Domando al Guerrero- Capítulo 32



-Aseguráis que recibíais informes periódicos sobre Siwon mientras él estaba en Montfort, aunque él no os escribiera personalmente, lord Kangta. Lo que no comprendo es cómo sabéis tantas cosas de lo que hizo una vez terminada su instrucción.

Por un momento pensó que él no respondería. Parecía vacilar por vergüenza.

-En realidad, uno de los hombres de Siwon trabaja para mí.


-¿Un hombre de armas que sabe escribir? -criticó Heechul desdeñoso.

-Era mi escribiente. No le gustó la tarea que le asigné, pero le he pagado muy bien por los riesgos de la vida militar. Al fin acabó por disfrutar con ella.

-Conque me hicisteis espiar -dijo Siwon, sin mucha sorpresa.

-¿De qué otro modo podía saber de ti? Cuando saliste de Montfort volví a escribirte, como recordarás. Admites que, al menos, recibiste esas dos cartas. Pero no respondiste. Eso, sumado a la frialdad con que me trataste en nuestro segundo encuentro, me obligó a aceptar que dificilmente sabría de tu vida.

-Yo era vuestro pecado, imagen vuestra -El tono de Siwon había vuelto a llenarse de amargura- No os inspiraba otra cosa que vergüenza.

-Te equivocas -juró Kangta - ¿Cómo avergonzarme de un hijo tan igual a mí? -Y en un estallido de exasperación- ¡Por Dios, Siwon! ¿Qué debo hacer para convencerte de que te quiero?

Una vez más, Siwon no contestó. Heechul tenía una respuesta, pero lo más probable era que uno de los dos lo estrangulara si la decía. De cualquier modo, ¿iba a callar sólo por eso?

-Al parecer, tendréis que hacérselo entender a golpes, lord Kangta.

-No me estáis ayudando, señor -gruñó Kangta.

-¿Cuándo dije que os ayudaría? -preguntó arqueando una ceja- Según recuerdo, os pedí que abandonarais Clydon antes de causarle más dolor. Fuisteis vos quien dijo que no se iría sin arreglar esto. Dijisteis que lo amabais desde la primera mirada, y también que lo convenceríais antes de partir, aunque tuvierais que hacerle aceptar la verdad a golpes. Fueron vuestras propias palabras, milord, no las mías. Al parecer, es el único recurso que os resta... a menos que Siwon haya comenzado a dudar de lo que ha creído cierto por todos estos años. ¿Qué dices, Siwon ? –

Heechul cambió la dirección de su ataque

- ¿No puedes creerle? Su padre ha muerto y no puede dar fe de lo que él dice, pero ¿y Montfort? ¿No quieres interrogar a ese escribiente convertido en soldado? ¿Aceptarás simplemente su palabra y el amor que parece dispuesto a darte? Quizá te convenga intentarlo, pues él parece ser el único con quien no tendrías la victoria asegurada. Sería una pena que no quedaras en condiciones de aplicarme el castigo prometido.

-Una pena, en verdad, pero no cuentes con eso -aseguró Siwon sombrío.

Heechul se encogió de hombros. Si había llegado hasta allí, bien podía arriesgar algo más.

-No has respondido a mi pregunta, Siwon pero antes de que respondas debes saber algo que he notado: este hombre se parece mucho a ti, y no sólo en el sentido físico; tiene el mismo temperamento y es igualmente terco. Cielos, si hasta fruncís el ceño ante las mismas cosas. ¿No compartiríais también el mismo sentido del honor? También quiero señalarte que, si yo no te hubiera creído cuando me hablaste de Sooman, ahora no estaríamos casados.

-¡Por los clavos de Cristo! -exclamó Siwon - ¿Qué tiene eso que ver aquí?

-Estamos hablando de confianza. Yo no sabía cómo era Sooman; tampoco lo he visto venir a verificar lo que tú asegurabas. Creí en tu palabra sin pedir pruebas. Tú debes la misma confianza a tu padre, sobre todo porque muchas de las cosas que dice pueden ser verificadas, y él lo sabe; por tanto, no tiene motivos para mentir. Y ¿no dijiste tú mismo que tu abuelo nunca te había dado muestras de bondad? No hace falta mucha inteligencia para comprender que, sin querer, has culpado a quien no debías, Siwon, y no es cuestión de seguir tercamente en el mismo error. Si quieres conocer mi opinión...

-¡Nadie os ha pedido opinión! -exclamaron ambos, con bastante exasperación.

Heechul sonrió, satisfecho por haber demostrado lo que deseaba.

-Es cierto, pero oíd -dijo a ambos-: yo no estaría aquí para darla si no estuviera aguardando un castigo. Y no estaría aguardando ese castigo si no hubiera obligado a mi esposo a hablar con su padre. Si debo soportar una paliza por haber concertado ese encuentro, vosotros podéis soportar mi opinión.

-La hemos soportado hasta ahora, pero ya basta -gruñó Siwon - Desapareced ahora mismo, señor.

-¿Habéis decidido perdonarme?

-Lo que he decidido es permitir que padezcáis hasta la noche. Atended vuestras tareas. Ya os ajustaré cuentas más tarde.

Heechul marchó hacia la puerta, con expresión agria.

-Siempre supe que eras un patán sin corazón. ¡No esperes más favores de mí!

Después del portazo se produjo el silencio. Kangta, deliberadamente, evitaba mirar a Siwon a los ojos, temiendo estallar en una carcajada si veía la irritación de su hijo después de ese enfrentamiento. Si el joven tenía sentido del humor, la carcajada no le molestaría, pero ésa era una de las muchas cosas que ignoraba de él. Y si el joven había hecho un favor a alguien, era a él mismo. No quería verlo sufrir las consecuencias por eso.

-¿Vas a pegarle?

-¿Con estas manos? -bufó Siwon - No quiero matarlo, sino darle una lección. Además, él hizo poner en el contrato matrimonial que no podría golpearle.

-Las condiciones del contrato matrimonial de nada valen en el calor del momento.

-He vivido con esta fuerza desde siempre, milord. Mi esposo es tan delicado que temía hasta tocarlo. Por mucho que él diga o haga, nada hará que yo olvide eso. No tenéis por qué preocuparas. No padecerá otra cosa que la palma de mi mano en el trasero.

Kangta rió entre dientes.

-Método que yo mismo he tenido que usar, ocasionalmente.

-¿Da resultado?

-Sí, aunque esos resultados no siempre justifican los meses de arrepentimiento que él puede hacerte sentir después... si algo sientes por él.

Siwon sonrió.

-En ese caso, tal vez os interese la sugerencia que recibí de un prostituto.


Heechul no había ido más allá de la antecámara, donde estaba paseándose, en un esfuerzo por calmar su mal genio. Al oír una profunda carcajada se detuvo, relajado. Conque su apuesta era acertada. Bajó las escaleras sonriendo, seguro de no tener ya que preocuparse por un posible castigo.




Aquella tarde, Heechul hizo sus tareas muy satisfecho de sí. Esa sensación aumentó al saber que Siwon había salido con su padre para recorrer las tierras de Clydon. Aunque a él no le gustaran sus métodos, era evidente que daban resultado. Sin duda había desaparecido la amargura que durante tanto tiempo había hervido en su interior; ahora sería más feliz y, por tanto, más fácil de tratar. Si fuera posible darse palmaditas en la propia espalda, lo hubiera hecho.

Pasó un rato con Hyukjae, poniéndole al tanto de lo ocurrido, tanto el día anterior como ése. Ya no le preocupaban sus heridas; no había fiebre y Donghae lo vigilaba desde cerca; por eso él no se quejaba por la necesidad de guardar cama. En una semana podría levantarse y caminar, aunque tardaría un tiempo en hacer su vida normal.

Sin embargo, Heechul se sorprendió al recordar en su relato a los prisioneros, a lord Hanheng y sus tierras de Warhurst. Ni siquiera pudo responder a las preguntas de Hyukjae, pues no sabía si Siwon había enviado un hombre a Warhurst, según era su intención. Lo más probable era que él también se hubiese olvidado, teniendo en cuenta todo lo ocurrido aquella mañana.

Aún no podía creer a lord Hanheng capaz de tiranía tan despreciable. Decidió hablar personalmente con el jefe de los proscritos. Lo hizo, pero no llegó a convencerse. Sin embargo, el hombre parecía tan sincero que logró plantar en él algunas dudas, aunque no las suficientes. Confiaba más en su propio instinto, que rara vez le fallaba, y en su padre, que había sido buen juez del temperamento humano. Hanheng había merecido el aprecio de su padre, que lo había aceptado incluso como posible yerno. No era posible que ambos se hubieran equivocado tanto con respecto a él.

Heechul no pasó mucho tiempo cavilando ese asunto. La satisfacción le inducía a pensar en otras cosas: en especial, en su esposo. No le permitiría olvidar que debía estarle agradecido, sobre todo porque había estado muy cerca de castigarlo. Aunque él no lo admitiera, para Heechul era obvio que, pese al resentimiento superficial, tenía sentimientos profundos por su padre. De otro modo no habría podido sentirse tan herido.

Cuando ellos regresaron, Heechul estaba ya en el salón y tuvo la oportunidad de observarlos mientras cruzaban el largo aposento. La actitud de ambos era muy diferente: reían, se tocaban y parecían inseparables; se los habría tomado más fácilmente por hermanos que por padre e hijo. A fin de cuentas, Kangta aún no tenía cuarenta años.

Cualquier joven señor de la edad de Heechul, y hasta menor, lo habría contemplado con buenos ojos... tal como estaban contemplando a su esposo todas los presentes en el salón. Probablemente era algo a lo que tendría que habituarse.

Hizo un gesto a un sirviente para que les ofreciera una bandeja con queso y dulces. No había olvidado que ninguno de los dos había tocado el almuerzo, y la cena tardaría un rato aún. Por su parte, había satisfecho su propio apetito con un simple paseo por las cocinas, donde también recogió a lord Heebum. Un verdadero demonio interior le hizo jugar con la idea de presentar el gato al padre de Siwon, si desistió, fue sólo por la probabilidad de que a Kangta no le resultara divertido el nombre que su hijo había puesto al escuálido animal. No quería provocar olas en la mar que apenas había logrado calmar.

Lord Heebum estaba ahora acurrucado a sus pies, junto al hogar, sin mostrarle rencor por haber perdido su privilegiado aposento. Al menos, seguía mostrándose cordial con él en ausencia de Siwon pero la voz del amo lo despertó súbitamente y se alejó a grandes saltos para brincar a sus brazos. Típico. No dejaría que él lo descubriera descansando amistosamente a los pies de otra persona.

Heechul se preguntó si Siwon se sentiría tan cómodo con su padre como para presentarle al gato. Probablemente no mencionaría el nombre del animal, aunque venían hablando de gatos.

-No -decía Kangta- en tantos años no he logrado acostumbrarme a ellos. Mi esposo tiene tres, a los que hasta permite entrar en nuestros aposentos. He tratado muchas veces de expulsarlos de allí, pero no tengo suerte.

-Mi esposo podría deciros cómo deshaceros de ellos en un abrir y cerrar de ojos.

-Ah, pero sus técnicas podrían no darme resultado. ¿No has caído aún en la cuenta de que, si bien nosotros, los hombres, tenemos la última palabra, nuestros señores ganan casi todas las discusiones y obtienen lo que desean?

-Muérdete la lengua -replicó Siwon, aunque había risa en sus ojos - Espero ganar al menos una de cada dos discusiones en esta casa, de un modo u otro.

Cuando llegaron junto a Heechul, el joven ya estaba ruborizado. No era conversación en la que le gustara participar, ni siquiera indirectamente.

-¿Disteis un buen paseo, señores?

-Por cierto -respondió Kangta - Debo confesar que esperaba hallar algún aspecto en donde mi consejo pudiera ser útil. En cambio, aprendí un par de cosas que quiero poner en práctica en mis propias tierras. Os felicito, lord Heechul, Clydon es tan próspero como me habían comentado.

-Por mérito de mi padre, no por el mío -replicó el joven- En el fondo era agricultor y amaba la tierra.

-Y su hijo es demasiado modesto -agregó Siwon - Ha administrado tan bien toda la propiedad que no me veo en la necesidad de hacer gran cosa, aparte de cuidar de sus defensas.

-No restéis importancia a eso, milord. Basta una sola agresión para arruinar muchos años de duro trabajo.

Kangta sonrió.

- En eso tiene razón, Siwon no hay finca que pueda prosperar durante mucho tiempo, si no cuenta con un señor capaz de protegerla. Sin duda el joven lo tuvo muy en cuenta cuando se permitió caer cautivado por tus encantos.

Siwon medio se ahogó de risa. Heechul también sonreía.

-Él logró arrancarme algunos detalles -admitió Siwon mientras dejaba a Heebum en un banco, junto a su esposo.

-Imagino cuáles -bufó el joven, aunque en realidad aquello lo divertía- Pero venid a descansar -Se puso de pie para llenar sendos vasos de vino y entregó uno a Kangta diciendo-: No voy a faltar otra vez a mis deberes de anfitrion, milord. Tengo una alcoba preparada para vos, si queréis refrescamos antes de la cena. Suyen os acompanará a ella cuando hayáis...

- Suyen no lo acompañará a ningún lado -interrumpió Siwon ásperamente

-¿ Porque lo dice milord? -preguntó Heechul con dulzura- Soohee está lista para ayudar a vuestro padre. Yen no hará sino indicarle el camino hasta la torre del este, cuando haya comido algo.

-Ah -fue toda la respuesta de Siwon

-¿Ocurre algo? -preguntó Kangta.

-Nada en absoluto, milord -le aseguró Heechul, tomando su propio vaso, aunque reservó una agria sonrisa para su esposo- Me gustaría proponer un brindis: por un nuevo comienzo... -hizo una pausa; su sonrisa se convirtió en mueca de satisfacción incontenible- que sólo necesitó de un pequeño empujón para iniciarse.

Kangta rió entre dientes. Siwon no lo imitó. En ese momento se oyó otra voz, que provocó sendos respingos en Heechul y en su suegro.

-Espero no interrumpir.

-¡Qué sorpresa, Hanheng! -dijo Kangta. Y realmente estaba sorprendido, incómodamente sorprendido, dadas las circunstancias- Creo que conocéis a mi hijo, ¿verdad, lord Heechul ?

Él no respondió. Se había atragantado con el vino al establecer la vinculación y estaba tosiendo. Se dejó caer pesadamente en un asiento, pero se apresuró a rechazar el auxilio de Siwon, temiendo que le hiciera caer al suelo por darle una palmada en la espalda. Por suerte, él aún no había caído en la cuenta de quién era Hanheng, aunque sí de que era su hermano.

-¿Estáis bien, señor? -preguntaron a un tiempo Kangta y Hanheng.

-Sí, por cierto -jadeó Heechul dejando su vaso- Un vino de mala calidad -agregó a modo de explicación.

Kangta asintió y echó un vistazo a Siwon. Viendo que éste sólo experimentaba una leve curiosidad por el giro de los acontecimientos, devolvió toda su atención a Hanheng.

-¿Cómo descubriste que yo iba camino de Warhurst?

-No lo sabía -respondió Hanheng- En realidad, yo mismo iba camino de Lyonsford, pero quise presentar mis respetos a lord Heechul, puesto que llevo algún tiempo sin visitar Clydon. No sabía que lo conocieras, padre.

-No lo conocía hasta esta mañana. Si no se hubiera roto la carreta que llevaba mi equipaje, no me habría detenido aquí, estando Warhurst tan cerca.

Heechul no prestaba atención al diálogo. Observaba a su esposo. Detectó de inmediato el momento en que él salió de su ignorancia. Como él estaba sentado a su lado, en el banco, oyó la exclamación ahogada y la ruidosa expulsión de aire. Luego él posó los ojos en Heechul, centelleantes de furiosas acusaciones, y él no pudo sino encogerse.

Bueno, era culpa de Heechul, por no haber prestado atención cuando Hwang presentó a Kangta. De lo contrario habría comprendido que no era sólo el padre de Siwon, sino también el de Hanheng, y habría podido advertir a su esposo. Lyonsford, la misma familia con la que su padre había aprobado su unión por matrimonio. Y Heechul había establecido la misma alianza sin saberlo.

Era demasiado gracioso, aunque por el momento no se atreviera a reír. Queriendo casarse con un hermano, había acabado desposado con el otro, sin siquiera saberlo... y sin que ellos mismos lo supieran. Y ahora su esposo pensaba que él había tratado deliberadamente de ocultarle la verdad. Y seguiría pensándolo hasta que se encontraran a solas y él pudiera explicarle. No, ¿por qué esperar? Después de todo, la cosa quedaba en familia.

-No es como supones, Siwon puedes dejar de mirarme con ese ceno. Esta mañana, al ver a vuestro padre, me quedé tan sorprendido que no oí su nombre cuando me lo presentaron. Así de simple fue.

-¿De veras? -gruñó él.

-Muy bien: dame un motivo por el cual yo quisiera ocultarte que tu hermano es ahora tu vecino, si lo hubiera sabido. Te habrías enterado muy pronto, aunque tu padre no te lo dijera. ¿Por qué ocultártelo?

-Por despecho.

-Yo no soy lord... -¡Por Dios! Había estado a punto de decir «lord Brian», pero no podía revelar que Hyukjae le había hecho esa confidencia- No tiene importancia -concluyó, muy fastidiado por no poder ofrecer mejor defensa. Le fastidiaba aún más tener que defenderse- Si así piensas es porque no me conoces en absoluto.

Su voz debió de expresar tanta desilusión que causó efecto. Un momento después, la mano de Siwon lo volvió hacia él.

-Perdona -dijo, malhumorado. Heechul comprendió que hablaba con sinceridad; se le veía abochornado- Son demasiadas cosas las que me están ocurriendo al mismo tiempo.

Heechul sabedor de lo que sentía, le sonrió para asentarlo.

-Nada que no se pueda solucionar, milord. -Y se acercó un poco más para susurrarle- La clave consiste en hacerse cargo de la situación y asumir el mando... así -La mirada de alarma que recibió le hizo agregar- Tranquilo. Esta vez no serás tú el blanco.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...