un fuego interior que en nada se parecía al enojo. ¿Pasiones encendidas por un anillo? ¿Y Donghae se lo había comido?

-¿Se trata de alguna clase de chiste privado? -preguntó con suavidad - ¿O podemos enterarnos del final?

-Puedes enterarte de cómo nos conocimos, sir Siwon.

-¡Ajá! -exclamó él, triunfal - Ya lo sabía. Tengo muy buena percepción para este tipo de cosas, ¿sabes? ¿Dónde fue? ¿En un salón de baile? ¿En un paseo público?

-En realidad, fue en una taberna llena de humo.

Arqueando la ceja, en un gesto que debía ser parte de la herencia familiar, Siwon paseaba la mirada, de Donghae a Hyukjae.

-Debí haberlo imaginado. Después de todo, te habías acostumbrado a los camareros de taberna.

Pero Hyukjae no estaba de humor para bromas, de modo que sonrió.

-Estás pensando otra vez con el trasero, estimado hermano. El no trabajaba allí. Ahora que lo pienso, no llegué a enterarme de qué estaba haciendo en aquella taberna...

-Lo mismo que tú, Hyukjae - respondió Donghae - buscando a alguien.

-¿Y a quién buscabas tú? -preguntó Siwon a su hermano.

-Eras tú quien lo buscaba. Fue el día en que me arrastraste por media ciudad de Londres tratando de encontrar al primo de tu esposo.

Aquél fue un día que Siwon jamás podría olvidar, de modo que se apresuró a señalar:

-Pero tu camarero ero rubio.

-Y mi Donnie no lo es, y siente cierta predilección por las prendas muy varoniles.

Los ojos de Siwon volvieron a Donghae, refrescándole la memoria.


-¡Por Dios, la zorra que deja cardenales en las espinillas! Estaba seguro de que no habías logrado encontrarlo, Hyukjae.

-No lo encontré. Fue él quien me encontró a mí. Cayó en mis brazos, en cierto modo. Se empleó...

-¡Hyukjae! -interrumpió Donghae, horrorizado ante la perspectiva de que él lo confesara todo otra vez - No es necesario entrar en detalles, ¿no te parece?

-Estamos en familia, amor mío -contestó él, sin preocuparse - No importa que ellos lo sepan.

-¿De veras? -replicó Hae, con expresión airada - ¿Y fue ésa tu actitud cuando se lo contaste todo a mi familia?

Hyukjae frunció el ceño, obviamente disgustado: su esposo sacaba a relucir un tema que él no deseaba tocar. Y no se molestó en contestar. De espaldas a la mesa, se acercó al aparador donde estaban las fuentes del desayuno.

Heechul, notando el cambio radical que se había obrado en el ambiente, dijo con diplomacia:

-¿Te sirvo un plato, Hae? Por la mañana nos servimos solos.

-Gracias...

Pero Hyukjae interrumpió, ostentosamente impertinente:

-¡Puedo hacerlo yo mismo, qué demonios!

Los labios de Donghae se ahuecaron en un gesto de hastío. Probablemente había hecho mal en sacar a relucir el único tema que no dejaría de agriarle el humor a Hyukjae, pero después de todo, ¿iba a dejar que él escandalizara a su propia familia y lo abochornara por completo al mismo tiempo? Si a él no le importaba qué contaba ni a quién, o qué tormentas provocaba, a Hae sí.

Pero su irritación sólo duró hasta el momento de recibir el plato que su esposo depositó bruscamente ante él. Era una pequeña montaña de huevos, arenque ahumado, pasteles de carne y embutidos, rodeado de bizcochos y grandes cucharadas de jalea: suficiente para cuatro personas. Donghae lo miró con ojos dilatados, pero al volverse comprobó que el plato de Hyukjae estaba aún más colmado. Obviamente, había preparado ambos con tal falta de atención que al joven se le despertó el sentido del humor.

-Gracias, Hyukjae -exclamó, conteniendo la sonrisa que le estiraba los labios- Estoy muerto de hambre, sí, aunque no sé por qué. No creo haber hecho gran... despliegue de energías esta mañana.

La descarada mentira estaba destinada a ponerle de un humor más agradable, puesto que ambos habían consumido una considerable cantidad de energía aquella mañana, antes de abandonar la cama. Pero habría debido saber que no era conveniente intentar juegos de palabras con Kim Hyukjae.

-Ojalá seas siempre tan perezoso, Donnie-replicó él, con una de sus sonrisas más demoníacas.

No existía en el mundo nada capaz de impedir que sus mejillas se encendieran ante sus ironías.

-No sé por qué se ruboriza -comentó Siwon, en el silencio que siguió - Al fin y al cabo, nosotros no deberíamos comprender las insinuaciones, aunque las comprendamos. Por mi parte, también he tenido bastante dificultad para levantarme de la cama, esta mañ...

La servilleta de Heechul lo golpeó en la boca, poniendo fin a la serie de bromas provocativas.

-Deja en paz al pobre, grandísimo truhán. Qué demonios, ser el esposo de un Kim es...

-¿Una bendición? -sugirió Siwon.

-¿Quién ha dicho eso? -bufó Heechul.

-Tú, tesoro, con mucha frecuencia.

-En momentos de locura, sin duda. -el joven suspiró, con lo cual provocó una risa ahogada en su marido.

Las mejillas de Donghae habían vuelto ya a la normalidad. Aun así, fue un alivio que Heechul se las compusiera para dirigir la conversación hacia temas menos personales o, al menos, menos bochornosos.

Se enteró de que, esa misma tarde, iba a recibir la visita de un modisto, encargado de confeccionarle un guardarropa completo; de que en la temporada de invierno habría varios bailes de gala a los que Donghae no podía faltar, los dos Kim gruñeron al oírlo, así como cenas y veladas por docenas, donde lo presentarían en sociedad como era debido. Como todo eso implicaba que Hae tenía futuro allí, cosa que no estaba decidida en absoluto, dirigió a Hyukjae una mirada que preguntaba "¿Es necesario todo esto?". Como respuesta sólo obtuvo una expresión inescrutable.

Donghae también se enteró de que esa noche habría una reunión familiar, cuando Siwon admitió:

-A propósito, anoche no visité a los mayores. Me retuvieron. -En ese punto movió las cejas y lanzó un beso a su esposo, mientras él buscaba otra servilleta para arrojársela. Luego agregó con una risa sofocada - Además, mi viejo Hyukjae, comprendí que no me creerían, a menos que escucharan la noticia de tus labios. Y tú tienes un modo tan inigualable de explicar las cosas sin decirlas que no quise privarte de esa nueva oportunidad de volver a enredarte.

Ante eso, Hyukjae respondió:

-Si vas esta noche a Tsuruga’s Hall, será un placer acompañarte.

-Bueno, ya que he sido condenado, prefiero hacer la pregunta -resolvió Siwon - ¿Qué demonios dijiste a la familia de tu esposo que no puedas decir a la nuestra?

-Pregúntaselo a Donnie- gruñó él – él es quien no quiere que lo repita.

Pero cuando aquellos ojos negros se volvieron hacia Hae, interrogantes, éste cerró tercamente los labios, haciendo que Siwon insistiera, con una sonrisa deslumbrante:

-Anda, tesoro, será mejor que confieses. Me pasaré la vida sacando a relucir el tema a la menor oportunidad, estemos con quien estemos, hasta que lo digas.

-¡Serías capaz!

-Puedes estar seguro de ello -intervino Hyukjae con acritud.

Donghae, completamente contrariado, preguntó a su esposo:

-¿Y tú no puedes hacer nada para remediarlo?

-Lo haré -aseguró Hyukjae, amenazador - no te preocupes. Pero eso no lo detendrá.

-Por supuesto que no – Siwon sonreía. -como tampoco te detendría a ti hermanito.

Donghae se reclinó en el asiento, enojado.

-Comienzo a pensar de tu familia lo mismo que tú de la mía, Kim Hyukjae -afirmó.

-Me sorprendería que no fuera así.

Como no había remedio, el joven clavó en Siwon una mirada fulminante.

-Trabajé como grumete a su servicio -admitió, en tono agresivo - Eso fue lo que dijo a mis hermanos; esto, y que habíamos compartido el camarote. Ahora, ¿estás satisfecho, hombre odioso?

-Supongo que no sabía que eran tus hermanos -arriesgó Siwon, suavemente.

-lo sabía -corrigió Hae.

-Pero ¿ignoraba que fueran tantos?

-También sabía eso.

Entonces Siwon volvió hacia Hyukjae una mirada cómplice y enfurecedora.

-Fue más o menos como apretar tú mismo el gatillo, ¿no, muchacho?

-¡Oh, cállate, idiota! -bramó Hyukjae.

Ante aquella reacción, Siwon echó la cabeza hacia atrás para reír estruendosamente. Cuando la carcajada se redujo a risas sofocadas, comentó:

-Nunca pensé que llegarías tan lejos para colmar mis esperanzas, hermanito.

-¿Qué esperanzas?

-¿No recuerdas lo que te deseé? Que acabaras casado con una víbora tan dulce como la que te había dado el puntapié en vez de darte las gracias por tu ayuda. No era preciso que fuera justamente la misma.

Hyukjae recordó entonces el comentario, hecho por Siwon cuando estaba con un humor de perros por no haber tenido suerte la noche anterior al cortejar a su enojado esposo para que volviera al lecho conyugal.

-Ahora que lo mencionas, recuerdo que dijiste algo así... y por qué lo dijiste. Ese día estabas ahogando tus penas en alcohol. A las cinco estabas como una cuba. Y tu esposito ni siquiera quería llevarte a la cama, ¿no?

-Maldita sea... -La expresión de Siwon se había endurecido, mientras que en el semblante de Hyukjae lucía una sonrisa - Tú también te emborrachaste ese día. ¿Cómo diablos te acuerdas de todo?

-¿Y lo preguntas tú, que estuviste tan divertido? No habría podido perderme un solo instante, querido hermano.

-Creo que están a punto de empezar otra vez -advirtió Heechul a Donghae - ¿Por qué no los dejamos solos? Si no estamos aquí para vigilar, tal vez se maten entre sí.-Y agregó, con una mirada a su esposo cargada de intención - Así nos ahorrarán el trabajo.

-¡Si os vais, él no se irritará tanto con mis pullas! -protestó Siwon, al ver que los jovenes abandonaban la mesa.

-Justamente se trata de eso, querido. –Heechul le sonrió; luego dijo a su cuñado- A propósito, Hyukjae anoche envié un mensaje a Foresight notificando que estabas de regreso. Tal vez convenga que te quedes hoy en casa, pues no creo que Sungmin espere a la noche para presentarse. Y bien sabes que se sentiría destrozado si no te encontrase aquí.

-¿Quién es ese Sungmin? -preguntó Donghae, deteniéndose de súbito.

-Minnie -le informó Hyukjae, sonriendo ante el recuerdo de sus celos y su aparente recrudecimiento.

Pero Siwon agregó, dirigiéndole a su hermano una mirada melancólica.

-Hace tiempo que estamos en desacuerdo sobre el nombre, pero el es nuestro sobrino favorito. Lo criamos los cuatro, ¿sabes?, al morir nuestra hermana.

Donghae no lograba imaginárselo, pero como ese tal Minnie, Sungmin o Min era sólo un pariente, perdió interés en él. Sin embargo, pese a la probabilidad de que no pasara mucho tiempo allí, era necesario aprender algo sobre la numerosa familia de Hyukjae, aunque sólo fuera para no ponerse nervioso cada vez que oía el nombre de algún joven relacionado con el de su marido. El habría debido tener la gentileza de aclararle todo eso antes de llegar, pero era muy reservado en todo lo referente a su familia... quizá para que Hae hiciera lo mismo con respecto a la suya. Después de todo, era justo.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...