No me sentía
mejor después de hablar con Heechul sobre cómo me sentía con respecto a mi
familia, pero tampoco me sentía peor. No sentía la necesidad de engullir una
botella de alcohol y estaba bastante seguro de que podría pasar el resto de la
noche sin tener pesadillas.
Casi le paso por
encima cuando se detuvo frente a mí y se volvió. Tuve que envolver mis brazos
alrededor de su pequeño cuerpo para evitar que se cayera al suelo. Él se rio un
poco contra el centro de mi pecho y agarró la tela de mi camiseta en sus manos
y empezó a tirar de mí hacia mi habitación.
No es que no
quisiera montar ese bote pero tampoco quería comenzar algo que después
lamentara.
—Uh... ¿Qué estás
haciendo, Medio-Litro?
Esas cejas rubias
bailaron sobre su frente mientras continuaba andando hacia atrás moviéndome
junto a él. Tenía los ojos muy animados y brillantes, una pequeña sonrisa
jugaba en toda esa boca y deseé tener sueños sobre eso en vez de mis
pesadillas. Me miraba de una manera que no hacía que mi polla se pusiera dura,
pero hacia algo en mi pecho contraerse y liberarse como un resorte.
—Tienes malos
sueños. No quiero que los tengas. Así que voy a darte algo mejor que llevarte a
la cama.
Oh, gracias,
Jesús. Le di una patada a la puerta detrás de nosotros y le dejé tirar de mi
camisa por encima de mi cabeza.
Él arqueó una
ceja hacia mí e inclinó su cabeza para que pudiera poner sus manos en la
hebilla de mi cinturón.
—¿Te gusto menos
desde que dejamos de tener sexo?
Solté un bufido
viendo como sacaba mi cinturón de un solo tirón.
—No, ¿por qué?
Se encogió de
hombros y lo dejó caer. Estaba tratando de seguir su línea de pensamiento, pero
mis ojos se cerraron porque tenía sus manos en el borde de mi bragueta y rozaba
una erección que parecía que estuviera tratando de escapar de mis pantalones
por su propia cuenta. Me estaba perdiendo algo aquí. Estaba casi tan vulnerable
como yo, solo que no tenía un firme control sobre sus razones.
—No lo sé. Pensé
que tal vez era toda la química y la atracción sexual que una vez que nos
diéramos un descanso las cosas entre nosotros serían más claras y tendrían más
sentido.
—¿Nosotros no
tenemos sentido?
Había bajado la
cremallera, estaba trabajando mis jeans sobre mis caderas y mi culo. No iba a
ser capaz de seguir hablando coherentemente durante mucho tiempo, pero tuve la
sensación de que realmente necesitaba entender lo qué no me estaba diciendo.
—Lo hacemos pero
las cosas entre nosotros avanzan muy rápido. No estaba equivocado.
—¿Eso es malo?
Esos ojos de dos
tonos se movieron hacia mí y deslizó su lengua por su labio inferior. Santo
infierno, me iba a venir solo con mirarlo.
—No. Puede ser
aterrador y abrumador pero ya no me importa porque te quiero. Extrañaba estar contigo,
además estoy embarazado y cachondo y quiero saltar sobre ti todo el tiempo.
Restringirme nunca ha sido uno de mis puntos fuertes.
Aspiré una
bocanada de aire mientras terminaba de sacar mis pantalones y se dejaba caer.
—¿Entonces por
qué no dijiste algo antes?
—Debido a que
estábamos tratando de hacer algo bien, tratando de hacer algo que durara y
cuando te sacas la camiseta no puedo pensar con claridad.
Eso me hizo reír,
pero luego el calor húmedo de su boca se cerró alrededor de la cabeza de mi
polla y no podía respirar. Era tan bonito, tan exótico, con toda su piel
colorida y buen Dios, sabía cómo poner a uno de rodillas con solo un movimiento
de su lengua y con la indirecta de un barrido con el borde de sus dientes. Quería
agarrar la parte superior de su cabeza y meter mi polla hasta el fondo de su
garganta, pero no creo que encajara. Dudo que agradeciera el gesto ya que
estaba tratando de distraerme de toda la mierda que pasaba en mi destrozada
cabeza. Así que en lugar de eso con una mano cepillé su corto cabello y con la
otra acaricié la parte posterior de su cuello.
—Heechul... —Todo
lo que podía decir era su nombre cuando una de sus manos se deslizó entre mis
piernas y rodeó la base de mi polla. Se sentía tan bien que inundó todos mis
sentidos. El aspecto que tenía sobre sus rodillas frente a mí, la forma en que
tarareaba su placer cuando me envestí involuntariamente contra su boca, la
forma en que su boca estaba tan caliente, tan húmeda, que se deslizó hacia arriba
y hacia abajo sobre mi piel se sentía como si estuviera a punto de estallar.
Había pasado demasiado tiempo, él era demasiado poderoso no iba a durar mucho
tiempo y menos si seguía jugando con mis doloridas bolas de esa forma. Sabía
que su objetivo era distraerme, trabajarme hasta que estuviera lo
suficientemente cansado para que pudiera
dormir tranquilo por el resto de la noche, iba a abrir la puerta para que todo
eso se fuera lejos.
Dejo de chupar,
dejó de rodar su lengua a lo largo de mi cabeza justo hasta el punto en que
estaba a punto de perderme en esa bonita boca. Por suerte era un tipo que tenía
una estrella de oro en disciplina: lo alejé antes de que terminara de enviarme
al borde. Hizo un ruido de descontento con la parte trasera de su garganta mientras
mi polla gritaba en protesta, pero sus ojos brillaban riéndose de mí. Le dio un
apretón a mi base y me sonrió.
—Oh, viejo amigo,
cómo te extrañe.
Estaba tratando
sin éxito de quitarle sus pantalones cortos y su camiseta sobre su cabeza
porque no parecía tener ninguna prisa en dejar ir mi palpitante erección.
—¿Le hablas a mí
polla?
Se rio, el sonido
era tan despreocupado y lleno de alegría que golpeó algo suelto dentro de mí.
Podía sentir que la bola de tensión y desesperación que tenía dentro de mí se
liberaba de lo que sea a lo que se estuviese aferrando. Llevé mis manos a ambos
lados de su cara y la incliné hacia mí para poder atacar su sonriente boca. Lo
abrumé lo suficiente para finalmente dejar de lado su dominio sobre mi polla y
tuvo que agarrarse a mis muñecas, así no lo derribaría hacia atrás. Sabía a más
que dulce.
Sabía a redención.
Sabía a un futuro que no necesitaba perseguir más.
Cuando frotó su
lengua hacia atrás contra la mía, cuando se levantó sobre las puntas de sus
pies para cerrar sus brazos alrededor de mi cuello, yo simplemente caí de
espaldas en la cama y lo llevé conmigo.
Ambos nos reímos.
No podía recordar la última cosa en el mundo que me haya provocado reírme y
mucho menos cuando estaba en el medio de tratar de echar un polvo. Él podía
hacer eso, hacerlo por mí, me indicaba que no iba a ser capaz de dejarlo ir.
Nunca. Se movió sobre mí, así que yo estaba en posición de hundirme en él y
además estaba preparado sobre mí con las manos en el centro de mi pecho.
Todavía tenía demasiada ropa pero parecía mucho más interesado en conseguir que
me desnudara por completo tomándose su tiempo.
Saltó sobre sus
pies, me sacó las botas y los jeans y luego se puso encima de mí mirándome con
un destello de fuego en esos ojos de diferentes colores.
—Eres tan
hermoso.
No sabía nada de
eso. Mi polla sobresalía hacia arriba en el aire, las venas de mi cuello
pulsaban y estoy seguro de que parecía bastante frenético. Había pasado
demasiado tiempo sin estar con él, pero si le gustaba lo que veía incluyendo
las cicatrices no iba a quejarme.
—Creí que debería
decírtelo. —Dio un pequeño resoplido y tiró de su camiseta sobre su cabeza.
Se tomó su tiempo
para salir fuera de sus pantalones cortos y bragas de encaje rosa, para el
momento en que estaba desnudo yo estaba contemplando abalanzarme sobre él y
simplemente tirarlo hacia al suelo. No tuve la oportunidad porque volvió a
subir sobre mí. Puse mi mano alrededor del gran tatuaje en su muslo mientras se
sentaba sobre mí y volvía a atrapar mi erección.
Pasé mi otra mano
sobre sus costillas deteniéndome para frotar cada uno de los pequeños anillos
como si me fueran a traer buena suerte.
Mi paciencia se
había esfumado y Heechul no estaba interesado en hacer bromas cuando de repente
volteé su pequeño cuerpo debajo de mí. Podía mirar esos ojos dispares hasta el
fin de los tiempos especialmente cuando estaban nublados por el deseo y sus
párpados estaban pesados con el conocimiento de que estaba a punto de devolver
el favor.
Lo besé con
fuerza lamiendo un camino a través de su clavícula me tomé un segundo para
rendir homenaje a sus pezones, giré mi lengua alrededor de los anillos
incrustados en su costado y me dirigí a toda esa tinta de colores que rodeaba
la parte superior de su muslo.
Empujé sus
piernas dobladas mientras trazaba el diseño que decoraba la curva interior de
su muslo más cercano a mi destino. Sentí que se estremecía por la anticipación,
vi su estómago temblar y sonreí contra la suave piel que estaba tirando entre mis
dientes cuando sus uñas pincharon con impaciencia mi cuero cabelludo.
—Siwon... —Su voz
era baja y entrecortada me recordaba que había tenido que esperar por esto
tanto como yo. Me hizo aún más difícil, si eso era posible, saber que él nunca
pediría lo que quería.
Lamí un sendero a
lo largo de su pierna que me llevó a su húmedo miembro. El pequeño anillo de
plata que estaba enterrado dentro de toda esa carne rosa era un encanto que no
podía pasar por alto. Chupe el anillo completo y la sensible carne que estaba
decorando con mi boca. La acción hizo que todo su cuerpo se arqueara y sus
manos se volvieron más desesperadas a lo largo de mi cabeza y hombros.
Heechul era una
mezcla picante de metal y excitado joven y nada en la vida había sido nunca más
dulce. Giré ese pequeño anillo una y otra vez hasta que me alejé justo cuando
sentí que llegaba a la cima que estaba construyendo para él. Lo oí jurar por
mí, me reí un poco contra su miembro mientras pasaba mi lengua por el, lo que
le hacía alternarse entre maldecirme y decirme que era lo mejor que había
tenido.
Lo besé por todas
partes chupe y mordí con fuerza suficiente para hacerle saber que hablaba en
serio y por el tiempo que conseguí involucrar mi mano y utilizar mis dedos al
unísono con mi boca para finalmente dejarlo correrse hacia ruidos que eran un
cruce entre gemidos de rendición y sollozos de alivio. Se corrió como hacia
todo lo demás, lleno de color y de luz cegadora lo cual me hacía saber, que lo
que le hice no solo funcionaba sino que
era incomparable. Un hombre podría acostumbrarse a tener a alguien que le
hiciera sentir de esa manera.
Le tomó unos
minutos recuperarse por lo que lo atraje sobre mí para que me cubriera como una
cálida y satisfecha manta. Cuando por fin se despertó no perdió el tiempo y se
acomodó sobre mí y se hundió hasta la base. Estaba mojado y resbaladizo, todas
las cosas buenas que me había estado perdiendo por ser un gran imbécil, un
hombre asustado de su propia realidad. Solo un idiota dejaría escapar un joven
como este aunque yo era un montón de cosas y estúpido no era una de ellas.
Los dos aspiramos
sorprendidos al mismo tiempo. Sus ojos se cerraron y los míos se abrieron. Se
sentía tan bien cuando empezó a moverse sobre mí, mi pobre cerebro estaba
apagado. Movió una de sus manos sobre mi cabeza y se inclinó para poner su boca
contra la mía. Esa posición lo abrió lo suficiente para que yo pudiera poner
mis dedos en ese maldito anillo mientras se movía hacia arriba y abajo en un
ritmo que nos mantenía luchando el uno contra el otro.
Sus pezones
puntiagudos se arrastraban a través de mi pecho, la suave succión de su cuerpo,
la ligera presión de esos descarados labios contra mi boca no pasó mucho tiempo
antes de que rodara sobre él y me hundiera aún más en su interior.
Gritó un poco por
la acción y yo traté de tomármelo con calma pero era tan salvaje, del mismo
modo en que yo era codicioso solo necesitaba una comprensión de esos
necesitados músculos para llevarme al borde.
Dije su nombre y
le oí susurrar el mío junto a mi oído, por un segundo debido al placer podría
haberme segado. Pero finalmente comprendí lo que este joven significaba para mí,
de golpe a través del estremecimiento de mi cuerpo. No quería colapsar sobre él,
pero lo hice. Enterré mi cara en su cuello y lo acerqué a mi pecho antes de
reunir la energía para voltearme.
Se acurrucó en mi
pecho y metió la cabeza debajo de mi barbilla. Froté mi mano de arriba hacia
abajo sobre su espina dorsal y le di un beso en la parte superior de su cabeza.
Podría estar así con él para siempre.
—Dulces sueños,
Siwon.
Cuando cerré mis
ojos todo lo que vi fue a él y a los colores y tonos que trajo consigo a mi
mundo. Me dormí con él a mí alrededor su suave aliento en mi piel y las mejores
partes cambiando toda la carga emocional que había dentro de mí. Dormí como un
maldito bebé.
Deja de mirarme
así, Donghae. Creo que es una idea genial; no, sé que es una idea malditamente
brillante.
Si ella no dejaba
de mirarme con esos enormes ojos, iba a golpearlo directamente en esa bonita
cabeza rubia. Estábamos almorzando. Lo encontré en la ciudad para que pudiera
ir al Panda para su turno cuando acabáramos. Era una tarde de domingo y ninguno
de los chicos Lee estaba de ánimo para ver a sus padres, así que en cambio
habían decidido pasar el día juntos haciendo cosas, lo que sea que significara
eso. Donghae insistió en que significaba que irían al gimnasio y tratarían de
golpearse hasta la mierda, eso o se quedarían en la sala de estar jugando
videojuegos.
Siwon no era un
gran jugador así que lo del gimnasio me sonaba mejor, pero me ponía nervioso
porque ninguno de esos chicos sabia cuando rendirse y uno de ellos podría muy
fácilmente terminar herido.
Tenía una idea
brillante para ayudar a mi gran y ancho soldado a poner por lo menos a uno de
sus demonios a descansar, solo Donghae parecía pensar que había ido demasiado
lejos cuando intenté explicarle. Seguía sacudiendo su cabeza y mordiendo su
labio con ansiedad.
Podría lucir
preocupado y pensar que estaba loco todo lo que quisiera, pero Siwon necesitaba
un cierre, necesitaba alguna clase de respuestas para que pudiera seguir adelante,
y solo había un modo en que podía ver que eso sucedería. Simplemente sabía que
cruzar esta grieta no solo le traería paz mental, también haría maravillas para
su reciente necesidad de mantener a sus padres al alcance de un brazo. Ya había
perdido un hermano, este exilio auto impuesto de aquellos que lo amaban tenía
que parar. Desafortunadamente necesitaba la ayuda de Donghae para llevarlo a
cabo.
—Estuve ahí,
Heechul. Soy el único que vio su reacción, el que ignoraron y abandonaron
cuando descubrieron lo de Eunhyuk. Créeme, a los chicos Lee no les gustan las
sorpresas.
Suspiré y soplé
el flequillo de mi frente.
—Mira, Hyukjae
duerme por la noche. Sí, tuvo un tiempo duro por ahí por un momento, pero más
que nada ha manejado su pena y el papel que Eunhyuk jugaba allí. Siwon no. Se
está hundiendo en un mar de “y que tal si” y “y si ahora”; si puedo tirarle un
salvavidas lo haré con o sin tu ayuda.
Donghae golpeó
sus uñas en la mesa y nos miramos fijamente.
—He conocido a
estos chicos desde hace mucho más tiempo que tú, Heechul. Créeme: no es una
idea que ninguno de ellos lo agradecerán, sin mencionar el espiral al que puede
mandar a Jihoo. Solo abrirá viejas heridas y dolor. No me interesa hacerle eso
a Hyukjae o a Siwon.
Le sacudí mi
cabeza.
—Conociste al
Siwon que era antes de que descubriera que uno de sus hermanitos tenía una vida
secreta y el otro no lo necesitaba más porque había encontrado al amor de su
vida. Este Siwon, Donghae… ni siquiera tienes una idea de lo que le sucede. Lo
siento, pero es verdad. Es un hombre diferente ahora. Necesita esto.
No quería que
sonara tan duro, pero era verdad. Garantizado, Siwon tenía una necesidad de
mantener a la gente alejada y esconder las cosas con las que luchaba detrás de
una actitud soberbia y superior, pero sabía que si alguien se molestaba en
mirar de cerca, vería lo roto que estaba en su profunda mirada. Movería cada
montaña para darle esto. Además, este niño iba a tener cada clase de familia
que yo nunca tuve, incluso si significaba tener que romper los fundamentos de
la familia Lee para hacerlo.
—Lo amo, Heechul.
Es mi familia y no quiero lastimarlo.
—Necesita un
cierre, me dijo que no sabe cómo dejarlo ir, Donghae, y ninguno de nosotros
puede ayudarlo con eso. Creo que Hyukjae se beneficiaría al tener algunas
respuestas que tengan sentido también, pero eso es preocupación tuya, el
hermano mayor es todo mío.
Él era mío. Cada
fuerte e impredecible centímetro de él era mío, e iba a hacer todo lo que
pudiera para hacer las cosas mejores para él. Cuidaba a mis amigos porque sabía
que quería la mejor vida posible para ellos. Iba a cuidar a Siwon porque me
hacía algo verlo luchar, verlo con dolor. Sentía que si pudiera darle un poco
de alivio, sería el regalo más precioso que alguna vez le hubiera dado a alguien.
Además, se lo merecía. Era un buen hombre. Se había ganado a alguien trabajando
para hacer su mundo mejor por una vez en lugar de al revés.
Él abrió su boca
para seguir con su lado de la discusión, pero fue interrumpido por mi teléfono.
Era el tono de Siwon.
—¿Qué pasa?
—Había parecido muy comprometido en pasar el día con Hyukjae y hablar de
algunos de sus problemas, así que me sorprendió oír de él.
—¿Puedes
encontrarme en el Bar tan pronto como puedas?
Sonaba estresado
y hablaba muy rápido. Hice señas a Donghae para que pidiera la cuenta y pudiera
irme.
—Sí. ¿Qué sucede?
—Robaron el lugar
Sentí mis ojos
agrandarse y entendí el pánico en su tono. Era muy cercano a Eric, el dueño, y
si algo le había sucedido al hombre mayor, no iba a ser lindo para Siwon. Me
necesitaba para mantenerlo aferrado al piso. Lo sabía aunque no lo dijera.
Pedía ayuda y mi Corazón giró en mi pecho.
—Estaré allí en
diez.
Lo oí soltar un
suspiro y sonó menos ansioso cuando habló de nuevo.
—Kangin me llamó,
los policías ya están allí. No sé nada más.
Fruncí el ceño y
me paré cuando Donghae firmó la cuenta.
—¿Quién robaría
un bar en un domingo a plena luz del día?
—No lo sé. Pero
de seguro como la mierda no me gusta.
Asentí aunque no
pudiera verme.
—Te veré pronto.
—Gracias, Princesa.
—Cuando quieras,
Capitán Anti-Diversión.
Donghae me siguió
cuando me apresuré fuera del restaurante. Prácticamente estaba corriendo al carro
cuando me detuvo con una mano en mi codo Sus ojos estaban aún grandes e
indecisos, pero ahora una nueva clase de entendimiento brillaba en ellos.
—¿Estás enamorado de él, Heechul?
No sabía que
responder a eso, así que solo lo miré por un minuto. Era una pregunta que
evitaba activamente hacerme a mí mismo cada día. La respuesta me asustaba
porque si estaba enamorado de él y me dejaba de nuevo, no había forma de poder
perdonarlo por ello y ahora nuestros futuros estaban inexorablemente unidos por
el niño que llevaba, así que eso no era una opción viable. Si mantenía mis
sentimientos en control, negando lo importante que era, si me rompía de nuevo,
aún podría superarlo y no caer como lo hice antes. Mi hijo merecía un padre
presente de toda forma posible.
—Tendré a su
hijo, Donghae.
—¿Pero lo amas?
—Maldición, podía ser persistente cuando quería.
—No lo sé. La
última vez que amé a alguien él casi me destruyó y eso no se sintió ni la mitad
de intenso o de importante como lo hace esta cosa con Siwon. Creo que amarlo
podría ser mi final si no sale bien.
—¿Y qué pasa si
sale bien? ¿Y si él es tu imperfecto Sr. Perfecto?
Me alejé porque
si estaba o no enamorado de él, era irrelevante para mí justo en este momento.
Él me necesitaba,
y nunca iba a dejarlo colgando si podía evitarlo.
—Entonces él
sería el primero en saberlo. Llama a Zhoumi y dile que Kangin acaba de ser
robado. Puede que él quiera pasar por allá a verlo. —Ni siquiera me molesté en
decir adiós. Tenía demasiada prisa por llegar hasta mi chico.
Cuando llegué al
bar, todo el mundo estaba parado afuera. Siwon estaba con Eric hablando con un
par de agentes de la policía, algunos de los clientes habituales estaban
agrupados luciendo perdidos y nerviosos en la brillante luz del día, pero lo
que realmente me llamó la atención fue el hecho de que Zhoumi y Henry también
estuvieran allí. Solo que en lugar de preocuparse por su hermano, Zhoumi parecía
furioso. Estaba apuntando un dedo en su pecho y Henry estaba haciendo todo lo
posible por contenerlo.
Me acerqué a
Siwon y pasé un brazo alrededor de su cintura. Llevaba pantalones deportivos
negros y una camiseta negra.
Claramente había
estado en el gimnasio. Parecía como si debiese estar en la portada de una
revista de entrenamiento masculino.
—¿Qué es todo
esto?
—No lo sé. La
agarró con él tan pronto como se bajó del auto.
Él me dio un
apretón cuando me alejé.
—Voy a ver qué
está pasando. ¿Estás bien?
Él asintió y Eric
solo gruñó.
—Me estoy
haciendo demasiado viejo para esta mierda. Peleas de bar con motociclistas,
robos a mano armada un domingo, esto está llegando a ser demasiado.
Vi a Siwon
estremecerse un poco pero el hombre mayor solo le dio una palmada en el hombro
y negó con la cabeza.
—Yo terminaré con
los policías; vayan a ver al Casanova Chino.
Tomé su mano en
la mía y lo conduje a través del estacionamiento. Él asintió con la cabeza a un
par de los asiduos y me miró.
—Gracias por
dejar todo y venir corriendo hasta acá. No podía ponerme en contacto con Eric.
Estaba preocupado de que algo le sucediera. Kangin solo dijo que lo robaron y
luego colgó. Cada escenario del peor de los casos que se me pudo ocurrir
comenzó a atravesar mi cabeza a toda velocidad.
Golpeé su hombro
con el mío y le sonreí.
—Pero en lugar de
ponerte histérico, me llamaste y me pediste ayuda. Eso es todo lo que puedes
hacer, grandote.
Parecía que iba a
decir algo a cambio, pero terminó gruñendo en sorpresa cuando Zhoumi empujó a
Kangin por el pecho con ambas manos con tanta fuerza que en realidad él se
tambaleó hacia atrás unos pasos sobre nosotros. Henry maldijo y envolvió a su
obviamente enojado novio en un férreo control.
—Zhou,
tranquilízate. Hay policías por todas partes y no necesito pasar uno de mis
pocos días en casa tratando de sacar tu lindo trasero de la cárcel.
Él respiraba con
dificultad y sus ojos estaban brillando de una manera que solo la furia pura
podía proporcionar.
Agarré el codo de
Kangin y lo volteé para que me mirara. Su boca estaba fuertemente apretada en
una mueca, y él estaba encontrando la fulminante mirada de su hermano menor con
su mirada feroz.
—¡Hombre! ¿Qué es
todo este alboroto?
Se apartó de mí y
metió las manos a través de su despeinado cabello rubio.
—Pregúntale a él.
No es lo suficientemente malo que acabe de tener una pistola empujada en mi
rostro y que tuviera que entregar todo de la caja registradora a algún imbécil
con un pasamontañas, sino que el jovencito Momento Oportuno tiene que aparecer
y acusarme de estar involucrado.
Henry maldijo,
Siwon frunció el ceño, y Zhoumi permaneció obstinado, con los brazos cruzados
sobre el pecho.
—Te conozco mejor
que nadie, Kangin. Sé que eso no está más allá del reino de la posibilidad.
—Zhou. —El tono
de Henry era de advertencia, pero le estaba pasando las manos suavemente arriba
y abajo por sus brazos—. Quizás no es el momento ni el lugar, ¿sí?
Él sacudió su
oscura cabeza y continuó fulminando a su hermano con la mirada.
Siwon miró a
Kangin por el rabillo del ojo.
—¿Qué es
exactamente lo que pasó?
Kangin suspiró y
comenzó a caminar de un lado a otro delante de nosotros. Sabía que él tenía un
oscuro pasado, una reputación irregular en el mejor de los casos, pero esto
parecía bastante terrible. No quería imaginar que pudiera tener algo que ver
con esto, pero la pétrea expresión de Zhoumi me hacía tener mis dudas.
—Estaba equipando
el bar como hago todos los domingos. Solo había unos pocos clientes habituales
sentados en la barra y Eric me dijo que tenía que hacer un par de recados, así
que estaba solo. Fui a la parte de atrás para conseguir una caja de vodka, y
cuando volví a la parte delantera un hombre en una máscara negra, vestido con
una camisa de franela y jeans, estaba detrás de la barra metiéndose con la caja
registradora. Yo estaba confundido, así que le pregunté qué estaba haciendo
allí, y cuando se volteó tenía una jodida Glock apuntándome al rostro.
Mientras le daba
a su hermano el informe detallado se negó a mirar a nadie más que a él. Era
como si estuviese tratando de obligarlo a creerle, a pesar de que era dudoso
que lo hiciera.
—Me dijo que me pasara
al otro lado de la barra. Vació la caja registradora y se fue por la puerta
principal. Sucedió como en un minuto.
—¿Él no dijo nada
más? —La voz de Siwon era brusca y me di cuenta de que estaba teniendo
dificultades con el hecho de que el robo ocurriera mientras él no estaba allí.
Se preocupaba mucho por este lugar, se preocupaba mucho por Eric.
Esta era una
manera segura de que consiguiera que toda esa culpa con la que luchaba a diario
se agitara dentro de él. Kangin movió esos brillantes ojos dorados hacia
nuestra dirección.
—Me dijo: “La
venganza es una perra.”
Levanté la vista
hacia Siwon, que ahora estaba con el ceño fruncido.
—¿Sabes lo que
eso significa?
Él gruñó.
—¿Le dijiste eso
a Eric?
Kangin asintió.
—Sí, y me dijo
que no se lo mencionara a la policía.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Siwon envolvió su mano alrededor de la parte de atrás de mi cuello y me dio un
beso en la parte superior de la cabeza.
—Creo que él sabe
quién estuvo detrás de esto. —Siwon cambió su atención a Zhoumi—. Deja de joder
a tu hermano, niño, La gente cambia, a veces no siempre para mejor, pero sí
cambian. Nunca vas a ser capaz de seguir adelante si siempre estás pensando lo
peor de los demás.
Movió rápidamente
su mirada hacia mí.
—Dame un par de
minutos para hablar con Eric y podemos irnos. Hyukjae me dejó aquí.
Me reí un poco.
—¿Vas a viajar en
el Cooper?
Él gimió y se
marchó sin decir nada más. No voy a mentir: observé su culo todo el camino
hasta que la voz de Zhoumi rompió a través de mi ensoñación.
—Kangin. —Su tono
era medio conciliador y medio resignado.
Kangin levantó
una mano y negó con la cabeza. Me pareció que estaba triste, o tal vez
reconciliado con el hecho de que Zhoumi solo iba a verlo de una manera.
—Simplemente no
lo hagas. Aprecio todo lo que has hecho por mí, ya que tú podrías solo haberme
dejado en ese hospital, lo que yo nunca, nunca
seré capaz de pagarte, Zhou. Pero no siempre voy a ser el malo. Me gusta
esto aquí. Me gusta este bar, y lo creas o no, respeto mucho a Siwon. Él es un
buen tipo. No me gustaría hacer nada para molestarlo. Sé que piensas que solo
soy capaz de velar por mí mismo, pero casi morir me dio una perspectiva
ligeramente nueva de la vida. Tener a tu hermanito salvando tu culo sin cesar
se pone añejo.
Hasta que Hee le quito la restricción de "no sexo" a Siwonshis!!!!
ResponderEliminarAhhhhhh
Eric, que carajos!!
Ahhhh Mimi~ que perra(?) eres con el mapachito!!!!
Ahhhh
Nooooooo
Por fin Hee les levanto el castigo a los dos...es que juntos se trepaban por las paredes...por fin se rindieron,aunque el alisciente fue la pequeña pesadilla que tuvo Siwon.
ResponderEliminarY sirvio de muchos (aparte de quitarse las ganas) Siwon ha comprendido lo que Hee significa para él❤
Ah...la venganza del tipo cobarde...la mejor forma que encontró fue asaltar el bar,supo darle un golpe a Siwon,el bar significa mucho para él,así que su venganza ha dado en el clavo.
Pobre Kangin...le pasó como el niño que gritaba "lobo"...aunque tampoco culpo a Mimi...no ha podido superar lo de Kangin...pero al menos más de uno ya le tiene un poco de fé a Kang.