Domando al Guerrero- Capítulo 14



-¡Yen! ¿Qué significa esto?

-¡Heechul gracias a Dios!

Encontrar al muchacho amarrado en un rincón de su alcoba lo dejó estupefacto.

-¿Has estado así desde que me llevaron? -preguntó, incrédulo.

-No. Yin me encontró y me desató ayer por la mañana. Llevamos la carta aquí dejada a sir Yesung, que todavía está en cama, pero ya no delira. Pero cuando la leyó en voz alta, tuve... tuve tanto miedo por ti que quise ir a buscarte. Sir Yesung me lo prohibió, pero Hyunsoo, ese patán traicionero, me sorprendió anoche intentándolo y ordenó que me ataran así. Cuando le eche mano, lo mataré.

-Cálmate -dijo Heechul severo. Pero no pudo evitar una sonrisa mientras comenzaba a desatarlo- ¿Qué creías poder hacer, tonto? ¿Crees que he padecido daño en mi pequeña aventura? No sufrí ningún peligro verdadero, y deberías haberte dado cuenta de que así sería. Soy demasiado valioso como para que me maten antes de la boda.

-¿Y cómo podía yo saberlo si fue él quien te secuestró? -inquirió el joven.

-Bueno, no es tan terrible, después de todo. ¿Acaso no me ha traído de regreso?

-Sí, pero casado con él -gruñó Yen.

-¿Cómo lo sabes?

Los ojos del muchacho se agrandaron.

-¡Sólo bromeaba!

-Pero yo no.

-¡Heechul! -gritó- ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¿No sabes lo que siento por él?

-¿Estás celoso, querido?

-Bueno... no, creo que no -admitió él pensativo- Si no puede ser para mí, prefiero que sea para ti. Pero con él, Heechul... ¿Era la única alternativa?

-Sí, pero si hizo falta convencer a alguien, ese alguien fue él -dijo Heechul - No me secuestró para sí, ¿sabes?, sino para un viejo lord que lo contrató. Y no fue fácil persuadirlo de que me desposara en vez de entregarme.

-¿Quieres decir que tú lo escogiste?

-Podía elegir entre él o el viejo lord. -No fue necesario aclarar más- Ahora ayúdame a vestirme, y de prisa. No puedo dejarlo por mucho tiempo a solas con mis vasallos.

-¿Qué han dicho ellos de este súbito matrimonio?

-No lo saben ni lo sabrán. No repitas una palabra de lo que te he dicho, ni siquiera a Yin. En todo caso, teníamos que volver a casarnos en presencia de todos, así que les he hecho creer que la segunda boda será la primera. Les diré que Siwon ha aceptado mi petición de matrimonio. De ese modo no albergarán dudas sobre mis motivos ni pensarán que fui obligado. No quiero que desconfíen de él.

-Pero si quieres deshacerte de ese marido, Heechul, éste es el momento, antes de que lord Minho lo sepa.

-Pero yo lo deseo Yen. Lo he pensado bien. En realidad, es el mejor para Clydon. Ni Yunho ni Han podrían dedicarse exclusivamente a la propiedad; Choi Siwon sí. No tiene tierras propias, ni familia que lo ate ni obligaciones que lo alejen de nosotros. Y no es pobre; se encargará de costear todo lo que yo no he podido hacer.

-Y entonces Clydon lo amará ¿Y tú?

Heechul apartó la vista.

-Una vez se decidió, se aseguró de que el compromiso no pudiera ser anulado. Queda por ver si lamentaré mi decisión.

-¿Cómo fue? -preguntó Yen muy sonriente.

Heechul comprendiendo a qué se refería y lo fulminó con la mirada.

-Eso no es algo que te importe.

-Anda Heechul -insitió él ensanchando la sonrisa- Quiero saber qué me perdí.

-Si quieres saberlo, fue rudo y rápido.

-Oh, ahora sí que me siento celoso -Y suspiró.

-¡Idiota! -resopló desdeñoso- ¿Acaso te gusta así de rápido? Y ahora deja de fastidiarme si no quieres un coscorrón.

Heechul quería lucir su mejor traje en la importante entrevista con sus vasallos, pero Yen señaló que debía reservar lo mejor para la boda. Al terminar de arreglarse, Yen le aseguró que nunca lo había visto tan hermoso. Le hizo notar que, puesto que sus vasallos lo conocían bien y no se dejarían confundir por su aspecto, en realidad sólo se estaba acicalando para su flamante esposo. Y así debía ser.

Heechul no pudo negar lo bien que se veía. Su caro espejo de cristal, con su imagen tanto más clara que el de acero pulido, lo aseguraba así. ¿Y quién era él para discutir el antiguo adagio según el cual era más fácil tratar con el esposo si éste estaba complacido con el aspecto de su pareja? Valía la pena averiguar si era cierto, pues Choi Siwon tenía que estar muy disgustado con su tardanza.

Lo encontró sumido en una discusión sobre rotación de los sembrados con Minho, el tema parecía fascinarle. ¿Dónde estaba el disgusto por la ausencia de su esposo? Por lo visto, ya no le preocupaba perderlo de vista. Heechul estuvo a punto de marcharse sin hacer notar su presencia. Había otras cosas que hacer y era una tontería asignar tanta importancia a la preocupación de ese hombre.

Pero Minho lo vio antes de que pudiera escurrirse y lo saludó. Su esposo no delató reacción alguna ante su aspecto, y eso lo deprimió, aunque tenía bastante práctica en disimular sus sentimientos.

-No quiero interrumpir vuestra conversación, caballeros. Sólo me detengo para haceros saber que no os he olvidado. Debo atender algunas cosas más antes de reunirme con vosotros.

Siwon abrió la boca para protestar, pero Minho le ganó de mano.

-Por favor, señor. Sabéis que soy, en general, hombre paciente, pero no cuando se me ha despertado la curiosidad. Decidnos qué os ha hecho cambiar de idea con respecto al joven Jung.

Heechul miró a Siwon con ojos grandes e inocentes.

-¿No se lo habéis dicho? Qué vergüenza señor. ¿Creíais que dudarían de vuestra palabra?

Tras haber dejado caer esas insinuaciones, a las que él no podía contestar, se sintió vengado por la desilusión de que Siwon no hubiera reparado en su aspecto. Luego se volvió hacia sus vasallos y explicó:

-Aunque mi relación con sir Siwon haya sido muy breve, me bastó para comprender que es el hombre más adecuado para Clydon y para mí.

-¿Y él quiere casarse con vos? -preguntó Minho, sin mucha sorpresa.

-Ha aceptado mi proposición -aclaró- En realidad, no fue fácil persuadirlo. Se mostraba renuente porque no puede aportar tierras propias, aunque tiene medios necesarios para comprar una excelente propiedad, si así lo desea. Lo que le hace ideal para Clydon es que aún no haya jurado fidelidad a ningún lord.

-Conque fue idea vuestra.

La expresión de Heechul hizo verdad de la mentira.

-Mía, sí. Después de estudiar todos los aspectos, sin hallar nada a lo que vosotros pudierais oponeros, ofrecí contrato a sir Siwon y él aceptó. ¿Hay, por ventura, algún motivo por el que pudierais rehusar a aceptarlo como señor, sabiendo que es mi elegido?

Así dichas las cosas y en aquel tono, si existía alguna objeción no sería expresada en ese momento. Ambos se apresuraron a asegurarle que sir Siwon les parecía aceptable.

-¿Os parece que mis otros vasallos pensarán lo mismo? -preguntó a Minho.

-No veo por qué no. Saben tan bien como nosotros que es urgente casaros... con un hombre que hubiera merecido la aprobación de vuestro padre.

-Me alegro, porque ya he enviado mensajeros con la misión de convocarlos, y también a sir Henry. La boda se llevará a cabo en cuanto estemos todos reunidos. Mi padre habría sentido gran respeto y admiración por sir Siwon, vosotros lo conocíais bien: sabéis cuánto valoraba la honestidad, el honor, la fuerza y la capacidad por encima de todas las cosas. La fuerza y la capacidad de sir Siwon están más allá de toda duda. En cuanto a su honestidad y su sentido del honor, he podido comprobarlo personalmente. Mi padre habría estado muy complacido.

Eso acabó de tranquilizar a los caballeros. El resto de la velada transcurrió con normalidad, sobre todo porque Heechul invitó nuevamente a sir Hyukjae a compartir la mesa principal. Lo que pareció tranquilizar a Siwon y ayudó a mantener una conversación animada. A ese hombre nunca le faltaba tema de conversación, por cierto.

Pero después de la mesa hubo un momento en que Minho se las arregló para arrinconarlo con la única preocupación que le restaba:

-¿Estáis seguro señor? ¿No habéis dejado que ese cuerpo apuesto obnubilara vuestro criterio?

Heechul se echó a reír.

-¡Vamos Minho! ¡Demasiado me conocéis para pensar así! ¿Soy capaz de anteponer la apostura de un hombre a la conveniencia de Clydon? No me engaño pensando que es mi persona lo que sir Siwon codicia. Sucumbió a las mismas tentaciones que habrían convencido a Yunho y a Han, si mi propuesta hubiera sido para cualquiera de ellos. El amor y los caprichos no tienen peso alguno cuando de formar alianzas se trata, y ni el uno ni los otros influyeron sobre mí cuando elegía a Siwon es fuerte, capaz...

-¿Fuerte? Ese hombre es un gigante, por si no lo habéis notado señor mío.

El rió entre dientes al ver la expresión sobrecogida de su vasallo.

-Sí, es cierto. Deberíais haber visto cómo puso en fuga a los hombres de Gura, y hasta mató a uno de cada dos antes de que pudieran escapar. En caso de necesidad, podréis contar con él, Minho; sobre eso podéis estar tranquilo. Pero lo más importante es que estará disponible cuando quiera lo necesitéis, pues nunca estará fuera, visitando otras propiedades que en nada se relacionen con Clydon.

Con eso Minho quedó satisfecho. Pero a Heechul aún le quedaba una dificultad por delante: la asignación de aposentos. Cuando al fin quedó a solas con Siwon, ya no pudo eludirla más. Tenía que alojarlo en las habitaciones del señor, puesto que Minho siempre utilizaba la alcoba de la torre oeste y ya se había retirado a ella. Las habitaciones del señor eran las más apropiadas para Siwon, pero Heechul aún no las compartiría con él.

Desde luego, para él sería un alivio y no una molestia. Sólo cabía sospechar que podía irritarse, porque aquella mañana, tras requerirle que se desnudara, había dicho que eso podía esperar hasta la noche. Probablemente él lo había olvidado, pero Heechul estaba preparado, si acaso no era así. Lo que lo preocupaba era si él aceptaría.

Cuando Siwon estaba por hablar, solos ambos ante el hogar, él se adelantó:

-Acompañadme, señor.

Un sirviente esperaba al pie de la escalera para iluminar el camino. Onew había recibido ya indicaciones sobre el sitio donde debía poner la armadura de Siwon, que se le había quitado a su llegada, dejándole la espada. El jovencito aguardaba en la antecámara, medio dormido en un jergón, pero se espabiló en cuanto entraron.

-¡Veréis lo que es este sitio, Siwon! -exclamó entusiasmado-. ¡Parece la cámara de los tesoros!

Heechul sonriendo, los precedió hasta la habitación más grande. Ambas estaban bien acondicionadas e iluminadas profusamente por varios candelabros.

- Son algunos de los tesoros que mi padre conquistó en Chipre -explicó señalando la fina alfombra turca que cubría buena parte del suelo y dos enormes tapices, con diseños extranjeros- ¿Sabíais que el rey se detuvo allí para conquistar triunfalmente la isla?

-No -respondió Siwon distraído- Lo que acontece lejos de Inglaterra nunca me ha interesado mucho.

Heechul sonrió para sus adentros, pues lo veía francamente sobrecogido por las comodidades que ofrecía la alcoba. La cama con dosel era enorme; sus cortinas, de rico terciopelo azul, lucían el escudo de armas de los Kim. Dentro de los dos gruesos muros exteriores había una letrina individual, regada por una cisterna desde el techo, para reducir el olor; dos hondas ventanas cuyos antepechos, cubiertos de armiño, servían de asiento, y un armario empotrado en la pared, donde se guardaban objetos valiosos, tan grande que sus padres lo habían utilizado como guardarropa para sus atuendos de gala.

Para la ropa de uso diario había numerosos arcones, así como uno grande, con cerradura. En la alcoba de Heechul había uno parecido, donde guardaba los documentos importantes de la familia, la vajilla de plata, ricos paños comprados a los mercaderes de Birkenham, sus costosas especias y algunas joyas y monedas.

La chimenea estaba apagada, puesto que los tapices y las alfombras reducían las corrientes de aire. Había una mesa pequeña, donde había una jarra de vino. La gran tina de baño había sido retirada del rincón en donde permanecía siempre, oculta tras un biombo, y estaba llena de agua. Aún se veía elevarse el vapor. En un banquillo próximo esperaban una gruesa toalla y un pan de jabón importado, de agradable perfume, también comprado a los mercaderes de Birkenham.

- ¿Deseáis... deseáis mi ayuda para bañaros?

Por suerte, su voz sonó lo bastante nerviosa como para que él meneara la cabeza, dándole oportunidad de retirarse.

-En ese caso os deseo buenas noches, señor.

Y desapareció antes de que él comprendiera que ésa era su intención. Heechul creyó haber escapado con facilidad, pero se equivocaba. Él lo alcanzó ante la puerta de su propio aposento. Sin duda su voz grave despertó a los jóvenes que dormían en los aposentos ubicado entre el aposento del señor y el de Heechul

-¿Qué significa esto, señor?

Heechul esperó que él lo siguiera al extremo del pasillo. Entonces replicó:

-No creo que tal explicación sea necesaria. Vos dormís allí, yo duermo aquí... mientras no estemos casados.

-Pero sí estamos casados -recordó él frunciendo el ceño.

-Pero nadie lo sabe, señor, y vos accedisteis a ello. ¿Queréis provocar un alboroto que mancille mi honor, cuando dentro de pocos días volveremos a casarnos?

-¿Y qué será de vuestro honor cuando no haya evidencia alguna de que fue su primera vez? –le espetó él.

Heechul estaba preparado para esa pregunta.

-no se preocupe eso se puede solucionar. Ahora vuelvo a desearos buenas noches.

¡Cuánto habría reído si hubiera podido verle la expresión, después de cerrarle la puerta en la cara! Pero en ese momento temía que él golpeara la puerta e insistiera en sus derechos maritales; sin embargo, no fue así.

Heechul se felicitó por la victoria de esa breve tregua. Se negaba a Pensar en lo que ocurriría en pocos días, cuando ya no pudiera seguir evitando el rudo lecho marital que para sí mismo había tendido.


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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...