Atrévete a Amar- Capítulo 12



-¿Aceptaría esto? -Se quitó el crucifijo y se lo entregó. -Le compraré las dos jacas y otras más, pero deberá devolvérmelo. Enviaré a alguien con el caballo y el pago adecuado.

Él inspeccionó el crucifijo y luego tuvo el atrevimiento de morderlo antes de asentir con un gesto de la cabeza.

-Servirá.
Heechul se sintió demasiado aliviado cuando se marchó en busca de la jaca.


Las sombras del atardecer se tornaban más profundas a medida que transcurrían los segundos. Lo que debió ser un viaje de treinta minutos se convirtió en una excursión de tres horas, debido a los giros erróneos, las demoras y otras circunstancias agravantes. Pero por lo menos Heechul ya sabía dónde se hallaba y agradeció la oscuridad, pues, en su ansiedad por llegar a la casa, no había tenido en cuenta el recorrido que debía realizar numerosas personas pudieran reconocerlo. La oscuridad le permitió pasar inadvertido.

Demonios, ese día se estaba haciendo interminable, pero aún debía afrontar más problemas. No podría continuar alojándose en la casa de Geunsuk, ni siquiera esa noche. Tampoco podía postergar más su casamiento. El hecho de que Hyunsang lo hubiese hallado lo cambiaba todo. Heechul imaginaba que él lo aguardaría ante la puerta de su casa o que se acercaría oculto en el interior de un coche, listo para arrojarsele encima en cuanto llegase a la casa.

Pero la suerte lo acompañó. Pudo llegar a la casa sin que nada ocurriese. Y consideró que era muy oportuno que Geunsuk no estuviera allí, pues hubiese desaprobado la idea de Heechul y hubiera tratado de detenerlo y Heechul no disponía de tiempo para convencerlo de que sabía qué estaba haciendo.

Heejin era otro problema. Después de enviar a uno de los palafreneros al establo con el viejo caballo y el dinero para recuperar el crucifijo, asegurando a los criados que se hallaba muy bien, sin ofrecer más explicaciones, Heechul fue a la planta alta y halló a Heejin que se paseaba por la habitación de arriba abajo, con expresión de profunda preocupación. Pero, en cuanto lo vio su rostro se llenó de sorpresa y alivio.


-Oh, chiquito, me has dado el susto más grande de mi vida. -Luego, cambiando de tono le recriminó: -¿Dónde demonios has estado? Supuse que tu primo te había apresado.

Heechul estuvo a punto de sonreír ante la capacidad de Heejin de pasar de una emoción a otra con asombrosa rapidez, pero él también estaba tan disgustado, que no pudo perder ni un segundo comentando la actitud de su criada, a la que tanto se alegraba de ver después de un día tan horrible.

-Lo hizo, Heejin. Ahora ayúdame a vestirme; date prisa. Mientras tanto, te contaré lo sucedido.

Cuando lo hizo, Heejin sólo lo interrumpió para decir:

-¿Hiciste semejante cosa? - Cuando concluyó, la expresión de Heejin era, igual que al principio, ansiosa.

-Entonces no debes permanecer aquí.

-Lo sé -dijo Heechul - Y me marcharé esta noche. Ambos lo haremos, pero por separado.

-Pero...

-Escucha... -dijo Heechul impacientemente-, he pasado la tarde pensando en qué debo hacer. Hyunsang ha actuado. Ahora que su plan se ha descubierto nada le impedirá llegar adonde yo esté y volver a secuestrarme; y quizás hiera a alguien en su intento. Me llevó tanto tiempo llegar a la casa, que pensé que estaría aquí aguardándome. Pero tal vez creyó que no podría llegar hasta aquí en la condiciones en que estaba.

-¿Piensas que te busca cerca de donde huiste?

-Sí; de lo contrario estará urdiendo un nuevo plan para atraparme. Pero también es posible que haya enviado a alguien a vigilar esta casa. Si bien no vi a nadie, eso no significa que no pueda haber alguien allá afuera, de modo que debemos confundirlos y ruega que solamente haya un hombre. Si nos marchamos juntos y al mismo tiempo, pero en direcciones diferentes, no sabrá a quién perseguir.

-Pero, ¿adónde irás? -Heechul sonrió.

-A Foresight. No podrá hallarnos allá.

-No lo sabes.

-Fue Hyunsang quien ordenó que me atraparan el otro día en la calle. Sabía dónde me hallaba, pero aparentemente, nadie vigiló la casa el día en que salí para la campiña. Cuando comprendió que me había marchado envió hombres en todas direcciones, pero nos perdieron el rastro cuando salimos de la posada en que nos reunimos. Si evitamos los sitios públicos y no nos persiguen, estaremos a salvo.

-Pero, mi niño, sólo podrás ocultarte durante un tiempo. No podrás casarte y no estarás a salvo de ese canalla hasta que lo hagas.

-Lo sé, por eso enviaré por el caballero que he escogido para que se reúna allí conmigo y le haré mi proposición. Si todo resulta bien, podré casarme en Foresight, siempre que Sungmin no se oponga.

Heejin arqueó las cejas.

-¿Quieres decir que ya has escogido al hombre con quien te casarás?

-Lo haré antes de llegar allá. Sabré cuál es el que quiero -dijo Heechul evasivamente, pues era lo único que aún le creaba dudas.

-Por el momento, lo importante es llegar allá sin dejar rastros. Ya he enviado a uno de los criados para que nos alquile dos caballos.

-¿Y MD? -preguntó Heejin y luego miró el armario de Heechul, lleno de ropa-. ¿Y tu ropa? No hay tiempo para empaquetar...

-Permanecerá aquí hasta que me case, Heejin. Podemos llevar unas pocas cosas ahora. Estoy seguro de que Sungmin puede recomendarnos a alguien que nos hará cuanto necesitamos para la boda. Sólo debo dejar una nota a Geunsuk; luego nos marcharemos. ¿Dónde está él?

Heejin gruñó.

-Después de pasearse durante toda la mañana, una de las criadas dijo que su hermano conocía a un individuo que sabía cómo contratar a hombres que podían hallarte más rápidamente que las autoridades...

-¡Autoridades! -dijo Heechul, horrorizado ante la posibilidad de que el escándalo que tanto temiera desatar, se produciría de todos modos- Demonios. No avisó a la policía, ¿no? -

Heejin meneó la cabeza.

-Estuvo a punto de hacerlo pues estaba sumamente preocupado, pero comprendió que, si lo hacía, ya no podría mantenerlo en secreto. Y aunque no te perjudicaría totalmente, las habladurías afectarían tus posibilidades de conseguir un buen marido. Por eso se aferró a la sugerencia de la criada e insistió en ir personalmente a contratar a esas personas.

Heechul frunció el ceño.

-Pero si los criados ya lo saben...

-Oh, vamos. No te preocupes por eso. Lord Geunsuk tiene un buen personal, pero para asegurarme, he hablado con ellos. No dirán nada acerca de tu ausencia fuera de esta casa.

Heechul rió.

-Algún día me dirás qué amenazas empleas, pero ahora no tenemos tiempo. Ve y empaqueta varias mudas de ropa, yo haré lo mismo y luego nos reuniremos en la planta baja. Debemos partir simultáneamente. Y ve hacia el norte hasta estar segura de que nadie te persigue; luego irás hacia Foresight. Yo iré hacia el sur y luego retrocederé. Pero si no llego inmediatamente después de ti, no te preocupes. Daré un gran rodeo para estar a salvo. No deseo caer una vez más en manos de Hyunsang, pase lo que pase. La próxima vez no seré tan negligente.



A Heechul le pareció que había transcurrido una eternidad cuando, después de llamar repetidas veces, la puerta finalmente se abrió. Estaba tan nervioso por el temor de ser capturado en cualquier momento, que su propia sombra le atemorizó cuando miró hacia atrás para asegurarse de que el viejo coche le estaba aguardando y el conductor todavía le miraba vigilante, aunque no sería una gran ayuda si Hyunsang y sus secuaces lo descubrieran.

Era el riesgo lo que le sobresaltaba. No debió detenerse allí. Había prometido a Heejin que saldría a toda prisa de Londres, pero en cambio había ido directamente hasta allí. Por eso su corazón latía con tanta violencia. Era seguro que Hyunsang lo estaba persiguiendo y que se acercaba cada vez más, mientras él permanecía junto a la condenada puerta, aguardando que se abriera.

Cuando se abrió, entró atropelladamente y casi hizo caer al mayordomo. Heechul mismo cerró la puerta y se apoyó contra ella. Luego miró al hombre, despavorido. Él también lo miró horrorizado.

El mayordomo enderezó su chaqueta y se envolvió en su dignidad como si fuera una capa.

-Realmente, joven señor...

Heechul trató de impedir que continuara, lo que produjo una impresión más desfavorable aún.

-No me regañe, hombre. Lamento entrar de esta manera, pero se trata de una emergencia. Debo hablar con Sir Siwon.

-Imposible -dijo él desdeñosamente-. Sir Siwon no recibe a nadie esta noche.

-Ah, ¿entonces no se encuentra aquí?

-No recibe visitas -dijo el mayordomo secamente-. Tengo mis órdenes, señor. Ahora, si es tan amable...

-No -dijo Heechul cuando él apoyó la mano sobre la falleba de la puerta-. ¿No me oyó? Debo verlo.

Él abrió la puerta y Heechul se alejó de ella.

-No se hacen excepciones. -Pero cuando trató de tomarlo del brazo para llevarlo hacia fuera, Heechul se solto del agarre con fuerza -Un momentito -dijo el hombre, indignado.

-Es usted un tonto -dijo en tono sereno pero mirada furibunda-. No me marcharé hasta ver a Sir Siwon. No me arriesgué a venir para que me arrojen a la calle. Dígale... sólo dígale que un joven señor desea verlo. Hágalo o le juro que...

El mayordomo se volvió antes de que cumpliera su amenaza. Subió muy tieso las escaleras, demorándose deliberadamente. Joven señor. En todos los años que trabajara para Sir Siwon, jamás había visto uno semejante. Qué ocurrencia. ¿Cómo se había rebajado Sir Siwon a tratar con semejante joven?

Al desaparecer del vestíbulo, el mayordomo consideró la posibilidad de aguardar unos instantes y luego regresar para tratar nuevamente de deshacerse del joven. Sir Siwon había llegado de muy mal humor porque se había demorado y llegaría tarde a una reunión de familia en la casa de su hermano Zhoumi. Lord Hyukjae y el menor Minho ya habían partido hacia allá. Aunque Sir Siwon deseara ver a ese joven, no tenía tiempo para ello. En ese momento se estaba vistiendo y bajaría dentro de unos instantes. Seguramente no querría demorarse más a causa de un joven de dudosa condición. Si se tratara de otro compromiso no sería tan importante. Pero la familia era una prioridad para Sir Siwon. Siempre lo había sido y siempre lo sería.

Y sin embargo... el mayordomo no podía dejar de pensar en la amenaza que había recibido. Nunca se había enfrentado a un visitante tan insistentemente, a excepción de la propia familia de Sir Siwon, naturalmente. ¿Sería el joven capaz de gritar o de apelar a la violencia? Era impensable. Pero quizás debería informar a Sir Siwon acerca del problema.

Cuando llamó a la puerta de la habitación, recibió una respuesta cortante. Entró cautelosamente. Le bastó mirar a Sunwoo, el criado de Sir Siwon, para percibir que el estado de ánimo de su amo era el mismo. El hombre tenía una expresión mortificada, como si ya hubiera recibido muchos denuestos de parte de Sir Siwon.

En ese momento, Sir Siwon se volvió. Casi nunca lo había visto en ropa interior. Llevaba sólo los pantalones y se estaba secando los negros cabellos con una gruesa toalla.
Volvió a emplear un tono impaciente.

-¿Qué sucede?

-Un joven, señor. Entró atropelladamente y exigió hablar con usted. - Siwon giró sobre sí mismo, dándole la espalda.

-Deshágase de el.

-Lo intenté, señor. Se niega a marcharse.

-¿Quién es?

El mayordomo no pudo disimular su disgusto.

-No quiso dar su nombre, pero dice ser un joven señor.

-¿Lo es?

-Tengo mis dudas, señor.

Siwon arrojó la toalla lejos de sí, obviamente fastidiado.

-Mierda; probablemente ha venido en busca de Hyukjae. Debí suponer que sus “amigos” de las tabernas vendrían a mi casa si él permanecía aquí mucho tiempo.

El mayordomo aclaró con renuencia

-Disculpe, señor, pero él mencionó su nombre, no el de Lord Kim.

Siwon frunció el ceño.

-Entonces use su inteligencia, hombre. Los único jóvenes señores que vienen aquí lo hacen por invitación. ¿No es así?

-Sí, señor.

-¿Y acaso hubiera yo formulado una invitación, teniendo un compromiso previo?

-No señor.

-Entonces, ¿por qué me molesta?


El mayordomo experimentó un intenso calor.

-Para obtener su permiso para arrojarlo a la calle, señor. Se niega a marcharse por las buenas.

-Lo tiene -respondió Siwon secamente-. Acuda a uno de los palafreneros si no puede hacerlo por usted mismo, pero deshágase de el antes de que yo baje.

-Gracias, señor. Creo que pediré ayuda. No me atrevo a enfrentarme sólo a ese escocés.

-¿Cómo dijo? -preguntó Siwon con tanta energía que el mayordomo palideció.

-Yo... yo...

-¿Dijo que era escocés?

-No, pero su acento...

-Demonios, hombre, ¿porqué no me lo dijo? Hágalo pasar; de prisa, antes de que decida marcharse.

-Antes de que... ¿Aquí, señor?

-Ahora.

Siwon no podía creerlo. Aun cuando lo vio entrar, mirar al mayordomo con furia y luego lanzar la misma mirada iracunda a Siwon, no podía creerlo.

-Ese mayordomo tuyo es muy grosero, Sir Siwon.

Siwon sonrió. El estaba frente a él golpeando el suelo con el pie, los brazos cruzados sobre el pecho.

-Cuando te di mi dirección, cariño, fue para que me enviaras un mensaje en caso de necesidad, no para que aparecieras en mi casa de improviso. ¿Te das cuenta de que tu actitud es poco decorosa? Esta es la residencia de un hombre soltero. Y mi hermano y mi sobrino están viviendo aquí...

-Bien, si están aquí quiere decir que no estoy a solas contigo.

-Lamento decepcionarte, querido, pero han salido y estás a solas conmigo. Como ves, me estaba preparando para salir. Por eso se negaban a hacerte pasar.

Pero cuando Heechul lo observó, con ojos obnubilados por la ira, tuvo la sensación de que se preparaba para ir a la cama. Llevaba una bata corta y acolchada de raso azul plateado, los pantalones y nada más. Antes de que él atara el cinto de su bata Heechul atisbó su pecho. Tenía los cabellos húmedos, peinados hacia atrás con la mano y algunos mechones comenzaban a rizarse sobre sus sienes. Su aspecto era muy sensual. Tuvo que hacer un esfuerzo para dejar de mirarlo y recordar el motivo de su visita.

Pero de pronto vio la cama y súbitamente comprendió que lo había recibido en su dormitorio. Demonios.

-¿Sabías que era yo... no, era imposible -se respondió a sí mismo, mirándolo a los ojos-. ¿Recibes aquí a todas tus visitas?

Siwon rió.

-Sólo cuando llevo prisa, querido mío.

Heechul frunció el ceño, pero trató de sobreponerse. Para ello, debió desviar la mirada.

-No te quitaré mucho tiempo. Tampoco yo puedo perderlo. Ocurrió algo... bueno, no te concierne. Baste decir que ya no tengo tiempo. Necesito un apellido, y lo necesito ahora.

El humor de Siwon cambió súbitamente. Creyó saber exactamente qué quería decir y esa certeza le produjo una incómoda sensación en el estómago. Cuando él se ofreció ser su confidente, sólo lo había hecho para acercarse. Pero no traicionaría sus propios planes ayudándola a casarse. Había tenido la intención de dilatar indefinidamente la situación y seducirla antes de que Heechul se casara. Y ahora le pedía que le consiguiera un apellido, que en realidad tendría si hubiera hecho lo que había prometido hacer. Era obvio que ya no necesitaba un confidente. Si él no lo ayudaba, Heechul haría su propia elección, buena o mala. No le cabía duda alguna al respecto.

-¿Qué diablos ocurrió?

Heechul parpadeó ante el tono áspero de él, tan repentino.

-Dije que no te concernía.

-Pues deberás explicarme por qué encaras este matrimonio con tanta desaprensión y tanta prisa.

-No es asunto tuyo -insistió.

-Si deseas que escoja un nombre para ti, deberás permitir que lo sea.

-Eso... eso...

-No es muy deportivo de mi parte, lo sé.

-Bruto.

Al verlo enfadado, Siwon recobró el buen humor. Era hermoso cuando sus ojos brillaban de esa manera. Combinaban con el fuego de sus cabellos. De pronto comprendió que él estaba en su casa, en su dormitorio, donde tantas veces lo imaginara, sin poder hallar la manera de concretar sus deseos.

La sonrisa que esbozó le enfureció aún más.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...