Domando al Guerrero- Capítulo 23




-Te sentirás mejor si se lo cuentas a alguien.

Heechul, sin contestar, mantuvo los ojos cerrados, en tanto Suyen lo peinaba con
suavidad. Cabía lamentar que el muchacho advirtiera tan bien sus estados de ánimo. Nada le había dicho sobre la visita de su esposo a Changsu, tampoco tenía intenciones de hacerlo. Él se enteraría muy pronto, en cuanto el chisme llegara al castillo, pero era de esperar que no relacionara eso con su inquietud. La confesión podía hacer un bien al alma; la humillación, no.

Sentía necesidad de pasearse por la habitación en vez de permanecer tranquilamente sentado en un banquillo. Ese rito nocturno solía tranquilizarlo mucho, pues Yen tenía manos mágicas cuando se trataba de aliviar sus tensiones. Pero su desasosiego iba en aumento en vez de disminuir, a medida que se acercaba el momento en que Siwon haría su aparición.

-¿Acaso te han hecho abrirte otra vez de piernas entre el castillo y la aldea?

-No seas grosero, Yen.

- ¿Sí o no?

-No -rechinó él.

Él le tironeó del pelo hasta hacerle echar la cabeza hacia atrás, a fin de mirarlo a la cara.

-¿Con quién estás furioso, si no es con tu gigante?

-Yen...

-Si no me lo dices, iré a susurrarle al oído que lo esperas con ansias... en el lecho.

-Hazlo y no respondo por tu vida -le espetó él, levantando bruscamente la cabeza.

Aquello bastó para que no insistiera. Pero el silencio siguiente no hizo sino irritar aún más los nervios de la joven. Por fin decidió contar al menos la mitad.

-No te equivocaste de hombre, sino de motivos. Yo había hablado con Siwon sobre el viudo Park y creía haberlo convencido para que lo casara con el administrador de Bhirkham , pero durante la cena, él indicó a Kangin y a Kyuhyun (y también a Hyukjae) que lo acompañaran a conocer al viudo.

-¿Y bien?

-Me di cuenta de que piensa entregarlo a uno de ellos.

-No me parece hombre capaz de faltar fácilmente a una promesa, Heechul.

-En realidad, no me lo prometió -reconoció reticente- Pero sabe que yo deseo ese enlace y dijo que tendría en cuenta al administrador.

-Tenerlo en cuenta no equivale a escogerlo en firme, por cierto. Yo diría que está tomando precauciones por si el administrador no le gusta.

-No comprendes Yen. Me debe su apoyo en esto.

-¿Por qué?

-No importa por qué, pero me lo debe -aseguró Heechul impaciente

- pero ¿qué piensa el viudo Park al respecto? Tal vez le gustaría poder escoger entre varios.

-¿Desde cuándo importa eso, especialmente siendo tan joven?

-¿Necesito recordarte que tú no eras mucho mayor que lord Park cuando, con mucha lógica, escogiste a Jung Yunho y a Xi Hanheng como posibles maridos? Y no sólo eso: hasta cambiaste de idea a último momento.

-Lo cual demuestra que, aun a los diecinueve años, se es idiota si se cree saber lo que le conviene -replicó Heechul, con tono de disgusto.

-Vaya, vaya, sabes que el gigante sigue siendo el mejor, aunque hayas tenido tu primera discordia con él. No puedes pretender que él esté siempre de acuerdo contigo Heechul, como no lo estaría tu... padre.

Heechul levantó los ojos, pues las palabras de Yen se habían perdido en el silencio. Siwon acababa de entrar sin hacer ruido y los miraba fijamente; su expresión se tornaba más y más sombría. Onew, de pie tras él, mantenía la vista fija en el techo, con el cuello rojo de vergüenza.

Yen carraspeo para llamar la atención a Heechul. Como eso no diera resultado, le clavó un dedo en el hombro. Sólo entonces Heechul vio lo que provocaba la reacción de los dos recién llegados: la bata se le había abierto por delante, dejando al descubierto su torso y vientre.

Ahogando una exclamación, se cerró la prenda bruscamente y clavó en su marido una mirada furiosa. Ya era demasiado que eso le hubiera ocurrido una vez. Dos veces resultaba insoportable.

-No estaría mal que llamarais a la puerta antes de entrar, milord -dijo cáustico -Algunos acostumbran hacerlo.

-¿A mi propia puerta? Creo que no.

-Si estáis solo no tiene importancia. Pero no entráis solo.

-Vos tampoco estáis solo, señor.

Con demasiado retraso, Heechul comprendió que su ceño fruncido no era el de siempre: ardía de furia; tenía tensos los tendones del cuerpo y sus ojos despedían llamas. Y esos ojos estaban fijos en Suyen. Pero también Heechul estaba furioso, y no sólo por el bochorno que acababa de pasar.

Levantándose bruscamente, inquirió:

- Sabéis que Suyen es mi sirviente personal. ¿Qué esta haciendo aquí, sino cumplir con sus funciones?

Siwon seguía con el seño fruncido

-No seáis estúpido -le espetó Heechul - Me mira tal como os miraría a vos... No, no es así: preferiría sobradamente miraros a vos. En mí ni siquiera repara, tal como Onew no repara en vos cuando os baña u os viste.

-¡Pues desde ahora sus funciones cambiaran! -bramó Siwon Y a Suyen- ¡Lárgate!

Heechul se puso tenso y alargó un brazo para detener al muchacho.

-No tienes por qué irte, Yen.

-¡jesús, Heechul! -graznó Yen, a sus espaldas- ¿Quieres que muera?

-No te preocupes.

-Yo de ti no apostaría, esposo -dijo Siwon, con voz más amenazante por su tono más suave- Si lo piensas, recordarás que le debo una azotaina. Y se la administraré de muy buena gana si no desaparece antes que...

No fue necesario continuar. Yen ya se había deslizado por debajo del brazo extendido y corría hacia la puerta. Onew rió entre dientes ante esa cómica salida. Heechul lo fulminó con una mirada antes de volver la espalda. En este momento estaba a punto de perder los estribos y gritar como un tonto.

-Tú también puedes irte, Onew -dijo Siwon, en un tono que indicaba que sus emociones estaban otra vez bajo control- Mi señor me ayudará a desvestirme.

-¿Para que me acuses de usurpar otro de sus trabajos? -exclamó Heechul, por encima del hombro, con una mirada dolida- No contéis con ello, señor.

-¿No es vuestro deber asistir a vuestro esposo en lo que él os pida?

-No me habléis de deberes, después de ese arrebato infantil.

- ¿Os negáis?

-Gracias, Dios mío -dijo Heechul alzando la mirada al techo- Por fin lo ha comprendido.

-Se diría que no sólo vuestro Yen se merece una paliza.

Heechul no le oyó acercarse por detrás pero estaba tan cerca que su aliento le movía los cabellos. Tampoco oyó la puerta al cerrarse, pero ambos estaban solos.

-Tal vez Yen se muera de miedo ante ese tipo de amenaza, pero yo no soy tan cobarde.

-¿Qué amenaza? Cuando lo juzgue necesario, te aseguro que te resultará difícil sentarte en una semana, cuando menos. - La mano de Siwon se apoyó en su nuca para obligarlo a volverse hacia él- ¿Es necesario, Heechul?

-¿Me estás pidiendo permiso?- Él sonrió.

-No soy tan tonto como para dejar el asunto por tu cuenta. Te he preguntado si es necesario. ¿Vas a seguir con tus desafíos?

-No -susurró Heechul, resentido y acobardado.

-Bien. Cuando entré no pensaba en castigarte. Lo que tenía en mente era muy distinto.

Heechul se apartó con brusquedad, dilatando los ojos de suspicacia.

-No pensarás... después de... ¿cómo te atreves a pensar que yo ... ?

-Hemos tenido un pequeño desacuerdo -interpuso él, encogiéndose de hombros-, pero ya ha pasado.

-¿Que ha pasado? ¿Pequeño? -balbuceó Heechul - Si eso opinas tú, bien. No cabía esperar otra cosa de semejante bruto. Pero no obtendrás de mí esa cosa tan distinta que tenías pensado, ¡después de haberlo hecho con Changsu!

-¿Con ... ? Será mejor que os expliquéis ahora mismo, señor.

-¿Yo? -exclamó - ¿Visitáis a un prostituto y soy yo quien debe dar explicaciones?

-Conque eso es lo que os ha tenido sobre ascuas todo el día. -Sonrió inesperadamente.

Luego aumentó la ira de su esposo echándose a reír- ¡Y yo le dije que no erais tan tonto!

-¿Le dijisteis... tonto? -balbuceó Heechul - Pues sí, debo de serlo, si pensaba que mi esposo no sería capaz de avergonzarme tan abiertamente.

Él meneó la cabeza, siempre sonriente.

-Nunca os he avergonzado, señor mío...

-... y mañana lloverán monedas de oro - resopló Heechul - Será mejor informar al halconero para que se prepare a ver esa maravilla.

-... ni tenéis motivos para estar furioso.

-¿Debo preguntarme todos los días en qué lecho he de encontramos, sin decir nada al respecto? ¿Eso pretendéis?

-¿Me encontrasteis en el lecho con él ?

-Os sorprendí con la mano en su miembro. ¿Acaso estabais discutiendo sobre la renta, mi señor?

Su sarcasmo se tornaba cada vez más agudo. Él había olvidado en qué momento había aparecido Heechul en la puerta de El pelirrojo.

-En realidad, estábamos hablando de ti.

-Por cierto - el tono de Heechul se tornó seco.

- la puerta estaba de par en par, como recordarás.

-Eso sólo demuestra que me dijisteis la verdad al asegurar que no os importa contar o no con intimidad. En el bosque, en la choza de una ramera con la puerta abierta. ¿Qué importa?

¿Tenía que acordarse de eso justo ahora?

-¿Sabes, princesa?, habrías podido ahorrarte esos dolorosos celos si ayer hubieras respondido a mi pregunta. Si no querías que me desahogara con otro, debiste decirlo.

-Conque lo admites -dijo vacilante.

-¿Y tú? -contraatacó él.

-Puesto que tú no sabes ser discreto, tendré que serlo yo -replicó Heechul amargamente-, aunque no veo la utilidad cuando todo está ya hecho. Y no estaba celoso. Horrorizado y humillado, sí, pero celoso no.

-Muy bien, no estabas celoso -concedió él, aunque su sonrisa revelaba que no lo creía así- De cualquier modo, habrías podido evitarte problemas si me hubieras preguntado simplemente qué estaba haciendo allí.

-Cuando un hombre visita a un prostituto es para hacer una sola cosa.

-En ese caso, ¿por qué me limité a conversar con él?

-¿A conversar? -bufó Heechul - ¿Poniéndole las manos en su miembro?

El rió entre dientes.

-¿De qué otro modo habría podido él determinar si mis caricias te harían daño o no?

-¿A mí? ¿Acaso la acariciaste por mi bien? -se burló - Inténtalo otra vez, por favor.

Por fin Siwon frunció el ceño.

-Si yo hubiera necesitado de alguien mas, no me habría hecho falta ir a la aldea para hallarlo. Aquí hay muchos que no se me habrían negado, incluido tú mismo. Lo que yo necesitaba era una respuesta que sólo podía darme alguien como él, de vasta y variada experiencia. Sólo por eso lo visité, y eso fue lo único que él me brindó. Aun cuando su respuesta me excitó, no me demoré como para aprovechar su profesión. Pero si te hubiera encontrado aguardando afuera, joven señor, puedes estar seguro de que habrías tenido pruebas de tu equivocación.

Heechul no pasó por alto el significado de esas palabras, que le enrojeció las mejillas. Y le creyó, aunque no fuera prudente, porque deseaba creerlo. Pero eso significaba que, al acusarlo así, había hecho el papel de un verdadero tonto. Cabía agradecer que él no hubiera perdido la paciencia por completo. Pero seguía con el ceño fruncido, y eso aumentó la incomodidad del joven.

- ¿Quieres ... ? -Tuvo que carraspear; por el momento él no podía mirarlo a los ojos-. ¿Quieres decirme cuál era la respuesta que buscabas?

Siwon dio un paso hacia él. Su voz fue un rumor grave y ronco.

-Quería saber cómo darte placer sin dañarte.

Heechul levantó bruscamente la cabeza; sintió una intensa indignación.

-¿Eso le preguntaste?

- sí.

-¡Pero si nunca me has hecho daño!

-Tampoco te he tocado como me gustaría, por miedo a que estas manos te lastimaran cuando yo perdiera el control, cosa que me ha ocurrido una y otra vez contigo. -La expresión dubitativa de su esposo lo exasperó- ¡Mira lo delicado que eres! Nunca llevé a mi lecho a un joven tan frágil. No hago más esfuerzo para alzarte que para levantar a lord Heebum.

Eso era una exageración, pero ninguno de los dos cayó en la cuenta. 
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-¡Pero si nunca me has hecho daño!

-Tampoco te he tocado como me gustaría, por miedo a que estas manos te lastimaran cuando yo perdiera el control, cosa que me ha ocurrido una y otra vez contigo. -La expresión dubitativa de su esposo lo exasperó- ¡Mira lo delicado que eres! Nunca llevé a mi lecho a un joven tan frágil. No hago más esfuerzo para alzarte que para levantar a lord Heebum.

Eso era una exageración, pero ninguno de los dos cayó en la cuenta.

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