Donghae no tenía ni idea de lo que
estaba haciendo, pero era inteligente. Podía encontrar la manera de aprovechar
toda la magia que Hyukjae contenía y usarla para salvarle.
Sus hermanos lo hacían todo el tiempo. ¿Qué tan difícil podía ser?
Cerró los ojos y se enfocó en la Luceria
alrededor de la garganta, el vínculo al poder interior de Hyukjae. Varias de
las cicatrices alrededor del cuello estaban entumecidas, debido a las
terminaciones nerviosas cortadas, pero sentía lo suficiente para notar el
collar allí, pegado a la piel. Vibraba, más rápido que el pulso de Hyukjae,
pero acompasado con él. Estaba caliente, y parecía estar calentándose más con
cada segundo que pasaba.
Las vibraciones se aceleraron, y un
cosquilleo recorrió el interior de las venas de Donghae. Tenía un zumbido en el
pecho, y una especie resonante de energía se cernía a su alrededor.
Chisporroteaba a lo largo de la piel, especialmente cuando los dedos de Hyukjae
le rozaban el estómago.
Dejó que ese cosquilleo le entrara
dentro, reuniéndolo en un manojo. Ese manojo creció hasta llenarle,
derramándose hasta que estuvo seguro que el camionero al otro lado del camino
podría verlo. Un brillante y pulsante latido golpeó contra el aire y sacudió
las ventanas. El poder continuó aumentando, pero no hizo nada más. No sabía
cómo hacer que hiciera nada.
—Detener el veneno —ordenó, pero no pasó
nada. Decirlo en voz alta no sirvió de nada.
El poder comenzaba a ser incómodo a
medida que crecía, saltando alrededor de las entrañas hasta desencadenarse por
los huesos y los órganos. Trató de detenerlo, pero eso no hizo nada para frenar
la creciente presión que estaba sintiendo. Más energía se filtró a él a través
de la Luceria, y no encontraba la manera de detener el flujo.
El asiento bajo ellos tembló, y oyó un
traqueteo en el portavasos. Las llaves que colgaban del arranque chocaron entre
ellas. Se le erizó el cabello, y hubo un débil crujido de electricidad estática
en el aire.
Si no detenía esto pronto, iba a
terminar matándolos a ambos.
Puso las manos sobre el pecho desnudo de
Hyukjae y trató de visualizar lo que quería que pasara. El veneno solo era
química, una molécula de cosas que no pertenecían a su cuerpo. Todo lo que
tenía que hacer era encontrarla, cogerla, y expulsarla por un orificio u otro.
No había problema. Podría hacer eso. Ni
siquiera era tan complicado.
Al menos eso es lo que se decía a sí
mismo mientras examinaba su cuerpo buscando alguna forma de encontrar el
veneno.
Un músculo en el
pecho de Hyukjae tembló violentamente. Donghae abrió los ojos. La visión de los
dedos extendidos a través de algo tan hermoso como el pecho desnudo de él lo
conmocionó. El árbol de su pecho era tan real, que estaba seguro de poder
sentir la textura de la corteza arañándole los dedos. Las pesadas capas de
músculos cubrían las costillas, pero su piel estaba muy pálida y fría al tacto.
Tres arañazos cruzaban su hombro, y
estaban rojos e hinchados como si estuvieran infectados. Ya no sangraba, pero a
lo largo de esas heridas había manchas brillantes de color amarillo.
Amarillo, como la saliva que goteaba por
la boca del demonio. Eso era. Ese era el veneno.
Ahora Donghae sabía que buscar, así que
cerró los ojos nuevamente y envió el poder creciente en el interior de nuevo a
él, para buscar en su torrente sanguíneo a ese invasor de color amarillo
brillante.
Podía sentir que algo ocurría, alguna
clase de cambio en el zumbido de energía que vibraba a través de él. Tenía un
propósito ahora, y lo dirigía a ese objetivo, ansioso de cumplir sus órdenes. En
la mente, podía ver las motas brillantes de energía barriendo sus venas,
reuniendo todas las partículas de resplandeciente veneno que pudo encontrar.
Bajo su mano, Hyukjae se movió,
arqueando su poderoso cuerpo bajo las manos. Respiró profundamente, dejando
salir un siseo de dolor.
Las mágicas burbujas limpiadoras habían
acumulado un poco del veneno ahora, y él tenía que mandarlo a alguna parte.
Realmente no quería hacerlo vomitar por miedo a que se ahogara en su propio
vómito, y no creía que él fuera a agradecerle usar la otra salida obvia. En
cambio, dirigió al veneno hacia el corte que le había hecho recientemente,
obligándolo a filtrarse a través de sus capilares hasta correr sobre su piel.
Hyukjae gimió y comenzó a moverse bajo él.
Si no se quedaba quieto, el veneno se extendería por todas partes. No sabía si
podría ser reabsorbido por la piel o no, pero no estaba dispuesto a enterarse
de la manera difícil.
No tenía nada para limpiarle el veneno,
así que se despojó de la chaqueta de cuero que le había dado, después de la
chaqueta del traje, y usó eso para limpiar la brillante saliva del demonio.
Hyukjae lo agarró por la muñeca y abrió
los ojos. Su mirada se dirigió directamente a la Luceria alrededor de su
cuello, mirándola fijamente durante varios segundos. Tenía una extraña
expresión en la cara, una tanto de reverencia como de arrepentimiento.
No era exactamente lo que él esperaba de un hombre cuya vida acababa de salvar.
Por otro lado, Hyukjae casi había
muerto, así que no se lo tuvo en cuenta.
Hyukjae le deslizó los dedos por la
cintura, rozándole el abdomen. Él se estremeció ante su contacto, pero trató de
ocultar la caprichosa reacción.
Hyukjae agarró la tela de la chaqueta en
un puño, sacándosela de las manos. Entonces se sentó y terminó de limpiarse el
veneno, limpiando más de su brazo desnudo. Abrió la puerta y lanzó la chaqueta
al suelo.
Pensó quejarse durante un segundo antes
de darse cuenta que en realidad no quería volver a ponerse esa chaqueta nunca
más, no importaba cuantas veces la llevara a la tintorería.
Cuando él se volvió para hacerle frente,
su oscura mirada era acerada, pero había una marcada desolación en su expresión
que no comprendía.
—¿Qué hiciste? —preguntó, como si
hubiera hecho algo malo.
La indignación le hizo enderezar la
columna vertebral.
—Me deshice del veneno que te estaba
matando. De nada, por cierto.
Los ojos de Hyukjae se cerraron con
arrepentimiento antes de recuperar el control de su expresión.
—¿Crees que voy a darte las gracias?
¿Tienes alguna idea de lo que has hecho?
Ahora estaba comenzando a preocuparse.
Toda esa cosa mágica era nueva para él. ¿Y si había hecho algo mal o roto
alguna regla secreta que no conocía?
—No lo entiendo. Hice lo que Leeteuk me
dijo que hiciera… lo que yo pensaba que querías que hiciera.
—Me engañaste para unirme a ti.
—¿Te engañé? No, no lo hice.
—Yo estaba delirando. Pensé que
estábamos bajo ataque.
—Probablemente lo estaremos. Tuve que
cortarte. Ellos pueden oler tu sangre, ¿verdad?
Hyukjae le hizo un gesto sombrío,
después, examinó el área que los rodeaba.
—Tal vez hay alguna manera de
deshacerlo.
—¿Deshacer qué?
¿Eso era lo que le molestaba?
—Lo siento, Hyukjae, pero no te conozco
lo suficiente como para prometer algo que se le parezca a la permanencia. Sé
que eso es lo que esperan, y sé que así acabaron mis hermanos y los otros, pero
eso es precisamente lo que no va conmigo. Tengo otros planes.
La mirada de él se posó de nuevo sobre
la Luceria, como si no pudiera mantener los ojos apartados de la visión.
—Entonces deberías haber hablado con más
cuidado.
—¿Qué quieres decir? Solo prometí
quedarme contigo hasta que estuvieras mejor.
—No, hasta que estuviera tan bien como
nuevo. Eso es lo que dijiste. Esas palabras. Estoy mejor ahora, y todavía mi
Luceria permanece alrededor de tu cuello.
Él extendió la mano, trazando el collar
con un dedo grueso. Su calor traspasó a través de la banda y de la piel,
irradiando a través del cuerpo. Los parpados aletearon cerrándose, y tuvo que
contener un gemido de placer. Incluso a través de la barrera de la Luceria, su
toque tenía el poder de hacer que las rodillas se tambalearan de deleite. No
estaba bien. No era lo que quería, pero no pudo evitarlo.
Donghae se obligó a abrir los ojos para
que Hyukjae no pudiera saber su vergüenza secreta. La expresión de su cara era
de asombro y pesar.
Donghae pensó en lo que había dicho,
revisando las palabras. Él tenía razón. “Hasta que estés tan bien como nuevo”.
Eso era exactamente lo que había dicho.
—No es un problema —dijo, forzando una
alegría falsa en el tono de voz para evitar la preocupación que tenía—. Vamos a
solucionar lo que sea que esté mal contigo y todo volverá a estar bien.
—Esperaba—. Así que ¿cuál es el problema? ¿Olvidé algo del veneno? Si no, no
pasará mucho tiempo para que esos arañazos de tu pecho sanen, ¿no?
Los ojos negros de Hyukjae miraron hacia
el asiento de la camioneta, haciéndole parecer culpable como el infierno.
—Lo que está mal conmigo no es algo que
puedas arreglar. Nadie puede.
La comprensión floreció y con ella una fuerte
dosis de temor. Era su corazón roto lo que era un problema, no su cuerpo
físico. La pérdida de Shiyoon le había herido profundamente. Lo había amado, y
ahora estaba muerto. Donghae no podría esperar que estuviera bien.
—Encontrarás a alguien más que puedas
amar de nuevo —le dijo, con la voz suave. La última cosa que quería para Hyukjae
era tenerlo a la defensiva y peleando con él a cada paso del camino. Si tenía
que encontrarle una nueva pareja para liberarse del voto, entonces eso era lo
que haría. No era exactamente un tío tierno, pero estaba bueno como el
infierno, construido como el sueño favorito de cualquiera. Podía trabajar con
eso. Hacer de casamentero.
La idea de Hyukjae con otro le crispaba,
haciéndolo enfadar. Era ridículo que sufriera siquiera un momento de celos,
pero era demasiado práctico para mentirse y pretender que no había sucedido.
Dos veces.
Hyukjae apretó la mandíbula de
frustración.
—No lo entiendes, ¿verdad? Esto contra
lo que estoy tratando no es un poco de angustia.
—Entonces dime. ¿Cuál es el problema?
Hyukjae luchaba por mantener el control
sobre las tempestuosas emociones. Había demasiadas para contarlas, demasiadas
para distinguirlas.
Quería reír y gritar al mismo tiempo.
Quería llorar por todo lo que había perdido, y cantar de alegría por la
oportunidad que se le había dado para vivir la vida que se suponía debía haber
tenido. Quería desnudar a Donghae para poder tomarlo fuerte y rápido, vinculándoles
aún más, y quería recogerlo y abrazarlo fuerte, donde ningún daño podría
alcanzarle. Pero sobre todo, quería matar.
El dolor había desaparecido –Donghae se
lo había llevado- pero la rabia lo golpeaba, exigiendo liberación. El monstruo
gritaba dentro del cráneo, lanzándose sobre los pensamientos, hasta mezclarlos
para que no pudiera dar sentido a ninguno de ellos. Todo el cuerpo se le
contrajo, deseando una pelea, pero allí solo estaba Donghae.
Se habían unido. Lo había permitido.
Claro, que había estado falto de coherencia entonces, pero no era excusa.
“Como nuevo”.
Tenía el alma muerta. Nunca iba a estar
como nuevo otra vez.
No podía decírselo. La vergüenza era
demasiado profunda. Todo lo que podía hacer era echar la cabeza atrás y rugir
al mundo por lo que le había sido arrebatado.
El monstruo era más fuerte que nunca.
Había tenido mucho cuidado para mantenerlo contenido durante mucho tiempo, pero
ahora había visto a Donghae, y lo quería. Hyukjae podía sentir cómo estiraba
sus alas y extendía las garras probando la jaula. Tenía que alejarse de Donghae
antes de que hiciera algo violento y permanente.
Hyukjae se dirigió a la puerta, pero las
manos de Donghae se le enroscaron en el brazo, deteniéndolo. El tacto de sus
delgados dedos contra la piel desnuda era casi más de lo que podía soportar.
Era suave, cálido y muy vulnerable.
Se giró hacia él para decirle que lo
dejara marchar, que no era seguro que lo tocara. Antes de que pudiera abrir la
boca, el alarido de rabia en el interior se silenció, como si ansiara oírle
hablar.
Era hermoso. No lo había notado antes.
Pero definitivamente lo veía ahora. Sus labios carnosos estaban entreabiertos,
y tuvo el impulso de pasar el dedo sobre ellos y ver si eran tan suaves como se
veían. La Luceria brillaba en su cuello, inundándolo de un sentido de orgullo y
de rectitud absoluta.
No importaba qué tan grande fuera la
equivocación, o lo mucho que sabía que Donghae iba a resentirse del vínculo.
Por el momento, sintió una paz que no había conocido desde que había sostenido
en los brazos al bebé Eunhae.
Era un regalo, y de alguna manera iba a
tener que encontrar la manera de dejarlo marchar.
Donghae tomó una bocanada de aire su
pecho se presionó contra su modesta camisa. Hyukjae bajó la vista. Había sido
obvio. Ni siquiera había intentado aparentar otra cosa. Mientras miraba, sus
pezones se endurecieron bajo la tela, lo que le hizo agua la boca.
También lo deseaba. Había visto el deseo
oscurecer sus ojos antes, tal y como estaba ocurriendo ahora. Su respiración se
aceleró y un rubor tiñó de rosa sus mejillas.
No había tenido a alguien desde hacía
muchísimo tiempo. Ni siquiera había pensado en el sexo hasta que Donghae llegó.
La polla se le hinchó contra el pantalón
vaquero, dolorida de necesidad. Un sudor le estalló a lo largo de la espina
dorsal y el cuerpo se le calentó a toda marcha. El aroma de su piel llenaba la
cabina de la camioneta, provocando que se mareara. Necesitaba más de él.
Hyukjae se inclinó hacia Donghae, con la
intención de acariciar con la nariz su cuello e inspirar. Tan pronto como el
objetivo se hizo evidente, Donghae se puso rígido y se congeló.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó, con la
voz temblorosa por el miedo.
Lo miró a la cara, viendo el terror
apenas controlado y flotando en sus ojos. Su mano extendida sobre el cuello en
un gesto inconsciente de autodefensa. El ligero temblor de sus dedos le hizo
desear aplastar lo que sea que le había asustado.
Y entonces vio las marcas en su cuello y
se dio cuenta de que había sido él el que lo había asustado.
Había servido de alimento durante dos
años. Sus cicatrices atestiguaban eso. Sólo podía imaginar lo que el
acercamiento suponía para él.
Tenía que alejarse. Ahora. Mientras las
emociones eran lo suficientemente sosegadas para poder pensar y recordar el
honor.
—Suelta. —Incluso una simple palabra era
difícil de pronunciar.
La mandíbula fuertemente apretada, un
nudo en la garganta entorno a un rugido que se negaba a dejar pasar.
—¿Me vas a dejar aquí? ¿Solo? Pensé que
era algo inadmisible. Leeteuk viene con ayuda, pero no sé cuánto tiempo les
llevará llegar hasta nosotros.
Tenía la boca tan jodidamente hermosa.
La vio moverse y extendió la mano para tocarla. Si tan sólo pudiera besarlo una
vez, sabía que eso le calmaría las tempestuosas emociones.
No podía pensar en estar tan cerca y no
reaccionar. No ahora, cuando había decidido vincularse a él.
Deslizó el dedo por encima de su labio
inferior. Era terso e increíblemente suave. Podía sentir el leve temblor debajo
de la yema, pero Donghae no se apartó. En cambio, sus pupilas se expandieron y
se humedeció los labios, su lengua le rozó el dedo en una cálida caricia.
Tenía que saborearlo, besarlo. Sólo una
vez antes de que la tormenta de ira se intensificara de nuevo, antes de que el
monstruo comenzara a aullar otra vez. No podía confiar en sí mismo después. Era
demasiado peligroso. Pero ahora, en este preciso momento, era más hombre que
monstruo, y el hombre quería sólo catarlo.
Hyukjae se inclinó hacia delante,
acortando el espacio entre ellos. A Donghae se le aceleró la respiración, y
pudo verle el pulso latiendo fuerte y rápido en su cuello.
Se movía lentamente, no quería asustarlo.
—¿Qué estás haciendo? —susurró.
No se fiaba de las palabras. Expresaría
las cosas mal y arruinaría esta oportunidad de averiguar si era tan dulce como
parecía.
Hyukjae entrelazó los dedos en su
cabello, sosteniéndole de la parte posterior de la cabeza. Acercó más el
cuerpo, hasta que pudo sentir el calor de su rodilla tocándole el muslo. Se
inclinó y cubrió sus labios entreabiertos con los suyos.
Donghae hizo un pequeño sonido de
sorpresa, seguido de un suspiro de placer, que él bebió con avidez. Había
tenido la intención de retirarse después de un beso rápido, pero no pudo. No
era tan fuerte.
Su boca se moldeaba contra la suya, y
profundizó el beso, hundiendo la lengua más allá de sus labios. Donghae le
apoyó sus manos sobre los hombros y se inclinó hacia él, deseoso de más.
Hyukjae lo colocó a horcajadas sobre el
regazo, y luego se permitió mover las manos desde su estrecha cintura para
pegarlo plenamente a lo largo del cuerpo. Sintió que sus pezones se endurecían
contra el pecho desnudo, y maldijo la tela de su camisa por interponerse en el
camino.
Hizo unos ruidos dulces de necesidad
mientras Donghae le devolvía el beso, enredando su lengua con la suya. Era como
la miel caliente fluyendo sobre él, calentándole la piel. Su montículo le rozó
la erección, enviándole un rayo por la columna vertebral. Encajaba en su contra
a la perfección, pero había demasiada ropa en el maldito camino. Si no
conseguía tenerlo desnudo e impulsar la polla en él, verdaderamente podría
matarlo.
Donghae movió la mano hasta el collar
para desenganchar el cierre. Se puso tieso entre sus brazos, dando una sacudida
hacia atrás.
—No. No puedo —dijo.
Sin embargo su piel estaba sonrosada y
su boca roja e hinchada por el beso.
—Quieres esto tanto como yo —dijo Hyukjae,
la voz sonaba apenas humana.
Su monstruo despertaba, estiraba sus
alas.
Donghae tragó saliva y miró hacia otro
lado, la culpa y el pesar contraían sus facciones.
¿Cómo se atrevía a negarse después de lo
que había hecho? Era el que había forzado el vínculo. No él.
Empezó a retirar los dedos del brazo
desnudo, pero él apoyó la palma sobre ellos para mantenerlos en su lugar. No
quería que dejara de tocarlo todavía.
Miró hacia abajo y luego hacia arriba
hasta que posó sus ojos en los de él. Sus palabras salieron precisas y nítidas:
—Déjame. Ir.
La posesividad le atravesó, trayendo
consigo otra andanada de salvaje ira. El monstruo despertó, hambriento y
enojado. Era suyo. Se había vinculado a él y se merecía lo que le pasara.
Espera. Eso no estaba bien. Una duda
insignificante le pasó por la mente. Se suponía que debía protegerlo y cuidarlo,
no empujarlo a hacer cosas que iban en contra de su voluntad. ¿No lo hacia él?
Tenía mucho dentro. No podía asimilarlo.
No podía entender la diferencia entre lo que quería hacer y lo que tenía que
hacer. Y el monstruo no cerraba la boca ni un minuto para dejarle pensar. Le
golpeaba, exigiendo ser puesto en libertad. Todo estaba revuelto y demasiado
confuso para tener alguna esperanza de ordenarlo.
—Necesito salir —le dijo a Donghae, con
la voz temblorosa por la emoción.
Si no estaba cerca, no podría hacerle
daño. Era la única manera que se le ocurrió para protegerlo.
—Estás herido. No puedo dejarte solo,
pero no podemos hacer… esto más, tampoco.
—Estoy bien. —Era una gran mentira.
Estaba siendo machacado desde dentro por la necesidad de tocarla de nuevo—.
Sólo necesito salir para aclararme la mente.
Antes de que pudiera detenerlo, agarró
la espada del suelo y se tiró de la camioneta, cerrando la puerta tras él.
Caminó unos metros de distancia antes de que el frío le golpeara el desnudo
pecho.
No importaba. El aire frío no lo
mataría. Pero si hacía algo que dañara a Donghae, él se mataría.
Tomó enormes bocanadas de aire frío y se
mantuvo de espaldas a él. No podía ver a ningún Saesang, pero eso no
significaba que no estuvieran allí. Aunque los rastros de sangre que había
limpiado eran pequeños, eso era suficiente para atraerlos.
Una parte de él deseaba que llegaran.
Quería luchar, matar. Necesitaba dar rienda suelta a algo de esa rabia antes de
que hiciera algo horrible.
Hyukjae se paseaba como un animal
enjaulado. ¿Cómo podía permitir que eso sucediera? Se suponía que Donghae
debería haber elegido a otro. Salvado a cualquiera.
Oyó la puerta de la camioneta abrirse y
cerrarse de nuevo, pero no se atrevió a mirarlo. Mantuvo la vista fija en los
árboles en la distancia, esperando que cogiera la indirecta y se fuera.
—¿Estás bien? —preguntó. Podía sentir su
presencia a la espalda, al igual que la luz del sol brillando sobre la piel—.
Tienes que volver a la SM.
—¿Y dejarte aquí? No lo creo. Vuelve a
la camioneta. Te vas a morir de frío aquí fuera.
Por dentro seguía ardiendo por el beso,
pero escuchó el temblor en su voz y se vio impotente por controlar la reacción.
Su cazadora de cuero estaba sobre el asiento. Volvió y la recuperó, cubriéndole
los hombros con ella, con cuidado de no tocarlo. Si sentía el suave calor de su
piel, podía que olvidara lo que era real y lo que no
Se la veía pequeño y vulnerable,
acurrucado sobre sí mismo, parecía que la cazadora se lo había tragado. Le
dieron ganas de desnudar los dientes y gruñir al mundo una advertencia para que
se mantuvieran alejados de Donghae.
—Creo que eres tú el que debería usar
esto, no yo —dijo.
No confiaba en sí mismo para responder.
Lo miró fijamente durante un largo momento, observando su oscuro pelo azotado
por el viento. El ver que se preocupaba por él calmó un poco el turbio caos
interior. Podría estar mirándolo toda la noche, pero estaban expuestos aquí. Ya
no estaba sangrando, pero había rastros de sangre en la chaqueta del traje. No
pasaría mucho tiempo antes de que uno de los demonios percibiera el olor.
Cogió la chaqueta del traje, la arrojó a
un contenedor de basura metálico que había cerca de los baños en la parada de
descanso y la prendió fuego con un soplete que había metido en la parte trasera
de la camioneta. Esperando evitar que los demonios fueran hasta allí una vez
que se hubieran ido. No había garantías, pero era lo mejor que podía hacer,
dada la situación.
Ya era hora de que Donghae volviera a
casa. Jamás había confiado lo suficiente en alguien para contarle el estado en
que tenía el alma, pero iba a tener que hacerlo. Necesitaba ayuda para saber
cómo sacar a Donghae del lío en que inadvertidamente se había metido y ahora
que Changmin y Yunho estaban muertos, no podía pensar en nadie que pudiera
tener algunas respuestas.
—Es hora de irnos —dijo.
Hyukjae ayudó a Donghae a subir a la
camioneta, y luego se deslizó detrás del volante. Se incorporó a la carretera,
tragándose los kilómetros a un ritmo vertiginoso.
Donghae se mantenía en silencio junto a
él, dividiendo su atención entre lo que tenían delante y lo que había detrás.
Podía sentir su ansiedad deslizándose a través del reciente vínculo. Se
deleitaba con la conexión tanto como maldecía. Así era como se suponía tenía
que ser.
Estar atado a Donghae consumaba su
propósito en la vida. Era una sensación de realización, era difícil recordar
que era completamente inadecuado para él, una deprimente mezcla de futilidad y
peligro. Y sin embargo, no podía negar el poder de su regalo. El dolor se había
ido. No todo, pero la mayor parte había desaparecido cuando él había cogido la
Luceria y utilizó el poder para expulsar el veneno.
La presión interior que se había erigido
había disminuido, permitiéndole sentirse… ligero. Después de décadas de agonía,
finalmente era libre. No importaba que no durara mucho tiempo. Se empapó de la
tregua que le había concedido, deleitándose en ella.
Hyukjae llevaba sin sentir verdadera
alegría mucho, mucho tiempo, pero ahora la recordaba. Era muy parecido a sentir
esto, y tenía que dar las gracias a Donghae por devolver un poco de lo que había perdido. La
restauración era temporal, por lo que estaba decidido a disfrutar de ello
mientras durase. Una vez que las cosas volvieran a estar como antes, ni
siquiera podría recordar cómo se sentía ahora.
En cuanto pudiera, tomaría una salida
para adentrarse en las carreteras secundarias. Las posibilidades de ser
detenido por una patrulla de carreteras eran mucho más limitadas por ahí, y si
tenía que parar y luchar contra los Saesang, habría menos gente que viera lo
que pasaba, o se metiera en medio.
—¿Ves algo? —le preguntó, su voz
temblando de miedo.
Odiaba que tuviera miedo, y deseó poder
hacer algo para quitárselo.
La idea le golpeó duro, trayendo a la
memoria un sueño, uno que había tenido mientras estaba envenado. Donghae había
tenido miedo. Frío y desesperación. Ahora que estaba despierto, se dio cuenta
de lo que el sueño había sido. Fue la visión que la Luceria había elegido para
compartir con él, pero ahora era difícil de recordar, con sólo fragmentos de la
misma parpadeándole en la mente.
Donghae había estado prisionero en una
cueva, acurrucándose contra un chico en busca de calor. Estaba enloquecido de
miedo y debilitado por la última ronda de alimentación. Sooman casi lo había
dejado seco antes de lanzarlo devuelta a su celda. Tenía los brazos y las
piernas helados y entumecidos. Estaba temblando, y sin embargo, sus
pensamientos estaban centrados en el niño que tenía a su lado y cómo podía
protegerlo.
Eso había sido durante sus primeros días
de cautiverio. Cómo había aguantado otros dos años sobrepasaba a Hyukjae.
Incluso que hubiera conservado la cordura era un misterio.
Pero lo consiguió, y ahora estaba aquí,
unido a él de una manera que no entendía. Donghae no había tenido la intención
de que fuera permanente. Había querido sólo salvarle la vida.
¿Cómo iba a decirle que estaba atado
irrevocablemente a un hombre sin alma?
Donghae frunció el ceño y le miró.
—¿Estás dentro de mi cabeza? ¿Leyendo
mis pensamientos?
Apisonó el pico de furia que su pregunta
causó. Lo había dicho como si no tuviera derecho a conectarse con él de esa
manera, como si el concepto mismo le repugnara.
—No —zanjó.
que hermoso capítulo. Sin duda la lucería hizo lo que ambos realmente querían, que era estar el uno junto al otro aunque no lo reconozcan.
ResponderEliminarTodavía no me queda claro de que manera Hae podrá usar la magia de Hyuk ¿cómo sanador? más que mal sacó el veneno del cuerpo de Hyukjae.
El beso fue otro cuento, lo estaba esperando con muuuuchas ansias, es que de verdad se tenían unas ganas 1313 jajajja. Mira que Hae hasta se sentó en el regazo de Hyuk, aunque no sé como tuvo la fuerza de voluntad para separarse jajajajaja.
Hae no sabe que Hyuk no tiene alma, hasta que punto será vinculante su voto? me pregunto porque o si no Hae sonó y va a tener que arreglar a Hyuk enterito.
Muchas gracias por este capítulo tan maravilloso, vi el link en twitter y la felicidad me recorrió el cuerpo, ajajaja. Espero puedas actualizar pronto.
Besitos !
Aigooo donghae,hyukie te chere cuidar y espero que logren entre los dos borrar esas malas experiencias, asqueroso monstruo que vive dentro de hyuk dejalo cuidar de su hae please unnie gracias x el capi lo andaba esperando kamsamnida
ResponderEliminarMuchachos van a matarme.......
ResponderEliminarHae lamento decir que yo te lo dije, lo que prometiste no iba a poder resolverse fácilmente. Hyuk ya no es él que era antes y no sufre de rotura de corazón, tiene un monstruo dentro y ahora la bestia esta obsesionada con vos.
Yo se que es difícil pero se nota a la legua que se tienen ganas y ambos se reprimen pero me parece que la mejor solución es dar rienda suelta a sus instinto y ver hacia donde los dirige eso
oh! que puedo decir, que esos dos tienen lo que quieren y desean y a la vez tienen miedo a aceptarlo, donghae necesita a alguien que lo cuide y proteja y hyuk necesita a alguien que lo ame, la luceria ha escogido por si sola, hae no se dio cuenta del voto que hizo pero ahora ya no puede simplemente borrar las palabras dichas.
ResponderEliminarlos dos estan deseando completar el vinculo pero todavía hay algo que los detiene, hyuk el recuerdo, el dolor y la venganza, hae su testarudes.
si se decisieran de esos elementos, podrian ver que estan hechos el uno para el otro.
unnie gracias por el mp y hasta el siguiente capitulo.
oh!! ese beso fue tan asdadf ...... que pensará hacer hyuk ahora que esta enlazado a hae le dirá la verdad sobre su alma ???? esta historia se esta poniendo cada vez mas interesante ...
ResponderEliminargracias por el mp
saludos y cuídate ^^
amo esos momentos cuando se tocan ahhh casi se vinculan mas awwwwww *-*
ResponderEliminarah que suerte que pudo salvarlo hae salio mas inteligente hahahahaha
muy bueno el capitulo unnie ah ya kiero saber que pasara cuando lleguen a la SM
hykie debe sacarse ese anillo que tienen para que pueda ser feliz con hae como yeyo con wookie *-*
Gracias por el mp unnie
bye bye
ahhhh!! Yota amor mio corazon de otro!! hasta que estos dos se enlazaron!! ahh pero quiero que sea con 1313...el mono debe darle duro contra el muuro a su pescadito!! ahhh!! todo es culpa de ese maldito anillo negro!! lo se...por que no se lo quita de una maldita vez!! ahh! gracias por el mp...me encanto el cap!! nos vemos!!
ResponderEliminarMaravilloso Donghae, pudo manejar el poder de Hyuk perfectamente tiene alma, solo que ha pasado tanto dolor e ira que siente que no tiene esta viva, si existe su alma solo hay mucho dolor en el, su destino es estar juntos por siempre, ahora por la eternidad...Yota gracias por el MP y sigue asi es maravilloso.
ResponderEliminarTonto Hae,tonto Hyuk,ahora como le van a hacer......Hyuk deberia decirle lo que hae hizo,de plano si no lo quiere a su lado,pues que lo vaya desanimando,pero con esa promesa que hizo Hae,se condeno el solo.
ResponderEliminarPero ya vimos y sabemos que lo que menos quieren a pesar de la situación, es separarse,hae deberia ponerse a pensar bien las cosas,hyuk con tantos años deberia saber en lo que estan metidos y decirle de una a hae todo.
rosaliehale:
ResponderEliminarCarajo!! pero que bipolares son ambos, estan en un "si quiero"y "no quiero",, creo que va a yener que suceder algo un poco dramatico para que estos ya se decidan por una sola cosa.
Ahora veo que yo en el capitulo anterior pensaba igua que Hyuk en este, la promesa que le dio Hae tiene unas fallas "dejarlo como nuevo" pffff eso va a estar dificil considerando la situacion de Hyuk y su monstruo interno, pero lo bueno fue ese beso, guao que beso!!, si eso es la antesala no me quiero lo que sigue.
Gracias por la actu =)
Vampire13:
ResponderEliminarHermoso Eunhae, lo estaba esperando con mucha emoción el cap me encanto, bueno de hecho todos me han encantado.
Me agrada que Hyuk comience a tener emociones, es un paso para su recuperación, no no me gusto que el limite hasta que este como nuevo, aunque si ama a Donghae su corazón se cura al igual que su alma, técnicamente si lo deja no es como volverlo a dejar igual mmm esto de hablar con cuidado no es mi fuerte la magia suju es poderosa y confusa a veces.
En fin son una amor los dos juntos tienen trabajo por hacer y pasar por mucho antes que acepten que no pueden vivir el uno sin el otro, mientras tanto seguiré leyendo cada uno de los caps para ver como terminan.
Saludos.
P.D. Gracias por seguir trabajando en estas historias que amo, muchas gracias!!!
Omo como sospechaba La union es permanente ! lo que me preocupa es que ese mounstro siga dentro de Hyukkie y que le den esas ganas de matar . espero que se arregle pronto
ResponderEliminarPor lo que veo la habilidad de Hae tiene que ver con la sanacion o algo asi . tal vez cuando vuelva a SM pueda salvar a mas personas xD
Waaaaaa quiero maaaaas ! espero actu pronto !
Gracias por el mp nos vemos Soy Gynka :) bye
Oh mi dios!!! Yey!
ResponderEliminarPaso logro tener la luceria y hacerla funcionar :D
Salvo a Hyuk, pero se que el se recuperara del todo
así que estarán vinculados por un laaargo rato...
Recordar a Changmin y Yonho me pone sentimental :'(
hace ya rato que el KyuMin no aparece, ahhh donde estarán??
Solo es cosa de que ambos cedan y habrá MUCHO EunHae XD
Gracias por el aviso, espero el siguiente.
Un saludo, que estés bien :D
waaaaaaaaaaaaaaa ahora que por fin estan unidos, mas frustrados estan aigooo estos dos me van a sacar de quicio xD, por que no haran caso de sus instintos que tanto les dice que se desean??? dios que testarudos, aunque me pongo un poco de lado de hyuk por que de tods formas el me da mas pena en todo esto, como se siente y todo aunque donghae tambien sufre, ojala que los dos lleguen a entenderse y descubran que en realidad se aman <3
ResponderEliminarespero que actualices pronto unnie, nos vemos
bye saranghe
Y x fin puedo comentar xD llegó mi tablet wiii
ResponderEliminarGracias x cada mp q m envías te xDD
El ambiente entre el eunhae esta tenso, hyuk no piensa en contarle nada a hae, aunque este atado a él sin querer, aunque él le haya salvado la vida, mm... Lo q m da miedo es la bestia...hae podrá domarlo? Seguro q si...pero pasará un tiempo para ello...
Esperó nos des actual pronto xDD
Wwoh era de esperar que a HyukJae no le gustara para nada la desición de DongHae, pero tampoco como para decirle esas cosas, es obvio que se va arrepentir!!! -Malvado-
ResponderEliminarIgualmente sabemos que si la Luceria lo elige es por algo ¿Verdad? bueno después de todo hay una conexión.
El olor de la sangre debe ser fuerte jajaja... esperemos que ya que Hae puede usar los poderes de Hyuk y sabe como utilizarlos se puedan defender de los ataques mejor.
Este cap está cargado de adrenalina y valla de pura pasión por un momento de deje ir jejeeje!
Me gusto mucho y espero continuar descubriendo que los une cada vez más!
Gracias por el MP!
SALUDOS Y SE CUIDA!
OMGssss....hubo beso!!!
ResponderEliminarQue difícil es para los dos poder abrir el corazon y decir que están sintiendo, Hae traumatizado y con miedo, Hyuk con su pasado doloroso...que va a pasar!!
Ahora que Hae sabe "casi" como usar la magia, espero que ayude a Hyuk con los ataques
La respuesta de Hyuk fue tan cortante y fuerte que hasta a mi medio miedito.
Te dejo muchos abrazos y espero leerte en el siguiente capitulo. Bye
Holaaaa!!
ResponderEliminarlo ame! hubo contacto..que va..hubo beso caramba!! y que
beso!! lastimosamente Hae decidio parar esa hermosa escena
pero me siento feliz que gracias a Hae, Hyuk ya no siente tanto
dolor como antes..
chaa!! me impresiono las habilidades de Hae! el lo hizo practicamente
solo y pudo quitar ese veneno de Hyuk!! *-*
ya quiero leer el siguiente capo!
saludos!!