Del Odio al Amor- Capítulo 3



Donghae vio a un hombre que lo miraba groseramente. Poco antes había oído sus comentarios, insultantes para todos los jóvenes que estaban en el salón. Quizá era la misma persona cuyos malos modales eran tema de conversación en Londres.

Se volvió cuando advirtió que se acercaba. Tuvo que reconocer que era el hombre más apuesto que él había visto jamás; pero entonces recordó que había vivido aislado y había conocido a muy pocos hombres.

-Discúlpame, Siwon - dijo Donghae a su hermano- Pero aquí hace muchísimo calor. ¿Podríamos caminar por el jardín?

Dio un paso, pero lo detuvo una voz a su espalda.

- Joven Choi.

Donghae no tuvo más remedio que volverse. Pareció que transcurría una eternidad antes de que él volviese a oír las voces.

- Joven Choi, nos conocimos ayer, en el parque... y usted dijo que asistiría a esta fiesta. Lo recuerda, ¿verdad?

Donghae se volvió finalmente hacia el joven alto y su esposo.

-Sí, lo recuerdo. Lee Kyuhyun y Lee Sungmin, ¿no es así?

-En efecto -dijo Kyuhyun-. Deseo presentarle a mi hermano, que también está de visita en la ciudad. Los hermanos Choi, Donghae y Siwon, mi hermano, Lee Hyukjae.

Lee Hyukjae estrechó la mano de Siwon, y besó la de Donghae, y cuando lo hizo él sintió que un estremecimiento le recorría el brazo.

- joven Choi, me sentiría muy honrado si me concediera la próxima pieza –dijo.

- lo siento Sr. Lee, pero me disponía a caminar con mi hermano. Aquí hace muchísimo calor.

¿Por qué estaba ofreciendo explicaciones a ese hombre?

-Entonces permítame acompañarle, por supuesto con el permiso de su hermano -miró a Siwon.

-Ciertamente, señor Lee. Acabo de ver a un conocido con quien deseo hablar, de modo que usted me hará un favor.

El pensó irritado: “Oh, Siwon, cómo puedes hacerme esto.” Pero Lee Hyukjae ya lo guiaba entre los grupos de invitados, en dirección a las puertas. Cuando se detuvieron en la terraza, Donghae retiró inmediatamente su mano de la mano de Hyukjae.

-Donghae, tu nombre es encantador. ¿Esa excusa del calor fue una artimaña para atraerme aquí?

Él se volvió para mirarlo y lo hizo con movimientos muy lentos y los ojos chispeantes.

-¡Vaya vanidoso insufrible! Su orgullo me abruma. ¿Está seguro de que este joven tonto es digno de que usted lo invite a su dormitorio?

Donghae no vio la expresión de asombro del rostro de Hyukjae cuando él se volvió para regresar al salón. Tampoco vio la lenta sonrisa que reemplazaba a la expresión de asombro.

“Que me ahorquen —pensó él, moviendo la cabeza—. No es ningún joven tonto. Es una viborita. Vaya si me desairé” Cerró los ojos y lo vio frente a él y comprendió que lo necesitaba. Pero era indudable que la cosa había comenzado mal, porque desde el primer minuto Donghae le había demostrado antipatía. Bien, no estaba dispuesto a renunciar. De un modo o de otro, lo tendría.

Hyukjae regresó al salón y vio que Donghae estaba con su hermano. Lo observó la noche entera, pero él se las arregló para evitar su mirada. Hyukjae decidió mantenerse a distancia, porque no tenía objeto empeorar todavía más la situación. Le daría una oportunidad de calmarse durante la noche y a la mañana siguiente renovaría sus ataques.



El sol ya estaba alto cuando al fin Donghae abandonó su lecho. Se calzó y se puso una bata, acercándose a la ventana. Se preguntó qué hora sería. Recordó la fiesta, y que toda la noche se había movido inquieto en la cama.

No podía olvidar esos ojos extraños mirándolo insolentes y el rostro bien formado. Lee Hyukjae era un hombre alto, posiblemente medía mas de un metro setenta, era delgado y musculoso. Tenía los cabellos oscuros y una piel bronceada, lo cual lo distinguía de los elegantes londinenses.

Pensó “¿Qué te pasa, Donghae? ¿Por qué no puedes apartar de tus pensamientos a ese hombre? Te insultó, pero continúas recordándolo. Bien, si es posible evitarlo, no volverás a ver a Lee Hyukjae.”

Se quitó la bata y las zapatillas. Se vistió y descendió la escalera en busca de su hermano.
Donghae entró en el comedor y encontró a la señora Yoona y a una de las criadas de la planta baja retirando lo que parecían los restos de un almuerzo.

-Vaya, joven Donghae, comenzábamos a preguntarnos si estaba enfermo. ¿Desea desayunar? ¿O tal vez prefiere almorzar ya? -preguntó la señora Yoona.

Donghae sonrió al tiempo que se sentaba.

-No, gracias, señora Yoona. Será suficiente con unas tostadas y una taza de té. ¿Dónde están todos?

- Bien, el señor Siwon dijo que tenía que hacer algunas diligencias y salió poco antes de que usted bajara —contestó, mientras servía una taza de té a Donghae-. Y los señores Kang están durmiendo la siesta.

La criada entró con una bandeja de tostadas y jaleas.

- Joven Donghae, casi lo olvidé -dijo la señora Yoona-. Esta mañana vino un caballero a verlo. Es muy insistente... ya ha venido tres veces. Creo que es el señor Lee.- La interrumpió un golpe en la puerta—. Seguramente es él.

Donghae se mostró irritado.

- Bien, sea el mismo u otro cualquiera, dígale que no me siento bien y que hoy no recibiré visitas.

-Muy bien, joven. Pero este señor Lee es un hombre muy apuesto -replicó la señora Yoona antes de salir para contestar la llamada...

Regresó poco después, moviendo la cabeza.

- Sí, era el señor Lee. Me pidió le dijese que lamenta que no se sienta bien, y que espera que mañana esté mejor.

Siwon y él pensaban regresar a su casa al día siguiente, de modo que no vería nuevamente al señor Lee. Donghae echaba de menos el campo, y también las cabalgadas diarias en su caballo Nemo. De buena gana regresaría a casa.

Nemo y Prince habían nacido al mismo tiempo, y su padre le había regalado Prince con motivo de un cumpleaños. Pero éste era blanco y manso, en cambio Nemo era un pardillo negro de carácter áspero. Le había prometido a su padre adiestrarlo de tal modo que mostrase un carácter más manso.

Sin embargo, Nemo era manso sólo con Donghae. El joven reía de buena gana cuando recordaba que dos años atrás Siwon había intentado montar a Nemo. El caballo sólo soportaba a Donghae. Si volvía a casa, pronto olvidaría la figura del grosero Lee Hyukjae, y a Cho Sooeun y a sir Jae Yoon.

Donghae oyó la puerta principal que se abría y cerraba y Siwon apareció en el umbral.

- De modo que al fin conseguiste abandonar la cama. Te esperé esta mañana, pero a mediodía renuncié. – Siwon se apoyó en el marco de la puerta-. Me encontré con Eun y Bin Hyun. Como recordarás, él estuvo en mi regimiento. Nos invitaron a cenar esta noche con algunos de sus amigos. ¿Puedes estar listo para las seis?

- Creo que sí, Siwon.

- Fuera encontré al señor Lee. Dijo que había venido de visita, pero que tú no te sentías bien. ¿Ocurre algo?

- No. Sólo que hoy no deseo ver a nadie - respondió el joven.

- Bien, partiremos mañana, de modo que hoy es tu última oportunidad de encontrar un buen esposo- se burló Siwon.

-¡Caramba, Siwon! Sabes que no vine por eso a la ciudad. Lo que menos deseo es atarme a las obligaciones conyugales. Cuando encuentre a un hombre que me trate como un igual, quizás entonces contemple la posibilidad del matrimonio.

Siwon se echó a reír.

-Si todos los hombres son débiles y tímidos, jamás me casaré... ¡Y no lo lamento!

- No diré que compadezco al hombre que conquiste tu corazón -dijo Siwon-. Sin duda, será un matrimonio muy interesante.

Dicho esto, salió de la habitación.

Donghae reflexionó acerca de lo que Siwon había dicho. Dudaba de que jamás pudiese hallar la clase de amor que podía hacerlo feliz, aquella que había unido a sus padres. Ellos habían tenido un matrimonio perfecto, hasta la muerte de ambos. Después de eso Siwon y Donghae se habían acercado más que nunca uno al otro.

Y el último año Siwon había obtenido un ascenso en el ejército de Su Majestad y ahora disfrutaba de licencia y esperaba nuevas órdenes. De pronto Donghae decidió que lo acompañaría adondequiera que fuese. Extrañaría a Nemo y a la residencia Choi, pero mucho más extrañaría a su hermano si no lo veía.

Abrigaba la esperanza de que no lo enviasen muy lejos. Al día siguiente irían a la residencia Choi y pronto saldrían de allí. Donghae a esperaba que fuese demasiado pronto. Subió el primer piso para pedir un baño. Le agradaban mucho los baños tranquilos y prolongados. Lo mismo que la equitación, lo tranquilizaban y mejoraban su estado de ánimo.



Donghae decidió poner particular cuidado en su atuendo, porque ésta sería su última noche en Londres. Eligió un traje negro, camisa blanca y bufanda. Admiró su imagen reflejado en el espejo. Le encantaba usar buenas y elegantes prendas. Sabía que era atractivo, pero no podía creer que fuese tan bello como todos solían decir. Tenía los cabellos de un castaño oscuro. Y su propio cuerpo lo complacía. Con músculos definidos, un torso no muy marcado pero sin presencia de grasa.

Un golpe en la puerta interrumpió a Donghae. Oyó la voz de Siwon.

- Dong, si estás listo, creo que antes de ir a cenar podemos recorrer el parque por última vez.

Cuando abrió la puerta percibió la expresión admirativa de Siwon.

-Me pongo el abrigo y podemos salir –replicó alegremente el joven.

- Dong, esta noche estás muy elegante y hermoso, aunque a decir verdad, siempre se te ve así.

- Siwon, me halagas, pero de todos modos me agrada oírte decir eso —se burló él-. ¿Vamos?

Donghae y Siwon dieron un lento paseo por el parque del Regente antes de detenerse frente a una hermosa residencia de la calle Eustin. Hyun Bin y Hyun Eun los recibieron en la puerta y Siwon los presentó a Donghae.

- Siwon son los últimos en llegar. Los restantes invitados están en el salón —dijo Hyun Bin mientras los conducía hacia el interior de la casa.

Cuando entraron en el salón, Donghae no pudo dejar de verlo. OH, diablos, pensó él joven, ¡ese hombre echaría a perder su última velada en Londres!

Lee Hyukjae vio a Donghae apenas entró en la sala. Cuando lo miró, Donghae apartó el rostro en un gesto de desprecio. Bien, él no esperaba realizar una conquista fácil. Desde la víspera, era evidente que él lo odiaba.

Por pura casualidad se había cruzado con Choi Siwon esa tarde y había sabido que él y su hermano estarían allí por la noche. Kyuhyun conocía a Hyun Bin y pudo conseguir que el dueño de la casa lo invitase e hiciese lo mismo con Hyukjae.

Hyukjae también supo de labios de Choi Siwon que era la última noche que los hermanos pasaban en Londres; por lo tanto, tenía que darse prisa. No tenía otra salida que tratar de conquistarlo aquella misma noche. Personalmente hubiera preferido llevar a Donghae a su propia casa y hacerla su esposo, con o sin protestas, al estilo del pueblo de su padre. Pero sabía que eso era imposible en Inglaterra. Tenía que tratar de conquistar su afecto de acuerdo con las costumbres de la civilización.

Suspiró, maldiciendo la falta de tiempo. Aunque quizá Choi Donghae sólo se hiciera el difícil. Después de todo, los jóvenes iban a Londres en busca de esposo. Y él no era tan mal partido. Diablos, ¿por qué no se lo habían presentado antes?

Hyun Eun llevó a Donghae donde estaba Hyukjae.

- Donghae, desearía presentarle...

Se vio interrumpido bruscamente.

- Ya nos conocemos -dijo Donghae despectivamente.

Hyun Eun pareció sobresaltado, pero Hyukjae hizo una reverencia de arrogante elegancia, tomó firmemente del brazo a Donghae y lo obligó a caminar hacia el balcón. El se resistió, pero Hyukjae estaba seguro de que él no haría una escena.

Cuando llegaron a la baranda, Donghae se volvió bruscamente para enfrentarse a Hyukjae en actitud desafiante. Los ojos le chispeaban y su voz estaba cargada de desprecio.

-¡Realmente, señor Lee! Creí que anoche había aclarado bien mi posición, pero como parece que usted no entiende se lo explicaré otra vez. Usted no me gusta. Usted es un individuo grosero y pagado de sí mismo, y me parece una persona intolerable. Ahora, si usted me disculpa, regresaré adonde está mi hermano.

Se volvió para alejarse, pero él le tomó la mano y lo atrajo hacia sí.

- espere Donghae - pidió con voz ronca, obligándolo a mirarlo en los ojos oscuros.

- Realmente, no creo que tengamos nada que decimos, señor Lee. Y por favor absténgase de usar mi nombre de pila.

De nuevo se volvió, pero Hyukjae continuaba aferrándose de su mano. El se le enfrentó otra vez.

-¡Suélteme la mano! - exigió Donghae.

- Hae, lo haré cuando haya oído lo que quiero decirle —contestó él, atrayéndola aún más.

- ¿Hae?-dijo él y le miró hostil-. ¿Cómo se atreve ... ?

- Me atrevo a lo que quiero atreverme. Ahora, cállese y escuche.- Le divirtió la incredulidad que se leía en el hermoso rostro-. Anoche hablé groseramente de los jóvenes sólo para tranquilizar a mi casamentero hermano. Nunca deseé casarme... hasta que lo conocí. Hae, lo deseo. Me honraría si consintiera en ser mi esposo. Le daría lo que quisiera... hermosos trajes, mis propiedades.

El lo miraba de un modo muy extraño. Abrió la boca para decir algo, pero no pudo pronunciar palabra. Y entonces él sintió el golpe de su puño en el mentón.

-En mi vida me he sentido tan insultado...

Pero él no le permitió terminar. Lo abrazó y lo silenció con un beso profundo e intenso. Lo apretó fuertemente contra su propio cuerpo. El se debatía para liberarse, pero sus esfuerzos a lo sumo acentuaban el deseo de Hyukjae.

De pronto, Donghae cayó inerte en los brazos de Hyukjae y él bajó la guardia. Creyó que Donghae se había desmayado, pero se le contrajo el rostro cuando sintió un dolor agudo en la pierna. Lo soltó instantáneamente para aferrarse la pierna y, cuando volvió a mirar, Donghae caminaba hacia el interior del salón. Vio que se acercaba a su hermano, que se apartó en seguida para buscar y decir algo al dueño de casa. Después salió del salón en compañía de su hermano.

Hyukjae aún sentía los labios de Donghae. Su deseo no se había apaciguado cuando volvió los ojos hacia la calle y vio a Donghae y a su hermano que subían al carruaje y se alejaban. Continuó observando al vehículo hasta que desapareció y después fue a buscar a Kyuhyun y le pidió que se disculpara ante Hyun Bin. No estaba de humor para soportar la cena. Kyuhyun comenzó a protestar, pero Hyukjae ya estaba saliendo del salón.

Se dijo que tenía que haberlo previsto. Le había rogado como un tonto. Bien, sería la última vez. Jamás antes había dado explicaciones a nadie y no volvería a hacerlo. Pensar que había creído realmente que podía conquistarlo en una noche. Donghae no era cualquiera que aprovechase sin vacilar la oportunidad de pasar de la miseria al lujo. El era un caballero nacido en el bienestar. No necesitaba la riqueza que él podía darle.

Hyukjae jamás había cortejado. Estaba acostumbrado a conseguir inmediatamente lo que deseaba y deseaba a Donghae

2 comentarios:

  1. Oh si~ aca inicia la travesia de Hae~

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes cuantas veces me he leí , esa historia.... Me alegra que te guste igual que a mi.

      Eliminar

yota´s news : De regreso?

 Buenas tardes a todas las lectoras. Después de un año  y casi 4 meses regreso a saludarlas y comentarles nuevas.  Me gustaría decirle...