—¿¡ELLA HIZO
QUÉ!? —gritó Desdémona y las paredes del pequeño edificio temblaron. Las
ventanas amenazaron con hacerse añicos cuando la oleada de su poder azotó el
aire. Mona miró en la dirección de la voz, aunque no podía ver al dueño. Una
vez más, la traidora Fae había ido a ella, ofreciéndole información, porque
odiaba a uno de los suyos.
—Ya no están en
el Limbo —le aseguró la Fae.
—Sí, en cierto
modo imaginé que eso es lo que quisiste decir cuando dijiste que Dambi los
rescató —espetó Mona a la figura encapuchada. Todavía no había podido
determinar la identidad de la Fae y estaba realmente empezando a molestarle.
—No descargues tu
incompetencia en mí —le espetó la Fae en respuesta.
Mona se congeló.
Muy pocos seres se atrevían a hablar con ella de esa manera y vivir para
contarlo. Se volvió lentamente para enfrentar a la figura. Sus manos le picaban
por poner en marcha su magia y la oscuridad se arremolinaba en su interior:
pulsante, empujando para ser liberada.
—Te dije que yo
podía ayudarte, Desdémona. También te dije que no eras mi única opción. Te
traje esta información para mostrarte que estoy diciendo la verdad cuando digo
que quiero que Dambi sea despojada de su poder, que se arrodille delante de mí
sabiendo que su muerte está sobre ella.
Mona no pudo
evitar la risa que salió a toda prisa de ella.
La figura
encapuchada se acercó más y la oscuridad alrededor de ella se desvaneció lentamente
cuando la capucha cayó hacia atrás. Mona se rió cuando vio quién estaba de pie
ante ella.
—Tienes que estar
bromeando —dio una palmada con regocijo—. Esto es simplemente demasiado. ¿Dambi
tiene alguna idea que tú, Lorella, deseas con tanta ganas su muerte? —Mona vio
como un pequeño destello de emoción pasó por el rostro de la Fae y desapareció
tan rápido como apareció.
—Siento que el
elemento sorpresa es mucho más satisfactorio cuando se traza la desaparición de
un hermano, ¿no? —Los ojos de Lorella estaban llenos de un odio que Mona
comprendía completamente, aunque no tenía idea que uno de los Fae era capaz de
tal odio.
—Thurlok se
encuentra todavía en el puente, a pesar de que está acurrucado debajo de él con
la esperanza de que no averigües lo que ha hecho.
Mona se volvió y
miró por la ventana hacia el pobre y pequeño pueblo en las montañas, sin ser
tocado por el progreso o el tiempo. Se había sorprendido cuando Lorella le
había pedido que se reunieran en un lugar así, porque no era una opción que la
mayoría de los Fae elegirían para pasar el tiempo, debido a su desprecio por
todo lo pintoresco y libre de opulencia.
Tampoco
mostró ningún atisbo de importarle el encanto
de la villa, por el contrario, tal y como eran las cosas, podía importarle
menos si la villa se quemaba hasta los cimientos.
Mona se volvió
hacia Lorella.
—¿Los has
seguido?
—Sí, ella nos
mantiene informados de su progreso. Cree que todos hemos visto realmente el
error de nuestras decisiones y estamos totalmente de acuerdo con los planes de
la Gran Luna.
La piel de Mona
hormigueó ante la mención de la deidad que creó a su enemigo.
—¿Dónde están?
—demandó.
—Están regresando
a la fortaleza Coreana. Se están moviendo rápidamente a través del bosque y
parece que Dambi es capaz de influir en las plantas y animales para ayudarles.
Se sienten atraídos por la luz que ella y los sanadores representan —explicó
Lorella.
Los ojos de Mona
se estrecharon a medida que enseñaba los dientes.
—Bueno, solo
tendremos que poner remedio a eso, ¿cierto?
Aunque Lorella
había permitido que sus deseos egoístas y la búsqueda de su propio poder
torcieran sus intenciones en algo malo, todavía se estremecía bajo la violencia
desenfrenada que rodeaba a Desdémona.
Ésta la envolvía
por completo, sin dejar espacio a la compasión, simpatía o arrepentimiento.
Incluso ahora, algo en Lorella todavía se oponía a la idea de hacer daño a su
hermana. Pero, podía ver que Mona gustosamente desgarraría a los lobos, miembro
a miembro, deleitándose con sus gritos de agonía, y luego darse el gusto de una
comida informal sin un segundo pensamiento a la vida que acababa de destruir.
Si tuviera que
ser sincera consigo misma, admitiría que no quería que su odio por Dambi fuera
tan lejos, pero de alguna manera la honestidad no era su punto fuerte.
Donghae se
detiene sin aliento por el ritmo acelerado que Dambi insistió que siguieran.
Habían estado abriéndose camino por el bosque durante dos días y los hombres
todavía estaban al borde de la violencia.
Los lobos que una
vez estuvieron unificados y habían confiado entre ellos estaban ahora recelosos
y nerviosos alrededor de todos. Sus ojos moviéndose constantemente esperando el
peligro que parecía que estaban tan seguros que vendría. Los hombres no dejaban
que sus compañeros estuviesen a más de un palmo de sus lados, Hyukjae incluido.
Donghae se habría reído de su ridícula posesividad, pero el miedo en sus ojos
aplastaba cualquier humor.
Hyukjae se acercó
a él. No le faltaba la respiración, se dio cuenta con irritación. Su mano se
acercó y apartó el cabello que se había caído sobre su frente mientras
estuvieron corriendo. Su toque fue provisional y gentil, y odió que él, quien
había sido tan confiado y audaz en su búsqueda, ahora fuera reacio a tocarlo a él…
su compañero.
«No es por las razones que tú crees»,
dijo mientras le sostenía la mirada.
«Entonces, ¿por qué?»
Donghae podía sentir
su necesidad de protegerlo y, aunque lo apreciaba, en ese momento aquello lo
enfureció. Sabía que era suyo y que él sentía una inquebrantable y poderosa
necesidad de protegerlo, pero él también era suyo, maldita sea. ¿Cómo podría protegerlo,
incluso de sí mismo, si él no le dejaba entrar?
«Sientes la tensión, sobre todo porque eres
un sanador. La oscuridad que todos hemos mantenido a raya, el control que hemos
tenido sobre nuestros lobos, están ahí mismo en la superficie, no se han ido.
Estamos luchando contra lo que siempre hemos temido que nos destruiría».
—¿Por qué? Pensé
que sus verdaderas parejas equilibraban esa oscuridad. Pensé que nosotros les
ayudábamos a mantener el control. Sé que todos ustedes han pasado por un
infierno. Sé que tienes ésta loca necesidad de protegernos, pero nos han
recuperado. El contacto físico está ahí y el vínculo mental es fuerte. ¿Por qué
no tienes el control? —La voz de Donghae rompió el silencio.
Estaba desesperado
por una respuesta, y con suerte una que pudiera arreglar. Hyukjae, siendo tan
distante y aun así posesivo más allá de la razón, estaba empezando a asustarlo.
Los demás se
giraron para mirarlos y Hyukjae se tensó ante toda la atención. Su cabeza bajó
al mismo tiempo que rompía el contacto visual con él, y Donghae sintió la
vergüenza salir emanada de él como una tormenta turbulenta, empeñado en acabar
con su resolución así como la lluvia tormentosa podría desgastar la tierra y
roca.
—No nos dejarán
ser lo que necesitan. —La voz de Ryeowook rompió el silencio que había caído.
La cabeza de Donghae se giró bruscamente hacia la otra sanadora.
—¿Qué quieres
decir? —preguntó Donghae.
Yesung se situó
junto a su compañero y puso una mano en su rostro, empujándolo suavemente para
que lo mirara.
—No lo hagas. —Su
voz fue un gruñido aunque Ryeowook no pareció sentirse intimidado por él.
Ryeowook negó con
la cabeza.
—¡Eso tiene que
ser dicho! Uno de ustedes, o todos ustedes, van a terminar matándose entre sí.
No voy a dejar que su propio orgullo y buenas intenciones equivocadas nos
destruyan. No podemos seguir marchando hacia una mansión llena de Alfas y lobos
dominantes con todos ustedes tan nerviosos. Están con sus amigos, sus
confidentes más cercanos, hombres en los que confían con la vida y por los que
estarían dispuestos a morir e incluso con ellos no pueden controlar su
posesión. Cuando uno de esos machos se acerque demasiado a su compañero, ¿cómo
diablos creen que van a ser capaces de evitar rasgar su garganta?
La mano de Hee
voló a su boca mientras ahogaba un jadeo.
—Maldita sea
—susurró a través de su mano.
Él no había
pensado en las otras manadas. Había estado esperando que con cada día, los
machos empezaran a relajarse y a confiar entre ellos de nuevo. También podría
haber estado esperando la paz mundial y todas esas otras mierdas que las Miss
siempre estaban escupiendo.
La tensión entre
los machos no disminuía; incluso podría estar poniéndose peor. Siwon era
posesivo en un buen día, pero ahora que estaba embarazado y que él acababa de
soportar las peores profundidades del infierno, ni siquiera sabía si posesivo
era un término adecuado para lo que sería una vez que llegaran a la mansión.
—Entonces, ¿estás
diciendo que se están haciendo esto a sí mismos? — preguntó Teuk antes de que él
pudiera y asintió a su mejor amigo agradecido por quitar las palabras de su
conmocionada boca.
Ryeowook se
encontró brevemente con la mirada de cada uno de los machos antes de finalmente
asintir.
—Hice algo que
normalmente no haría porque no me gusta invadir la privacidad de nadie, ni
siquiera de mis compañeros de manada, pero estoy preocupado.
Yesung se tensó
al lado de su compañero y sus ojos se estrecharon mientras la miraba.
—¿Qué hiciste Ryeowook?
—Su voz no fue brusca, pero sin dejar ninguna duda de que iba a responderle.
—Busqué dentro de
ti. —Ryeowook se apresuró antes de que Yesung pudiera responder—. ¡Hemos
sido compañeros durante
siglos Yesung, siglos! Hemos pasado por mucho juntos y en
todo ese tiempo, nunca te has alejado de mí. Pero ahora, lo haces. Solo me
tocas cuando se pone insoportable para ti no hacerlo. Solo usas el vínculo
cuando es absolutamente necesario. Constantemente mantienes tu cuerpo entre el
mío y el de alguien más. ¡Me estás tratando más como una posesión que como la
otra mitad de tu alma!
La voz de Ryeowook
se había elevado a casi un grito a medida que liberaba el dolor que había
estado construyéndose en su interior debido a la distancia que su compañero
había puesto entre ellos
—Yo soy la luz de
tu oscuridad, ¿o te has olvidado de ese pequeño detalle de nuestro
apareamiento? ¡Fui creado para TI! ¿Entiendes eso? Cuando estás herido, yo soy
la única persona que puede consolarte. Cuando eres feliz, soy la única persona que
realmente comprende esa alegría. Cuando estás en tu apogeo y el lobo lucha para
tomar el control, soy quien puede calmarlo. ¡YO! La oscuridad que te estaba
consumiendo cuando nos conocimos fue quebrantada y conquistada por mi luz. Tu
necesidad de protegerme, tu necesidad de soportar tu dolor por tu cuenta está destruyendo
mi luz. El Limbo le dio a la oscuridad un lugar para filtrarse de nuevo dentro
de ti y en vez de dar la bienvenida a nuestro vínculo como una vez hiciste,
alimentas a la oscuridad. ¡La ACARICIAS como un amante EN VEZ DE A MÍ!
Ryeowook estaba
jadeando cuando terminó de hablar y el aire pareció despertar a su alrededor
mientras su temperamento estallaba.
El pecho de Donghae
se apretó al reflejar el dolor y la rabia que surgió de las palabras de Ryeowook.
Él no había sido capaz de poner en palabras lo que había estado sintiendo, pero
Ryeowook las había revelado en ataque inducido de rabia. Miró a Hee y a Teuk, y
pudo ver la realización encajar en su lugar en sus cabezas. Incluso Changmin, Zhoumi
y Hyesung se veían afligidos por la verdad en las palabras del sanador.
—La peor parte. —Ryeowook
trató de contener el sollozo que surgió con las palabras—. Lo peor es que sabes
lo que estás haciendo y aun así no lo detienes.
Hyesung dio un
paso adelante cuando la ira en Ryeowook, la cual había sido mucho más
prominente que el dolor, comenzó a disminuir y el dolor empezó a tomar su
lugar. El rostro de Hyesung estaba estoico y la distancia entre él y Junjin
ensombreció la compasión habitual que brillaba en sus ojos. Respiró hondo antes
de hablar y la voz que salió fue la de un Alfa.
—He estado
tratando de averiguar qué es lo que ha estado causando la desconfianza y la
comprensión asfixiante de nuestros machos. Escuchar lo que Ryeowook ha visto en
el interior de la cabeza de su compañero, en el interior de su alma, sé que él dice la verdad. Mi lobo
imita audiblemente la verdad de sus palabras. Pero, mi lobo y yo no estamos de
acuerdo en la forma en que deberíamos sentirnos acerca de esta revelación.
Los ojos de Hyesung
se estrecharon mientras se fijaban en Junjin
—De no haber sido
consciente de lo que estaba pasando dentro de ti, de que sin saber te estabas
manteniendo alejado de mí, podría haberlo entendido. Podría haber empatizado.
—Su voz nunca vaciló mientras sus palabras llenaban el silencio que había caído
sobre el bosque; un silencio del que ninguno de ellos parecía darse cuenta—.
Pero tal como es, decidiste por mí lo que puedo manejar y lo que no. Tomaste la
decisión de ocultar una parte tuya de mí. Por lo tanto, voy a tomar una
decisión por ti.
Hizo una pausa
mientras miraba el miedo de Junjin transformarse en ira cuando él ya supo lo
que iba a decir. Lo dijo en voz alta de todos modos
—Me has negado lo
que necesito tan desesperadamente y por eso te lo negaré a ti también. Ojo por
ojo, ¿cierto? No hago esto para ser mezquino, infantil, o vengativo; hago esto
porque ya es hora de tomar medidas desesperadas. No tengo ni idea de cómo
derribar el muro que has construido diligente y fervientemente entre nosotros.
Por lo tanto, ya no voy a usar métodos humanos para razonar contigo. Volveré a
la naturaleza, que es tan natural para nosotros… a la naturaleza del lobo. El
lobo no entiende de emociones tanto como de acciones y del aquí y ahora. Le
daré a tu lobo algo que pueda entender. Tu toque no es bienvenido.
Un jadeo
colectivo de las parejas y gruñidos bajos de los hombres llenaron el aire
estancado. Para un humano, parecería poco importante y posiblemente incluso una
tontería, pero para un Canis lupus, el tacto era vital. El contacto entre
compañeros era tan gratificante como el aire que llenaba sus pulmones. La
necesidad de tocar y ser tocado, ya sea por comodidad, estímulo, o deseo,
estaba en el centro del corazón del lobo.
Junjin dio un
paso hacia él, pero Hyesung levantó la mano para detenerlo y dió un paso atrás.
—Soy tuyo, Junjin,
como Ryeowook le ha dicho a su compañero. Yo soy la otra mitad de tu alma, y
cuando estés listo para darme el respeto que merezco como tal, te devolveré tus
derechos sobre mí. Nunca he querido que lidies con tu oscuridad por tu cuenta.
Quiero ayudarte a pasar por el horror que experimentaste, pero no voy a
suplicar. Ni siquiera por ti. —Hyesung se dio la vuelta y caminó a través de la
ruta de acceso, alejándose de su compañero. Junjin lo observaba mientras
trataba de ver a través de la neblina roja que había comenzado a desdibujar
su visión.
Su compañero lo
estaba negando. ¡A ÉL! Quien quedó
completamente atónito e incapaz de moverse debido a ello.
Dambi observó en
parte con horror y en parte con asombro cuando la pareja Alfa estampó su pie en
el suelo. Estaba haciendo lo correcto. Los machos habían ido demasiado lejos,
ellos no habían llegado a tiempo, y si continuaban de esta forma, sus lobos se
harían cargo.
Las palabras ya
no penetrarían en la oscuridad de la mente del hombre; la única cosa que podría
funcionar sería tomar medidas que el lobo entendería. Aunque Dambi no era un
lobo, ella había aprendido algo sobre ellos mientras había estado alrededor de
ellos durante más siglos de los que podía contar. Se había dado cuenta que el
hombre era protector, posesivo, y completamente dedicado a su verdadera pareja,
y el lobo lo era incluso más.
Lo que estaba
haciendo Hyesung daría lugar a una de estas dos cosas: los machos sacando las
cabezas de sus traseros y permitiéndoles a sus compañeros ser lo que estaban
destinados a ser o la oscuridad los consumiría y todos morirían. Eso sería un
asco, pensó ella. Se irguió un poco más mientras observaba lo que se estaba
desarrollando ante ella y su boca cayó abierta. Comenzó a reunir su poder
sabiendo que había una gran posibilidad de que tuviera que usarlo.
Donghae fue el
primero en moverse después que el shock de las palabras de Hyesung los hubiera
paralizado a todos. Miró a Hyukjae y buscó algún indicio de que él fuera a
negar las palabras de Ryeowook o Hyesung. Vio y sintió su vergüenza al herirle,
pero también sintió su determinación al pensar que era la única forma de
protegerle.
Eso fue
suficiente para hacerla tomar su decisión, a pesar de que casi hizo que sus
rodillas se doblaran cuando se volvió y se alejó de él. El corazón le amenazó
con salir a través de su pecho mientras martilleaba en su interior. A pesar del
aire frío, las manos le sudaban y sentía el sudor correr por su espalda. Tragó
saliva contra el dolor de su elección, pero sabía muy dentro que era la única
opción. La idea de no tocar a Hyukjae, de no sentir su tacto, lo dejaba sin
aliento y cuando llegó junto a Hyesung, la pareja Alfa pasó un brazo alrededor
de él para ayudarle a recomponer la compostura.
«Donghae», gruñó Hyukjae. «Vuelve».
Podía oír la ira y el dolor en sus palabras, y
casi corrió hacia él. No quería lastimarlo, pero quería que su compañero
regresara más de lo que se preocupaba por el dolor temporal que causaría la
separación.
—No —respondió,
desafiante, ni siquiera dándole la intimidad de su vínculo. Sus ojos se
estrecharon cuando él captó el desafío sutil en negarle el acceso a su mente—.
Tu toque no es bienvenido —le dijo con los ojos llenos de lágrimas no
derramadas. Donghae finalmente desvió la mirada, no hacia abajo, ya que no
mostraría sumisión, pero lejos, porque verle temblar de rabia era demasiado.
Hee fue el
siguiente en moverse. Él no dijo nada mientras se alejaba de su compañero, no
hasta que él extendió la mano y enganchó su brazo que Hee se volvió hacia él y
la furia que pulsó en él le dio la
fuerza para apartar su brazo.
—Repetiría todo
lo que Hyesung acaba de decir —gruñó—, pero es jodidamente demasiado. Así que,
voy a decir las partes que recuerdo. Sabes que me estás haciendo daño y,
francamente, eso me hace querer apuñalarte con una cuchara, y aun así,
simplemente sigues en tu camino hacia la autodestrucción, sin preocuparte en
cómo eso me está afectando. Sabes que yo soy a quien necesitas para superar
toda esta basura y, sin embargo, me niegas ese privilegio, ¡y me niegas el
derecho de satisfacer TUS NECESIDADES! Como un ninfómano auto declarado esto es
algo muy doloroso para soportarlo de buena gana. —Tomó una profunda respiración
y soltó el aire justo cuando Siwon susurraba—: No. —lo ignoró—. Tu toque no es…
—No hagas esto, Heechul
—le interrumpió Siwon y aunque sus palabras eran controladas y tranquilas, eran
tan aterradoras como si él le hubiera estado gritando como un loco.
Hee dejó escapar
un bajo gruñido mientras comenzaba de nuevo.
—Tu toque…
Una vez más, él
interrumpió, esta vez más fuerte.
—NO.
Hee lanzó los
brazos al aire con exasperación.
—¡Maldita sea,
podrías callarte! Yo no estoy haciendo esto, Siwi, tú lo estás haciendo. Todo
es por ti, cariño, así que aguántate y lidia con ello.
Hee sabía que
debía haber alguna razón por la que Hyesung había sido puntual con sus
palabras, y por eso cuadró los hombros y miró sus estrechos y brillantes ojos y
dijo rápidamente:
—Tutoquenoesbienvenido.
—Las palabras escaparon juntas mientras trataba de sacarlas antes de que él
pudiera interrumpirlo de nuevo. Siwon dió un paso hacia atrás como si hubiera
sido abofeteado. Los ojos de Hee se abrieron un poco ante la reacción y
lentamente caminó hacia atrás manteniendo la mirada en su rostro conmocionado.
El rostro de Siwon
de repente quedó libre de emoción, su máscara de piedra en su lugar. Su
mandíbula se tensó mientras hablaba.
—Te lo advertí
desde el principio, Heechul. Eres mío. No te dejaré ir. No voy a permitir que
incluso te fuerces a evitarme. —Sus ojos se estrecharon, peligrosamente—.
Considero tus acciones un desafío directo hacia mí. Solo voy a decir esto una
vez más. No lo hagas. —Cuando Heechul no se movió, ni habló, Siwon sacudió la
cabeza con resignación—. Qué así sea —gruñó en voz baja.
Kangin no se
había dado cuenta que Leeteuk se había ido de su lado, mientras la atención de
todos estaba fija en Hee y Siwon. Cuando Hee finalmente llegó al otro lado de Hyesung,
él se giró solo para darse cuenta de que Leeteuk estaba a medio camino a través
del sitio que rápidamente se estaba convirtiendo en una línea divisoria. Se lanzó
hacia delante para agarrarlo, pero fue detenido por una pared invisible.
Su cabeza se giró
hacia la única persona que conocía con el poder suficiente para conjurar tal
cosa. Dambi se le quedó mirando inocentemente, pero él vio el brillo travieso
en sus ojos.
Trató de llegar a
la mente de Teuk, pero lo estaba bloqueando con bastante eficacia y estuvo
seguro de que eso tenía algo que ver con lo que Ryeowook les había revelado
sobre ellos. Los hombres estaban rechazando a sus compañeros. Era algo
instintivo para protegerlos, no queriendo que fueran contaminados por su
oscuridad.
—Leeteuk —su voz
fue apenas un susurro mientras apretaba su mandíbula. El se volvió para mirarlo
y vio las lágrimas reuniéndose en sus ojos. Él había causado eso y lo había
empujado a tomar esta medida desesperada, como su appa había dicho.
Teuk tragó fuerte
antes de finalmente hablar.
—Tu toque no es
bienvenido. —Donghae y Hee envolvieron sus brazos en Teuk, reconfortándolo,
pero sabiendo que eso no le daría lo que realmente necesitaba. Solo Kangin
podía hacer eso.
Algo en Kangin se
rompió mientras su lobo se daba cuenta que su compañero estaba a escasos metros
y, sin embargo, no podía llegar a él. Le dio un puñetazo a la barrera invisible
mientras sus garras emergían y sus ojos resplandecían de un color azul
brillante. Vio como sus amigos sostenía a Leeteuk, y gruñó celosamente. Era su
derecho tocarlo; él era suyo.
—Eres mío —gruñó Kangin.
Teuk se alejó de
sus amigos y miró a Kangin.
—Sí, lo soy, y no
te estoy dejando. —se dio la vuelta y se encontró con la mirada de los otros
hombres—. Ninguno de nosotros está tratando de dejar a ninguno de ustedes.
Siwon gruñó
fuertemente, perdiendo finalmente su determinación.
—Cada uno de
ustedes tomó a uno de nosotros como su compañero. Están unidos por sangre a sus
compañeros. Unieron su cuerpo y se hicieron uno con sus compañeros. Ya no se
pertenecen a sí mismos. —Estaba temblando de furia y el poder se arremolinaba a
su alrededor—. ¡No es su derecho elegir la separación de sus compañeros POR
NINGUNA CANTIDAD DE TIEMPO!
La sorpresa cruzó
por sus rostros cuando no fue el compañero de Siwon quien respondió.
—¿Pero es su
derecho apartarse de nosotros? —La voz de Zhoumi era firme, aunque mientras
miraba a Henry el dolor brilló en sus ojos.
Un gruñido digno
de un lobo surgió de Henry mientras tiraba de Zhoumi hacia él.
—Somos demasiado
nuevos en esto para tomar decisiones impetuosas. Todavía estamos aprendiendo
cómo funciona este vínculo entre nosotros, Zhoumi; no te vayas ahora —susurró
él febrilmente a su oído.
Zhoumi contempló
su hermoso rostro; vio la desesperación en sus ojos por mantenerlo a su lado.
Sus palabras eran ciertas, pero sabía que él también lo había estado evitando.
Cualquier cosa que él había visto en el Limbo estaba creando un vacío entre
ellos. Entonces, se volvió hacia Ryeowook, necesitando saber lo que estaba
dentro.
—¿Podrías?
—preguntó Zhoumi, sabiendo que Ryeowook entendería lo que le estaba pidiendo.
Ryeowook asintió
y se acercó a ellos. Levantó la mano, la puso sobre el pecho de Henry, y cerró
los ojos. Pudo ver su vínculo, se había hecho cada vez más fuerte, pero
entonces vio la niebla negra en la mente de Henry. Vio la pared que él había
levantado entre el vínculo y la oscuridad. Después vio que el vínculo se
debilitaba debido a ello.
De alguna manera,
Ryeowook sabía que si Henry le permitía entrar, se vinculara plenamente a Zhoumi,
entonces ellos tendrían las mismas capacidades que las otras parejas acopladas.
Abrió los ojos y retiró la mano mientras veía el rostro de Henry. Ryeowook pudo
ver la súplica en sus ojos, rogándole que no expusiera sus acciones. Él negó
con la cabeza. Ryeowook no permitiría que él apartara a su compañero de lo que
era suyo por derecho. Se volvió hacia Zhoumi.
—Él trata de
protegerte, pero la barrera que ha puesto en su vínculo es lo que impide que
crezca y se desarrolle. Creo que van a ser capaz de llegar a la mente del otro.
Creo que vas a desarrollar marcas que te identificarán como su compañero, pero
solo si permiten que el vínculo crezca. Se ve exactamente igual al vínculo
entre los lobos, pero se marchita bajo la negativa de Henry a liberarlo.
El brazo de Henry
cayó de donde aferraba a Zhoumi mientras él veía las lágrimas corriendo por sus
mejillas. Su compañero se alejó de él y tomó aire.
—Tu toque no es
bienvenido. —Su voz vaciló, pero sus hombros rígidos y su barbilla en alto
expresaron lo que su voz no podía. Se dio la vuelta y casi cruzó la barrera de Dambi,
pero Henry fue tan rápido como un lobo. Lo agarró y le dio la vuelta, y luego
tomó su rostro con ambas manos y lo besó. Sus labios apenas se habían tocado
cuando Henry saltó hacia atrás mientras el dolor lo atravesaba. Sus ojos se
llenaron de confusión mientras miraba a su compañero.
—¿Qué fue eso?
—preguntó, a medida que sus manos se hacían puños a sus costados, doliendo por
la necesidad de tocarlo.
—Tu toque no es
bienvenido —repitió Zhoumi.
Henry cerró los
ojos cuando la comprensión lo golpeó.
—Es por eso que
las palabras son tan puntuales. Son vinculantes, ¿cierto? ¿Alguna parte de la
magia de los Canis lupus? —Zhoumi asintió mientras seguía alejándose.
Él se volvió
hacia Dambi.
—¿Qué deshace
esto?
Dambi le pidió
mientras negaba con la cabeza.
—Bueno, bueno, Henry,
no puedo tener favoritismos contigo solo porque eres un Fae.
Henry le gruñó, y
entonces se giró a mirar a su compañero. Estaba tan cerca y sin embargo se
sentía como si un océano los separara.
Ryeowook se
apartó de Yesung sin mirar atrás. Tenía lo hombros echados hacia atrás y la
mandíbula inclinada de manera desafiante. Yesung no hizo ningún movimiento para
detenerlo, ni tampoco para hablar.
Changmin estaba
de pie junto a Yunho, mirando a las parejas que habían tomado su decisión y vio
el dolor que les había costado. También sabía que lo que Ryeowook había dicho
era verdad. A medida que el tiempo había pasado desde su rescate, Yunho lo
había tocado cada vez menos.
Él no había
utilizado su vínculo a menos que fuera absolutamente necesario. No habían
tenido un tiempo a solas, no habían tenido tiempo para hablar de su
apareamiento. Changmin ni siquiera le había dicho de sus marcas todavía.
Todo esto se
arremolinaba en su mente y se dio cuenta que le dolía que él lo hubiera
mantenido alejado. Había visto la lucha de los machos Canis lupus contra su
oscuridad, sabía lo que eso podía hacerles. Y aun así él no le estaba
permitiendo entrar. Se volvió para mirar a Yunho y vio el momento en que él se
dio cuenta de lo que estaba eligiendo. Changmin se movió rápido, sabiendo que Yunho
nunca lo dejaría ir si ponía sus manos sobre él.
Yunho se abalanzó
y se topó con la misma barrera que Kangin chocó. Él lo miró con incredulidad,
mientras el rostro de Changmin no delataba ninguna emoción, no hasta que habló.
—Tu toque no es
bienvenido. —Su voz fue tan baja que él apenas la escuchó, pero lo sintió. En
su propia alma, él lo sintió.
Dambi miró a Hongki
y levantó una ceja.
—¿Te gustaría
elegir un bando?
Hongki sacudió la
cabeza ante la habilidad de Dambi de permanecer tranquila mientras ellos se
encontraban entre lobos enfurecidos con la muerte en sus miradas.
—Creo que lo
mejor es que esté donde Hee está —dijo Hongki mientras se dirigía hacia las parejas.
O____O
ResponderEliminarLa hermana de Dambi es la FAE traidora!???? Por qué!???
Ahhhhhh
Que carajos!!!!
"Tu toque no es bienvenido" y boom~ los machos vuelan!!!!
Jajajajaja ese Kiki, solito como un hongo y solo piensa en cuidar a Hee~
Que se auto declaró un ninfomano!???
Jajajajajababa
Por supuesto...apenas los rescatan y ya se separan de nuevo.
ResponderEliminarNo sé como sentirme respecto a esto.
Me molesta lo que hicieron,pero por otra parte es necesario para que puedan estar bien,y así poder estar fuertes para pelear con la bruja cuando llegue el tiempo y se concentren en eso.
Lo bueno de esto,es que las dos partes sufren y no es algo que quieran hacer por gusto.
Solo espero que no dure mucho tiempo para que los lobos encuentren lo que han perdido.