El dolor en los ojos despertó a Hyukjae. Cuando los
abrió, contempló el sol de mediodía y durante un instante la luz lo cegó. Se
preguntó un momento por qué había dormido al aire libre hasta que intentó
incorporarse y sintió el dolor en los hombros.
«Bien... el sol ya estaba haciendo su efecto», pensó. Se miró el pecho y los brazos quemados. Por lo menos Junki se había equivocado en una cosa... no había despertado para ver el amanecer. Permaneció perfectamente inmóvil.
Ahora, tenía el sol directamente sobre la cabeza. Sentía un sabor extraño en la lengua, le parecía que ésta se había convertido en un pedazo de lienzo seco. El sudor de su cuerpo le ardía en la piel quemada. ¿Cuánto duraría? Trató de pensar en cosas agradables, y recordó la figura de Donghae.
Hyukjae oyó una voz que lo llamaba desde lejos, y que lo arrancaba de la inconsciencia a medida que cobraba más volumen. Con un esfuerzo abrió los ojos y lo vio de pie, a escasa distancia. Trató de hablar, pero tenía la boca demasiado seca y los labios estaban agrietados y con ampollas.
«Bien... el sol ya estaba haciendo su efecto», pensó. Se miró el pecho y los brazos quemados. Por lo menos Junki se había equivocado en una cosa... no había despertado para ver el amanecer. Permaneció perfectamente inmóvil.
Ahora, tenía el sol directamente sobre la cabeza. Sentía un sabor extraño en la lengua, le parecía que ésta se había convertido en un pedazo de lienzo seco. El sudor de su cuerpo le ardía en la piel quemada. ¿Cuánto duraría? Trató de pensar en cosas agradables, y recordó la figura de Donghae.
Hyukjae oyó una voz que lo llamaba desde lejos, y que lo arrancaba de la inconsciencia a medida que cobraba más volumen. Con un esfuerzo abrió los ojos y lo vio de pie, a escasa distancia. Trató de hablar, pero tenía la boca demasiado seca y los labios estaban agrietados y con ampollas.
- De modo que aún vives. Sin duda amas mucho la vida. Dale unas gotas de agua, pero nada más.
El guardia vertió unas gotas de agua en la boca de Hyukjae
- Mañana por la mañana acabaremos contigo. Si aún vives, diré a uno de mis hombres que te mate porque necesitamos levantar el campamento y trasladarnos. Aquí empieza a escasear el agua. Te llevaría conmigo para clavarte en estacas otra vez, pero tu tribu vendría a buscarte. Sea como fuere, morirás mañana. Que tengas sueños agradables.
Cayó el sol, pero Hyukjae sentía que le quemaba el cuerpo. El agua que le había suministrado acentuaba todavía más su sed. Pensó en Donghae, que yacía a pocos metros de distancia, en la tienda. Por lo menos, él pasaba durmiendo esas horas de pesadilla. Pero quizá le agradase ver que Hyukjae estaba cocinándose vivo. Después de todo lo odiaba. Bien, pronto regresaría con su hermano, como siempre había querido hacerlo.
La luna estaba alta cuando Hyukjae sintió una presencia a su lado.
- Todos duermen, pero debemos guardar silencio y evitar que alguien dé la alarma – murmuró el hombre, que se inclinó sobre Hyukjae- Soy Hyun Joong, hermano de Ryeowook, que vive en tu campamento. Pido tu perdón para mi padre y para mí por todo esto. Mi padre es un anciano y sólo deseaba ver que se disipaba de una vez el odio de nuestro jeque, y recuperar a su hijo. Comprende ahora que fue un error capturar a tu hombre. Ni él ni tú merecíais sufrir. Aplicaré un ungüento a tu piel. No debes gritar.
El cuerpo de Hyukjae se estremeció cuando la grasa refrescante le tocó la piel. Contuvo los gritos de dolor mientras el hombre extendía el ungüento sobre el pecho y el rostro.
- Te hubiera libertado anoche, pero estabas narcotizado. Después de un rato el ungüento aliviará el dolor.
Cortó las cuerdas, ayudó a incorporarse a Hyukjae, y le entregó una cantimplora llena de agua. Bebió con prudencia.
- Tu caballo espera oculto en las sombras, tu hombre todavía está drogado, y no podrá cabalgar solo. Lo traeré inmediatamente. ¿Puedes hablar?
Hyukjae bebió un poco más de agua y pudo murmurar con voz ronca:
-¿Qué ocurrirá ... ?
- Mañana, antes de que despierte el jeque Junki, mi padre se reunirá con los ancianos. Impedirán que te persiga y me protegerán de su cólera. Te ruego comprendas que me ordenaron apresarlo. No me agradó hacerlo, pero no tenía otra salida. ¿Puedes perdonarme?
-Serás bienvenido en mi campamento -replicó Hyukjae.
- Dispones de cinco horas antes de que salga el sol. Cuando llegue el momento, podrás vestir de nuevo la túnica.
Hyun se acercó a un lado de la tienda y cortó la tela con su cuchillo. Se arrastró hacia el interior y un momento después apareció con Donghae en brazos. Lo depositó al lado de Hyukjae y fue a buscar el caballo.
Hyun lo ayudó a montar en FAME y después depositó a Donghae delante del jinete.
-¿Podrás cabalgar?
-Tendré que hacerlo.
Hyun llevó al caballo hasta la salida del campamento dormido.
- Jeque Eunhyuk te deseo una vida larga y fecunda. Alá sea contigo.
- Adiós, amigo mío. Te debo la vida – murmuró Hyukjae. Obligó a FAME a marchar al trote e inició el camino de regreso.
Cada movimiento del caballo provocaba agudos dolores, pero después de un rato, el ungüento comenzó a aliviarlo. Aunque pareciera extraño, no podía odiar a Lee Junki. Compadecía a ese hombre que había vivido tantos años dominado por el odio.
Hyukjae agradecía a Dios estar aún vivo. Pronto curaría y había recuperado a Donghae. Sí, tenía muchas cosas que agradecer.
Si Donghae llegaba a amarlo, se sentiría el hombre más feliz de la tierra. Pero no podía obligarlo. Si ahora le declaraba su amor, él reaccionaría burlonamente. No, debía conquistar poco a poco su afecto. Ahora que lo había recuperado tenía que mostrarse paciente con él.
Donghae comenzó a despertar lentamente, y de pronto comprendió que cabalgaba en un caballo que avanzaba al trote.
Ya era día. Alcanzó a ver el cuello del caballo y, en frente, el desierto. Recordaba un campamento en el desierto, una comida, que había bebido un poco de vino; pero nada más.
¿Cómo había llegado a este caballo? ¿Adónde lo llevaban ahora?
Necesitaba escapar. Tenía que regresar con Hyukjae. Donghae pasó la pierna sobre el cuello del caballo y cayó a la arena. El hombre gimió cuando él le aplicó un vigoroso empujón, pero eso no le importó. Se incorporó rápidamente y echó a correr.
- ¡Donghae!
Donghae se detuvo. No podía creerlo. Hyukjae había venido a buscarlo y lo llevaba de regreso a casa. El muchacho pronunció el nombre de Hyukjae y se volvió en redondo.
- ¡OH, Dios mío! - contuvo una exclamación cuando vio el rostro de Hyukjae lleno de ampollas.
- Es precisamente lo que dije la primera vez que te vi, pero ahora no perdamos tiempo en explicaciones. Por favor, sube otra vez al caballo. Hae, necesitamos llegar a casa cuanto antes.
-Pero Hyukjae, tu cara...
- Imagino qué aspecto tiene, ¿Pero, todavía no has visto tu propia cara? Ninguno de nosotros está... digamos reconocible; pero curaremos. Vamos, Hae.
Donghae consiguió montar sin ayuda delante de Hyukjae. Estaba confundido y preocupado. ¿Cómo había llegado a quemarse de ese modo? Por lo menos, ahora estaban reunidos, y por eso se sentía agradecido.
Una hora después entraron en el campamento y fueron recibidos por un grupo de rostros sorprendidos e impresionados. Los ayudaron a desmontar. Ryeowook se adelantó llorando y abrazó tiernamente a Donghae.
- Creí que habíais muerto... todos lo creíamos. Y, al no regresar el jeque Eunhyuk, supusimos que lo habían matado cuando intentó salvarte. Pero tu cara... Oh, Donghae ¿te duele? ¿Cómo sucedió? - preguntó Ryeowook. Asió fuertemente las manos de Donghae-. Y el jeque Eunhyuk ¡qué horribles quemaduras!
- Me golpeó un árabe de una tribu del desierto y me llevaron a su campamento. Pero no sé por qué lo hicieron. Es todo lo que puedo recordar. Ni siquiera sé cómo me salvó Hyukjae, ni por qué está tan quemado. Ryeowook, siento mucho lo de Sunwoo.
- Sunwoo curará, pero ahora debo ayudar a Heewon a cuidar del jeque Eunhyuk.
-¡Sunwoo vive!
- Sí, dentro de pocos días estará bien. Una costilla detuvo la bala y la herida está curando perfectamente. Ahora iré a buscar a Heewon.
- Por supuesto. Después hablaremos -dijo Donghae.
Cuando Donghae entró en el dormitorio, Yesung estaba desnudando a Hyukjae. Donghae se detuvo cuando vio las quemaduras.
- OH, Hyukjae ¿también el pecho? -exclamó.
- Me temo que sí, Hae. Pero no temas. No es tan grave como parece. Más o menos una semana y ya no habrá dolor y comenzaré a cambiar la piel. No pienso permanecer toda la vida como un hombre de dos colores.
- ¡OH, Hyukjae! ¿Cómo puedes bromear con esto? -Se acercó y le examinó atentamente el pecho y los brazos. Frunció el ceño cuando vio la horrible piel rojo oscura-. ¿Te duele mucho? ¿Cómo fue?.
-Cálmate, querido. No tienes por qué preocuparte. Yo soy la persona ofendida.
Hyukjae gimió cuando con movimientos lentos, comenzó a recostarse en la cama.
-Pero, Hyukjae ¿cómo ha podido suceder? - preguntó de nuevo Donghae, completamente desconcertado.
- Hae es una historia bastante larga, y tengo la garganta tan dolorida que no deseo contarla ahora. Estoy cansado, dolorido y hambriento como un lobo. ¿Por qué no tratas de conseguir un poco de alimento?
-¡OH, maldito seas! -explotó Donghae y salió de la tienda.
Ryeowook estaba junto al fuego, llenando dos cuencos con un guiso de delicioso aroma. Donghae se acercó enfurecido.
-¡Es insoportable! No quiere responder a mis preguntas. ¡Solamente quiere comer! -gritó Donghae.
- Donghae el jeque Eunhyuk seguramente sufre mucho. Y no desea que tú sepas que está grave.
- Tienes razón. Está sufriendo y yo pienso únicamente en mí. Se necesitó esta pesadilla para que yo comprendiese cuánto lo amo.
- Es evidente que te profesa mucho afecto. Ten paciencia, Donghae. Cuando haya descansado te relatará todo lo que ocurrió. Ahora ambos necesitáis comer. Ven conmigo.
- Tienes razón. Me parece que llevo varios días sin comer.
- Estuviste fuera del campamento tres días con sus noches.
-¡Tres días! Pero, ¿cómo es posible? -dijo Donghae-. ¿Cómo puedo haberme ausentado tanto tiempo?
- El jeque Eunhyuk seguramente podrá explicarlo. Todos deseamos saber lo que ocurrió. Pero ahora ven; tienes que comer.
Donghae no pudo oponerse a la invitación y volvió a la tienda con Ryeowook. Este llevó el alimento de Hyukjae al dormitorio, donde Heewon continuaba curándolo, y después se marchó.
Me siento tan avergonzado. Hyukjae debe de sufrir muchísimo, y yo pretendo explicaciones cuando él no está en condiciones de ofrecerlas. Tengo que olvidar eso y ocuparme de que él se cure. Me lo dirá cuando se sienta mejor... ¿o no? No le agrada responder a las preguntas. Bien, ahora tendrá que hablar. ¡Este asunto también me concierne a mí!
Donghae había olvidado sus propias heridas y los golpes recibidos. Tenía los ojos y las mejillas aún hinchados y doloridos, pero eso no le molestaba para comer o para hablar.
Su túnica era un desastre... estaba completamente cubierta de tierra. Se sentía pegajoso, pero ¿cómo podía bañarse cuando Hyukjae estaba obligado a permanecer acostado? Era muy peligroso ir solo. Cuando terminó de comer, Yesung entró en la tienda trayendo en cada mano un cubo de agua.
- El jeque Eunhyuk ordenó que te trajese agua. Dijo que durante unos días tendrás que lavarte así —dijo Yesung mientras depositaba en el suelo los cubos.
Era evidente que la misión no le agradaba y Donghae sintió deseos de reír, pero no lo hizo.
- Gracias, Yesung. Eres muy amable.
Heewon salió del dormitorio y al fin Donghae quedó solo en la tienda con Hyukjae. Decidió lavarse en el dormitorio. Alguien podía entrar en la tienda y verlo desnudo, pero por otra parte él deseaba estar cerca de Hyukjae. Se acercó al gabinete para retirar toallas y jabón, y después llevó los cubos a la habitación contigua.
-Hyukjae ¿duermes?
-No.
-Deseo bañarme aquí, donde estoy más protegido, pero si te molesto me iré.
-No me molesta. En realidad, deseaba que te lavases aquí. Más aún, deseaba verte cuanto antes.
-¡OH, qué hombre! - replicó Donghae enojado.
Pero cuando vio la grasa que en una espesa capa le cubría la mitad superior del cuerpo, se echó a reír.
-¿Qué demonios te parece tan divertido? - preguntó él.
-Disculpa - rió Donghae - Pero tienes un aire tan ridículo. ¿Aún no te has visto en un espejo?
-No, no me he visto... ¿y tú?
-¿Qué quieres decir?
-Sugiero que mires tu propia imagen en un espejo antes de reírte de la mía.
Donghae se apoderó del espejo y contuvo una exclamación cuando vio su propio rostro.
-¡OH, Dios mío... éste no soy yo! ¡Qué rostro tan horrible l ¡Me agradaría joder con un látigo al bastardo que me golpeó!
- Calma Hae... No pareces un caballero.
-¡Calma ¡ Mírame la cara Hyukjae. Mírame tengo el rostro hinchado y lastimado. A mí me castigaron. ¿por qué no miras un poco la tuya? - replicó el joven con expresión altiva, mientras le entregaba el espejo- Ahora, dime quién de los dos tiene peor aspecto.
-Tienes razón, querido. Esta vez tú ganas. ¿Por qué no te lavas? Así podremos terminar esta ridícula discusión y descansar un poco.
- Lo que tú digas, amo. Pero puesto que ya no parezco un caballero, no veo motivo para comportarme como si lo fuera.
Se desató la túnica y la dejó caer al suelo. Con movimientos lentos se quitó las demás prendas.
-¿Qué demonios significa lo que acabas de decir? -preguntó Hyukjae.
-OH... nada - sonrió Donghae, y comenzó a frotarse el cuerpo de la cabeza a los pies. Sabía que Hyukjae lo miraba, y por extraño que pareciera, eso no lo molestaba en lo más mínimo. Antes le avergonzaba desvestirse frente a Hyukjae, pero ahora le agradaba el efecto que tenía en él la contemplación de su cuerpo.
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