—Creo que la
mejor manera de hacer esto, ya que es nuestra primera vez, es hacerlo solo con Hyesung.
—Dambi estaba de pie en la habitación de Junjin, con los otros seis miembros
del Consejo Fae reunidos a su alrededor.
Junjin se
interponía entre la cama donde yacía su compañero y los demás en la habitación.
Dambi le había
pedido a Hongki que estuviera presente por si acaso Junjin perdía la calma.
—¿Y qué es
exactamente lo que esperas que haga? —le había preguntado Hongki a Dambi.
—Ayudar —le dijo.
—¿Cómo? ¿Alguna
vez has visto a un lobo enfurecido? No hay nada que pueda hacer para detenerlo.
—Lo sé —Dambi
palmeó a Hongki—, pero tú estando en el camino, me daría tiempo para escapar.
Eso no le había
sentado muy bien al doctor, pero por alguna razón había venido de todos modos.
—¿Qué es
exactamente lo que vas a hacer? —preguntó Junjin.
—Vamos a utilizar
las piedras y probar un hechizo de limpieza. Es un hechizo destinado a limpiar
el espíritu, sacar cualquier oscuridad que se haya metido, pero no sé si
funcionará para romper un hechizo. Solo hay una manera de averiguarlo.
Dambi dio un paso
hacia la cama y cuando Junjin no se movió, le dirigió una mirada mordaz.
Finalmente, después de levantar el labio en un gruñido, él se hizo a un lado
para que ella y los otros pudieran acercarse a su hembra Alfa.
“Hyesung, Alfa,
precioso para tu pareja,
Escucha mi voz,
éste no es el destino que te aqueja. La oscuridad atando, retorciendo en el
interior, Busca lugares sombreados intentando no verse mejor. Te llamo ahora de
la maldad que viniste,
No eres fuerte;
no tienes poder para resistirte. Hyesung, appa, precioso para tu manada, Lucha
contra este mal para traerte sanado.
Hay una luz en ti
que está viva en tu corazón,
Ninguna maldición
o hechizo podrá nunca tocar esa emoción.
Soy Dambi. Llamo
el poder de mi raza, Estás acabado; te irás si una traza.
Te sacaré de éste
cuerpo envolviéndote apretado,
Entonces te
echaré lejos de este lugar con todo lo que se me ha dado.
¡Hyesung! Escucha
mi voz, haz lo que te ordeno, Abre los ojos a todo lo que es bueno,
Lucha contra el
horror, pelea con el miedo y la mentira. Lucha y ganarás mientras la oscuridad
se retira.
Abre tus ojos Hyesung.
Abre tus ojos, Abre tus ojos.”
La voz de Dambi
se llenó de ira mientras observaba el hechizo envolviéndose alrededor de la
mente de Hyesung. La pareja Alfa estaba cansada y desgastada. Su mente era
débil y ya no era capaz de separar la realidad de la mentira.
—¡ABRE LOS
MALDITO OJOS, HYESUNG! ¡NO LE PERMITIRÁS GANAR!
Las piedras
alrededor de la loba empezaron a brillar con tal resplandor que estuvieron
cerca de cegarla y aun así Dambi persistió. Gritó mientras las lágrimas
manchaban su cara. Este joven que había llegado a amar, que consideraba un amigo,
y que respetaba mucho, estaba dejando al mal triunfar y eso no era aceptable
para Dambi.
Junjin se detuvo
detrás de Dambi y puso la mano sobre el hombro de la Fae. Reunió poder de su
interior, magia de lobo, y la empujó en Dambi junto con sus pensamientos.
«Regresa a mí Hyesung; no hemos terminado en
esta vida. ¡No te atrevas a rendirte!»
Esperó a que
algo, cualquier cosa le dijera que lo había oído.
Los ojos de él se
abrieron y, después de varios parpadeos, su visión comenzó a aclararse. Dambi
se estremeció al sentir el hechizo dejando el cuerpo de Hyesung. Lo jaló dentro
de su agarre y se acercó a Alston. Él envolvió sus manos alrededor de las de
ella y habló tan bajo que nadie pudo escuchar. Cuando él dejó caer las manos, Dambi
abrió las suyas y dejó escapar un suspiro de alivio.
Había funcionado.
—Junjin. —La voz
de Hyesung era débil mientras se volvía para mirarlo. Las lágrimas inundaron
sus ojos y se acercó a él.
Junjin vaciló y Hyesung
entendió mal, pensando que él no quería tocarlo.
—No —le dijo él
severamente—. Sabes mejor que eso como para pensar tales falacias. Siempre te
he querido y siempre te querré.
—Entonces, ¿por
qué estás ahí… —señaló hacia donde él estaba parado—… y no aquí?
—¿No recuerdas?
—preguntó. Hyesung cerró los ojos para pensar—. No, por favor. —Junjin se
inclinó hacia ella—. Por favor, no cierres los ojos.
Hyesung lo miró y
vio en su mente lo que había hecho.
El dolor en su
rostro hizo doler los brazos de Junjin por abrazarlo y se estremeció por el
esfuerzo de evitar recogerlo en sus brazos.
«Por favor», le susurró a su mente. «Soy tuyo».
«¿Me permitirás tener lo que es mío?»
«Por favor». Fue lo único que pudo
decir.
La magia de la
manada se rompió tan pronto como Hyesung hubo confesado su necesidad por él. Junjin
se metió en su cama y lo tomó en sus brazos. No le quitó sus ojos de encima aún
cuando le gruñó a las Fae en la habitación:
―Déjennos.
Dambi y Hongki
fueron de una habitación a otra diciéndoles a los hombres que ella y Hongki
necesitarían que llevaran a todos sus compañeros a la habitación de Hongki. Era
un territorio neutral y debía ayudar a que los machos se sientan menos
amenazados. Una vez que se habían trasladado todos ellos, la mayoría sin
problemas, Dambi explicó lo que había sucedido con Hyesung.
—Por lo tanto,
¿está bien ahora? —preguntó Siwon, ansiosamente.
—Sí, está libre
de maldición y ahora Junjin tiene sus brazos a su alrededor. Lo clasificaría PG
cuando nos fuimos, pero me imagino que se han trasladado a otros actos más
interesantes. El punto es que pueden tocarse de nuevo. —Dambi juntó sus manos y
luego las frotó—. Así que, ¿estamos listos para hacer esto? Puede requerir un
poco más de esfuerzo y voy a necesitar tocar a cada pareja en algún momento.
Además, Junjin empujó su magia a través de mí hacia Hyesung y eso pareció ser
el catalizador para él.
—¿Qué estamos
esperando? —gruñó Kangin. Dambi puso sus ojos en blanco.
—Juro que uno de
estos días voy a tener una buena alfombra de piel de lobo —se quejó mientras
ella y Alston colocaban las piedras alrededor de las parejas en el suelo.
Dambi comenzó por
el lado derecho, Ryeowook siendo el primero. Puso sus manos sobre su cabeza y
empujó en su mente, como había hecho con Hyesung. Cantó mientras se oponía a la
maldición. Sintió la mano de Yesung en su hombro mientras le ayudaba a llamar a
Ryeowook desde el lugar oscuro donde la maldición lo había arrastrado.
Uno por uno, Dambi
tocó a cada pareja. Se aseguró de llamarles por su nombre y permitió que cada
macho se acercara a sus compañeros a través de ella. Una vez más, las piedras
brillaron mientras el poder comenzó a llenar la habitación.
El Consejo Fae
cantó en voz alta esta vez mientras veían que Dambi comenzaba a debilitarse,
presionando con esfuerzo para eliminar el hechizo. Estaba casi a punto de
colapsar cuando Dain salió del círculo hacia Dambi, quien estaba al lado de Donghae.
Hyukjae levantó su vista para ver al macho Fae venir hacia su compañero y se
abalanzó. Sus dientes estaban al descubierto y sus ojos brillaban mientras
alcanzaba al hombre que pensaba que tenía la intención de lastimar a su
compañero. Se detuvo a mitad del salto al oír su voz.
—Hyukjae —la voz
de Donghae llegó a él y atrajo al hombre de vuelta. Estaba llamándolo. Su
compañero estaba pidiendo por él. Un instante después estaba a su lado y casi
la tocó antes de recordar que no podía.
«Donghae necesito sostenerte, por favor
invítame».
Donghae parpadeó,
mientras trataba de concentrarse en lo que estaba diciendo. Su mente era un
revoltijo y seguía tratando de alejar los pensamientos que solo le conducirían
a las lágrimas.
«Te necesito Hyukjae». Las palabras
apenas habían sido pensadas y ya Hyukjae lo había tomado en sus brazos y se
habían ido, sin mirar hacia atrás, dirigiéndose directamente a su habitación.
Lo colocó en su
cama y se sentó a su lado. Acarició su mejilla y su corazón se rompió cuando Donghae
se apartó de él.
—Donghae, mírame.
—Hyukjae trató de contener el gruñido en su voz; no quería asustarlo más de lo
que ya estaba.
Donghae giró
lentamente su rostro hacia él, pero no quería mirarlo a los ojos.
—No seas sumiso
conmigo —le dijo mientras inclinaba suavemente su barbilla, ignorando su estremecimiento—.
Eres mi compañero, mi igual, y siempre encontrarás mi mirada con la tuya.
Miró en sus ojos.
Era tan guapo que casi dolía mirarlo. Sufría por su toque pero también sentía
temor.
«¿Por qué?», le preguntó.
«No estoy limpio, no soy…»
«Eres mío», la interrumpió y luego
continuó en voz alta—. Eres mío y yo soy tuyo.
—Ellos t-t-t… —Donghae
estalló en lágrimas mientras trataba de explicarle a Hyukjae. Necesitaba
hacerle saber, porque no lo querría nunca más. En ese momento, estaba tan roto
que sabía que si lo dejaba ahora, solo se acurrucaría y moriría. Pero si se
quedaba, porque no entendía, entonces no era realmente más suyo, y eso le haría
aún más daño.
«Hyukjae, era virgen» dijo finalmente.
«Amor, todavía lo eres», le dijo
suavemente. «Me acordaría si nos
hubiéramos entregado a algo que está destinado a ser increíble».
Donghae negó con
su cabeza, frustrado porque él no entendía.
«No, no fuiste tú. Alguien más lo hizo, Hyukjae,
y no pude detenerlo. Lo intenté, lo prometo».
«Lo sé cariño, pero no fue real. No sucedió
en verdad».
Continuó como si
no lo hubiera oído.
«Eso no es lo peor de todo, oh Dios, eso no
es lo peor». Lágrimas inundaron sus ojos y sollozos rompieron a través de
su pecho. Alargó su mano hacia él, aunque sabía que no tenía derecho a hacerlo.
Ya no más.
«Yo…» Trató de decirle, pero no podía.
La vergüenza se apoderó de él y en su lugar se lo mostró.
Hundió su cara en
su cuello y reprodujo las imágenes para él, de las cosas que había soportado,
las cosas que había hecho. Su cuerpo se estremeció y se mordió el labio
inferior para evitar gritar.
Hyukjae envolvió
sus brazos alrededor de Donghae y lo sentó en su regazo. Vio las cosas en la
mente de Donghae que creía que habían sucedido. Hyukjae no iba a mentir y decir
que no lo hizo enojar, pero no por la razón que Donghae pensaba. Hizo enojar a Hyukjae,
porque tomaron algo que iba a ser especial y hermoso para su compañero y lo
degradaron, se lo robaron, haciéndole pensar que lo había engañado.
Hyukjae había
soportado las mismas imágenes en el Limbo y había orado para ser capaz de
ocultar esas imágenes de él, para mantenerlo a salvo. Sin embargo, aquí estaba
ahora sentado completamente devastado.
No sabía qué
hacer. No iba a creer en sus palabras. Podía ver la feroz determinación de
apartarlo porque pensaba que ya no lo merecía, que no era digno de él. Era
ridículo, si alguien no era digno, era él. Donghae era su precioso y
sorprendente Donghae, con un corazón de oro y un espíritu afable.
«Te amo», le dijo y él se sacudió con
más fuerza, pero no iba a parar, no hasta que entendiera con absoluta certeza
que no la iba a dejar.
«Te amo Donghae. Te amo y no me iré». Se
apartó para poder limpiar las lágrimas de sus mejillas. Luchó contra él, pero
él era más fuerte. Sostuvo inmóvil sus hombros y lo miró.
—Ahora, voy a
besarte, no luches contra mí.
Donghae trató de
negar con su cabeza, pero Hyukjae envolvió su mano alrededor de su nuca y lo
mantuvo inmóvil. Se negó a abrir su boca y Hyukjae mordió sus labios, reprendiéndolo.
«Donghae, abre tu boca». Su voz fue un
susurro profundo y ronco en su mente, que lo hizo abandonarse, y por un
momento, se olvidó de su dolor y miedo. Abrió su boca y cuando sus lenguas se
encontraron, gimió. Y, solo así, el sonido trajo una imagen de él que le hizo
tener ganas de vomitar. Trató de apartarse, pero Hyukjae se negó a dejarlo ir.
Siguió besándolo y Donghae se quedó sin aliento cuando vio las imágenes en su
mente.
Hyukjae decidió
que la única manera de luchar contra la mente de Donghae era darle algo más en
qué pensar.
«Déjame reemplazar esas imágenes, Donghae
mío. Esas cosas fueron falsas, mentiras que nunca sucedieron. Nadie te ha
tocado íntimamente. Ningún otro te ha besado como yo y nadie ha tomado lo que
es tan valioso para nosotros dos. Son
mentiras que pusieron en tu cabeza por un hechizo. Cuando estemos casados los
reemplazaré con algo de verdad».
No esperó una
respuesta. Siguió besándolo mientras lo ponía de nuevo en la cama. Cubrió su
cuerpo con el suyo, poniendo suficiente peso sobre Donghae, para que pensara en
él. Hyukjae se trasladó desde sus labios a través de su mandíbula. Él inclinó
su cabeza hacia atrás, dándole acceso a su cuello y se aprovechó de ello.
Lo besó, lo
mordisqueó suavemente con sus dientes. Hizo su camino a través de su cuello
hasta que sus labios se cernieron sobre su marca.
«Voy a morderte, no quiero que te alarmes»,
le dijo suavemente. Donghae asintió
mientras se ahogaba en la sensación de su cuerpo, en el tacto de sus manos y la
caricia de sus labios. Hyukjae envolvió su mano alrededor de su cuello para que
así no saltara e hiciera que rasgará accidentalmente su carne suave. Inclinó su
cabeza hacia atrás y hundió sus dientes profundamente en su cuello.
La sangre llenó
su boca y sintió que su lobo aulló victorioso. Tenían a su compañero de vuelta,
estaba en sus brazos en donde pertenecía. La otra mano de Hyukjae se deslizó
bajo la parte de atrás de su camisa, encontrándose piel con piel, su lobo
consolándose con el toque.
Retrajo sus
dientes de nuevo, y lamió la herida. Sintió lo correcto del acto y sintió que
su corazón se inundó de amor por la mujer que tenía delante.
—Donghae —gimió
su nombre mientras besaba a lo largo de su clavícula, y luego se echó hacia
atrás para mirarlo. Mientras lo miraba a los ojos, compartió su deseo, su
pasión, y su necesidad por él. Sabía que quería esperar hasta que se casaran
para tener relaciones, y honraría sus deseos.
Esperaba que una vez que se casaran y emparejaran,
cada vez que lo tocara, no tuviera el recuerdo de lo que la maldición había
mostrado saltando de repente. Entonces, se prometió que una vez que fuera su
esposo iba a asegurarse de que un mero toque suyo inundara su mente con el
deseo que solo él podría desatar en su compañero.
«¿Ves cuánto te amo, cuánto te deseo?»
preguntó con suavidad.
Donghae asintió
contra su pecho. Hyukjae rodó sobre su costado y lo llevó con él. Envolvió sus
brazos a su alrededor, manteniendo su mano por debajo de la parte de atrás de
su camiseta. Sus dedos trazaron las marcas que sabía que viajaban a lo largo de
su columna vertebral, haciendo juego exactamente con las suyas. Besó su cabello
y lo empujó con más fuerza contra él cuando se estremeció.
—¿Hyukjae?
—¿Sí?
—Te amo. —Donghae
se aferró a su camisa mientras presionaba su rostro contra él y respiraba su
olor. Aliento tras aliento, empezó a calmarse y se relajó contra él.
—Te amo, Donghae
mío y mañana te amaré más. —Hyukjae sacó suavemente una de sus manos de su camiseta.
El gimió y trató de aferrarse—. Shhhh, Donghae —canturreó suavemente, mientras
tomaba su mano que ahora estaba libre y la ponía debajo de su camiseta para que
su mano estuviera sobre su piel.
Donghae dejó
escapar un suspiro, mientras su mano se deslizaba por su estómago hasta su
pecho. Sus dedos se movieron lentamente contra la piel de él y no se dio cuenta
de lo mucho que había ansiado el simple toque de su piel.
Mientras Donghae
se relajaba contra él y su toque, él y su lobo se calmaron finalmente para ser
capaz de procesar todo lo que había sucedido. Había estado tan cerca de
perderlo, quizás no físicamente, sino mental y emocionalmente, su compañero era
frágil y si no tenía cuidado podría lastimarlo aún peor de lo que ya había
sufrido.
Sintió su
respiración volverse lenta y se dio cuenta de que se había dormido. Hundió su
rostro en su cabello mientras las lágrimas contra las que había luchado durante
tanto tiempo se deslizaron de sus ojos. Sostenía su mano con tanta fuerza que
temía que pudiera lastimarlo, y aun así no estaba lo suficientemente cerca. Fue
entonces, cuando Donghae estaba inconsciente, que Hyukjae se vino abajo.
—Siwon. —La voz
de Hongki provino del otro lado de la puerta. Hee intentó incorporarse, pero él
lo empujó suavemente hacia abajo.
—Oye, solo porque
dije que podías tocarme de nuevo no significa que puedes empujarme —le espetó Hee.
—Sí, sí lo hace
—le dijo mientras caminaba hacia la puerta. La abrió para ver a un muy cansado Lee
Hongki de pie delante de él.
—Sé que ustedes
quieren estar solos, pero realmente necesito comprobar a Hee y al bebé.
Siwon abrió más
la puerta y dio un paso a un costado para que pudiera entrar. Se acercó a la
cama donde yacía Hee.
—¿Cómo te
sientes? —preguntó Hongki, con una sonrisa simpática.
Hee se encogió de
hombros.
—Bueno, si te
gustaría que sea honesto, me siento como alguien, quién ha sido golpeado,
tomado en contra de su voluntad, se entregó a sí mismo al hombre equivocado,
perdió a su bebé, gritó al hombre que amaba, y lloró por cosas que no
sucedieron realmente.
—Heechul —gruñó Siwon
desde el otro lado de la cama.
—Básicamente,
doc, me siento como una mierda —terminó Hee, sin reconocer a su compañero. Siwon
se sentó en la cama junto a él y tomó su mano. La llevó a sus labios y la besó
suavemente.
Hee se negaba a
mirarlo, sabía que si lo hacía iba a perder el control y aún no estaba listo
para perderlo por el momento.
—Necesito
escuchar al bebé por un minuto y ver tus signos vitales, ¿está bien? —preguntó Hongki.
Hee asintió.
Hongki estiró
hacia arriba la camiseta de Hee para exponer su abdomen y vio que se estaba
empezando a mostrar.
—¿Cuándo sucedió
esto? —preguntó.
Hee miró su
estómago y vio el pequeño bulto.
—No era así la
semana pasada —le dijo Hee.
Hongki tanteó
suavemente su estómago y luego apoyó su cabeza contra el mismo. Cerró sus ojos
y escuchó el aleteo rápido que indicaría que el bebé lo estaba haciendo bien.
No pasó mucho tiempo antes de que lo oyera. Sonrió mientras escuchaba. Era un
latido fuerte, un latido sano. Hongki apretó sus ojos con fuerza mientras
pensaba en el destino del pequeño ser con el latido fuerte, un destino que no
se merecía.
Levantó la cabeza
y sonrió a Siwon y Hee.
—Lo está haciendo
bien. Voy a hacer una investigación sobre la gestación de los lobos, ha sido un
largo tiempo desde que he estado cerca de una pareja Canis lupus embarazada,
pero estoy bastante seguro de que el embarazo no es igual al de un ser humano.
Hee asintió
mientras bajaba su camisa.
—Las Parcas
dijeron que se lo llevarían dentro de nueve meses —señaló Hee.
Hongki pensó en
ello. Se preguntó si las Parcas estaban tirando de la cadena de Hee.
Seguramente, no permitirían que tuviera al bebé y le viera crecer solo para
luego morir, en tan poco tiempo.
—Con las Parcas,
todo es posible. Voy a buscar. Puede que el bebé solo sea más grande que un
niño humano normal.
Hee frunció el
ceño.
—Eso no sería
bueno.
Hongki sacó el
manguito de presión sanguínea y un estetoscopio y comprobó los latidos del
corazón y la presión arterial de Hee, los cuales fueron normales.
—Ahora bien, esto
puede ser incómodo —miró a Siwon—. Es posible que desees salir.
Los ojos de Siwon
comenzaron a brillar.
—No lo dejaré.
—Siwi, cariño,
cálmate —dijo Hee, mientras le apretaba la mano.
—Tengo que hacer
un examen interno a Hee —dijo Hongki.
—Doc, sé que
debes saber acerca de los pájaros y las abejas, pero en caso de que necesite
una actualización, Siwi tuvo que haber visto todo esto con el fin de que
terminara en esta situación en particular.
Hongki se rió
entre dientes.
—Algunas parejas
no se sienten cómodas con un examen interno en presencia de sus esposos.
—Compañero —gruñó
Siwon. Hee puso los ojos en blanco.
—Está un poco
delicado en estos momentos.
Hongki se inclinó
para ayudar a Hee a quitarse los pantalones que le había puesto antes de que la
maldición se hubiera roto, pero Siwon empujó suavemente sus manos.
—Yo me encargo
—le dijo él.
«¿Cuál es tu problema?» preguntó Hee,
mientras lo ayudaba. Él rápidamente lo cubrió con una sábana y frotó suavemente
su estómago.
«Déjalo pasar, Heechul» dijo Siwon, no
sin amabilidad.
Hongki hizo el
examen lo más rápido y eficientemente como le fue posible, manteniendo todo muy
clínico. Siwon miró el rostro de Hee todo el tiempo y en dos ocasiones se
inclinó para besarlo suavemente.
—Está bien —dijo Hongki,
mientras se quitaba los guantes médicos que se había puesto y los tiraba en la
papelera al lado de la cama—. Todo se ve bien.
Hee resopló.
—En serio, no hay
nada en esa zona que jamás se ve bien.
Hongki se echó a
reír, un sonido genuino y que tanto necesitaba liberar.
—Está bien, puedo
estar de acuerdo con eso, supongo que debería decir que todo es como debe ser.
Hee asintió.
—Una mejor
elección de palabras.
Bueno, al menos ya las parejas están bien (?)
ResponderEliminarY por que no me sorprende que Hee~ ni en momentos tan serios y clínicos, sea normal!
Jajajajajajajaja
Bien...maldición rota
ResponderEliminarPunto para los buenos
Espero ya hayan aprendido mucho o al menos algon en todo esto...y que no se repita
Ya quiere que le de sus catorrazos a la bruja...aunque sea su fan.
Sí Hyukjae,reemplaza esas imagenes erroneas por recuerdos reales y llenos de amor.
Que Hae se olvide de todo con solo un roce de tus manos.
Ese bebe debe nacer antes,y a los 9 meses que vengan las parcas...darles una patada y que se vayan muy lejos