—¿Estás seguro de que esto es lo que quieres hacer? —preguntó Sora cuando se detuvieron delante de un claro en el extenso bosque.
Jungsoo miraba
fijamente el claro y Sora sabía que debía estar viendo algo que ella no, Minwoo
hizo un gesto con la mano y de repente hubo una sacudida en el aire. De la
nada, una grieta apareció y como una cortina, el espacio delante de ellos se
separó y ella pudo ver a través de este al otro extremo. No coincidía con el
bosque que los rodeaba y por ello sabía que veía el reino de los Elfos.
Jungsoo la miró y
la respuesta fue evidente en sus ojos.
—Bien, bien —se
quejó—. Realmente no tenemos elección, ¿verdad?
—No podemos salir
de una situación peligrosa con la esperanza de que alguien más dará un paso
adelante y lidiará con ello. Puede que no seamos los primeros en descubrir el
draheim en el reino humano, pero somos los únicos dispuestos a arreglarlo.
—Para alguien que
estaba dispuesto a hacer un trato con el diablo, te estás volviendo noble y
desinteresado —le dijo Sora con un guiño.
—No soy tan noble
como para liberar a la mujer que fue secuestrada para ser mi compañera. —Aunque
las palabras salieron suavemente, Sora sintió la posesividad detrás de ellas y
trató de negar la sensación de calor que les provocó. Ella era deseada. Después
de haber sido descartada años atrás, alguien la quería y no sabía cómo
corresponder a ello.
—¿Listos? —les
preguntó.
En respuesta, Jungsoo
caminó hacia el velo sin dudarlo y pasó a través de él. Minwoo le indicó a Sora
que continuara y luego, la siguió de cerca por detrás.
La boca de Sora
se abrió y giró en un círculo lento.
—¿Hemos entrado
en una película de Disney? —preguntó, asombrada de los paisajes que la
rodeaban.
El cielo por
encima de ella era del más hermoso color azul que había visto nunca. El sol
iluminaba un prado cubierto de hierba y las hojas eran sopladas rítmicamente
por el viento. Los árboles a su alrededor eran altos y fuertes, con grandes
hojas que eran de un brillante verde intenso; los pájaros revoloteaban de árbol
en árbol, piando alegremente. Sora sentía como si en cualquier momento saldría
una princesa hermosa de ojos grandes y pequeña cintura, girando desde los
árboles cantando una canción ridícula sobre la naturaleza o el amor, o la
necesidad de alejarse de su madre malvada.
—La tecnología no
ha contaminado su reino de la manera en que lo ha hecho en el reino de los
humanos —explicó Minwoo.
Sora hizo una
expresión de “oh” mientras continuaba observando el reino extendido delante de
ella.
—¿Los encontramos
o ellos nos encuentran? —preguntó Jungsoo a la Fae.
—Vamos a entrar
más profundo en el reino, pero definitivamente nos encontrarán incluso antes de
saber que están detrás de nosotros.
—Excelente —gimió
Sora—, porque saben que no quiero que esta pequeña aventura en nuestra historia
sea fácil ni nada así. Lo digo en serio, ¿dónde estaría el loco entusiasmo en
eso?
La frente de Minwoo
se frunció hacia ella y Sora se echó a reír.
—Sarcasmo Minwoo,
es un mecanismo de supervivencia que aprendí de mi hijo y sus mejores amigos.
Jungsoo tomó la
mano de Sora entre la suya y le sonrió a Minwoo.
—Solo asiente
como si entendieras y puede que eso la haga detenerse.
Una leve sonrisa
se deslizó en los labios de Minwoo y eso hizo que Sora sonriera aún más.
—Vamos —dijo
Jungsoo, mientras tiraba
de la mano
de Sora—.Manténganse alerta
—añadió.
—¿He mencionado
que tengo tanta hambre que podría considerar roer uno de mis brazos? —preguntó Sora
entre respiraciones forzadas mientras seguía las largas zancadas de Jungsoo.
—Solo veintitrés
veces —respondió Minwoo sin sarcasmo, simplemente constatando un hecho.
—¿Cuál es la
cuota de mencionar el hambre antes de que la comida, finalmente, sea la
respuesta dada, en lugar de una réplica seca?
Jungsoo se rió de
su compañera. Él amaba su peculiar sentido del humor, y su habilidad para
manejar el estrés tan bien. Incluso amaba cuando ella se quejaba, como ahora,
porque eso significaba que oiría su hermosa voz.
—Exactamente, no
he pensado una —respondió Minwoo—. Pero, cuando lo haga, serás la primera en
saberlo.
Sora se quedó
boquiabierta mientras miraba a Minwoo.
—¿Acabas de ser
sarcástico? Oh Dios mío, tú… totalmente usaste el sarcasmo como un profesional.
Minwoo se encogió
de hombros.
—Estoy
aprendiendo a hacerte frente.
Ese comentario
trajo una tos de parte de Jungsoo mientras trataba de sofocar su risa.
Los ojos de Sora
se estrecharon, aunque el brillo en ellos dejó en claro que no estaba realmente
irritada.
—Voy a dejar
pasar eso porque supongo que necesitas práctico.
Una hora después
finalmente se detuvieron, Minwoo tomó la mochila que llevaba en la espalda y
sacó un trozo de algo que parecía mucho a pan. Arrancó dos pedazos y le dio uno
tanto a Jungsoo como Sora; ésta miró el pan y luego miró a Minwoo.
—Por favor, dime
que esto es solo un aperitivo.
—Es más de lo que
aparenta —dijo Minwoo.
Mientras comían
su pan en silencio, Sora comenzó a darse cuenta que Minwoo tenía razón; había
algo más en este pan. Se sentía llena a pesar de la pequeña cantidad que había
comido y sintió que su cuerpo estaba siendo impregnado con energía. Estaba a
punto de hacer una observación sobre esto cuando de repente Jungsoo se puso en
pie de un momento a otro. Sus ojos se estrecharon mientras miraba hacia los
árboles e inclinaba la cabeza hacia un lado, escuchando.
Minwoo se había
levantado también y miraba en dirección opuesta a la de Jungsoo. Sora comenzó a
levantarse, pero se detuvo cuando Jungsoo la miró y se llevó un dedo a los
labios. Ésta se movió más lentamente cuando se levantó, tratando de no hacer
ningún ruido.
Jungsoo
entrecerró los ojos mientras buscaba a los Elfos que sabía estaban observándolos.
Había sentido sus ojos en ellos durante varios minutos; también sabía que
los habían estado
siguiendo desde hace
un tiempo. Aunque él no sentía como si estuvieran en
peligro, prefería ser capaz de ver a su potencial adversario, y no tener que
preguntarse si efectivamente planeaban un ataque. Miró a Minwoo y vio que él
también se encontraba alerta y mirando hacia el bosque, aunque su postura era
relajada, lo que indicaba que tampoco sentía una amenaza.
—Descubrirían
nuestro propósito de estar aquí mucho más rápido si se revelaran. —La voz de Jungsoo
fue alta, aunque no lo suficiente para gritar.
El silencio se
encontró con sus palabras mientras esperaban a que los observadores se
revelaran. Varios minutos pasaron antes de que finalmente, una alta figura
diera un paso alrededor de uno de los grandes árboles. Avanzó a grandes
zancadas hasta que estuvo en el centro del claro y la luz del día reveló su
apariencia. Era alto, con largos músculos delgados, tenía el cabello rubio y
lacio, colgando por su espalda. Ojos verde azulados, pómulos salientes, labios
finos que se encontraban apretados en una línea recta y una fuerte mandíbula;
sus orejas eran ligeramente puntiagudas en las puntas, pero no más grande que
las de un humano.
Su ropa se veía
como si hubiera salido directamente de El Señor de los Anillos, con un arco
colgado en la espalda. Él no dijo nada de inmediato, solo se limitó a mirar.
Sus ojos se posaron sobre cada uno de ellos, evaluando el nivel de amenaza.
—Soy Hyungsik, de
los Elfos. ¿Qué trae a un ser humano, un Rey Hechicero y un Guardian Fae a
nuestro reino?
—Fuimos a un bar
primero, aunque eso no pareció dar resultado para una broma adecuada, por lo
que ahora somos un ser humano, un hechicero y una hada a través de un velo. No
tiene la misma gracia, pero esperemos que sea mejor que el chiste del bar. —Sora
sabía que estaba divagando y aunque había tratado de callarse, por alguna razón
su boca solo siguió moviéndose.
Jungsoo la
fulminó con la mirada y ella articuló un “Lo siento” con lo cual Jungsoo negó
con la cabeza dejando escapar un suspiro deliberado y luego miró de nuevo a Hyungsik.
—Parece que sabes
quién soy —le dijo Jungsoo. Hyungsik asintió una vez.
—Hemos venido en
busca de tu ayuda, un draheim se ha abierto paso en el reino humano, ya sea por
accidente o a propósito, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que ustedes hacen
la única arma capaz de matarlo.
Los ojos de Hyungsik
estrecharon.
—¿Por qué crees
que tiene que ser asesinado? ¿Por qué no devolver la criatura a su tierra?
—Cualquier cosa
que fuera una vez, ya no lo es más. Todo lo que queda en él es una bestia
furiosa. Trató de matarnos, y logré ver en sus ojos que no quedaba ninguna
inteligencia en él. Ha sido entrenado para asesinar. Es más que probable que todo
lo bueno que quedara en él le ha sido arrebatado —respondió Jungsoo.
Hyungsik pareció
pensar en esto por un momento y luego miró a Minwoo.
—¿Qué dices tú,
Guardian?
—Creo que es muy
importante pensar en las consecuencias antes de quitar cualquier vida. Todos
servimos a un propósito en esta vida y debemos tener cuidado de no inclinar la
balanza a no sea que invitemos al mal a llenar el vacío. Con esto en mente, la
única cosa que puede venir de la existencia continua de esta bestia es daño.
Así que, lo más probable, es que si somos capaces de devolverlo a su reino, su
propia especie lo matará. Tenemos suficiente peligro en el reino humano tal y
como es. No necesitamos otro.
Hyungsik miró
unos momentos más a Minwoo antes de que una ligera sonrisa curvara sus labios,
solo sumándole más a su belleza.
—¿Cómo has
estado, Minwoo? —preguntó, y el Elfo formal que había estado de pie delante de
ellos de repente se relajó y miró a Minwoo con cariño evidente.
Minwoo se sonrojó
ligeramente y los ojos de Sora se ampliaron ante la escena frente a ella.
Maldita sea, pensó. El Elfo está complemante atraído por el Fae. No vi venir
eso.
—Estaré mejor una
vez que no haya una bruja tratando de destruir a los hombres lobo y dando
rienda suelta a una horda de demonios en el reino de los humanos —respondió con
honestidad.
Los ojos de Hyungsik
se endurecieron y dió un paso hacia él.
—¿De qué estás
hablando?
—Inclinamos la
balanza hace muchos años y ahora estamos cosechando las consecuencias de
nuestras acciones. —Minwoo apartó la miarada de Hyungsik mientras continuaba
hablando—. Desdémona, la última de las brujas, se ha vuelto muy poderosa. Ese
poder solo la ha vuelto ambiciosa. Descubrió que sanadores gitanos han regresado
a las manadas. Ella los quiere. Ya ha intentado matar al Alfa Coreano en un
intento de llegar a ellos. No tuvo éxito, pero no va a dejarse intimidar.
Hyungsik dió otro
paso hacia Minwoo y otro hasta que estuvo a menos de un metro de distancia.
—¿Por qué es que
hasta ahora vienes a mí con esto? —La mirada en sus ojos ardía con furia, pero
aún más fuerte que eso era el cariño obvio que sentía hacia Minwoo.
Sora tomó pasos
lentos hacia atrás, sin querer molestar los intercambios entre el Elfo y el
Fae. Se acercó a Jungsoo y lo miró.
—¿Estás viendo lo
que yo estoy viendo? —susurró.
Una pequeña
sonrisa apareció en el rostro de él cuando se inclinó y colocó su boca junto al
oído de ella.
—Creo que Hyungsik
ha puesto sus ojos en nuestro pequeño Fae. —Sora se estremeció cuando su cálido
aliento acarició su cuello, y volvió la cabeza hacia la pareja en cuestión en
un esfuerzo para sacudirse el efecto que Jungsoo tenía en ella.
—Sé que no te
mezclas con el reino humano, no te preocupas por los problemas de los demás
—respondió el fae, y su voz no sonó acusatoria. El simplemente estaba
constatando un hecho, como hacía a menudo.
Los ojos de Hyungsik
se estrecharon aún más. Apretó la mandíbula mientras trataba de mantener el
control de sus emociones. Solo Minwoo lo afectaba de esta manera. Había pasado
tanto tiempo desde que había puesto los ojos en él y aún así el control que
tenía sobre él era innegable.
—¿Realmente crees
que no te ayudaría si me preguntaras? —La pregunta de Hyungsik destilaba
desafío.
Minwoo se encogió
de hombros.
—¿Por qué lo
harías?
Hyungsik sostuvo
su mirada cuando levantó la mano y pasó sus dedos desde la mandíbula hasta el su
cuello. Minwoo no pudo ocultar su reacción ante él mientras la velocidad de su
respiración aumentaba. Hyungsik rió entre dientes mientras una sonrisa cruzaba
su cara y luego se había ido. Dejó caer la mano y se volvió hacia Sora y Jungsoo.
Para sus
sorpresas, Hyungsik encontró un tronco para sentarse.
—Díganme.
—No tenemos mucho
tiempo —le dijo Jungsoo, y Hyungsik asintió.
—Lo entiendo,
pero necesito saber los detalles antes de dirigir a mi ejército al reino de los
humanos.
Minwoo jadeó y Sora
se dió la vuelta para mirar al Fae. Era la primera emoción importante que había
visto de él.
—¿Vas a ayudar?
—susurró—. ¿Por qué?
Los ojos verde
azulado de Hyungsik se encontraron con los suyos. Él no se molestó en ocultar
las emociones que se arremolinaban detrás de ellos.
—Porque eres tú.
—Minwoo miró fijamente a Hyungsik. Él no tenía una réplica ante su respuesta
sincera y por una vez, deseó tener el rápido ingenuo de Sora y sus réplicas
inteligentes.
Continuó
mirándolo mientras comenzaba la historia de todo lo que había sucedido en el
reino humano; comenzó con lo que había pasado con las manadas Coreana y China.
Hyungsik se sentó
en silencio, observándolo fijamente mientras hablaba. Tan pronto como hubo
terminado, Jungsoo empezó a explicar su papel en la historia. Sora había tomado
lugar en el suelo delante de un árbol; se apoyaba en él con las piernas
estiradas, su cabeza inclinada hacia atrás y los ojos cerrados mientras
escuchaba el estruendo de la voz profunda de Jungsoo. Su cadencia parecía
coincidir con su respiración y sintió que empezaba a quedarse dormida, así que
cuando la voz se detuvo, sus ojos se abrieron. Ella parpadeó un par de veces
para aclararse la vista y luego miró a Hyungsik. Él se sentaba con el ceño
fruncido mirando al suelo como si las respuestas de pronto serían escritas en
el polvo.
—Hyungsik. —La
voz de Minwoo mostró una pizca de aprensión mientras lo veía luchar con la
información que habían compartido.
Hyungsik
finalmente levantó la vista y se encontró con los ojos de Minwoo.
—Voy a tener las
armas necesarias listas y mi ejército se unirá a ustedes para luchar. —Su
mandíbula se tensó—. He sido un tonto por ignorar los acontecimientos sucedidos
en el reino de los mortales.
Minwoo sonrió.
—Bueno, no eres
el único. Fue necesario que la diosa de la luna interviniera para que mi gente
actuara.
—¿Qué quieres
decir con que fue necesario que la diosa de la luna interviniera? —preguntó Hyungsik
con los ojos entrecerrados.
—La Gran Luna ha
hecho posible los apareamientos entre lobos y Fae. También dio la orden al
consejo Fae para llamar a las manadas —explicó Minwoo.
Jungsoo dió un
paso adelante.
—No mencionaste
eso.
—Estaba esperando
el momento adecuado.
—Cuando dices
“las manadas” —interrumpió Hyungsik—. ¿Te refieres a todas ellas?
—Si por todas
ellas te refieres a todas ellas, entonces sí. —Minwoo asintió. Sora negó con la
cabeza ante el sarcasmo de Minwoo.
—He creado un
monstruo —se quejó.
Hyungsik siguió
con la mirada fija en Minwoo mientras pensaba en las implicaciones de sus
palabras.
—Para que la Gran
Luna intervenga…
—Es malo
—concordó Minwoo.
—Uh, tengo que
estar de acuerdo con que todo esto apesta, pero, ¿puedo preguntar algo? —Sora
tomó la palabra—. Sé que has dicho que eras Hyungsik y que eres un Elfo,
obviamente, pero, ¿puedes aclarar exactamente cómo vas a ser capaz de llevar un
ejército para ayudarnos?
El amago de una
sonrisa apareció en sus labios.
—Por supuesto, no
soy solo otro Elfo común y corriente. Soy Hyungsik, Príncipe de los Elfos.
Los ojos de Sora
se abrieron de par en par.
—Príncipe
—murmuró, y luego miró a Minwoo—. No mencionaste que tenías contacto con la
realeza.
Minwoo se encogió
de hombros.
—Nunca
preguntaste.
Hyungsik se puso
de pie y los otros hicieron lo mismo.
—Necesito una
noche para organizar todo —les dijo—. Voy a pedirles que regresen de nuevo a su
reino y me esperen allí. —Entonces, se acercó a Minwoo y tomó su mano—.
Discúlpennos por un momento, por favor —les dijo a Jungsoo y Sora mientras
apartaba a Minwoo a varios pies de distancia.
Minwoo miró a Hyungsik
sorprendida. Él le frunció el ceño.
—No me mires
sorprendido, Minwoo. Te conozco desde hace mucho tiempo.
Minwoo bajó la mirada,
no quería que él viera la verdad detrás de ellos, pero él no le permitiría
ocultarse tan fácilmente. Levantó su barbilla con un dedo hasta que sus ojos se
encontraron.
—¿Por qué te has
mantenido lejos durante tanto tiempo?
—¿Por qué lo
hiciste tú? —le replicó.
—Sabes que es
difícil para mí salir de aquí. No tengo a nadie que ocupe mi lugar mientras
estoy fuera como los lobos lo hacen. No tengo un consejo que vigila mi pueblo
como los Fae sí. Yo soy el único que tiene toda la carga del puesto.
Minwoo asintió.
—Lo sé.
Los ojos de Hyungsik
se estrecharon.
—¿Y?
—¿Y qué? Los dos
tenemos responsabilidades que no podemos ignorar. Yo soy un guardián, tú eres
un Príncipe, y eso es lo que tenemos. No podemos darnos el lujo de seguir a
nuestro corazón.
Una pequeña
sonrisa apareció en el rostro del Príncipe.
—Así que, ¿tu
corazón te lleva hasta mí?
—Tú sabes que lo
hace —susurró Minwoo.
Antes de que
pudiera anticipar su próximo movimiento, sus labios estaban presionados
repentinamente en los suyos. Fue un beso rápido y firme; era una promesa.
—Te veré muy
pronto. —Le dió una última mirada significativa, y si las miradas pudieran
envolver los brazos alrededor de una persona y poseerlas, entonces él, Minwoo
estaría encerrado en los suyos.
Minwoo regresó
hasta Sora y Jungsoo en un deslumbramiento.
—No lo viste
venir, ¿verdad? —preguntó Sora.
Minwoo negó con
la cabeza, aún incapaz de decir ni una palabra.
—Sí, bueno, hay
mucho de eso por aquí, así que bienvenido al club.
Perfecto...más ayuda y esta sí parece estar 100% seguros de lo que harán.
ResponderEliminarBaia baia...con razón Minwoo no puso reparo por saber a dónde los llevaba jungsoo...bien escondidito que se lo tenia.
Claro,como ahora los enlaces son más amplios,aquí hay una oportunidad para ellos.
Pero si se apresuran no me enojo...la ventaja es importante.