Hyukjae había regresado al campamento, y allí le dijeron que
Donghae había salido a caballo con Sunwoo. Se alegraba de que hubiera decidido
reanudar sus cabalgatas diarias, y comprendía que era hora de que él dominase
su propia depresión. Su padre había muerto, pero él aún tenía a Donghae.
Pensó en Donghae mientras se paseaba de un extremo al otro de la tienda, esperando su regreso. Pero cuando el sol comenzó a ocultarse y no tuvo noticias del joven, un horrible temor comenzó a dominarlo. Salió corriendo de la tienda y al ver a Yesung junto al corral le ordenó que lo siguiese.
Hyukjae obligó a su caballo a galopar frenéticamente cuesta abajo, mientras Yesung trataba de mantener la misma velocidad. Después de cabalgar un rato en la dirección que solía tomar Donghae, vio dos caballos detenidos, uno al lado del otro. Palideció intensamente cuando se acercó un poco y vio un cuerpo inmóvil en la arena.
Desmontó del caballo y corrió adonde estaba Sunwoo. El proyectil había entrado en la región inferior del pecho, había perdido mucha sangre, pero aún vivía. Llegó Yesung y los dos hombres consiguieron que Sunwoo bebiese un poco de agua. Finalmente abrió los ojos. Miró primero a Hyukjae y después a Yesung y trató de sentarse, pero estaba demasiado débil a causa de la pérdida de sangre.
Pensó en Donghae mientras se paseaba de un extremo al otro de la tienda, esperando su regreso. Pero cuando el sol comenzó a ocultarse y no tuvo noticias del joven, un horrible temor comenzó a dominarlo. Salió corriendo de la tienda y al ver a Yesung junto al corral le ordenó que lo siguiese.
Hyukjae obligó a su caballo a galopar frenéticamente cuesta abajo, mientras Yesung trataba de mantener la misma velocidad. Después de cabalgar un rato en la dirección que solía tomar Donghae, vio dos caballos detenidos, uno al lado del otro. Palideció intensamente cuando se acercó un poco y vio un cuerpo inmóvil en la arena.
Desmontó del caballo y corrió adonde estaba Sunwoo. El proyectil había entrado en la región inferior del pecho, había perdido mucha sangre, pero aún vivía. Llegó Yesung y los dos hombres consiguieron que Sunwoo bebiese un poco de agua. Finalmente abrió los ojos. Miró primero a Hyukjae y después a Yesung y trató de sentarse, pero estaba demasiado débil a causa de la pérdida de sangre.
-¿Puedes hablar, Sunwoo? -preguntó Hyukjae- ¿Puedes decirme qué ocurrió?
Sunwoo miró a Hyukjae con ojos vidriosos.
-Cuatro hombres del desierto se acercaron velozmente. Yo... apunté el rifle, pero me dispararon. Sólo eso recuerdo –Sunwoo trató de mirar alrededor, y cuando vio el caballo de Donghae volvió a apoyar la cabeza en la arena- ¿Se lo llevaron?
-Así parece -replicó Hyukjae. Tenía el cuerpo tenso, preparado para combatir. Miró al hermano mayor- Yesung lleva a Sunwoo de regreso al campamento. Heewon sabrá qué hacer por él. No sé cuánto tardaré, pero no me sigáis. Encontraré a Donghae y el hombre que hirió a tu hermano morirá.
- Alá sea contigo -replicó Yesung mientras Hyukjae montaba su caballo.
Aún eran visibles las huellas de los cuatro caballos de los secuestradores, porque no había soplado viento que las cubriese con arena. Hyukjae siguió las huellas con una velocidad que FAME jamás había alcanzado antes. Imaginaba constantemente el rostro atemorizado de Donghae y rogaba que lo hallase a tiempo, antes de que los hombres lo violasen y lo vendieran.
Jamás hubiera debido permitirle que cabalgase en el desierto. Si lo hubiese obligado a permanecer en el campamento, ahora lo tendría con él, y no temería por su vida. ¡Dios mío, haz que lo encuentre a tiempo!
Sintió que se le encogía el corazón cuando trataba de imaginar lo que sería su vida sin Donghae. Imagino el lecho vacío que había compartido con él, la tienda vacía adonde siempre ansiaba regresar, el cuerpo bello y suave que lo tentaba tan fácilmente. ¿Acaso era posible que otra persona ocupase jamás el lugar de Donghae? No podía soportar la idea de que nunca volvería a verlo.
Si sentía así, seguramente era porque lo amaba.
Hyukjae nunca había creído que podía llegar a enamorarse. ¡Qué tonto había sido! Pero, ¿qué ocurriría si no podía hallar a Donghae? Lo que era peor, ¿qué ocurriría si él no deseaba que lo encontrase? Bien, lo hallaría o moriría en el intento, y si era necesario lo obligaría a regresar con él. Prefería vivir con su odio que sobrevivir sin él. Quizás un día Donghae llegase a devolverle ese amor.
Hyukjae agradeció al destino la luna llena que iluminaba bastante bien las huellas. Las horas pasaban lentamente, dominadas por sombríos pensamientos, y el sol estaba alto cuando vio a lo lejos el campamento de una tribu del desierto. Las huellas que él seguía conducían directamente al campamento. Pensó: Ahora falta poco Donghae. Te encontraré y volveremos a casa.
Hyukjae acortó la marcha de su caballo y entró en el campamento. Cuando contuvo a FAME en el centro del campamento se acercaron varios hombres.
-Busco a cinco hombres uno de ellos extranjero- dijo Hyukjae en árabe- Vinieron aquí, ¿no es así?
- Eunhyuk has llegado al lugar justo. Desmonta y ven conmigo.
Hyukjae se volvió para mirar al hombre que había hablado. Un rifle le apuntaba a la espalda de modo que no tenía mucho que elegir.
-¿Cómo sabes quién soy?
-Te esperábamos. Ven conmigo.
Hyukjae desmontó y el hombre lo empujó con el rifle en dirección a la entrada de una tienda. Otros hombres armados caminaron detrás, preparados para responder al más mínimo movimiento. Se preguntó: ¿Cómo demonios saben quién soy?
Un anciano que estaba al fondo de la tienda se puso de pie y miró a Hyukjae.
- Jeque Eunhyuk no tardaste mucho en llegar. Esperé mucho tiempo este momento.
-¿Qué demonios significa esto?, ¿Cómo sabes quién soy? jamás te había visto antes.
- Me has visto antes, pero no lo recuerdas. ¿No oíste hablar de mí? Soy Lee Junki, jeque de esta tribu, y tío de Jihoo, tu medio hermano. ¿Ahora me conoces?
-Oí mencionar tu nombre, pero eso es todo. ¿Por qué me esperabas?
- ¡Ah, veo que tu padre te ocultó la verdad! Ahora te relataré la historia completa, y así comprenderás por qué voy a matarte en venganza por la muerte de mi hermana.
-Seguramente estás loco -dijo Hyukjae- Nada te hice. ¿Por qué quieres que yo muera?
- No estoy loco, Eunhyuk – Junki habló con voz serena, saboreando su momento de triunfo-. Pronto sabrás por qué tienes que morir. Sabía que caerías en mi trampa, porque tengo a tu hombre.
- ¿Dónde está? -estalló Hyukjae -. Si lo has herido...
- Todo a su tiempo, Eunhyuk - lo interrumpió Lee Junki -. Lo verás más tarde, y por última vez. No temas por él, porque en mi campamento no sufrirá ningún daño. Estoy agradecido a Choi Donghae que te atrajo aquí. Después, lo devolveré a su hermano a cambio de la recompensa.
-¿Cómo sabes acerca de él? -preguntó Hyukjae.
- ¡Cuántas preguntas haces! Mira, Jihoo me visita de vez en cuando. Mencionó que habías regresado de Inglaterra, y que tenías por amante a un extranjero. ¡Y ahora parece que he salvado de su secuestrador a Choi Donghae – Junki hizo una pausa. Cuando volvió a hablar, su voz expresaba profunda cólera -. Hace poco me enteré de la muerte de Rain. Me he sentido frustrado porque deseaba matarlo personalmente. Y bien, tú, su hijo bienamado, ocuparás su lugar.
-¿De qué acusas a mi padre? - preguntó Hyukjae. Lee Junki sirvió dos copas de vino y ofreció una. Éste rehusó y Junki sonrió.
-Será tu último sorbo de vino... propongo que lo beba!. Te aseguro que no está envenenado. Me he propuesto matarte con métodos más lentos y crueles.
- Acaba con tus explicaciones, Lee. Deseo ver a Donghae.
Aceptó el vino, y con gesto burlón ofreció un brindis al anciano.
- Veo que aún no me tomas en serio. Sin embargo, cambiarás de actitud cuando comience tu muerte lenta. Sea como fuere, tienes derecho a saber por qué morirás.
Alí hizo una pausa y bebió un sorbo de la copa que sostenía en la mano.
- Hace mucho tiempo, tu padre y yo éramos íntimos amigos. Yo habría hecho lo que fuese necesario por Rain. También conocía a tu madre, y estaba con Rain cuando tú naciste. Entonces, me alegré por tu padre. Había tenido dos hermosos hijos y una mujer a quien amaba más que a su propia vida. Recuerda que yo te tenía sobre mis rodillas cuando apenas habías cumplido tres años, y te contaba cuentos, ¿lo recuerdas?
-No.
- No creí que recordaras. Fueron años felices... hasta que tu madre se marcho. Era una buena mujer, pero destruyó a Rain. Él jamás volvió a ser el mismo. Se había ido su esposa, y con ella los dos hijos. Rain sintió que ya no tenía motivo para vivir. Compartí su sufrimiento tres años, porque lo amaba como a un hermano. Abrigaba la esperanza de que olvidaría a tu madre, y de que nuevamente hallaría la felicidad. Yo tenía una hermana llamada Gail, una bella muchacha que adoraba a Rain y le propuse que se casara con ella.
- Pero mi madre y mi padre aún estaban casados. ¿Cómo podría desposar a tu hermana? -interrumpió Hyukjae.
- Tu madre se había marchado y no pensaba regresar. Era como si hubiese muerto. Rain tenía derecho a casarse nuevamente. Podía iniciar una nueva vida y engendrar hijos, hijos que crecerían hasta convertirse en hombres. Rain aceptó desposar a mi hermana. Por entonces yo tuve que salir de viaje y pedí Gail que no se casara hasta mi regreso. Pero ella rehusó esperar.
- Fui herido mientras viajaba y guardé cama varios meses. Me llevó casi dos años encontrarlos. Jihoo hijo de mi hermana, tenía entonces un año. Yo creía que mi hermana era feliz. Rain aún se sentía muy desgraciado. No amaba a Jihoo como te había querido a ti.
..Hace varios años vino a verme mi hermana y al fin dijo la verdad acerca de su supuesto matrimonio. En el último momento Rain había rehusado desposarla. Pero la noche que ellos hubieran debido casarse él se emborrachó y la violó. Cuando unos meses después descubrió que estaba embarazada le rogó que la desposara. Pero él continuó negándose. No podía olvidar a tu madre. Gail se sintió avergonzada, porque no estaba casada y por eso mintió y me indujo a creer que era feliz. Rain nunca volvió a poseerla, pero permitió que ella y Jihoo viviesen en su tribu. Ella lo amaba y él la trataba como si ella hubiese sido la última escoria.
…Después que mi hermana me reveló la verdad, se suicidó. Fue como si el propio Rain le hubiese clavado el cuchillo. Mató a mi hermana, y aquel día juré venganza. Esperé, pero Rain conocía el odio que yo le profesaba y nunca se aventuraba solo fuera de su campamento. Nunca olvidó que yo estaba esperándolo, y por mi parte esperé demasiado. Rain murió siendo un hombre feliz, sin sufrir como sufrió mi hermana.
-Pero todo eso nada tiene que ver conmigo. ¿Por qué quieres matarme? —preguntó Hyukjae.
Creía en esa historia. Rain había vivido con el recuerdo de su primera y única esposa hasta el día de su propia muerte.
-Ocuparás el lugar de Rain - dijo lee Junki - Tú, su hijo bienamado, el que era todo para él, como mi hermana era todo para mí. Tú, que complaciste a Rain los últimos años, cuando él hubiera debido sufrir. Tú, el hijo de la mujer que fue culpable de la muerte de mi hermana. Tú, que te pareces en todo a tu padre, pues te posesionaste de pareja sin matrimonio y lo obligas a sufrir. Morirás, y yo al fin seré vengado. – Junki rió, con una risa breve y satánica-. Ah, pero la venganza es dulce; Rain estuviese aquí para ver tu muerte, mi felicidad sería perfecta. Y ahora, incluso estoy dispuesto a concederte un último deseo, si es razonable.
-Eres demasiado bondadoso —dijo sarcásticamente Hyukjae-. Bien, ahora quiero ver Choi Donghae.
-Ah, sí, el hombre. Te dije antes que lo verías, ¿verdad? Pero primero quiero advertirte. Me temo que sufrió un pequeño accidente antes de llegar aquí.
-¿Accidente? ¿Dónde está? -preguntó Hyukjae.
Lee Junki hizo un gesto a uno de los hombres que estaban detrás de Hyukjae. El individuo alzó una cortina que colgaba al fondo de la tienda.
Hyukjae vio a Donghae acurrucado en el suelo.
- ¡Oh, Dios mío! -exclamó.
Se inclinó para tocarlo, pero él no se movió.
- Me pareció que era mejor drogarlo unos días, hasta que se aliviase la inflamación
Hyukjae se incorporó y se volvió con movimientos muy lentos para encararse con el anciano. Los músculos de las mejillas se le contraían a causa de la cólera violenta que estaba consumiéndolo.
-¿Quién hizo esto? -dijo con voz contenida, tratando de dominar sus sentimientos- ¿Quién le hizo esto?
- No debió ser así. El hombre que lo golpeó siempre se ha mostrado cruel. Cuando el huyó, ese hombre se enfureció y lo golpeó antes de que mis hombres pudiesen detenerlo. Naturalmente, morirá. Di orden estricta de que no lo dañasen, y él me desobedeció. Todavía no he decidido cómo morirá, pero está condenado.
- Entrégamelo -dijo sombríamente Hyukjae –
-¿Qué?
-Entrégame al hombre que hizo esto. Me concediste un ruego. Quiero al hombre que lo golpeó.
Junki miró incrédulo a Hyukjae y los ojos ancianos cobraron una expresión fija.
- ¡Por supuesto! Es justo que se te conceda ese honor. No dudo de que vencerás, pero será una lucha justa. Combatiréis con cuchillos, ahora mismo, en el centro del campamento. Cuando Hwang haya muerto, tú morirás de muerte más lenta.
Hyukjae salió de la tienda en pos del anciano. Un solo pensamiento dominaba su mente: matar al hombre que se había atrevido a lastimar a Donghae.
- Traigan a Hwang y explíquenle lo que le espera -ordenó Junki.
Junki extrajo del cinto su propio cuchillo y se lo entregó a Hyukjae
- Terminada la pelea arrojarás el cuchillo sin ofrecer resistencia. Si no procedes así, Choi Donghae nunca volverá con su hermano y será vendido como esclavo. ¿Me comprendes?
Hyukjae asintió y tomó el cuchillo. Lo fijó en su cinturón, y tras quitarse la túnica empuñó el cuchillo con la mano derecha. Retiraron a Hwang de una tienda vecina; en su rostro se manifestaba claramente el miedo. Lo arrastraron hacia el lugar donde estaba Hyukjae.
-No combatiré contra este hombre. i Si tengo que morir, dispárame un tiro!
- Pelea como un hombre. ¡De lo contrario te arrancaré el corazón del cuerpo! —gritó Junki.
Hyukjae no experimentó compasión por el hombre que lo miraba temeroso. El rostro hinchado de Donghae era lo único que él veía.
-¡Prepárate para morir, maldito!
Dejaron en libertad a Hwang, que retrocedió unos pasos, y después se abalanzó sobre Hyukjae. Pero este estaba preparado. Saltó hada un lado y su cuchillo tocó el brazo derecho de Hwang, hiriéndole bajo el hombro. Después, cada uno describió un círculo alrededor del otro, con los brazos extendidos. Hyukjae se movió como el rayo e hirió otra vez a su víctima. El cuchillo cortó el brazo extendido de Hwang y abrió la carne hasta el hueso. Este soltó el cuchillo y miró atónito la herida. Hyukjae descargó una bofetada sobre el rostro de su antagonista y lo derribó al suelo.
Dio tiempo a Hwang para que recuperase el cuchillo, y volvió a atacar. Era evidente que ese tipo no sabía manejar bien el cuchillo y su miedo lo convertía en fácil víctima de la destreza de Hyukjae.
Hyukjae conocía muchos trucos que había aprendido de su padre, pero ahora no los necesitaba. Hirió una y otra vez a Hwang hasta que el árabe quedó cubierto con su propia sangre. Finalmente Hyukjae se cansó del juego y rajó la garganta. Hwang cayó de bruces sobre la arena.
Hyukjae estaba mareado. Jamás hubiera imaginado que había en él tanta violencia. ¿Cómo podía matar así a un hombre? De todos modos el hombre hubiese muerto y lo merecía porque había golpeado a Donghae, pero haber sido su verdugo repugnaba a Hyukjae. Arrojó el cuchillo y se acercó a Lee Junki.
- Eunhyuk no pareces complacido. Quizá te sientas mejor si sabes que Hwang también hirió de un tiro a tu compañero de tribu.
-No hay modo de sentirse mejor después de matar a un hombre.
- Cuando has esperado muchos años para matar a un hombre, como en mi caso, la venganza puede ser agradable. Ahora, acompañarás a mis hombres. Recuerda que tienes en tus manos el futuro de Choi Donghae. Además, he ordenado a mis hombres que disparen si tratas de huir. Una herida en el brazo o la pierna hará más dolorosa tu muerte.
Los hombres se apoderaron de Hyukjae y lo llevaron detrás de la tienda de Lee Junki. Allí había cuatro estacas clavadas en la arena y se habían atado cuerdas a cada una de ellas. Comprendió entonces cómo moriría.
No ofreció resistencia. Los hombres lo tumbaron de espaldas y lo ataron a las estacas de brazos y piernas. Oyó que un hombre murmuraba «Perdóname» y después se alejaba. Otro guardia se acercó a la sombra de la tienda de Junki, y se sentó para vigilarlo.
¿Vigilarlo de qué? Hyukjae hubiera deseado saberlo. No podía escapar. Era tarde ya, pero habría sol por lo menos dos horas más. Al día siguiente comenzarían sus verdaderos padecimientos. ¿Podría soportarlos ¿Tendría la voluntad necesaria para morir?
Trataría de permanecer despierto durante la noche, era el único modo. Las dos noches y los dos días que había cabalgado sin descanso le permitirían dormir al día siguiente, y quizá moriría muy pronto, por los efectos del sol, sin despertar siquiera.
Pasó una hora, y ya estaba esforzándose para continuar despierto. Una sombra se proyectó sobre él y cuando abrió los ojos vio a Lee Junki.
- Creo que es irónico que mueras así ¿verdad? Quisiste vivir bajo nuestro sol y hacer feliz a Rain, por eso, es propio que mueras bajo nuestro sol. No es un modo agradable de morir. Se te hinchará la lengua. Pero no quiero que te asfixies demasiado pronto. Se te dará agua suficiente para impedirlo. Sufrirás mucho mientras el sol te quema vivo. Y si has pensado permanecer despierto toda la noche y pasar durmiendo la tortura que te espera mañana, tengo que decepcionarte. He añadido una droga suave a tu vino y esta noche dormirás.- Junki se echó a reír porque acababa de destruir la única esperanza de Hyukjae- Pareces sorprendido Eunhyuk. Pero mira, lo he pensado todo. Sí, mañana despertarás al amanecer. Duerme bien, Eunhyuk. Será tu última noche.
Hyukjae tiró con todas sus fuerzas de las sogas pero no había modo de huir. Poco después se durmió.
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