Nos miramos el
uno al otro en mudo silencio durante un minuto completo antes de que él
alcanzara la manija de la puerta. No podía solo dejarla irse sin decir algo
acerca de esta mañana, no es que yo tuviera una idea de lo que debería ser.
—Acerca de esta
mañana... —Él levantó una mano antes de que pudiera comenzar.
—Simplemente no
lo hagas.
—Eso fue lo que
fue y vamos a dejar las cosas así. Eres ridículamente caliente, pero no quiero
estar sola para siempre y el tipo de chico que estoy buscando no viene con
todas las preguntas y confusión interna que parece estarte comiendo vivo.
Quiero a alguien estable, alguien listo para sentar cabeza a largo plazo y
listo para ser todo conmigo. Tú no estás ni cerca de estar en un lugar donde
estés por ti mismo, por no hablar de con alguien más. Entiendo que has pasado
por un tiempo muy difícil, has visto más que tu parte justa de las cosas
horribles, pero necesito a un chico viviendo su vida como si el mañana
importara, no como si fuera una maldición. Lo siento, Siwon. Mi hombre perfecto
tiene que venir ya entero y ser lo suficientemente bueno, sin necesidad de ser
reparado por mí. Aprendí esa lección de la manera difícil.
Solté una
carcajada y me recosté en el asiento. Él me miró con confusión y yo asentí
hacia él.
—Tienes razón.
Estoy roto. La mitad del tiempo no sé si la cosa pasando en mi cabeza es real o
el recuerdo de un recuerdo. Yo simplemente no creí que fuera tan obvio. —Ni
siquiera iba a tocar el comentario de “ridículamente caliente”. El tenía razón,
estaba fracturado en un millón y un pedazos y probablemente había más de un
tornillo faltando.
Sacudió la cabeza
y abrió la puerta.
Y entonces, se
había ido así como así, como si no hubiera volteado mi mundo sobre su eje. Como
si no hubiera sido el mejor sexo que podía recordar haber tenido en mi vida.
Como si no hubiera acabado de desmantelar todas mis partes y piezas y las
dejara tiradas desnudas y separadas para que el mundo entero las viera. Esto
hizo que mi cabeza doliera aún más.
El teléfono
celular que tenía en mí mano vibró con un mensaje de texto, y me sobresalté
cuando noté que no tenía menos de diez llamadas perdidas. Todos estaban viendo
cómo estaba, asegurándose de que no hubiera bebido hasta morirme, y mis padres
habían llamado para ver si iba a regresar para el almuerzo. La respuesta era
demonios no, las razones más complicadas, pero el mensaje era de Donghae y no
quería parecer un imbécil e ignorarlo.
-Me salteé el almuerzo familiar. ¿Quieres
comer algo?
-Me vendría bien comer.
-Hyukjae está hecho un lío con calentador de
agua. ¿Solo tú y yo?
No había estado
solo con Donghae desde antes de que dejara caer la bomba de que no solo Hyukjae
y él eran pareja, sino que Eunhyuk era gay. Lo amaba como a un hermano, amaba
lo bueno que era para mi hermano, pero aun así tenía algunos problemas con que
nos mintiera durante tanto tiempo. Sin embargo, le había prometido a Hyukjae
que lo controlaría, así que eso era lo que iba a hacer y un desayuno con un
burrito grasoso sonaba genial en este momento.
-Seguro. ¿El Comedor Sum?
-Desagradable. No, si quieres comida de
comedor, vayamos a Mobbit’s.
-De acuerdo.
-Te veo pronto.
Tenía un estómago
de hierro y el Comedor Seúl estaría bien para
mí. La comida del ejército había mejorado mucho a lo largo de los años,
pero aun así no era genial, aunque
mientras que estuviera caliente, podía comerla.
El lugar no estaba terriblemente lejos de donde estaban la casa de
Kyuhyun y la tienda de tatuajes, así que
tenía tiempo de pasar y cambiarme antes de reunirme con él. Kyuhyun salía
mientras yo entraba corriendo y me dio una
mirada preocupada en su
camino hacia su camioneta.
—¿Estás bien? No
estabas aquí esta mañana.
—Tuve una mala
noche. Todo está bien.
Debe haber estado
apresurado porque no se detuvo a interrogarme. Dudaba que Heechul quisiera que
los chicos estuvieran al tanto de todos los detalles sórdidos, así que fue
bueno no tener que conversar con él al pasar.
Me di una ducha
rápida y decidí no molestarme en pasarme una navaja por el rostro. Me sentía
como el demonio, así que bien podía lucir así también. Me puse unos jeans y una
camiseta limpia. Me puse las gafas de sol sobre mis ojos seriamente inyectados
en sangre y conduje el restaurant. El elegante Porsche de Donghae ya estaba en
el estacionamiento y me sorprendió estar de hecho un poco nervioso por verlo a
solas.
Donghae era un
chico dulce. No tenía un hueso malicioso o malvado en su pequeño cuerpo. Era
toda Corazón gigante y amor incondicional, que era cómo se las arreglaba para
hacer que el idiota de mi hermano actuara bien la mayor parte del tiempo.
Había algo en
esos inocentes ojos que te hacían querer ser su héroe, querían hacerte ser el
mejor “tú” posible al estar cerca de él, lo cual hacía que todo el
resentimiento y la irritación que yo sentía hacia él fuera tan dura de tragar.
Su cabeza rubia fue fácil de detectar en la multitud y el hecho de que estaba
tan incómodo sobre este encuentro se mostraba en su bonito rostro.
Me dio una
sonrisa tenue mientras me deslizaba dentro del cubículo frente a él, y vi la
preocupación destellar en sus ojos cuando me saqué las gafas y ordené café a la
mesera que se cernía sobre nosotros.
—Luces terrible.
—Me siento
terrible.
Él estaba
toqueteando los cubiertos y pude decir que quería decir algo pero que se estaba
conteniendo.
—¿Qué, Donghae?
Solo dilo.
Se mordió el
labio inferior y arrugó la nariz hacia mí.
—Hyukjae está
preocupado por ti.
Me reí
burlonamente y asentí a la mesera cuando el café fue puesto frente a mí.
—Oh, cómo se han
dado vuelta las cosas. Pasé la mayor parte de mi vida preocupándome por él.
Era verdad. No sé
de dónde había venido esa poderosa necesidad de ser el protector de mi hermano,
pero era tan parte de mí como mi sentido del deber y el honor.
Él me frunció el
ceño.
—Beber en exceso,
portarte mal, no hablarle a tus padres y alejar a todos los que se preocupan
por ti: es como si a propósito estuvieras intentando hacer que regresar a casa
fuera tan duro como puede ser. Todos te amamos, Siwon. Sí, todos estábamos
acostumbrados a amarte cuando era fácil y no requería esfuerzo, pero podemos
aprender a amarte de una forma diferente ahora que es más difícil si nos das
una oportunidad.
Me aclaré la
garganta y esperé a que la mesera que estaba cerca de nosotros tomara nuestra orden
antes de contestarle.
—Mira, estoy
tratando de asentarme en mi vida de la forma que es ahora. He tenido algunos
sobresaltos aquí y allí, pero me las arreglaré. Lamento haber sido tan imbécil
contigo. Es difícil mirarte y no ver a Eunhyuk y sus mentiras, es difícil
verlos a Hyukjae y a ti como una unidad. No estoy acostumbrado a mirar a mi
propia familia desde afuera.
Donghae dejó
salir el aire en un siseo como si la hubiera golpeado. Vi el dolor destellar en
esa mirada y me sentí como un idiota.
—No era mi
secreto para contarlo. Eunhyuk vivió su vida cómo quiso. Yo no estaba de
acuerdo con eso, con los secretos y con escabullirse, pero no era mi lugar
apurar las cosas. Él era feliz, estaba enamorado y no necesitaba ni quería que
Hyukjae y tú interfirieran, incluso si hubiera sido con buenas intenciones. Y
en lo que respecta a estar con Hyukjae… —Donghae enfrentó mi mirada directa de
forma frontal y sin vacilar—. Lo he amado por siempre y lo sabes. Me lo gané,
Siwon. Me gané el derecho a ser feliz con él y a hacerlo feliz. Tampoco me
disculparé por eso. Lamento que el cambio sea difícil para que te ajustes a él.
La mesera eligió
ese momento para poner nuestros platos sobre la mesa. Nos miramos en silencio
durante un largo momento antes de que mi cabeza que latía y mi estómago vacío
no pudieran soportarlo más.
—Estoy intentando
descifrarlo, niño. Todos permiten que Hyukjae haga su camino hacia algo genial,
¿por qué no puedo tener yo un poco de libertad de acción hasta que llegue allí?
Él finalmente me dio
la
sonrisa que iluminaba
todo su rostro.
Realmente amaba a
este chico y extrañaba tenerlo en mi vida.
—Puedo aceptar la
libertad de acción. Pero he tenido suficiente del gigante congelado y enojado
que has sido últimamente.
—Capitán
Anti-Diversión. —Él rio y me miró cuestionadora—. Heechul me llama “Capitán
Anti-Diversión”.
—Él tiende a
llamar a las cosas por su hombre. Me gusta eso de él.
Me rasqué el
mentón con barba incipiente e intenté mantener el rostro en blanco.
—Parece estar
lleno de sorpresas.
Él levantó el
tenedor y me señaló con él.
—¿Cómo lo sabes?
¿Cuándo has pasado el rato con él?
Ahora ésa era una
pregunta que no quería tocar con un palo de tres metros de largo, así que
decidí cambiar de tema.
—¿Se enojaron mis
padres cuando cancelaste la Diversión del Domingo?
Él pestañeó hacía
mí con sorpresa.
—Un poco. No es
tan poco común. A Hyukjae y tu appá todavía les cuesta y a veces él no está de
humor para ir. Ambos intentan y supongo que es todo lo que puedes pedir, pero
es difícil. Te extrañan. Preguntan por ti todo el tiempo. Todos están tan
felices de que regresaste a casa en una pieza.
Ésta tampoco era
una conversación que quisiera tener, pero parecía menos tortuosa que hablar de
mi mañana con Heechul o sobre qué tan bien conocía o no al rubio dínamo.
—Regresé en una
pieza físicamente, no estoy seguro de que lo mismo pueda ser dicho de mi
cabeza.
Donghae frunció
el ceño con preocupación mientras yo alejaba el plato ahora vacío y levantaba
el café.
—¿Qué quieres
decir?
Me recosté en mi
asiento e hice girar un dedo sobre mi sien como si estuviera loco.
—Mi cerebro se
pone raro. Veo cosas que no están ahí, no puedo dormir muy bien y siento que la
gente alrededor mío se muere y no hay nada que pueda hacer al respecto. No
puedo descifrar qué se supone que haga conmigo mismo ahora que no estoy en el
ejército, y me enloquece. Ya no me reconozco, realmente.
Él hizo un
pequeño sonido en su garganta y se estiró sobre la mesa para poner su mano sobre
la mía donde yo la había cerrado, involuntariamente, en un puño sobre la mesa.
Podía decir una y otra vez que estaba enojado con mi appá y mi papá por
mentirme, por hacer miserable la vida de Hyukjae, pero la verdad del asunto era
que no sabía si podía soportar que mi miraran como si ya no supieran quién era
yo. Estaba tan alejado de su hijo, el soldado que habían visto la última vez
que estuve en casa, que no sabía que me haría que me miraran como si fuera un
extraño.
—Siwon. —La voz
de Donghae era suave y no pude enfrentar su mirada. Si había lástima o tristeza
por mí brillando en él, simplemente me mataría. Estaba tan acostumbrado a
protegerlo, a ofrecerle consejo y a reconfortarlo que la idea de que él tuviera
que hacerlo por mí se deslizó bajo mi piel como una astilla congelada—. Te
estoy mirando en este momento y veo al tipo que siempre fue un maravilloso
hermano, un increíble hijo y el tipo más fuerte y con más consciencia de sí
mismo que he conocido jamás. Eres increíble y quizás ahora lo estés pasando
mal, pero en serio Siwon, has tenido que ser fuerte toda tu vida, lidiar con la
mierda de todos, está bien que la dejes de lado por un minuto y permitas que el
resto de nosotros llevemos la carga.
Volví a mirarlo y
tuve que tragarme el tapón de emoción que se elevó en mi garganta. No pude
responderle, así que solo le di un pequeño apretón a sus dedos para permitirle
saber que el sentimiento era bienvenido.
Mi hermano era un
tipo muy afortunado por tener a éste increíble joven tan enamorado de él. Pensé
que me había liberado cuando saqué la billetera para pagar la cuenta, pero no
fue fácil olvidar que Donghae era muy lista y rara vez se olvidaba de algo.
—Así que, ¿a qué
te referías cuando dijiste que Heechul estaba lleno de sorpresas? No creía que
ustedes se conocieran tan bien.
Quise gemir.
—Nada. No me
refería a nada. Él es lindo y dice lo que se le ocurre, él solo es sorprendente.
Donghae arqueó
una ceja.
—Sabes que somos
muy cercanas, ¿verdad? Y lo que sea que él no me cuente, Zhoumi lo hará.
Maldición, me
olvidé de lo parlanchinos que eran los jovencitos y de lo metidos que estaban
en los asuntos de las demás todo el tiempo.
—Me emborraché
como una cuba anoche.
—Obviamente. —Su
tono seco me sacó una risa sorprendida.
—Le di al
cantinero mi teléfono para que llamara a Hyukjae para que me fuera a buscar,
pero él llamó a la tienda y Heechul respondió. Como él estaba ocupado con al
calentador de agua y Kyuhyun estaba ausente sin permiso él me vino a buscar. Se
aseguró de que no me matara o matara a alguien más. Solo me sorprendió que se
preocupara lo suficiente para hacerlo porque no creo que yo sea su persona
favorita.
Donghae me
observó solemnemente por un minuto. Tuve que esforzarme mucho para no
retorcerme como un niñito culpable.
—Hay más en él de
lo que puedes ver.
Demonios que sí
lo había, pero no iba a decir nada al respecto.
—Estuvo comprometido
hace un tiempo. El tipo le rompió el Corazón y ahora él tiene todos estos
delirios sobre conocer al tipo perfecto y vivir felices para siempre. Él interfiere
en nuestras vidas, entrega cejos y mete la nariz donde no debe una y otra vez,
pero no escucha a nadie cuando le decimos que está buscando algo que no existe.
Solo apesta porque más a menudo de lo que quisiéramos él tiene razón y nosotros
deberíamos haberle prestado atención, así que no es una maravilla que no nos
involucremos. Honestamente creo que está aterrorizado de permitir que alguien
se acerque lo suficiente como para romperle el Corazón de nuevo.
Me encogí de
hombros y comencé a salir del cubículo.
—No tiene nada de
malo buscar lo mejor.
—Sí cuando lo que
está disponible solo está aquí a nivel terrenal. Amo a Hyukjae con todo lo que
tengo, pero él está lejos de ser perfecto. Las relaciones no son hechas a
medida y la gente tiene fallas. Tienes que trabajar con eso y amar a la otra
persona de todos modos. Nuestras faltas son lo que nos hace únicos, y mientras
que Hyukjae puede que no sea perfecto, sí es absolutamente perfecto para mí.
Le envolví el
cuello con un brazo y le di un rápido abrazo que lo hizo chillar. Algo tibio y
familiar se asentó en mi pecho cuando lo sentí envolverme con sus brazos.
Extrañaba esto y era mi propia y estúpida culpa.
—Te extrañé, niño.
Lo sentí exhalar
contra mi pecho y su abrazo se apretó solo una fracción.
—Yo también te
extrañé, Siwon. Estoy tan feliz de que estés de
regreso.
No estaba de
regreso un cien por ciento, pero por alguna razón sentí mis ojos más abiertos,
y tuve una imagen más clara de lo que me había estado perdiendo últimamente.
Donghae tenía razón. Siempre había sido un tipo bastante estable, un hijo
confiable, un firme hermano mayor. Todavía era todas esas cosas pero ahora era
otras cosas que no eran tan bonitas, que eran más difíciles de aceptar. Sin
embargo, la gente en mi vida que me amaba siempre me amaría incluso si ahora tenían
que hacerlo de manera diferente, y eso me hacía un tipo afortunado. Necesitaba
dejar de dar por seguras las cosas así y, como Heechul había dicho, dejar de
sentirme culpable por ser uno de los afortunados.
Había pasado una
semana desde que dejé salir a mi zorra interior. Una semana entera en la que no
había pensado en Hangeng y en la próxima boda ni una sola vez, había dejado de
acechar el Facebook. También hacia una semana que había ido con paciencia
esperando para que el Trio Terrible cayera sobre mí, para torturarme sobre la
visita la otra noche con el hermano mayor, pero nunca llegó.
Aparentemente, la
idea de que Siwon y yo pudiésemos ser algo más que enemigos mortales era
divertidísima, y aparte del comportamiento de tercer grado que tuve que
soportar de Zhoumi y algunas miradas curiosas de Donghae, no fue ningún
problema. Ahora, si hubiesen sabido que pasó de cuidar a un borracho desmayado
a algo completamente diferente, podría haber sido una historia completamente
diferente.
Era una mierda
porque no podía sacar el algo más completamente de mi cabeza sin importar lo
que hiciera.
Siwon había pasado
por la tienda una vez para dejar el celular de Kyuhyun cuando lo olvidó en casa
y otra vez para preguntarle a Hyukjae si podría ir a ayudarlo a ese bar en el
que parecía pasaba todo su tiempo.
En ambas
ocasiones él había sido dolorosamente educado y completamente normal. No hubo
ningún indicio de algo inapropiado o incluso coqueteo. Él actuaba como si nunca
hubiéramos estado desnudos juntos, como si no nos hubiéramos follado el uno al
otro hasta perder el sentido, y me molestaba sin cesar. Especialmente desde que
cada vez que lo veía recordaba que era tan- calientemente-fuera-de-este-mundo.
No era justo.
Reconozco que yo había sido el que había negado que el acto no fue nada más que
rascarse una comezón, pero me enfadaba que él parecía tan tranquilo e
inafectado por eso.
Yo respondía
siendo más frívolo y sarcástico de lo normal. No parecía molestarlo en
absoluto.
Estaba en Bar
Canada después de un día particularmente largo en la tienda, tomando unos
tragos con todos y esperando a que la banda de Henry tocara. Era una típica
noche de sábado excepto por el hecho de que en lugar de estar divirtiéndome con
mis amigos, estaba ocupado tratando de ver a Siwon y al joven en pantalones de
cuero que estaba prácticamente follando con él en la mesa.
Sabía que no
debía molestarme, en realidad ni siquiera éramos amigos, pero estaba tomando
cada gramo de contención que poseía, la cual no era mucha para empezar, no solo
para evitar gritarle, sino para evitar asesinar al joven con su propio collar
de mal gusto. Para el crédito de Siwon, el no parecía interesado en lo que le estaban
insinuando, pero seguro como el infierno que no lo estaba alejando. Quería
volcar la jarra de cerveza que tenía frente a mí sobre ellos.
—¿Qué pasa, enojón?
La divertida voz
de Jjong interrumpió mis pensamientos oscuros y arranqué la mirada de Siwon
para poder mirarlo. Henry había arrastrado a Zhoumi tras el escenario con él,
diciendo algo de que tenía que ver el baño aquí también; Donghae y Hyukjae
estaban en una profunda conversación con Kyuhyun acerca de Shindong, nadie
había visto o escuchado del dueño de la tienda en casi una semana y todos
estaban preocupados.
Siwon estaba
ocupado con Gatúbela, así que eso nos dejaba a mí y a Jjong solos en la mesa.
Había peores compañeros para beber, pero en este momento, no necesitaba esos
perceptivos ojos estudiándome.
—No estoy enojado,
solo cansado. Fue un día largo.
Levantó una ceja
y tomó su lata de cerveza.
—Has estado
apagado toda la semana. Callado. Eso no es
normal.
Solo me encogí de
hombros y esperé que el silencio lo hiciera olvidar el tema, pero luego el
joven con Siwon tiró su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada que me tuvo
mordiéndome la lengua para no hacer una escena.
—No hay manera de
que él dijera algo así de gracioso. Ni siquiera creo que tenga sentido del
humor. —Estaba consciente de que había sonado sarcástico y malvado, pero no
parecía poder evitarlo.
Jjong estiró uno
de sus brazos a lo largo de mi silla y enrolló sus dedos alrededor de la parte
de atrás de mi cuello. Suspiré un poco cuando comenzó a masajear los músculos
para que la tensión se fuera.
—¿Quieres decirme
que está pasando en realidad o solo quieres que salté a mi propia conclusión,
la cual, de cualquier manera, probablemente es correcta?
Le fruncí el ceño
y miré a Siwon y al puto vestido de cuero. No pude evitar el pequeño gruñido
que se formó cuando le vi meter sus dedos debajo del borde del cinturón de
cuero que él tenía puesto.
—Es posible,
quiero decir muy probable, que piense que el hermano mayor Lee está buenísimo.
Jjong se
carcajeó.
—No me digas.
Le di un codazo
de lado y puse los ojos en blanco.
—También es
completamente posible que sea difícil resistirse a lo bueno que está, y tal vez
puede o no puede que haya permitido que se me haya ido de las manos la vez que
se quedó a dormir.
El delicado masaje
se detuvo y dejó salir un bajo silbido. Lo miré y fruncí el ceño cuando vi que
él me estaba frunciendo el ceño.
—¿Qué?
—Es sorprendente
y algo jodido.
—¿Por qué?
Ustedes lo hacen todo el tiempo.
—No con alguien
que sea familiar de alguno de nosotros. Nos gusta alejarnos sanamente.
De nuevo le di un
codazo en las costillas.
—Cerdo.
—Si fue cosa de
una sola vez, ¿entonces qué pasa con la mirada asesina que le estas dando al
moreno que está encima de él?
Suspiré
pesadamente.
—No lo sé. —Y en
verdad no lo sabía. Siwon no estaba en mi agenda, él no era lo que estaba
buscando, pero no podía dejar de pensar en él y todas sus imperfecciones. Eso
no era bueno. Puse mi barbilla sobre mi mano y miré a Jjong—. ¿No te sientes
solo? Hyukjae está con Donghae, Henry fue y se casó, por el amor de Dios. ¿No
miras alrededor y te preguntas cuando es tu turno? Te conozco lo suficiente
para saber sobre los interminables jóvenes, los de solo una noche, son lo que
son. Puedes estar sin ellos, pero si el indicado llega, estarías todo encima de
él.
Se río sin humor
y se recostó contra su silla. Cuando el mesero se acercó, nos ordenó una ronda
de tragos.
—El indicado
llegó hace mucho tiempo, solo que yo no era el indicado para él, así que ahora
es lo que es y solo estoy matando el tiempo.
Parpadeé hacia
él, sorprendido. Él nunca hablaba mucho de su pasado. Sabía que creció en el
sistema de Hyehwadong, que solía jugar futbol, y que inesperadamente había
dejado el juego y la universidad y en lugar de eso, decidió ser tatuador, pero
en realidad eso era todo.
—¿Entonces no
crees que haya alguien más después de eso? ¿Vas a pasar el resto de tu vida
yendo de joven en joven y estando solo?
Me hizo pensar en
Hangeng, en la vida que se suponía que tendría ahora. Había invertido todo en
él, había pensado que era mi todo, y ahora no estaba tan seguro. Nada me había
golpeado tanto como el dolor y la pasión que ardía en los brillantes ojos de
Siwon. Era una persona que no se afectaba por mucho, pero él me había afectado,
no había duda de eso. Él era tan tranquilo y seguro como una tormenta tropical,
y eso lo hacía un poco más peligroso para mi sentido de lo que estaba bien para
mí.
—Por ahora todo
es sobre pasar un buen rato y eventualmente alguien vendrá y seré el indicado
para él, y si tengo suerte, me gustará y será suficiente para hacerlo
funcionar. No pienso que ese idiota que dejaste fuera el indicado para ti, Rella.
Creo que eras joven y estabas cansado de tu padre, así que te aferraste a la
primera cosa calmada que pudiste encontrar. Pensaste que Hangeng iba a ser tu
familia, tu hogar, y cuando eso no pasó terminaste perdido y asustado. Creo que
sabrás cuando el indicado llegue, porque, perfecto o no, él va a derribarte y,
quizá por una vez, callarte, y ya no vas a estar asustado.
No respondí
cuando su mirada parpadeó hacia donde Siwon estaba parado. Mierda. Me tomé el
trago y le hice una cara.
—Apestas.
—Solo cuando lo
pides amablemente. —Compartimos una risa y miré hacia arriba sorprendido cuando
una sombra cayó sobre el borde de la mesa. Odiaba tener que voltear el cuello
para poder ver a Siwon. La cicatriz en su frente se marcaba en relieve con las
luces bajas del bar. Un musculo palpitaba en su mejilla, sus normalmente
irradiantes ojos parecían algo nublados y oscuros.
—¿Podrías decirle
a Hyukjae y a Donghae que ya tuve suficiente? Voy a irme.
Su voz sonaba
ronca y se veía irritado por algo. No veía a su lapa por ningún lado.
—Henry ni
siquiera ha tocado. —¿Por qué le dije eso? No tengo idea. Obviamente la banda
aún no había subido al escenario. Solo estaba siendo insolente y argumentativo.
Entrecerró los
ojos hacia mí y abrió su boca, luego la cerró de nuevo como si tuviese que repensar
lo que iba a decir. Sacudió su cabeza un poquito como si estuviera ordenando
sus pensamientos.
—He conocido a
Henry desde que era un niño. Lo he visto tocar miles de veces. En verdad estoy
tratando de no beber, y si me quedo un segundo más aquí, eso no va a ser
posible.
Nos miramos en
silencio. No sabía si debía tomar eso como si no debería beber para evitar
errores como el que tuvo conmigo, o que necesitaba dejar de beber porque estaba
fuera de control y no estaba ayudando de cualquier manera.
Jjong nos ordenó
otra ronda de tragos y vi la mandíbula de Siwon tensarse. No estaba seguro de
que estaba pasando, así que por costumbre regresé a mi manera simplista.
—Capitán
Anti-Diversión ataca de nuevo.
Vi sus oscuras
cejas bajar y sentí que Jjong se tensaba a mi lado. Fue rudo y no era
necesario, pero antes de que pudiese disculparme, puso sus manos sobre la mesa
enfrente de mí y se agachó para que pudiéramos estar cara a cara. Había una
tormenta fabricándose en su mirada y pensé que no quería ser parte de ella, o
quizá quería ser la causa de ella y esa era la razón de por qué estaba actuando
tan horrible.
—Estoy bastante
seguro que conoces mi idea de lo que es la diversión. Estaría encantado de
recordártelo en caso de que lo hayas olvidado.
Mi respiración se
atascó en mi garganta y vi a Jjong moverse incomodo a mi lado.
—No gracias. Creo
que Gatubela quiere tener un turno.
Se burló de mí y
comenzó a alejarse levantando sus hombres.
—Sabrías que hay
más que suficiente que una ronda,
Medio-Litro.
Me tomó un
segundo recuperar mi respiración después de que se fuera. No me atreví a mirar
si el moreno había terminado yéndose con él o no. Jjong dejo salir otro silbido
bajo.
—Amigo, nunca
pensé que vería el día en el que alguien más tuviese la última palabra contigo.
Totalmente de ambos lados.
Lo ignoré y tomé
mi cerveza. No podía hacer esto con Siwon. No podía ahuyentarlo, estos eran sus
amigos y familia también. No podía ser una perra con él solo porque estaba
celoso y envidioso de que fuera innegable lo sexy que era. Iba a tener que
ponerme mis pantalones de chico grande y tener un enfrentamiento con él, tener
la conversación que realmente no quería tener y despejar el aire.
No estaba seguro
que iba a hacer exactamente con él, pero había algo en todas estas jodidas
maneras en las que estábamos alrededor del otro que no podíamos ignorar. Pero
primero, iba a beber todo el alcohol de la ciudad y tratar de bloquear la
imagen de esa zorra vestida de cuero con sus garras sobre él. También iba a
evitar con firmeza las miradas sabias que Jjong seguía dándome; eso, o iba a
golpearlo en la nariz.
La mañana
siguiente estaba sintiéndome un poco mal, pero era totalmente manejable,
especialmente si todo lo que tenía que hacer era ponerme algo bonito un poco de
brillo labial y estaría listo para irme. Estaba brillante y alegre, así que
pensé que no importaba que tan malhumorado estuviera Siwon, no sería capaz de
permanecer enojado al verme.
Cuando me
estacioné frente a su casa, Kyuhyun venia bajando los escalones de la entrada.
Se había quedado para cerrar el bar conmigo así que el lucía tan demacrado como
me sentía. Tenía un gorro calado hacia bajo de su frente y oscuras gafas de sol
cubriendo la mitad de su cara. Se detuvo cuando me vio y caminó para inclinarse
en la defensa del Cooper.
—¿Qué estás
haciendo aquí?
Ay Hee~ ya llego tu perfecto hombre imperfecto!!!!
ResponderEliminarAhhhhhh
Se calentó el parche, literalmente!!!!
Wi~
Waaa que rudo Hee...pero supongo que alguien debe decirle las cosas tal y como son,aunque creo que Siwon tiene una gran idea de lo que le sucede,solo que no está acostumbrado a que cuiden de él como èl lo ha hecho con los demás.
ResponderEliminarLo que más le va ayudar a Siwon,es tener cerca a los que quiere,conseguir ayuda profesional y hablar lo que le sucede,todo lo que tenga,si lo sigue teniendo encerrado,solo lo llevaran al límite.
Oh Hee,ahora te duele que casi casi te ignore,no te culpo,fue una mañana increíble según las dos versiones,y que ahora sean dos desconocidos,no ayuda.
Y bueno,esos celos ya admitidos le deben de dar una idea.
Lo primero que debe de hacer,es quitarse la idea del hombre perfecto...si miren que los imperfectos estan que GRRRRRRRR
Va a mostrar la bandera de la paz,arregladito y todo para que Siwon konse le resista...la pregunta es ¿No se le resista a qué ..?😏😏😏
Mejor ni preguntes Kyu. Deja que ellos 2 arreglen solitos sus cosas. Presiento que tendremos combustión espontanea en cuanto se pongan las manos encima
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