Atrévete a Amar- Capítulo 30



-Me marcharé dentro de dos días, Siwon -dijo Hyukjae cuando entró en el comedor.

-¿Necesitas ayuda para empaquetar?

-No seas tedioso, cachorro. Sabes bien que has estado encantado de tenerme aquí.

Siwon gruñó y continuó comiendo su desayuno.

-¿Cuándo lo decidiste?

-Cuando comprendí que tu situación es irremediable. Ya no me divierte contemplarla.

Siwon dejó su tenedor y miró con furia la espalda de su hermano que fue hacia el aparador y se sirvió el desayuno. En realidad, Siwon consideraba que había hecho grandes progresos en las dos últimas semanas. Bastaba que tocara a Heechul para que cayera en sus brazos. No veía nada de irremediable en ello. Pronto admitiría que lo necesitaba tanto como Siwon lo necesitaba a él. Reconocería su locura y mandaría al diablo sus reglas. Pero, hasta entonces, él las respetaría al pie de la letra.

-¿Quieres explicar ese comentario?

Hyukjae se sentó frente a él y dijo, irritado:

-Me agrada esta habitación tal como está ahora. ¿Cuánto te costó?


-Maldición, Hyukjae.

Hyukjae se encogió de hombros.

-Es obvio, querido muchacho. Él comparte tu habitación a todas horas del día, pero cuando no estáis ocultos detrás de esa puerta, actuáis como si fuerais extraños. ¿Qué se ha hecho de tu poder para someter a los jovenes? ¿Es él inmune?

-No es asunto tuyo.

-Lo sé.

De todos modos, Siwon le respondió.

-No es inmune, pero tampoco es como los demas. Tiene ciertas ideas estrafalarias... la cuestión es que deseo que venga a mí por su voluntad y no sólo cuando sus sentidos están obnubilados por el deseo y no tiene alternativa.

-¿Quieres decir que él... no va hacia ti, es eso?

Siwon respondió frunciendo el ceño. Hyukjae rió.

-No me digas que no has aclarado ese pequeño malentendido acerca del prostituto. ¿Nunca intentaste explicárselo?

-Lo hice. Pero no lo haré dos veces.

Hyukjae suspiró ante tanta terquedad, si bien la suya era similar.

-El orgullo es propio de los tontos, muchacho. Hace casi un mes que estás casado. Si hubiera sabido el desastre que harías, hubiera perseguido al joven señor.

-Sobre mi cadáver -dijo Siwon, fastidiado.

-Que susceptible estás. –Hyukjae sonrió. -Pero no importa. Pero lo que has hecho después es deplorable. Un poco de idilio no estaría de más. ¿Acaso no quedó fascinado contigo a la luz de la luna?

Siwon debió hacer un esfuerzo para no golpear a su hermano.

-Lo último que necesito de ti, Hyukjae, son consejos. En lo que concierne a mi esposo, tengo mi propia estrategia y, aunque parezca que no da resultado, lo da.

-Es la estrategia más extraña que he visto; enemigos de día, amantes de noche. Yo no tendría tanta paciencia. Si no se rinden ante el primer intento...

-¿No valen la pena?

-Algunos valen la pena. Pero para qué tomarse el trabajo, habiendo tantos disponibles.

-Pero yo tengo a Heechul.

Hyukjae rió.

-De acuerdo. ¿Vale él la pena?

Siwon sonrió lentamente y Hyukjae calló. Sí, imaginaba que el pequeño escocés valía un poco de paciencia. Pero en cuanto a la estrategia de Siwon, tenía la impresión de que cavaba su propia fosa.

Heejin apareció en la puerta.

-Disculpe, señor, pero Lord Heechul desea hablar con usted.

-¿Dónde está? -preguntó Siwon.

-En su habitación, señor. No se siente muy bien.

Siwon hizo una seña a Heejin para que se marchara y luego dijo.

-Mierda.

Hyukjae meneó la cabeza, fastidiado.

-¿Lo ves? Tu esposo está enfermo y, en lugar de estar preocupado...

-Demonios, Hyukjae; no sabes qué mierda está ocurriendo, de modo que no te entrometas. Si está enfermo, es porque lo ha estado deseando. Lo noté la otra mañana cuando... –Siwon se interrumpió al ver que Hyukjae arqueaba una ceja. -Maldición. Me dirá que seré padre.

-Ah... pero es magnífico -dijo Hyukjae, encantado. Al ver que el gesto de Siwon se tornaba más sombrío, dijo con vacilación: -¿No lo es?

-No, no lo es.

-Por Dios, Siwon, los hijos son parte del matrimonio...

-Lo sé, idiota. Deseo ese hijo. Pero no las condiciones que trae aparejado.

Hyukjae comprendió mal y se echó a reír.

-Es el precio de la paternidad, ¿no lo sabías? Dios, sólo deberás alejarte de su cama durante unos pocos meses. Puedes encontrar consuelo en otra parte.

Siwon se puso de pie y, con voz serena pero helada, dijo:

-Si deseara hallar consuelo en otra parte y si sólo fuera durante unos pocos meses, estarías en lo cierto, hermano. Pero en cuanto mi esposo me anuncie su embarazo, comenzará mi celibato.

Hyukjae, sorprendido, dijo:

-¿De quién fue esa idea ridícula?

-Ciertamente, no fue mía.

-¿Quieres decir que sólo se acostó contigo para tener un hijo?

-Así es.

Hyukjae resopló.

-Odio decirte esto, querido muchacho, pero tengo la impresión de que tu esposo necesita una buena zurra.

-No; necesita reconocer que está equivocado y lo hará. Pero me sulfura no saber cuándo.



Heejin insistió en que debía beber té liviano y tostadas. No era un desayuno muy apetitoso, pero sin duda era mejor que el chocolate caliente y los pasteles que había provocado los vómitos de Heechul. Había sospechado la semana anterior, al sentir un intenso malestar por la mañana, que se disipó al mediodía. Y, a medida que pasaban los días, su estado empeoraba. Esa mañana no había podido alejarse del cuarto de baño durante una hora.

Temía qué podría ocurrir al día siguiente, y al día siguiente, por la mañana, se casaba Geunsuk. No estaba seguro de poder asistir a la boda y eso contribuía a deprimirlo más aún, cuando en realidad debería estar felíz.

A pesar de que ya había comido una tostada, su estómago seguía revuelto. Tan mal se sentía que le costaba recordar que su mayor deseo era tener un bebé. ¿Por qué no podía ser uno de esos afortunados que nunca habían estado descompuestos por las mañanas? Y había comenzado tan pronto. Sólo habían transcurrido dos semanas desde que concertara ese infamante convenio con Siwon. Y una semana más tarde había sospechado que estaba embarazado, lo que demostraba que no hubiera sido necesario establecer ese acuerdo, pues lo más probable era que hubiera concebido a su hijo la primera vez que hicieron el amor.

Heechul puso la taza sobre la mesa que estaba junto al diván en que estaba recostado. Fue un movimiento excesivo. Lo había descubierto con horror la mañana en que Siwon le hizo el amor y su estómago se descompuso. En ese momento había apelado a todas sus fuerzas para no tener que avergonzarse confesándolo de inmediato. Y, egoístamente, se había acostado con él en dos ocasiones posteriores, sin decirle la verdad. Pero ya no podía postergarlo más.

Esa mañana, apenas Heechul salió de la habitación de Siwon, éste despertó y lo llamó. Las náuseas aumentaban, de modo que ya no podría hacer el amor por las mañanas. Debía decírselo antes de que él lo descubriera y se diera cuenta de que estaba ignorando el convenio.

Demonios, cómo odiaba ese maldito convenio. Siwon había sido tan maravillosamente cariñoso durante las dos últimas semanas, al menos en su dormitorio. Le hacía el amor con tanta frecuencia que Heechul sabía muy bien que no podía hacerlo con otro joven, que era todo suyo. Cada noche parecía su noche de bodas; Siwon era apasionado y tierno como nunca.

Pero fuera del dormitorio era un hombre diferente; se comportaba con indiferencia o era frío y sarcástico, pero nunca agradable. Y Heechul sabía que la culpa era del convenio; de esa manera él le hacía saber que estaba disgustado por las condiciones que le había impuesto.

Y ahora todo había concluido. Pero él no deseaba que fuera así. Demonios, se había convertido en adicto a Siwon peor, por propia decisión, lo perdería. Había dicho que sería durante un tiempo. Dos breves semanas.

-¿Deseabas verme?

No había llamado a la puerta sino que había entrado directamente. No había estado en esa habitación desde la noche en que él había fingido estar indispuesto. Ahora no fingía.

Siwon miró de forma rápida los nuevos muebles antes de fijar sus ojos sobre Heechul. Los nervios revolvieron el estómago de Heechul.

-Voy a tener un bebé -dijo precipitadamente.

Siwon permaneció de pie frente a él, las manos en los bolsillos. Su expresión no cambió. Eso fue lo peor. Al menos pudo haber demostrado alguna alegría ante la noticia. O desagrado.

En ese momento, Heechul hubiera preferido el desagrado. Hubiera preferido que se enfureciese, como la noche en que estableció sus condiciones.

-Me alegra mucho por ti -dijo él suavemente-. De modo que han concluido tus viajes a mi dormitorio.

-Sí, a menos que...

-¿A menor que qué? -dijo él, interrumpiéndolo adrede-. No es mi intención quebrantar tus reglas, cariño.

Heechul se mordió los labios para no maldecir esas reglas en su presencia. De todos modos, no sabía qué había comenzado a decir cuando él lo interrumpió. Pero era obvio que Siwon no deseaba oírlo. Y había estado esperando, rogando, que él insistiera en olvidar el convenio y que le exigiera que se instalase definitivamente en su dormitorio. Pero no lo haría. ¿Es que ya no le importaba?

Heechul desvió la mirada hacia la ventana y con voz inexpresiva dijo:

-Necesitaré una habitación para el bebé.

-Hyukjae se marchará dentro de pocos días. Puedes redecorar la habitación.

Heechul le había dado una oportunidad. Él pudo haber sugerido que fuera esa habitación. Era más conveniente pues estaba frente a la de él.

Heechul continuó mirando por la ventana.

-También es tu hijo, Siwon. ¿No tienes ninguna preferencia respecto a los colores... o alguna otra cosa?

-Decide de acuerdo con tus gustos, querido. A propósito, esta noche no cenaré en casa. Celebraremos la última noche lúcida de Hanheng en el club.

A Heechul le dolió la forma abrupta en que cambió de tema. Evidenciaba no tener interés alguno en el bebé, ni en él. Siwon se volvió para salir de la habitación sin añadir nada más.

Cuando salió de la habitación, Siwon golpeó el muro con el puño. En el interior de la habitación, las lágrimas rodaban por las mejillas de Heechul. Se sobresaltó al oír el ruido, pero no le dio importancia.

Nunca se había sentido tan desdichado y él mismo era el culpable. Ni siquiera recordaba por qué había hecho ese estúpido convenio. Ah, sí. Había temido que le frecuencia de las relaciones íntimas con Siwon le llevaran a enamorare de él. Bien, ya era demasiado tarde. Heejin había estado en lo cierto.



-¿Era la noticia que esperabas?

Siwon se volvió y vio a Hyukjae de pie junto a su habitación.

-Lo era.

-Infiero que la estrategia no está dando resultado, ¿no?

-Maldición, Hyukjae. Espero que te marches cuanto antes.


1 comentario:

  1. Dios, no puedo creer que esten sufriendo por no dejar aun lado el orgullo.
    Tarde o temprano uno de los dos tendra que dar su brazo a torser.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...