Donghae había dormido doce horas. Era casi medianoche y
Siwon continuaba paseándose impaciente por el salón. Necesitaba averiguar
muchas cosas. No quería apremiarlo apenas despertase, pero tenía que obtener
algunas respuestas. ¿Era la misma persona o esos cuatro meses lo habían
cambiado?
Se acercó a la puerta y la abrió discretamente. Pero continuaba hecho un ovillo con la cabeza apoyada en una mano. Entró en la habitación y se detuvo frente a la cama, observándolo exactamente como había hecho muchas veces durante la noche.
No estaba más delgado y parecía estar sano, aunque se le veía sucio. Vestía una camisa y pantalón del estilo que era típico en la gente del desierto. Pero las prendas habían sido confeccionadas con finas telas. Tenía todo el aspecto de un príncipe árabe.
Donghae ya había dicho en su carta que no necesitaba nada. Probablemente ese hombre lo había cuidado bien. Por eso mismo la situación era todavía más desconcertante, se preguntaba cómo era posible que lo hubiera liberado tras haberlo poseído. Donghae poseía una belleza tan peculiar. En él había algo que lo distinguía de los jóvenes a quienes uno solía considerar bellos.
Se acercó a la puerta y la abrió discretamente. Pero continuaba hecho un ovillo con la cabeza apoyada en una mano. Entró en la habitación y se detuvo frente a la cama, observándolo exactamente como había hecho muchas veces durante la noche.
No estaba más delgado y parecía estar sano, aunque se le veía sucio. Vestía una camisa y pantalón del estilo que era típico en la gente del desierto. Pero las prendas habían sido confeccionadas con finas telas. Tenía todo el aspecto de un príncipe árabe.
Donghae ya había dicho en su carta que no necesitaba nada. Probablemente ese hombre lo había cuidado bien. Por eso mismo la situación era todavía más desconcertante, se preguntaba cómo era posible que lo hubiera liberado tras haberlo poseído. Donghae poseía una belleza tan peculiar. En él había algo que lo distinguía de los jóvenes a quienes uno solía considerar bellos.
De pronto Donghae abrió los ojos y parpadeó varias veces, sin duda se preguntaba dónde estaba.
-Tranquilízate Donghae -dijo Siwon. Se sentó en el borde de la cama. - Estás de nuevo en casa.
Él lo miró con los ojos llenos de lágrimas y un instante después se abrazaba a él como si quisiera salvar su vida.
- ¡Siwon! OH, Siwonie... abrázame. Dime que fue sólo un sueño... que jamás ocurrió en realidad- sollozó.
-Lo siento Dongie, pero no puedo decirte eso... ojalá pudiese. Pero todo se arreglará... ya lo verás.- dijo abrazándolo fuertemente
Lo dejó que llorase, sin decir más. Cuando se calmó, lo apartó y retiró de las mejillas las lagrimas que aun allí permanecían.
-¿Te sientes mejor ahora?
-En realidad, no. – Donghae sonrió débilmente.
-¿Por qué no te lavas la cara mientras te traigo algo de comer? Después, podremos hablar.
-Lo que realmente desearía es sumergirme en agua caliente horas enteras. Los últimos cuatro meses tuve únicamente baños fríos.
-Eso tendrá que esperar un poco. Primero, conversaremos.
-OH Siwon, no quiero hablar de eso... sólo deseo olvidar.
-Comprendo pero necesito saber ciertas cosas. Sería mejor que hablásemos ahora, y después podremos olvidar el asunto.
-Muy bien, quizá tengas razón. -Bajó de la cama y paseó la mirada por la habitación-. Dame un minuto para...
Se interrumpió bruscamente cuando vio el pedazo de papel arrugado que Siwon había depositado horas antes sobre la mesa de luz.
-¿Cómo llegó aquí ese papel? -Su voz trasuntaba irritación.
- Donghae ¿qué te ocurre? Lo he retirado de tu mano antes de acostarte.
-Pero creí que lo había arrojado... —Se volvió hacia su hermano, el ceño fruncido—. ¿Lo has leído?
-No. ¿Por qué estás tan nervioso?
-Podría decirte que es mi nota de despido -dijo Donghae como de pasada, aunque sus ojos tenían una expresión colérica.- Pero no importa. ¿Me traerás de comer?
Después de la cena, Siwon sirvió dos copas de jerez y entregó una a Donghae y se sentó frente a él con las piernas extendidas bajo la mesa, y estudió el rostro de su hermano.
-¿Todavía lo amas?
-No... ¡Ahora lo odio! -se apresuró a decir Donghae con los ojos fijos en la copa de licor.
-Pero hace apenas un mes...
Donghae miró a Siwon, en los ojos una luz peligrosa.
-Eso fue antes de que descubriese que era un hombre cruel y egoísta.
-¿Por eso lo has abandonado?
-¿Abandonarlo? ¡Él me expulsó! Me escribió esa nota donde dice que ya no me desea, y que quiere que desaparezca antes de su regreso. Ni siquiera me lo dijo personalmente.
-¿Por eso lo odias ahora... porque te apartó de su lado?
-¡Sí! Nada le importa de mi persona o de mis sentimientos. Creí que lo amaba, y abrigaba la esperanza de que él llegaría a amarme. Pero ahora comprendo que fui muy estúpido. ¡Ni siquiera le importó la posibilidad de que estuviese embarazado!
-¡Oh, Dios mío Donghae... ese hombre te violó!
-¿Qué me violó? No... en realidad, nunca lo hizo. Creí que te había aclarado eso Siwon, en la carta que te envié. Creí que decía claramente que yo me había entregado a él. Por eso te pedía perdón.
-Creo que no he podido aceptarlo. No quise creerlo. Pero si él no te violó... ¿quiere decir que te entregaste a él desde el comienzo?
-¡Me resistí! Me resistí con todas mis fuerzas.
-Entonces, ¿te violó?
Donghae inclinó la cabeza, avergonzado.
-No Siwon nunca necesitó llegar a eso. Mostró paciencia... se tomó su tiempo, y poco a poco despertó mi cuerpo. Por favor, entiende esto Siwon ... yo lo odiaba, pero al mismo tiempo lo deseaba. Encendió en mí un fuego cuya existencia yo ignoraba.
De nuevo se echó a llorar. Siwon se sintió muy deprimido, porque le atribuía la culpa de algo que no había podido evitar. Pero, ¿por qué defendía a ese bastardo?
Siwon se inclinó sobre la mesa, obligándolo a levantar el rostro.
-Está bien. No eres culpable. Fue exactamente como si te hubiese violado.
-Luché y me resistí, pero la situación se repitió constantemente. Traté de huir, pero amenazó capturarme y castigarme si volvía a hacerlo. Al principio le temía mucho, pero a medida que pasé el tiempo me calmé un poco. Una vez lo apuñalé y sin embargo no me hizo nada. Luego una tribu me robó y él casi murió en el intento de liberarme. Entonces comprendí que lo quería, y después ya no me opuse. No podía resistirme al hombre a quien amaba. Si no puedes perdonarme por eso, lo siento mucho.
-Te perdono Donghae en el amor no hay reglas. Pero dijiste que ahora lo odias. ¿Por qué insistes en defenderlo?
-¡No lo defiendo!
-Entonces, dime su nombre, y así podré encontrarlo. Merece que lo castiguen por lo que te hizo.
-Su pueblo lo llama Eunhyuk.
-¿Y el apellido?
-Oh, Siwon... qué importa. No quiero que lo castiguen.
-¡Maldita sea, Donghae - explotó Siwon descargando un puñetazo sobre la mesa-. Te usó, y luego te devolvió para cobrar la recompensa.
-Recompensa?
-Sí. El hombre que te trajo pidió el dinero, y yo se lo di.
Donghae se recostó en el asiento, una semisonrisa en los labios.
-Debí imaginar que Jihoo procedería así. Se apodera del dinero donde puede encontrarlo. Eunhyuk probablemente nunca sabrá que Jihoo recibió la recompensa. Y ésa no es la razón por la cual Hyuk... por la cual Eunhyuk me devolvió... Es el jeque de su tribu y no necesita dinero. Incluso cierta vez lo vi rechazar un saquito lleno de joyas.
-Comenzaste a llamarlo de otro modo -dijo Siwon frunciendo el ceño.
-Bien... tiene otro nombre, pero no es importante. -Se levantó para apurar su jerez- Siwon ¿podremos olvidar el asunto? Deseo olvidarlo del modo más completo posible.
-¿Puedes llegar a eso Donghae? Todavía lo amas, ¿verdad?
-¡No! -gimió Donghae, pero luego se mordió los labios, y las lágrimas volvieron a rodar por sus mejillas- ¡Oh, Dios mío... sí! No puedo evitarlo. Siwon ¿por qué tuvo que hacerme esto? Lo amo tanto... que desearía morir.
Siwon no podía soportar que sufriese de ese modo... y que se le destrozara el corazón por un hombre que no merecía tanto amor.
- Dongie llevará tiempo, pero lo olvidarás. Encontrarás un nuevo amor... alguien que te ofrezca el tipo de vida que tú mereces.
Habían pasado dos meses desde la separación. Donghae se esforzaba desesperadamente para apartar de su recuerdo la imagen de Hyukjae. Pero pensaba en él hora tras hora. Rogaba todos los días que cambiase de idea y viniese a buscarlo. Pero nada. No conseguía dormir. Permanecía despierto toda la noche, deseándolo, anhelando el contacto de sus manos, extrañando el calor de su cuerpo en la cama.
Excepto a Heechul, Donghae no había visto a nadie después de su regreso. Simpatizó con Heechul la primera vez que Siwon lo llevó al pequeño apartamento. Heechul no hizo preguntas y pronto los dos jóvenes fueron muy buenos amigos. Sabía que Heechul estaba enamorado de Siwon y se alegraba de que él correspondiese dicho sentimiento. Pasaban juntos muchos días y finalmente Donghae le contó todo… es decir, todo menos el verdadero nombre de Hyukjae.
No salía ni recibía visitas, y se amparaba en la excusa de que no se sentía bien... lo cual era cierto. En la ciudad hacía mucho más calor que en las montañas. Sufría a causa de la humedad agobiante y de la mediocre ventilación del pequeño departamento. A menudo se sentía aturdido y mareado.
Sabía que tenía que reanudar su vida, y por eso al fin aceptó recibir la visita de esposos de algunos oficiales.
Al principio, charlaron cortésmente acerca de temas sin importancia. Pero después le hacían preguntas acerca de su cautiverio, preguntas que Donghae prefería no contestar.
-Si no les importa, prefiero no comentar el asunto -dijo serenamente Donghae.
-Pero querido puedes hablar con nosotros.
-Si me hubiese ocurrido lo mismo, me habría suicidado -observó con expresión altiva uno de los presentes.
-Lo mismo digo -replicó otro.
-Estoy seguro de que ustedes atribuyen poco valor a su vida. Por mi parte, prefiero continuar viviendo -replicó fríamente Donghae - Dicen ser amigos... pero no son más que una pandilla de chismosos. No tengo la intención de decirles nada. ¡Y deseo que salgan inmediatamente de esta casa!
-¡Bien! Vean al señorito pretencioso. Venimos a ofrecerle nuestra simpatía, y se comporta como si estuviera orgulloso de lo que le ocurrió... orgulloso de ser el cautivo de un sucio árabe. Caramba... usted no es nada más que un...
-¡Fuera de aquí... todos! - explotó Donghae.
-¡Ya nos vamos! Pero te diré una cosa, Choi. ¡Ahora ya te han utilizado! Ningún hombre decente pensará en desposarte tras haberte acostado con un sucio árabe. ¡Recuerda lo que te digo!
Donghae no habló a Siwon del incidente cuando él regresó a casa. Pero él ya lo sabía. .
- Donghae has llorado por culpa de esos idiotas ¿verdad?...No debes tomarlos en serio. No son más que una pandilla de viejos celosos.
-Pero Siwon dijeron la verdad. Ningún hombre decente querrá casarse conmigo. ¡Estoy sucio!
-Eso es ridículo y no quiero que hables así – lo reprendió Siwon – Donghae, subestimas tu belleza. Cualquier hombre daría el brazo derecho para casarse contigo. ¿Acaso Nickhyun no ha venido a verte una docena de veces? Si aceptaras salir y reanudar tu vida, lloverían las propuestas! ¿Por qué no vienes esta noche con Heechul y conmigo?
-No quiero interferir en tu salida con Heechul. Tal vez lea un libro y me acueste temprano.
- Dongie no puedo soportar el daño que tú mismo te haces. A menudo, cuando vuelvo a casa, veo que tienes los ojos enrojecidos, exactamente como ahora. Intentas ocultarlo, pero sé que continúas llorando por ese hombre. ¡No vale la pena! ¡Dios mío, si pudiese ponerle las manos encima lo mataría!
-¡No digas eso, Siwon - gritó Donghae. Le asió los brazos, hundiendo los dedos en ellos con fuerza-. ¡jamás vuelvas a decir eso! Sí, me hizo sufrir, pero ese dolor es la carga que yo debo soportar. No es suya toda la culpa, porque jamás supo que yo lo amaba. Creyó que me otorgaba lo que yo más quería... la libertad. ¡júrame que jamás tratarás de lastimarlo!
-Cálmate Donghae -dijo Siwon conmovido por la explosión de Donghae- Probablemente jamás me cruzaré con ese hombre.
-Pero tal vez un día lo encuentres. ¡Necesito que me des tu palabra de que no intentarás destruirlo!
Siwon vaciló, contemplando la expresión de ruego en el rostro de su hermano. Jamás se cruzaría con aquel Eunhyuk, de modo que no tenía inconveniente en dar su palabra, si de ese modo lo hacia feliz. De pronto se le ocurrió una idea.
-Te daré mi palabra con una condición... que dejes de torturarte por ese hombre. Sal de casa y conoce a otras personas. ¡Y puedes comenzar viniendo conmigo a la ópera esta noche!
Donghae pareció calmarse y soltó los brazos de Siwon.
-Muy bien, si de ese modo obtengo tu palabra. Pero todavía creo que lo pasarás mejor si prescindes de mí.
-Permíteme aplicar a eso mi propio criterio. Tienes menos de una hora para prepararte.
Menos de una hora después se encontraban dentro del carruaje de camino a la opera. Heechul había hablado, y su rostro expresaba inquietud.
-Disculpa... me he distraído un momento – contestó Donghae. Heechul sonrió cálidamente.
-Me alegro mucho de que hayas aceptado acompañarnos. Sé que te agradará la ópera.
Llegaron allí pocos minutos después, cuando entraron, los nutridos grupos de hombres y mujeres que conversaban en el vestíbulo se volvieron para mirar sin recato a Donghae y murmurar observaciones a sus acompañantes. Lo miraban de forma despectivas otros con lascivia y prácticamente lo desnudaron con la mirada. Unos pocos jóvenes, que sin duda conocían a Siwon y a Heechul, se adelantaron a saludar a Donghae. Le ofrecieron amables cumplidos, pero los ojos de todos observaban audazmente el cuerpo del joven.
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