Domando al Guerrero- Capítulo 6



Al terminar la comida, pudo escapar con la excusa de despachar a la mayoría de sus hombres. Siwon habría podido apoderarse de Heechul, simplemente, pero eso habría provocado una matanza innecesaria de la guarnición del castillo, cosa que podía evitarse utilizando el sigilo.

-¿Qué has averiguado, Hyukjae?

-La alcoba del joven señor está en la torre norte, pero sólo se puede llegar a ella por la escalera de la torre este, la que subiste esta mañana, llevándolo en brazos.

Siwon se apartó de la estrecha ventana por donde había observado la actividad del patio interior.

-Sí, recuerdo haber visto un largo pasillo que atravesaba directamente el muro. ¿Mencionó tu informante qué más hay allí arriba?

-La alcoba del señor y los alojamientos de los jovenes.

-En ese caso no podemos cometer errores ni hacer ruido que los despierte. Esa carreta de provisiones que vi frente a uno de los depósitos ¿es nuestra?

-Sí -respondió Kangin- Kyuhyun ordenó a los hombres de Sooman que volvieran al campamento y que uno se encargara de la carreta. Ya ha sido cargada con los cereales que Hyukjae ha comprado.


-Espero que no la haya llenado del todo.

-No. Queda lugar suficiente para el joven.

Siwon asintió con la cabeza; luego miró a Key y a Onew.

- ¿Habéis decidido quién de vosotros irá con él?

- Onew -respondió Key-, puesto que es más pequeño y ocupará menos espacio en la carreta.

-Mido sólo dos centímetros menos -gruñó Onew-, apenas puede decirse que...

-Pero eres más delgado -adujo Key, sonriendo.

Hyukjae reía entre dientes.

- Conque Key decidió que Onew se ofreciera como voluntario. Anímate Onew. Tu tarea será la más importante. Debes encargarte de que el joven no sacuda la carreta ni haga ningún ruido que pueda alertar a los guardias cuando pasemos por el portón exterior. ¿Qué te parece Siwon? ¿Será capaz de hacerlo?.

-¿Podrás Onew? -preguntó Siwon al muchacho-.Si fracasas y él alerta a los centinelas, tendremos que luchar para salir del torreón. ¿Sabes cuántas vidas se perderán en ese caso?

-Confía en mí -dijo Onew con firmeza y ansiedad. Luego echó a Key una mirada de superioridad, antes de preguntar-: Pero ¿qué motivos daré para estar en la carreta?

-Deberías pasar desapercibido, pero en todo caso diremos que estás enfermo y no puedes montar a caballo.

-Unos cuantos gemidos y náuseas fingidas bastarán para convencerlo, además, servirán para disimular cualquier ruido que haga el joven -agregó Hyukjae-. Y nuestros hombres irán rodeando la carreta, aunque no de manera evidente. Se les ha advertido que no deben permitir que nadie se acerque demasiado.

-¿Alguna pregunta? -inquirió Siwon. Como sólo le respondiera el silencio, concluyó- Pues comenzaremos a medianoche. Key y yo recogeremos al joven. Kangin, tú esperarás afuera, bajo el puente corto de la escalera. Mientras Hyukjae distrae al guardia del edificio delantero, yo te pasaré al joven, deberás estar preparado en cuanto se abra la puerta. Lo pondrás en la carreta y esperarás con él hasta que llegue Onew para ocupar tu lugar. Cuida de estar bien escondido cuando se abran los portones para dar entrada a Kyuhyun. Marcharemos en cuanto él avise que nuestro campamento ha sido atacado por forajidos. Haré despertar al mayordomo para que nos acompañe afuera, a fin de que no haya retrasos.

-¿Y si él quiere despertar a su señor? -preguntó Hyukjae.

-En ese caso, tendrás que usar tu convincente lengua para que no lo haga. Pero ¿qué necesidad tendría de despertarlo?

-Somos un grupo que se va, no que desea entrar. Bien, hemos terminado. Dormid todo lo que podáis antes de que llegue la hora, pues Kyuhyun ya ha enviado adelante a los hombres de Sooman, nosotros cabalgaremos el resto de la noche y toda la mañana, hasta que nos reunamos con ellos. Bastará con que un solo hombre permanezca en vela para despertarte Kangin, los demás deben estar listos para partir en cuanto se los despierte, de modo que sólo haga falta ocuparse de los caballos. Key nos despertará aquí, en el torreón, para sacar al joven, nos volveremos a acostar para que se nos despierte otra vez a la llegada de Kyuhyun.

-Pues no queda nada que hacer, por ahora -dijo Hyukjae, despidiendo a los otros.

Siwon se acercó a la mesa para llenar su vaso de vino.

-¿Obtuviste pergamino del capellán para escribir la nota?

Hyukjae asintió y le entregó la carta que llevaba dentro de su chaqueta.

-Será mejor dejarla en la alcoba de él. Quienquiera que entre a despertarlo por la mañana la encontrará allí. ¿Crees, en verdad, que es necesaria? Puesto que sir Yesung todavía está en cama, difícilmente nos perseguirán.

-¿No sabes que tiene otros vasallos? Es probable que, tras el ataque de esta mañana, haya mandado por uno o más de ellos. Ahora sabe que necesita protegerse mejor hasta que se realice la boda que tiene planeada. No es descabellado que por la mañana llegue una fuerza considerable.

-Sí, comprendo -reconoció Hyukjae-. Pero ¿prestarán atención a tu advertencia?

-No saben qué tipo de hombre soy ni de qué soy capaz. ¿Como no obedecer? ¿Los consideras capaces de arriesgar la vida de su señor para recuperarlo, sabiendo que a su debido tiempo les será devuelto indemne?

-Indemne, pero con un marido que ni él ni sus vasallos desean.

Siwon se encogió de hombros.

-Eso no nos incumbe. A Sooman le corresponde hacer que Kwon Jiyong y los hombres de Clydon lo acepten, una vez que el hecho esté consumado.

Hyukjae hizo girar su copa, contemplándola pensativamente.

-En cuestiones como ésta, el hombre suele esperar a que haya un bebé en camino, para fortalecer su posición. Sooman es un poco viejo para que le quede alguna simiente fértil. Tal vez pueda poseerlo, pero no le dará ningún hijo. Kwon Jiyong sabrá que no cabe esperar herederos, tal vez decida olvidarse del joven y reclamar Clydon para sí.

-Eso tampoco nos concierne. Una vez lo hayamos entregado, nuestra misión estará cumplida. Con el dinero que me pague Sooman tendré más que suficiente para cubrir el precio que pide Hongki, aunque se le haya ocurrido subirlo otra vez. – Siwon habló con tanto rencor que Hyukjae no pudo sino reír.

- Ese hombre no sabe lo que quiere. Pensé que ibas a matarlo cuando subió mil marcos. Tal vez esta vez diga que, después de todo, ha decidido no vender Farring Cross.

-La boca se te haga a un lado, Hyukjae. Quiero esa propiedad. La quiero tanto que no puedo pensar en otra cosa.

-Hay otras propiedades en venta -le recordó Hyukjae razonable.

-Sí, pero con tierras inútiles o torreones tan arruinados queme sería necesario seguir alquilando mi espada por otros diez años, sólo para pagar las reparaciones. Farring Cross tiene un torreón pequeño, pero está en buenas condiciones, con fuertes defensas, sus tierras no están agotadas y sus aldeanos son saludables.

-Pero no vale el precio que pide Hongki.

-Para mí lo vale Hyukjae. El hombre es codicioso. Por eso he esperado a tener mil marcos más, por si se le ocurriera volver a subir el precio. A finales de mes, Farring Cross será mío.

-Sí -suspiró Hyukjae-. Será agradable poder posar la cabeza en el mismo sitio noche tras noche. Realmente, estoy cansado de dormir a la intemperie y de ir y venir por esta isla.

-Podrías haber seguido tu camino en cualquier momento -le recordó Siwon

-No podía dejarte sin nadie a quien gritar, salvo esos dos jóvenes que adoptaste.

-Idiota -bufó Siwon, aunque su boca se había suavizado- Vete y déjame en paz. Y discúlpame ante el joven señor, pues no asistiré a la cena. Dile que llevo dos días sin dormir y que no quieres despertarme. Cuanto menos lo vea, mejor.

Hyukjae rió entre dientes.

-Conque te fastidia ¿eh?

-No imaginas cuánto.

-¿Preferirías que me lo alzara yo, llegado el momento?

-No. El único placer que obtendré de este trabajo es el de atarlo -respondió Siwon.




No fue cosa fácil llegar de un extremo del salón al otro sin despertar a la gente del castillo que allí dormía, ni alertar a los pocos centinelas que pasaban ante las arcadas abiertas de la galería, desde la cual se veía el salón. La segunda vez que Key tropezó en la oscuridad con los pies de alguien, Siwon lo llevó en vilo hasta la escalera.

-Por Dios, si tuviéramos una vela...

-... se nos vería mejor -gruñó Siwon en voz baja.

Depositó al joven en el suelo y empezó a subir por la estrecha escalera. Tuvieron suerte que hubiera una antorcha encendida al final, contra la pared. Key la cogió para iluminar el largo corredor.

-¿Es ésta? -susurró, al llegar a la puerta del extremo.

-Sí, siempre que el chico de Hyukjae haya informado bien. Bloquea la luz cuando yo abra la puerta. No quiero que el joven se despierte antes de que yo entre.

La puerta no estaba cerrada con llave, pero sí bloqueada por un jergón atravesado. Siwon cerró otra vez y juró por lo bajo.

-¿Qué pasa? -preguntó Key.
-Uno de sus acompañantes duerme frente a la puerta. Tendrás que pasar por la abertura y encargarte de que continúe durmiendo.

Los ojos de Key se ensancharon hasta convertirse en grandes círculos.

-Me refiero a dormir, necio, no a sueños eternos. Bastará con un leve golpe en la cabeza con la empuñadura de tu daga. Pero guarda silencio.

Key sujetó la antorcha en el soporte del muro, junto a la puerta, y se deslizó por la abertura. Poco después abrió un poco más.

- Es ese muchacho.

-Ya adivino de quién se trata -replicó Siwon disgustado-. Trae las cuerdas. Atenderemos primero al joven. Después podrás atar a su «guardia».

-Ya está hecho. -Ante la ceja arqueada de Siwon, Key se corrigió, con una sonrisa-. Sólo le he atado las manos. Dijisteis que debía ser rápido.

Siwon gruño.

-En efecto. Terminemos con esto, entonces.

La antorcha arrojaba un poco de luz al interior, pero apenas rompía la penumbra del recinto. Sin embargo, era suficiente para lo que debían hacer.

La alcoba no era grande, aunque tampoco demasiado pequeña. En realidad, era idéntica a la que habían asignado a Siwon. Yen estaba caído en el suelo, allí donde Key lo había dejado. El cuarto estaba atestado de cosas.

Siwon con cautela, retiró las cortinas de la cama lo suficiente para inclinarse hacia adentro. Allí estaba él, apenas un montículo bajo los cobertores, coronado por los mechones negros que se esparcían por la almohada. Era él. Pese a la oscuridad reinante se veía la blancura de su rostro pequeño y enérgico, las cejas inclinadas, sus gruesos labios, que en el sueño formaba un mohín.

Siwon vaciló por un momento. Si él despertaba y lo veía allí no habría modo de echarse atrás. Pertenecía a Sooman, para bien o para mal. Y él sabía que sería sólo para mal. Pero por su parte sería el dueño de Farring Cross, su propia tierra, ganada con su trabajo y no por generosidad ajena, como su hermanastro menor había conseguido la suya. Siwon tenía que trabajar por lo que deseaba, porque su madre había sido sólo una moza de aldea, mientras su hermano menor era hijo de un joven señor; aunque no estuviera casado con su padre, era un joven señor. Sólo por eso su hijo, tan bastardo como Siwon y más joven que él, había sido nombrado heredero de su padre y criado con todos los privilegios de un hijo de la nobleza.

No, Siwon no podía permitirse el lujo de sentir nada por ese joven, que tan inocente dormía en su casto lecho. Eran muy pocos los medios con que un hombre podía ganarse el dinero necesario sin robarlo; por eso él no podía escoger al tenor de su conciencia. Y ésta era sólo un heredero más por el que combatir, hasta que se la llevara el más fuerte; Sooman sería ese hombre porque había contratado a Siwon, él era sólo un trabajo más; el último, con suerte. Así pues, no vaciló más.

Heechul abrió los ojos en el momento en que Siwon le deslizó la mano sobre la boca. Sintió la suavidad de sus labios, pero sólo por un instante, pues se vio obligado a presionar más cuando la mano del muchacho se alzó para pujar contra su brazo. Se inclinó sobre él para mantenerle el otro brazo inmovilizado bajo las mantas, mientras cambiaba su mano por una mordaza y lo ataba con fuerza. La mano libre de Heechul no podía detenerlo; era inútil, por mucho que tironeara o empujara.

Gimió, porque Siwon le había tirado del pelo al atarle la mordaza, pero él se puso rígido, sin saber qué lo había provocado. De inmediato se apartó de él. Se consideraba inmune frente a esa clase de jovenes, pero aquel suave sonido lo hirió en lo más hondo, con lo cual se puso furioso consigo mismo, con él y con la vida en general.

-¡Key! -El muchacho asomó inmediatamente la cabeza por la cortina-. Átalo de pies y manos.

El joven no se movió y Siwon juró por lo bajo. Al bajar la vista comprobó que las mantas se habían movido lo suficiente como para revelar que el muchacho estaba desnudo.

-Sujétalo.

Furioso, fue a revolver el arcón que había visto. Volvió con una camisa sin mangas, que arrojó por la cortina.

-¿Queréis que se la ponga? -chilló Key, horrorizado.

Siwon rechinó los dientes.

-Hazlo de una vez y no tardes.

Key dedicó a Heechul una mirada de disculpa y le pasó la camisa por la cabeza. Eso fue todo lo que pudo hacer. El muchacho tenía ahora las dos manos libres, y él apenas logró mantenerlo en el lecho. No era como Siwon.

-íNo me lo permite! -anunció, desesperado.

-Te lo permitirá, si no quiere que lo saquemos de aquí desnudo.

Después de eso no volvió a oírse ruido alguno detrás de la cortina. Siwon aguardó a que el joven estuviera cubierto. Luego abrió las cortinas de par en par para arrancar la manta de la cama. Mientras Key forcejeaba por atarle las muñecas con tiras de tela, Siwon extendió el cubrecama en el suelo.

-¿Aún no has terminado?

-El no facilita las cosas -siseó Key, a manera de respuesta.

Con un gruñido de irritación, Siwon volvió a la cama y sujetó las manos de Heechul, uniéndolas, mientras Key terminaba de atarle las muñecas. Hizo otro tanto con los pies, pasando por alto las furiosas miradas de Heechul. Hecho eso, lo levantó de la cama.

-Ahora ata al muchacho -ordenó Siwon, antes de depositar al joven en el cubrecama.- Bastó una mano en el pecho para sujetarlo- No queremos haceros daño, señor -le dijo, cuando logró tranquilizarse lo suficiente- tranquilizaos.

De la mordaza brotó un murmullo confuso, tan audible que él se acercó para agregar:

-Si no hacéis ruido, nadie saldrá dañado. Si llamáis la atención, tened presente que morirán muchos. ¿Pensáis acaso que vuestros pocos hombres pueden detenerme?

Como no oyera más murmullos, quedó satisfecho. El dejó de retorcerse bajo su mano. A continuación, Key se arrodilló a su lado y entre ambos envolvieron a Heechul en la gruesa manta. Eso, además de amarrarlo del todo, lo ocultaba y ahogaría cualquier ruido que pudiera hacer.

-¿No sería conveniente llevarle alguna ropa, aparte de esa camisa? -preguntó Key, en tanto Siwon recogía el largo bulto para cargárselo al hombro.

-Por lo que a mí concierne -aseguró Siwon-, puede presentarse desnudo ante Sooman. -Sólo entonces recordó que pasarían varios días antes de que la entregara a su señor- Muy bien -corrigió de prisa, agrio- busca uno o dos trajes en ese arcón y tráelos.
Momentos después ambos avanzaban por el pasillo hacia la escalera. Al otro lado del salón, Hyukjae aguardó junto a la escalera que descendía al segundo piso, donde un guardia custodiaba la entrada. Con un gesto de asentimiento, bajó para llevarse al centinela; un momento después, Siwon pudo pasar su carga a Kangin, que esperaba afuera.

Nuevamente arriba, aguardaron el regreso de Hyukjae, que llegó muy sonriente.

-¿Tuvisteis problemas con el joven?

-No. Ahora sólo falta que llegue Kyuhyun.

-Esto ha sido demasiado fácil -comentó Key-. ¿Y si Kyuhyun se retrasa o...?

-Cállate -replicó Siwon-. Kyuhyun llegará antes de que pase una hora. Volved a la cama, para que puedan «despertamos» con su mensaje.

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...