Minwoo se deslizó lentamente sobre el dormido grupo. Los guerreros brujos a su espalda se movían tan silenciosos como él, lo que le sorprendió por su tamaño. Se detuvo cuando sintió una mano sobre su brazo. Volteó para ver a Jongkook, el guerrero principal de Jungsoo, poner sus dedos sobre sus labios. Hizo señas para que los otros rodearan el dormido grupo y Minwoo sonrió cuando vio la malicia en los ojos de los guerreros.
—¿Cómo es que me
he encontrado con un doncel tan hermoso solo en el bosque? —Minwoo cerró los ojos
mientras se regañaba. No se había molestado en comprobar si las formas que
habían parecido estar dormidas eran verdaderamente todas las personas del
lugar.
Hyungsik envolvió
un brazo sobre él y lo empujó contra su pecho.
—Me alegra de que
regresaras sano y salvo —susurró contra su cuello. Por solo un momento, Minwoo
se relajó en su abrazo. Por solo un momento, se permitió pensar cómo sería ser
suyo, pero así de rápido, se olvidó de ello. Se alejó de él y se volteó para
estar frente a él.
—Debí haber sabido
que alguien mantendría la vigilancia. —Había cometido un error de principiante
y le molestaba que Hyungsik hubiera sido testigo de eso.
—Solo estabas
ansioso de volver a mí —bromeó él.
—No falta mucho
para el amanecer —le dijo, ignorando su broma—. ¿Ya se les ha ocurrido un plan?
—¿Están al borde
de la guerra con una bruja, tienen doce manadas reunidas bajo un techo y
ustedes creen que solo pueden ir allá y pedir partir el pan con ellos?
Hyungsik pensó
durante varios minutos. No se había involucrado mucho con los lobos, y las
pocas ocasiones que lo hizo fueron hace mucho tiempo.
—¿Qué deberíamos
hacer? —preguntó él.
—Yo iré primero.
—No. —Hyungsik
negó con la cabeza. Minwoo se encogió de hombros.
—Demasiado tarde.
—Entonces se había ido. Hyungsik gruñó de frustración.
—Jóvenes
—murmuró.
Jungsoo había
escuchado el sonido de sus guerreros aproximándose, aunque siguió pretendiendo
estar dormido. Sus brazos estaban envueltos firmemente alrededor de Sora,
quien, para su diversión, estaba roncando ruidosamente. Esperó hasta que
finalmente Jongkook se acercó lo suficiente. Se movió rápidamente, agarrando el
tobillo del guerrero y lanzándolo hacia atrás. Jongkook aterrizó en el suelo
con un ruido sordo y un jadeo cuando quedó sin aliento. Jungsoo le sonrió a su
general.
—Jongkook
—asintió.
—Mi rey —tosió Jongkook
mientras se ponía de pie. Jongkook hizo un gesto con la mano. En silencio, los
guerreros de Jungsoo dieron un paso adelante desde los árboles.
—Buen trabajo
—dijo Hyungsik, mientras caminaba hacia el círculo. Hizo una serie de
chasquidos y de repente del cielo estaban lloviendo Elfos mientras caían de la
cima de los árboles.
Jungsoo miró al
Príncipe Elfo, quien se encogió de hombros.
—Nunca se sabe
quién puede estar al acecho en el bosque.
Jungsoo se rió.
—Muy cierto.
La luz de la
mañana empezaba a traspasar la pesada cubierta de los árboles y Sora finalmente
comenzó a removerse. Bostezó y parpadeó un par de veces. Sus ojos se agrandaron
cuando vio ojos, montones de ellos, mirándola fijamente.
—¿Jungsoo? —Se
incorporó y se apartó del pecho de él.
—Sora, estos son
mis guerreros —señaló a los grandes hombres mirándola.
—¿Por qué me
están mirando? —preguntó, mientras trataba de sonreír y parecer amistosa.
—Tienen
curiosidad acerca de ti. Les acabo de decir que eres mi compañera y humana.
—Hola —dijo Sora,
débilmente mientras saludaba.
Algunos le
sonrieron. Otros continuaron mirándola como si fuera un bicho que estaban
tratando de disecar visualmente.
—¿Estás lista
para levantarte? —le preguntó Jungsoo, atrayendo su atención lejos de los
demás. Ella lo miró y asintió.
—Definitivamente,
realmente necesito or… —Se detuvo a media frase mientras consideraba la
compañía.
Jungsoo se rió.
—¿Necesitas un
poco de privacidad?
—Eso sería bueno
—le dijo. Ella caminó entre los árboles, prometiendo que no iría demasiado
lejos y haciéndole prometer a Jungsoo que no la seguiría, aunque podía decir
que a él no le gustaba que fuera sola.
Cuando Sora
regresó vio que Hyungsik y Jungsoo estaban enfrascados en una conversación. No
estaba muy segura de qué hacer así que se apoyó contra un árbol y trató de no
mirar a los guerreros brujos, mientras que al mismo tiempo trataba de asimilar
lo más que podía por las indiferentes miradas lanzadas en su dirección.
—Eres adecuada.
Sora saltó ante
la voz profunda que había venido de su lado. Se giró y tuvo que mirar hacia
arribar para ver al alto y amplio hombre con cabello oscuro, grandes ojos
verdes y una dulce sonrisa.
—Soy Jongkook —le
dijo—. El general de Jungsoo.
Sora asintió.
—Es un placer
conocerte, Jongkook. Um, ¿qué quieres decir con que soy adecuada?
—Para él —asintió
hacia Jungsoo—. Le traes balance.
—¿Cómo lo sabes?
—preguntó Sora, mientras su frente se arrugaba con duda
—Hay una paz en
él que no he visto desde que era muy, muy joven.
Sora miró a Jungsoo
hablar con Hyungsik y se preguntó cómo había lucido cuando lo conoció por
primera vez. Él todavía era increíblemente guapo, pero estaba de acuerdo en que
algo de la tensión que había estado en su rostro en ese entonces, ya no estaba.
Incluso con todo lo que habían pasado y que sin duda atravesarían pronto, Jungsoo
parecía extrañamente relajado.
Los ojos de él se
encontraron con los suyos. Le devolvió la sonrisa y estuvo de acuerdo con Jongkook,
ella y Jungsoo, por cualquier razón absurda, eran adecuados.
—Dambi.
Dambi saltó
debido a la voz detrás de ella. Se llevó la mano al corazón mientras se daba la
vuelta y se encontraba con la mirada de Minwoo.
—¿Estás tratando
de matarme? Mierda, dame una advertencia o algo la próxima vez.
Una ceja se
levantó en el rostro de Minwoo.
—Te pedí que me
mostraras dónde estabas.
—Sí, pero no
dijiste que ibas a venir ahora —espetó Dambi. Se puso de pie en el campo en el
que tan solo hace un día, una masacre entre las manadas tuvo su comienzo. Junjin
había demostrado una vez más que era el más fuerte de su raza. Cuando los otros
Alfas habían intentado controlar a los lobos y habían fracasado, el poder de Junjin
los puso de rodillas.
—¿Qué estás
haciendo aquí? —preguntó Minwoo.
Dambi miró de nuevo
hacia el campo que había estado observando antes de que el otra Fae hubiera
llegado.
—Es una larga
historia —respondió Dambi.
—¿No lo es
siempre? —respondió Minwoo mientras se acercaba al lado de su mentora y amiga
de toda la vida.
Minwoo esperó en
silencio, sabiendo que a veces Dambi simplemente necesitaba a un público
cautivo para empezar una historia.
—Bien, así que
los malditos lobos no pueden mantenerse fuera de problemas —comenzó y Minwoo
sonrió para sus adentros mientras Dambi le contaba, solo en la forma en que Dambi
podía, los acontecimientos que habían tenido lugar. Minwoo escuchó atentamente
y cuando Dambi terminó de relatarle su historia, decidió que prefería su
batalla con el Draheim en lugar la de los lobos y sus compañeros miles de
veces.
—Así que, ese es
mi problema —le dijo Dambi, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho—. ¿Cómo
van las cosas con el Rey Hechicero y la humana?
Minwoo sonrió.
—Bueno, no están
de cerca tan mal como tus lobos.
Dambi resopló.
—Por alguna razón
te creo.
—Te dije que
tenía una sorpresa para ti —le recordó Minwoo.
—Sí, y sabes cómo
odio las sorpresas, así que por favor dime que Sora no quedó de alguna manera
embarazada, o que Jungsoo no ha estado conspirando a escondidas con Mona todo
el tiempo porque ella está teniendo a su amado hijo secreto.
Minwoo puso los
ojos en blanco.
—¿Qué pasa con
toda la charla de bebés?
—Hee está
embarazado, las Parcas quieren a su hijo, y Siwon simplemente podría matar a
cualquier cosa o a cualquier persona que se acerque a él en cualquier momento.
Lo siento, es un tema delicado.
—Está bien, bueno
respira tranquila entonces porque nadie va a tener un amado hijo. Sin embargo —Minwoo
hizo una pausa y se aclaró la garganta—, Hyungsik está algo involucrado.
La cabeza de Dambi
se alzó bruscamente mientras veía a Minwoo.
—¿El Príncipe
Elfo está aquí? —Los ojos de Dambi se abrieron de par en par. Minwoo asintió.
—En cierto modo,
necesitábamos algo que él tenía.
—Sí, apuesto a
que lo hacías —murmuró Dambi.
—Dambi, no vamos
a ir por ese camino, así que simplemente
olvídalo.—Minwoo sonó casi como un adolescente hastiado.
—Tenía que
suceder algún día. Ustedes dos han estado embelesados por el otro desde hace
siglos. Solo sigue adelante y consigue una probada, así puedes terminar con
ello.
Minwoo sacudió la
cabeza con exasperación.
—Esto no es
acerca de mí o Hyungsik o nosotros juntos. Jungsoo necesitaba más información
sobre cómo abrir el velo al Inframundo. Había estado planeando obtenerla de su
hermano. Como te lo he dicho, ese plan fue algo así como aplastado por un
Draheim, así que tuvimos que recurrir al plan B.
—También conocido
como el “Plan Malditamente Caliente Príncipe Elfo Ven A Encender Mi Fuego.” —Dambi
se rió cuando Minwoo cruzó los brazos y empezó a golpear con el pie.
—¿Ya terminaste?
—preguntó Minwoo, con el ceño fruncido. Pero siguió riendo, pero finalmente
levantó la mano.
—Sí, sí, está
bien, he terminado. —Inclinó la cabeza hacia atrás, estirando el cuello y
sintiendo la ligera tensión relajarse un poco—. Así que, ¿Hyungsik es capaz de
ayudar?
—Resulta que él
tiene el libro llamado Nushtonia. —Minwoo esperó la reacción que sabía que
venía.
Dambi se echó a
reír. La frente de Minwoo se frunció mientras observaba a la gran Fae. Ésta no
había sido la reacción que había esperado.
—¿Estás
jodidamente bromeando conmigo? —gritó Dambi—. ¿Podría esto ponerse peor?
Entonces, ¿el libro inspirado por un demonio que estaba oculto está ahora al
descubierto donde Mona podría conseguir poner sus mugrientas, sucias,
asquerosas y cubiertas de sangre manos sobre él?
—Sí, pero Jungsoo
lo necesita. Antes de tener compañera, comprendía el riesgo de abrir el velo.
Ahora, él tiene a Sora, y eso cambió el juego. No solo ha decidido no ayudar a
Mona, sino que ha prometido que no dejará que nada le pase al hijo de Sora.
Tiene que abrir el velo porque hizo un juramento de sangre, pero tiene que ser
capaz de cerrarlo de inmediato, antes de que cualquier cosa pueda atravesar.
Dambi escuchó
atentamente mientras por su mente pasaban un millón de espeluznantes posibilidades
que estaban obligadas a suceder, y por cierto, las cosas estaban sucediendo,
todo pasaría a la misma maldita vez.
—Entonces, lo que
he oído es que nuestro Rey Hechicero necesita lograr lo imposible.
Minwoo asintió.
—En esencia.
—Excelente.
—Exactamente.
—¿Alguna otra
palabra con E que podríamos añadir a esta pequeña charla de mierda? —Preguntó Dambi
secamente.
—¿Estupendamente
perfecto? —Minwoo le sonrió a Dambi.
—Me quitaste las
palabras de la boca.
Dambi hizo señas
para que Minwoo la siguiera.
—Así que, tu
gente quiere venir a encontrarse con mi gente. Tenemos que dejar que Junjin y
los otros hombres lo sepan de manera que no se sientan como si hubieran estado
siendo dejados de lado. ¿Has preparado al Hechicero y al Príncipe sobre cómo
comportarse alrededor de estúpidos hombres lobos posesivos?
—No exactamente.
—Entonces me
reuniré con ellos antes de que se encuentren con los lobos. Esto es una jodida
pesadilla —murmuró Dambi, mientras conducía a Minwoo hacia la habitación de Junjin
y Hyesung.
Dambi se acercó a
tocar la puerta del Alfa, pero se detuvo, con la mano en el aire. Escuchó
varias voces profundas conversando y no pudo reprimir el exasperado gemido que
se le escapó.
—Entra, Dambi
—oyó a Junjin decirle. Debe de haber escuchado el gemido. Ella agarró la manija
y empujó el pestillo.
Los ojos de Siwon,
Kangin, Hyukjae, Henry, Yunho, Yesung, Hyesung y Junjin se posaron en ella y
luego cambiaron a Minwoo quien estaba de pie detrás de ella.
—Me alegra ver
que toda la pandilla está aquí. Eso evitará que tenga que repetir las cosas,
que como todos ustedes saben, detesto hacer. —Dambi se adentró más en la
habitación. Minwoo se movió para estar a su lado y Junjin, Siwon y los hombres
que habían estado sentados se movieron para detenerse delante de Hyesung.
Hyesung gruñó
detrás de ellos.
—Muévanse.
—Dambi, ¿a quién
has traído para visitarnos sin aviso previo? —preguntó Junjin, con frialdad.
—Junjin conoce a Minwoo.
Minwoo conoce a Junjin. —Dambi indicó entre ellos—. Minwoo es uno de los Guardianes
Fae. Él ha estado con el Rey Hechicero y Sora mientras han estado en su pequeña
aventura.
Junjin encontró
la mirada de Minwoo y esperó. Minwoo sabía que era una cosa de dominancia con
los lobos por lo que bajó la mirada.
Dambi levantó una
ceja ante el Alfa.
—¿Has terminado?
Junjin levantó un
labio hacia ella, mostrando los largos caninos, antes de decirle que proceda.
—El Rey
Hechicero, Sora, el Príncipe Elfo y sus guerreros están a unos cincuenta
kilómetros de aquí, en el bosque.
—¿Qué? —gruñó Siwon
a medida que daba un paso hacia ella.
—Calma, lobo
—espetó Dambi—. Ellos no vienen a atacarte. Vienen a ayudar. —Dambi explicó
todo lo que Minwoo le había dicho, tratando de mantenerlo lo más corto y exacto
posible.
—¿Así que todavía
planea abrir el velo? —preguntó Junjin, innecesariamente.
—Hizo un
juramento de sangre. No es como si realmente tuviera opción —señaló Minwoo.
—El punto es
—interrumpió Dambi—, que quieren ayudar. Están trayendo más cuerpos calientes
para ayudarnos en la lucha contra Desdémona.
—Son más hombres
desconocidos alrededor de nuestras parejas —gruñó Hyukjae.
—Hablando de
dichas parejas —dijo ella encontrando la mirada de Hyukjae—. ¿Dónde están sus
compañeros, oh, tan preciosos?
Hyukjae apartó la
mirada. Obviamente, descontento con la pregunta.
—Están bebiendo té
caliente en la cocina —respondió Kangin.
Dambi rió.
—Así que, déjame
adivinar, están molestos, porque querían un descanso de las habitaciones donde,
sin duda, los mantuvieron encerrados las últimas veinte y cuatro horas, o bien
—se rió aún más fuerte—, están celoso de las tazas de las que están bebiendo la
bebida.
Todos los hombres
tuvieron el sentido de mostrarse un poco culpables por su comportamiento
arrogante, pero ninguno de ellos la contradijo.
—¿Has terminado, Dambi?
—habló Henry por primera vez.
—Oh, podría
seguir durante horas; ustedes solo lo hacen más fácil. Pero por desgracia, los
malditos hombres que han venido a tomar la virtud de sus parejas, si queda algo
después de la noche interesante que estoy segura de que todos ustedes tuvieron,
están esperando la aprobación de Junjin antes de venir hasta aquí.
—¿Quién dijo que
fueron los hombres quienes tomaron la virtud? —Una voz familiar sonó desde
atrás de Dambi. Hee y el cortejo de parejas entraron en la habitación. Los
rostros de los hombres cambiaron al instante de la irritación a la adoración. Dambi
sacudió la cabeza ante ellos. Nunca entendería el vínculo entre compañeros, a
menos que la Gran Luna la tomara en cuenta. Dambi se estremeció ante ese
pensamiento.
—Heechul, pensé
que te dije que quería que volvieras a nuestra habitación —dijo Siwon, mientras
cruzaba la habitación hacia él.
—Lo hiciste. —Hee
saludó a Dambi con una sonrisa maliciosa.
—Entonces, ¿por
qué estás aquí? —le preguntó.
—Porque me
dijiste que volviera a nuestra habitación, duh. —Los hombres fruncían el ceño. Hee
no les hizo caso y se volvió hacia Dambi y Minwoo mientras Siwon envolvía sus
brazos a su alrededor por detrás y lo empujaba contra su pecho. Cada una de las
parejas acopladas adoptó poses similares a través de la habitación.
—Así que, Dambi
hadita. —Teuk sonrió—. ¿Cuál es la noticia que ha sacado a nuestros hombres tan
de quicio?
—El Rey Hechicero
y el Príncipe Elfo están esperando el permiso para acercarse a la mansión
—explicó Dambi.
Teuk trató de
empujarse lejos de Kangin mientras daba un paso hacia la Fae.
—¿Jungsoo está
ahí fuera? Eso
significa que mi
mamá está ahí fuera, ¿cierto?
Dambi asintió.
Teuk se dio la
vuelta, golpeando a Kangin en la cara con su salvaje cabello mientras se
enfrentaba a Junjin.
—¿Por qué no le
has dicho que pueden venir? Mi mamá está ahí fuera, Junjin.
—Lo sé —le dijo Junjin
pacientemente—. Pero no puedo actuar precipitadamente, siempre tengo que
sopesar el peligro que una situación como esta plantea a la manada.
—Dame un respiro,
Junjin. Hay como unos sesenta machos dominantes en esta mansión en este mismo
momento, deben ser mucho más peligrosos que el hombre con el que está mi mamá.
—Y, tú sabes
esto, ¿cómo? —preguntó él.
—Junjin… —La
advertencia de Hyesung llegó de donde seguía sentado fuera de vista—. Él es tu
nuero primero que nada, después la manada.
Junjin se hizo a
un lado para que Hyesung pudiera ser visto. Se puso de pie junto a Junjin y se
relajó ante su toque cuando él la metió bajo su brazo.
—Dambi. —Junjin
se volvió hacia ella—. Puedes traerlos hasta aquí. Tendrán que ir a la sala de
reunión y quedarse allí. Qué no deambulen por ahí.
Minwoo se había
ido antes de que Dambi pudiera contestar.
—¿A dónde se fue?
—preguntó Donghae.
—A decirles. —Dambi
se encogió de hombros.
Dambi destelló
junto a Minwoo momentos después que Minwoo llegara, de pie ante Jungsoo y Hyungsik.
—Bueno, hola,
guapos. —Dambi sonrió a los dos hombres.
Sora salió de
detrás de Jungsoo quien la había puesto de manera protectora detrás de él
cuando Dambi había llegado.
—Tú debes ser Sora.
—Dambi se adelantó y le tendió la mano.
Sora se adelantó
para estrecharla y Jungsoo deslizó un brazo alrededor de su cintura tratando de
tirar de ella hacia atrás.
—Jungsoo —dijo Sora
de manera cortante y él retrocedió solo ligeramente.
—Veo que tienes
uno de esos también. —Dambi hizo señas a Jungsoo.
—¿También? —Sora
frunció el ceño.
—Tu hijo tiene,
lo que él y sus amigos llaman un CDCH.
Sora se echó a
reír.
—Entonces,
recemos por lo que quiere decir el acrónimo.
—Compañeros
dominantes cabezas huecas.
—Pues sí, tengo
uno de esos también. —Sora se reía mientras Jungsoo entrecerraba los ojos hacia
ella.
Dambi dio un paso
atrás de modo que podía hacer frente a los dos hombres.
—Junjin ha
accedido a que vengan a la mansión. Pero, antes de ir, tengo que ponerlos al
día con la etiqueta de la manada.
—Ya sabemos algo
de eso —dijo Jungsoo.
—No con estos
hombres —contrarrestó Dambi—. Estos hombres llevan la protección a un nuevo
sistema solar, así que escuchen y tal vez todos vivamos hasta que Mona nos
mate.
Sora sonrió.
—Me gustas. Eres
es un soplo de aire fresco.
—No la has
conocido el tiempo suficiente como para declarar eso. Solo dale tiempo —bromeó Minwoo.
Dambi chasqueó
sus dedos delante de la cara de Minwoo, dejando en claro que ella quería que Minwoo
cerrara la boca. Minwoo se rió y dio un paso atrás.
—Lo más
importante con este grupo de hombres es que no, bajo ninguna circunstancia, por
cualquier razón, toquen a ninguna de sus parejas. En un buen día son delicados
cuando se trata de que otros hombres estén presentes alrededor de ellos, pero
han pasado por algunas cosas difíciles los últimos días, por lo que están
realmente al borde en estos momentos.
—¿Mi hijo está
bien? —preguntó Sora, repentinamente alarmada.
—Está bien, y
estoy segura que estará encantado de relatarte sus aventuras —aseguró Dambi—. A
continuación, no sostengan sus miradas. Está bien mirarlos a sus ojos durante
unos cinco segundos. Después de eso, eviten su mirada. No tienen que bajarla e
indicar sumisión, simplemente miren por encima del hombro o hacía un lado para
demostrar que no van a desafiarlos. Incluso si el hombre en ellos sabe que
ustedes no están allí para un desafío, el lobo lo verá de manera diferente y en
este momento sus lobos están ganando la batalla por el control más de la
cuenta.
—Estos hombres
suenan muy inestables —señaló Hyungsik.
—Son inestables.
Son hombres lobo, ¿qué es lo que te haría pensar que son estables? —Dambi
sacudió la cabeza ante el Príncipe—. Ah, y por favor, por el amor de todas las
pequeñas cosas peludas de todo el mundo, no señales que son inestables. —Se
quedó mirando a Hyungsik por un segundo más—. De hecho, es probablemente mejor
si no hablas en absoluto.
Hyungsik la miró
desconcertado.
—¿Por qué?
—preguntó, realmente confundido.
—Porque no has
estado alrededor de los Canis lupus y tus preguntas podrían sonar como si
pensaras que son animales salvajes.
—¿No lo son?
La mandíbula de Dambi
se tensó.
—¿Ves? Es por eso
que sería mejor si mantienes tu real boca cerrada.
Jungsoo intervino
antes de que Hyungsik pudiera seguir discutiendo.
—¿Hay algo más
que deberíamos saber? Hasta ahora todo lo que has dicho, lo entiendo porque yo
mismo soy de esa manera con Sora.
—No se ofendan si
les gruñen. Básicamente gruñen a todo lo que no es su compañero, e incluso a
ellos a veces. Ah —Dambi aplaudió—, casi se me olvida la regla más importante
de todas: Manténgase alejado del joven rubio de piernas esbeltas. Él es un
problema con P mayúscula. Su compañero es Siwon; él es el Alfa de la manada de China,
y es mortal cuando se trata de él. A él le gusta sacarlo de quicio, así que si
lo ven venir, giren y corran para otro lado. Ah, y está embarazado, lo que,
básicamente significa que si lo miran Siwon los matará.
—Esto suena como
que va a ser muy divertido —dijo Sora, alegremente.
—Oh, son un
verdadero barril de risas, y con risas me refiero a hacer que deseen prender su
cabello en llamas mientras se arrancan sus propios dientes.
—Así de bien,
¿eh? —Jungsoo sonrió—. Creo que me van a gustar estos lobos.
—Vamos a terminar
con esto —resopló Dambi mientras se encaminaba en dirección a la mansión.
jajajajaja
ResponderEliminarLa descripción que hace Dambi referente a Hee~ es genial!!!!
Ahhhhhh
Me encanta!
Sí...confirmado por centesima vez...a veces me desesperan todos y sus sarcasmos aaaaaahhhhhh peor.
ResponderEliminarEstoy desesperada...para cuando la pelea contra la bruja
Por el bien de todos...es bue o que sigan las instrucciones de la fae