Atrévete a Amar- Capítulo 29



Hyunsang lo tomó por la cintura.

-Hee...

La puerta se abrió y él lo soltó. Heechul nunca supo qué había estado a punto de decirle. Deseaba pensar que se disculparía por todo cuanto le había hecho. Pero ya no importaba. Siwon estaba en la habitación.


-Había tanto silencio que pensé que os habíais matado mutuamente.

Heechul no le preguntó por qué estaba allí.

-Según parece, tienes la costumbre de escuchar detrás de las puertas, señor mío.

Él no lo negó.

-Es una costumbre útil y, en ocasiones, fascinante.

El se refería a la conversación que había escuchado cuando había hablado con Geunsuk. Entonces, a él no le había agradado lo que oyó. Pero en esta ocasión, no pudo haber oído nada que le enfadara. Su mirada era severa, pero Heechul ya conocía la diferencia. Estaba enfadado, pero no tanto. Tal vez fuera tan sólo un resto del enojo de la noche anterior.

-Como ves, se marcha -dijo Heechul, avanzando hacia su marido.

-¿Y viniste a despedirte? -respondió Siwon secamente-. Qué amable eres, querido.

Heechul no entraría en su juego.

-Si has venido para llevarme a casa, te lo agradezco. No tengo coche.

Heechul tuvo la esperanza de que sería suficiente y que Siwon no se ocuparía de Hyunsang, haciendo una escena de la que no deseaba ser testigo. No quería ver a Siwon en el estado de ánimo que seguramente lo había llevado a golpear a su primo. Su mirada le hizo contener el aliento. Luego miró a Hyunsang. Heechul sabía que su primo debía estar temblando de miedo.

-Me habré marchado dentro de una hora.

Siwon continuó mirándolo durante un instante más. Luego saludó con una breve inclinación de cabeza y condujo a Heechul fuera de la habitación. Lo tomó del codo con fuerza.

Cuando llegaron a la calle, Heechul sólo vio el caballo de Siwon. Un niño de la calle sostenía las riendas.

Heechul decidió atacar antes de que lo hiciera él.

-¿Qué hacías otra vez aquí?

-Vine para llevarte a casa.

-Dirás que viniste a asegurarte de que se hubiera marchado, ya que no podías saber que yo estaba aquí.

-También eso.

Heechul rechinó los dientes.

-¿Lo sabías?

-No hasta que te oí decirle todas esas cosas desagradables.

De modo que había estado detrás de la puerta desde el comienzo. ¿Habría dicho algo que él no debía oír? No, creía que no... esta vez, no. Pero igualmente Heechul estaba enfadado.

-Mejor hubiera sido que ahuyentaras a sus hombres, que aún vigilaban la casa; desde el parque, sin duda. Me siguieron hasta el banco y...

-Sí, Minho dijo a dónde ibas. Imagina mi sorpresa al hallarte aquí.

Lo dijo como si no hubiera creído las palabras de Heechul

-Demonios, Siwon. No sabía dónde estaba; ¿cómo hubiera podido hallarlo aunque lo hubiera deseado? Esos pillos que contrató todavía no sabían que él había desistido de su propósito de secuestrarme.

-Es plausible -dijo él, entregando una moneda al niño y montando su caballo.

Heechul miró con furia la mano que él le ofreció. No le atraía mucho la idea de sentarse junto a él. Hubiera preferido tomar un coche de alquiler, pero no había ninguno a la vista.

Tomó la mano de Siwon y se halló colocado delante de él. Fue un viaje desconcertante; le hizo pensar en su dilema principal. Junto al calor de su cuerpo, aspirando su perfume, sólo podía pensar en la forma en que podría liberarse del convenio que había concertado con él, para volver al lecho de Siwon sin ninguna clase de condicionamientos.


El viaje le pareció eterno y, por otra parte, no demasiado largo. Heechul estaba invadido por una extraña euforia. Sin palabras que le distrajeran, oyendo tan sólo el parejo andar del caballo y los latidos del corazón de Siwon, le resultó fácil olvidar la realidad y encerrarse en un capullo de bienestar.

Le produjo un gran fastidio bajar del caballo para enfrentarse con sus enojosos problemas.

En aquel momento, se sintió desorientado. Miró el sobre arrugado que estaba a sus pies durante varios segundos, antes de darse cuenta de qué se trataba y de agacharse para tomarlo. Pero Siwon fue más rápido.

Heechul gruñó para sus adentros. Había olvidado por completo esas estúpidas cuentas. Ya era grave que una de ellas cayera de su bolsillo, pero era peor que Siwon la cogiera. Y hubiera sido muy afortunado si él se la hubiera entregado sin mirarla. Pero no lo hizo. La abrió.

-Siwon.

Él lo miró, arqueando una ceja.

-Está dirigida a mí -dijo Siwon.

Heechul comenzó a caminar hacia la casa pero Siwon lo tomó del brazo para detenerlo, mientras leía el papel que sostenía con la otra mano. Cuando habló, su voz sólo expresó curiosidad.

-¿Puedo saber qué haces con esto?

-Es la cuenta de algunos de los muebles que compré.

-Es evidente, querido. Pregunté por qué está en tu poder.

-Pensaba pagarla. Por eso...

Se interrumpió al ver que Siwon dirigía la mirada hacia el bolsillo de su chaqueta. Otro sobre asomaba por allí. Durante el viaje se había salido de su sitio. Y antes de que pudiera decir otra palabra, Siwon metió su mano y sacó las facturas restantes.

-¿También pensabas pagar éstas?

El asintió, pero Siwon no lo miraba, de manera que con dificultad dijo:

-Sí.

-¿No hubiera sido entonces más apropiado que fueran enviadas a tu nombre?

Heechul no comprendía por qué él tomaba el asunto con tanta serenidad.

-Pensé hacerlo pero lo olvidé.

-No, no lo olvidaste -dijo él, desanimándolo. Luego lo confundió al añadir en tono divertido:
-No eres muy bueno para regatear, querido. Pude haber comprado todo esto a mitad de precio.

Guardó las facturas en su bolsillo, tal como ella lo esperaba. No obstante, se irritó.

-Son mis compras -le dijo.

-Pero adornan mi casa.

-Yo las compré -insistió-, y pienso pagarlas.

-No lo harás. No tenías intención de hacerlo, de modo que dejemos todo como está, ¿quieres?

Siwon le sonreía. Sonreía.

-No seas terco, Siwon. Ya tienes bastantes deudas. Deseo pagar por lo que...

-Calla, cariño -le interrumpió él, apoyando las manos sobre sus hombros-. Supongo que no debía dejar que creyeras que no sabía nada, pero parecías divertirte tanto creándome deudas que no quise arruinar tu diversión. -Rió al ver que Heechul bajaba la mirada con expresión culpable y levantó su mentón -La verdad es que hubieras podido redecorar cien casas y no me hubiera inmutado.

-Pero no eres rico.

Él rió con alegría.

-Es bueno tener un hermano que es un genio, con el dinero. Zhoumi tiene talento para ello. Y se ocupa de las finanzas de la familia, para tranquilidad de todos. Si después del trabajo que te has tomado para redecorar la casa, no te agrada, poseo varias propiedades en zonas vecinas. ¿Te decepciona saber que no me casé contigo por tu dinero, querido?

-De todos modos, posees una parte de él, en virtud del contrato matrimonial. Esta mañana coloqué el dinero en una cuenta a tu nombre. -Por lo menos eso estaba aclarado.

Siwon dejó de reír.

-Irás al banco y lo depositarás para nuestros hijos. Y ya que hablamos del tema, debo decirte que yo te mantendré, Heechul. Pagaré tu ropa, tus alhajas, todo aquello que adorne tu cuerpo.

-¿Y qué haré con mi dinero? -dijo ásperamente.

-Lo que desees, siempre que nada tenga que ver con ropa, alimentación, casas ni todo aquello que yo deba proveer para ti. Sería aconsejable que me consultaras antes de gastarlo. De ese modo evitaremos futuras discusiones.

El espíritu independiente de Heechul se sintió ofendido. Su corazón estaba encantado. Y la palabra continuaba sonando en sus oídos. Implicaba el fin de las dificultades entre ambos, si bien no avizoraba esa posibilidad.

-Si vamos a continuar esta conversación, ¿no sería mejor entrar?

Siwon sonrió ante el tono de voz impersonal de Heechul. Él había aclarado la situación y además recobró su alegría inicial al comprobar que Heechul dejaba de lado su rencor. Era una ofrenda de paz. Él también podía hacerla. Por fortuna, la idea que lo había rondado después de ese viaje en el que estuvieron tan juntos, se convirtió en una necesidad.

-El tema está agotado -dijo Siwon, conduciéndolo hacia el interior de la casa-, pero hay otro que debe ser solucionado de inmediato.

A Heechul se le aceleró el corazón, pero no estaba seguro de haber comprendido bien. No quiso hacerse ilusiones hasta que Siwon lo tomó del brazo y lo condujo hasta su habitación. Aún entonces, después de que él hubo cerrado la puerta, no sabía cuáles podían ser sus intenciones. Él cruzó la habitación, se quitó el abrigo y lo arrojó sobre el maldito sillón que habían ocupado la noche anterior.

Heechul frunció el ceño al mirarlo. Había aprendido la lección, tal como él lo decidiera. El rencor se agitó en su interior, luchando contra el deseo que le invadía por el solo hecho de estar nuevamente en esa habitación.

-Ven aquí, Heechul.

Él estaba sentado sobre la cama y se desabrochaba poco a poco la camisa blanca. El corazón de Heechul latió con violencia. Siwon era una tentación inimaginable, pero no creía poder soportar otra vez su tratamiento .

-Supongo que aún te sientes capaz de simular deseo.

-¿Simular? –Siwon arqueó las cejas. -Ya comprendo. Todavía no crees en la espontaneidad, ¿verdad, cariño? Ven y ayúdame con las botas, ¿quieres?

Heechul lo hizo porque él no había respondido a su pregunta y no deseaba huir hasta tener la certeza. Podía soportar lo horrible, pero no la falta de pasión.

-Estás nervioso -dijo él al ver que no se volvía después de dejar caer la segunda bota en el suelo-. No tienes por qué estarlo, querido. Debes aprovechar la oportunidad cuando se presenta.

Siwon vio que la espalda de Heechul se tornaba rígida y se arrepintió al instante de sus palabras. Anoche él había sido claro. Heechul no lo olvidaría. Pero no podía repetir esa experiencia.

Siwon se inclinó para atraparlo entre sus piernas; sus manos se deslizaron por las costillas de Heechul hasta llegar a su pecho. Apoyó su mejilla sobre la chaqueta de él. Heechul echó la cabeza hacia atrás y arqueó el cuerpo. Siwon, encendido de deseo, lo dejó caer sobre la cama y se inclinó sobre él, manteniendo sus piernas entrelazadas.

-¿Simulación, querido? No creo que tú y yo seamos capaces de semejante proeza.

Lo besó con intensa pasión y Heechul contuvo el aliento. Era exquisito. Era ese fuego devorador que todo lo consumía y que estaba más allá de todo razonamiento. Olvidó la noche anterior. Ahora le besaba como si en ello le fuera la vida, sin ocultamientos ni reticencias y su alma revivió entre sus brazos.

Sin darse cuenta, ambos se habían deshecho de sus prendas, con la fricción encendiendo sus cuerpos sudorosos. Heechul jadeo al sentir la mano de Siwon su miembro comenzando a masajearlo lenta y placenteramente, obligándolo a aferrarse a la sábana, tratando de recuperar el control de su respiración.

Siwon moría de deseo al observar sus expresiones faciales, verle retorcerse en la cama con su toque, con sus caricias. Atrapó con la boca una de las tetillas de Heechul lamiéndola, succionándola y mordisqueándola muchas veces, lo mismo hizo con la otra hasta ponerlas duras bajo su lengua.

Entre repetidos roces, Siwon bajó llegando hasta su miembro, el cual aún tenía entre sus manos y sin meditarlo mucho llevó sus labios a la punta comenzando a succionarla y pasear su lengua. Dejándose llevar por el deseo, Heechul enredo sus dedos en los cabellos de Siwon, sintiendo como este se movía sobre él.

Sin pensarlo más, Siwon abrió su boca alojando el miembro de Heechul casi por completo y comenzó a chuparlo de arriba hacia abajo haciendo más pronunciado el contacto. Heechul podía sentir los espasmos de placer recorrerle el cuerpo entero, podía sentir las caricias y la boca de Siwon sobre su miembro. Pero más que nada, podía sentir la inmensa felicidad desbordando de su corazón, haciéndole sentir más feliz de lo que nunca había estado.

Siwon gimió al sentir su mano sobre su propio miembro, mientras comenzaba a masturbarse. No podía aguantarlo más. Quería poseer el cuerpo de Heechul, hacerle disfrutar y disfrutar el también de lo que estaban compartiendo. Dejo el miembro de Heechul y se levantó hasta la altura de su rostro, atrapando sus labios nuevamente.

Heechul suspiró entre el beso, al tiempo que enredaba sus piernas en las caderas de Siwon dejando su trasero con libre acceso para los dedos de este. El deseo, la excitación, el nuevo toque de Siwon después de lo sucedido la última vez; todo actuó a favor de Heechul, pues se dejaba llevar por sus instintos.

Casi al momento estuvo listo, preparado para recibir a Siwon. Un ronco gemido surgió de la boca de Siwon cuando entró él y sintió su interior abrirse para darle paso a su miembro. Heechul instintivamente, abrió más las piernas como si su interior fuera agrandarse con eso; y para su felicidad esta vez no sintió incomodidad.

Cuando comenzó a moverse una y otra vez, sintió el cuerpo de Heechul temblar, aún conservaba un poco de su cordura. Pero cuando comenzó a escuchar aquella voz cargada de deseo, cada que Siwon lo embestía emitiendo sus roncos gemidos, se sintió lleno y estaba seguro que no podría soportarlo más. Heechul enredo sus manos en la espalda de Siwon atrayéndolo más a su cuerpo.

Aquel roce sobre su miembro y la fricción generada por sus cuerpos, estaba actuando a favor de Heechul pues estaba sintiendo que llegaba a la gloria. Siwon movía sus caderas con mayor rapidez, golpeando contra las nalgas de Heechul. Sintiendo el final cerca, volvieron a besarse tan profundamente que sus pulmones se quedaron sin aire, pero eso no les importó.

Continuaron besándose y moviéndose, hasta que ambos terminaron jadeando, suspirando, temblorosos; en los brazos del otro.

- Y esto querido, no fue simulado. – Siwon sonrió removiendo uno de los rebeldes mechones de la frente de Heechul y depositando sobre ella un pequeño beso.


1 comentario:

  1. >//< No hay nada como el sexo para solucionar la diferencia de una pareja. Especialmente si es una recien casada como lo son nuestro queridos SiChul ^_^

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...