Estaba en la puerta, con gesto serio.
Parecía enfadado con él. Luego desvió la mirada hacia su appa.
—¡Dios mío! No sabía… Está vivo…
Sobrevivió a la explosión…
—Creí que estabas en París —dijo Donghae.
No estaba preparado para aquella escena.
—¿Controlas mis movimientos, Donghae?
Bueno, ahora estoy de vuelta…
Antes de que pudiera encontrar una
respuesta, su appa exclamó y se tapó la boca.
—¿Appá? —se acercó y tocó la frente de su appa—.
¿Te encuentras peor? ¿Estás mareado? Llamaré a una enfermera —Donghae
extendió la mano hacia el timbre, pero
su appa se la agarró.
—No —su appa habló con voz débil y mirando
a Hyukjae—. He pensado en ti durante años. En mis sueños… En mis peores
momentos siempre estabas ahí…
Donghae miró consternado a su appa. No
había pensado que pudiera reconocer a Hyukjae, pero era evidente que sí. Y
estaba claro que lo odiaba. Lo que menos falta le hacía en aquel momento era
ese shock.
—Lo estás disgustando… Creo que deberías
marcharte —le rogó Donghae, agarrando la mano de su appa—. Podemos hablar más
tarde.
Donghae cerró los ojos.
—Por favor, ¿quieres marcharte?
—No quiero que se marche —su appa extendió
una mano hacia Hyukjae con los ojos llenos de lágrimas—. No antes de que le dé
las gracias. ¡Si supieras cuánto he querido agradecérselo! Pero no sabía cómo
averiguar quién era, y no sabía su nombre…
Al oír aquella confusa declaración, Donghae
miró a su appa sin comprender nada. Y encima, Hyukjae se acercó y aceptó la
mano de su appa.
—No hace falta que me dé las gracias. Ni
entonces ni ahora… Hasta hace poco no tenía idea de quien era usted…
—Había tanta gente en el yate aquel día…
Donghae los miró, sorprendido.
—¿Appá?
—¿Cómo te has puesto en contacto con él?
—su appa lo miró. Tenía lágrimas en los ojos—. Tú sabías cuánto deseaba
encontrar al hombre que te salvó. Sin su nombre, ¿cómo has podido encontrarlo?
¿El hombre que lo había salvado?, Donghae
no comprendía nada. Se quedó sin habla. Cuando por fin pudo hablar preguntó:
—¿Éste es el hombre que te rescató cuando
explotó el barco?
—A mí y a ti. También te rescató a ti
—dijo su appa—. Arriesgó su vida tirándose al agua… Yo te vi en la escalerilla
segundos antes de la explosión. Sabía que estabas en el agua, probablemente
demasiado herido como para poder ayudarte a ti mismo. ¡Yo gritaba y gritaba que
alguien salvara a mi niño…!
—Tu appa estaba atrapado —dijo Hyukjae con
los ojos tristes al recordarlo—. No quiso aceptar mi ayuda hasta no rescatar a
su niño.
Donghae estaba en estado de shock. A su
mente acudieron imágenes del hombre.
—¿Eras tú?—dijo casi imperceptiblemente—.
El hombre que me rescató… El hombre que recuerdo… ¿Eras tú?
—No lo supe hasta la noche en que me
contaste lo del accidente —le confesó Hyukjae—. Me di cuenta entonces de que
tenía que ser tu appa a quien había rescatado, pero no sabía que todavía
estuviera vivo. Park nos informó que había muerto junto con su hijo.
—Eso es lo que quiso que creyera la gente.
Quería borrarme de su vida. Tú te fuiste a rescatar a otros —dijo el appa de Donghae—.
Y la ambulancia nos llevó al hospital. Le pregunté a todo el mundo por ti, pero
nadie sabía nada. Luego Sooman nos hizo volar a Inglaterra y a mí me
prohibieron volver a visitar Corea. Mantuvimos nuestra identidad en secreto por
instrucciones suyas.
Hyukjae frunció el ceño.
—¿Cómo fue capaz de amenazarlo de ese
modo? ¿Cómo fue capaz de impedir que viniera de visita? ¿Y por qué?
Su appa cerró los ojos.
—Me odió desde el primer momento en que su
hijo me llevó a Mopko. Cuando murió no hubo nadie que me defendiera. Me amenazó
con quitarme a Donghae. Realmente no le quería. Fue sólo una amenaza para
castigarme. Poca gente sabe lo malo que es ese hombre… Yo no quería que
estuviera cerca de mi hijo de ninguna manera. Y acepté desaparecer, romper el
contacto por completo. Y a él le pareció bien. Fue lo que siempre había
querido.
—¿Le pagó para que desapareciera?
—preguntó Hyukjae. El appa de Donghae se rió, cansado.
—¿Pagar? ¿Sooman? No, no me pagó nada.
—Pero usted estaba herido y con un hijo
pequeño que mantener… ¿Cómo se las
arregló? ¿Tenía familia que se ocupara de usted?
—No tenía familia, y me arreglé porque mi
hijo es una persona muy especial.
Donghae se sonrojó.
—Appá… Creo que deberías descansar ahora…
—Todavía, no —Hyukjae apretó más la mano
de su appa—. Por favor, si puede, realmente me gustaría oír el resto de la
historia.
—Donghae se recuperó considerablemente
rápido de las heridas y era un niño brillante —sonrió a su hijo—. Uno de los
médicos que me estaba tratando y que conocía nuestras circunstancias, me
sugirió que pidiera una beca en uno de los mejores internados. Lo aceptaron.
Fue una decisión difícil, pero acertada. A mí me operaron interminables veces.
Durante los veranos se quedaba con una de las tutoras y lo traían a verme.
—Siga… —dijo Hyukjae.
—En la época que tenía que ir a la
universidad, yo necesitaba todo tipo de cuidados por los que teníamos que pagar
—miró a Donghae —. Donghae trabajó día y noche para dármelos. Y cuando
descubrió que era posible hacerme esta operación para poder caminar, consiguió
ese estupendo trabajo en Corea…
Hubo un silencio tenso. Donghae cerró los
ojos, esperando que Hyukjae le dijera a su appa la verdad.
—Debería descansar ahora —dijo él—. Pero
antes de que lo dejemos quisiera hacerle otra pregunta. ¿Por qué cuando Donghae
creció y su abuelo ya no podía quitárselo, no le pidió dinero a Park? Ustedes
son su única familia. Él tenía la obligación de darles lo que necesitaban.
—Sooman no sabe lo que es la obligación y
nunca da dinero —dijo su appa con dignidad—. Y no sabe lo que quiere decir la
palabra familia.
—Entonces, es hora de que alguien lo
eduque —Hyukjae achicó los ojos—. Y le aseguro que será un buen alumno. Tendrá
que asumir sus responsabilidades.
—No. No quiero ningún contacto con ese
hombre. No quiero volver a oír el nombre Park ni Lee.
Donghae se quedó helado. Al parecer, su appa
no sabía que Hyukjae era un Lee. ¿Qué diría cuando se enterase de que se había
casado con él? ¿Y que se había acercado a su abuelo para conseguir dinero?
—Quiero que descanse y que deje de
preocuparse. Mañana traeré a Donghae nuevamente —dijo Hyukjae.
Su appa abrió los ojos y sonrió.
—¿Puedes quedarte otro día, Donghae?
¿Cuándo tienes que volver?
Hyukjae frunció el ceño.
—Puede quedarse lo que le haga falta
—repitió. Donghae abrazó a su appa y luego corrió detrás de él.
—¡Hyukjae, espera! —finalmente lo
alcanzó—. Por favor, no te marches así. Sé que todavía estás enfadado conmigo,
pero tenemos que hablar. Salvaste mi vida. No puedo creer que hayas sido tú…
Hyukjae lo quemó con la mirada. Luego le
agarró los brazos y lo acorraló contra una pared.
—Podría haberlo sabido antes si hubieras
sido sincero conmigo. ¿Cuándo vas a confiar en mí y a decirme la verdad? Todos
los días me entero de cosas nuevas de mi esposo… ¡Hoy me entero de que tu appa
está vivo! ¿Por qué me lo has ocultado? ¿Y por qué me ocultaste que tú estabas
en el barco también?
—Porque si te lo hubiera dicho habrías
sabido que Sooman nos despreciaba. Y si sabías eso, habrías sabido que su deseo
de que nos casáramos era por venganza. Tenía demasiado miedo de decirte la
verdad… —tragó saliva—. Y entonces no te habrías casado conmigo. Y yo
necesitaba que te casaras conmigo. Era la única forma que veía de conseguir el
dinero para la operación de mi appa. Es una nueva operación y la Seguridad
Social no la cubre. Yo estaba desesperado.
—Debí darme cuenta de las señales en
aquella primera reunión. Tenías tanto miedo de tu abuelo… Pero mi padre deseaba
tanto que la empresa volviera a él… Y yo también me distraje con otras cosas.
Si no, me habría dado cuenta de que algo no iba bien.
Preguntándose qué otras cosas lo habrían
distraído, Donghae sonrió:
—Bueno, ahora ya lo sabes todo —dijo—. Me
casé por tu dinero, porque lo necesitaba para mi appa.
—Tu abuelo tiene que rendirte cuentas de
muchas cosas —dijo Hyukjae—. Éste no es un lugar adecuado para hablar de esto.
Vámonos de aquí.
Hyukjae lo acompañó al ascensor.
—¿Qué tipo de hospital es éste? —preguntó.
—Es un hospital muy viejo. Pero el
cirujano tiene mucho prestigio y quería probar una nueva técnica. Así es como
he gastado tu dinero.
—Tu dinero —lo corrigió Hyukjae—. Era tu
dinero. Ahora comprendo por qué no ibas de compras. No te ha quedado nada para
tus gastos.
—No me hacía falta nada. Y el hospital es
muy caro, aunque el edificio sea muy viejo. ¿Cómo supiste cómo encontrarme?
—preguntó Donghae cambiando de tema.
—Te han seguido. Mis hombres de seguridad
tenían instrucciones de no perderte de vista.
—¿Por qué?
—Porque eres un Lee ahora. Y hay mucha
gente con ganas de sacar dinero.
—¿Crees que podría raptarme alguien?
—Siempre existe esa posibilidad. Pero no
te preocupes demasiado. Te soltarían enseguida al ver lo que comes.
—¿Estas muy enfadado conmigo?
—Me has tenido en vilo desde el día que te
conocí, así que no es nada nuevo esto. Y la próxima vez que quieras volar, usa
mi avión. Te guste o no, eres mi esposo, y no quiero que tomes vuelos
comerciales.
Una corriente de ternura recorrió su ser.
Tendría que haberse enfadado por su actitud autoritaria, pero en parte le
gustaba que fuera posesivo. Y que quisiera cuidarlo.
—¡Mira! Aquél es el monumento que
conmemora el Gran Fuego de Londres. Recuerdo que mi appa me trajo una vez, en
un raro período en que no estuvo en el hospital. Subí hasta arriba mientras me
esperaba en la calle. Y luego lo saludé —conmovido por el recuerdo, miró a Hyukjae.
—Debiste echarlo mucho de menos.
—Para serte sincero, era tan pequeño
cuando sucedió todo, que me acostumbré a ello. Acepté que mi appa no era como
otra gente. Que nuestra vida era diferente.
—¿Cómo no ha descubierto la prensa que tu appa
está vivo?
—Como tú, no indagaron. Nosotros volvimos
a Londres. Mi abuelo quiso que mi appa
volviera a usar el apellido de soltero, y
yo usé el mismo nombre. Nos llamamos Choi. No
fue difícil.
—Por eso no respondiste a tu nombre de joven
Park cuando nos conocimos. Y aceptaste ese nombre por presión de tu abuelo,
¿no?
—Odiaba usar su nombre, pero era parte del
plan de mi abuelo. Por eso tardaba en reaccionar cuando me llamabas así. Toda
mi vida me he llamado Choi.
—Tu appa es una persona muy valiente.
—Es verdad. Toda su vida odió la guerra entre
nuestras dos familias. No podemos decirle que me he casado con un Lee. Lo
mataría.
—Deja de preocuparte. Estás muy pálido.
Tienes que descansar.
Donghae deseó poder relajarse.
—No podré descansar hasta que no decidamos
qué le vamos a decir. No sabía qué decirle para justificar mi ausencia, así que
le dije que había conseguido un trabajo en Corea y…
—Deja de preocuparte. De ahora en adelante
yo me ocuparé de esto.
—Pero…
—No te preocupes. No le haré más daño a tu
appa.
—¿Por qué quieres hacer todo esto?
—Por muchas razones. Confía en mí. Y
porque si hubiera querido decirle la verdad a tu appa, ya se la habría dicho.
—Lo siento —dijo.
—No te preocupes. Comprendo que has tenido
que tomar muchas decisiones importantes desde que eras un niño. Pero ahora ya
no estás solo, Donghae. El problema es mío. Y lo voy a solucionar.
Por un momento, Donghae se sintió como si
le hubieran quitado un gran peso de encima, y luego recordó que él lo estaba
haciendo sólo porque se sentía responsable, porque la explosión había sido en
el barco de la familia de Hyukjae.
Donghae lo miró y sintió la punzada del
deseo.
—¿Adónde vamos?
—Al hotel, donde no nos interrumpirán.
Tenemos muchas cosas de las que hablar.
Él no quería hablar.
—¿Es un hotel elegante? Siempre he tenido
ganas de pedir servicio de habitaciones…
—Sí, es muy elegante. Será otra nueva
experiencia para ti —de pronto Hyukjae
lo miró con preocupación—. Sigues pálido… ¿Te encuentras enfermo todavía?
—Ha sido un día muy duro… Ver a mi appa
así… Y luego tu aparición…
—¡Es increíble los sacrificios que has
hecho por tu appa!
—Mi appa también ha hecho grandes sacrificios
por mí. Habría preferido que estuviera con él, pero me envió al internado
porque pensó que eso sería mejor para mí.
—Tu abuelo tendría que rendir cuentas por
todo esto —dijo Hyukjae.
—Mi abuelo es como es. Jamás cambiará.
—Eso lo veremos.
Entraron por una puerta trasera del hotel
y subieron a la suite.
—¡Es increíble!
—Suelo quedarme aquí cuando estoy en
Londres. Llama al servicio de habitaciones cuando quieras…
—¿Puedo pedir lo que quiera? —se rió como
un niño.
—Por supuesto —Hyukjae se quitó la chaqueta.
Se miraron a los ojos.
—Hyukjae…
—Me he prometido que me mantendría alejado
de ti… —dijo él.
—Yo no quiero que lo hagas. ¡Todavía no
puedo creer que fueras tú quien me salvó la vida!
—Algo bueno que he hecho —lo besó y lo
desnudó con movimientos lentos. Luego lo alzó en brazos.
—Puedo caminar…
—Me gusta llevarte… —dijo él con voz
sensual.
—Te gusta dominarme —bromeó.
Hyukjae lo dejó en la cama y se puso
encima de él.
—Me encanta saber que soy el único hombre
que te ha hecho esto — empezó a besarle todo el cuerpo.
Donghae perdió totalmente el control.
—Hyukjae, por favor, ahora…
Hyukjae deslizó un dedo para investigar, y
él se sobresaltó.
—Eres tan caliente —susurró él.
El siguió volviéndolo loco, haciéndole
sentir un placer casi increíble. Y cuando pensó que ya no podía aguantar, lo
levantó y se adentró en él con un gemido de satisfacción.
Donghae abrió los ojos, asombrado ante
aquella sensación. Entonces él le sonrió y siguió moviéndose, llevándolo cada
vez a un placer más alto, sin dejar de besarlo. Hasta verlo explotar de goce. Donghae
se aferró a él, sumido en olas y olas de placer.
Hyukjae giró con él y se puso boca arriba
con él encima.
—Ha sido impresionante… El mejor sexo del
mundo —dijo.
Donghae cerró los ojos, y trató de
convencerse de que no importaba que no lo amase mientras lo deseara.
Sonó el teléfono móvil de Hyukjae.
—He dado instrucciones de que no me
molesten —protestó mientras extendía una mano para contestar.
Escuchó unos segundos y luego dijo algo en
coreano antes de colgar.
—Tenemos que volver al hospital. Al
parecer, tu abuelo ha decidido visitar a tu appa.
si lindo monito cuida al lindo pecesito
ResponderEliminarLo sospeche desde un principio
ResponderEliminarNi tanto,pero algo me decía que Hyuk había salvado a Hae,no sabía que también a su appa...puntos para Hyuk,lo malo es que el appa de Hae sigue odiando a las Lee😕
Por eso siguio a Hae,lo que le dijo esa noche lo hizo atar cabos,ahora lo sigue y da con su appa,y no solo se entera que está vivo,sino que está enfermo y que en él ha sido que Hae ha utilizado el dinero. Y luego toda la historia que le cuenta el appa de Hae...lo dicho,Hyuk tiene que darle el sol,la luna y las estrellas a Hae.
Já...se fueron al hotel a hablar,y es lo menos que hicieron...pillines.
¿Qué hace ese viejo allá?¿Cómo se atreve?...si ya hizo lo que quería ¿Qué busca ahora?
Ya sé...le va a decir al appa de Hae que se caso con un Lee por dinero...para la operación...viejo desgraciado
Pero así le va a ir😠
Viejo de michi, el deveria de morirse, ya me imagino el veneno que soltara ese tipo. Grrr
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