A la mañana
siguiente estaba sintiéndome un poco mal, pero era totalmente manejable,
especialmente si todo lo que tenía que hacer era ponerme algo bonito un poco de
brillo labial y estaría listo para irme. Estaba brillante y alegre, así que
pensé que no importaba que tan malhumorado estuviera Siwon, no sería capaz de
permanecer enojado al verme.
Cuando me
estacioné frente a su casa, Kyuhyun venia bajando los escalones de la entrada.
Se había quedado para cerrar el bar conmigo así que el lucía tan demacrado como
me sentía. Tenía un gorro calado hacia bajo de su frente y oscuras gafas de sol
cubriendo la mitad de su cara. Se detuvo cuando me vio y caminó para inclinarse
en la defensa del Cooper.
—¿Qué estás
haciendo aquí?
Traté de no
inquietarme y empujé mis propias gafas de sol sobre mi nariz.
—Necesito hablar
con Siwon.
Vi la punta de
sus cejas debajo del marco de sus gafas y la esquina de su boca bajarse.
—¿Por qué?
—Por qué sí.
Déjalo.
—Te dije que era
una mala idea.
—Voy a hablar con
mi madre.
Parpadeé en
estado de shock. No era ningún secreto que la relación de Kyuhyun con su madre
y padrastro era todo menos prometedora.
—¿Por qué
demonios querrías hacer eso?
—Porque algo está
pasando con Shindong y necesito ayuda para que no se derrumbe. Me ha estado
esquivando, así que ella es mi último recurso.
—¿No era Shindong
el hermano de tu verdadero padre?
Él asintió con la
cabeza y se frotó la parte posterior de su cuello. Pude ver que siquiera
mencionar esa dinámica le hacía sentirse incómodo.
—Sí, pero desde
que era pequeño, quiero decir mucho antes de que pudiera entender que mi papá
se había marchado, Shindong ha sido incapaz de decirle a mi madre que no. Ella
dice "salta", y él le pregunta qué río quiere que salte. Es raro, pero
creo que es la única manera de obtener algunas respuestas.
Le acaricié el
bíceps y me moví hacia el frente del apartamento.
—Buena suerte con
eso, suena como un montón de diversión.
—Él no está aquí.
Me detuve y miré
por encima del hombro a Kyuhyun. Visiones espontáneas de Gatubela y sus manos
en los pantalones de Siwon volaron a través de mi cabeza. No me gustó en
absoluto la forma en que hizo que mi estómago se encogiera.
—¿Él no vino a casa
ayer por la noche? —Pude escuchar el descontento en mi tono y claramente no
pasó desapercibido para Kyuhyun porque me frunció el ceño.
—No, él estaba
aquí cuando llegué a casa. Solo. Simplemente no duerme muy bien, ¿sabes? Se
levantó muy, muy temprano.
Asentí con la
cabeza. Necesitaba una taza de café y un segundo para formular lo que quería
decirle a Siwon.
—Espero que sepas
lo que estás haciendo, Heechul. Siwon no es el tipo de persona que puedes
manipular y hacerlo girar alrededor de tu lindo dedo meñique. ¿Qué pasó con
esperar por el Sr. Perfecto?
Entre en su casa
en la pequeña cocina y saqué mis gafas de sol para ponerlas en la barra de
desayuno que separaba la muy masculina sala de estar de la cocina aún más
varonil.
—Deja de ser un
aguafiestas, solo quiero hablar con el chico.
Se dirigió hacia
la puerta delantera, pero sus palabras se quedaron conmigo después de que él la
cerró detrás de él.
—Hablar contigo
es lo que normalmente hace que la gente tenga mayores dificultades.
Apreciaba que los
chicos estuvieran preocupados por mí. No tenía el mejor historial con la
decepción y chicos, y había estado buscando durante mucho tiempo mi hombre
perfecto. Todos sabían que buscaba un tipo que fuera sólido como una roca, que
no llevara alrededor un camión de carga emocional, que fuera feliz y
establecido en su vida.
Ellos sabían que
estaba listo para un tipo que quisiera prometerme un para siempre y un futuro prometedor
y brillante como yo tendía a ser. Quería mi felices para siempre después de que
Hyukjae se lo dio a Donghae y la tranquilidad de saber que Henry se lo había
dado a Zhoumi. Quería un compañero, alguien que estuviera dispuesto a viajar
por el largo y difícil camino del compromiso conmigo.
Tenía sentido que
todos podían ver que Siwon era casi exactamente lo contrario de lo que había
estado describiendo, así que estaban tratando de salvarme de la angustia
innecesaria porque era obvio que él estaba llegando a mí. Simplemente no sabía
si mi idea de lo que estaba esperando era una opción viable. Había algo pasando
entre nosotros, más que química, más que añoranza, y más que un pequeño
enamoramiento.
Sabía cuándo un
plan se caía a pedazos. Había visto mi primer plan de una vida con Hangeng
esfumarse y ahora podía ver la idea del Sr. Perfecto, este ideal de ficción que
había acumulado en mi cabeza, comenzar a desmoronarse bajo la fuerza de todo lo
que era Siwon Lee.
No importaba que él parecía ser un niño perdido
en la oscuridad, que su equipaje era más pesado y más difícil de manejar que el
de la mayoría, o que él ni siquiera podía ver su futuro, por no hablar de un
futuro con alguien más.
No estaba seguro
de que estuviera dispuesto a dejar totalmente de lado el sueño por el momento,
solo que Siwon se encontraba en el camino y no podía conseguir sacar mis manos
de él. No podía ignorar que algo estaba pasando y que era hora de dejar de
tener miedo y encontrar las respuestas a exactamente qué era ese algo.
Escuché abrirse
la puerta principal y fuertes pisadas dirigirse hacia donde estaba en la
cocina. Yo estaba enjuagando los platos en el fregadero, sobre todo porque
necesité hacer algo con las manos, pero también porque parecía que habían
estado allí por un tiempo. Repugnante.
—¿Qué estás
haciendo aquí?
Su tono no fue
agradable. No hubo bienvenida, ninguno de los coquetos y burlas que normalmente
me daba. Sonaba como si cada palabra tuviera una lucha para salir de algún
lugar profundo de su pecho y eran amargas y agudas sobre su lengua. Me limpié
las manos en un paño de cocina y me di vuelta para mirarlo.
Santo infierno.
¿Cómo se supone
que iba a tener una conversación adulta coherente con el hombre cuando solo
llevaba un par de pantalones deportivos negros y un soporte para iPod envuelto
alrededor de su bíceps? Su cabello oscuro era aún más oscuro por el sudor y
todos esos músculos que componían su increíble físico estaban marcados en
relieve, ya que no llevaba una camisa y estaba claro que acaba de hacer
ejercicio. Eso no era justo.
—Los platos. No
hay de qué.
Él gruñó y apagó
su iPod. Dio un paso por delante de mí a la nevera y sacó una botella de agua.
Traté de no babear de un modo evidente cuando parte de ella se cayó de su boca
y terminó dejando un rastro húmedo sobre su pecho. Simplemente me miró con una
expresión casi nula en su atractivo, pero obviamente agotado rostro.
—Iba a hacerlo
esta tarde. Tengo que tomar una ducha. Apesto.
Me aclaré la
garganta y me recosté contra el fregadero.
—Tenía la
esperanza de que pudiéramos conversar rápidamente. —Y tal vez fuera a ponerse
una camisa para que pudiera formar palabras y no sonar como un idiota.
Él frotó ambas
manos con fuerza por encima de su cara y cabeza y me di cuenta de lo realmente
desgastado que en realidad parecía. Esos ojos estaban descoloridos y tenía
sombras oscuras descansando bajo ellos.
—Escucha, Heechul
lo entiendo. Estoy molesto, no quieres esto o lo que sea. Simplemente
trastornas mi mente ya sobrecargada, cuando me dices una cosa y luego me miras
como si quieres lamerme todo como un cono de helado de un solo aliento. Estoy
tratando de entender mi propia mierda. No tengo la fortaleza mental o la
paciencia para tratar de averiguar la tuya también. Recorrí diez kilómetros con
menos de dos horas de sueño. Necesito una ducha y tal vez si tengo suerte, una
siesta.
Él no me dio una
posibilidad para responder simplemente se giró con sus zapatillas de deporte y
me dejó allí de pie con la boca abierta. Por segunda vez en pocos días, no solo
me dejó mudo, sino que también me dejó sin ser capaz de conseguir tener la
última palabra y lo odiaba. El imbécil ni siquiera me dio la oportunidad de
disculparme por ser innecesariamente perra anoche.
Me moví del
mostrador y me fui por el pasillo hasta la habitación al final del apartamento.
Era la antigua habitación de Hyukjae cuando había vivido con Kyuhyun, así que
sabía que esta tenía un cuarto de baño adjunto.
Podía oír el agua
corriendo, y la radio encendida. Su habitación estaba limpia sin un alfiler.
Fruto de todos esos años en las fuerzas armadas que obviamente habían sembrado
buenos hábitos en él.
La cama grande de
tamaño kingsize incluso estaba arreglada. No había ni siquiera un calcetín
perdido en el suelo, pero allí tampoco había nada que definiera el espacio como
suyo. El único efecto personal que se veía era una foto en blanco y negro de un
Siwon mucho más joven y los gemelos.
Hyukjae lucía
como el mismo, solo que sin tanta tinta, y sonreía, algo que él no hacía mucho hasta que Donghae había
aclarado su situación. Siwon lucía alto y orgulloso, cada trozo de hermano
mayor protector. Y el otro gemelo Eunhyuk, era una locura poder ver como una
réplica exacta de Hyukjae se vería como un típico chico, todavía hermoso, pero tan
aburrido, común.
Estaba perdido en
mis pensamientos mirando la foto, por lo que no escuché cuando cerró el agua.
Un brazo salió disparado por encima de mi hombro tomando la foto. Sorprendido
me di la vuelta y me encontré cara a cara con Siwon en una toalla y listo.
Hombre, esto se
estaba convirtiendo en una prueba total de mi auto-control. Pantalones de
deporte estaban muy bien, pero una toalla era mejor. Olía a limpio, pero
todavía parecía molestarle que estuviera dentro de su espacio.
—Esta foto ha estado
en todos los lugares a donde he ido. Solo llevé lo básico. Ha estado en
Pakistán e Irak, y acaba de regresar conmigo de Afganistán. Las personas en
ella siempre estaban allí para recordarme por qué estaba luchando ya que se
suponía que debía mantener el país seguro para ellos.
Puse una mano en
mi garganta y me sorprendí al encontrar que sus palabras habían construido
lágrimas en la parte de atrás de mis ojos.
—Tienes suerte de
tener ese tipo de relación con ellos.
Él resopló, y
tuve que hacer un gran esfuerzo para no extender la mano y agarrar ese pequeño
nudo que sostenía la toalla. No sé qué era lo que hacía que mi cuerpo tomara
las riendas y mi mente pasara a segundo plano, pero era potente y un poco
desconcertante. Nunca había estado tan abrumadoramente atraído a ningún hombre,
ni siquiera por Hangeng.
—También lo
pensaba hasta que entonces averigüé que Eunhyuk ocultaba una vida secreta, y
que Donghae podría hacer un mejor cuidado de Hyukjae de lo que alguna vez hice.
Incliné la cabeza
hacia un lado y lo consideré cuidadosamente.
—¿Qué hay ti?
Cortó la mirada y
se movió al otro lado de la habitación hacia su cómoda. La vista trasera era
igual de bonita como el frente.
—¿Qué pasa
conmigo?
—Siempre hablas
de la forma en que luchaste por ellos, para que tuvieran opciones. ¿Qué hay de
ti? ¿Quién te cuidó? ¿Quien luchó para hacer del mundo un lugar mejor para ti?
—Hice las preguntas en estado de shock, porque no podía creer que él no se
diera cuenta de lo importante que era y siempre había sido para sus hermanos.
Esos ojos nunca dudaron en los míos.
—Creo que estás
tratando de disminuir todas las cosas que hicieron Eunhyuk y Hyukjae, y no es
agradable. Eunhyuk no podría haber sido honesto, pero a fin de cuentas él
estuvo enamorado y feliz. Y sí, Hyukjae era un completo desastre, pero se las
arregló para estar unido cuando contaba, por lo que hizo su deber fraternal. Es
hora de centrarte en tu propia vida.
Se dio la vuelta
para mirarme, una camiseta colgando de su mano. Suspiré y me forcé a enfocar su
cara y no su pecho desnudo, o el punto debajo de su cintura donde aquella
toalla colgaba peligrosamente debajo de su ombligo.
—Mira, tengo que
pedirte disculpas por haber sido tan perra anoche. Creo que es genial que estés
tratando de dejar de beber. Es admirable, incluso. Honestamente, no era un fan
del rubio tonto vestido de cuero y sus manos en tus pantalones. Esto podría
haberme puesto un poco irritable, pero no debería haberla pagado contigo.
La ceja debajo de
la cicatriz subió.
—¿Quién?
—El joven de ayer
por la noche.
Se encogió de
hombros como si no lo recordara y tiró su camiseta sobre la cama.
—Bueno, tú y Jjong
parecían como una pareja de rock-and-roll en un pastel de bodas. Ambos rubios,
lindos, y todos perforados y tatuados. Si estaba de pie allí mirándolo frotar
tu cuello o susurrar en tu oído un segundo más, no iba a ser agradable.
Sentí mis ojos
ampliarse y mi Corazón empezar a acelerarse.
—Jjong es como mi
hermano.
—Y yo no recuerdo
a ningún joven en cuero.
Estuvimos de pie
allí en silencio, mirándonos fijamente. Vi su pulso acelerado en el cuello y me
mordí el labio inferior. De repente, parecía que éramos las únicas dos personas
en el mundo, como si esta habitación se hubiese parado en el tiempo. Estaba
empezando a pensar que lo que antes creía que era el significado de lo perfecto
me hacía sentir bien ahora era absolutamente aburrido y era un idiota si eso
era lo que quería para siempre.
Salvaje y desatado
parecía mucho más emocionante que firme y bien plantado. Ahora solo necesitaba
conseguir que estuviéramos en la misma página.
—Así que éste es
el trato. No te necesito para entender mi mierda, puedo hacerlo yo solo. Si te
miro como si quisiera lamerte por todas partes es porque lo quiero hacer.
Realmente no sé cómo hacer para poner en marcha algo con un tipo como tú, pero
siempre y cuando prometas no mentirme, ni engañarme, quiero hacerlo.
Y lo hacía.
Quería comenzarlo y terminarlo y disfrutar de todo en el medio. Él era tan
diferente de Hangeng, y honestamente, con problemas o no, podía ver que era
mucho mejor. Lee Siwon era una fuerza a tener en cuenta, una tormenta de
pensamientos rotos y demonios peligrosos, de responsabilidad fuera de lugar y
un futuro desconocido.
No estaba seguro,
pero tenía la sospecha de que si esto salía mal yo podría ser uno de los pocos
capaces de soportar la destrucción dejada por las secuelas de la tormenta, y
aunque mi viejo miedo estaba allí, no era tan fuerte como la atracción que
sentía por este enigmático hombre.
Él no respondió,
pero vi su pecho subir y bajar al tomar una respiración profunda.
—Heechul. —Pude
oír la duda en su tono—. No juego con las parejas y no creo que pueda ser más
honesto contigo de lo que ya he sido. Pero aun así, no soy el hombre que estás
buscando, y eso no ha cambiado desde la otra mañana. La perfección ni siquiera
está en mi vocabulario, incluso si eres lo suficientemente lindo como para
hacerme tratar de serlo.
Dio unos
golpecitos con su dedo a su sien, y vi la sombra cerniéndose sobre sus ojos.
Puede que no esté al cien por ciento, pero estaba empezando a pensar que
cualquier parte de Siwon era mejor que la mayoría de los hombres funcionando a
plena capacidad. Yo era bueno con las palabras, podía decirle que algo en él
simplemente me llegó, que pensaba que era más caliente de lo que cualquier
hombre debería ser, que me gustaba que no huyera de mí.
En lugar de ello,
decidí que, ya que él era un hombre de acción, simplemente le demostraría que
sabía lo que estaba haciendo y sabía exactamente lo que quería. Quería tener la
última palabra en esto y solo había realmente una manera segura de conseguirlo.
Agarré mi
camiseta sacándola por mi cabeza, seguida por los pantalones. El material
aterrizó en un montón en el suelo, dejándome en mis sandalias y mi linda ropa interior
de color rosa. Cuando me acerqué hacia donde él estaba de pie, inmóvil, la
parte superior de mi cabeza apenas le llegaba al mentón. Tuve que levantar la
vista hacia él, y cuando lo hice, puse una mano en cada lado de su rostro para
que no pudiera apartar la mirada de mí.
Esos increíbles
ojos se tornaron de párpados pesados y bajaron solo una fracción, lo cual hizo
que mi sangre se calentara por completo y mi piel se tornara resbaladiza.
—No te asustes,
Capitán Anti-Diversión, tenemos esto.
Él puso sus
grandes manos en mi cintura desnuda y empezó a conducirme hacia la cama en el
centro de la habitación. Sería tan fácil dejarse intimidar por un hombre como
él, solo que me miraba como si yo fuera algo tan único y tan precioso que todo
lo que podía sentir era la anticipación.
Esa sonrisa que
probablemente iba a hacer que me enamorara de él se dibujó en su rostro, y
sabía que lo qué fuera que estaba haciendo con este hombre, quién era todo lo
opuesto a lo que yo pensaba que quería, era lo correcto.
Él no era
estable, definitivamente no era un hombre satisfecho con sus circunstancias
actuales, y estaba bastante seguro que su idea de lo que significa ser pareja de
alguien era totalmente diferente a la mía. Todavía no sabía si quería todo
conmigo o incluso consigo mismo, pero la atracción, la corriente innegable de
deseo y necesidad que parecía serpentear alrededor de nosotros, era simplemente
demasiado para dejar pasar por un sueño que aún no había llegado.
—Te dije anoche
que sabes mejor que nadie lo que conlleva mi idea de diversión. —Su pulgar rozó
lo largo de un pezón que ahora se fruncía pidiendo atención. La parte posterior
de mis rodillas golpearon la cama, y antes de darme cuenta, estaba en mi
espalda y él se cernía sobre toda mi piel desnuda y ojos brillantes. Esto era
hermoso, él era hermoso, y sin importar lo que pasara después de este punto,
sabía que era un joven suertudo al estar aquí con él.
—¿En realidad vas
a hablar conmigo esta vez?
Puse mis manos en
su cabello corto, mientras él trabajaba en conseguir sacar mis zapatos y la
pequeña ropa interior linda fuera de su camino. Me gustaba que fuera un poco
rudo, un poco impaciente, pero siempre había reverencia cuando sus dedos
rozaban mi piel. Me besó una vez y dejó caer la toalla.
—Probablemente
no.
Puso sus manos
debajo de mis caderas y me acercó al borde de la cama. Yo deslicé mis manos
hasta sus hombros y alcé su barbilla con el borde de mi nudillo para que así me
mirara.
—¿Por qué no?
Pasó sus manos a
lo largo de una de mis piernas y me acomodó de modo que mis piernas estuvieran
fuera de la cama y él estaba de pie en la cima de ellas. Estaba expuesto,
abierto a él, y debería haberme sentido vulnerable o incluso tímido, pero me
era imposible sentirme otra cosa que no fuera apreciado y sexy por la forma en
que esos ojos ardían cuando me miraban.
—Porque estoy
asustado de que cualquier cosa que diga podría ser la cosa equivocada. Y ahora
mismo, estar contigo es lo único que se siente sólido y real… Eres tan
vibrante, estás tan lleno de color que nunca te pierdes en todo el gris en mi
cabeza. No quiero perder eso.
Mi Corazón se
detuvo. Esas eran palabras que un joven jamás olvidaría en un hombre
diciéndolas, sobre todo cuando provienen de un hombre como este. Puse mis
brazos alrededor de su cuello y lo halé para darle un beso que esperaba
transmitiera lo que sentía. Me arqueé, elevándome de la cama cuando su dedo
abandonó el anillo y fue en busca de un territorio más íntimo, más profundo.
Sentí esos gruesos dedos deslizarse a través de mi entrada, rozando contra las
palpitantes terminaciones nerviosas, jugando con todas las partes de mí que
estaban doloridas y ávidas de su toque.
Él sabía
exactamente cómo acariciarme, cómo tocarme para conseguir el mejor resultado.
Lo besé hasta que
ninguno de los dos podía respirar, lo besé hasta que me hizo jadear su nombre,
lo besé hasta que consiguió involucrar más dedos en lo que estaba haciendo allí
abajo y ya no pude contenerme más. Me rompí en pedazos, lo sentí bajar la
cabeza y besar un lado de mi cuello.
Estaba
aferrándome a esos anchos hombros como a un salvavidas. Sentí que si lo dejaba
ir, esta cosa que estábamos construyendo entre nosotros iba a desaparecer en
una nube de humo… era así de mágico y diferente. Creo que incluso él podría
haber reído entre dientes, pero estaba bastante seguro de que solo estaba
devastado por lo que significaba tener sexo para mí.
Me atrajo hacia
él y pude sentir su erección pulsando y latiendo en la cúspide de mi centro. Mi
pecho quedó aplastado contra el plano duro de su pecho, y estábamos tan cerca
como dos personas podían estar sin estar unidos. Pude sentir los músculos de su
estómago tensarse y contraerse en mi contra. Recorrí mi mano por la continua
curva de su trasero y parpadeé hacia él perezosamente. Vi que parecía un poco
indeciso, lo que me hizo fruncir el ceño. Quería toda esa carne rígida y lista
dentro de mí, ahora.
—¿Te hice daño la
última vez?
Su voz era ronca,
pero no aprecié el hecho de que fuera demasiado fuerte para mí, para solo
empujarlo en donde quería que fuera. Tomé represalias al envolver ambas piernas
alrededor de su delgada cintura y levantarme hacia él. Le oí maldecir, pero
solo tomó una fracción de segundo antes de ponerse al día y hundirse hasta el
fondo dentro de mí.
Suspiré ante la
sensación, la elasticidad y el esfuerzo que mi cuerpo tenía que hacer para
acomodar toda esa longitud y circunferencia. Clavé mis manos en los gruesos
músculos corriendo a través de su cuello. Quería gemir, pero en lugar de eso, traté
de responderle porque esos ojos negros estaban fijos en los míos, con decisión,
y él no se estaba moviendo.
—Noooo...
—Realmente no podía formar palabras mientras el doblaba su cabeza y ponía un
pezón en su boca. La raspadura de sus dientes casi me hizo perderme otra vez y
la forma en que ondeaba con la parte plana de su lengua en la piel hinchada
resultaba casi imposible de respirar—. Fue increíble. Estuviste genial, así
que, ¿qué si tuve que tener cuidado de cómo me sentaba durante una semana? Valió
la pena totalmente.
Ahogué una risa
cuando él se elevó sobre sus brazos para mirarme hacia abajo. Fue difícil para
él verse amenazando cuando se estremeció mientras lo apretaba con mis músculos
internos.
—No es gracioso.
Moví mis manos
para que pudiera rastrear la fuerte línea de su caja torácica, haciendo una
pequeña pausa cuando llegué a la parte que recientemente se estaba curando. Me
gustó la forma en que se sentía, me gustó la forma en que se movió.
Me gustaba que
fuera tan grande y fuerte, aún capaz de admitir que estaba luchando y que era
lo humanamente suficiente para tener debilidades. El hecho era que él me
gustaba, e incluso si eso significaba que teníamos que acostumbrarnos a la
diferencia de tamaño, era una curva de aprendizaje de la cual no tenía
problemas en ser parte. Mi cuerpo lo quería, estaba mi cabeza y todas las cosas
que me dije que estaba esperando, habían sido mi tropiezo hasta este punto.
Observándolo
mirándome como si nunca hubiera visto nada que quisiera más, me di cuenta de
que todas las partes estaban ahora en la misma página. Lo besé en el centro de
su esternón y trabajé en tirar de él hacia abajo donde toda esa carne dolorosa
y estirada hacía el mayor bien. Me gustaba sentirme rodeada por él, envuelta en
toda su masculinidad.
—Está bien. Ahora
muévete o voy a tener que hacerte daño.
Él gruñó estando
de acuerdo y volvió al negocio. Acarició a lo largo de mis piernas hasta que
las doblé a sus costados. Una de sus manos se enredó en la parte superior de mi cabello corto y
todo ese hermoso y
vigoroso músculo comenzó a subir
y a empujar contra mí.
Con cada golpe,
cada retiro, sus ojos ardían más y quemaban más brillantemente. No podía
apartar la mirada. Fue incluso mejor, más intenso que la primera vez. Él no
dejó sin tocar ninguna parte de mí. Mi boca, mi cuello, mi pecho, la parte
donde estaba abierto y él se deslizaba. Sus manos, su boca... hicieron todo lo
que pudieron para hacerme pedazos.
Él dijo mi
nombre, estoy seguro que grité cuando llegué entre los dos y justo antes de que
me empujara al precipicio otra vez él comenzó a jugar con ese maldito anillo.
Sus gruesos dedos eran tan ligeros, tan gentiles, pero yo estaba tan ido,
demasiado dispuesto para dejarme ir, así que tomó solo un roce de piel y un
ligero tirar del metal en la excitada carne para hacerme venir desquiciadamente
y tiré de mi cabeza de regreso y me arqueé contra él con la fuerza suficiente
que él tuvo un brazo debajo de mi espalda.
Sosteniéndome
así, se precipitó con renovado vigor y menos atención por mi bienestar. Fue
increíble. Lo sentí temblar su propia liberación, sentí su lengua a lo largo
del contorno de mi cuello que estaba zumbando a tiempo con su palpitante
Corazón y luego rodó para que los dos tuviéramos nuestras espaldas sobre la
cama y las piernas colgando de lado. Juré que si él era tan bueno en bajarme
con solo sus manos, yo no iba a sobrevivir si alguna vez él llevaba su boca ahí
abajo. Ahora era peligroso de una manera totalmente diferente.
Ambos estábamos
respirando con dificultad y en silencio. Yo estaba bastante segura de que Siwon
era la mejor cura para la resaca que nunca antes había visto. Él tomó una de
mis muy pequeñas manos en las suyas y recorrió con un pulgar a través de mis
uñas pintadas de neón.
—¿Entonces vas a
dejarme llevarte a una cita o algo así, Kim Heechul?
Volteé mi cabeza
para mirarlo y tuve que ahogar una risa. En realidad él parecía preocupado por
mi respuesta.
—¿Quieres
llevarme a una cita, Lee Siwon?
—Sí, creo que sí.
No me malinterpretes. Si solo quieres que te lleve a la cama cuando te sientas
bien para eso, me apunto para ello también, pero me gustas, así que sí, me
gustaría llevarte a una cita.
Me levanté sobre
los codos para poder mirarlo a los ojos, cuando me di cuenta de que estábamos
realmente desnudos y que había un montón de cosas post sexo que no estaban pasando.
Sentí que mis ojos se ampliaron en mi cara y debo haberme visto en pánico
porque frunció el ceño.
—En serio no
tenemos que hacerlo si no quieres.
—Uh... La cita
está bien, pero tenemos un problema.
Se rascó el pecho
y bostezó.
—¿Los chicos?
Lo golpeé en
el brazo.
—No, bueno sí,
tal vez, pero algo más serio que eso.
Él copió mi
postura.
—¿Qué?
—No estoy tomando
la píldora.
Nos miramos el
uno al otro por lo que se sintió como cinco minutos sin hablar. Yo era más
inteligente que eso, siempre lo fui. No podía creer que se me olvidara algo tan
básico como el sexo seguro. Finalmente él cayó hacia abajo en la cama y tiró de
su brazo atravesando sus ojos.
—Sabía que sentía
como que olvidé algo la última vez.
Bueno, mierda, no
lo había siquiera considerado antes. Aclaré mi garganta.
—¿Y?
Él solo encogió
un gran hombro.
—No es cómo si
pudiéramos retroceder y no tener sexo.
Le gruñí un poco
y mis ojos se estrecharon.
—¿Qué pasa si el
resultado es un bebé?
—Entonces nos
ocupamos de todo.
—Así como así.
—Así como así. No
te asustes todavía.
Oh, esto no
estaba ni siquiera cerca de asustar, pero él no me conocía lo suficientemente
bien como para saber eso, lo cual era todo el problema con la posibilidad de
estar embarazado por un virtual desconocido.
Iba a empezar a
hiperventilar, empezar los espasmos, pero antes de que pudiera, él envolvió sus
brazos alrededor de mí y me bajó para que estuviera encima de él. Sentí sus
labios rozar la parte superior de mi cabeza y sentí ese amplio pecho empezar a
subir y bajar en un ritmo constante. El idiota iba a dormirse encima mientras
yo estaba teniendo una crisis importante.
—Heechul. —Bajé
mi cabeza sobre su Corazón y traté de calmarme—. No te preocupes, Medio-Litro,
lo tenemos.
Y se quedó
dormido y me quedé pensando cómo un tipo tan obviamente imperfecto había
invadido mi mundo tan minuciosamente y cuánta razón tuvo Jjong, ambos lados.
Todo era definitivamente de ambos lados y ahora mismo ya no tenía ni idea de
dónde estaba.
Si señores!!!
ResponderEliminarSi Heechul!!! Quiere algo, va y lo toma!! Y ahora nuestro Siwonshis, va y le pide una cita!!!;
Ahhhhhh
-grita como loca desquiciada-
Un bebé!!!!! Oh si!!!! Un bebé!!!
Te amo!!!! Me haces tan feliz!!!!
<3
Es tu persona especial Hee,por eso te sientas tan bien con él y más entre sus brazos.
ResponderEliminarHee fue a hablar con Siwon,conseguir unas palabras...y obtuvo mucho más que eso,si todo sale bien,hasta un bebé jajajajaja.
Ninguno de los dos se esperaban,eso es la verdad,pero una vosa es lo que uno piensa,lo que uno creo...y otra muy diferente lo que pasará,por eso ahora están así,Siwon dormido abrazando a Hee.
OMG.....siwon en toalla,quien fuera Hee
Esa imagen solo me hizo pensar en la foto de Siwon que anda por ahí,con su "s" perfecta aaaahhhhh 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Lo que es la racionalidad...la primera vez no se acordaron de la pildora,estaban concentrados en ellos,si palabras,nada...pero ahora sí lo hicieron,y después de haber tenido sexo...jajajaja cero y van dos.
Ellos se creían tan desiguales,tan impares,que no eran si quiera una pizca de la pareja que querían para ellos,pero mirenlos,teniendo sexo sin culpa,durmiendo juntos y con la posibilidad de que hayan engendrado un bebé...y solo se sostienen un sus brazos ante esa posibilidad.
Si esto no es amor,no sé lo que sea.
P.D:Estoy enamorada de Siwon💞
Combustión instantanea un poroto. Esto ya no es solo lujuria, si bien Hee lo admiteca regañadientes Siwon lo evita pero tarde o temprano les saltará en la cara.
ResponderEliminarMás allá de la posibilidad de embarazo yo estaría más preocupada por la reacción del resto.