El Poder del Fuego- Capítulo 17



Era más que una pequeña intimidación el ser el foco de tanta determinación.

—Sungmin no hubiera huido de un hombre que le hubiera golpeado. Hubiera o arrojado su culo en la cárcel o devuelto el golpe.

—No bromees. —Kyuhyun frotó su brazo donde la herida de la puñalada que Sungmin le había dado estaba casi curada.

Leeteuk se preguntaba si Hyungsik había tenido oportunidad de curarlo a él también. Parecía demasiado pronto para que la marca hubiera desaparecido dejando piel nueva en su lugar.

—¿Piensas que está en peligro? —Le preguntó Leeteuk a Kangin.
Rogaba que no. No quería a ninguno de sus amigos heridos. Con la pobre señorita Sora ya era demasiado.


Kangin bajó la mochila que estaba portando y lo atrajo contra él en un gentil abrazo. No luchó para librarse, aunque sabía que debía hacerlo. Depender de él para que le consolara los acercaba un paso más. Le acercaba un paso más a enamorarse de él.

—Necesito encontrarlo, Leeteuk. Lo necesito.

La cabeza de Kangin se alzó demasiado rápido para que Leeteuk no lo notara.

El Poder del Fuego- Capítulo 16



Leeteuk estaba demasiado cansado para asustarse. No tenía la energía para ello. Especialmente no después de un sexo como ese. Había sido como un cataclismo para él, dando vuelta su mundo y resquebrajando sus bases hasta que ya no sentía como si estuviera sobre suelo sólido.

Había sentido cosas a través de Kangin. Visto a través de sus percepciones. Finalmente había visto lo que Kangin vio cuando lo vio, lisa y suave piel, largas y bien delineadas piernas. Había sido bizarro haberse visto a él mismo, pero no sentir en la forma en que se suponía que se sentía acerca de su cuerpo. Lo había excitado y eso era verdaderamente perturbador. Al menos lo era ahora. En ese momento, lo había amado, revelado en la manera en que podía hacer a Kangin sudar con la necesidad de embestir dentro de él. ¿Cómo podía no amarlo sólo un poco cuando podía ver cuán noble y cuidadoso hombre era? ¿Lo que había sacrificado para proteger la humanidad? ¿Que ni una vez había pensado acerca de lo que debería recibir en retribución por sus esfuerzos?

No, lo que lo asustaba era el hecho de que si lo dejaba llegar demasiado cerca, cuando él muriera, esa cercanía sólo lo haría sufrir, y ya sufría demasiado. No quería eso para él. No quería que lo amara y tuviera que verlo morir de la manera que lo había hecho con Boom, en la manera en que lo había hecho con los incontables rostros que había visto en su mente. No era justo que le hiciera eso sin importar cuánto la idea de ser amado por un hombre como Kangin lo entusiasmara. No se dejaría ser tan egoísta sin importar cuán tentador fuera.

El Poder del Fuego- Capítulo 15



Leeteuk despertó horas más tarde con la sensación de que algo iba mal. Abrió los ojos, pero se quedó quieto, escuchando. Le tomó un minuto recordar su entorno. Le tomó al menos el doble de tiempo recordar por qué estaba allí y los acontecimientos que le condujeron a ese punto.

Todo le llegó de vuelta rápidamente, y tuvo que ahogar un gemido. Tanto dolor, sangre y muerte. No sabía cómo Kangin podía soportar vivir una vida como ésa.

El parpadeo de inquietud que lo había despertado aumentó e intentó averiguar qué era. Algo iba mal y necesitaba arreglarlo.

La habitación estaba en penumbra por las cortinas oscuras. Aún tenía el pelo húmedo de la ducha rápida que había tomado. No había tenido la energía para vestirse después de usar sus últimas fuerzas para ducharse, así que había cerrado la puerta del dormitorio, se metió en la cama desnudo, y se desmayó.

No podía oír ningún ruido, pero todavía sentía la misma inquietud picándole en la mente. Se puso la gran bata de franela que había encontrado colgando en el baño y silenciosamente abrió la puerta.

Al otro lado del pasillo, la puerta de la habitación de Kangin estaba abierta. Le vio arrodillado en el suelo. Su pecho y sus pies estaban desnudos y podía ver que el árbol que cubría el lado izquierdo de su cuerpo había cambiado de algún modo. Incluso más hojas nuevas y brillantes habían surgido de las ramas y estaba seguro de que podía verlas meciéndose con algún viento invisible.

Último Deseo- Capítulo 16


Hyukjae percibió el pánico de Donghae y supo que lo que les esperaba no era bueno. Una frustración impotente hervía bajo la piel. No podía empujarlo detrás y enfrentar la primera amenaza. No había espacio. Estaría solo durante algunos segundos más.

El humo salía del escudo en forma de radiante tubo, bloqueándole la vista. Le llenaba los pulmones, haciéndole toser con el hedor acre. El siguiente aliento fue de aire limpio y fresco, pero el humo aún estaba allí.

La magia de Donghae. Debía de haberle oído toser y le dio lo que necesitaba.

Hyukjae se puso de pie después limpió el escudo y levantó la espada. Los gritos de los demonios llenaron la cueva. Podía ver a través de las columnas de humo que varios demonios estaban en llamas, pero no pudo ver a Donghae. No podía decir si estaba en peligro.

El monstruo dentro de él echó hacia atrás la cabeza, aullando de rabia. Hyukjae se abalanzó sobre él, diciéndole que cerrara la maldita boca.

A pesar de todo podía sentir a Donghae, como la luz del sol brillando contra el costado, así que se movió en esa dirección, dando pasos cuidadosos para no caerse y golpearse la cabeza contra otra pared.

Incluso el recuerdo de la visión de su sangre era suficiente para hacer que el control fuera una fina franja.

Una forma oscura saltó hacia él, y se dio la vuelta para atacar, cortando una de las patas delanteras del demonio. La cosa le siseó, y no fue hasta que estuvo a sólo unos metros de distancia que fue capaz de ver su cara. Era humano. Eso era preocupante. El cuerpo del demonio era de extremidades largas y animales, pero la cara fácilmente podría haber pertenecido a un adolescente.

Ride With Me- Capítulo 4



Kangin regresó un poco antes de las doce. Entró en la cocina sonriente.

Leeteuk preguntó:

—¿Qué ha sucedido?

—Lee Onew dijo que sentía de verdad lo de mamá.

—¿Y?

—También dijo que como soy su familiar más cercano, tengo un trabajo fijo y estoy dispuesto a hacerme cargo de él, todo debería ir bien.

—¿Eso fue todo?

—No. Nos hará una visita. Es su modo de proceder habitual. Vienen, echan un vistazo, hablan con nosotros y comprueban que todo es como debería ser. Después Onew hace su recomendación.

—¿Qué Min se puede quedar contigo?

—Sí, así parece.

El Poder del Fuego- Capítulo 14



La espada de Kangin no sirvió de nada contra la Kajmela, así que la dejó caer y cogió un palo grueso del suelo. Los gritos de Boom se elevaron una octava hasta ser estridentes y escalofriantes. No iba a durar mucho tiempo más.

Boom le había dado la vuelta a su espada, sosteniéndola por la hoja y usando la empuñadura en un esfuerzo por alejar a la cosa de él. La empuñadura era de poca utilidad contra la cosa que le estaba comiendo entero.

Necesitaban fuego. Era lo único que podía matar a una Kajmela, y Leeteuk era el único que podía hacerlo.

Sentía a Leeteuk tirando de su poder, pero aún no había fuego. Ni siquiera una chispa. Kangin golpeó a la Kajmela con el palo, y una gran mancha de lodo se desprendió de la masa, chocando contra la pared del fondo. La golpeó una y otra vez, arrancando trozos de la Kajmela, pero siempre había más para llenar los agujeros.

Necesitaban fuego, maldita sea. ¿Por qué no estaba Leeteuk usando su poder para darles fuego?

Porque no tenía idea de qué se suponía que debía hacer. De pronto recordó que nunca había sido entrenado. Sólo esperaba que hubiera suficiente tiempo para enseñarle ahora. Boom estaba cubierto hasta el pecho, ya no podía tomar aliento para gritar. El ácido Sasaeng disolvía la carne donde le tocaba, haciendolo sangrar profusamente en cada parte que la Kajmela y la piel se tocaban.

El Poder del Fuego- Capítulo 13



Cuando Kangin dijo “nido” Leeteuk se había imaginado una enorme pila de palos y hojas asentadas en algún lugar sobre el suelo. Igual que un nido de un hámster gigante o algo así.
No se había imaginado las negras fauces abiertas de una olvidada mina situada en medio de ninguna parte.

La comida que había remplazado a la barra que había comido durante el viaje estaba considerando la oportunidad de escapar para no tener que quedarse en su estomago

—No tienes claustrofobia, ¿verdad? —Preguntó Kangin.

—Ahora sí —dijo, incapaz de imaginarse yendo más abajo en ese negro agujero.

Boom apagó el motor de la furgoneta, dejando las llaves en el contacto. Para una partida rápida, sin duda. Eso hizo poco por aliviar la creciente ansiedad de Leeteuk. Boom lo miró con algo que bordeaba el disgusto.

—Si va a ser una carga, puede malditamente bien quedarse en la furgoneta.

Ser una carga sonaba malditamente bien ahora mismo, incluso si eso fuera la salida de los cobardes.

El Poder del Fuego- Capítulo 12



—¿Estás seguro de que quieres ir con Boom? —Le preguntó.

—Sí. Nos necesita.

—De acuerdo entonces. Iremos, pero vas a tener que confiar en mí. Si hubiéramos sabido que eras un Suju, habrías estado aprendiendo sobre tus habilidades y lo que podías hacer con ellas desde el momento en que aprendiste a hablar. No tienes ningún entrenamiento y todo el tiempo que tenemos es el que le lleve a Booom rastrear el nido de los Sasaengs.

—¿De qué estás hablando? ¿Qué poder?

Infiernos, le iba a llevar una eternidad explicárselo. ¿Cómo podía llevarlo de que ni siquiera supiese que la magia era real a ser capaz de manejar todo eso en una sola tarde? No parecía posible.

Le tomó la mano.

—Ven conmigo. Va a ser más fácil, más rápido, mostrártelo que decírtelo.

Kangin lo condujo al exterior, bien alejados de los vehículos y la casa.

El Poder del Fuego- Capítulo 11



—Sé que estás herido —dijo ella en un tono suave, bajo—. Deja que te haga sentir bien.

Encontró la fuerza para preguntar.

—¿Por qué?

—Porque puedo. Porque quiero hacerlo.

Yoojin colocó sus manos alrededor de su cuello y apretó su cuerpo contra el suyo. Podía sentir los latidos de su corazón contra sus costillas, ver el rubor de excitación arrastrándose hacia arriba por sus mejillas.

—Sé exactamente como hacerte sentir bien.

Algo en eso le molestó. Cerró los ojos, bloqueando su seductora visión de modo que pudiera concentrarse en lo que estaba mal.

—¿Cómo lo sabes? Eres demasiado joven.

Ella se rió.

Último Deseo- Capítulo 15



Donghae había esperado algo que lo distrajera de echar de menos a Eunhae, pero enfrentarse a una cueva no era exactamente su primera opción.

Hyukjae condujo el SUV por un camino lleno de baches, apenas visible, y lo aparcó. Incluso desde dentro del coche, este lugar le resultaba familiar. Los árboles tenían hojas cuando estuvo aquí la última vez, no sólo los primeros brotes de la primavera. No había habido tanto viento y el tiempo había sido mucho, mucho más cálido.

—He estado aquí antes —dijo Donghae—. Fue la segunda cueva donde me retuvieron.

—¿Estás seguro?

Las cosas que había visto no se olvidaban fácilmente. Incluso desde unos metros de distancia, podía ver el profundo agujero en la tierra, oculto sólo parcialmente por la maleza. La pendiente de tierra lo ocultaba a cualquiera a más de quince metros de distancia, convirtiéndolo en un lugar excelente para ocultarse.

El Poder del Fuego- Capítulo 10


Leeteuk contuvo un resoplido de incredulidad por pura fuerza de voluntad.

—¿Especial cómo?

—¿Esa sensación que tienes cuando nos tocamos? Creo que significa que tienes… poderes.

Esta vez el resoplido se abrió paso.

—En verdad. ¿No crees que lo sabría si fuera cierto?

—Tal vez. Tal vez no. Si estoy equivocado, continúas con tu alegre camino con mi promesa de vigilar y proteger a la señorita Sora y a toda la gente que te importa.

Después de que hubiera visto lo que Kangin hacía con una espada, era más que simplemente tentadora la oferta. Aun así, tenía que preguntar.

—¿Y si estás en lo correcto?

—Prometerás quedarte conmigo.

Ese lado posesivo de Kangin era un poco atemorizante y muy abrumador. Nunca había tenido a un hombre actuando así sobre él y no estaba seguro de cómo manejarlo. Sus días estaba contados ahora que había conocido a Kangin, de todos modos. Su visión vendría a pasar pronto. Esta era su oportunidad de ver que todo el mundo que quería era protegido.
Tal vez su única oportunidad. Les debía no dejarla pasar.

—¿Cuánto? —Preguntó—. ¿Cuánto tiempo tengo que quedarme contigo?

Un destello de triunfo iluminó los ojos de Kangin, pero lo escondió rápidamente.

—Hasta que encontremos la espada de Kang.

—Podríamos no encontrarla nunca —sostuvo Boom— No puedes atarlo a ti durante tanto tiempo.

El Poder del Fuego- Capítulo 9

Leeteuk Parecía que se acababa de dar cuenta que estaba allí de pie desnudo, presionándose contra él desde las rodillas al pecho, e intentó apartarse y cubrirse. Kangin no estaba dispuesto a dejar que eso sucediera. Todavía no. Mantuvo una mano en su curvado trasero y la otra entre sus omóplatos. No iba a ir a ninguna parte hasta que lo dejara.

—No voy a dejar que te vuelvas tímido ahora —le dijo—. Tan pronto como haya terminado este trabajo, tú y yo vamos a regresar aquí mismo y terminar lo que hemos empezado. Quiero que recuerdes donde lo dejamos. Tú desnudo. Yo casi. Graba a fuego esta imagen en tu cabeza porque es justo como te quiero cuando volvamos.

Un profundo rubor se deslizó a su cuello y rostro.

—Esto no está pasando.

Kangin le dio un pequeño apretón en el trasero.

—Se siente como si me estuviera pasando.

—Te aseguro que es un error. Un temporal lapso de falta de juicio de mi parte. No volverá a suceder.

—Te gustó.

—Sí, bueno, eso fue parte del lapso.

—Te gustará de nuevo —le prometió.

Leeteuk cerró los ojos y dejó caer la cabeza sobre su pecho.

—Sólo si soy lo suficientemente estúpido como para desnudarme mientras estás alrededor. Creo que es la hora de que tomemos caminos separados. Permanentemente esta vez.

—No quieres decir eso. —No podía decir eso. Kangin no podía soportar la idea de ser el único que quedara ahí excluido colgando en lujurilandia. Lo necesitaba justo allí, con él, deseándole tanto como él lo deseaba.

El Poder del Fuego- Capítulo 8

-Hora de levantarse, dormilon.

Leeteuk escuchó la voz de Kangin en su cabeza tanto como la oía en sus oídos. Era una extraña sensación, un tipo de resonante eco que vibraba en su cerebro. Podía sentir su toque dentro de él al mismo tiempo que por fuera, gentiles dedos acariciando su rostro y brazos, gentiles pensamientos acariciando su mente.

—Vamos. Tenemos que asearte. Sacarte de esas ropas.

Sintió un tirón en su cinturón y el botón siendo abierto. Le estaba quitando sus pantalones.
Eso hizo que su mente se avivara. Se despertó, con sus brazos cayendo para alejar las manos de él. Forzó a sus pesados párpados a abrirse y se encontró en el baño, sentado en su regazo. Sus duros muslos eran cálidos debajo de su trasero y un ancho brazo estaba alrededor envolviéndolo, evitando que se deslizara hasta el suelo.

El baño era grande, viejo y un poco derruido, pero limpio. Leeteuk miró fijamente el agua con anhelo. Estaba seguro en el agua, y al tiempo que los recuerdos de la noche lo inundaban de nuevo, lo que realmente quería era sentirse a salvo. Saber que la señorita Sora y Sungmin estaban a salvo. Que Kangin estaba a salvo, no horriblemente ardiendo y muriendo.

Pero si él se estaba muriendo, ¿quién lo sostenía en su regazo? Confundido, Leeteuk alzó la mirada hacia Kangin. Él estaba entero, ni una quemadura o una cicatriz a la vista. Incluso su cabello había vuelto a crecer.

¿Estaba soñando? ¿O el ataque había sido un sueño? Su cabeza aún estaba obnubilada por el sueño y parecía que no podía encontrarle sentido a lo que estaba ocurriendo.

—Shhhh —él deslizó una mano por su cabello como si quisiera calmarlo— No trates de solucionar las cosas aún. Realmente saliste de ello, gracias a Hyungsik. Date una oportunidad de despertarte, primero.

—Te quemaron.

El Poder del Fuego- Capítulo 7

—Esto es todo —dijo Boom con la voz tensa de preocupación—. Me estoy acercando.

La camioneta frenó, pero no lo suficiente para hacer una diferencia.

Hyungsik se apartó del cuello de Leeteuk, y un segundo después la herida se cerró como si nunca hubiera estado ahí. No quedó siquiera un punto rosa. Tendió su cuerpo inerte con suavidad en el suelo de la camioneta, y le apartó delicadamente el pelo de la cara. El toque era dulce y tierno, e hizo que el estómago de Kangin se sacudiera desagradablemente.

Hyungsik se giró hacia Kangin, y éste pudo ver algo diferente en él. Ya no estaba tan pálido o demacrado como antes, y tenía una expresión de victoria. Conquista.

Boom ahora estaba con ellos en la parte trasera de la camioneta, pero era demasiado tarde. No había nada que pudiera hacer para ayudar a Leeteuk. El daño ya estaba hecho.
Kangin trató de advertir a Boom que Hyungsik les había traicionado, pero no podía hablar.


—¿Qué le pasa a él? —Preguntó Boom.

—Se desmayó. Todo está bien. Simplemente conduce.

—¿Cómo está Kangin?

—Despierto. Sufriendo. Déjame atenderle. Tu trabajo es llevarnos al Elf antes de que sea demasiado tarde.

Boom titubeó como si presintiera que algo iba mal. Apretó el dedo romo contra la muñeca de Leeteuk, comprobando el pulso.

—¿Sabías que estaba sangrando? —Levantó la mano de Leeteuk.

Había varios cortes profundos cruzándole la palma y cristal aún incrustado en uno de ellos.

—Me ocuparé de él. Vete —la voz de Hyungsik era tranquila y pareja.

Kangin intentó hablar. Los ojos estaban abiertos pidiéndole silenciosamente a Boom que entendiera que algo iba mal. Salieron esos malditos ruidos asfixiados, pero nada más. Nada coherente.

Boom le puso la mano sobre el estómago y le echó a Kangin una mirada afligida.

Último Deseo- Capítulo 14



Hyukjae sentía las furiosas emociones de Donghae pulsando a través de la Luceria. Estaba emocionado y temeroso, lleno de esperanza y negación. No era ningún tonto. Sabía que las probabilidades de sobrevivir de Eunhae eran pocas, no sólo porque tantos niños como él habían muerto a las pocas horas de su nacimiento, sino también porque si se presentaba el más mínimo signo de tendencia Saesang, estaría enjaulado o muerto.

Sus dedos le temblaban entre los suyos, y eso trajo el instinto de protección que había creído muerto hace mucho tiempo. Una cosa era saber que su trabajo consistía en mantener seguro a alguien, pero otra muy distinta era querer hacerlo. Ese deseo se había ido hace tanto tiempo, que era difícil de mantener bajo control.

No tenía ni idea de lo que le estaba pasando, ya sea que sus propias emociones se estuvieran restaurando, o si simplemente estaba tomando prestadas las de Donghae, pero cual fuera el caso, le resultaba difícil recordar su deber más allá de lo que a Donghae le importaba.

El Poder del Fuego- Capítulo 6



La ventana frontal de Leeteuk estalló dentro del salón. Una astilla de vidrio cortó su mejilla, pero apenas se dio cuenta. Su atención estaba fija en el monstruo parado en el medio del salón. Era vagamente parecido a un lobo, pero dos veces más grande. Su hocico era totalmente erróneo, sin embargo. Tenía la mandíbula ancha de un tiburón, y llena de afilados dientes de sierra.

En donde sus ojos debían estar había vacíos agujeros negros rodeados de carne chamuscada, como si hubiesen sido arrancados fuera de la cabeza con un hierro caliente. Piel color teja cubría su cuerpo, y se sacudía los trozos de cristal roto como un perro se sacudiría las gotas de lluvia.

La sangre corría por la mejilla de Leeteuk, la cosa giró en torno a su cabeza y lo miró fijamente con esos vacíos agujeros negros. Incluso sin ojos, estaba seguro de que lo veía.

Leeteuk gritó.

Estaba todavía de pie en la sala y vio correr a Boom desde la cocina con una reluciente espada en las manos. Su cuerpo le impidió ver al monstruo y le dio la oportunidad de recuperar la compostura.

El Poder del Fuego- Capítulo 5



Leeteuk miró fijamente hacia la pared de relajante azul de enfrente, tratando de deshacerse de la desagradable desorientación que giraba en su cabeza. Lo que sea que Hyungsik le había hecho, él no quería que lo hiciera nunca más.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Hyungsik, mirando a Leeteuk con aquellos lindos ojos que casi parecían brillar.

Leeteuk cerró los ojos, tratando de bloquear la luz con la esperanza de que la cabeza dejara de darla vueltas.

—Como si acabara de dar demasiadas vueltas en la montaña rusa.

—Eso pasará en un momento. ¿Y tú Kangin?

—Estoy bien —dijo, pero sonaba como una mentira, haciéndole pensar que Kangin probablemente se sentía tan mal como él—. ¿Averiguaste qué está sucediendo?

—Tal vez.

Ride With Me- Capítulo 3



Aunque a nadie le apetecía probar bocado, Leeteuk preparó algo para cenar. Mientras cocinaba, amigos y familiares no cesaron de llamar para dar sus condolencias y ofrecer su ayuda. Se encargó de casi todas esas llamadas, tranquilizando a la gente, contándoles brevemente cómo había muerto Seyoung y prometiéndoles llamar si podían ayudar de algún modo.

Después de fregar los platos se sentaron todos en el salón. Los dos hermanos en el sofá y Leeteuk en una silla. Estuvieron hablando de Seyoung, de lo buena que había sido con todo el mundo, de su alegría. Min y Leeteuk no pudieron evitar llorar de vez en cuando ante la pérdida de alguien que sólo un día antes estaba a su lado y ahora se había ido para siempre.

—No me puedo creer todavía que se haya ido —dijo Min.

—Yo tampoco —añadió Leeteuk—. Tengo la sensación de que va a aparecer por esa puerta de un momento a otro.

Último Deseo- Capítulo 13



Donghae examinó las fotos que Zhoumi le dio, buscando algo que le resultara familiar. Muchas de las entradas de las cuevas estaban protegidas por la maleza, pero sólo una de ellas era un profundo agujero que penetraba directamente en el suelo.

En cuanto la vio, recordó… recordó mirar fijamente por el borde, sabiendo que una vez que bajara por allí, nunca sería capaz de arrastrarse hacia arriba de nuevo. La bajada era demasiado empinada y tenía los brazos demasiado débiles por el hambre y la pérdida de sangre.

—Ésta —dijo, dándole la foto a Hyukjae—. Ésta parece la correcta.

Él asintió con la cabeza, su expresión severa.

—Necesitaremos un equipo de rapel. Y tú necesitarás ropa de abrigo. Se acerca un frente frío.

—¿Cuándo nos vamos?

El Poder del Fuego- Capítulo 4



Leeteuk no podía respirar. No porque el cuerpo de Kangin estuviera tan pegado al suyo que no pudiera coger aliento, sino porque estaba tan apretado contra el suyo que podía sentir como el calor de él le llegaba a través de la ropa, junto a algo más. Algo delicioso y poderoso. Esas extrañas fibras serpenteantes de energía fluyendo hacia él, haciendo que la cabeza la diera vueltas y que los ojos se la cerraran a la deriva.

Aquello se sentía bien y lo asustaba endemoniadamente.

"Confía en mí".

Sí, claro. No era un genio, pero sabía que no debía rendirse ante esto. El único problema era que a pesar de que su mente estuviera embarcada en esta cosa de no confiar en él, su cuerpo no lo estaba. Independientemente de lo que él le estuviera haciendo, estaba provocando un cortocircuito en su sistema, haciendo que se derritiera por dentro. Estando tan cerca de él era como deslizarse dentro de un baño caliente en una noche fría. Esto le provocaba escalofríos y Leeteuk sólo quería hundirse en él hasta dar prioridad a su mente. Mucha prioridad.

El Poder del Fuego- Capítulo 3



Las sirenas ululaban en la distancia y cuando estuvieran allí, Kangin y sus compañeros tenían que haberse marchado hace tiempo. Tratar con las autoridades no era algo para lo que tuvieran tiempo esta noche. La espada de Kang estaba ahí fuera, capaz de hacer serio daño si los humanos se topaban con ella, capaz de hacer un daño mucho más infernal en manos de uno de los Sasaengs.

—¿Dónde está Kyuhyun? —Preguntó Boom, escaneando el pequeño aparcamiento atestado.

Los neumáticos rechinaron sobre el asfalto y Kangin vió a Kyuhyun corriendo tras un viejo Honda con Sungmin tras el volante. Kyuhyun era rápido, pero no tan rápido, y no tenía ninguna posibilidad de alcanzarlo, le tomó unos diez segundos darse cuenta de que no iba a alcanzarlo y cambió de dirección en un rápido giro hacia el SUV.

—Tenemos que alcanzarlo —dijo, respirando con dificultad.

—Deje en paz a ese pobre chico —ordenó la Señorita Sora—. Ya han hecho bastante para una noche. Prenderle fuego al comedor. ¿En qué estaban pensando?

El Poder del Fuego- Capítulo 2



Leeteuk no se atrevió a moverse. No con el Hombre de la Visión estando tan cerca, casi tocándolo. Sintió su caliente respiración resbalando sobre su cuello, girando alrededor de su oído.

Estaba ronroneando -un bajo y profundo sonido de satisfacción- y el ronroneo resonó en su interior.

Todo lo que podía ver era el lado de su grueso cuello donde se unía a su hombro y una sección de ese collar que llevaba -algún tipo de iridiscente gargantilla de dos centímetros y medio de ancho. Cada color imaginable giraba en el interior de la flexible venda. Sintió la urgencia de tocarla para ver si era tan resbaladizo como parecía, si era tan cálido en su piel.

En vez de eso, abrazó su cartera con más fuerza contra su pecho, todavía sosteniéndole, rogando que se apartara de él antes de que perdiera la cabeza y pasara sus dedos sobre la banda.

Estaba respirando demasiado rápido, haciéndole marearse. Cerró los ojos para bloquear la visión de él de modo que pudiera calmarse, pero en vez de eso la visión destelló en su cabeza, alejándolo todo.

El Poder del Fuego- Capítulo 1



27 Junio, Olathe, Kansas.

El hombre iba a quedarse y observar mientras Leeteuk se calcinaba igual que su café negro.

Leeteuk alzó la mirada de su menú y, cruzando el pequeño comedor, le vio allí sentado, ni a seis metros de distancia. Era el hombre de sus sueños, o mejor dicho, de sus visiones. Técnicamente, sólo era una visión. Se lo repetía una y otra vez. Él estallaba en llamas mientras ese hombre lo observaba. Sonriéndole.

—¿Ves algo que te guste? —Preguntó Sungmin, el único camarero de servicio en el comedor.

Sólo llevaba trabajando en el Gulliver´s Diner un par de meses, pero había algo en él que hacía que Leeteuk confiara en el joven lo bastante como para compartir cosas que ninguna otra persona viva sabía, incluyendo las visiones de Leeteuk sobre su propia muerte.

—El cocinero tiene el día libre, así que todo lo que tenemos es estofado, pollo asado y carne asada. Elige tu porción.

El Poder del Fuego


Introducción



Título: El Poder del Fuego
Autora original: Shannon Butcher
Título original: Ardiendo Viva
Género: AU, FLAFF
Clasificación: Rating {NC17}
Advertencia: palabras "fuertes" depende de quien lo lea...
Comentario de adaptadora: Comienzo a subir una nueva saga, espero que las disfruten...son muchossssss libros, pero muy entretenidos cada uno de ello. Disfruten

Descripción:

Ellos son los Centinelas...

Tres razas descendientes de Guardianes de la Humanidad, cada una posee habilidades únicas en su batalla por proteger la humanidad contra sus eternos enemigos-- Los saesangs
Ahora, un guerrero debe luchar contra su propio deseo si quiere descubrir el poder que yace junto su verdadero y único amor...

Park Leeteuk es acechado por visiones de si mismo rodeado por llamas, mientras un hombre de cabello oscuro lo observa arder. Así que cuando ve el hombre de sus pesadillas mirándolo fijamente desde una mesa alejada intenta huir en vez de terminar en sus brazos.Allí, despertará una fuersa mas poderosa y atractiva de lo que nunca pudo imaginar. Ya que el hombre es el Guerrero Suju Kangin, cuyo dolor es alejado por la presencia de Leeteuk.

Juntos, pueden convertirse en mas que amantes, pueden convertirse en un arma de luz que podrá equilibrar la balanza de la guerra y salvar a la gente de Kangin...


La historia original no es mía, YO SOLO LA ADAPTO, modifico nombres y una que otra situación. Créditos a su autora original y de traducción a quien corresponda.

Amante del Aristócrata- Capítulo Final



    Al día siguiente, después de comer, la mayoría de los miembros de la familia se reunieron en la sala de estar para tomar el té. Los recién casados eran los dos únicos que estaban tan absortos el uno en el otro que apenas se percataron del tenso ambiente que se respiraba en la habitación. En cuanto a los demás, apuntalaban la conversación como mejor sabían, esforzándose lo indecible por no sacar a colación la irremediable situación de Leeteuk y Kangin.

    Era obvio que Kangin y su padre no se hablaban. Todos supusieron que se debía a la intransigencia de Shindong con su hijo. Nadie preguntó cómo había ido su conversación después de que abandonaran el comedor la noche anterior, pero resultaba evidente que no se habían puesto de acuerdo. De hecho, Kangin parecía más enfadado que antes.

     Y en ésas, el mayordomo se llegó hasta la puerta con una visita que no esperó a ser anunciada, que de hecho le apartó de un empujón para entrar. Era una mujer apenas cuarentona y muy atractiva para su edad, lo que apuntaba a que en otro tiempo había sido toda una belleza. Y si bien no era muy alta, y en aquel momento, su expresión y su porte le conferían un aspecto cuando menos formidable.

Amante del Aristócrata- Capítulo 23



La tensa expresión de Shindong se relajó. Incluso parecía un poco avergonzado también él.

    —Empiezo a comprender —dijo con voz ronca—.Lamento que no haya solución en este asunto. Tengo la sensación de que habrías sido un excelente esposo para Kangin, si a él le fuera posible casarse contigo.

    —Gracias. Pero me esforzaré por hacerle feliz... sin matrimonio.

Shindong suspiró.

    —Jamás le habría deseado mi propia situación a mi hijo... pero me alegro de que te tenga a ti.

    Aquél era el mejor cumplido que podía haber recibido de él. No se quedó a azorarles a ambos con nuevas expresiones de sus sentimientos. En realidad se marchó a toda prisa, probablemente porque no quería tropezarse con Kangin. Pero Leeteuk supuso que Kangin ya lo sabía, que debía haber visto a su padre en el vestíbulo, cuando volvieron a llamar a la puerta, a los pocos minutos de la partida de Shindong.

Amante del Aristócrata- Capítulo 22



Kangin decidió que la cena de Navidad era el momento ideal para anunciar sus planes, cuando todos estaban reunidos en la misma habitación. El ambiente era festivo. Había carcajadas a raudales. Pero Kangin no se atrevió, no quiso estropearles el día como mínimo a unos cuantos de los presentes.

    Pero al día siguiente mismo, no titubeó. Fue de nuevo durante la cena. Y esta vez no estaban todos presentes. Key y Onew habían regresado a casa aquella mañana con sus respectivos maridos. Su primo Yesung había ido a pasar el día con un amigo en el condado vecino y todavía no había vuelto. Y tío Heechul estaba en las habitaciones del piso de arriba, cuidando al consentidísimo Siwan, que había caído en cama por un resfriado. Pero ya le iba bien. Unas cuantas personas ausentes no supondrían mucha diferencia.

    El resto de la familia estaba reunida, y de nuevo el humor general era excelente. Los jóvenes charlaban sobre recetas de cocina, hijos y modas. Hyukjae le había lanzado varias indirectas a Yunho, pero su cuñado las había esquivado entre risas, y Hyukjae no estaba enfadado. Kyuhyun y Minho estaban enfrascados en una pacífica discusión sobre el semental de Kyu, que había perdido aquel día en las carreras.

Amante del Aristócrata- Capítulo 21


 

    —¿Me lo prometes?

    —¿Ni siquiera puedo contárselo a mi marido? —trató de engatusarlo Sungmin—. Podría obligarle a jurar...

   —Ni siquiera a él.

    Sungmin suspiró.

    —Sí, lo prometo.

   Sungmin asintió, pero tomó un sorbo de té, preguntándose por dónde empezar. Quizá por sus padres...

    —Mi padre era Park Joonki, cuarto conde de Sungkyunkwan de Kettering.

    —Santo Dios, ¿no era el aristócrata que a principios de este año murió por un disparo de...? —Min enmudeció, sonrojándose intensamente.

    Leeteuk se inclinó para darle unas palmaditas en la mano.

    —No pasa nada, y al parecer es del dominio público. Sí, mi madre le disparó. Aunque no era su intención. Sólo estaba muy furiosa con él porque era jugador. Acababa de perder el resto de su fortuna, ¿sabes? Incluida nuestra casa. Y todo por una estúpida partida de naipes.

    —¿De modo que ése fue el motivo?

    —Sí. Y mi madre sufrió una conmoción tan fuerte por haberle matado, en lugar de limitarse a herirle para castigarle, como pretendía, que retrocedió para alejarse de él, horrorizada, y cayó por la ventana que había a su espalda. Sigo creyendo que yo podía haber evitado su muerte si hubiera corrido a la planta alta en cuanto empezaron los gritos.

    Ahora fue el turno de Sungmin de darle unas palmaditas.

    —Es casi imposible interrumpir una discusión acalorada. Los que intervienen suelen hacer caso omiso de todo lo que les rodea.

    —Lo sé. —Leeteuk suspiró—. Mis padres jamás discutían delante del servicio, y sin embargo había por lo menos siete de ellos frente a la puerta de su dormitorio, que estaba abierta, escuchándolo todo con avidez e impidiéndome entrar, uno incluso me sujetó, advirtiéndome que en ese momento no había que molestarles.
Y entonces sonó el disparo...

    —Es terriblemente trágico. Oh, querido, lo llamaron “La tragedia”, ¿verdad?

Amante del Aristócrata- Capítulo 20



Siwon Y Hyukjae no regresaron a la planta principal hasta mucho rato después. La expresión de ambos aún era sombría, después de lo que habían presenciado en aquella prisión excavada bajo el sótano.

No esperaban encontrar lo que encontraron, cuatro jóvenes tan aterrorizados y torturados que jamás se recuperarían por completo.

    Sorprendentemente, estaban en mucho mejor estado de lo que cabría esperar... aparte de las cicatrices que les habían dejado. Las heridas abiertas habían sido tratadas regularmente antes de que volvieran a abrirse.

Los habían alimentado. Sus celdas no eran cálidas, pero tampoco excesivamente frías, lo que posiblemente había mantenido a raya las infecciones y la proliferación de gérmenes. El hedor con el que convivían y al que se habían acostumbrado, procedía de la sangre derramada que sólo había sido baldeada y se había coagulado bajo las tablas del suelo, y de los cubos de deshechos corporales que se vaciaban ocasionalmente.

Amante del Aristócrata- Capítulo 19



El coche de alquiler se había detenido delante de ellos y el de Kangin se situó a su lado.

    —¿Por qué nos hemos detenido? —preguntó Hyukjae a gritos desde el interior.

    En pocos segundos, Sukin se acercó a la ventanilla del coche para hablar con ellos.

    —Ésa es la casa, ahí enfrente, capitán. Es la casa de la que le hablé, a la que Shangho ha venido un par de veces. No conozco ningún otro lugar al que pudiera haber ido con el chico, pero supongo que no está aquí.

    —¿Por qué no?

    —Porque no hay ni rastro de Seungin por los alrededores. Seungin estaría aquí, si aquí fuera donde Shangho trajo al joven. Además, ese lugar parece tan abandonado como siempre. Yo diría que no hay nadie en varios kilómetros a la redonda.

    Hyukjae se apeó del vehículo para observar la casa y los terrenos circundantes. Kangin y Siwon le siguieron.

Amante del Aristócrata- Capítulo 18



   —¿Por qué diablos te has retrasado tanto? —gruñó Shangho a su casero mientras se incorporaba lentamente, frotándose la nuca.

    —Intrusos, mi lord —respondió Jung mientras recorría el vestíbulo sujetando a Leeteuk con tanta fuerza que el joven tenía una permanente mueca de dolor—. Los vi desde la cocina cuando la estaba registrando en busca del joven. Noté unos movimientos raros al borde del bosque que da a la parte trasera de la casa. Estaban demasiado cerca para mi gusto.

    —¿Intrusos? ¿Tan lejos de la carretera principal? —Shangho frunció el entrecejo con aire pensativo—. ¿No eran simples cazadores?

    —No podían ser cazadores, pues no llevaban armas. Y eran dos. Supuse que debía detenerlos para que usted los interrogara.

Ride With Me- Capítulo 2



Yacía boca arriba, con los ojos cerrados. Parecía descansar tranquila, pero la extrema palidez de su rostro delataba que algo no iba bien. A su lado había una lata de la que se habían salido algunas calabazas.

—¡Dios mío, mamá! —susurró apenas, pero Leeteuk notó toda la desesperación que reflejaba.

Kangin corrió hasta donde estaba Seyoung y se puso de rodillas a su lado.

—¡Mamá! ¡Vamos mamá, vuelve! —empezó a gritar con nerviosismo, tratando de encontrarle el pulso. Después le echó la cabeza hacia atrás, miró si tenía algo en la boca y empezó a hacerle la respiración artificial.

Leeteuk permaneció como anclado al suelo, sintiéndose fuera de su propio cuerpo, sin saber qué hacer, como si en realidad no estuviera allí y el hombre arrodillado a su lado no fuera Kim Kangin y la forma inmóvil que yacía en el suelo no fuera nadie que conociera.

Amante del Aristócrata- Capítulo 17



     La casa grande y húmeda parecía deshabitada. Los pocos muebles que se veían a través de las puertas entornadas estaban cubiertos con sábanas. Las cortinas echadas impedían el paso de la luz y hacían necesario el uso de una lámpara para alumbrar el camino. En todos los rincones había telarañas.

     Pero un anciano les abrió la puerta, de modo que la casa estaba habitada. Sin embargo, tras mirarlo mejor, Leeteuk comprendió que aquel hombre no era viejo, sino deforme y muy, muy feo. Tenía un brazo más largo que el otro o quizá sólo lo pareciera a causa de su cuerpo contrahecho. Y su grotesca cara estaba desfigurada: le habían cortado la nariz y sus carrillos abultados hacían que se asemejara a un cerdo. El cabello cano lo hacía pasar por un viejo, cuando en realidad no lo era.

     Al verlo, la primera idea que cruzó por la mente de Leeteuk fue que Shangho  era el responsable de esas deformidades. Luego prestó atención a lo que decían mientras la arrastraban por un pasillo.

Amante del Aristócrata- Capítulo 16



Aunque Kangin le había asegurado que no debía temer a Shangho ahora que lo vigilaban, Leeteuk estuvo casi una semana sin salir de casa. Envió a su lacayo a casa de la modista para cancelar dos pruebas. Por suerte, esa misma semana había contratado a un lacayo y al resto de los criados.

    Tampoco regresó a la bonita tienda donde había comprado todo lo necesario para los regalos de Navidad de Kangin: una corbata y pañuelos con sus iniciales bordadas y algunas camisas de seda, varias de las cuales ya estaban terminadas.

    Paradójicamente, el día en que se toparon con Shangho no estaba tan asustado como al siguiente, después de pasar la noche con Kangin. Aunque él no había dicho una sola palabra más al respecto después de sus advertencias, Leeteuk había percibido su miedo.

    Quedarse encerrado en casa tenía algunas ventajas.

Último Deseo- Capítulo 12



Kevin miró el aro de Hyukjae. Era blanco como la nieve, con sólo la más mínima indirecta dorada moviéndose dentro. Su vínculo no era completo.

Dejarlo tan bien como nuevo.

No iba a ser fácil llevarlo a cabo. Los rasguños y moretones leves eran bastante fáciles de arreglar. Kevin lo hacía con un mero pensamiento, ahora que tenía el cuerpo abastecido de combustible con el poder de la sangre de Hyukjae.

Cuando ya no quedaba nada para corregir físicamente, lo único que se le ocurría hacer era usar la magia de la paz vinculante con Hyukjae. Era bastante común para los de su raza, forzar una promesa en aquellos que curaban para que nunca pudieran levantar su mano contra ellos en un futuro. La práctica era útil cuando las ocasionales guerras entre las razas estallaban.

O para cuando uno de los Suju perdía su alma.

Amante del Aristócrata- Capítulo 15



Teniendo en cuenta que el plan original de Kangin era hacer unos cuantos recados que no exigían contacto social alguno, se estaba encontrando con muchos conocidos. Primero con Shinyoung y ahora, en la tienda de su sastre, con su primo Yesung.

    Sin embargo, este segundo encuentro no le preocupó, pues Leeteuk estaba en el coche y él pronto dejó a Yesung en la sastrería... o eso creía. Al parecer, Yesung estaba ansioso por ponerlo al tanto de los últimos chismorreos y lo siguió hasta el coche. Y allí vio a Leeteuk, aunque el joven hizo lo posible para ocultarse en un rincón del asiento. Lo que con aquel maldito traje naranja era una empresa imposible, desde luego.

    Yesung era el hijo mayor de Zhoumi, aunque tenía tres años menos que Kangin. Y no iba a dejarse amedrentar por la presencia de Leeteuk. Yesung no preguntó quién era el joven ni qué hacía allí, y Kangin tampoco le proporcionó la información voluntariamente. Pero en ese momento aparecieron dos amigos de Yesung y, el más locuaz de los dos, tras cinco minutos de mirar a Leeteuk con expresión insinuante, tocó un tema que ya empezaba a ser habitual:

Amante del Aristócrata- Capítulo 14



    —Ya sé por qué mi padre convocó una reunión —dijo Kangin en cuanto entró en el salón.

    Leeteuk estaba sentado en un sillón junto a la ventana, leyendo. Se apresuró a dejar el libro en cuestión y alzó la vista para mirar a Kangin. Parecía perplejo.

    Pero su voz sonó tan calma como siempre:

    —No sabía que había una reunión. ¿Debería haberlo sabido?

    —No. Tienes razón. Anoche abandonaste la habitación con los otros jóvenes.

    Leeteuk arrugó la frente.

    —Si no te importa, no me recuerdes aquello.

Último Deseo- Capítulo 11



La postura de Hyukjae gritaba lo enojado que estaba, pero le entregó la carpeta. Donghae la abrió, preparándose para enfrentar al demonio que había acabado y destruido tantas vidas. Sin embargo, el rostro que le recibió no fue el de Sooman. Él definitivamente no era un ser humano, con brillantes ojos verdes y labios delgados que apenas cubrían sus dientes puntiagudos, pero no era lo que había esperado.

Había algo familiar en él. El ángulo de la foto era extraño, apuntaba hacia arriba, de modo que tenía una buena vista del interior de su nariz. La piel de su cuello era texturizada, como si tuviera algún tipo de escamas. Tal vez se trataba de un truco de la luz.

Su mano huesuda estaba levantada como si pudiera bloquear el flash, así que se podían ver las venas bajo la piel pálida, negras y sobresaliendo de sus muñecas. La expresión de su rostro era una de salvaje odio y hambre.

Eso era la clave que necesitaba.

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...