Habían pasado diez días desde que habían regresado al
campamento. Diez días de sufrimiento, quejas y frustraciones. Diez noches
miserables en su lecho solitario. El dolor ya había desaparecido por completo,
y quedaba a lo sumo una piel parda que comenzaría a caer pocos días después.
Abrigaba la esperanza de que muy pronto recuperase su aspecto anterior. Y
aquella noche... trataría de que Donghae volviese a compartir el lecho con
él.
Aquella noche volvería a tenerlo, después de esperar tanto tiempo.
Hyukjae se sentía como un niño que espera la Nochebuena. De hecho, faltaban pocos días para Navidad. Pero aquella noche él recibiría su regalo y era difícil soportar la espera. Hubiera podido poseerlo aquella misma mañana, pero deseaba hacer las cosas bien, de modo que él no tuviese excusas.
Hyukjae había reanudado su vida rutinaria e incluso había llevado al baño a Donghae. Contemplarlo en el estanque había sido una prueba suprema para su fuerza de voluntad.
Pero ya había llegado la noche.
Aquella noche volvería a tenerlo, después de esperar tanto tiempo.
Hyukjae se sentía como un niño que espera la Nochebuena. De hecho, faltaban pocos días para Navidad. Pero aquella noche él recibiría su regalo y era difícil soportar la espera. Hubiera podido poseerlo aquella misma mañana, pero deseaba hacer las cosas bien, de modo que él no tuviese excusas.
Hyukjae había reanudado su vida rutinaria e incluso había llevado al baño a Donghae. Contemplarlo en el estanque había sido una prueba suprema para su fuerza de voluntad.
Pero ya había llegado la noche.
Donghae se hallaba acurrucado en el diván, frente a Hyukjae. Se preguntaba qué le ocurría a Hyukjae. Él ya se sentía bien, pero Donghae continuaba durmiendo en el diván. Una idea ingrata comenzaba a agobiarlo... ¿qué ocurriría si él ya no lo quería más? Pronto sabría a qué atenerse, porque había decidido que esa noche dormiría en la misma cama con Hyukjae.
-Hyukjae voy a acostarme -dijo.
Se puso de pie y entró en el dormitorio, como había hecho las últimas diez noches... para desnudarse y ponerse la túnica con la cual dormía. Pero esta noche no pensaba usar la túnica, ni regresar al cuarto contiguo.
Cuando Donghae se quitó la camisa y la depositó sobre el arcón que guardaba sus ropas, sintió una corriente de aire; se habían abierto las cortinas. Pero no se volvió.
Era el momento que había esperado. Sabía que Hyukjae estaba en la misma habitación, pero ignoraba que haría. Quizás él se acostara... sin pedirle nada o se acercase a él. ¡OH, Dios mío, ojala viniese!
De pronto, Donghae sintió detrás la presencia de su hombre. Se volvió lentamente para mirarlo, los ojos dulces y amantes, y los de Hyukjae dominados por un anhelo intenso.
-Donghae.
Él se acercó a Hyukjae y le rodeó el cuello con los brazos, y acercó sus labios a los del hombre. Los brazos de Hyukjae lo oprimieron estrechamente. Un escalofrió de anticipación recorrió el cuerpo de Donghae al sentir como empieza a quitarle el resto de la ropa dejándolo desnudo ante él, sintiéndose vulnerable e incapaz de negarle cualquier cosa que le pidan cuando Hyukjae lo mira de esa manera.
Hyukjae se siente feliz de volver a tener entre sus brazos a su Donghae, solo suyo. Se da cuenta que ya nada le pertenece incluso su vida como lo demostró con todo lo que paso. Y aunque básicos sus instintos, por ahora le inspiran a satisfacer los deseos de Donghae primero.
Cuando lo depositó sobre la cama, Donghae se preguntó si volvería a ser tan feliz. Sus labios fueron sorprendidos por un beso al mismo tiempo que sentía como las manos de Hyukjae le brindaban caricias en su pecho, abdomen y vientre comenzando a gemir por el tacto.
- Hyukjae…
Este poso su boca en uno de los pezones de Donghae haciendo que suspirara al momento que comenzó a delinearlo con la lengua para después besarlo, mientras su mano se ocupaba del otro pezón.
- Mmmmm… ah! –Donghae suspiraba ante las insistentes caricias
Hyukjae bajo su mano a la entrepierna para empezar a brindarle atención al sensible miembro de Donghae que ya se encontraba erecto por las anteriores caricias brindadas.
- Hyukjae… por favor...
No hubo necesidad de que Donghae dijera otra palabra, pues Hyukjae entendió perfectamente lo que deseaba al voltear a ver su hermoso rostro y lo que esos ojos dilatados ardiendo en deseo le pedían.
- Aaaah!!!
Fue lo único que salió de los labios de Donghae, pues una de sus manos fue a parar a su boca al momento que Hyukjae se llevara a la boca su miembro comenzando a masturbarlo lentamente, dándole leves caricias con su lengua y dientes.
Fueron unos largos y satisfactorios minutos para Donghae que sintió como el calor de su bajo vientre comenzó a invadirlo por completo en lo que sería su orgasmo. Intento separarse de Hyukjae, pero este se aferró más a él haciendo que terminara en su boca.
- Yo lo siento… -dijo Donghae con el rostro cubierto de un intenso rubor, pues hasta ahora solo se había concentrado en su satisfacción
- No te disculpes –Hyukjae adivino los sentimientos de su adoración- mientras pueda verte y tenerte de esta forma yo estaré bien, además eres delicioso
Y antes de que Donghae pudiera contestarle algo, sus labios fueron tomados en un apasionado beso, mientras Hyukjae metía en su entrada uno de sus dedos para comenzar a prepararlo. El dolor era algo insoportable, fruto de días de no tener contacto físico con Hyukjae, pero sabía bien que en manos de éste pronto se convertiría en placer absoluto.
Después sintió otro dedo invadirlo y después otro dilatando bien su entrada, Donghae se sentía listo y deseoso de lo que venía; sus caderas se levantaron tratando de que las caricias fueran más profundas.
- Te necesito dentro Hyukjae… por favor… hazlo
Hyukjae sonrió ante la petición y saco sus dedos para reemplazarlos por su miembro erecto que también pedía atención a gritos.
- Mmmhuuumm –Hyukjae lanzo un gruñido desde su interior al sentir la estreches que lo recibía
Era tal y como lo recordaba, cálido, suave, húmedo y al sentir como aquellas paredes latían a su alrededor se sintió totalmente completo. Por un momento no se movió recreándose en las sensaciones que sentía, comenzó a besar a Donghae con deseo esperando que el poco dolor que llegara a sentir lo olvidara y lo convirtiera en placer.
Y como Donghae hiciera un leve movimiento con sus caderas avisándole que estaba listo, Hyukjae comenzó a embestirlo suave y lentamente mientras lo llenaba de besos y recibía caricias del otro. Las manos de Donghae se perdían en el cuerpo de Hyukjae, pues quería acariciar cada parte de su cuerpo para devolverle un poco del placer que le había dado. Después las embestidas fueron aumentando la velocidad conforme los gemidos de ambos iban aumentando.
- Donghae… -susurro Hyukjae, haciendo que Donghae lo mirara
- Que pasa?... aaah…
.
- No vuelvas a dejarme solo en esta cama
Hyukjae hundió su rostro en el hueco que formaba el cuello de Donghae que se sintió feliz por tal petición y a la vez enternecido por la acción del otro.
Las embestidas fueron en aumento al igual que la excitación de ambos, los gemidos resonaban por toda la tienda y cuando ya estaban a punto de llegar al clímax, Donghae en un movimiento cambio de lugar quedando sobre Hyukjae.
Este vio como el otro se alzaba ante él y comenzaba a penetrarse solo, el cuerpo de su Hae se movía sexymente sobre su miembro. Pronto vio como las manos de este comenzaron a recorrer su pecho entre caricias y rasguños, después como una visión, Donghae se inclinó sobre él y comenzó a repartir besos sobre su pecho haciendo las penetraciones más lentas pero profundas.
Cuando Donghae diera con su punto dulce, ese que lo llevaba a la locura en manos de Hyukjae, se desplomo sobre su pecho. Sintió como los brazos fuertes de Hyukjae lo rodearon y también como comenzó a penetrarlo de esta forma. Donghae podía escuchar su corazón latir fuertemente al compás del otro, pues estando muy cerca de su pecho ambos corazones eran audibles.
Y así entre sus brazos pronto sintió como el clímax se acercaba lenta y dulcemente para ambos. Hyukjae coloco ambas manos en las caderas de Donghae embistiendo una y otra vez ese punto hasta que ambos en una oleada de placer terminaron al mismo tiempo, entre suspiros y gemidos que invadieron la habitación.
Después de hacer el amor y de recuperar un poco el aliento Hyukjae salió cuidadosamente de su cuerpo. Donghae descansó con la cabeza apoyada en el hombro de Hyukjae. Con los dedos dibujó pequeños círculos sobre el vello de su pecho. Ahora estaba seguro de una cosa... Hyukjae todavía lo deseaba. Y mientras lo deseara, no lo obligaría a alejarse.
- Hyukjae…
- Que sucede? –contesto sin voltearlo a ver
- Gracias… -por dejarme a tu lado… pero esto último no salió de los labios de Donghae
Como si adivinara sus sentimientos, Hyukjae sonrió ante esto último y beso su frente, Donghae descansó con la cabeza apoyada en el hombro de Hyukjae.
Se sentía demasiado feliz para dormir, y le pareció sorprendente no sentirse culpable después de haberse entregado sin resistencia a Hyukjae. Pero, ¿por qué sentirse culpable de su propia entrega? Lo amaba y era muy natural que deseara hacerlo feliz. Deseaba entregarse por completo al hombre a quien amaba. Y era un goce más que cuando él se entregaba a Hyukjae él a su vez le ofreciera el mayor placer concebible.
Y de todos modos, ¿qué era el matrimonio? Nada más que un contrato firmado que podía mostrarse a la civilización. Bien, él no estaba viviendo precisamente en un mundo civilizado y lo que importaba era lo que sentía. ¡Al demonio con el mundo civilizado! No estaba aquí para condenarlo, y él no pensaba regresar a él.
Pero tenía que pensar en Siwon.
-Hyukjae ¿estás despierto?
-¿Cómo puedo dormir si estás acariciándome? -replicó él con buen humor.
Donghae se sentó en la cama y lo miró.
-Hyukjae ¿puedo escribir a mi hermano para decirle que estoy bien?
-¿Esto te haría feliz? -preguntó.
-Sí.
-Entonces, escríbele. Ordenaré a Jinwoo que entregue tu carta, pero no digas a tu hermano dónde estás. No me agradaría que todo el ejército británico apareciese en la montaña.
-¡OH, Hyukjae gracias! -exclamó, y se inclinó y lo besó tiernamente.
Pero Hyukjae lo rodeó con los brazos y no le permitió apartarse.
-Si hubiese sabido qué resultados obtendría, te habría permitido antes escribir a tu hermano -dijo sonriendo.
Rodó en la cama con Donghae en los brazos, y ninguno de los dos pudo pensar ya en otra cosa.
A la mañana siguiente, Donghae despertó consciente de que tenía ante sí una tarea urgente. Después recordó que había pensado en escribir a Siwon. Entusiasmado comenzó a levantarse. Y entonces sintió la mano de Hyukjae que descansaba perezosa en su pecho y una excitación diferente lo apresó.
Hyukjae continuaba durmiendo y no había nada tan importante que lo indujese a apartarse de su lado. Donghae pensó fugazmente en la posibilidad de despertarlo, pero entonces los ojos de Hyukjae se abrieron lentamente y él le sonrió.
-Pensé que ya estarías escribiendo tu carta —dijo somnoliento y la mano se movió un poco para acariciar un pezón.
-Dormías con tanta serenidad que no quise molestarle –mintió- ¿Tienes apetito?
-Sólo de ti querido.
Hyukjae sonrió y puso los labios en el otro pezón y una oleada de fuego recorrió el cuerpo de Donghae.
-No quisiera negar alimento a un hombre hambriento -murmuré y lo abrazó mientras él estrechaba su cuerpo.
Después, Ryeowook pidió permiso para entrar, en el momento que Donghae y Hyukjae salían del dormitorio. Cuando Ryeowook entró con el desayuno y vio la alegría en el rostro de Donghae, se sintió muy feliz por su amigo.
-Creo que será un hermoso día -observó alegremente Ryeowook, mientras depositaba sobre la mesa la bandeja.
-Sí, un bello día -suspiró satisfecho Donghae sentándose en el diván. Se sonrojó profundamente cuando vio que Hyukjae lo miraba con aire inquisitivo, pues Donghae aún no había salido de la tienda y no podía tener idea del tipo de día que era
-Ah... ¿cómo está el pequeño Yesung? -preguntó, tratando de ocultar su sonrojo.
-Muy bien -dijo Ryeowook a quien la pregunta no engañó.- Ahora va a todas partes con su padre, y Yesung se alegra de tenerlo consigo.
-También yo me alegro
-Eres muy amable Donghae – Ryeowook sonrió tímidamente. Nunca había tenido un amigo como Donghae que se mostraba tan bondadoso y le dedicaba mucho tiempo. Lo quería mucho, y habría hecho cualquier cosa por él- Te veré más tarde.
Durante todo el desayuno Hyukjae miró fijamente a Donghae, y éste se sintió nervioso. Cuando terminaron de comer, él se decidió a hablar.
-Antes de regresar a Inglaterra solía escribir a Kyuhyun, y en mi armario encontrarás los útiles necesarios para escribir. Iré a decir a Jinwoo lo que tiene que hacer y después regresaré.
Apenas Hyukjae abandonó la tienda, Donghae entró en el dormitorio. Lo colmaba de felicidad la idea de volver a comunicarse con Siwon y decirle que estaba bien. Encontró la caja que contenía los útiles de escribir, y regresó a la habitación principal. Se sentó y, a los pocos minutos, comenzó la carta.
Querido hermano:
Perdóname Siwon, por no haberte escrito antes, pero hace poco tuve la idea de hacerlo. Comenzaré diciéndote que me siento perfectamente bien, tanto de cuerpo como de espíritu, y que soy muy feliz.
Probablemente creíste que había muerto, porque han pasado tres meses. Lamento haber provocado tu angustia, pero deseaba que pensaras así. Al principio no sabía qué sería de mí, de modo que era mejor que tú no supieras que yo vivía. Pero ahora todo ha cambiado.
No pienses mal de mí cuando sepas que estoy viviendo con un hombre. No deseo decirte quién es, porque eso no importa. Lo que importa es que lo amo y deseo continuar con él.
No estamos casados, pero tampoco eso importa. Mientras yo sepa que él me desea, me sentiré feliz.
El hombre a quien amo es el mismo que me separó de ti y al principio lo odié. Pero la convivencia diaria convirtió lentamente el odio en amor. Ni siquiera sabía que había ocurrido este cambio hasta que hace dos semanas él casi me perdió. Pero después he aprendido que deseo continuar siempre con él. No sé si me ama o no, pero espero que a medida que pase el tiempo llegue a quererme.
Quizás en el futuro se case conmigo, pero aunque no lo haga permaneceré con él hasta que ya no me desee. Te diría dónde estoy, pero él no quiere. En el fondo de mi corazón sé que un día volveré a verte. Hasta ese momento, te ruego no te preocupes por mí. Me siento feliz aquí y no necesito nada.
Siwon te ruego que no me juzgues con dureza porque no pueda evitar lo que mi corazón siente por este hombre. Haría lo que fuera por él. Por favor, compréndeme y perdóname si te hice sufrir. Sabes que no lo habría hecho intencionadamente. Me deseaba y me tomó. Y como dice él, es la costumbre de este país, y ahora yo lo amo y lo deseo más que a nada. Trata de comprender mi situación.
Te quiere
Dongie
Donghae cerró la carta. Lo que había escrito lo satisfacía, pero no podía permitir que Hyukjae viese la carta. Se preparó para salir de la tienda y buscar a Jinwoo y en ese momento entró Hyukjae.
-Querido, si has terminado tu carta la entregaré a Jinwoo. El espera afuera.
-No -dijo con voz un tanto tensa- Yo se la daré.
Hyukjae lo miró con expresión interrogante.
-No habrás dicho dónde estás a tu hermano, ¿verdad?
- Hyukjae me pediste que no lo hiciera, y no lo hice. Te doy mi palabra. Si no confías ahora en mí, jamás lo harás.
-Está bien. Puedes entregar la carta -dijo él, y le dio paso.
Jinwoo esperaba montado en su caballo. Donghae le entregó la carta y murmuró:
-Ve con Dios.
Él le dirigió una tímida sonrisa, los ojos colmados de admiración, después espoleó al caballo y comenzó a descender la ladera de la montaña. Donghae lo miró hasta que desapareció de la vista. Después, se volvió hacia Hyukjae que estaba a su lado, y apoyó la mano nerviosa en el brazo del hombre.
-De nuevo gracias Hyukjae. Me siento mucho mejor ahora que Siwon sabrá que estoy bien.
-Querido ¿eso no justifica otro beso?
-Sí, lo justifica.
Y le rodeó el cuello con los brazos y obligó a Hyukjae a bajar la cara para acercarla a sus propios labios.
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