Atrévete a Amar- Capítulo 2



-Pero, no comprendo, Hee -dijo Lord Geunsuk, inclinándose hacia adelante-. ¿Por qué habrías de atarte a un hombre si no deseas hacerlo? Si estuvieras enamorado de él sería diferente. Pero hablas de casarte con alguien a quien aún no conoces.

- Geunsuk, si no lo hubiera prometido, ¿crees que lo haría? -preguntó Heechul.

-Quiero suponer que no; pero ¿quién podrá enterarse si no cumples la promesa? Tu abuelo está muerto y... – Geunsuk se interrumpió al ver la expresión de su amigo-Olvida lo que acabo de decir.

-Lo haré.

-Oh, pero creo que es lamentable -dijo Geunsuk, suspirando enfáticamente.

Lord Jang Geunsuk era un joven señor notable desde cualquier punto de vista. Era muy atractivo, con sus cabellos castaños y sus oscuros cafe. En un tiempo había sido el joven más alegre y efervescente que Heechul jamás conociera, pero eso había sido antes de que contrajera matrimonio con Jang Minkwang, siete años atrás. Ahora era formal, pero aún había momentos en que parecía el joven feliz de otras épocas.

-Ahora eres tan independiente como el que más -continuó diciendo Geunsuk - Posees muchísimo dinero y no debes dar cuenta de tus actos a nadie. Me llevó siete años de convivencia con un hombre al que no amaba para hallarme en tu misma situación, y aún tengo una madre que me regaña cuando hago la menor cosa que ella desaprueba. Aunque soy viudo y vivo solo con mi hijo, debo dar cuentas a alguien de mis actos. Pero tú, Heechul, no debes preocuparte por nadie y sin embargo te ves obligado a entregarte a un hombre que se complacerá en coartar tu libertad, como lo hizo Lord Minkwang conmigo. Y sé que no deseas hacerlo. Lo sé muy bien.

-Lo que deseo no importa, Geunsuk. Importa lo que debo hacer.

-Pero, ¿por qué? -exclamó Geunsuk, exasperado- Eso es lo que deseo saber. Y no vuelvas a decirme que es porque se lo prometiste a tu abuelo. Si él lo consideraba tan importante, tuvo mucho tiempo para casarte.

-En cuanto a eso -respondió Heechul- no había nadie con quien yo deseara casarme. Y el abuelo no me hubiera obligado a aceptar a quien no quisiera.

-¿En todos estos años no hubo nadie?

-Oh, detesto la forma en que dices , Geunsuk. No me recuerdes lo difícil que será para mí.

Geunsuk lo miró con asombro

-¿Difícil? -Estuvo a punto de echarse a reír. -Bah, casarte a ti será lo más fácil del mundo. Tendrás tantos pretendientes que no sabrás qué hacer con ellos. Y nadie tendrá en cuenta tu edad. Dios mío, ¿no sabes lo increíblemente bello que eres? Y, como si eso no fuera suficiente, posees una fortuna digna de un banquero.

-Tengo veinticinco años, Geunsuk -enfatizó Heechul, como si hubiera dicho cien.

Geunsuk sonrió.

-También yo y no me considero un anciano, gracias.

-Es diferente porque eres viudo. Has estado casado. A nadie le sorprendería que volvieras a casarte.

-No, a nadie, porque jamás lo haré.

Heechul frunció el ceño ante la interrupción.

-Pero cuando me vean junto a todos esos jóvenes casaderos se reirán de mí.

Geunsuk sonrió.

-Sinceramente, Hee...

-Es verdad. Yo mismo reiría de un joven solteron de veinticinco años que hiciera ese papel de tonto -dijo Heechul con un bufido.

-Basta ya. Te aseguro; te juro, que tu edad no será un problema.

Heechul no podía creerlo, a pesar de que lo deseaba. Lo disimuló, pero estaba al borde del llanto. Ésa era la razón por la que le aterrorizaba la idea de buscar marido. Iba a ponerse en ridículo y no soportaba la idea.

-Pensarán que me pasa algo malo porque no me casé antes, Suk. Sabes que será así. Es propio de la naturaleza humana.

-Lo comprenderán perfectamente cuando sepan que has pasado los últimos seis años cuidando de tu abuelo y te alabarán por ello. Además, la edad es el menor de tus problemas. Y has evitado responder a mi pregunta, ¿no es así?

Heechul rió al ver la expresión severa de su amigo.

El y Heejin habían llegado a la casa de Geunsuk la noche anterior, muy tarde y los dos amigos no habían tenido oportunidad de conversar hasta esa mañana. Era una vieja amistad que había sobrevivido doce años, con una sola visita en los últimos diez, cuando Geunsuk llevó a su hijo Jonghyun a las tierras altas de Escocia, cuatro años atrás.

Heechul tenía otros amigos en su tierra, pero ninguno tan íntimo como Geunsuk, ni al que pudiera confiar todos sus secretos. Se habían conocido cuando tenían trece años, cuando el abuelo lo había enviado a la escuela para convertirlo en un joven señor, pues decía que se estaba convirtiendo en un joven salvaje, sin noción alguna de su condición social; lo cual era verdad aunque él no siempre lo considerase así.

Heechul había durado dos años en la escuela y luego había sido expulsado y enviado de regreso por su . El abuelo no lo reprendió. En realidad, lo había extrañado mucho y se alegró de tenerlo nuevamente a su lado. Pero contrató a una excelente maestra para que continuara con la educación y ninguna de las travesuras del niño logró ahuyentarla, el abuelo le pagaba demasiado.

Pero durante esos dos años que pasó en Inglaterra, Geunsuk y Heechul habían sido inseparables. Y si no se hubiera enamorado a los dieciocho años, había compartido el amor de Geunsuk a través de sus cartas. Por intermedio de Geunsuk, supo cómo era estar enamorado. Por intermedio de Geunsuk, también supo cómo era tener un marido al que no se amaba. Y aunque no había tenido niños, sabía todo lo relativo a ellos, por lo menos lo relativo a un hijo, porque Geunsuk había compartido con él todas las fases de le evolución de Jonghyun.

Heechul también había compartido con su amigo todas sus experiencias a través de sus cartas, si bien la vida en las tierras altas no había sido muy emocionante. Pero los últimos meses, no había querido preocupar a Geunsuk con los temores del abuelo, de modo que no le había hablado de Hyunsang. ¿Y cómo decírselo ahora? ¿Cómo hacerle comprender que no se trataba de la manifestación senil de un anciano, sino de una situación realmente peligrosa?

Heechul decidió comenzar por el principio.

- Geunsuk, ¿recuerdas que te dije que mi madre se ahogó cuando yo tenía siete años?

-Sí; fue un año después de la muerte de tu padre, ¿verdad? -dijo Geunsuk, dando una suave palmada sobre su mano.

Heechul asintió, tratando de no recordar su desolación a causa de ambas muertes.

-El abuelo siempre culpó a su sobrino nieto Hyunsang por la muerte de mi madre. Hyunsang era un niño perverso, que siempre maltrataba a los animales y provocaba accidentes que le divertían. En esa época tenía sólo once años, pero ya había sido la causa de varios accidentes en casa como que la cocinera sufriese una quemadura grave y que hubiese que sacrificar un caballo, sin contar las cosas que había hecho en su propia casa y de las cuales no nos enteramos. Su padre era primo de mi madre y, cuando nos visitaba, siempre traía a Hyunsang. El día en que se ahogó mi madre, hacía una semana que estaban de visita.

-Pero, ¿cómo pudo provocar la muerte de tu madre?

-Nunca hubo pruebas, Geunsuk. Aparentemente, el barco que tomó zozobró y, como era invierno y ella estaba muy abrigada, no pudo nadar hasta la costa.

-¿Qué estaba haciendo en el lago en invierno?

-Había crecido junto al lago. Era natural para ella estar en el agua. Le encantaba; en verano nadaba diariamente y recorría las orillas de ambas márgenes. Prefería remar a viajar en coche o cabalgar, por hostil que fuera el clima. Y poseía su propio bote de remos, fácilmente maniobrable. Yo también, pero nunca me permitían salir solo en él. Pero, de todos modos, a pesar de ser una excelente nadadora, ese día mi madre no llegó a la orilla.

-¿Nadie la ayudó?

-Nadie vio lo ocurrido. Ese día ella había planeado cruzar el lago, de manera que es probable que el bote se haya hundido en el medio. Varios días después, uno de los granjeros dijo al abuelo que, a comienzos de esa semana, había visto a Hyunsang en el sitio donde se guardaban los botes. Si Hyunsang no hubiera sido tan afecto a causar accidentes, el abuelo no lo hubiera dado importancia. Pero Hyunsang pareció tan afectado como yo por la muerte de mi madre, lo cual era muy sorprendente, pues ni mi madre ni yo le agradábamos.

-¿De modo que tu abuelo creyó que Hyunsang había dañado el bote?

Heechul asintió.

-Quizás hizo algo para provocar una lenta inundación en el barco. Era la clase de cosa que divertía a Hyunsang. Si lo hizo, creo que fue una travesura de mal gusto. No creo que tuviera la intención de matar a nadie; sólo deseaba que se mojase y se enfadase. No pudo saber que mi madre se alejaría tanto de la orilla. No cruzaba el lago con frecuencia.

-Aun así...

-Sí; aun así... -dijo Heechul suspirando-. Pero el abuelo nunca pudo probarlo de modo que nada pudo hacer. El bote jamás apareció y no pudo saberse si había sido dañado. Después de eso, el abuelo nunca confió en Hyunsang; cuando venía a la casa, lo hacía vigilar por alguno de los criados. Lo odiaba, Geunsuk. No podía decir al padre de Hyunsang cuáles eran sus sospechas, ni negarle la entrada a la casa. Pero juró que jamás recibiría nada de él. Cuando murió el padre de Hyunsang le dejó una pequeña herencia. El abuelo sabía que Hyunsang envidiaba su fortuna, pero el abuelo lo recibió porque era el hijo mayor y familiar. Y, cuando Hyunsang pidió al abuelo mi mano, supo que lo hacía por interés.

-Te desvalorizas al decir eso, Hee. No sólo tienes dinero.

Heechul hizo un gesto, como restando importancia a sus palabras.

-El hecho es que a Hyunsang nunca le había agradado, Geunsuk, ni siguiera cuando nos hicimos adultos. Y el sentimiento era mutuo. Él me envidiaba porque yo era el pariente más cercano del abuelo. Pero cuando murió su padre y supo que su herencia sería muy magra, se tornó súbitamente encantador conmigo.

-Pero lo rechazaste -dijo Geunsuk.

-Naturalmente. No soy un tonto y percibí claramente que sus alagos eran falsos. Pero no desistió. Continuó fingiendo que me amaba, aunque yo veía el odio en sus ojos.

-Bien, aunque me haya enterado de todo ello, no comprendo por qué debes casarte de prisa.

-Al morir el abuelo, he quedado sin protección. No la necesitaría si no fuera por Hyunsang. Me ha pedido que me case con él en muchas ocasiones. Es evidente que desea la fortuna de los Choi y que hará cualquier cosa para obtenerla.

-Pero, ¿qué puede hacer?

Heechul hizo un gesto de fastidio.

-Creí que nada. Pero el abuelo sabía más que yo.

Geunsuk, inquieto, dijo:

-El dinero no caería en manos de Hyunsang si algo te ocurriera, ¿verdad?

-No; el abuelo tomó los recaudos necesarios para que eso no suceda. Pero Hyunsang puede obligarme a casarme con él si me atrapa. Existen modos, por medio de drogas o golpes e incluso con la intervención de un cura inexcrupuloso y no se firmaría el contrato matrimonial que el abuelo redactó para mí. Hyunsang controlaría todo si pudiera y, como dije antes, ya no tendría interés en mí. Es más; no se atrevería a tenerme a su lado por temor a que yo dijera qué había hecho.

Geunsuk se estremeció, a pesar de que era una tibia noche de verano.

-No estás inventando todo esto, ¿no?

-Desearía que fuese así, Geunsuk. El abuelo siempre esperó que Hyunsang se casara, pero no lo hizo. El abuelo sabía que aguardaba que yo me quedara solo, para que nadie protestara si me obligaba a casarme con él. Y es demasiado grande para que yo pueda luchar contra él, aunque soy hábil en el manejo del puñal y llevo uno dentro de mi bota.

-No lo dices seriamente.

-Oh, sí. El abuelo se aseguró de que supiera usarlo. Pero, ¿de qué me serviría un pequeño puñal se Hyunsang contratara a alguien para secuestrarme? Ahora sabes por qué debí abandonar Escocia tan de prisa y por qué estoy aquí.

-Y por qué deseas un marido.

-Sí, también eso. Una vez que me haya casado, Hyunsang nada podrá hacer. El abuelo me obligó a prometerle que me casaría lo antes posible. Lo planeó todo, incluso mi huida. Antes de buscarme aquí, Hyunsang recorrerá mucho camino, de modo que tengo tiempo para escoger marido, pero no mucho.

-Demonios, no es justo -dijo Geunsuk, apenado- ¿Cómo puedes enamorarte tan de prisa?

Heechul sonrió, recordando la seria advertencia de su abuelo

-Primero protégete, mi niño, con una alianza en tu dedo. Más tarde, podrás hallar el amor. –Heechul se había sonrojado al comprender el significado de sus palabras. Pero también le había dicho -Naturalmente, si encuentras el amor, no lo rehuyas. Aférrate a él, pues podría resultar bien y no tendrás necesidad de buscarlo después.

El abuelo también le había dado consejos respecto al hombre que debía escoger.

-Dicen que los libertinos son buenos maridos, siempre que un joven conquiste su corazón, no sus ojos; su corazón. Ya han tenido muchas aventuras de modo que están dispuestos a tener un matrimonio estable.

Pero Heechul le había dicho que se decía que los libertinos nunca dejan de serlo. Ese consejo de su abuelo no lo había convencido.

-¿Quién ha dicho eso? Si es así, será porque no se ha enamorado. Enamóralo mi niño y no te arrepentirás. Deberás hallar a un hombre que tenga la edad suficiente como para que ya no desee vivir más aventuras amorosas. Pero tampoco querrás un hombre fatigado. Ten cuidado con eso.

-¿Y cómo distinguiré la diferencia entre uno y otro?

-Por sus sentimientos. Si puedes excitarlo, y deja de sonrojarte. Excitarás a muchos hombres entre ellos a muchos libertinos. Tendrás muchos entre los cuales podrás escoger.

-Pero no deseo un libertino -había insistido Heechul.

-Lo querrás -dijo Janghoon- Son irresistibles. Pero asegúrate de que te ponga el anillo antes de...

-¡Abuelo!

Él bufó ante su exclamación.

-Si no te lo digo yo, ¿quién lo hará? Debes saber cómo manejar a un hombre así.

-Con el dorso de la mano.

Él rió.

-Vamos mi niño, no eres razonable respecto a esto -se burló-. Si el hombre te atrae y conquista tu corazón, ¿lo ignorarás sólo porque es un libertino?

-Sí.

-¡Pero acabo de decirte que son los mejores maridos! -había gritado al verlo tan obstinado- Y deseo lo mejor para ti, aunque no tendrás mucho tiempo para hallarlo.

-¿Cómo diablos lo sabes, abuelo? Dímelo, por favor. -No estaba enfadado; sólo confundido.

El abuelo no sabía que Heechul ya tenía información acerca de los libertinos a través de Geunsuk y según su criterio, debía huir de ellos como de la peste.

-Yo lo fui y no te sorprendas tanto. Había conquistado tanto a jóvenes señores como a mujeres durante dieciséis años cuando me casé y le fui fiel hasta el día de su muerte.

Una excepción. No era suficiente para que Heechul cambiara de idea respecto de esa clase de caballeros. Pero se abstuvo de decírselo a Janghoon. Dejó que creyera que le había convencido. Pero era un consejo que no pensaba seguir y sobre el que no había hecho promesa alguna.

Respecto de la pregunta que Geunsuk le hiciera acerca del amor, Heechul se encogió de hombros y dijo

-Si no sucede de inmediato, no sucede. Se sobrevive a ello.

Geunsuk frunció el entrecejo.

-Yo no tuve alternativa.

-Lo lamento. No debí recordártelo. Pero, en lo que a mí respecta, preséntame un individuo atractivo que no sea muy libertino y lo aceptaré. Si considero que puede agradarme, será suficiente. -Luego sonrió. -Después de todo, cuento con el permiso de mi abuelo, incluso con la sugerencia, de que puedo buscar el amor más adelante si no lo hallo en mi matrimonio.

-El... ¿Lo harías?

Heechul se echó a reír al ver la expresión escandalizada de su amigo.

-Déjame hallar un marido antes de pensar en un amante. Ruega que ambos sean la misma persona.


1 comentario:

  1. Ohh Dios. Hee lo que tiene es trabajo por delante para poder conseguir marido ^_^
    Pero tranquilo que aunque no quieras daras con uno de los libertinos mas atractivos que hayas visto mi querido Hee >•<

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...