Libre para Amar I- 13




Mark evitó caerse hacia atrás agarrándose a la crin del caballo con una mano y al pomo de la silla con la otra. Cuando se puso derecho, le quitó a Jackson las riendas a la vez que maldijo para sus adentros.
Tal vez Jackson se había hecho con el caballo de manera instintiva, pero él no era un joven frágil y asustadizo al que tuviera que proteger del peligro. Avanzó al mismo paso que su marido mientras sus compañeros los seguían de cerca.
Cuando él aceleró la marcha, Mark se echó hacia delante tanto como le permitió el pomo de la silla. El corazón le latía a un ritmo que se acompasaba con el fuerte sonido de los cascos de los caballos.
Rápidamente cubrieron lo que le parecieron kilómetros hasta detenerse justo al otro lado de un pequeño claro. Tras desmontar con rapidez, Jackson, casi sin aliento, les ordenó:
—Dentro de los bosques.
A pie guió a su animal hacia el interior del bosque, lejos del camino. Yugyeom. Junbi y él hicieron lo mismo.

Libre para Amar I- 12




Descalzo lo siguió hasta la cama. Mark le soltó la mano y dudó si terminar de quitarle la ropa o meterse en la cama.
En el momento en que tomó la decisión y se dio la vuelta, él, ya desnudo, lo tendió sobre la cama.
Para satisfacción de Mark, cuando se tumbaron de lado y se acurrucó junto a él, su suave cuerpo encajó a la perfección en los duros músculos de él.
El aroma cálido y especiado de Jackson le incitó a ser atrevido. Le acarició el pecho deteniéndose en cada cicatriz. Deseaba volver a preguntarle por qué y cómo le habían hecho tanto daño, pero se contuvo y decidió concentrarse en la suavidad del oscuro vello que le cubría el pecho y el abdomen.
Trazó círculos al rededor de sus pezones y cuando él tomó aire se dio cuenta de que esas caricias le estaban dando placer, al igual que él se lo había dado.
Jackson le acarició la espalda y las caderas antes de palparle la rodilla.
—Ya te he dicho que estaba bien.

Libre para Amar I- 11




El lamento de pena de Junbi hizo que la reina pusiera su atención en el hombre que había en la cama.
—Os avisé Wang. ¿Cómo os atrevéis a no seguir mi consejo?
—¿Milady? —el hombre que vigilaba a Yugyeom miró a la reina y sacudió la cabeza con confusión. Ésta dio un paso hacia la cama, los ojos se le abrieron como platos y le dio un golpe de tos.
—¿Qué significa esto?
Junbi abrió la boca fingiendo sorpresa.
Jackson se abrió paso entre la línea de hombres que rodeaban la cama y declaró con el tono de perplejidad que mejor pudo fingir:
—¿Salgo de la habitación unos instantes y al volver me encuentro a medio palacio dentro? —miró a Yugyeom—. ¿Sucede algo?
—No estoy seguro —cubriendo su desnudez con la sábana, su amigo se sentó en la cama—. Estaba dormido hasta que un grito ensordecedor me ha despertado —miró a Junbi y continuó—: Pero antes de poder saber de dónde provenía o qué había alguien en mi cama, la habitación se ha llenado entre los hombres de la reina y ella misma.

Libre para Amar I- 10




Con el arma ante él, Jackson abrió la puerta. Impactado, bajó la espada al ver al joven Junbi y a Mark.
Junbi, igual de sorprendido al ver el arma, le dijo:
—Milord, estamos desarmados y no pretendemos haceros daño.
Jackson levantó a Mark en brazos y lo tendió en la cama. A continuación se arrodilló junto a él.
—¿Qué ocurre? —sacó una daga de su cinturón y cortó la tela que le ataba las manos.
Yugyeom hizo al otro joven entrar en la habitación y cerró la puerta.
—La reina ha decidido que Lee estaba tardando mucho en convertir a Mark en su esposo —Junbi se sentó junto a la mesa y señaló una copa llena de vino. Cuando Yugyeom asintió con aprobación, dio un sorbo antes de continuar—: Por eso ha ordenado que se retiren los guardias y que Huitaek tuviera a su futuro esposo encerrado en su habitación durante la noche.

Debutantes II -Capítulo Final




A los caballos causantes del accidente los habían apartado unos pocos metros. Seguían enloquecidos, se resistían a retroceder, golpeaban el suelo con los cascos. Un hombre, probablemente el cochero, estaba de pie delante de los animales y, con los brazos abiertos, trataba de contenerlos.
Decía a todos los que quisieran escucharlo:
—He intentado detenerlos. Un chico tiró un petardo, una niñería, pero los caballos se asustaron. ¡He intentado detenerlos!
—No lo toque, señor —dijo alguien detrás de Siwon.
—La ayuda está en camino, llegarán en cualquier momento.
—Alguien ha ido a buscar un médico. Dijo que conoce a uno que vive en la otra calle.
—Aún lo estoy viendo, los dos chicos cruzaron la calle corriendo delante del coche descontrolado. Es una suerte que no los atropellara a ambos.
—Yo también lo estoy viendo. Lo vi y no podía quitarle los ojos de encima. Parecía un ángel. Y entonces desapareció debajo de los caballos. Que los maten, digo yo. Nunca puedes fiarte de un caballo asustadizo.
—Qué lástima, un joven tan guapo.

Libre para Amar I- 9




—Huitaek, por favor marchaos a vuestra alcoba —Mark esquivó otro beso—. Dejemos esto para mañana, ¿de acuerdo?
Con facilidad logró zafarse de su ebrio abrazo.
El joven Junbi se había retirado poco después de que Jackson se hubiera marchado y Mark había tenido a Huitaek junto al fuego hasta que éste había consumido vino suficiente como para que se le nublaran los sentidos. Y ahora se encontraba luchando contra unos acercamientos que no deseaba en un pasillo en penumbras.
Esperaba que uno de los guardias de la reina apareciera, pero hasta el momento no había tenido suerte. Esa noche el oscuro pasillo se encontraba extrañamente vacío.
—No puedo ir a mi alcoba. No solo. La reina lo prohíbe, mi Mark.
¿Pero qué tenía que ver la reina con el hecho de que él se retirara o no a dormir?
Cuando Huitaek alargó un brazo hacia él con torpeza. Mark aprovechó para agarrarlo y girarlo en dirección a su habitación. Y para burlarse de él, le prometió:

Debutantes II- 18




La calma que precede a la tempestad volvía loco a Siwon, ya esperaba que su «esposo» hiciera algo estrafalario para enfurecerlo. El había prometido que se vengaría. Había jurado que lo haría sufrir. Se mantenía alejado de él por pura casualidad, para evitar que lo obligara a arruinar su propia vida todavía más.
Sí que lo había buscado aunque discretamente. Asistió a varias fiestas esperando encontrarlo en alguna o en todas ellas. Pero Heechul debió de asistir a otras fiestas o estaba demasiado ocupado mudándose a la nueva casa.
Luego se le ocurrió que tal vez evitara aparecer en público para no tener que responder a las preguntas sobre ambos. Un chico listo. Sería demasiado embarazoso tener que admitir que su marido no quería ser su marido. Por supuesto, no podía imaginárselo admitiéndolo en ninguna circunstancia. No, era más probable que inventara una historia completamente falsa, que le dejaría a él en mal lugar.
Pero no había oído rumores en este sentido, ningún rumor referente a su matrimonio. Lo habían bombardeado con preguntas. Por suerte, se le daba bien ofrecer respuestas que no revelaban ninguna información pertinente. Y su hermano, a quien también asediaban en busca de detalles suculentos, estaba de acuerdo en seguir afirmando que estaba enfadado con él.
Mientras cenaban juntos la noche pasada antes de ir Donghae a un baile, el joven le dijo:
—Creen que todavía no nos hablamos. Es muchísimo más fácil que responder «no sé».

Libre para Amar I- 8




Jackson miraba desde el otro lado de la sala. Luchó contra la sensación que estaba tomando forma en su pecho y contra la necesidad de asesinar a Huitaek de Lee. Si ese ñoño lacayo de la corte no apartaba sus manos de Mark, tendría que morir. Era así de simple.
—Milord Wang, ¿no os parece que hace demasiado calor aquí?
Y su muerte no sería ni rápida ni indolora. No. Haría que ese hombre viviera un infierno.
—¿Milord Wang?
Lo ataría a un poste en el desierto y golpearía su cuerpo desnudo hasta hacerlo sangrar. Entonces el sol abrasaría su piel y el olor de la sangre seca llamaría la atención de los buitres.
—¡Lord Wang!
La brusquedad de la voz del joven Junbi lo dejó aturdido.
—Disculpad.

Debutantes II- 17




—Tu marido ha venido a verte —anunció Hanni desde la puerta.
Los dos jóvenes estaban sentados a horcajadas en la cama de Heechul y redactaban una buena lista de posibles maridos para ambos. Su camaradería era cálida; su risa, espontánea. Hacía mucho que Heechul no se divertía tanto.
Con el anuncio de Hanni los tres pensaron que la palabra «marido» sonaba muy bien o, al menos, dos de los tres lo pensaron. Heechul recordó que, en su caso, «marido» no significaba exactamente lo que debería significar y su ánimo se hundió. No obstante, intento poner al mal tiempo buena cara mientras sus amigos salían corriendo, porque no querían entrometerse en los primeros días de su vida de casado.
Heechul se vistió lentamente, por mucho que Hanni tratara de darle prisa. En su opinión, Siwon podía esperar. Podía esperar el día entero. Merecía quedarse esperando. ¡Dios, con qué facilidad volvía a enfadarse! Y no se sentía capaz de dominar sus emociones.
—Menos mal que tu appa ha vuelto a la cama —dijo Hanni mientras sacaba a Heechul de la habitación a empujones—. He oído que estuvo en pie de guerra esta mañana por este giro de los acontecimientos.
—Qué tontería... —se mofó Heechul al tiempo que se detenía en lo alto de la escalera—. Mi appa nunca está en pie de guerra.

Libre para Amar I- 7




El barullo de tanta gente reunida resonó desde una punta a otra del salón. Innumerables conversaciones y la música de los gaiteros pasaban por los oídos de Jackson como poco más que un simple sonido.
Desde el primer momento en que pisó la sala, había centrado toda su atención en encontrar a Mark, a la que no había visto desde que había salido de los aposentos de la reina con los demás. Ya no era tan bien recibido en Poitiers y tenía que acelerar su plan de seducción antes de que la reina descubriera la verdad.
Cualquier tonto sabía que no tendría que investigar mucho para conocer el pasado de Jackson y quería estar alejado de allí antes de que reuniera todas las piezas.
Una reminiscencia a primavera llamó su atención. En esa sala de engreídos demasiado engalanados, el traje verde liso libre de joyas y bordados fue como una oleada de aire fresco. Alzó la cabeza hacia el cabello del joven y se dio cuenta de que había encontrado a su esposo.
Después de mirar a su alrededor en busca de la reina, se sintió aliviado al comprobar que ella y su hija, estaban ausentes. A partir de ese momento tendría que tener mucho cuidado y ser muy discreto con cualquiera de los presentes.

Debutantes II- 16




Era el tipo de conducta dañina que Heechul se había permitido mientras crecía. Hablar sin pensar, ser demasiado terco o estar demasiado dolido para retirar lo dicho antes que fuera demasiado tarde y después sufrir el arrepentimiento, que ya nunca desaparecía. Esta vez, sin embargo, había más que arrepentimiento. Mucho más.
Se casó con Choi Siwon en el estrecho vestíbulo de los juzgados. El permiso especial que le había dispensado su padre para que lo usara a su discreción hizo la ceremonia posible y sólo lady Cade y Kim Soogeun asistieron como testigos. Los demás invitados de la cena estaban demasiado escandalizados para acompañarlos
Desde luego, no era así como se había imaginado su boda Heechul. Muchas veces había fantaseado con recorrer el pasillo central de una gran iglesia, luciendo un magnífico traje de novio, los asientos ocupados de jóvenes señores sonrientes que encantados de verlo abandonar el mercado matrimonial y de caballeros ceñudos, sus numerosos admiradores que lamentaban haberla perdido.
La realidad fue bastante deslucida, una ceremonia civil precipitada, sin gloria ni grandeza. ¡La madre del juez roncaba en la habitación contigua! Fue por eso que no les hicieron pasar al salón para pronunciar los votos.
Quizá sólo prometieran casarse en una fecha posterior. Heechul estaba tan confuso que no podía pensar con claridad ni prestar atención a lo que se decía. Si éste era el final, sin embargo, el único lado positivo que se le ocurría era que su padre no estaba allí para refocilarse por haber conseguido exactamente lo que quería.

Libre para Amar I- 6




De todos los días que la reina podía hacerlo llamar, ¿tenía que haber elegido ése?
Mientras se dirigía hacia la alcoba real, sabía que su ceño fruncido evitaría que los demás se le acercaran.
—Milord Wang.
Suspiró con frustración; había pensado que su gesto sombrío mantendría a todos alejados. Miró a la mujer rubia que tenía su lado mientras intentaba recordar su nombre.
—Ah, buenos días, joven… Junbi, ¿no es así?
Él bajó la mirada y se sonrojó.
—Oh, milord, la mañana ya está bien entrada, pero me alegra que recordéis mi nombre.
No admitió que su nombre de pila era lo único que recordaba. Le tomó la mano para besarla y lo miró a los ojos.
—¿Cómo podría olvidar a alguien tan encantador como vos?

Debutante II- 15




En casa del duque todos se enteraron enseguida de la llegada de Donghae y Siwon, gracias a los gritos y chillidos con que el joven saludó a los presentes y a los abrazos efusivos que les dispensó. Hasta la abuela salió de su habitación, atraída por el ruido.

—¿Eres tú,Jul?
—Soy yo, abuela. Hae.
—Sube a darme un abrazo, Jul.
Donghae alzó la vista al techo y subió la escalera corriendo para saludarla y ayudarla a volver a su habitación. Hacía años que su abuela confundía los miembros de la familia y de nada servía corregirla. Pensaba que le gastaban bromas y se enfadaba. Por eso, si te confundía con otra persona, lo mejor era seguirle la corriente.
—Mamá me llama por tu nombre últimamente —dijo Choi Kangta, el décimo duque de Shiyuan, mientras daba a Siwon un abrazo de oso, su forma habitual de saludarse—. Espero volver a ser yo cuando nos vea juntos.
Siwon sonrió. Su padre era un hombre corpulento. Ambos tenían la misma estatura, hasta el mismo color de pelo y de ojos, aunque Kangta ya lucía algunos mechones grises entre los rubios. Apenas se le notaban pero se había quejado de ellos durante la última visita de Siwon. Con el paso de los años Kangta también se había ensanchado un poco.
—¿No será por eso que me has llamado? —preguntó Siwon.

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...