Marcado VI- Final




Pasé semanas vacilando entre la abrumadora cantidad de amor que sentía por este hombre y la ardiente necesidad de saber lo que estaba ocultándome. Un día estaba seguro de que cualquiera que fuera el secreto que Kangin escondía no importaba porque quería estar con él más de lo que quería nada. El siguiente estaba siendo comido vivo por la curiosidad acerca de qué estaba escondiendo y sabía que nunca sería capaz de dejarlo ir. Era como estar atrapado en medio de un tira y afloja emocional entre mi cabeza y mi corazón, y ninguno estaba ganando.
Mi mamá me decía que lo superara. Kook seguía diciéndome que fuera tras él y yo no tenía ni idea de qué era lo correcto por hacer. Estaba solo y lo echaba de menos, pero no fue hasta que Zhoumi me llamó hoy y me dijo que Kangin había comprado una casa y que nunca lo habría hecho si no hubiera sido por mí, que realmente entendí que lo amaba lo suficiente como para dejarlo mentirme.
Zhoumi me dio a entender que si había pensado en eso, probablemente podría entender por qué él estaba convencido de ocultarme esto en particular y eso hizo que mis empantanados y largamente reprimidos instintos volvieran de nuevo a la vida. Cuando algunas de las piezas comenzaron a hacer clic en su lugar, tuve que evaluar si realmente quería saber la verdad o no. Lo amaba y amaba a mi madre, y tenía la sensación de que entrometerme en esa caja de Pandora en particular iba cambiar lo que sentía por uno si no por los dos, para siempre. Además, mientras Zhoumi no estaba dispuesto a dejar el gato proverbial fuera de la bolsa, me había dado suficientes pistas para hacerme sospechar que sabía que había ciertas líneas que aunque los amara, era imperdonable que las cruzaran. Sabía que lo que sea que había ocurrido entre las dos personas que más amaba no era muy importante, y me había resignado a dejar las cosas así si eso significaba que podía conservarlos a los dos.

Marcado VI- 17




Por suerte, uno de los chicos en la escena había pasado por la academia conmigo y Kook, así que pude bajar mis manos y dar un resumen de la caótica escena con bastante rapidez. Sabía que iba a tener que pasar por otra investigación, ya que había sido un tiro fuera de servicio, pero por suerte el bar tenía cámaras y había un testigo viable, por lo que no estaba demasiado preocupado por las consecuencias en esta ocasión. Me aseguré de que supieran que Kangin era una víctima y no un sospechoso, porque si miraban sus antecedentes, elevaría más preguntas de las que la situación requería y él ya tenía bastante con ser acusado de crímenes que no había cometido.
Estaba sentado en uno de los taburetes de la barra contándole los acontecimientos a uno de los detectives y Kangin estaba sentado a mi lado contándole su versión a otro. No sé cuándo sucedió, pero en algún momento él se había acercado y tomado una de mis manos entre las suyas. Sus dedos se cerraron alrededor de los míos y dejé que mis dedos se apoyaran contra el lugar donde su pulso era firme y fuerte.  Incluso si realmente era nuestro final, estaba muy agradecido por el hecho de que no le había sucedido nada.
—Así que, ¿algunos de ustedes conoce al joven? —El detective que estaba hablando con Kangin miró entre nosotros mientras hacía la pregunta. Me acerqué un poco más a Kangin para que mi costado estuviera presionado en el suyo.
—¿Qué joven? Jared entró solo.

Debutantes III -Final




Sungmin bajó las escaleras aunque ahora ya no era lo que quería. No quería volver a verlo esa noche, ni la semana siguiente, de hecho ¡no quería volver a verlo en su vida! Pensaba decirle a su suegra que se llevaría la cena a su habitación y que se retiraría temprano, pero no esperaba ver a cierta invitada en particular sentada al lado de Ahra en el sofá.
—¡Mamá!
Lilly le lanzó una sonrisa radiante y se levantó para darle un rápido abrazo.
—No pude resistir el impulso de venir. —Se rio—. Esto debería ser más fácil cada vez, pero no lo es. Al menos por ahora. Aunque no quiero parecer la madre entrometida que no hace más que incordiar todo el rato.
—No seas tonta —repuso Sungmin, uniéndose a ellas en el sofá—. Dile que siempre será bienvenida, Ahra.
—Ya lo ha hecho, querido.
Y así de fácil, el humor de Sungmin mejoró por completo ante la visita de su madre. Lilly representaba consuelo, seguridad, amor, cosas que Sungmin había echado mucho de menos. Ya no era un niño que pensara que su madre podía arreglar el mundo, pero su simple presencia le ayudaba mucho.
Tuvieron una agradable reunión hasta que Kyuhyun se unió a ellos. No es que la echara a perder con su presencia, pero si él insistía en seguir con su representación esa noche, incluso con su madre presente, era lo que sucedería. Por desgracia, Kyuhyun entró en la habitación vistiendo una chaqueta de un horrible color amarillo chillón que hizo que su madre lo mirara de inmediato con el ceño fruncido. Así que después de haber besado a Sungmin de esa manera, él había decidido finalizar el día provocando a su madre de nuevo. Había escogido un momento inoportuno, con la madre de Sungmin presente, o quizá no. Al menos aquello no ensombrecería su estado de ánimo, ya que ahora sabía por qué lo hacía.

Marcado VI- 16




No tuve que levantar la vista cuando sus botas golpearon en la parte inferior de las escaleras del porche para saber que mi hermano había encontrado el camino hacia donde yo estaba. De alguna manera, siempre se las arreglaba para aparecer cuando más lo necesitaba.

Al principio había dejado Seúl sin decirle nada a nadie. No le dije a Siwon que me iba, y no llamé a Zhoumi para hacerle saber qué estaba pasando. Solo tomó que bajara del avión y tomara un taxi a la oficina del abogado de mi padre para que cambiara de opinión. Estuve inmediatamente inundado de tanta información, se me dieron tantas decisiones por tomar, que tuve que tomarme un segundo para ordenar mi mente y darme cuenta que no podía cerrar la puerta sobre dónde había estado y quién había sido por mí mismo. Necesitaba que Zhoumi me ayudara a hacerlo de una vez por todas.
Llamé a mi hermano pequeño y lo puse al día, lo que por supuesto llevó a que me gritara durante cinco minutos por tratar de manejar todo esto yo solo. Supe tan pronto como colgué el teléfono que estaría haciendo una aparición tan pronto como pudiera organizar volver a un lugar al que ninguno de los dos quería volver a ver jamás.
Llamé a Siwon y también le di un pequeño resumen. Lo tomó más estoicamente y me dijo que me tomara tanto tiempo como necesitara. También me recordó que estaba allí, que todos estaban allí si necesitaba algo, y me dijo que no me olvidara de ese hecho. Le dije que estaba lejos de tomar las cosas buenas en mi vida por sentado, y que le haría saber cómo resultaba todo.

Debutantes III -16




Habían asistido a varias fiestas más como acompañantes de Donghae, pero era la primera vez que Kyuhyun y Sungmin iban a una fiesta los dos solos. No le había dicho demasiado al respecto, sólo a qué hora debería estar preparado y que se vistiera como un atractivo joven casado, fuera lo que fuese lo que significara eso. Sungmin  no podía entender por qué aquello le excitaba tanto.
Donghae estaba arriba enfurruñado porque Ahra lo había estado reprendiendo por intentar entrometerse en un asunto privado al pedirles que lo dejaran ir con ellos. Puede que fuera eso lo que había provocado la excitación de Sungmin. Hacía que un «asunto privado» sonara muy personal. Con tan poca información en sus manos, la fiesta de esa noche tenía toda la pinta de resultar una sorpresa para él.
Así que se arregló con esmero esa noche. Casi voló hacia las escaleras en cuanto Sunny le dijo que estaba listo. Por supuesto, Kyuhyun no había aparecido todavía. Así que tras soltar un suspiro se reunió con Ahra y Jaehyun en la salita. Su suegra y su cuñado dejaron de jugar a las cartas para charlar con él y comentarle lo atractiva que estaba.
—Es hora de que tengas un guardarropa nuevo, querido, y que abandones esa pequeña habitación. Te llevaré de compras la semana que viene —le susurró Ahra al oído.
Sungmin todavía estaba sonrojado cuando poco después Kyuhyun entró en la sala.
—Sungmin, ¿por qué no le has quemado aún todas esas prendas? —dijo Ahra absolutamente disgustada.

Marcado VI- 15




—¿Qué demonios está pasando aquí? —Necesitaba respuestas al por qué él estaba actuando tan extraño, las necesitaba, como, ayer.
Kangin hizo su silla hacia atrás. Miré con suplica en su dirección mientras se ponía de pie.
—¿Kangin? —Su nombre salió en un susurro mientras caminaba hacia mí—. ¿Exactamente de qué me estoy perdiendo?
Puso su mano en la caída de mi cabello en la parte trasera de mi cuello y se inclinó para poder darme un beso en la frente. Se sintió como una despedida, y cuando miré su cara pude ver que la máscara de amabilidad que había estado usando para la cena se había ido y que el extraño de granito había regresado. Todas las preguntas que tenía sobre su extraño comportamiento desaparecieron de pronto debajo de las fuertes olas de dolor mientras veía claramente lo que estaba a punto de hacer por debajo de su mirada embotada. 
—No puedo hacer esto, Leeteuk. —Kangin rozo sus labios a lo largo de la cresta de mi mejilla y vi la luz ir de tenue a completamente extinta en sus ojos—. Sin juegos, sin mentiras, no más. Te dije que esto iba a ser auto destructivo incluso si no quería.
—¿De qué estás hablando? —Estaba tan perdido, tan confundido, y podía decir que si se alejaba de mí en este momento, lo estaba haciendo para siempre—. ¿Qué es lo que ya no puedes hacer? —No sabía si presionarlo a que conociera a mi mamá había sido demasiado. Quizás era demasiado lejos para él el manejarse en el ámbito de la relación seria, pero estaba dispuesto a agarrar su mano y escapar de la casa, de la ciudad con él, si eso lo detenía de hacer lo que estaba a punto de hacer.

Debutantes III -15




—Realmente provocaste una gran sorpresa en palacio al dejar tu puesto en la corte sin una buena razón.
Sungmin  gimió para sus adentros. Reconoció la voz de Kim Suho a su espalda. Observó como Donghae se reía ahora con uno de los jóvenes que lo conducía a la pista de baile mientras el resto de los caballeros se dispersaba, y se volvió hacia su antigua némesis, preparándose mentalmente para una conversación desagradable. Sin embargo, casi se rio al ver el traje de Suho, una prenda de un chillón color naranja con mangas abullonadas. El joven seguía sin tener sentido del gusto ni de la moda.
—Tenía una buena razón —respondió Sungmin —. Se la comuniqué a lady Boah. Si ella eligió no decirlo...
—Boah también se marchó —dijo Suho en tono acerado—. Key, ese víbora egoísta, se quejó de las tareas sin importancia que le encargaba y su protesta llegó a oídos de la duquesa.
—¿Así que la madre de la reina no conocía las intrigas de Boah?
—¿Intrigas? —se mofó Suho—. Boah sólo quería estar al corriente de todo. Aunque utilizaba unos métodos extraños —añadió Suho con un encogimiento de hombros— no hacía daño a nadie.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Sungmin  con gesto de incredulidad ante la actitud indiferente de su antiguo compañero—. Tú sólo eras su lacayo. No tienes ni idea de qué hacía con la información que recababa ni si hacía daño a alguien con ella.

Marcado VI- 14




Le dije a Zhoumi que si quería, podía esperar en la acera, pero puso sus ojos en blanco y me siguió hasta la entrada del dúplex. Llamé a la puerta e hice una mueca cuando agito el marco. Varios grandes pedazos de pintura descascarada cayeron sobre el escalón más alto junto a mis botas, y los recuerdos de un remolque construido como una hojalata comenzaron a bailar detrás de mis ojos. Estaba más allá de mi comprensión por que Jian se quedaría aquí, cuando sus padres estaban tan dispuestos a darle una ayuda financiera, pero algo seguía acosándome con que había algo más en la historia que nadie estaba viendo.
Nada sucedió después del primer golpe o del segundo, y Zhoumi preguntó si podíamos irnos. Consideré entrar a la fuerza en el edificio, pero pensé que con mi suerte, alguien llamaría a la policía y terminaría de regreso en la patrulla de Leeteuk, esta vez por entrar sin autorización. No era como si en realidad tuviera alguna prueba de que algo sospechoso ocurría con Jian, simplemente mi instinto de que el impulsivo de cabello rosado, de alguna manera, mordió más de lo que podía masticar con ese drogadicto novio suyo.
Zhoumi se dio la vuelta y estaba caminando de regreso al Nova murmurando en voz baja sobre jóvenes que no sabían lo que era mejor para ellos cuando de repente se entreabrió la puerta. Se asomó uno de los ojos color avellana de Jian. Incluso con verlo un poco, me di cuenta de que era un desastre. Su cabello oscuro estaba mostrando la coronilla de su cabeza, donde normalmente era de color rosado, se veía delgado y pálido. Había un feo rasguño en su mejilla. La mano que sujetaba la puerta tenía una uña rota en cada dedo con heridas agrietadas y llenas de costras en cada nudillo. El chico se veía como si hubiera estado en una pelea; no estaba seguro, pero si lo estuvo, no se veía como vencedor.

Debutantes III -14




Sungmin  bajó las escaleras para tratar de explicarle a Donghae su presencia en la residencia de los Cho sin revelar todos los detalles.
—Me he casado. Por eso he dejado mi puesto en palacio.
—Santo Dios, ¿te has casado? —dijo Donghae con voz ahogada. Luego gimió—. ¡Ahora sí que voy a llorar de verdad
No parecía que Donghae fuera a hacerlo en serio pues esbozaba una amplia sonrisa cuando felicitó a Sungmin  con un fuerte abrazo.
—Por fin alguien podrá contarme todos los misterios que entraña el matrimonio —dijo—, ya que mi padre se avergüenza demasiado para decirme nada.
—¿De verdad no los conoces?
—Estaba bromeando, por supuesto. Después de todo tengo cinco tías y todas ellas se han ido turnando para explicarme todos esos hechos tan delicados para mí. Pero ya sabes cómo son los mayores. Te cuentan las cosas pero realmente no te dicen nada, sólo aluden a esto y aquello.
—Así que tú en realidad no...

Yota´s New




Buenas, Saludos a todas las lectoras que aún siguen con yota´s.

Paso para desearle un FELIZ AÑO 2019. Que Dios les bendiga y reciban lo mejor que el mundo les pueda brindar. Gracias por seguir y espero verlas en éste año que iniciamos.

Como en mensajes anteriores, les vuelvo a recordar que NO SOY AUTORA, SOLO ADAPTO. Aunque muchas o pocas sabrán que he hecho mis pininos con uno que otro Oneshot.

En cada mensaje de año nuevo les recuerdo o comento sobre las parejas que veremos, y que al parecer cada año éstas van aumentando :) . Por eso no puedo ver los especiales de fin de año o seguirle la corrientes a varias cofcofcomadres,vecinacofcofcof. Yo bien tranquilita y viene grupos nuevos a querer alborotarme  y sobrepasar mi limite permitido de edad...  😭😭(yo nunca tengo la culpa 😇 )


Marcado VI- 13




—Tú y mi hermano, ¿eh? —Había estado preparándome para esta conversación toda la noche. Hasta ahora había tenido suerte, la mayor parte de la noche fue acaparada por charla de bebes y Zhoumi poniéndose al día con el resto, pero sabía que no había forma de evitar este tema toda la noche.
Donghae y Heechul se habían perdido en asuntos de appás, Key estaba en una profunda conversación con su cuñado Taemin. Estaba interrogando al rubio sobre la condición actual de su propio hermano. Sungmin me había enviado un mensaje hace una hora de que intentaría llegar, pero había habido una emergencia en el hospital. Todo eso condujo a Zhoumi viendo la oportunidad de preguntarme qué estaba sucediendo entre Kangin y yo, y moviéndose para matar.
Sus ojos eran del mismo color que los de Kangin, lo que era un poco desconcertante cuando me miraba fijamente. No podía distinguir si hizo la pregunta esperando una respuesta sencilla o una explicación, o si solo estaba declarando el hecho de que estaba, de hecho, durmiendo con su hermano de una manera extremadamente frecuente. Me aclaré la garganta un poco nervioso e hice rodar la botella de cerveza que estaba sosteniendo entre mis palmas.
—Me gusta. —Hice una mueca cuando sus cejas negras danzaron hacia arriba, y le di un encogimiento incomodo—. Me preocupo por él.

Debutantes III -13




Sungmin  se preguntó si sus emociones siempre se descontrolarían cuando estaba con Kyuhyun.
Se apartó de él. Apenas había cruzado unas palabras con ese hombre y ya se había puesto tan condenadamente furioso que acababa diciendo cosas que no quería. Pero ¡ésa era su casa! Lo que significaba que si se alejaba de él, él podía seguirlo y eso fue lo que hizo.
Sungmin no sabía dónde habían dejado sus baúles. Estaba demasiado enfadado para buscar al mayordomo y preguntarle, tan enfadado que decidió buscarlos él mismo, así que comenzó a abrir una puerta tras otra en la planta superior. Normalmente, jamás se le hubiera ocurrido hacer algo tan grosero, pero las emociones que sentía en ese momento no eran normales, y Kyuhyun lo seguía de cerca.
Cuando alargó la mano para abrir la última puerta del largo pasillo, Kyuhyun intentó detenerlo.
—Ahí no... —le advirtió él detrás.
No acabó la frase. Cuando Sungmin abrió la puerta, pudo ver que había encontrado sus baúles apilados en esa estancia. El joven no dudó en entrar.
Ni tampoco él.
—No te vas a quedar aquí —le dijo Kyuhyun en un tono inflexible.

Marcado VI -12




Kangin nos condujo fuera del corazón de la ciudad, luego nos llevó a una zona de almacenes y complejos industriales que no parecían tener ningún tipo de lugar para una cita. Estacionó enfrente de un edificio corrugado que estuve sorprendido de ver estaba todo iluminado y tenía varios autos estacionados al frente. Abrí la boca para preguntar dónde demonios estábamos y qué estaba sucediendo, pero él salió del auto y vino a abrirme la puerta ante de que pudiera. Ese simple acto de caballerosidad fue casi suficiente para hacerlo parecer como el viejo y normal Kangin otra vez, pero cuando envolvió un brazo alrededor de mis hombros y me acercó a su pecho mientras dejaba caer un duro y posesivo beso en mi boca, hubo algo en ello que no había habido ahí antes. Sentí como si estuviera probándome.
—¿Qué es este lugar? —Cerró mi mano dentro de la suya y me guio a una puerta que estaba en torno al costado del edificio y muy fuera de la vista de cualquier transeúnte.
La abrió y me guío hacia un espacio de un almacén gigantesco que estaba lleno de luz, música y gente. Era como un carnaval atrapado dentro de las paredes de metal del almacén. Me di la vuelta para mirarlo con los ojos agrandados mientras él solo se me quedaba mirando y preguntaba:
—¿Te sorprendería si te dijera que provengo de una larga línea de destiladores ilegales y contrabandistas? El papá de mi mamá corría aun en lo alto de la zona rural cuando era pequeña y quedo encerrada en ello antes de que me tuviera.

Debutantes III -12




—¿Dónde se había metido?
Sungmin  dio un respingo ante el tono chirriante de Sunny, si bien no se había esperado menos. Había cogido un carruaje de alquiler en Dover y al anochecer ya había llegado a Londres, pero a pesar de la hora que era la doncella había expresado su alivio en voz alta.
—Donde no quería —replicó Sungmin  con aire cansado, acercándose a la cama para sentarse.
—¡Han pasado cuatro días!
—Y ha sido una suerte que sólo hayan sido cuatro —gruñó Sungmin —. No es demasiado fácil encontrar billete en un barco sin haberlo sacado de antemano, ¿sabes? No, supongo que no lo sabes. Pero te aseguro que lo he averiguado de primera mano.
Sunny abrió mucho los ojos.
—Pero ¿adonde se le ha ocurrido ir solo en un barco? ¿Por qué no me avisó?
—No fue a propósito. Aunque el barco zarpó mientras le decía a mi marido que ni en sueños pensaba casarme con él.
—Pero se ha casado con él, ¿no?

Marcado VI -11




Fue un viaje bastante tranquilo de regreso al Bar. Tenía trabajo en menos de una hora, por lo que andaría por ahí y le pediría a Minwoo que me alimentara hasta que mi turno iniciara.
Él estaba deprimido, desde que Jian había estado desaparecido. Sabía que estaba preocupado por su hijo y algo perdido en cuánto qué hacer con el fin de ayudarlo. Adicionalmente ahora estábamos con un cocinero menos y no habíamos podido encontrar a nadie para ocupar el puesto. Minwoo no podía trabajar día y noche, así que Eric había llamado a un viejo amigo de la Marina para tomar el puesto hasta que Siwon y yo pudiéramos encontrar una solución más permanente.
Me sorprendió lo mucho que yo mismo estaba preocupado por la amenaza de cabello rosa. Sabía que no estaba tomando dinero o cerveza para sí mismo. Sabía que no estaba haciendo excusas para un novio abusivo porque era estúpido. Allí había problemas más profundos. Del tipo con el que solía estar íntimamente familiarizado, y odiaba que Jian se hubiera encontrado a sí mismo en ese desagüe. Nadie debería tener que experimentar eso, ni siquiera alguien tan joven y tonto como Jian.
El turno comenzó bastante lento y luego remontó cuando una despedida de soltera entró. Dixie estaba frustrada de que todas las chicas querían coquetear conmigo y lanzándole miradas sexys a Big Boss, por lo que prácticamente estuvo detrás de la barra, mientras que yo manejaba al grupo.

Debutantes III -11




Kyuhyun no podría haber pedido una distracción mejor que la urdida por Sungmin, en particular porque todos los hijos de los Park les habían seguido a arriba. Se había quedado solo en la sala con Samuel, el abuelo de su esposa y dos de sus primos mayores. Kyuhyun esperaba que la conversación volviera a animarse en unos momentos.       
—Todas estas dificultades del embarazo son nuevas para mí —dijo, entonces, mirando la puerta vacía con el ceño fruncido para asegurarse de que Park se daba cuenta de su preocupación—. En el fondo pienso que tengo la culpa y no puedo por menos que ir a ayudarlo. Regresaré en un momento.
No esperó a que su anfitrión le dijera que Sungmin estaba en buenas manos. Salió precipitadamente de la sala. Interpretar el papel de padre y marido inexperto no era algo con lo que estuviera familiarizado, pero debió de haber sido una buena interpretación pues al abandonar la estancia sólo oyó algunas risitas compresivas a su espalda.
No tenía tiempo que perder, pues los niños podían bajar en cualquier momento por la escalera que se encontraba al fondo del vestíbulo. Tenía que pasar por dos habitaciones antes de llegar a ella. Ambas tenían las puertas abiertas y vio que una de las estancias era un estudio, así que se coló dentro rápidamente.
Fue directamente al escritorio. Sabía que una búsqueda metódica sería imposible. Odiaba tener que apresurarse. En realidad prefería trabajar de noche y a oscuras, pero no tenía tiempo para eso. Tampoco se atrevía a cerrar la puerta, pues a nadie se le pasaría por alto aquel detalle revelador. Todo lo que pudo hacer fue meterse los papeles que encontró en los bolsillos y esperar que alguno de ellos resultara ser la prueba que estaba buscando. Park acabaría por darse cuenta de que los documentos habían desaparecido y sospecharía de Kyuhyun de inmediato, pero para entonces esperaba estar de camino de la costa. Por si acaso sus planes se iban al garete, le había dicho a Matthew que aparcara el carruaje en la calle frente a la casa de los Park de manera que el blasón familiar no fuera visible.

Marcado VI -10




Después que nos sentamos y tuvimos humeantes tazas de café asentadas enfrente de nosotros, quería preguntarle exactamente lo que estaba pasando con su empleado, pero se me adelantó y me preguntó por qué me parecía menos que encantador pasar el rato con los chicos.
Revolví copiosas cantidades de azúcar en mi café y me quedé mirando la mesa mientras pensaba en cómo responder a eso.
—Nunca he tenido un montón de amigos. Siempre hemos sido solo yo y Kook. Me gustan todos esos chicos y a Sungmin lo adoro a muerte, pero salir de esa manera no es algo a lo que estoy acostumbrado, y, francamente, todavía estoy un poco aterrorizado de que tu hermano quiera patear mi culo.
Me dio una mirada exasperada que indicaba cuan ridículos pensaba que eran mis miedos en cuanto a lo que concernía a Zhoumi, y recogió su propia taza. Sus ojos brillaron hacia mí por encima del borde cuando preguntó:
—Siempre solo tú y Kook, ¿eh? ¿Ha habido algo allí que vaya a tener a un policía enfadado sobre mi culo si se entera de dónde has estado cuando no puedes dormir?
Tuve que parpadear por un segundo porque lo que estaba preguntando era tan ridículo que me tomó un segundo procesarlo.

Debutantes III -10




Sungmin  fue incapaz de almorzar en alta mar a pesar de estar hambriento. El olor a comida en el camarote había hecho que lo cubriera un sudor frío y más de una vez había vomitado en el bacín hasta que los penetrantes aromas desaparecieron. La navegación se hizo más suave al atardecer y, a la hora de la cena, pudo sentarse en la silla de la diminuta mesa clavada en el suelo que Kyuhyun le había ofrecido mientras él se sentaba en el sillón con el plato en la mano.
—Ya puedes rebañar el plato —le dijo—. Esa comida me ha costado cinco malditas libras.
Sungmin casi se atragantó al oírlo, pero continuó comiendo de todas formas pues estaba muerto de hambre.
—Es un ladrón —afirmó asintiendo con la cabeza—, pero no tenía ni idea de que estuvieras tan escaso de dinero que lamentaras la pérdida de cinco libras. Puedes estar seguro de que te lo reembolsaré.
No estaba siendo frívolo. Kyuhyun se había quejado tanto del coste del viaje que, naturalmente, había concluido que andaba escaso de dinero e incluso pensaba que debería pagarle su parte.
El le dirigió una mirada dura.
—Esto no tiene nada que ver con si puedo o no puedo permitirme ese gasto. A nadie le gusta que le timen, simple y llanamente. Pero esta vez no ha sido el capitán, sino el cocinero. No le hacía gracia tener que preparar comida blanda por culpa de tu mal de mar, ya que tenía la comida preparada.

Marcado VI -9




Solo tuve algunos minutos cuando llegué a casa para hacer que el lugar se viera presentable. Miré el reloj en el microondas y me di cuenta que no iba a tener tiempo de tomar una ducha si él aparecía justo a las tres, así que vertí algo de whisky en un vaso de plástico y lo tragué. Creo que estaba nervioso. Un golpe suave sonó en la puerta justo a tiempo.
La abrí y luego gruñí con sorpresa cuando pasó más allá de mí con obvia impaciencia. Tenía un bolso gigante en su brazo, el cual tiró en el sillón reclinable y entonces se giró para mirarme. Todo lo que parecía traer puesto era una gabardina negra que estaba ceñida en su cintura y que se metía justo en medio de sus muslos desnudos. Había kilómetros sin fin de piernas desnudas en exhibición y eso envió a volar cada pensamiento que tenía y toda la sangre en mi cuerpo se apresuró a la parte de mí elevándose en preparación debajo de mi cinturón. Sentí mis cejas dispararse hacia mi línea del cabello mientras cerraba la puerta detrás de su dramática llegada y me recostaba contra ella mientras mi corazón se deslizaba todo el camino hacia mis rodillas y luego de vuelta hacia arriba.
—Así que finalmente tienes puesto un abrigo. —No podía mantener la diversión fuera de mi voz incluso si el tono cambió a medida que se volvía para mirarme con sus ojos oscuros y párpados pesados.
La esquina de su boca se levantó en una pequeña sonrisa sexy y me pregunté si no me lastimaría si lo tiraba al suelo con cero delicadeza.
—No por mucho. —Levantó sus manos al botón superior y me observó a medida que lo abría. Sentí congelarse mi respiración en mis pulmones, y cada cosa en el mundo giraba en torno a él bajando al siguiente botón en el abrigo.
—¿No podías dormir de nuevo? —pregunté. Sacudió su cabeza lentamente de un lado a otro y sus dedos se movieron al segundo botón. Mantuvo sus ojos fijos en los míos mientras lo deslizaba fuera del ojal.
—Estaba dormido. Tú me despertaste.
Quería poner mis manos en su cabello y quería poner mi boca en ese tentador sendero de piel que había desnudado. Pensé que quizá aceleraría su pequeño juego si estrechaba un poco el campo de juego. Era un experto en jugar juegos… y ganándolos. Lo arrojé en el sillón reclinable y sentí una oleada de orgullo cuando vi revolotear el pulso en la base de su garganta en respuesta. Sus dedos se movieron al tercer botón y lo rodearon. También dio un paso atrás hacia la cama, lo cual me tuvo moviéndome automáticamente hacia él.
—¿Te desperté?
Tomó otro paso hacia atrás y bajó la barbilla y me miró desde debajo de esas largas pestañas. Realmente era la cosa más extraordinaria que había visto en toda mi vida y todavía no podía averiguar por qué estaba aquí desperdiciando algo de él en mí.
El tercer botón salió libre y realmente tuve que luchar contra el impulso de saltar sobre él. El abrigo se separó justo lo suficiente para que captara una insinuación de la areola rosa.
—Me desperté diciendo tu nombre y tocándome. Estaba adolorido y me pensé en por qué hacerme cargo yo cuando me lo debes de todas formas. —La chispa de humor en sus ojos realmente me deshizo. Ya no podía mantener el espacio entre nosotros.
Estaba jugando con el botón inferior del abrigo y mi paciencia se perdió. Parte de la razón por la que era bueno con los juegos era porque hacía mis propias reglas, y la mayoría de los casos hacía trampa. Me acerqué con largos pasos y la tuve tumbada en la cama con su abrigo extendido abierto detrás de él y lo hice recostarse como un buffet desnudo, todo para que lo engullera en segundos. Apoyé mis manos en cada lado de su cabeza y bajé la mirada hacia él con deseo crudo que podía sentir llenando cada parte de mí.
—¿Qué pasa si te hubieran detenido, o hubieras estado en un accidente, o tenido un problema automovilístico en tu camino hacia acá?
La idea de alguien más viendo esas largas piernas sin nada cubriéndolas repentinamente hizo que el asesinato pareciera totalmente lógico en mi mente de cavernícola. No es que no apreciara que tan fácil hacía meterse en sus pantalones, quiero decir, cuando no tenía ninguno puesto, era obvio que iba a pasar. Aparte de la lujuria y la pasión tragándome, estaba preocupado por él, y esa era una sensación nueva para mí.
Meneó sus brazos fuera de las mangas del abrigo, una vez que estuvo libre, tiró sus piernas hacia donde estaban apretando mis caderas a medida que me inclinaba sobre él y curvaba sus brazos por mis hombros.
—Si hubiera sido detenido habría tenido que explicar por qué estaba mayormente desnudo y probablemente habría chocado los cinco con el policía. Si estuviera en un accidente los socorristas habrían obtenido todo un espectáculo, pero estoy seguro de que lo han visto antes. Si hubiera tenido un problema automovilístico simplemente habría llamado a un taxi. —Movió su mano y frotó la almohadilla de su pulgar a lo largo de la curva de mi labio inferior. Atrapé el dígito entre mis dientes y lo acaricié con mi lengua, lo cual la hizo suspirar—. Contigo la única manera de ir es con riesgo alto, recompensa alta.
—Es mejor que haga que valga la pena, entonces. —Y luego lo besé como si fuera la única oportunidad que fuera a tener alguna vez.
Lo besé como si tuviera que memorizar cada sabor, cada pequeño chasqueo de su lengua, cada mordisco de sus dientes, cada pequeño quejido que escapaba de él mientras nuestros labios se presionaban juntos con febril intensidad. Una de sus manos estaba en la parte de atrás de mi cabello sosteniéndome cerca, la otra estaba arañando a lo largo de mis hombros, haciendo que mí piel se ondulara con anticipación.
Seguí la curva de la parte interna de su muslo y di un paso atrás para que pudiera caer sobre mis rodillas frente a él. Vi su pecho elevarse y cada temblorosa respiración a medida que usaba mi pulgar para ligeramente trazar su abertura desnuda. Estaba caliente. Hizo que un sonido gruñera en la parte trasera de mi garganta. Vi sus manos enredarse en el edredón a cada lado de sus caderas inquietas y sus ojos eran casi negros mientras me observaba. Levanté sus tobillos y puse uno de ellos en mi hombro. Usé la mano que no estaba bailando alegremente alrededor de su centro y tiré de sus caderas más cerca al borde de la cama y giré mi cabeza para poder besar su tentador muslo que ahora estaba descansando justo al lado de mi cara.
—Me estás torturando, Kangin. —Su voz estaba ronca e impaciente.
Me reí contra su suave piel. Me estaba tomando mi tiempo, lo cual era algo que nunca hacía cuando se trataba del sexo. Normalmente era todo sobre gratificación instantánea y rascarme una constante comezón. Con él, era acerca de observarlo, calibrar su reacción, hacer que respondiera en todas las mejores maneras posibles. Creo que una parte de mí que trataba tanto de mantener atada estaba suelta cuando me desnudaba con él, y subconscientemente, estaba tratando de arruinarlo para quien sea que fuera a venir después de mí.
—Leeteuk, mírame.
Tomó un minuto y tuve que decir su nombre otra vez, pero eventualmente sus ojos marrones se fijaron en los míos. Estaba borracha de deseo y tan cerca del borde que podía verlo apenas sosteniéndose. Quería empujarlo sobre él y luego estar justo ahí en el fondo para atraparlo.
Ladeé mi cabeza para señalas sus manos empuñadas.
—Pon esas en tu pecho.
Parpadeó ante mí como si no estuviera hablando español, luego lentamente se movió para hacer lo que le dije. Sus pálidas manos en su pálido pecho tuvieron a mi polla tratando de escapar de mis jeans por cuenta propia. Había humedad ahí abajo que no había venido de frotarme contra él, y eso nunca me pasaba.
—Voy a comerte, y mientras lo hago quiero que juegues con tus pezones. —Sus ojos se ampliaron en su rostro sonrojado y una nube de incertidumbre se deslizó sobre su mirada—. Quiero que los frotes, los aprietes, quiero que te sostengas a ellos hasta que casi duela. Quiero que lo hagas hasta que se sienta como que el placer es tanto, que va a romperte por la mitad… solo entonces puedes detenerte. ¿Me entiendes? —Gimió un poco y asintió, solo una vez, para dejarme saber que entendía. Le sonreí y supe que no era agradable. Era la sonrisa que usaba cuando entraba para matar—. Bien, porque si te detienes, si lo sueltas, entonces yo también lo hago.
Me maldijo y deliberadamente hundió su talón con fuerza en mi hombro. Me hizo sonreírle incluso más. Su pelea era tan excitante como el resto de él.


—¿Quieres pasar un tiempo conmigo cuando no estemos desnudos y en la cama, Pelirrojo?
—¿Cómo en una cita? —hizo la pregunta en voz baja y eso hizo que mis muelas se aplastaran.
—Puede ser lo que tú quieras que sea. —Fui a moverme fuera de él, pero movió sus brazos alrededor de mis hombros y me mantuvo clavado.
—Síp, Kangin, quiero pasar tiempo contigo. No me importa si es en la cama o fuera. —Se rio un poco y se movió debajo de mí, lo cual hizo que parte de mí polla aún clavada dentro de él se contrajera—. Aunque soy un gran fan de lo que sucede cuando pasamos tiempo juntos en la cama.
Me reí y empujé fuera para que pudiera limpiarme. Empujé mis manos a través de mi cabello y lo miré. Todas esas bonitas promesas que quería hacerle estaban gritándome, tratando de forzar su salida de mi boca.
—No sé por qué estás aquí, pero siento que tengo que dar las gracias de que estás aquí a cualquier Dios que pueda existir.
Leeteuk parpadeó una vez y luego otra y lo vi ruborizarse. Se movió así que estaba sobre la cama directo hacia mí y me miró con los ojos muy abiertos.
—Estoy aquí porque finalmente me dejas estar aquí. —me hubiera gustado poder pintarlo, así podría capturar su belleza para que las futuras generaciones la apreciaran—. Y me quedaré todo el tiempo que me dejes.
Si solo ese fuera el caso. El se quedaría hasta que algo sucediera o yo hiciera algo que le obligara a tener que irse. Necesitaba un minuto para poner mis pensamientos en orden después de la forma en que solo acababa de apropiarse de mí, así que no le respondí y desaparecí en el cuarto de baño para hacerme cargo de mis asuntos. Si solo averiguar qué iba a hacer con este joven y todas las formas en que me hacía sentir, fuera tan fácil como la limpieza después del mejor sexo que he tenido.


Cuando el teléfono de Kangin se apagó a la mañana siguiente, se sintió como que estaba amaneciendo en lugar de ser las nueve.
Por supuesto que nos habíamos mantenido enredados y muy ocupados hasta que el sol estuvo empezando a salir, por lo que no habíamos estado un montón de tiempo durmiendo. Él gimió y se acercó sobre mí para silenciar el ruido con un movimiento de su dedo.
Me estiré perezosamente debajo de él y levanté mis brazos por encima de mi cabeza, lo cual tuvo a sus ojos cambiando de letárgicos a calientes y brillantes en segundos. Iba a preguntarle por qué tenía que levantarse tan temprano dado que pensaba que la mayoría de los camareros dormían hasta el mediodía, pero mis movimientos somnolientos debajo de él estaban causando claramente que otros pensamientos entraran en su mente. Yo estaba totalmente a bordo con el plan hasta que estuve justo en el borde de un orgasmo que sabía iba a darme vuelta al revés cuando de repente él se congeló, estuvimos absolutamente inmóviles, y me miró fijamente con ojos bien abiertos y calientes.
Tenía mi mano envuelta alrededor de su bíceps y sentí los músculos bloquearse rígidamente en su lugar. Él estaba respirando con dificultad y me gritó que no me moviera cuando fui a levantarme para regresarlo dentro de la ranura en cuestión. Le fruncí el ceño y clavé mis uñas en sus tensos brazos mientras él apretaba sus dientes:
—Si te mueves todo habrá acabado y no tengo un condón puesto. —Sus cejas se fruncieron aún más sobre su nariz—. Nunca antes he tenido sexo sin protección. No es de extrañar que los condones consigan una mala reputación. Estoy a punto de perder mí jodida mente.
Sus dientes estaban apretados y sus fosas nasales se abrieron mientras tortuosamente comenzaba a retirarse de mi cuerpo. Yo estaba demasiado cerca, e incluso con sus movimientos artificiales todavía se sentía demasiado bien, y así que aunque me obligué a no mover un músculo exterior, mis músculos internos no estaban entendiendo nada de eso así que me arrastré y tiré a lo largo de toda su longitud, lo que significaba que ambos quedamos en un pasional lío pegajoso con el que lidiar cuando todo estuvo dicho y hecho. Pensé que era divertido; él no parecía tan divertido mientras me arrastraba a la ducha para limpiarnos a ambos.
Traté de decirle que no era gran cosa, pero me di cuenta que no estaba molesto por la situación, estaba enojado con él mismo por ser tan despreocupado que se olvidó de algo tan básico como la protección. Estaba acostumbrado a ser el que manejaba el juego y no creo que le gustara que lo consiguiera con la misma eficacia que él lo conseguía.
Nunca había estado en control de la natalidad en mi vida. Mis compañeros sexuales eran demasiado pocos y distantes entre sí, e incluso con el chico que salí a largo plazo nunca había estado en el sexo lo suficiente como para realmente justificarlo. No hubo quedar atrapados en el momento con él. Por Kangin lo haría totalmente, pero no sin una garantía de que éramos solo nosotros dos a partir de este momento, y no creo que él estuviera listo para esa conversación por el momento.
—¿Por qué nos levantamos tan temprano? —Él estaba lavando mi cabello y, obviamente, a miles de kilómetros de distancia, en su propia cabeza.
—Necesito hablar con Siwon sobre cosas de trabajo. Estamos teniendo un problema con el hijo de Eric.
Suspiré mientras sus dedos masajeaban mi cuero cabelludo.
—Siwon realmente admira a Eric. Eso tiene que ser difícil.
Se movió detrás de mí y suspiré mientras nuestra piel resbaladiza se frotaba entre sí. Sonaba frustrado cuando respondió:
—Sí. No entiendo por qué es así el mocoso. Quiero decir, yo era una pesadilla, pero no tenía dos padres que obviamente se preocuparan por mí ni a nadie tratando de darme una mano de ayuda desde el fondo. Tiene por novio a un perdedor que, obviamente, lo está intimidando y estoy seguro que ha puesto sus manos sobre él más de una vez. Tiene a su familia tratando de sacarlo de situaciones de mierda y solo sigue haciéndose de la vista gorda ante ellas.
—¿Crees que hubieras tomado la mano si alguien te la hubiera ofrecido cuando eras más joven?
Una de sus manos se aplanó sobre mi estómago y sentí sus labios aterrizar suavemente en la parte de atrás de mi cuello. Él se acercó a mi lado para cerrar el agua.
—No. Yo estaba destinado a ser una metedura de pata desde el principio. —Él metió las manos por su cabello mojado, salió de la ducha, y encontró una toalla que me entregó—. Mi padre estaba en la cárcel antes de que naciera, mi mamá tenía una educación de noveno grado y ningún deseo de vivir más allá del parque de casas rodantes. Siempre fui el pobre chico, el chico blanco-basura, y en vez de avergonzarme de ello, utilizaba la compasión de la gente, su simpatía, para conseguir lo que quería.
Lo observaba cuidadosamente mientras envolvía una toalla alrededor de su cintura y se inclinaba de espalda contra el pequeño tocador. Él me miraba tan de cerca mientras me frotaba el exceso de agua fuera de mi cabello. Cruzó sus brazos sobre su amplio pecho y siguió.
—Cuando empecé la escuela y me di cuenta de que todos los otros niños traían el almuerzo o tenían planes para comer y yo no, al principio me ponía triste. —Él negó con la cabeza y su boca se tensó—. Entonces eso me hizo enloquecer, que todos esos niños tenían algo que yo no, que tenía una madre que no podía conseguir coordinarse lo suficiente para alimentarme. Encontré una chica en mi clase. Era tranquila, realmente no tenía amigos porque era tímida y un poco rara, y pasé todo mi tiempo convenciéndola de que éramos los mejores amigos. —Sus ojos brillaron y literalmente podía verlo cayendo en los recuerdos de hace décadas. Eso obviamente no le sentaba nada bien ahora, si la forma en que sus hombros se tensaron era una indicación—. Era una niña dulce, un poco lenta, pero tenía un corazón enorme y venía de una familia de grandes cantidades de dinero. Me trajo el almuerzo todos los días hasta quinto grado.
Envolví la toalla estilo turbante alrededor de mi cabeza y pasé por delante de él. Pero sus dedos se clavaron en mi muñeca y me jalaron a pararme frente a él. Quería que escuchara esto, él siempre estaba tratando de tirar de la cortina y mostrarme la oscuridad que se arremolinaba en su interior. No parecía importarle que ya supiera que estaba compuesto por marcas negras y fechorías y yo simplemente no me preocupaba por ellas.
—En quinto grado empecé a comprender que las otras chicas y jóvenes de la clase, además de ella, pensaban que yo era lindo, que si le daba atención a más de uno, podría conseguir algo más que el almuerzo. Dije que ella era la chica más guapa de la clase para que pudiera hacer mi tarea, le dije a otra que sería su novio así que ella me compraba ropa, dejé a un joven darme besos furtivos para que me llevara a comer a los restaurantes, ni siquiera a los de lujo, porque no hay ninguno en mi pueblo. Luego hubo otro, era horrible. Engreído, quiero decir y horrible con cualquier persona que se cruzaba en su camino, pero porque su familia tenía una piscina y me invitaba a nadar decidí empezar a caminar a su casa desde la escuela. Lo odiaba pero lo hice todos los días porque tenía algo que quería. Hice todo eso después de desechar con frialdad y crueldad a la primera chica que había sido tan amable y tan dulce conmigo durante años. Yo solo la deseché sin contemplaciones y no me importó cuando otros niños se burlaron de ella o hicieron burla de ella, incluso después de que se aseguró de que nunca pasara hambre. Aún ni siquiera era un adolescente y ya era ese tipo de chico.
Me sacudí de su abrazo y fuimos a la sala de estar, así podría ponerme la ropa que había metido en mi bolso. Me quité la toalla y sacudí mi enredado cabello mientras buscaba mi cepillo. Kangin salió del baño con el ceño fruncido hacia mí, así que levanté una ceja en su dirección y trabajé en hacer mi cabello.
—¿Qué? —Me aseguré de mantener mi voz ligera porque pude ver que solo me estaba esperando para desatar un torrente de disgusto y juicio sobre él y no sabía qué hacer con mi indiferencia.
—¿Eso es todo lo que tienes que decir acerca de lo que te acabo de decir?
—¿Qué quieres que te diga? ¿Qué apestas? ¿Que eras un completo idiota y merecías lo que finalmente tienes? ¿Quieres que te diga que fue un movimiento totalmente descerebrado no solo por la primera chica que conseguiste engañar, sino incluso por lo principal, que estabas utilizándola también? Sabes todo eso, Kangin. Es posible que no lo hayas sabido entonces, o no te importaba, pero ahora te importa, así que decirte lo que ya sabes no tiene sentido. Alguien debería haber estado alrededor para cuidar de ese niño, así él no tenía que recurrir a ese comportamiento en primer lugar.
Él tiró una camiseta negra desteñida por encima de su cabeza y se dejó caer pesadamente en la cama así podría ponerse sus botas.
—Nadie me hizo hacer esas cosas, nadie me enseñó. Lo descubrí por mi cuenta, y para el momento que era un adolescente, había aprendido cada truco sucio que había en el libro.
Suspiré hacia él. Crucé los brazos sobre mi pecho y encontré su depredadora mirada con la mía.
—¿Quieres confesarme cada pecado que has cometido? ¿Crees que eso me va a asustar o va a absolverte de los errores del pasado? Porque tengo que decirte, ninguna de esas cosas va a suceder. —Le fruncí el ceño hacia e hice mi voz dura para que supiera que iba en serio y le dije enfáticamente—: A mí nunca vas a disgustarme tanto como te disgustas a ti mismo, Kangin.
Se puso de pie y se acercó a mí. Realmente parecía un gran gato salvaje acechando a su presa mientras merodeaba cerca y más cerca. Se detuvo cuando estábamos casi tocándonos, pero me negué a mirar o retroceder lejos de él.
—No tienes ni idea de lo que estás hablando, Pelirrojo.
Extendí una mano y la puse justo sobre el lugar en su pecho donde su corazón palpitaba. Él estaba molesto, pero como siempre, sabía que estaba dirigido más hacia el interior de lo que lo estaba para mí.
—Sí, lo sé, pero he estado teniendo un momento muy difícil gustándome a mí mismo desde que Kook se lesionó. Sé cómo se siente y exactamente cómo se ve. ¿Por qué crees que estaba persiguiéndote tan duro? Necesitaba a alguien que no me dijera que fue solo un accidente, que eso no fue mi culpa. Necesitaba a alguien que estuviera bien con sentirse mal, y tú lo haces. No siempre vamos a hacer las cosas bien, tomar las decisiones correctas, y de alguna manera eres el único con quien me siento seguro de llegar a un acuerdo con eso. Tú no me juzgas, no tratas de hacerlo y eso lo hace mejor. Tú solo me dejas sentirme mal haciéndome sentir realmente bien... Yo quiero hacer eso por ti también.
Sus ojos de un color inusual brillaron del oro al bronce mientras la verdad y la profundidad de mis palabras se hundían. Él murmuró en voz baja algo que no pude oír y luego inclinó la cabeza un poco hacia un lado y me dijo:
—Soy lo opuesto a seguridad. Te follé sin condón esta mañana porque me vuelves estúpido de deseo. Eso no está yendo exactamente hacia buscar tus mejores intereses.
Empuñé su camisa en la mano y tiré de él hacia abajo, así que estábamos casi cara a cara. Aprecié que él sentía como que tenía que mantenerme alerta sobre todas las formas en que esta cosa volátil entre nosotros podría salir mal, pero en algún momento él solo iba a tener que ser un hombre, subir a bordo con lo que estaba sucediendo, y dejar de esperar a que todo implosionara a nuestro alrededor.
—Había dos de nosotros en la cama esta mañana. Soy tan responsable como tú de lo que sucede allí. Puedo protegerme a mí mismo y estoy más que dispuesto a hacerlo si estás dispuesto a ser honesto conmigo y decirme si lo que hay entre nosotros es lo suficientemente importante, lo suficientemente interesante, para darle una oportunidad. Si la respuesta es no, entonces está bien, pero no regresaré y nosotros simplemente lo atribuiremos a las hormonas en ebullición y a la lujuria.
Él cerró sus dedos alrededor de mi muñeca y dejó que sus dedos descansaran sobre mi errático pulso. Me pregunté si algo con él alguna vez iba a ser sencillo.
—No voy a llevar a nadie a la cama todo el tiempo que estés en ella, Leeteuk.
Ese fue lo más parecido a un acuerdo para dejar de ser un opositor en lo que a nosotros concernía, que iba a conseguir. Lo tomaría. Me puse de puntillas y lo besé suavemente en la boca.
—Bueno. Ahora, ¿qué tal si dejas que te lleve al Bar para que puedas encontrarte con Siwon y luego vamos a tomar algo de comer? Me muero de hambre. —Parecía una cosa tan simple, una cosa para hacer en pareja y lo necesitaba. Me apetecía comer con él.
Pasó su mano a lo largo de mi cola de caballo todavía húmeda y me tocó el ligeramente culo.
—Suena bien.
¿Por qué todo entre nosotros no podía ser así de sencillo?


Cuando llegamos al Bar. Era bastante temprano por lo tanto las puertas no estaban abiertas para los clientes todavía, pero Heechul estaba sentado frente a la barra hablando con un tipo de pie detrás de la barra que no reconocí. Kangin me depositó junto a él y me presentó al nuevo camarero como Danny antes de desaparecer hacia la oficina de atrás. Le dije a Heechul los buenos días y luego pasé cinco minutos mirándolo fijamente tratando de averiguar por qué pensaba que se veía diferente de la última vez que lo vi.
Sentí mis ojos abrirse cuando me di cuenta de una cierta parte de él que al parecer había crecido fuera de proporción con el resto de su pequeño cuerpo.
—¿Te hiciste una cirugía en el pecho? —Me di cuenta de lo grosera que sonó e iba a pedir disculpas cuando empezó a reír con tanta fuerza que sus ojos empezaron a humedecerse.
—No, no lo hice, pero creo que la mitad de la razón por la que a Siwon le gusta embarazarme es debido a este efecto secundario en particular.
Lo miré boquiabierta por un segundo.
—¿Estas embarazado? Guau, felicidades. —Dejé a mi mirada deslizarse de arriba hacia abajo en su figura aún pequeña. Todavía parecía un pequeño duendecillo—. No tenía ni idea.
El asintió.
—Lo hemos estado manteniendo bastante tranquilo. Quería que Donghae y su nuevo bebé obtuvieran todo el mismo amor y atención que nos dieron cuando Ren vino al mundo, pero vamos por el ultrasonido hoy para ver si estamos trayendo a casa a Ren a un hermano o hermana, por lo que no permanecerá en secreto mucho más tiempo.
Me acerqué a darle un abrazo con un solo brazo.
—Ugh, no puedo creer que no me di cuenta. Voy a ser un terrible detective.
Se rio de nuevo y me dio una palmada en la rodilla.
—Tú no pasas suficiente tiempo a mí alrededor para darte cuenta de todas las pequeñas sutiles pistas, algo que debes cambiar, por cierto. —me dio una mirada e inclinó la cabeza hacia un lado—. Sabes, Zhoumi y Henry están regresando a la ciudad para las vacaciones de primavera en unas pocas semanas. Todos debemos juntarnos para una noche de jovencitos como solíamos hacerlo. Apuesto que Donghae podría utilizar una noche lejos del bebé... y Hyukjae.
Me sonrió mientras me estremecía involuntariamente ante la idea de salir con el hermano de Kangin. Ya había estado en sus noches de jovencitos antes, pero desde que Zhoumi se mudó y los bebés empezaron a llegar a los alrededores, habían sido pocas y distantes entre sí. Ahora por lo general solo había café con Sungmin en la mañana o tomar una copa con Key. No habíamos estado todos juntos en más de lo que podía recordar y seguro había sido antes de confinarme con Kangin.
—Uhhh...
Me puso los ojos en blanco.
—Si tú y Kangin van a tener algo, entonces entiendes que Zhoumi es parte de ese paquete, ¿verdad?
—Realmente me gustaría que alguien más hubiera respondido a esa llamada. Odié tener que llevarlo preso cuando lo hirieron y era obviamente inocente. Si yo fuera su hermano, no estaría contento conmigo tampoco.
No tuvo la oportunidad de decir nada más porque ambos chicos salieron de la habitación de atrás con aspecto sombrío y triste. Siwon estaba frunciendo el ceño bastante duro y la boca de Kangin estaba tirando apretada en una línea recta.
Heechul se dio la vuelta sobre el taburete de la barra y fue hacia su corpulento hombre. Envolvió los brazos alrededor de su cintura y él automáticamente le regresó el abrazo y se inclinó para dejar un beso en la parte superior de su cabeza. Era tan fácil, tan sin esfuerzo, la forma en que se apoyaban el uno del otro, que sentí un balón repentino de emoción asentarse en mi garganta mientras los observaba.
—¿Nada bueno? —El hizo la pregunta en voz baja y Kangin fue el que respondió. Se apoyó en el extremo de la barra y negó con la cabeza.
—Nada bueno. —Sonaba frustrado y decepcionado. Todo lo que quería hacer era abrazarlo y hacerlo sentir mejor como Heechul estaba haciendo por Siwon, solo que estábamos en ninguna parte cerca de allí todavía. Sus ojos pasaron de mí a Siwon y luego de vuelta—. El hombretón no quiere presentar cargos, pero vamos a tener que despedirlo y tenemos que hablar con Eric y Minwoo.
Heechul hizo un ruido de simpatía.
—Romperá el corazón de Eric.
Kangin se apartó de la barra y se acercó a donde estaba sentado. Salté del taburete y él pasó un brazo alrededor de mis hombros y me jaló a su lado. Un temblor en todo el cuerpo se abrió camino desde la parte superior de mi cuero cabelludo hasta las puntas de mis dedos de los pies mientras respondí poniendo un brazo alrededor de su esbelta cintura. Quería ser capaz de sostenerlo. No estaba seguro de que yo fuera lo suficientemente fuerte.
—Él no va se va a dar por vencido con Jian. Lo ama demasiado. —La voz de Kangin tenía indicios de culpabilidad mezclada con penitencia y me pregunté si él estaba hablando sobre el empleado o algo mucho más cerca de casa.
Siwon gruñó y apretó a Heechul lo suficientemente fuerte que chilló.
—Tenemos que irnos. Quiero ver a mi nuevo bebé.
Los seguimos fuera del bar y Heechul me miró por encima del hombro antes de que Siwon lo levantara hacia dentro de su gran camioneta y me dijo:
—No te vas a escapar de la noche de jovencitos, Leeteuk. Me encargaré de que así sea.
Gemí y asentí con un encogimiento de hombros. Kangin me dio una mirada inquisitiva mientras nos dirigíamos el par de cuadras desde el bar hacia el lugar donde se encontraba el restaurante.




yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...