—Vamos,
Medio-Litro. Solo tengo un lado funcionando, tengo más agujeros en mí que un
campo de golf, y yo no te he visto desnudo en demasiado tiempo. Trepa en mí y
dame algo para sonreír.
Dios, cómo
quería, pero no quería hacerle daño y no estaba seguro de lo que iba a decir
cuando viera mi pequeña sorpresa. Pensé que iba a tener más tiempo para
mostrarle, tal vez abrir el camino poco a poco en caso de que lo odiara, pero
su mano buena estaba trabajando en el cuello de mi camiseta sin mangas y sus
fuertes dedos estaban afinando mi pezón, haciéndome difícil pensar.
—Siwon...
—Heechul...
Ni siquiera sé
por qué pensé que podía combatirlo. No tenía en mí el negar nada a este hombre.
Me moví a un lado para que quedara apoyado en el borde de la bañera junto a su
brazo malo. Incliné su cabeza hacia atrás para que su cuello estuviera
descansando en el borde, y lo besé largo y duro. Él sabía a cerveza y a para
siempre.
—Cuando me quite
mi camiseta, no te asustes.
Esa sola ceja se
disparó y él se rio un poco.
—He visto todo tu
adornado pecho, Heechul. Creo que voy a estar bien.
—Oh, Dios mío.
El tatuaje era
bastante grande. Comenzaba en la parte posterior de mi omoplato, la cadena
meticulosamente detallada y tan real que parecía que podrías recogerla de mi
piel. Hyukjae había tatuado las pequeñas cuentas de metal que formaban la
cadena estándar, por lo que estaban en la forma de un Corazón. El diseño se
retorcía y enroscaba bajo el brazo y cruzaba hacia arriba a través de mi caja torácica.
Las placas gemelas con todas las estadísticas vitales de Siwon colgadas una
junta a la otra bajo mi pecho. Él estaba allí, para siempre en mi piel. No
sabía de una mejor manera de demostrarle lo mucho que me importaba, y al
parecer tuvo el efecto deseado, porque sus ojos se dispararon a los míos y por
una vez el hombre que siempre tenía la última palabra estaba en silencio.
—Para eso es que
querías mis placas. —Su voz era ronca y no había duda de la emoción en su
tono—. Es hermoso.
Así fue la forma
en que él se mantuvo tocándolo.
—Hyukjae lo hizo
por mí. Pensé que iba a tener más tiempo para sorprenderte. Yo quería
mostrártelo cuando no pude decirte lo que eras para mí, también. —Extendí la
mano y rocé un nudillo a lo largo del punto que cortaba a través de su cuello
que todavía estaba levantado, crudo, y rojo—. Tú marcaste tu piel
permanentemente por mí, Siwon. Yo quería hacer lo mismo por ti.
Él puso su brazo
bueno alrededor de mí y me llevó de lleno en la bañera con él de manera que nos
estábamos abrazando, pero mucho más.
—Esto, Heechul...
esto es tan perfecto como dos personas pueden
ser.
Él tenía razón,
él también estaba excitado y frustrado sexualmente porque el abrazo se
convirtió rápidamente de un momento dulce a algo mucho más caliente. Los dedos
de su mano se deslizaron en la parte trasera de mis húmedos pantalones cortos y
su boca se aferró a un lado de mi cuello y empezó a jugar con la sensible piel
allí.
—Vas a tener que
hacer todo el trabajo, Medio-Litro.
Eso no sería un
problema, no con su tensa polla llamando prácticamente mi nombre y sus dedos
inquisitivos ya trabajando su camino hacia el lugar en el que más los
necesitaba.
—Vamos a inundar
el baño. —Se impulsó hacia adelante y me ayudó a sacar mis pantalones cortos y ropa
interior. Una ola de agua salió en cascada sobre el borde de la tina y empapó
el suelo.
—¿A quién le
importa? —Él estaba todo hombre impaciente y manos acaparadoras. Me aseguré de
mantener la mayor parte de mi peso sobre mis rodillas y me preparé, poniendo
mis brazos en la porcelana en lugar de sobre él como normalmente hacía. Sus
ojos brillaron hacia mí cuando todas las mejores partes de mí se alinearon con
todas las piezas necesitadas de él. Estaba empezando a reconsiderar mi postura
sobre la barba cuando su boca se cerró sobre la punta de un pezón, haciéndome
jadear. Me hacía cosquillas, pero no de una manera divertida, en una manera de
oh mi Dios no te detengas jamás.
Fue un duro
paseo. Incluso conmigo tratando de ser lo más suave y lo más cuidadoso posible,
no había perdido la mezcla de sus gruñidos de placer con exclamaciones de
dolor.
Tratar de tener
sexo con las costillas vendadas no era una buena idea, pero mi hombre no era de
los que se daba por vencido, y su determinación y perseverancia son dos de las
cosas que más me gustaban de él, sobre todo cuando eso significaba que tenía
que ser realmente creativo e inventivo con su mano buena para mantenerme
distraído para que no cancelara todo el episodio con el fin de salvarlo del
dolor innecesario.
Dejé caer mi
frente de manera que tocara la suya y levanté mis brazos para que quedaran
descansando libremente sobre sus hombros. El agua arremolinada alrededor de
dónde estábamos tan íntimamente unidos era cálida. Siwon era más cálido. En
cada deslizamiento hacia arriba y en cada deslizamiento hacia abajo, me aseguré
de que pudiera ver cómo me sentía brillando a través de nuestras miradas fijas.
No solo lo veía y a todo lo que él era, para mí él era la única cosa digna de
mirarse. Sabía porque estaba mirándome con la infinita profundidad de esos ojos
negros que se sentía de la misma manera, y eso era innegablemente precioso.
Nunca habíamos
tenido sexo que fuera lenta y agónicamente drenado. Había algo que decir acerca
de la anticipación, el fuerte latido entre mis piernas, y el pulso en la base
de mi cuello. Había reverencia en la forma en que nos tocábamos el uno al otro,
como si ambos supiéramos lo afortunados que éramos de poder tocarnos uno al
otro así todavía.
Cada caricia de
su boca a través de mi piel, cada línea de contacto de sus dientes contra un
lugar sensible, me recordó que casi lo había perdido y esto era un cambio total
y de afirmación de vida. Con cada roce hacia arriba y hacia abajo y tirón de
piel excitada contra la pulsante carne, pude ver la vena en su cuello y el
músculo en el lado de su boca contraerse. Era el mejor tipo de tortura y
probablemente hizo más para que se sintiera mejor que cualquiera de los
medicamentos con los que estaba actualmente. Incluso si él era normalmente un
amante más del tipo práctico, no había duda de que él necesitaba esto ahora
mismo.
En una manera
típica de Siwon, todo el atractivo de espera-por-ello era solo suficiente por
un par de minutos. Entrecerrando los ojos, me destelló una sonrisa maliciosa y
condujo esos talentosos dedos entre nosotros tomando mi necesitado miembro. No
existía contención contra ese tipo de asalto sensual y tuvo el efecto deseado.
Me olvidé que se suponía que íbamos a estar tomándolo con calma y trabajé para
liberarnos en cuestión de minutos. Fue más una cima dulce que una explosión
alucinante como normalmente era, pero todavía hizo mis extremidades pesadas y
el resto de mí drenarse con placer satisfecho.
Cualquier cosa
que este hombre quisiera darme iba a terminar con ambos sonriendo, no había
ninguna duda al respecto.
Me reí un poco y
apoyé mi mejilla en su hombro. Sus dedos se fueron hasta mis costillas para
acariciar amorosamente de ida y vuelta mi nuevo tatuaje. Podía sentir el borde
de su uña trazar el contorno de su nombre, aunque no podía verlo porque estaba
totalmente acostado encima de él.
—¿Estás bien?
Él gruñó y movió
los dedos sobre su lado malo para que pudiera acariciar mi muslo.
—Mejor que bien.
Los médicos no saben de qué están hablando. El sexo hace que todo sea mejor.
Suspiré, porque
se podría haber sentido muy bien, pero sus ojos estaban más oscuros de lo
normal, con sombras de incomodidad y esas líneas blancas de dolor estaban de
vuelta al lado de sus ojos. Traté de desengancharme de él tan cuidadosamente
cómo fue posible, lo que solo nos llevó a conseguir el resto del agua de baño
en el piso. Sacudí la cabeza y me envolví en una toalla suave y esponjosa. Él
estaba acunando su lado lesionado y el tenso músculo de su grueso muslo estaba
apretándose y desapretándose involuntariamente. Parecía saciado, pero no con
cualquier tipo de prisa en moverse.
Pasó una mano por
su todavía barbuda cara y me miró preguntándome:
—¿Pensé que
querías esto fuera?
Lo consideré
pensativamente durante un segundo, luego agaché ambas manos para ayudarlo a
levantarse el mismo. Casi terminamos volviendo a la tina en un montón enredado
por el piso mojado y su corpulencia difícil de manejar, pero de alguna manera
lo puse de pie y con una toalla envuelta alrededor de su esbelta cintura.
—Creo que tal vez
quiera mantenerla hasta que estés del todo sano.
Lo puse en la
cama y me escabullí alrededor de la habitación, poniéndome unos pantalones de
yoga y una enorme camiseta para que pudiera limpiar el tsunami que dejamos en
el baño. Podía sentir sus ojos siguiéndome mientras saltaba alrededor.
—¿Por qué?
Me quedé inmóvil
por un segundo y lo miré por encima de mi hombro.
¿Iba realmente a hacerme deletrearlo para él? Podía decir por la media sonrisa bailando
alrededor de su boca que él ya lo sabía.
—¿Por qué, qué?
—¿Por qué
mantenerla si no te gusta?
Él siempre tenía
que tener la última palabra, así que me deslicé al lado de su cadera en la
cama, tirando de los largos vellos en la punta de su barbilla, mirándolo
directamente a los ojos, y le dije:
—Me hace cosquillas.
Quiero saber qué se siente cuando puedas conseguir meterte de nuevo entre mis
piernas. No puedo esperar, grandote.
Sus ojos fueron tan
brillante y caliente que estaba sorprendido de que el vapor no empezara a
surgir de las gotitas de agua aun aferrándose a su piel húmeda. Me reí y le
empujé fuera de la cama, solo para ser detenido con su mano en mi muñeca. Su
mirada era seria, pero su voz era suave cuando me dijo:
—Tú eres todo
para mí, Heechul.
En serio... ¿y me
preocupaba por él no siendo el hombre perfecto? Si eso era lo que lo imperfecto
me consiguió, yo era la persona más afortunada del mundo. Iba a decirle que me
sentía de la misma manera pero me tiró sobre él, me sonrió y me dijo que
subiera y me sentara a horcajadas sobre su cara para que pudiera hacerme
cosquillas el resto de la noche. Quería reír, pero estaba a partes iguales
excitado y enojado de que una vez más él tuvo la última palabra.
Se me cayó al
suelo la llave Allen que estaba usando para armar la cuna y me puse de pie.
Heechul estaba en la puerta del cuarto del bebé retorciéndose las manos.
—¿El bebé? —No
quería ni preguntar; lo peor en lo que podía pensar ya comenzaba a atormentarme
a pesar de que acababa de tener un examen y salir de él la personificación de
la buena salud. También sabíamos que íbamos a tener un jovencito, lo cual me
dejó alucinado y ya me tenía en un estado de pánico perpetuo.
—No, es Shindong.
Kyuhyun acaba de llamar. Es malo. Papá ya está en la camioneta esperando por
nosotros.
El papá de
Heechul, Janghoon, por fin había volado para las festividades y para mi alivio
había congeniado muy bien con el viejo Marine. En vez de ir a Mokpo con Hyukjae
y Donghae para Acción de Gracias con mis amigos, nos habíamos quedado en la
ciudad y pasando la cosa de las festividades solo nosotros tres. Heechul había
intentado que Kyuhyun trajera a su tío, pero Shindong seguía actuando de manera
extraña. Él todavía estaba evitando a Kyuhyun y no se presentó en la tienda, lo
cual había impulsado a Kyuhyun a planear una sorpresiva invasión de Acción de
Gracias en la cabaña de pesca de su tío en las afueras.
—¿Qué pasa?
Él sacudió la
cabeza y pude ver la preocupación dibujada en su bonita cara. Tiré de él en un
fuerte abrazo y sus brazos de inmediato fueron alrededor de mi cintura.
—Kyuhyun no lo
sabía. Dijo que cuando llegó a la cabaña pensó que estaba vacía, pero la moto
de Shindong estaba allí. Irrumpió en la puerta y Shindong estaba inconsciente
en el suelo. Tuvo que llamar a Servicio de Parques para obtener ayuda para
sacarlo. Al parecer, lo transportaron aquí. Llamé a Hyukjae y él y Donghae
están de camino de la montaña. Jjong, Henry, y Zhoumi están en el bar con
Kangin, haciendo la reunión de Acción de Gracias para los veteranos, pero ya
casi termina. Zhoumi dijo que se encontrarían con nosotros allí, pero si es tan
malo como Kyuhyun lo hizo sonar, no sé si él vaya a querer una multitud a su
alrededor. Papá y Shindong se conocen desde hace mucho tiempo, así que no hay
manera en que le impida ir.
—Si tengo que
interferir lo haré, Medio-Litro. Lo sabes.
Él me dio un
fuerte apretón y lo vi poner su máscara protectora en su lugar. Él era un
guerrero por derecho propio, siempre listo para marchar a la batalla y proteger
a los que amaba de todo lo que pensaba podía hacerles daño o lastimarlos. Le di
una última mirada a la delicada cuna blanca y la seguí hacia la puerta del
dormitorio. Desarmar una bomba en la carretera era más fácil que poner juntos
los muebles del bebé. Todas las pequeñas partes y piezas no fueron diseñadas
para un tipo con garras como las mías. Al menos a Heechul le resultaba
hilarante cada vez que entraba a buscarme maldiciendo y amenazando de muerte a
los objetos inanimados.
Pusimos el cuarto
del bebé en la antigua habitación de Kangin, quién aparte de mi chico y la
comida del domingo con la familia, era la única persona a la que realmente veía
un montón. Estaba ocupado con el bar porque el bar estaba lleno y él era simplemente
mi mano derecha. No sé si hemos encajado porque los dos llenamos el papel de
hermano mayor, o si fue porque ambos éramos dos hombres tratando de redefinir
la forma en que nos veíamos a nosotros mismos y cómo nos veían los demás, pero
simplemente lo hicimos.
Sabía lo
suficiente como para saber que él era astuto y mañoso; las últimas dos peleas
de bar que me había visto obligado a romper habían sido a causa de jovencitos
que dejó en la estacada o que no se había tomado la molestia de recordar que
tenían un novio antes de ir a casa con el encanto chino. No había duda de que
él era problemas, pero también lo era Hyukjae. Sabía todo acerca de cómo
manejar la situación y me gustaba considerar al tipo como un amigo.
Alcé a Heechul a
la cabina de la camioneta y esta rugió hacia el hospital. Él guardó silencio y
su padre estuvo tenso. No me molesté con tópicos porque un hombre militar no
trata de engañar a otros. La situación era desconocida, pero con el extraño
comportamiento de Shindong y la forma en que había estado evitando a todo el
que lo amaba, no presagiaba nada bueno. Agarré la mano de Heechul y sentí la
forma en que temblaba en la mía. Estaba asustado, pero él se impulsaría a
través de ello como siempre lo hacía.
Llegamos al
hospital, siguiendo detrás a su padre. Tenía una especie de actitud de armas
tomar que era muy similar a Heechul, y él nos llevó al ala de emergencia más
rápido de lo que habría sido si hubiéramos estado solos. Giramos la esquina de
la sala de espera y no hubo forma de pasar por alto a Kyuhyun. Esa cabeza
rapada con las llamas tatuadas en cada lado de ella se inclinaba y estaba
mirando fijamente a los ojos del bonito enfermero pelirrojo. En cierto modo lo
consideraba un amuleto de buena suerte, así que estaba contento de que él
estaba allí. Heechul lo llamó por su nombre y su cabeza se sacudió para
mirarnos. Algo se retorció en mi pecho cuando vi que había huellas muy
evidentes de humedad en su cara. Sus ojos estaban llenos de tristeza y
angustia.
El enfermero puso
una mano en su mejilla y él extendió la mano para envolver sus dedos alrededor
de su delgada muñeca. Le dijo algo y él asintió solemnemente. El enfermero apartó
la mano y se alejó en dirección opuesta por el pasillo. Incliné la cabeza en
dirección a la que se fue y golpeé a Janghoon en el codo.
—Es posible que
desees hablar con él. Deja que tu niño se encargue de Kyuhyun. Es bueno en
tratar con sus chicos.
Él hizo un gesto
brusco y se fue detrás del enfermero. Heechul se liberó de mi agarre y se fue y
se envolvió alrededor de Kyuhyun. Su gran cuerpo se estremeció y hundió el
rostro en la curva de su cuello. Yo no sabía qué hacer conmigo mismo, pero
cuando él levantó la vista, sus ojos se clavaron en los míos.
—Cáncer. Un
maldito cáncer de pulmón. Están llamando
a un oncólogo en este momento, pero es malo.
Aspiré una
bocanada de aire y vi que Heechul estaba temblando también.
Esa no era una
buena noticia.
—Lo siento,
hombre.
Él parpadeó como
si estuviera en un sueño y se alejó de mi chico. Se frotó las manos bruscamente
por encima de su rapado cuero cabelludo y comenzó a caminar de un lado a otro
como una especie de animal salvaje en una jaula. Llevé a Heechul de nuevo en
mis brazos y corrí mis manos arriba y abajo por su espalda cuando sentí sus
lágrimas deslizarse contra mi cuello donde empujó su cara.
—Sabía que algo
andaba mal. Durante meses y meses había estado actuando raro, no devolviendo
las llamadas. Él era todo un entusiasta para conseguir abrir una nueva tienda,
y luego solo desapareció del mapa. Lo dejé pasar una y otra vez. Demonios,
pensé que tenía una nueva novia de la que no quería que nadie supiera, pero no,
es un maldito cáncer de mierda. Jesucristo, por fumar. Todo por el maldito
cigarrillo.
—Kyuhyun,
respira. No sabes cuán malo es o si es tratable todavía. No saltes a
conclusiones antes de la cuenta.
Maldijo un poco
más y siguió moviéndose rápidamente hacia atrás y adelante en frente de
nosotros. Su nerviosa energía era como una carga eléctrica haciendo que los
vellos de mis brazos se levantaran.
Quería decirle
que todo iba a estar bien, que todo iba a salir bien, pero antes de que tuviera
la oportunidad de decir algo, una mujer pequeña con el cabello negro como el
azabache, vestida como si acabara de salir de una reunión para el té, seguida
por un hombre que llevaba claramente un traje todos los días y mandaba a peones
alrededor para ganarse la vida, irrumpió en la pequeña sala de espera. Yo no
sabía quiénes eran, pero Heechul se puso rígida en mis brazos y
Kyuhyun dejó de
caminar. La expresión
de su rostro
habría sido suficiente para asustar a una manada de elefantes en
estampida, pero no a esta señora. Ella chilló:
—Kyuhyun. Oh,
cariño, el hospital solo nos llamó. ¿Estás bien?
Ella lo abrazó
con fuerza, y no pasé por alto que él no regresó el gesto. Él me miró y luego
otra vez a la mujer, entonces deliberadamente dio un paso lejos de ella. Eché
un vistazo a Heechul, quien articuló “su mamá”, y volví mi atención al drama
familiar que hacía que los Lee se vieran como la Familia Brady.
—¿Qué estás
haciendo aquí, mamá? ¿Por qué te llamaría el hospital?
La mujer jugueteó
con la correa de su bolso. Estaba teniendo dificultades para ver algo de
Kyuhyun en ella. Ella era pequeña y palidecía en complexión; él podría haber
heredado su cabello oscuro de ella, pero eso era todo lo que pude ver.
—Soy el contacto
de Shindong en todo su papeleo. El hospital tuvo que llamarme. También soy su
apoderada.
—¿Por qué tú?
¿Por qué él te tendría en todo eso, mamá?
La mujer dio un
paso nervioso lejos de su hijo, obviamente, emocional y enfurecido.
—Él iba a
cambiarlo todo para ti una vez que las pruebas finales terminaran.
Podrías haber
oído caer un alfiler. Sentí a Heechul jadear y lo solté porque estaba realmente
preocupado de tener que restringir físicamente al mejor amigo de mi hermano.
—¿Lo sabías? ¿Tú
sabías lo enfermo que estaba? —La voz de Kyuhyun estalló a través de las
paredes del hospital como un disparo. El hombre que había seguido a su madre,
su esposo, supuse, dio un paso hacia Kyuhyun, pero yo tendí una mano y negué
con la cabeza.
—Yo no haría eso,
amigo.
Me miró de reojo
y observó a mi mano como si estuviera cubierta de mierda.
—¿Y quién eres
tú?
Levanté una ceja.
—No soy nadie,
pero si crees que vas a conseguir ponerte en el medio de eso, yo soy el tipo
que va a estar feliz de detenerte.
Sus ojos se
deslizaron sobre la parte superior de mi cabeza, sobre mis hombros, y miró a
donde mi chico le estaba disparando la mirada asesina desde mi lado, donde
estaba a buen recaudo. Al parecer, él vio que yo hablaba en serio porque
resopló y cruzó los brazos sobre su pecho como un niño enfurruñado.
—Kyuhyun. —La
mujer estaba suplicándole pero él no tenía tiempo para eso.
—¿Desde cuándo,
mamá? ¿Cuánto tiempo ha estado enfermo? ¿Qué tan malo es?
Ella apartó la
mirada y se mordió el labio inferior. Kyuhyun puso ligeramente las manos sobre
sus hombros y le dio una pequeña sacudida. Pensé por un segundo que la
seguridad del hospital podría aparecer o el resto del personal, pero hasta
ahora estábamos solo nosotros y la vida de Kyuhyun desarrollándose frente a él.
—Él se enfermó a
finales del año pasado. Tuvieron que extirpar parte de su pulmón. No quería que
nadie lo supiera. Los médicos pensaron que estaba contenido pero hizo
metástasis y se extendió. Está en la tercera fase. Es posible que se trasladara
a sus ganglios linfáticos. Él estaba esperando los resultados de las pruebas.
No quería que te preocuparas, Kyuhyun.
Kyuhyun juró
largo y fuerte, y Heechul se apartó de mí para ir a calmarlo.
—¡Preocuparme!
¿No crees que un preaviso hubiera sido bueno antes de que me encontrara con lo
que yo pensaba que era su cadáver? ¡Jesucristo, mamá!
—Tienes que
calmarte.
—Lo último que
tengo que hacer es calmarme. ¿Por qué él habría de decirte todo esto y no a mí?
Soy su familia. Demonios, soy más su hijo que su sobrino.
Vi a la mujer
estremecerse y el del traje hizo un ruido estrangulado en su garganta. Heechul
entrecerró los ojos a la mujer, y al mismo tiempo exacto cuando Hyukjae y
Donghae llegaban corriendo a nuestra pequeña fiesta del infierno, el bonito
enfermero regresó dando vuelta a la esquina seguido por el padre de Heechul.
—¿Mamá? —La voz
de Kyuhyun era francamente aterradora, y para ser un hombre típicamente dócil,
parecía que podría destrozar al hospital, ladrillo por ladrillo, si quería en
estos momentos. Hyukjae dio un paso hacia su amigo, pero yo negué con la
cabeza. El enfermero se acercó al otro lado de Kyuhyun y le puso una mano en el
hombro. Su mirada se lanzó a él.
—Está despierto y
pregunta por ti.
—¿Por mí?
El enfermero
inclinó su cabeza de fuego a un lado y lo miró parpadeando.
—Preguntó por su
hijo. Ese tiene que ser tú, ¿verdad? Quiero decir, ustedes parecen idénticos.
La mamá de
Kyuhyun se quedó sin aliento y parecía que se iba a desmayar.
—Jodida mierda.
—El arrebato de Hyukjae le consiguió un codazo en el estómago de parte de
Donghae y una mirada asesina del tipo del traje.
—Kyuhyun. —El
tono de Heechul era severo y sin replica—. Ahora no es el momento. Podemos
resolver todos los detalles más tarde. No importan. Tienes que apreciar que él
todavía está aquí y concentrarte en el ahora. —Sus brillantes ojos bailaron
hacia mí y luego se deslizaron hacia él—. Además, no puedes golpearla y salirte
con la tuya. Yo puedo.
—Te entiendo,
Kyuhyun. —Dijo el enfermero, su tono era amable, y en vez de ser enérgico y
formal, había algo más que estaba al acecho en esos ojos.
—¿Lo haces?
—Lo hago.
Dieron la vuelta
a la estación de enfermería, y todos en conjunto nos volvimos y miramos
fijamente a la madre de Kyuhyun. Vi a Heechul cruzar los brazos sobre el pecho
y estampar su pie. Si esta señora remilgada pensaba que esto había terminado,
tenía otro asunto por venir.
—Shindong es el
padre de Kyuhyun, ¿el padre que supuestamente se fue cuando era un bebé?
La mujer miró a
su esposo y luego alrededor de todos nosotros. Hyukjae gruñó algo entre dientes
y se acercó furtivamente hacia ella hasta que estuvo justo en su cara. La vi
encogerse, pero yo no iba a
intervenir.
—¿Cómo pudiste
dejarle creer esa mentira? Eso lo destrozó, le hizo sentirse perdido. Amó a Shindong
como un padre todo este tiempo; demonios, todos lo hicimos, ¡y ninguno de los
dos pudo molestarse en compartirlo! Jódete y qué se joda ese pedazo de mierda
que escogiste por encima de tu hijo. Más te vale por Dios que Shindong tenga la
oportunidad de luchar para vencer esto, Ruby, o me aseguraré de que todos tus
sucios secretos se extiendan por toda la península.
La pequeña mujer
se encrespó de esa manera que solo alguien que pensaba que era intrínsecamente
mejor que tú podría hacer.
—No te debo una
explicación, Hyukjae. No le debo nada a ninguno de ustedes. —Su esposo se abrió
paso más allá de mí y fue a pararse a su lado. Ambos nos miraron como si
hubiéramos tenido algo que ver con que este impactante secreto saliera a la
luz.
Heechul se volvió
hacia mí y se acurrucó de nuevo a mi lado.
—Te equivocas.
Kyuhyun es nuestro, no tuyo. Nosotros lo amamos, nosotros nos encargamos de él,
y vamos a ser los que le ayuden a pasar por esto. Tú no lo quieres, nosotros
sí. Creo que tienes que irte. No eres querida, o necesitada, aquí.
La pareja se
erizó y pude ver que iban a dar la batalla, cuando el padre de Heechul rodeó
nuestro equipo multicolor y se interpuso entre nosotros y ellos.
—Sé que usted no
me conoce, pero mi nombre es Kim Janghoon y Shindong y yo nos conocemos desde
hace mucho tiempo. —Puede ser que no hubieran conocido al Marine pero ambos
habían oído claramente de él. La pelea se drenó visiblemente de ellos—. Sé todo
acerca de ti, Ruby, y de ti también, Grant. Conozco su historia, sé sobre el
chico, y confía en mí, si quieres alguna oportunidad de hacer bien esto con tu
hijo, darás la vuelta y dejarás que su familia cuide de él. ¿Estoy siendo
claro?
Al parecer lo
fue, porque con una última mirada altiva dieron media vuelta y salieron de la
sala de espera sin mirar atrás.
Donghae dejó
escapar un silbido y susurró falsamente:
—Tu papá es un
tipo duro en serio.
Me reí un poco y
deposité un beso en la parte superior del salvaje cabello de Heechul.
—Lo obtuviste de
forma natural.
—¿Y ahora qué?
—Donghae se apoyó en una de las incómodas sillas de plástico y sacó su
teléfono.
—Si Shindong sale
de esto, pueden resolverlo. Si no lo hace, no lo sé. —La voz de Hyukjae sonaba
tensa.
Heechul me dio un
beso en la mejilla y se encaminó a sentarse al lado de su amigo. Mi hermano
arqueó una de sus cejas oscuras y me dio un codazo en el hombro.
—Entonces, ¿qué pasaba
con el enfermero sexy? ¿Ellos se conocen entre sí o algo así?
—Ustedes fueron a
la escuela con él.
—Ah... no, no lo
hice. Si yo hubiera ido a la escuela con un joven que se veía de esa forma, lo
habría recordado… no le digas a Donghae que acabo de decir eso.
Bufé porque eso
era algo típico de Hyukjae.
—Él es Sungmin.
Hyukjae frunció
el ceño en confusión.
O_____O
ResponderEliminarYo quiero ver un dibujo o algo de un tatuaje a si!!!
Ahhhhhh
Esas imágenes mentales de Hee encima de Siwonshis me vas a matar y volver loca lentamente!!!!!
Ahhhhhh
Nooooo la mamá de Kyu por que dijo eso, por que Shing le siguió el juego!??? Que carajos paso!!????
A Siwon le gusto el tatuaje *0*
ResponderEliminarDemasiado significado
Ya están armando todo para la llegada del bebé*0*
Dios...pobre Shin
Algo grave tenía que estar pasando para que ellos se dieran cuenta que no estaba actuando normal...y quien lo haría con semejante enfermedad.
Y para acompletar el sufrimiento...llega la madre de de Kyu y se desata todo esto
¿qué clase de final es este que nos deja con preocupaciones en lugar de risas y suspiros?
Se empañado mi final😢😢😢😢