Demonios amenaza otro día pegajoso, pensó irritado Choi
Siwon sentado frente a su escritorio mientras revisaba la correspondencia de la
mañana. Era invierno. No hacía tanto calor como los primeros tiempos de estar
en este país horrible, pero aquella última semana sin lluvia había traído días
calurosos y húmedos. El maldito tiempo comenzaba a irritarlo.
Por lo menos, se le ofrecía la perspectiva de ver aquella noche a Kim Heechul. Siwon agradeció a su buena suerte que lo había inducido a aceptar la invitación de Nichkhun para ir a la Opera, si hubiera rehusado ir no habría podido conocerlo.
Un escalofrió recorrió el cuerpo de Siwon cuando recordó el infierno que había soportado durante los primeros tres meses en Egipto. Pero todo había cambiado después de recibir la carta de Dongie... y también su suerte había variado.
Unos golpes en la puerta de Siwon interrumpieron sus pensamientos.
-¿Qué hay? -rezongó Siwon.
Por lo menos, se le ofrecía la perspectiva de ver aquella noche a Kim Heechul. Siwon agradeció a su buena suerte que lo había inducido a aceptar la invitación de Nichkhun para ir a la Opera, si hubiera rehusado ir no habría podido conocerlo.
Un escalofrió recorrió el cuerpo de Siwon cuando recordó el infierno que había soportado durante los primeros tres meses en Egipto. Pero todo había cambiado después de recibir la carta de Dongie... y también su suerte había variado.
Unos golpes en la puerta de Siwon interrumpieron sus pensamientos.
-¿Qué hay? -rezongó Siwon.
Se abrió la puerta y el sargento Hang entró en el invernadero sofocante que era el despacho de Siwon. Era un hombre apuesto, que doblaría la edad de Siwon, de cabellos rojizos y espeso bigote del mismo rojo intenso.
-Teniente, fuera un árabe quiere hablar con usted. Dice que es un asunto importante.
-¿No es lo mismo que dicen todos? Entiendo que estamos aquí para mantener la paz, pero ¿esa gente no podría acudir a otros con sus mezquinas disputas?
-Así debería ser, señor. Estos malditos egipcios no entienden que estamos aquí sobre todo para evitar que vengan los franceses. ¿Le traigo a este hombre?
-Imagino que no hay otra alternativa, sargento. Maldita sea... me alegraré cuando pueda salir de este país.
-Lo mismo digo, señor.
Un momento después Siwon oyó cerrarse suavemente la puerta y, alzó los ojos, vio a un árabe desusadamente alto que se acercaba al escritorio.
-¿Usted es Choi Siwon? - preguntó el joven deteniéndose frente al escritorio.
-Teniente Choi -lo corrigió - ¿Puedo preguntar su nombre?
-Mi nombre no importa. He venido a buscar la recompensa que usted prometió por la devolución de su hermano.
Otro que viene con la misma música, pensó Siwon.¿A cuántos hombres codiciosos y oportunistas, ladrones sin escrúpulos, tendré que soportar todavía?. Había perdido la cuenta de las muchas personas que lo habían visto y afirmado que tenían informes... datos falsos con los cuales pretendían obtener la recompensa. La mayoría esquivaba el bulto cuando Siwon les decía que primero tendría que comprobar la información. De este modo había realizado muchas búsquedas infructuosas en la ciudad y el desierto.
Incluso después de recibir la carta entregada por un joven árabe que había huido inmediatamente, no había renunciado a la búsqueda. Deseaba creer que Donghae era feliz donde estaba, pero tenía que comprobarlo con absoluta certeza. Después de todo, habría podido ser una mentira. Quizá lo habían obligado a escribir esa nota. Le habría agradado poner las manos sobre el hombre que lo había secuestrado y que lo tenía por amante en lugar de casarse con él. ¡Siwon obligaría al rufián a desposarlo!
-¿No desea recuperar a su hermano?
-Disculpe me he distraído. ¿Sabe dónde está mi hermano?
-Sí.
-¿Y puede llevarme hasta él?
-Sí.
Este hombre era diferente. No vacilaba en sus respuestas como habían hecho los otros. Siwon entrevió una luz de esperanza.
-¿Cómo sé que me dice la verdad? Me han engañado muchas veces.
-¿Puedo formularle una pregunta?
-Por supuesto.
-¿Cómo sé que me dará el dinero cuando lo reúna con su hermano.
-Una buena pregunta –dijo Siwon con expresión sombría. Abrió el último cajón de su escritorio y retiró un saquito muy pesado- Preparé este dinero el día que secuestraron a Donghae. Puede contarlo si lo desea, pero le aseguro que la suma total prometida está aquí y que será suya si dice la verdad. El dinero no me importa. Simplemente deseo recuperarlo.
Siwon se interrumpió y estudió el rostro del joven
- Dígame... ¿cómo sabe dónde está mi hermano?
-Estuvo viviendo en mi campamento.
Siwon se puso de pie tan velozmente que la silla cayó al suelo.
-¿Usted es el hombre que lo secuestró?
-No -replicó sencillamente el joven, sin intimidarse ante la mirada colérica de Siwon.
Siwon se calmó cuando vio que no tendría que luchar.
-¿A qué distancia está su campamento?
-No tendremos que ir allí.
-¿Entonces?
-Su hermano está fuera.
-¿Fuera?
-Hemos viajado muchos días. Duerme sobre su caballo. Puede verlo desde la ventana.
Siwon corrió hacia la ventana que daba a la calle. Después de un momento, se volvió hacia el árabe, y en su rostro curtido se veía la cólera.
-Si sale, comprobará la verdad de mis palabras -replicó el árabe, y dio media vuelta abandonando la habitación.
Es demasiado sencillo para ser una trampa. Lo único que necesitaba hacer era salir y comprobar personalmente la verdad. ¿Qué esperaba? Siwon recogió el saquito de dinero y siguió al árabe. Tenía que ser verdad.
Fuera en la calle se detuvo al lado del oscuro corcel árabe, montado por una figura ataviada con una túnica negra cubierta de polvo. Si se trataba de otra mentira, temía ser incapaz de controlarse, haría pedazos al joven que esperaba a su lado.
Para saberlo, bastaría con retirar la kufiya oscura que le cubría el rostro y comprobarlo. Así de sencillo.
En ese momento el caballo se movió y la figura dormida comenzó a caer lentamente. Siwon la recibió en los brazos. Al hacerlo, la kufiyah cayó hacia atrás y reveló un rostro sucio y surcado por las lágrimas, un rostro que él habría identificado en cualquier rincón del mundo.
-¡Dongie! ¡OH, Dios mío... Dongie!
Donghae abrió los ojos un momento y murmuró el nombre de Siwon, inclinando la cabeza, y apoyándola luego contra el hombro de su hermano.
- Como le he dicho, pasó dos días con sus noches sin descansar. Sólo necesita dormir.
Siwon se volvió para mirar al joven que le había devuelto a su hermano.
-Le debo una disculpa por haber dudado de su palabra. Estaré eternamente agradecido por lo que hizo. Tome el dinero. Es suyo.
-Gracias. Me siento más que feliz de haberle prestado este servicio. Ahora me marcharé, pero cuando Donghae despierte dígale que le deseo todo el bien que se merece.
Recogió las riendas del caballo negro, montó en su propio corcel y se alejó por la calle.
Siwon miró a Donghae que dormía pacíficamente en sus brazos. Pensó: ¡gracias, Dios mío! Por favor, ayúdame a compensar a Donghae por lo que ha sufrido.
Siwon entró con Donghae en el edificio. Se sentó en una silla frente al escritorio del sargento Hang, sosteniendo tiernamente en brazos a su hermano.
-¡Teniente! ¿Se desmayó en la calle? Será mejor que lo deje en la silla. El polvo de la túnica está ensuciándole el uniforme.
-Déjese de tonterías, sargento. No haré nada por el estilo. Pero le diré lo que usted tiene que hacer. Primero, ordene que acerquen mi carruaje a la puerta principal. Después, informe al coronel Lau que no volveré hoy.
-¿No volverá? ¿Y si el coronel pregunta la razón?
-Dígale que he encontrado a mi hermano, y que lo llevo a mi casa. ¿Podrá arreglarse solo, sargento?
-Sí, señor.
Siwon llegó a su casa cerca del mediodía. Consiguió abrir la puerta de su departamento sin despertar a Donghae, pero cuando se dirigía al dormitorio, su ama de llaves, la señora Arha, le salió al paso.
-Choi Siwon, ¿qué demonios hace a mediodía en esta casa? ¿Y qué trae usted? -preguntó la mujer con expresión de reproche.
-A mi hermano.
-¿Su hermano?, ¿Quiere decir que este es el joven que usted estuvo buscando día y noche? Bien, ¿por qué no lo dijo antes? No se quede ahí inmóvil, lleve a su hermano al dormitorio.
-Es lo que estaba haciendo cuando usted me interrumpir, señora Arha.
Entró en la habitación que contenía todas las pertenencias de Donghae y lo depositó en la cama.
-¿Está herido? ¿Cómo lo halló?
-Necesita dormir un poco, eso es todo.
Siwon vio que la mano de Donghae ocultaba un pedazo de papel arrugado. Consiguió soltarlo, y lo puso sobre la mesita de noche junto a la cama. Después, con la ayuda de su ama de llaves, despojó a Donghae de la túnica y las pantuflas.
-Señor, ¿qué hago con todo esto? ¿Lo envío al cubo de los residuos? -preguntó la señora Arha, que tenía en las manos las ropas sucias de Donghae.
Siwon miró a la matronil señora de pie en el umbral.
-Por el momento deje a un lado esas ropas. Donghae decidirá.
Siwon deseaba volver cuanto antes a Inglaterra. Egipto había provocado en ambos nada más que sufrimientos, pero ahora que Donghae había regresado, volverían a ser felices.
Hubiera deseado saber por qué se había separado del hombre a quien decía amar. Había dicho que lo amaba. ¡Sin duda ahora sufría mucho!
Siwon bebió un trago de whisky, y fue a buscar a la señora Arha a la cocina.
-Señora Arha tendré que salir aproximadamente una hora. No creo que mi hermano despierte. Pero si lo hace, dígale que he ido a anular una cita, pero que regresaré muy pronto. Y atienda todas sus necesidades.
- si señor
-No tardaré mucho.
No estaba lejos de la vivienda del mayor Kim y Siwon confiaba en que hallaría en casa a Heechul, pues deseaba cancelar personalmente la cita concertada para esa misma noche.
Heechul estaba realizando una corta visita a su tío, el mayor Kim Hendricks. Vivía en Inglaterra, y su madre tenía sangre coreana. Pero Siwon nada más sabía de él... si se exceptuaba el hecho de que el joven lo atraía intensamente.
Heechul tenía el cuerpo delgado, pero perfectamente redondeado en los lugares apropiados y unos labios carnosos. Siwon había ansiado que llegase la noche para volver a verlo, pero ahora tenía que posponer la salida. Abrigaba la esperanza de que lo entendiese.
Llamó a la puerta del modesto apartamento, después de unos instantes, aparecía un joven que le sonreía alegremente. Siwon lo miró atónito. Ese chico parecía tener a lo sumo veinte años, pero Heechul era un año menor que él.
-¿Heechul?
El joven se rió de la confusión de Siwon.
-Teniente, ocurre a menudo. Soy Kim Heejin, el hermano de Heechul. ¿Quiere pasar?
-Ignoraba que tenía un hermano, se parecen muchísimo.
-Ya lo sé... como mellizos. Pero Heechul tiene cinco años más que yo. Mi padre siempre dice que somos la viva imagen de nuestra madre cuando era joven. Mamá todavía es una hermosa mujer, de modo que es agradable saber lo que seremos en el futuro. - Sonrió dulcemente y ofreció a Siwon una mirada seductora- Perdón. Todos dicen que hablo demasiado. ¿Desea ver a Heechul teniente ... ?
-Choi Siwon - dijo él con una breve reverencia- Sí, deseo hablar con él si es posible.
-Creo que podrá. Está descansando en su habitación. Este tiempo tan caluroso... todavía no estamos acostumbrados... sí, es agotador. De modo que usted es Choi Siwon -dijo el joven, que lo examinó de la cabeza a los pies- Heechul habló mucho de usted, y veo que no ha exagerado nada.
- Joven Heejin, usted es muy franco.
-Creo que una persona debe decir lo que piensa.
-Eso a veces trae dificultades
- Sí, lo sé. Pero me agrada impresionar a la gente. Aunque no puedo decir que a usted lo haya impresionado. Seguramente está acostumbrado a los cumplidos.- mostrando en su rostro una expresión de picardía.
-No exactamente. Suelo ofrecer cumplidos... no recibirlos -dijo riendo.
-Habla como un verdadero caballero. Pero, ya estoy charlando otra vez. Si espera en el salón, iré a decir a Heechul que usted está aquí.
-Gracias, y le aseguro que ha sido un placer conocerlo.
-Puedo decir lo mismo de usted teniente Choi, pero estoy seguro de que volveremos a vernos - agregó y desapareció por el corredor.
Después de unos minutos, Heechul apareció en la puerta, tan bello como él lo recordaba después de la última vez.
-Creí que mi hermano bromeaba cuando aseguró que usted había venido. A veces se burla de mí. Teniente Choi ¿por qué ha venido tan temprano?
- Heechul... sé que es la segunda vez que nos vemos, pero ¿querría llamarme Siwon? - pidió él, tratando de formular el pedido del modo más seductor posible.
-Muy bien Siwon. ¿Por qué has venido?
-No sé cómo explicarlo exactamente…hace apenas un mes que estás aquí, pero ya sabes de la desaparición de mi hermano.
-Sí, mi tío me habló del asunto cuando dije que te había conocido.
- Donghae fue raptado en su habitación nuestra primera noche en El Cairo. Nosotros estábamos muy unidos. Lo busqué por todas partes y casi enloquecí por la preocupación. Y bien, me lo devolvieron hoy... esta mañana.
-Siwon... ¡qué maravilloso! Me alegro por ti. ¿Está bien?
Siwon se volvió para mirarlo y comprobó que en efecto se alegraba de lo ocurrido.
-Está muy bien, pero aún no he podido hablar con él. Ha cabalgado casi una semana entera y ahora descansa. Quería explicarte la situación porque necesito que comprendas por qué no iré contigo esta noche a la ópera.
-Lo comprendo perfectamente y te agradezco la explicación. ¿Puedo prestar ayuda?
-Eres muy amable. Quizá dentro de unos días puedas visitarlo. No sé si podrá adaptarse nuevamente a la vida de antes. Sólo ruego a Dios que sea capaz de olvidar sus terribles experiencias.
-Siwon estoy seguro de que con el tiempo todo se arreglará.
-Yo espero lo mismo.
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