Dambi vio a los
hombres de pie, rígidos, y sin moverse, mirando fijamente a sus compañeros.
Sabía que si bajaba la barrera ellos no dudarían en tratar de arrastrarlos de
regreso pateando y gritando. Aunque, a juzgar por el brillo en los ojos de Hyesung,
tenía la sensación de que él se iría de buena gana, solo para luego golpear a Junjin
en sus partes para hacer bebés.
—Elimina la
barrera, Dambi —ordenó Junjin, sus ojos nunca se apartaron de su compañero.
—Lo siento, Alfa.
No puedo hacer eso.
—¿No puedes o no
quieres? —gruñó Siwon.
—Papas, patata
—replicó Dambi.
Siwon le enseñó
los dientes, y luego se giró de nuevo hacia Hee.
—¿Mantendrías
alejado a nuestro bebe de mí?
Hee puso los ojos
en blanco.
—No uses la
tarjeta de papá, B. Él está calientito en este increíble cuerpo. Si esta fiesta
todavía está para el momento en que entre en labor de parto, será tu propia
estúpida culpa.
—Puede que no sea
capaz de tocarle, pero puedo tocarte.
—Ya no —eludió Hee.
Sus palabras
detuvieron su réplica y sus ojos sostuvieron los suyos. Hee luchó contra cada
instinto de correr hacia él, para tenerlo envolviendo sus brazos a su alrededor
y manteniéndolo a salvo.
—Haz tu elección,
B. Déjame ser lo que necesitas que sea.
Siwon cerró los
ojos y Hee imaginó que estaba contando hasta diez… o cien. Por lo general le
tomaba más tiempo tranquilizarse cuando estaba enojado con él.
—Ustedes no saben
lo que están pidiendo. Hay una razón por la que estamos tratando de protegerlos.
A veces hay que elegir el menor de los males y nosotros hemos hecho la elección
que sentimos que es la mejor para ustedes. Nunca nos consultamos entre sí sobre
cómo lidiar con esta situación, así que para mí el ver que todos hicimos la
misma elección, no liberar el horror que vemos al tocarlos, me dice que deber
haber sido la decisión correcta.
Dambi empezó a
aplaudir lentamente a medida que se acercaba a las parejas y se giraba hacia
los machos.
—Bien dicho, Siwon.
Sin embargo, no puedo decidir si es lo más cariñoso que alguna vez he escuchado
de ti o si es lo más tonto. —Sus ojos habían perdido su centellante picardía
mientras los enfrentaba—. Verás, cuando te escucho decir que la mayoría al
estar tomando la misma decisión debe significar que es la correcta, lo que
realmente escucho es: Hola, soy Siwon y soy un completo estúpido.
Hee le gruñó a la
Fae. No le gustaba que los demás insultaran a su compañero. Solo a él se le permitía
ese privilegio.
—Cierra el pico,
polluelo embarazado —bromeó Dambi—. Siwon no puedes creer esa mierda. Si tu
lógica es correcta entonces todos deberíamos aprobar el consumo de alcohol,
perdonar a los menores de edad haciéndolo como conejos, y deberíamos pensar que
los reality shows son buenas formas de entretenimiento. Por tu lógica, Alfa,
cuando tu joven hijo tenga diecisiete años y los chicos estén locos por eso, va
a estar bien para él dar sus probaditas de jovencito porque la mayoría de sus
amigos lo están haciendo.
Siwon dio un paso
amenazante hacia ella, sus ojos brillando peligrosamente.
—Uh, Dambi, eso
en realidad no ayuda —espetó Hee.
Dambi observó al
furioso Alfa mientras él la fulminaba con la mirada. Podía ver que sus palabras
habían tocado un punto sensible y eso era lo que había tenido intención de
hacer.
—Está bien, tan
divertido como esto ha sido, tenemos que seguir nuestro camino. —Miró por
última vez a los hombres—. Solo una sugerencia de un imbécil a otro, no sería
inteligente que ustedes tocaran a su parejas. Así que ni siquiera lo intenten.
Mona se cernió
sobre el cuenco de las visiones mientras buscaba la ubicación exacta de su
presa escapada. Había considerado simplemente dejarlos en paz por ahora, a
sabiendas de que estarían viniendo por ella en algún momento, sin importar cuán
tonta era esa decisión. Entonces, su orgullo se había intensificado y se dio
cuenta que si no ejecutaba algún tipo de venganza, parecería débil.
Cerró los ojos
mientras extendía su voluntad, permitiéndole a la magia de la adivinación
mostrarle en dónde se encontraban sus enemigos. Sus labios se levantaron en una
sonrisa malvada cuando por fin los localizó.
—Ahí están,
pequeños lobitos —murmuró, mientras los observaba con el ojo de su mente.
Observó cómo las parejas
marchaban al otro lado de sus compañeros con Dambi en frente de ellos,
pareciendo confrontarlos. Tal vez el escape no era necesariamente una mala cosa
si estaba causando conflictos entre los compañeros.
—Ahora, qué hago
con ustedes —dijo, mientras daba golpecitos a sus labios color rojo sangre con
su dedo. Ella había permitido a los hombres ser atormentados, ver cosas
horribles, cosas que no habían sido reales. Ahora, ¿qué les haría si ellos
realmente veían que algo les pasaba a sus compañeros?
—Mmm, esto tiene
potencial. —Su poder había continuado creciendo y las leyes naturales que una
vez la ataron ya no eran más obstáculo para la magia oscura que ella ejercía.
Mona extendió su magia hacia el bosque, buscando a las criaturas oscuras que
acechaban en las sombras. Extrajo energía de ellos, llevándola dentro de ella
con el fin de darle forma a su voluntad. Entretejió un hechizo mientras su
mente y cuerpo se sentían azorados con el torrente de poder.
“Tierra, agua, viento y fuego, Escúchenme
ahora, sientan mi deseo.
Hago un llamado a sus fuerzas y su antiguo poder,
Retumben, golpeen, quemen, y bañen.
Qué nadie femenino quede ileso,
Todos los hombres desesperados y alarmados.
Cada paso pulsará con dolor,
Cada grito será por su nombre,
Dejen que el fuego se interponga entre cada
uno, Hasta que ellos, caigan y yo haya ganado”.
Sus ojos se
abrieron cuando sintió el poder salir de su cuerpo, el hechizo cabalgando sobre
el viento. Crecería en poder mientras buscaba a su presa. Debido al tamaño y la
potencia del hechizo, le tomaría algún tiempo antes de llegar hasta ellos.
Mona soltó un
profundo y satisfactorio suspiro, y se limpió las manos en su ropa.
—Bueno, he
amenazado a un duende, conspiré con una Fae traidora, y pronto oiré los gritos
de los lobos. Si eso no es jodidamente impresionante, no sé lo que es.
—¿A quién le
estás hablando?
La profunda voz
hizo a Mona saltar mientras se daba la vuelta, dispuesta a defenderse. Un miedo
desgarrador la atravesó mientras contemplaba, con los ojos abiertos de par en
par, al que estaba ante ella.
—¿Cómo llegaste
hasta aquí? —preguntó ella, después de haber alejado el miedo y haberse
recordado quién era ella. Pero, eso no cambiaba la realidad de la persona que
estaba de pie ante ella. Esto es malo, pensó para sí misma, muy, muy malo.
Los ojos de Donghae
se humedecieron mientras trataba desesperadamente de concentrarse en algo más
que el dolor, el cual se había convertido en un compañero constante mientras
luchaba con su necesidad de estar con Hyukjae. Estaba detrás de él con todos
los otros machos y podía sentir sus ojos sobre él, haciendo un agujero en la
parte posterior de su cabeza. Podía sentirlo deseando que diera la vuelta, para
volver a él. Y lo quería hacer con tanto ahínco.
—¿Cómo lo estás
llevando? —preguntó Hee, igualando el ritmo de Donghae mientras continuaban
trepando por las montañas.
Donghae apretó
los dientes y se recompuso antes de hablar.
—Estoy lidiando
con eso —respondió finalmente.
—¿Crees que
estamos haciendo lo correcto?
La frente de Donghae
se frunció mientras miraba a Hee con sorpresa.
—¿Estás teniendo
dudas?
Hee se encogió de
hombros.
—No somos los únicos
que están sufriendo. Siwi está más adolorido ahora, que cuando yo morí.
—¿Cómo?
—Creo que es
porque estoy rechazando lo que estaba determinado para nosotros antes de que
incluso fuéramos creados. Yo pertenezco a su lado y estoy eligiendo negarle
eso.
Donghae frunció
el ceño.
—No quiero
parecer infantil o cualquier cosa, pero ellos nos negaron primero. Hay
consecuencias para cada acción Hee, y su acción de evitar a sus compañeros ha
provocado ésta consecuencia. Depende de ellos arreglarlo.
Hee le sonrió y Donghae
vio el brillo en sus ojos.
—Hiciste eso a
propósito, ¿no es así?
Hee hizo un
pequeño asentimiento con su cabeza.
—Me di cuenta que
realmente estabas luchando con esto, por lo que pensé que tal vez necesitabas
recordar el por qué estamos haciendo esto. Siwon es implacable, empujando
constantemente en mi mente, y sinceramente, no creo que esté utilizando todo su
poder porque estoy embarazado.
—¿Estás
sufriendo? —preguntó Donghae.
La boca de Hee se
tensó justo antes de hablar.
—Mucho.
—Entonces, como solo Hee podía hacerlo, apartó el dolor y buscó una manera de
aliviar la tensión—. Así que, estaba examinando las palabras, oh tan,
alentadoras de mi pareja de más temprano. Él dijo que, básicamente, nos hemos
entregado a ellos en todos los sentidos. Debido a ese hecho, entonces ya no
podemos tomar más nuestras propias decisiones. Encontré una laguna.
Donghae rió
mientras negaba con la cabeza.
—Bueno, voy a
caer. ¿Cuál es la laguna?
—Tú. —Sonrió Hee—.
Pensé en Zhoumi y Changmin, y que ellos pueden muy bien encajar en esa
categoría también. Sin embargo, en verdad no conozco muy bien sus asuntos como
sé los tuyos.
—¿Qué?
—Donghae, mi
pequeño pez, no has entregado tu cuerpo, como B tan elocuentemente lo expresó,
a tu compañero. Has completado los Ritos de Sangre, pero ese es solo uno de los
ingredientes en la mezcla de lo que es estar acoplado.
—Y… —Donghae dejó
salir la palabra, esperando a Hee por más detalles.
—¡Oh madre mía!
Estoy diciendo que de acuerdo a la idea preformada que tiene Siwi de pensamiento
independiente, a ti mi querido, todavía se te permite esa libertad.
Donghae rió y
aunque el dolor no se fue, por ese breve momento en el tiempo, éste no le
estaba consumiendo.
Oyó un gruñido y
un poderoso empuje cuando Hyukjae se abrió paso en su mente.
«Eso va a ser remediado tan pronto como este
berrinche ridículo tuyo haya terminado».
La boca de Donghae
se abrió y no podía creer que él le había dicho eso. Se dio la vuelta para
mirarlo, y se negó a darle la intimidad que él estaba tratando de forzar
mediante el uso de su vínculo.
—¿Estás hablando
en serio de hacerme el amor mientras me llamabas infantil en la misma frase?
Donghae observó
con satisfacción que los ojos de Hyukjae comenzaron a brillar. Había tocado una
fibra sensible y tal vez no debería haberlo hecho, pero, maldita sea, se sentía
bien.
—Donghae —comenzó
él, pero Donghae lo interrumpió.
—Realmente no
tengo experiencia en este aspecto de una relación, pero estoy bastante seguro
que llamar a tu compañero infantil NO es la manera de llegar a conseguir algo.
Hee se atragantó
con una carcajada y vio que no solo el rostro de Hyukjae se contorsionaba de
ira, sino el de todos los hombres. Simplemente no pudo resistirse a esto.
—Y por conseguir
algo él no quiere decir cola… —Se detuvo y por si acaso sus abrumados cerebros
no lo registraban, lo dijo de nuevo un poco más lento—. Conseguir-algo-cola. Ya
saben, ¿porque somos lobos? —Hee miró a su alrededor y cuando se dio cuenta de
que Zhoumi estaba sonriendo, él sonrió—. Sabía que alguien apreciaba mi sentido
del humor.
La expresión del
rostro de Siwon le dijo que si pudiera tocarlo en ese momento probablemente lo
habría estrangulado. Heechul sonrió mientras disfrutaba de la rabia que provocó
en él. Rabia significaba emoción, pasión y necesidad. Tal vez si empujaba un
poco más por fin le dejaría entrar.
—Donghae esto es…
—Hyukjae dio un paso hacia él, pero Donghae ya había terminado con todo esto de
escuchar. Giró sobre sus talones y continuó a un ritmo ligeramente más rápido
que antes.
Dos largos, y
extremadamente frustrantes días después…
La noche había
caído más rápidamente se dio cuenta Dambi y los pelos de su nuca se levantaron.
Finalmente se habían detenido para acampar, aunque ella no había querido porque
estaban a un día, día y medio máximo, de la mansión Coreana. Había considerado
varias veces llamar y solo hacer que uno de esos malditos hombres vinieran por
ellos, pero sabía que habría un baño de sangre esperando en cualquier momento.
Así que, a pesar de los posesivos, obstinados, aunque casi destrozados, hombres
lobo, habían conseguido superar la maravillosa experiencia de casi recorrer a
través de las Montañas.
Vio como los
hombres preparaban el campamento, recogiendo leña para el fuego, y preparando
los camastros, todo el rato lanzándoles miradas a sus compañeros.
Teuk trató de
apartar sus ojos de Kangin, pero desde que había puesto los ojos en él desde su
ventana, su mirada había sido para él y solo para él. En algún momento, cuando
estaba vaciando su mochila, juró que sintió su aliento caliente en la parte
posterior de su cuello y tuvo que morderse el labio para contener un gemido.
Cuando se había vuelto a mirarlo, él había estado en el otro lado de la hoguera,
con toda una sonrisa demasiado conocedora en su rostro. Había estrechado sus
ojos hacia él y, al ser la persona madura que era, le mostró el dedo de medio.
Se dio cuenta de
su error cuando Kangin de pronto estaba frente a él, todavía incapaz de tocarlo,
pero eso no quería decir que no le afectara.
—¿Eso es una
oferta, Luna? Lo único que tienes que hacer es pedirlo. Pídemelo, nene. —Su voz
fue un ronroneo tal que le hizo temblar hasta los pies. No se había dado cuenta
que se había estado inclinando hacia él hasta que la voz de Hee rompió a través
de la niebla inducida por la lujuria.
—Aléjate del sexo
andante, Teuk. —La voz de Hee llevaba la autoridad de su condición de Alfa y
fue casi suficiente para hacer que Teuk obedeciera… casi.
Cuando no se
movió observó una sonrisa triunfante en los carnosos y masticables labios de
Kangin.
—¡TEUK! —gruñó Hee—.
Sé que es difícil cariño, créeme, sé lo desesperadamente que deseas sus manos
sobre ti, sus labios, su lengua, y…
—¡Hee! —Donghae
golpeó el hombro de su amigo.
—¿Qué?
—Ve al grano. —Donghae
puso los ojos en blanco.
—Cierto, Teuk…
—empezó de nuevo—, como muy sinceramente dije, sé que es duro. —Hizo una pausa
mientras se mordía el labio—. ¿Tienen alguna idea de lo que podría hacer yo con
esa afirmación? —gimió lanzando los brazos al aire.
—Hee, enfócate,
cielo. —Donghae lo intentó un poco más suavemente.
Hee asintió.
—Estoy bien, yo
me encargo. Teuk, si cedes ahora mismo, durante los próximos cien años cada vez
que le digas que no, va a estar bajándote los pantalones.
Eso llamó la
atención de Teuk. Apartó los ojos de la ardiente mirada de Kangin y se volteó a
ver a Hee. Las otras parejas a su alrededor se estaban cubriendo las bocas
intentando mantener la risa a raya.
—¿Acabas de
decir…?
Hee asintió.
—Sí, sí lo hice.
Si él sabe que está estremeciendo tu mundo, bueno, técnicamente sería tu cama —Hee
se tocó la mejilla con un dedo—, o el sofá, o la mesa de la cocina…
—¡HEECHUL! —La
voz de Siwon, mandona, oscura y sexy, trajo escalofríos a su piel.
—Cierto, enfocarme
—se dijo a sí mismo—. Si él sabe que tiene poder sexual sobre ti, hará uso de
él con fiereza. Ah, maldita sea —exclamó, con una palmada a su muslo—. Ahí va
otra, ¿puede alguien por favor escribir esto?
Teuk dio un paso
lejos de Kangin, y luego otro y otro. Hee dejó escapar un suspiro de alivio.
—Al fin, si tenía
que seguir hablando contigo en más detalle del sexo como un arma, iba a tener
que ceder e ir a violar a mi compañero.
Una onda de risas
fluyó a través de las parejas e incluso los hombres rompieron a reír ante las
palabras de Hee.
Mientras Hee
había estado distraído, Siwon se había movido silenciosamente detrás de él. Se
inclinó tan cerca de su oído como la magia le permitió. Sopló suavemente sobre
él, sabiendo que era una de las cosas que lo ponían salvaje. Vio cómo sus
hombros se tensaron. Una lenta sonrisa se le formó y un brillo salvaje destelló
en sus ojos mientras hablaba.
—No puedes violar
la voluntad, cariño.
Su gemido fue tan
bajo que dudaba que nadie más que él lo había oído, y eso era una buena cosa.
No le gustaba que Heechul hiciera esos sonidos con otros machos alrededor, pero
enalteció su ego saber que él, y solo él, podía afectarlo de esa manera.
Hee oyó la risita
detrás de él y luchó a través del deseo mientras se daba la vuelta para mirar a
su compañero, solo que él no estaba ahí. Sus ojos fueron halados hacia donde
estaba tranquilamente recostado contra un árbol, con los brazos cruzados sobre
el pecho, y los ojos brillantes. Siwon levantó una ceja hacia él y pasó la
lengua por su labio inferior. Hee maldijo entre dientes mientras le daba la
espalda y pisoteaba hacia donde Hyesung estaba sentado.
Siwon vio a
través de las llamas danzantes del fuego mientras su compañero le daba la
espalda. Su lobo gruñó y él se enfadó ante el flagrante rechazo. Se calmó con
el conocimiento de que lo había afectado.
Heechul podía ser
capaz de alejarlo ahora, pero no iba a durar. Iba a tener que jugar sucio con
su esposo. Sonrió para sus adentros ante el juego de palabras que sabía que él
apreciaría. Una vez que estuviera de vuelta en sus brazos, lo compartiría.
Sintió un
profundo dolor hasta la médula ante el pensamiento de Heechul en sus brazos,
compartiendo risas, susurrando en su oído, disfrutando de su calor y su luz. Su
lobo se estaba volviendo más y más insistente en hacer lo que fuera necesario
para conseguir que su compañero regresara a donde pertenecía.
Quería compartir
todo con él, necesitaba esa cercanía. Cerró los ojos al sentir la oscuridad
dentro, invadiendo su mente, luchando por su control. Él sabía lo que
necesitaba, sabía que si no lo tomaba, entonces lo haría la oscuridad que casi
lo había aplastado antes de Heechul, y lo consumiría.
Me sigue molestando eso...pero va ganando el hecho de que lo necesitan para sobrevivir contra ellos mismos.
ResponderEliminarNo lo saben del todo...pero no solo los lobos tienen el control sobre sus parejas,también las parejas lo tienen sobre sus lobos y por eso mismo están así...porque no comparten lo que tienen.
Tendrá que haber algo que los haga entender y ese favor nos los hará la bruja.
Eish...si no fuera mala...sería su fan.
La visita que tuvo la bruja me gusta...y no porque sea bueno para los lobos o algo,sino porque la bruja admite que si esta visita llego a ella,es porque es algo malo...aunque no sepa para quien.
Esto sonara feo y quizás insencible...pero ya quiero ver cómo la bruja hará sufrir a las parejas