—Siempre tiene que ser el héroe, ¿no?
Su tono era
bromista, pero había pasado mucho tiempo desde que lo había visto en absoluto
que lo único que podía hacer era mirarlo fijamente en estado de shock.
—¿Eun?
—¿Quién
más? Te metiste en un pequeño lío, ¿o no?
Traté de negar
con la cabeza, traté de extender y poner mis manos sobre él pero lo único que
podía hacer era simplemente mirarlo fijamente mientras él se paseaba delante de
mí, con las manos metidas en los bolsillos de sus impecablemente ajustados
pantalones a rayas. Él se veía bien, mucho mejor de lo que un hombre que había
estado muerto por cinco años debería.
—Te ves bien,
hermano.
Él me sonrió. Una
sonrisa tan diferente a la de Hyukjae, y sentí mi Corazón aletear. Lo extrañaba
tanto.
—Yo siempre me
veía bien, Siwon. Necesitamos tener una seria charla Corazón a Corazón, hermano
mayor.
—¿Sobre qué?
—Tú.
—¿De verdad
tienes alguna duda acerca de si yo sabía, absolutamente, sin ningún tipo de
sombra de duda que me amabas, Siwon? ¿Que estabas orgulloso de mí?
Sentí que algo
sucedió en mi pecho, como un rayo ardiendo donde debería estar mi Corazón.
—Debería
habértelo dicho. No debería haberte pedido que mantuvieras un ojo sobre ellos.
Eso fue egoísta.
—Oh, Siwon.
—Sonaba como un suspiro, pero no estaba seguro de lo que estaba pasando ni
dónde estaba, así que tal vez era simplemente mi último aliento escapando de
mis pulmones que ya no funcionaban—. Siempre me sentí tan orgulloso cuando me
pediste mantener un ojo en Hyukjae o en Donghae. Significaba que confiabas en
mí, creías que podía hacer un trabajo tan bueno como tú siempre lo hiciste al
mantenernos a todos a salvo. Esas palabras significaban más para mí de lo que
puedes saber.
Me tomó un minuto
procesar eso y oírlo reír. Parecía feliz y no había arrepentimiento en él.
—El joven, por el
que acabas de tomar tres balas, él es el único para ti. —No era una pregunta,
así que no me sentí obligado a responderle. — ¿Tú no crees que te ama? ¿No
crees que su Corazón se está rompiendo en este momento? Porque te puedo
asegurar que lo está y no tiene nada que ver con estar asustado de tener que
criar a ese bebé solo. Él tiene miedo por ti. Su Corazón está devastado por ti.
Traté de fruncir
el ceño, pero no tenía ningún control de mis músculos faciales.
—Él nunca me dijo
nada.
—¿Pero tú
simplemente no lo sabes, Siwon? Al igual que yo sabía que tú me amabas sin
duda. El amor no siempre tiene que ser hablado en voz alta. Donghae amó a
Hyukjae desde el principio y nunca dijo una palabra al respecto, pero si alguna
vez él se hubiera molestado en mirarlo, lo habría visto resplandecer de él como
un faro. Lo mismo se puede decir de tu pequeño petardo. Todo está estampado
sobre él, Siwon, solo tienes que mirar más allá del miedo, de el de él y el
tuyo, para verlo.
Ese punto estaba
quemando y calentando el centro en dónde pensaba que estaba mi pecho. Sabía
todo sobre el miedo. El miedo a lo desconocido, el miedo de no ser lo
suficientemente bueno, el miedo de no tener nada que ofrecer. Había esperado
esconderlo bien, pero no había tomado ni un segundo para pensar que tal vez
Heechul estaba escondido detrás de una nube de terror también.
Nuestra
experiencia nos hizo, lo que hicimos con ese conocimiento es lo que define
quienes íbamos a ser, y en algún momento durante el camino me dejé llevar por
todo el ruido de "qué pasa si" y olvidé eso.
—Debería
simplemente haberlo sabido.
—Tienes tiempo
para hacer las cosas bien.
—¿Lo tengo?
Se rio de nuevo y
sentí el calor abrazarme, algo así como la pertenencia asentándose alrededor de
mis hombros.
—Alguien tenía
que enderezarte. Sabía que yo podía hacerlo. El amor nunca es perfecto, hermano
mayor. Es lo que hacemos de las imperfecciones en él, lo que hace que el viaje
valga la pena.
—Conocí a Aiden.
Ese sonido que
podría haber sido un suspiro o alguna otra cosa giró a mí alrededor.
—Él es el por qué
sé todo sobre el amor incondicional, Siwon. Se merecía algo mejor que mis
secretos. Francamente todo el mundo lo hacía. Quienes somos siempre está
cambiando, convirtiéndose, y cambiando. Pronto serás un padre, un esposo, un
tío, y más tarde en la línea, serás un abuelo. Quién eres nunca permanece
igual. Se llama vivir la vida.
Sentí como que si
pudiera controlar cualquier parte de mi cuerpo, envolvería mis brazos alrededor
de mi hermano y nunca lo dejaría ir, pero como estaba, las cosas dentro de mí
estaban empezando a arder y aquellos ojos pálidos teñidos de invierno se
estaban poniendo más borrosos y cada vez más lejanos y yo estaba ensanchándome
en el interior como un infierno.
—Oh, y Siwon.
—Traté de concentrarme en él, pero se estaba haciendo cada vez más difícil
aferrarme a dónde estaba. El dolor estaba empezando a desgarrarme a pedazos y
quería gritar—. Eunhyuk es un nombre impresionante. Solo digo.
Lo sentí más que
verlo desaparecer, la calidez, la alegría que era mi hermano, desvanecerse y
fui estrellándome de vuelta a un cuerpo que estaba ardiendo con el dolor y
desbordado de sangre en lugares en que no debería haber sangre.
No recordaba mucho
de nada después de que golpeé el suelo, con todo el peso y volumen de Siwon
presionándome en el duro asfalto. Un segundo había estado sentado en el auto
tratando de encontrar la manera de hablar haciendo mi camino para salir de este
lío y tratar de arreglarlo todo, y al siguiente estaba despierto en medio de
una de las pesadillas de Siwon.
Le había enviado
un mensaje de texto para hacerle saber que estaba fuera del bar, y luego
esperaba mientras contenía la respiración para que él me respondiera de vuelta.
Mi gran bocota le había hecho daño a la única persona a la que nunca quise
causarle dolor, y necesitaba arreglarlo.
No importaba si
él me ignoraba. Marcharía directo a ese bar y lo haría hablarme. Al final
resultó que, estaba pensando en todo eso sin razón, ya que solo tardó un minuto
hasta que su inconfundible silueta salió por la puerta y se dirigió hacia el
lugar donde me había estacionado.
Estaba nervioso,
pero más que eso, estaba lleno de pesar. Nunca debí haberme aferrado a lo que Hangeng
me había hecho, y utilizado como excusa para mantener mi Corazón aislado de
todas las cosas maravillosas con las que Siwon estaba tratando de llenarlo.
Solo había pasado
más allá del capó del Cooper cuando se produjo un súbito rugido que sonaba como
si estuviera justo detrás de mí. Iba a volver la cabeza para ver qué era porque
era muy fuerte, pero antes de que llegara a girar mi cuello, fui arrasado al
suelo y ensordecido por el resonante pop pop del suelo junto con un gruñido y
me aferré a Siwon, porque esos ojos estaban enormes en su cara y un tifón de
pánico y miedo estuvo trabajando su camino a través de la brillante superficie.
―¿Siwon? ―dije su
nombre porque él no se movía y algo cálido y húmedo se estaba filtrando en su
camiseta en dónde estaba aferrando mis manos.
Su boca se movió.
Dijo mi nombre en un jadeo, pero no salió ningún sonido. Algo caliente y con
olor a cobre aterrizó en mi mejilla mientras goteaba de su cuello y salpicaba
mi cara. Sus ojos parpadearon como una llama apagándose, y lo siguiente que
supe fue que estaba atrapado por completo bajo él mientras toda su fuerza
desaparecía. Su sangre estaba cubriéndonos a los dos y empezando a reunirse en
el suelo debajo de nosotros. No podía llegar a mi teléfono, no podía moverme,
porque incluso cuando estaba inconsciente, incluso cuando estaba furioso
conmigo y herido por mis palabras egoístas y desconsideradas, todavía estaba
tratando de mantenernos a salvo a mí y a nuestro bebé.
―¡Siwon! ―grité
está vez y me aferré a él―. Tienes que abrir los ojos. Vamos, grandote.
Estaba gritando
su nombre una y otra vez pero no se movía, no reaccionaba. Estoy seguro que
estuvimos allí solo por un minuto, pero se sentía como una eternidad hasta que
la rubia cabeza de Kangin apareció sobre el accidentado cuerpo de Siwon y me
dijo que había llamado a la policía y una ambulancia estaba en camino.
Tomó a tres de
los habituales moverlo lejos de mí, en parte porque me negaba a dejarlo ir.
Estaba llorando y tenía gran parte de su sangre en mis manos lo que me hacía
difícil aferrarme a él mientras los clientes habituales del bar trabajaban para
separarnos y ejercían presión sobre las heridas abiertas que estaban derramando
su vida hacia afuera sobre el suelo.
Creo que Kangin
puso un brazo alrededor de mis temblorosos hombros y trató de decirme que todo
estaría bien, pero sabía que era una mentira. A través de las lágrimas y la
sangre de Siwon salpicada en toda mi cara, me di cuenta de que tenía los ojos
todavía cerrados y que su enorme pecho no se movía arriba y abajo. Él iba a
morir justo en frente de mis ojos, y no iba a tener la oportunidad de decirle
que lo amaba. Absolutamente no podía dejar que eso pasara.
Me liberé de las
manos de Kangin y corrí a donde la gente estaba tratando desesperadamente de
que dejara de sangrar. Todo el lado de su cuello parecía una hamburguesa cruda,
desollado abierto y fluyendo el vital líquido rojo en el suelo. Caí de
rodillas, sin importarme que el asfalto arrancara mi piel abierta, y puse mis
manos en sus mejillas.
―Siwon, por
favor, abre los ojos, por favor. Te amo tanto. Te necesito. Por favor,
grandote. ―Estaba llorando y dudaba que las palabras tuvieran algún sentido. En
algún lugar en la distancia por fin oí el sonido de las sirenas gritando hacia
nosotros. La ambulancia estaba demasiado lejos para su bien.
―Te amo, Te amo,
Te amo. ―Solo lo dije una y otra vez, tratando de que respirara. Porque era
cierto. El miedo de entregarle mi Corazón, porque no estaba seguro de lo que
iba a hacer con él era nada comparado con el asfixiante temor de que nunca iba
a llegar a decirle lo que sentía porque él no iba a lograrlo. Siempre había
sido un héroe, y ahora mismo casi lo odiaba tanto como lo amaba. Si no hubiera
sido tan perfecto, tan honorable, tan dedicado a mí y a su hijo, él no estaría
yaciendo en un charco de sangre. Era simplemente incorrecto en muchos niveles
diferentes.
―Por favor, no
rompas mi Corazón, Siwon. No puedo hacer esto sin ti.
En algún momento,
la policía y el personal de la ambulancia llegaron, y de nuevo tuve manos
tratando de alejarme de él. Me agaché y puse mi boca en la suya. Lloré aún más
fuerte cuando sentí lo fríos que estaban sus labios.
Lo besé,
saboreando la sal de mis lágrimas y la quemadura de hierro de su sangre, y le
susurré que lo amaba una y otra vez. Tuve que sucumbir a las impacientes manos
de la paramédico que me apartó de él. No podía apartar los ojos de su moribundo
rostro y su todavía inmóvil pecho.
―Lo tenemos,
cariño.
Disparé mi mirada
a la de ella.
―Él tiene que
estar bien.
―Haremos todo lo
que esté a nuestro alcance para que esto sea posible. El bombón rubio dijo que
estás embarazado y que es posible que te lastimaras. Necesitamos que te
revisen.
Negué con la
cabeza con vehemencia.
―No. Solo
preocúpense por él.
La médico abrió
la boca para protestar, cuando de repente se produjo un jadeo y los brillantes
ojos de Siwon se abrieran solo para revolotear inmediatamente y cerrarse de
nuevo.
―Heechul... ―Mi
nombre era más que un susurro, pero fue suficiente para tenerme gritando su
nombre una y otra vez y que todo el mundo se moviera el doble de rápido a como
lo habían hecho antes. Los paramédicos lo tenían en una camilla y en la parte
trasera de la ambulancia sin perder tiempo.
No dijeron una
palabra cuando me arrastré tras ellos. No iba a dejarlo fuera de mi vista hasta
que supiera a ciencia cierta que iba a estar bien. Ahí había tanta sangre y no
paraba de fluir por los orificios que decoraban todo su lado derecho.
La paramédico era
toda negocios mientras empezaba a conectarlo a una intravenosa y comenzaba a
cortar su ropa para que pudiera trabajar en conseguir que toda esa sangre
dejara de derramarse de él. Ella siguió hablando con él, diciéndole una y otra
vez que tenía que luchar, que no podía dejarnos a mí y al bebé. Estaba
recitando información sobre el tirador y los motociclistas, pero todo era un
rumor sordo. Yo solo quería que abriera los ojos y me mirara.
La paramédico me
dijo que sostuviera su mano, para hacerle saber que estaba allí. Una vez más,
la cosa en la que era mejor, hablar, mediante palabras, había huido. Todo lo
que podía hacer era mirarlo y llorar. Él era todo mi mundo, él era todo lo que
siempre quise, y mi Corazón se iba a convertir en piedra si no tenía la oportunidad
de decírselo.
De repente, la
paramédico maldijo y empezó a moverse frenéticamente. Su agudo tono de voz,
entró a través de mi nube de desesperación. Me dijo que tenía que convencer
mejor a Siwon para que se quedara con nosotros porque mi testarudo soldado no
la estaba escuchando.
Apreté su mano,
me incliné sobre él y le besé la cicatriz en la frente. Se lo conté todo, le
rogué que abriera sus ojos. Le dije que había hecho su trabajo y luchado por mí
y el bebé, y ahora era el momento de luchar por sí mismo. Lo pondría de nuevo
al borde de la muerte una y otra vez si eso era lo que hacía falta para
mantenerlo conmigo.
No pensé que
estuviera haciendo algo bueno, pero cuando la ambulancia rodó hasta detenerse
frente al hospital, vi sus ojos revolotear abriéndose de nuevo. No se veía bien
y no necesitaba ser un profesional médico para ver que había perdido demasiada
sangre, pero sus ojos estaban
brillantes y mirándome directamente, así que me aseguré de que si esta era la última vez que me veía, la
última cosa que le diría, fuera importante. No había manera de que Lee Siwon
fuera a desmayarse otra vez sin mí
diciéndole que lo amaba y lo
necesitaba.
Ahí están esos
bonitos ojos de bebé. Sigue luchando, grandote, ya casi estamos en el hospital.
No reconocí la
voz o a quién hablaba. Se movía sobre mi cabeza y estaba teniendo dificultades
para rastrearla. Me dolía todo el cuerpo y no podía respirar. Estaba tratando
de inhalar y exhalar pero no parecía estar funcionando. Vagamente oía las
sirenas sonar con estridencia y la radio en la ambulancia graznando. No podía
sentir otra cosa que el caliente resplandor de dolor desde la parte superior de
mi cabeza hasta donde sea que estaban los dedos de mis pies.
—Tienes algunos
amigos bastante poderosos. El chico que apretó el gatillo ya fue atrapado.
Supongo que estaba asustado de lo que los Hijos del Dolor le harían cuando se
enteraran que te disparó, llevó su feliz culo a la estación y se entregó.
Idiota. Supongo que no sabe cuántos Hijos están purgando sentencia.
La voz parloteaba
sin cesar mientras se movía a mí alrededor. No me importaba el chico que me
había disparado, me importaba Heechul. No sabía si una de las balas había pasado
a través de mí y le había dado, no sabía cuan fuerte lo había llevado al piso,
no sabía si el bebé estaba bien… Los pensamientos corrían alrededor y alrededor
y ya no podía aferrarme a eso. El dolor era demasiado. No podía respirar y
estaba cansado. Demasiado cansado, y sentía algo del fuego lamiendo mi piel
comenzar a apagarme.
—Oye soldado,
ahora nada de eso.
La voz se alzó y
me dio una bofetada. Creí oír otro sonido, un gemido o algo que sonaba como un
animal herido, pero no podía voltear la cabeza o incluso mover mis ojos para
ubicar el ruido. Ni siquiera se abrieron cuando les ordené que lo hicieran.
Algo sujetaba mis manos y las apretaba. Estaba sorprendido de que pudiera
sentirlo en medio del fuego viviente que me estaba abrasando desde adentro
hacia afuera.
—No lograste
sobrevivir todo el camino a casa para que algún chico problemático te liquide.
Tienes que luchar. Pasaste por mucho para salir de esta batalla como un
ganador. Lucha.
La voz era buena
en su trabajo. Si no hubiera estado al borde de la muerte, le habría admirado
mucho más. No sabía cómo sabía lo que tenía para perder, mi chico, mi bebé, un
futuro y una familia que estaba finalmente, en el peor de los momentos,
comenzando a entender que merecía. Por todo eso, valía la pena luchar, pero
estaba cansado y necesitaba aire. Era más fácil solo cerrar los ojos y dejar
que el dolor y el fuego me tomaran.
—Mierda, está
colapsando. —La voz de la extraña se levantó y todo a mí alrededor se
desvaneció una vez más. Podía oír a Eunhyuk gritándome que dejara de ser un
idiota, podía escuchar mi Corazón comenzando a ralentizarse, y sentir el dolor
comenzar a arrastrarme hacia abajo y el fuego caliente convertirse en un frío
glacial.
—Cariño, será
mejor que convenzas a tu hombre para que se quede con nosotros, porque a mí no
me está escuchando.
Algo se clavó en
mi costado y en mi brazo y la voz de la extraña desapareció para ser
reemplazada con la que había estado buscando todo este tiempo.
—Siwon. —Sonaba
como si estuviera llorando pero no podía hacer que mis ojos se abrieran para
mirarlo—. Vamos, Capitán Anti-Diversión, necesito que me mires.
Sonaba tan
triste, tan asustado y eso me enojaba porque no podía hacer nada para hacerle
sentir mejor. Quería mirarlo, pero era muy difícil. Mis ojos estaban tan
pesados. Sentía manos suaves acariciando a lo largo de mi mandíbula, por mi
frente y trazar la cicatriz que estaba allí.
—No puedo
agradecerte por salvarme la vida si no estás mirándome, grandote. Nos salvaste,
a mí y al bebé. Ahora necesito que te salves a ti mismo. Vamos, Siwon, no
puedes dejarnos ahora. Tienes que despertar así puedo decirte lo mucho que te
amo.
Nunca quise
dejarlo, ni siquiera cuando estaba enojado con él y actuando como un idiota.
Quería disculparme por perder los estribos como un impulsivo, quería asegurarme
que si no lo lograba, mis últimas palabras para él fueran palabras de amor,
palabras que expresaran lo importante que había sido para traerme de vuelta a
mí mismo. Quería que supiera que pensaba que él era lo más cercano a la
perfección que alguna vez iba a conseguir. Simplemente no podía hacerlo. Mis
ojos no se abrirían. Mis miembros no funcionarían y aún necesitaba aire y
sentía que estaba en un vacío donde no había nada.
Algo húmedo y
cálido se deslizó por mi rostro. Pensé que era solo más sangre, pero entonces
cayó más, lento y constante, y oí a Heechul sollozar suavemente. No quería que
estuviera triste por nada. Quería que estuviera feliz y seguro, que supiera que
lo amaba.
Tomó hasta el
último gramo de fuerza que tenía, cada bocado de lucha que poseía, separar mis
ojos, abrirlos para mirarlo, y cuando lo hice el dolor me golpeó de nuevo con
toda su fuerza, suficiente para hacerme jadear y tener la humedad inundando mis
ojos. Nunca había sentido nada como esto. Fui puesto al revés y perdí contacto
rápidamente con la realidad. Me estaba hundiendo en el dolor y sofocando por la
falta de aire.
Sus ojos eran
líquido azul y marrón. Estaba llorando y su cabello rubio se tiño de rosado con
lo que tenía que ser mi sangre. Estaba pálido como un fantasma y sus manos
estaban temblando cuando estaba tocando mi rostro. Nuestras miradas se
encontraron y su boca se rompió en una sonrisa temblorosa.
—Por favor, está
bien. Tienes que estar bien. Te amo demasiado, Siwon.
Él estaba suplicándome
pero no había nada que pudiera hacer para reconfortarlo.
El movimiento de
la ambulancia se detuvo y la extraña voz estaba de regreso.
—Estamos aquí.
Tenemos que llevarlo a cirugía.
Quería gritar
cuando los inusuales ojos de Heechul fueron reemplazados por los de la extraña.
Me estaba moviendo, pero quería a mi chico. El cielo brilló por encima de mí
por un instante y luego todo lo que pude ver fueron las tejas blancas del techo
y lámparas industriales, a quien no vi más fue a Heechul y él era todo lo que
quería.
—Creo que te dije
que dejaras de enredarte con motociclistas enojados.
El bonito enfermero
pelirrojo ahora se movía por un lado de mi cama. Era más conocido pero aun así
no era quien yo quería
—Están listos para él en la sala de operaciones; solo
tráiganlo de regreso. Tenemos que prepararnos y ponernos en camino
inmediatamente.
Quería gritar que
necesitaba a mi chico, que él tenía que saber que estaba bien, pero fui
examinado un poco más y entonces ya no había más fuego, ni más hielo, había solo
oscuridad, y estaba ido.
—Lee Siwon, si no
despiertas en este instante para que pueda decirte que te amo, te juro que voy
a ponerle a este bebé algún nombre ridículo como Kangura, Bugsy o Simba y voy a
dejar que tu hermano se haga cargo de sus cortes de cabello hasta que sea lo
suficientemente mayor para quejarse.
Podía respirar de
nuevo. Dolía, realmente dolía, pero mis pulmones parecían estar inflándose y
desinflándose por su cuenta. Abrí un ojo e inmediatamente deseé no haberlo
hecho porque la luz detrás de la cabeza de Heechul me daba náuseas. Intenté
decirle algo pero tenía algo metido en mi boca, así que lo único que podía
hacer era mirarlo y parpadear. Realmente él era solo un borrón colorido contra
un montón de cosas moviéndose continuamente dentro y fuera de foco.
Él seguía
llorando, o tal vez llorando otra vez, pero estaba bastante seguro de que me
había dicho que me amaba, así que no importaba. Sentí su mano en la mía y
entonces el enfermero pelirrojo estaba a su lado revisando la máquina que
estaba sonando en algún lugar sobre mi cabeza.
—Ahí está. Usted
tiene más vidas que un gato, Sr. Lee. Seguro es un tipo con mucha suerte. No
mucha gente podría perder tanta sangre y
estar aún con nosotros. Le dije a su novio que fuera a comprar la mayor
cantidad de boletos de lotería que pudiera.
Claro que era
afortunado, pero eso no tenía nada que ver con recibir un disparo y sobrevivir.
Tenía todo que ver con la persona que estaba sosteniendo mi mano y mirándome
como si fuera una especie de milagro. El enfermero se volteó hacia Heechul y
puso una mano en su hombro.
—Cariño, está
despierto. Necesitas cuidar de ti y de ese bebé. Ese es un gran obstáculo
atravesado. No podemos quitarle el respirador hasta que sepamos que ese pulmón
está estable, por lo que no será capaz de hablarte por un tiempo. Ve a casa.
Toma una siesta. Él está en buenas manos. Además hay una sala de espera allí
afuera llena de gente esperando para verlo. No va a estar solo. Te lo prometo.
Vi a Heechul parpadear.
Se veía horrible… bueno, se veía hermoso y había dicho que me amaba. Incluso si
fueron solo los analgésicos que estaba seguro me estaban inyectando los que me
hicieron pensar que lo dijo, era lo suficientemente bueno. Él le sonrió al
bonito enfermero y se inclinó para besar mi sien.
—Pero él es mío.
—Su voz se quebró y me las arreglé para apenas mover los dedos bajo su agarre
de muerte.
El enfermero
ofreció una sonrisa amable. Él realmente era un joven increíblemente bonito y
su genuina amabilidad parecía que se derramaba por esos suaves ojos café.
Cuando Heechul murmuró su nombre con irritación.
—Lo sé, cariño,
pero no le estás haciendo ningún bien a él o al bebé al no cuidar de ti mismo.
Han sido un par de días, cariño. Todo esto son buenas noticias, créeme. Él no
salvó tu vida solo para que te desmayes sobre nosotros y termines en una cama
al lado de la suya. Confía en mí. No cualquiera puede decir que su hombre
recibió una bala por él. —Hubo un indicio de envidia en el tono del enfermero—.
Eres tan afortunado como él. Ahora ve a tomar un respiro. Me encargaré de tu
novio.
No podía estar de
acuerdo o en desacuerdo, pero entonces Heechul estaba suspendido sobre mi
rostro y todo lo que podía ver eran los diferentes colores de sus ojos. El
color turquesa estaba brillando tan fuerte que podía ver su Corazón en él, el
marrón era aterciopelado y cálido y podía ver mi futuro claro como el día. Se
inclinó y me besó en la máquina de plástico que me ayudaba a respirar dentro y
fuera. Creo que eso me puso celoso de algún tipo de maquinaria médica. Pasó un
pulgar sobre mi ceja y me sonrió. Eunhyuk tenía razón: las acciones eran
importantes. Tenía que prestar más atención.
—Estaba tan
enojado de que siguieras teniendo la última palabra en todas las discusiones
que parecemos tener, pero esto, Dios, esta es una manera extrema de ganar una
pelea. —Me habría reído si hubiera
podido hacerlo—. Te amo. Necesito que
lo sepas. Por favor, lo sabes. Lo que le dije a Hangeng… fue estúpido e irreflexivo.
Estaba actuando como un tonto como él. Te he amado desde el principio; solo que
era demasiado cobarde para admitirlo. Eres mi familia, mi todo, Siwon, tienes
que saber eso.
Su voz cayó una
octava y las lágrimas inundaron sus ojos otra vez. Todo lo que podía hacer era
parpadearle. Lo supe antes que lo dijera. Estaba siendo un típico chico terco y
ciego. Me besó en la frente otra vez y desapareció después de decirme que
regresaría tan pronto como pudiera. Debió haber estado exhausto porque mi chico
no accedía tan fácilmente.
El enfermero
regresó. Estaba tomando mis signos vitales y escribiendo en mi historia médica.
Me miró y sonrió.
—Esa es una bola
de fuego de novio que tienes ahí. El equipo de Cirugía jugaba con pajitas para
ver quién saldría y le daba las actualizaciones a él y a tu familia. Creo que
en realidad los tenía asustados.
Sonaba como mi
chico.
Jajajajaja estoy segura de que todo el grupo tenia asustados a los doctores
ResponderEliminarAhhhh
ResponderEliminarSiwonshis vio a su hermano Eun~
TT_______TT
Ojala y lo recuerde!!!!
Jajajajaja me imagino al tipo que le disparo, cagado de miedo, entregándose a la policía!
Jajajajaja jajajajaja
No puedo con Hee~
Oh...que emotivo,que lindo,que perfecto momento
ResponderEliminarEso quiere decir que Siwon estuvo al borde de la muerte...pero Eunhyuk vino a salvarlo.
Le ha dicho las palabras correctas al igual que Hee
Lo que Siwon necesitaba para luchar y seguir adelante.
No esta solo,nuca lo estará.
Gracia a dios ese tipo se entrego por si solo...sino...yo misma lo mataria
¿El enfermero es Min verdad?...Siwon lo reconoce de cuando la paluza en el bar.
Ya me imagino a Hee esperando noticias de Siwon
Pero ya esta mejor...los doctores ya no deben tener miedo😂😂😂😂