Marcado VI -8




Acababa de salir hacia el tráfico del mediodía cuando mi teléfono timbró, indicando una llamada de mi mamá. Parecía tener una extraña habilidad para saber justo cuando estaba en el borde y en mis peores momentos. Estaba comprobándome y la necesitaba después de esa visita con la psiquiatra. Mi madre siempre me había simplemente aceptado por lo que sea o quien sea que fuera. Nunca había presionado, nunca había tratado de guiarme hacia un lado u otro, y como que necesitaba ese amortiguador después de esa sesión de desnudar el alma con la psiquiatra.
—Hola, mamá.
—¡Leeteuk! No he hablado contigo desde hace una eternidad. ¿Cómo estás? ¿Cómo va Jongkook?
Una eternidad eran solo cuatro o cinco días, pero le gustaba llevar un control acerca de mí. Gruñí un poco, agarré mis gafas de sol del portavasos, y las pegué a mi rostro.
—He estado ocupado. Perdón por no llamar. Volver al trabajo así como ajustarme a un nuevo compañero me ha mantenido de puntillas, y Kook está bien. Está enloqueciendo y creo que ha perdido cerca de diez kilos de músculo y ha ganado dos kilos en vello facial. Sus hermanas están cuidando bien de él.
Hizo un sonido agudo de simpatía y casi podía verla agarrándose la garganta de una manera dramática. Mi mamá no era nada más que exagerada.
—Son noticias maravillosas que te estés reajustando en el trabajo, cariño. ¿Cómo es el nuevo compañero? ¿Es apuesto?
Al final, por mucho que me amara, siempre se reducía a eso con mi mamá, un hombre. Jamás entendería cómo es que estaba bien siendo soltero. Cómo el encontrar a alguien con quien estar nunca había sido una prioridad para mí como lo había sido para ella.
—Está casado.
—¿Y?
Me quejé en voz alta.
—Mamá, eso justo ahí es el por qué deberías mantener a un abogado de divorcios a tu disposición. Casado está fuera de los límites. —Algunas veces me sentía como si estuviera hablando con alguien de mi edad y no una mujer adulta que debería comportarse. Si simplemente hubiera seguido las reglas en primer lugar, nunca habría pensado que mi padre iba a dejar a su esposa e hijos por nosotros.
Se rio un poco.
—Creo que casado y felizmente casado son dos cosas diferentes. Además, no he estado pescando en ese río por un tiempo y lo sabes.
No necesitaba recordármelo. Su última captura había sido un magnate de los bienes raíces adinerado que creía en el amor verdadero y había sido lo suficientemente tonto para no hacer que mi madre firmara un prenupcial. Después de una rápida boda y un divorcio incluso más rápido, mi mamá estaba rodando en billetes y saliendo con jóvenes sementales que estaban más cercanos a mi edad que a la suya.
—Contigo nunca sé. —Jamás la quiero cerca de un hombre casado de nuevo.
—Así que con el nuevo compañero estando fuera de los límites, no supongo que estés afuera conociendo a alguien. Sabes que me preocupa que vayas a terminar todo solo y no encuentres a nadie con quien hacerme hermosos nietos.
La maldije y se rio.
—Mamá, ¿en serio?
—Lo digo en serio. No te estás haciendo más joven y tu trabajo es muy peligroso, jovencito. Necesitas encontrar un marido antes de que envejezcas o te lastimes. Quiero que seas feliz y tengas lo que nunca tuve.
—Sabes que estás loca, ¿verdad? —No necesitaba a un hombre para ser feliz, no es que fuera a correr en la dirección opuesta si cierto dios del sexo repentinamente declarara su amor eterno por mí, pero aun así tenía tiempo de sobra para preocuparme acerca de otras cosas como para siempre. Sin embargo, ella nunca entendería eso.
—Así no es cómo deberías hablarle a tu madre.
Gemí de nuevo y entré al estacionamiento de la estación de policía. Coloqué mi gorra en mi cabeza y me miré en el espejo retrovisor. La psiquiatra tenía razón. Parecía como si tuviera ojos negros gemelos y mi palidez era directamente cerosa y asquerosa.
—Está este chico. —Iba a arrepentirme de contarle algo, simplemente lo sabía—. Es diferente. Me gusta mucho pero lo hace difícil. —Realmente lo hacía. Tener sentimientos por alguien no debería sentirse tanto como una batalla.
Chilló y tuve que sostener el teléfono lejos de mi oreja.
—¿Cómo es? ¿Qué hace? ¿Tiene dinero?
Me aseguré de que tenía mis llaves y todo lo que iba a necesitar antes de saltar fuera de la camioneta y cerrar la puerta de golpe detrás de mí con más fuerza de la necesaria.
—Es complicado e inteligente. Es más lindo que yo y lo sabe. Es encantador cuando quiere serlo y… —Me interrumpió antes de que pudiera decirle que también tiene los más maravillosos ojos, los cuales eran más ricos que todo el dinero en el mundo, y que es un camarero.
—Ohhhhh…
—Mamá, estoy en el trabajo, así que tengo que irme. Te hablaré más tarde, ¿de acuerdo?
—Te amo. Cuídate.
—También te amo.
Saludé a Barrett a medida que entraba. Me tomó unos pocos minutos estar listo para irme y mi compañero ya estaba afuera en nuestra patrulla cuando terminé. Agarré algo de café e hice mi camino hacia donde me estaba esperando.
Realmente nunca le importaba quién conducía, lo cual era un gran cambio de ir con Kook. Mi mejor amigo siempre quería estar detrás del volante y yo nunca discutía. Las palabras de la psiquiatra acerca de ser el compañero de Kook golpearon algo en mi cerebro y se sacudieron con fuerza alrededor. No me gustaba la verdad que estaba obviamente incrustada en ellas, y me puse silencioso y hosco durante toda la primera parte de nuestro turno.
La llamada era de un vecindario que estaba lo suficiente cerca al sitio donde fue el tiroteo que hacía que mi piel se sintiera toda hormigueando y tenía a todos mis sentidos yendo en alerta máxima.
Aparentemente los vecinos habían llamado debido a que la pareja podía ser escuchada gritando a través de las paredes del complejo de apartamentos en el que vivían. Tristemente, la mayoría de las personas trataban de permanecer fuera de ello cuando asuntos privados entre parejas explotaban en violencia, pero aparentemente este vecino estaba preocupado porque la pareja era conocida por tener dos niños pequeños en casa.
Íbamos a ser los primeros en la escena sin lugar a dudas y no teníamos idea de qué era a lo que estábamos entrando. No sabíamos si había armas envueltas, si los niños estaban en el lugar, nada. Toda esa incertidumbre burbujeaba en mi sangre y me hizo súper consciente de todo mi entorno. Los refuerzos estaban en camino, pero de acuerdo al despacho estaban a unos sólidos diez o quince minutos de distancia.
Abrí el camino escaleras arriba. De nuevo pensando que era extraño estar en el frente. Por hábito, generalmente dejaba a Kook ir a la situación primero, tal vez porque había estado siguiendo detrás de él toda mi vida, justo como dijo la psiquiatra. No obstante, no podía ser distraído por pensamientos así, no cuando los inconfundibles sonidos de vidrio rompiéndose y gritos haciendo eco venían claramente de uno de los apartamentos. Disparé sobre mi hombro una mirada inquieta a Barrett y él simplemente se encogió de hombros. Era todo parte del trabajo.
Golpeé bruscamente la puerta y todo el ruido del interior cesó. Nadie vino a responder de inmediato, así que golpeé de nuevo y grité:
—¡Policía de Seúl! Tenemos una queja acerca del ruido.
Escuché movimiento desde el otro lado de la entrada y sentí a Barrett tensarse en alerta a mi lado. La puerta crujió abriéndose y un hombre asomó un ojo afuera para mirarme. Su mirada cayó a mi placa.
—No llamamos a la policía. —Su voz sonaba temblorosa y escuché una voz femenina desde el interior del apartamento gritándole, llamándolo bastardo infiel.
Alcé mis cejas ante él.
—No, no lo hizo, pero sus vecinos lo hicieron. Se quejaron acerca de gritos y dijeron que sonaba como sí la lucha libre se hubiera mudado al piso de arriba. También mencionaron que tienen hijos, y deben saber que continuar así frente a ellos no está bien.
La voz de la mujer de adentro se alzó en volumen, y detrás del hombre escuché cristales rompiéndose. Miró detrás de él sobre su hombro e hizo una mueca de dolor.
—Los niños están con mis padres. Carla y yo solo estamos teniendo un pequeño desacuerdo eso es todo. Se salió de las manos. Bajaremos la voz, lo juro.
—¡Desacuerdo! ¡Tú imbécil infiel! ¡Te atrapé en la cama con mi hermana!
Sí señor. Sonaba como que la mujer tenía el derecho a estar furiosa con él. Probablemente yo también querría romper todas sus cosas.
—Mire, solo necesitamos asegurarnos que todos se tranquilicen y asegurarnos que nadie está herido. —También necesitábamos asegurarnos que los niños realmente no estuvieran en medio de este espectáculo de mierda.
—Mire, Oficial Park. Carla es una mujer apasionada. Lo resolveremos todo y estaremos de nuevo haciendo bebés en un santiamén. No hay necesidad de que ustedes… —Se calló con una maldición cuando la puerta se abrió repentinamente cayó hacia la entrada a mis pies. Un gran cuchillo de carnicero con mango de madera estaba sobresaliendo de su hombro y una diminuta mujer estaba de pie a algunos pasos de distancia mirando a donde había caído con una furia desenfrenada y un odio en sus ojos. Esta debía ser la célebre Carla.
Su mano libre estaba ensangrentada y su otra mano tenía un cuchillo mucho más grande. Parecía como si hubiera asaltado la cocina mientras estábamos hablando con su infiel esposo.
Tan calmadamente como podía, apuntó su cuchillo en mi dirección y me dijo:
—Voy a cortar sus pelotas.
Parpadeé porque no podía hablar en serio, pero entonces me di cuenta que realmente lo hacía a medida que empezaba a avanzar hacia donde Barrett estaba ocupándose del hombre herido. Ya había llamado a los médicos y estaba alzando la vista hacia mí con ojos enormes mientras atendía a la víctima.
No podía apartar la mirada de Carla. Abrí la correa que sujetaba mi pistola en su lugar y saqué la Taser con la que todos estábamos armados para usar en situaciones como esta.
—Carla, sabes que no puedo permitirte hacer eso —Mantuve mi voz firme y me negué a moverme mientras ella se movía más y más cerca.
—Es una rata bastarda. —Estaba temblando por todas partes y su furia era casi palpable—. ¡Mi hermana! ¡Mi maldita hermana! ¿Cómo pudieron hacerme esto?
No tenía una respuesta para ella además de “las personas apestan,” pero eso no iba a hacer que entrara en razón o a hacer que dejara caer el cuchillo.
—Eso es malo, Carla. Malo para ti y malo para tus hijos. No quieres empeorarlo, ¿cierto? Necesitas bajar el cuchillo y solo venir conmigo.
Podía escuchar las sirenas en la distancia, lo cual era grandioso, porque el idiota infiel se había recuperado lo suficiente para empezar a gritarle de regreso a Carla. La estaba llamando nombres y diciéndole que su hermana era cien veces mejor en la cama que lo que ella iba a ser alguna vez. Definitivamente no estaba ayudando en la situación.
Carla estaba temblando de nuevo y su rostro fue de rojo furioso a pálido enfermizo. Iba a enloquecer, así que me aferré a la única cosa en la que podía pensar que probablemente alejaría su ira de su horrible esposo.
—Carla, sé que estás molesta con él, decepcionada, y nadie puede culparte. Lo que hizo es terrible e imperdonable, ¿pero qué hay de tu hermana? Hacen falta dos para engañar y ella es tu familia, tu sangre. ¿No quieres decirle cómo te sientes acerca de lo que hizo?
Fue como el sol abriéndose paso a través de las nubes en un día de verano. Vi la consciencia llegar, la furia cambiando de un objetivo al otro y la fresca traición golpear en el cuerpo de esta mujer como un tren de carga. El cuchillo cayó fuera de sus dedos repentinamente laxos y se deshizo en una bola histérica en el suelo delante de mí. Dejé salir un suspiro de alivio y miré por encima de mi hombro hacia donde los paramédicos estaban cargando a la víctima en una camilla y preparándose para transportarlo. Barrett estaba hablando con alguien que parecía ser un vecino, probablemente obteniendo una declaración de un testigo, y la unidad de refuerzo solo estaba flotando en la entrada observando el espectáculo.
Caminé hacia Carla y coloqué una mano en su hombro. Alzó la vista hacia mí con ojos débiles.
—Mi hermana es una perra.
Asentí solemnemente.
—Realmente suena como que lo es.
—¿Qué va a pasar con mis hijos? Están en la casa de sus padres ahora mismo.
Bueno, eso era bueno. Por lo menos no iban a tener que vivir con la visión de su madre tratando de cortar en dos a su padre con un cuchillo de carnicero.
—No puedo contestar eso, Carla. Pero tal vez ellos deberían de haber sido tu preocupación cuando tomaste ese cuchillo.
Ayudé a la mujer a ponerse de pie y me encogí mientras se limpiaba una pegajosa mezcla de lágrimas y mocos con el dorso de su brazo.
—Voy a ir a la cárcel.
Asentí una vez más.
—Me temo que sí.
Dejó escapar un suspiro realmente profundo y me miró por el rabillo del
—Desearía haber apuntado más abajo.
No debería ser gracioso y no iba a perdonar este tipo de violencia, pero como que estaba de acuerdo con ella.
Le leí sus derechos y la puse en la parte trasera de la patrulla. Sabía que la íbamos a acusar de asalto agravado como mínimo. Tomó unos minutos para conseguir todo lo situado en la escena y obtener todas las declaraciones para el reporte que íbamos a escribir.
El viaje de vuelta a la estación estuvo lleno con silenciosos sollozos en el asiento trasero y Barrett murmurando para sí mientras yo conducía por el tráfico de la tarde. Procesamos a Carla y empezamos el papeleo cuando Barrett repentinamente detuvo lo que estaba tecleando y me miró con obvia confusión en su rostro. Estaba muriéndome de hambre ya que habíamos dejado la cena, y solo quería terminar el papeleo para que así pudiéramos volver a la calle a terminar nuestro turno y quizás escabullirnos por algo de hamburguesa y papas fritas.
Tenía mi gorra en el escritorio junto a mí y me estiré para frotar mis sienes.
El papeleo era tan aburrido. Lo odiaba.
—¿Qué?
Sacudió su cabeza ante mí y volvió a mirar a la pantalla de la computadora.
—Nada. Resoplé.
—Obviamente es algo. Escúpelo.
—Simplemente me sorprendiste.
Me recosté contra mi silla y entrecerré los ojos hacia él.
—¿Cómo?
Encogió un hombro ante mí.
—No esperaba que fueras tan imperturbable. Quiero decir, aún eres bastante nuevo en las fuerzas, y no es un secreto que tú y Kook tienen todo tipo de historia antes de venir a trabajar juntos. No voy a mentir… supongo que pensé que tal vez tú te escondías a su espalda o algo, pero nada podría estar más lejos de la verdad.
Estaba parpadeando con ligera sorpresa. ¿Imperturbable? Me sentía como su estuviera agitado y aleteando por todo el lugar la mayoría del tiempo.
—No reaccionas cuando los bichos raros te miran como si fueras el almuerzo. No pierdes tu temperamento cuando los perdedores tratan de intimidarte. Hablas muy fácilmente con las víctimas, lo cual hace situaciones hostiles menos peligrosas. No te asustas o mueves un músculo cuando una mujer trastornada está avanzando hacia ti con un cuchillo. Y tal vez lo más importante, odias sentarte en un escritorio llenando reportes casi tanto como yo, sin embargo no dices ni pío acerca de ello, solamente lo haces. Supongo que solamente estoy sorprendido en realmente cuán adecuado eres para este trabajo. Estoy seguro de que lo has escuchado antes, pero realmente no pareces un policía, mucho menos un buen policía. Estás muy por encima de cada compañero con el que he sido ensillado hasta ahora en mi carrera.
No pude responderle. Barrett era un buen policía. Tenía una reputación estelar en las fuerzas y no estaba bajo ninguna obligación de darme cualquier tipo de apoyo o validación. No había absolutamente ninguna manera de poder haber sabido lo que la psiquiatra me había estado preguntando antes de que el turno empezara. Todo lo que pude hacer fue aclarar mi garganta y decirle torpemente:
—Bueno, tu tampoco eres tan malo, Barrett.
Terminamos el papeleo para el turno. Me sentí mal por Carla, pero las personas necesitan considerar sus acciones y cómo afectan a otros a largo plazo.
Después de mi turno quería una ducha caliente y un trago. Bueno, de hecho quería al chico que iba a servirme ese trago, pero todavía no estaba seguro de cómo iba a resultar todo eso. Tenía suficientes preguntas dando vueltas en mi cabeza, por lo que no quería además de eso enredarme con el misterio que era Kangin.
Tomé una ducha y miré algo de televisión. Paseé alrededor de mi apartamento y fastidié a Sungmin enviándole mensajes al otro lado del pasillo. Traté de mandarle un mensaje a Kook también y puse mala cara cuando todo lo que me respondió fue:
Ve a dormir.
Era después de la una para el momento en que me arrastré entre las sábanas. No estaba cansado o por lo menos pensé que no lo estaba, pero tan pronto como mi cabeza golpeó la almohada, estuve noqueada. No fue sino hasta un par de horas después que me desperté. Estaba jadeando, estaba temblando, y una fina capa de sudor me cubría de la cabeza a los pies. No estaba viendo caer a Kook. No estaba de regreso en el callejón. No, en cambio me desperté con una mano en mis boxer y el nombre de Kangin saliendo de mis labios.
Gemí en voz alta y me tiré de vuelta contra las almohadas. Me estiré hacia la mesita de noche y encontré mi teléfono. Me había llamado a mí mismo desde su teléfono cuando me lo dio para llamar a Kyuhyun para que me pudiera traer una llave a la mañana siguiente.
Estoy listo para recoger mi vale.
No pensé acerca del hecho de que era realmente tarde o de que quizás no respondiera. Solamente envié un mensaje y me movía alrededor de mi cama, toda ansioso y necesitando algo que solo Kangin podía darme.
El teléfono vibró, y eso fue suficiente para que mi piel hormigueara con toda la expectativa. Aguanté mi respiración mientras miraba mi teléfono solo en caso de que me fuera a decir que me perdiera, pero la pantalla resplandecía brillantemente con las palabras.
Estaré en mi casa a las 3.
Suspiré y dejé caer el teléfono en mi pecho mientras todo dentro de mí se calentaba y palpitaba con deseo y anticipación. Estaba completamente excitado.


Puse mi teléfono de regreso en mi bolsillo después de que le contesté el mensaje a Leeteuk y sacudí un poco mi cabeza para aclararla. Ha estado mucho en mi mente esta última semana, y no solo porque podía imaginar cada centímetro de su cuerpo desnudo sin ningún esfuerzo. Me estaba preguntando cómo se sentía acerca de finalmente cruzar la línea, sobre finalmente obtener lo que quería.
Estaba un poco preocupado de haber tenido éxito en hacerle sentir lo suficientemente mal acerca de sí mismo y su deseo de enredarse con un chico como yo, que finalmente lo había ahuyentado. El hecho de que me molestaba a un nivel visceral hablaba volúmenes acerca de lo realmente mala que era la idea jugar un poco con el bonito pelirrojo. Algunas veces despertar y entrar al mundo de los vivos, donde todas esas tenues emociones vivían, realmente apestaba ya que estaba lejos de ser un profesional en lidiar con ellas.
Además de estar todo retorcido por Leeteuk, otras cosas extrañas habían estado pasando toda la semana. La atractiva mujer mayor con el chico trofeo había estado de regreso en el Bar dos veces. La segunda vez estaba sola. Pasó la noche entera coqueteando y obviamente tratando de conseguir mi atención, la cual le di alegremente ya que dejaba buena propina. No estaba interesado, no con un sexy policía dando vueltas sin parar en mi cabeza, pero la parte extraña era que quería advertirle acerca de lo que los chicos como yo le harían a mujeres como ella.
Era evidente que era de buena situación económica. Era una mujer de realmente buen aspecto y aparentemente era toda acerca de un buen momento. Hace algunos años habría hecho un movimiento en ella como si ella fuera una gacela en las llanuras y la habría limpiado. Habría tomado todo lo que tenía que no estuviera clavado y lo habría hecho sin pensarlo dos veces o algún remordimiento. Ahora solo quería decirle que no fuera una víctima, que se cuidara, porque incluso su descerebrado chico juguete no estaba con ella sin querer algo de ella.
En cambio solamente le serví martinis y coqueteé de regreso fácilmente. Cuando la mujer me dejó su número en una servilleta de papel, realmente tuve una pequeña lucha interna antes de arrojarla a la basura. Aun así fue realmente difícil para mí dejar ir una apuesta segura. Dinero fácil. Con una maldición ante mi lucha interna arrugué la servilleta y la arrojé lejos, asqueado de que la batalla entre el bien y el mal todavía era librada dentro de mí sobre algo tan obviamente malo.
También estaba teniendo un problema con Jian.
No había aparecido con más marcas negras y azules, probablemente porque no había manera de que Minwoo no le hubiera contado a Eric acerca de la confrontación con su hijo. No había nada como un padre enojado que se veía como un antiguo guerrero Vikingo, o un guerrero moderno para el caso, para hacer que un novio manoseador se alejara. Pero estaba taciturno, retraído, y actuaba realmente asustadizo y nervioso cuando fuera que hablara con él o alguno de los otros miembros del personal se acercaba a él. Estaba empezando a preguntarme si necesitaba unos buenos azotes a la antigüita para corregirlo, en lugar de que su culo fuera follado. Simplemente no podía averiguar cuál era su problema.
Además de su actitud generalmente de mierda y su inclinación por gruñirle a cualquiera que se acercara demasiado, había pedido su paga adelantada y luego un anticipo de su cheque de la siguiente semana. Siwon era un chico lo suficientemente amable para darle el pago por adelantado, pero cuando le dijo que no había manera de darle un anticipo Jian enloqueció. Nunca había visto a una rabieta como esa, pero estaba acostumbrado a observar a la gente, acostumbrado a leer lo que estaba detrás de sus acciones, y podía decir que su exagerada reacción era alimentada por miedo no por codicia. Estaba pasando algo con el bicho de cabello rosa y no era algo bueno. Apostaría buen dinero a que todo se conectaba con ese novio de mierda suyo.
Esta noche, cuando cerré la caja del bar y traté de mostrarle al chico nuevo qué hacer, había tomado tres intentos contando la caja para darme cuenta que la cantidad estaba un par de cientos de dólares por debajo. Lo conté, conté de nuevo, y luego hice que el chico nuevo lo contara dos veces. Doscientos veinte dólares habían desaparecido, y la única manera de que estuvieran perdidos era que alguien los hubiera tomado.
El chico nuevo estaba enloqueciendo, jurando que no le había dado a nadie el cambio equivocado, y tomó quince minutos asegurarle que no lo estaba culpando por la falta. También le recordé que había cámaras cubriendo casi cada centímetro del bar, y que si alguna vez quisiera tratar de hacer algo sombrío, el ojo en el cielo estaba observando.
Hice el corte de saldo, dejé una nota en el escritorio de Siwon para que me llamara en la mañana, y brevemente le conté mis sospechas sin darle nombres. No podía imaginar que Jian fuera lo suficientemente estúpido para sacar dinero de la caja registradora sabiendo que estaba siendo observado, pero también sabía de primera mano simplemente cuán descarada y audaz podía volver a una persona la desesperación.



2 comentarios:

  1. Cómo que la mama de Reik está visitando el bar, esto se va descontrolar

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  2. Que bueno que el actual compañero de Teuk le dijera eso,ojalá le ayude y se valore mucho más.
    Pobre mujer y que descaro del marido y la hermana,pero son cosas que han pasado😕
    Bueno...al menos Teuk y Kang...caeran juntos. Los deseos de uno el otro lo hace realidad y viceversa,así que juntos caeran.
    Aguaaaaaaaanten...esa es la madre de Teuk(?)😮😂😂😂😂😂

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yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...