Entre el Miedo y el Amor- Capítulo 8



–¡No lo soporto, Minji, de verdad no puedo soportarlo! –exclamó Sungmin, vencido por la agitación.

El doncel ignoró la queja, como había ignorado las otras.

–¿Pensáis dormir con esa bufanda?

Sungmin se llevó las manos a la garganta.

–Si, claro. Quizás el tío Zhoumi venga a decirme qué ha pasado en lugar del tío Siwon. Y no quiero que nadie más vea la marca.

Minji frunció el ceño, él había visto aquel mordisco de amor. Sungmin no podía ocultarle nada, al menos por mucho tiempo. Estaba ofendido por todo el asunto y, por una vez, estaba totalmente de acuerdo con Kim Siwon, en lugar de ponerse de parte del joven que estaba sentado con las piernas cruzadas en el centro de la cama, retorciéndose las manos en un suspenso angustioso.

El vizconde Guixian debía morir en duelo, no recibir como regalo este tesoro de joven. Nunca había oído nada tan brutalmente injusto. ¿Acaso uno entregaba a un ratero la bolsa y le daba las gracias amablemente? ¿Cómo podían pensar en entregar al precios Sungmin al hombre que era responsable de su vergüenza?

–¿Quieres ir abajo para ver si oyes algo, Minji?

–No, no lo haré.

–Entonces lo haré yo.

–Vos tampoco lo haréis. Os quedaréis aquí quieto. Pero dejad de preocuparos. Pronto os dirán que él no ha aceptado.

–Pero eso es lo malo. –Sungmin se golpeó las rodillas con énfasis–. El va a decir que no acepta.

Minji movió la cabeza.

–No me convenceréis de que queréis a ese hombre. Es mejor que dejéis de intentarlo.

–Pero es verdad, Minji.

–Os conozco demasiado bien, Min. Simplemente ponéis buena cara ante el asunto, fingís a causa de vuestros tíos, porque al parecer esta es la única solución.

–Tonterías –rió Sungmin, y su buen humor venció por el momento–. Simplemente no quieres reconocer que soy malo y desvergonzado al querer a un hombre al que acabo de conocer.

Minji levantó los ojos y lo miró.

–Ahora entiendo lo que buscáis. Queréis esto porque es la manera de conseguir rápidamente un marido y para no tener que seguir buscando uno. Reconocedlo, hijito.

Sungmin sonrió.

–Eso es algo que hay que añadir al asunto, es verdad.

–¡Algo que añadir! –resopló Minji - Es el único motivo por el que queréis a ese hombre. Así debe ser.

–No dirás eso cuando lo hayas visto. Creo que estoy enamorado.

–Si lo creyera, bajaría y le besaría los pies. Pero sois demasiado inteligente para suponer que estáis enamorado de alguien a quien habéis visto una sola vez.

–Sin embargo, creo que es así –suspiró Sungmin, pero sus ojos chispeaban–. Aunque, si no lo estuviera, no tardaría en estarlo. No tardaría. Espera y verás.

–Espero no tener que verlo. Espero no veros casado con él. Será el día más desdichado para vos si eso sucede, recordad mis palabras.

–Tonterías –replicó Sungmin.

–Recordad, os lo prevengo.




–No me casaré con él.

–Bien –la sonrisa de Siwon estaba llena de placer perverso.– Yo me he opuesto a eso desde el principio.

–Tranquilo, Siwon –previno Zhoumi – Todavía no hemos arreglado nada.

–Repito que no me casaré con él –dijo Kyuhyun tranquilamente, logrando apenas mantener la calma.

–¿Queréis tener la amabilidad de decirme por que? –La voz de Zhoumi era también un dechado de tranquilidad.

Kyuhyun dijo lo primero que se le pasó por la cabeza.

–El merece algo mejor.

–De acuerdo –intervino suavemente Siwon – En circunstancias normales, nunca se os hubiera tomado en cuenta.

Zhoumi le lanzó una mirada para que se callara y volvió a dirigirse a Kyuhyun:

–Si os referís a vuestra reputación, ya la conocemos. Y soy el primero en reconocer que es difícil de aceptar. Pero, en este momento, esas cosas hay que dejarlas de lado.

–Yo haría desdichado a ese chico –dijo Kyuhyun rápidamente, un poco más animado.

–Esa es una pura conjetura. No conocéis a Sungmin lo bastante como para saber qué puede hacerlo feliz o desdichado.

-Estás ganando tiempo –dijo Hyorin – No hay una razón de peso para que no te cases con él, y lo sabes. Y ya es hora de que te cases, vaya si es hora...

–¿Para poder daros un heredero? –replicó él.

–Bueno, escuchad Kyuhyun –interrumpió Zhoumi – ¿Podéis negar acaso que habéis metido a mi sobrino en un escándalo?

–¿Vuestra sobrino?

–¿Quién diablos creías que era ese chico, sinvergüenza? –Hyorin estaba exasperada.

Súbitamente Siwon soltó la carcajada.

–Decidme, Guixian ¿esperabais que fuera ilegítimo? ¿Algún pariente pobre que queríamos echaros encima?

–Basta ya –previno Zhoumi de nuevo– Kyuhyun... bueno, tal vez deberé reconocer que no sabíais quién era Sungmin. No muchos recuerdan a Amber. Murió hace tiempo.

–¿ Amber?

–Nuestra única hermana. Era mucho menor que Shindong y que yo, la criatura del medio. Era... bueno, no puedo recalcar hasta qué punto era preciosa para nosotros, la única mujer en medio de cuatro varones. Sungmin es su único hijo.

–Es todo lo que les queda de Amber –dijo Hyorin – ¿Empiezas a darte cuenta hasta qué punto es importante Sungmin para los hermanos Kim?

Kyuhyun se sintió descomponer.

–Y debo deciros, respecto a la frase de mi hermano, que Sungmin es totalmente legítimo –prosiguió Zhoumi – Amber estaba felizmente casada con el conde de Sheng.

–¡Sheng ! – Kyuhyun casi se ahogó al pronunciar el nombre que había maldecido tantas veces.

–El último conde, Lee Ilwoo –aclaró Zhoumi - Un oscuro primo lleva ahora el título. Un tipo desagradable, pero no tiene nada que ver con Sungmin. Hace diecisiete años que está a nuestro cuidado, desde que Amber e Ilwoo murieron juntos en un terrible incendio.

La mente de Kyuhyun daba vueltas. Maldición. En verdad es primo hermano de Kangin, hijo de un conde, sobrino de un marques. No le sorprendería enterarse de que también era un heredero. Fácilmente podría conseguir un marido con un título mejor que el de él. Hubiera podido. Pero ahora que su nombre estaba vinculado al de él, ya no era un premio para conquistar, por lo menos para las familias que no tocarían un muchacho con un escándalo detrás. Todos en la habitación lo sabían, incluso él. De todos modos había otros hombres que lo querían sin tomar a nada en cuenta, hombres de principios menos rígidos.

Dijo más o menos esto a Siwon:

–No parecéis creer que él ha perdido su posibilidad de hacer un buen casamiento... ¿Por qué insistís en casarlo conmigo?

–¿Acaso he dicho eso, querido amigo? No, no. Es él quien quiere casarse con vos, yo no quiero que se case.

Kyuhyun miró alrededor al dar la respuesta.

–Y como sobrino mimado, siempre consigue lo que quiere ¿verdad? –dijo.

–Existe el hecho sencillo –intervino Zhoumi – de que si se casa con otro, el pobre tipo tendrá que vivir toda su vida soportando que el escándalo que vos habéis suscitado sea comentado a espaldas de él. Eso es pedirle mucho a un hombre, y ciertamente no servirá para hacer feliz a un matrimonio.

Kyuhyun frunció el ceño.

–¿Debo entonces pagar por la estrechez mental de otros?

–¿Qué diablos te pasa, Kyuhyun ? –preguntó Hyorin – He estado con el chico y es la criatura más hermosa que he visto en mucho tiempo. Nunca conseguirás un partido mejor, y lo sabes. ¿Por qué te niegas a este casamiento?

–No quiero casarme... con nadie – dijo Kyuhyun duramente.

–Lo que tu quieras no tiene importancia –replicó la abuela–. Se trata de que hayas comprometido a un joven inocente cuya familia no está dispuesta, como otras, a soportarlo en silencio. ¡Tienes mucha suerte de que quieran casarlo contigo!

–Sé razonable, Kyu –corroboró Arha – Alguna vez tienes que casarte. No puedes seguir eternamente llevando la vida que llevas. Y el joven es hermoso, encantador. Será un esposo maravilloso.

–No para mí –dijo él sin expresión. En el silencio que siguió, empezó a concebir esperanzas, pero su abuela las borró.

–Nunca serás un hombre como fue tu padre. Huiste al mar dos años, volviste a vivir la vida de un calavera, delegaste tus responsabilidades en administradores y lacayos. Dios, me avergüenza que seas mi nieto. Y te lo digo desde ahora; es mejor que te olvides de que existo, si no te sometes y te casas con ese joven. –Se puso de pie, con expresión pétrea.– Vamos, Arha. Ya he dicho todo lo que quería decirle.

La cara de Hyorin seguía fría e imperturbable cuando salió de la habitación seguida por Arha. Pero, cuando la puerta se cerró tras ella, se volvió hacia Arha y le dedicó una gran sonrisa conspirativa.

–¿Que opinas, querida? ¿Crees que lo hemos logrado?

–Exageraste un poco al decir que estabas avergonzada de él. Sabes que no es verdad. Vamos, si te deleitas más que él con sus locas escapadas. Juro, Hyorin, que deberías haber sido un hombre.

–¡Como si no lo supiera! Pero esta pequeña escapada ha sido un envío del cielo. Aunque no creía que fuera a resistir tanto.

–¿No lo creías? –repitió Arha –. Ya sabes por qué no quiere casarse. Conoces sus sentimientos. Kyu se niega a hacer caer el estigma de su nacimiento sobre un esposo confiado. Siente que no puede ser candidato para un joven decente, pero su situación hace que no pueda casarse por debajo de su rango. Y simplemente decidió que no iba a casarse jamás. Tú lo sabes.

Hyorin asintió, impaciente, y dijo:

–Por eso lo que ha pasado es un regalo del cielo. Ahora tiene que casarse, y con un muchacho de buena familia. Oh, a él no le gusta nada, pero al final se alegrará. Y te digo que a ese muchacho le importará un comino si alguna vez se entera de la verdad.

–¿De veras crees eso?

–Si no lo creyera, diría que ese muchacho no es para él –afirmó Hyorin.

Ambas sabían exactamente cuáles eran los motivos de Kyuhyun, aunque él ignoraba que ellas lo sabían. Ante el mundo, Eunhee era su madre, y el día en que ella terminara con la comedia –como había amenazado hacerlo con frecuencia– iba a ser el día en que Kyuhyun dejara de vivir bajo la amenaza de la revelación, y se convertiría en el paria que pretendía ser con tanto ánimo antes de tiempo. Quería que se pensara que él era malvado, para acostumbrarse al tratamiento que le esperaba si la verdad salía a la luz.

–Alguien debería decirle que probablemente no tendría mucha importancia que se conociera la verdad –dijo Hyorin –. Nadie la creerá de todos modos, después de tantos años,

–¿Por qué no se lo dices? –preguntó Arha, aunque ya conocía la respuesta.

–Yo no, querida. ¿Por qué no lo haces tú?

–Oh, no –Eleanor sacudió bruscamente la cabeza.– A él no le preocupa mucho esto –suspiró–. Ya hemos hablado centenares de veces del tema, Arha. Por otra parte, al fin ha encontrado un novio, se establecerá como es debido y fundará su propia familia.

–Esperemos –dijo Hyorin, y añadió– Pero él todavía no ha dado su consentimiento.



–Vuestra actitud es en verdad desconcertante, Kyuhyun –decía en aquel momento Zhoumi, en la sala.

– No queréis casaros con mi sobrino- Siwon habló con rudeza –Miradme a los ojos al contestar, Guixian, porque he visto la marca que le hicisteis.

–¿De qué hablas? –preguntó Zhoumi.

–Tranquilo, Zhou. Es algo entre yo y el vizconde. Mas ¿cuál es vuestra respuesta, Guixian ?

Kyuhyun se ruborizó furioso, y su cara se ensombreció. Se sentía acorralado y no le gustaba. ¿En verdad había marcado al chico? Si era así: ¿por qué diablos había informado él a su tío? Decían que quería casarse con él. Demonios, ¿era posible que hubiera hecho creer a Siwon que el encuentro con él no había sido del todo inocente? ¿Era por esto por lo que el menor de sus tíos estaba decidido a derramar su sangre?

–No tengo nada que decir en contra de vuestro sobrino, señores –dijo Kyuhyun, con firme voz, los ojos ambarinos, brillantes de furia–. Vosotros conocéis mejor que yo los méritos que tiene.

–Sí, puede decirse que él es deseable en todo su sentido. Sin embargo, no podemos resolver este asunto. – Zhoumi suspiró.– A Shindong esto no va a gustarle nada. Él es su tutor legal, ¿sabéis?

–Shindong le partirá en dos si no están ya comprometidos cuando él llegue –dijo Siwon sin expresión –. Abandona el asunto, Zhou, y déjalo en mis manos. Si Shindong se apodera de él, ya no me quedará nada que hacer.

Kyuhyun volvió a sentarse, ocultó la cara entre las manos y ellos siguieron discutiendo entre sí. Simpatizaba y respetaba al padre de Kangin, Kim Shindong había cazado con él y habían pasado largas horas charlando juntos ante un buen brandy. Lo que menos deseaba era que Shindong se enfadara con él. Pero no podía casarse con el muchacho y no podía decirles por qué.

Nunca como en este momento había sentido tan dolorosamente la amargura de su linaje. La verdad es que era bastardo. Y cualquier joven que se casara con él iba a sufrir el estigma de su bastardía. Él quedaría en el ostracismo si la verdad se divulgaba. ¿Acaso no había visto lo que pasaba con Kim Kangin, que era un bastardo conocido? Por eso sentía una afinidad con Kangin que no experimentaba hacia ninguno de sus otros amigos.
La voz de Zhoumi se inmiscuyó en sus pensamientos.

–Dudo que la situación financiera de Sungmin os impresione, Kyuhyun, porque las sabias inversiones de vuestro padre, y la vuestras, os han hecho un joven rico. Basta con decir que Sungmin tiene lo suyo. Aunque... tal vez esto os interese.

Kyuhyun aceptó un montón de papeles que Zhoumi había sacado de su casaca. Cartas. Sus cartas al conde de Sheng.

–¿Cómo han llegado a vuestro poder? –preguntó incrédulo.

–La verdad es que me las han hecho llegar muy recientemente. El conde es famoso por ignorar las cosas que no le interesan, y esa tierra que queréis no le interesa.

–¿Y por qué os ha elegido a usted?

–Porque la tierra pertenece a un paquete que yo manejo. Es una hermosa tierra, con casi una docena de arrendatarios, que pagan regularmente.

–Es una propiedad bastante grande y usted lo sabe, y ni siquiera da la mitad de lo que debería dar –replicó Kyuhyun.

–Ignoraba que fueseis tan amante de la tierra –dijo Zhoumi agudamente–. Después de todo no administráis Foresight.

Un músculo se contrajo en la mandíbula de Kyuhyun. ¡Demonios! Hubiera preferido enfrentarse sin armas a su antiguo enemigo, el capitán Kry, que a estos Kim.

–¿Estáis sugiriendo que nunca podré echar mano a esa tierra, a menos que me case con vuestra sobrino?

–Podríais decirlo de manera más delicada, pero ese es el punto, en verdad.

–Rehusad, Guixian –le tentó Siwon por lo bajo– Encontraos conmigo mañana al alba. No os mataré. Apuntaré debajo de vuestro corazón para que al próximo joven que secuestréis en medio de la noche, todos le crean cuando diga que no lo habéis tocado.

Kyuhyun tuvo que reír. ¿Así que ahora amenazaban con castrarle? ¿Eran éstas las posibilidades? No le cabía duda de que su abuela era capaz de mandarle a la cárcel como había dicho. Se vería así alejado de ella, sin duda alguna, y lo cierto es que quería a la vieja bruja. Si, si Siwon se salía con la suya, tenía que enfrentarse a la muerte o ser herido gravemente. Éstas eran las posibilidades.

O podía casarse con la criatura más preciosa que había visto en su vida. Y probablemente adquirir la tierra que deseaba. La tía Arha estaba a favor del casamiento. Su abuela y todos los Kim le querían.

Kyuhyun cerró los ojos un momento, aparentemente sumido en profundos pensamientos. Después los abrió y se puso de pie.

–Señores –dijo tranquilamente–, ¿cuándo tendrá lugar la boda?


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...