Vikingos II -5


 

Una anciana fue a curarles las heridas. Era una mujer sucia y desaliñada. Minki la miró divertida, y al mismo tiempo con cierta cautela. La vio abrir e investigar las heridas de los hombres, individuos que eran como gigantes comparados con el cuerpo menudo de la anciana, y también la vio reírse de los gruñidos o de las palabras ásperas de los guerreros. Estaba prevenido porque sabía que llegaría a él, y querría ver la presunta herida en la cabeza. Y Minki no podía permitirlo.
 
Además, Minki no se sentía de buen humor, a causa del calor, al que ninguno de ellos estaba acostumbrado. Muchos de los hombres se habían despojado de gran parte de sus prendas, pero aunque él deseaba hacer lo mismo no se atrevía.
 
La curandera terminó con Hoshi y se puso en cuclillas cerca de Minki; le dio a entender que debía decirle dónde estaba herido, además de la cabeza; suponía que había sido alcanzado varias veces por las armas de los sajones, en vista de las muchas manchas de sangre que lo cubrían. Minki se limitó a menear la cabeza. Por su parte, la anciana extendió la mano hacia la venda de la cabeza. Minki le apartó de un golpe la mano, y recibió a su vez otro golpe.
 

Vikingos II -4

 
Un hombre había caminado entre los vikingos para afirmar una antorcha en un orificio del poste. Seis guardias estaban cerca, espada en mano, por si el sajón era atacado. Tres hombres los vigilaban; de ese modo podían ver mejor a los prisioneros, pues había caído la noche. No les habían dado comida, ni vendas para cuidar de los heridos. Era un signo de mal augurio. Necesitaban comida para mantener las fuerzas si se proponían fugarse. La falta de alimentos podría significar muchas cosas, entre ellas que no vivirían demasiado tiempo.
 
Esa posibilidad se vio confirmada un rato después cuando los guardias comenzaron a hablar entre ellos.
 
-¿Por qué te mira mientras habla? – preguntó Minki a Mingyu.
 
-Soy el único que pudo hablar por todos un rato antes. Creían que éramos daneses – dijo con cierto desprecio -. Los desengañé. Los daneses vienen aquí a robarles la tierra. Nosotros sólo deseamos robarles la riqueza.
 
-¿Y creíste que al saberlo nos tratarían mejor? – se burlo Minki.
 
Mingyu sonrió.
 
-No he perjudicado a nadie cuando les aclaré eso.
 

Vikingos II -3

 
Habían navegado hacia el sur, más al sur de lo que Minki jamás había soñado conocer. Sabía que era el sur porque a medida que pasaban las noches el cielo se mantenía oscuro más tiempo, hasta que finalmente las horas de oscuridad igualaron las de luz diurna. Varios días atrás habían pasado frente a una hermosa tierra cuya costa estaba adornada por el verde del verano, pero nadie quiso decirle cómo se llamaba esa región.
 
Minki sabía algo acerca de las regiones que se extendían al sur a raíz del número de criados que habían estado en su casa a lo largo de los años, todos provenientes de regiones diferentes.
Si era una de las islas grandes, tenía motivos para creer que podían estar atacando a los daneses, pues esos norteños se habían propuesto conquistar ambas islas, y por lo que había, casi lo habían logrado. Y si se trataba de atacar a los daneses, pues bien, sería una lucha de igual a igual, y no lo que significaba agredir a los pueblos más pequeños de esas islas.
 
Junhui sabía más al respecto, pero no quería decirle nada. Aunque todavía estaba muy irritado con él, finalmente le había permitido salir de la bodega de la nave. Incluso Mingyu, hermano de Seungkwan, no le decía palabra. Minki suponía que la lógica de estos hombres era que si él no sabía dónde estaban o lo que hacían al desembarcar, nada podría revelar al padre cuando al fin regresaran a casa.
 

Vikingos II -2

 


La simiente estaba plantada y Minki no podía apartar su pensamiento del asunto. Su appa había bromeado acerca de la posibilidad de embarcarse subrepticiamente, pero en lo que había dicho había un pequeño grano de verdad, y era imposible ignorarlo. Heechul tenía audacia suficiente para esa aventura, Minki podía ser igualmente temerario. Podía conservar su libertad y evitar a Jihoon en el mismo acto, y eso sería una aventura. Lo que le excitaba era precisamente el pensamiento de la aventura.
 
La idea tenía un solo problema. Le habían prohibido ir, y cuando regresara afrontaría una situación infernal. Pero en su entusiasmo, Minki rehusó pensar en eso, y tampoco permitió que Seungkwan se detuviese en el tema cuando supo lo que se proponía hacer. Seungkwan se sorprendió, pero en todo caso, él había perdido su afición a la aventura apenas saliera de la niñez. No era el caso de Minki.
 
Los jóvenes estaban arriba, en la habitación de Minki; era el único lugar que les permitía separarse de la fiesta de despedida que se celebraba abajo. Esa noche la tripulación dormiría en la sala. Seungkwan había ido con su padre para despedirse de su hermano Mingyu, pues él había estado allí los últimos días para ayudar en los preparativos.
 

Vikingos II -1

 

Noruega 873 A.D.
 

Jihoon se dejó caer al suelo y se arrastró para acercarse al río, donde se había detenido el joven de los cabellos rubios.
 
Choi Minki miró una vez hacia atrás, como si lo hubiese oído, y después jaló las riendas de su caballo de gran alzada. Avanzó directamente hasta la orilla. Jihoon sabía por experiencia que el agua estaba deliciosamente tibia, y que era tan tentadora que el joven no podría ignorarla. Minki había llegado a este lugar después de que él lo viera salir de la casa de su tío Yunho y cabalgar hacia allí.
 
Cuando ambos eran más jóvenes, mucho más jovénes, solían nadar aquí con los hermanos y los primos del joven. Minki tenía una familia numerosa: tres hermanos, un tío y docenas de primos lejanos por vía paterna. Todos ellos creían que ese joven era el sol y la luna reunidos. Él había pensado lo mismo, hasta un tiempo antes. Había reunido valor y pedido a Minki que se casara con él, como habían hecho muchos otros antes. Lo había rechazado, amablemente, como él reconocía de mala gana, pero de todos modos la decepción fue casi terrible. Él había visto como Minki crecía, y se convertía en un joven majestuoso y deslumbrante, y nada había que él deseara más que poder afirmar que Choi Minki le pertenecía.

Vikingos I -Final


 

Heechul lo miró con incredulidad. Era como si estuviera reviviendo la escena en el bosque cuando el oso atacó a Siwon. El yacía inconsciente o muerto pero la bestia seguía con vida, todavía amenazadora. Buscó con la mirada su daga pero fue demasiado tarde. Seungri lo tenía y estaba tratando de cortar las cuerdas que lo sujetaban. Heechul corrió hacia él pero él lo apartó con un violento empujón. Heechul cayó pero se puso de pie y corrió por las otras armas. Nuevamente fue demasiado tarde. Seungri quedó libre, y antes que Heechul alcanzara su ballesta, le hizo darse vuelta y derribó de un bofetón.
 
— Quiero que sepáis lo que os espera — dijo en tono frenético— . Casi morí por culpa vuestra y hubiera muerto si Seunghyun no hubiese venido a tiempo para parar la sangre. No pude seguiros entonces, pero lo hice cuando estuve lo bastante repuesto. Sólo que me enteré por un esclavo que no habíais regresado y que se os daba por muerto. El esclavo mintió, según veo.
 
— No — dijo Heechul en un susurro— Di la vuelta al fiordo y eso me llevó muchas semanas.
 
El rió.
 
— No es sorprendente que no os creyeran. Si pudisteis soportar eso, entonces duraréis bastante para lo que tengo planeado para vos
 

Vikingos I -28

 


Durante toda la primera semana después del nacimiento del niño, cada vez que Heechul despertó lo hizo lleno de temor, y no pudo librarse de sus aprensiones hasta que se aseguró personalmente de que la criatura estaba bien. Su tía le había contado una fantástica historia acerca de que Siwon salvó la vida de su hijo pero no pudo creerlo. Si hubiera sido verdad, si él sintiera algo por su hijo, habría venido a verlo. No vino ni una sola vez.
 
Heechul se recobró lentamente del parto pero Junhui aumentó rápidamente de peso. Su relación con su hijo se desarrollaba lentamente. Cuando él le sonrió por primera vez, supo que era consciente de su amor.
 
Heechul se dio cuenta que era tiempo de regresar a su casa. La única razón por la que había permanecido tanto tiempo en la morada de Siwon fue porque en todo ese tiempo no lo vio una sola vez. No sabía donde dormía él o si se encontraba en la casa. Tampoco podía decidirse a preguntárselo a nadie, ni siquiera a Donghae o a Leeteuk.
 
Sus amigos mimaban a Junhui cada vez que traían la comida a Heechul y comentaban repetidas veces cómo habían mejorado sus vidas desde la llegada del niño. Sólo pudo pensar que Siwon detestaba tanto estar cerca que se había ido a vivir a otro sitio, sin duda a la casa de Zhoumi, mientras él le ocupaba la casa.
 

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...