«Te extraño», susurró Kangin en la mente
de su compañero.
Habían pasado dos
semanas desde que se habían ido. Dos semanas desde que su padre había decidido
ir y enfrentar al Hechicero Gura. Dos semanas desde que Hyukjae y él se habían
desgarrado el uno al otro. Dos semanas lejos de su compañero y sentía como si
él no lo había tocado en dos años.
«También te extraño», su voz fue una
caricia contra su piel de lobo. Su dolor era un dolor físico, no solo por el
vínculo entre ellos, sino porque realmente odiaba estar sin él. Era la parte
más brillante de su vida, y sobre todo ahora, durante estos tiempos oscuros,
necesitaba su luz más que nunca.
«Pareces mejor», le dijo Teukkie, «más en control».
«Lo estoy».
«¿La lucha ayudó?» Casi se rió del
escepticismo en su voz. ¿Cómo puede un hombre explicar a una pareja que a veces
necesitas golpear algo, o en su caso a alguien, para que las cosas estén bien?
«Me gustaría entenderlo yo mismo, Angel,
pero sí, ayudó. Lamento haberte hecho daño. Te quiero más que a nada. Te quiero
aquí conmigo, donde perteneces». Kangin imaginó que probablemente sonaba un
poco como a un niño petulante, pero no le importó. Él quería a su pareja.
«¿Eso va a hacer que te metas a un avión y
consigas traer tu lindo trasero de vuelta aquí?»
Leeteuk se echó a
reír de nuevo. Oh, cómo echaba de menos ver la sonrisa que viene con esa risa.
«No, pero sería divertido de ver. Deja de
preocuparte por mí y ayuda a tu padre. Estamos completamente seguros aquí.
Hemos ido de compras y escuchado a Hee quejarse de lo grande que su trasero se
está poniendo».
«Suena divertido», le dijo secamente. «Y ambas son cosas que pueden hacer aquí».
«Kangin».
«¿Qué?»
«Pronto».
Kangin gruñó.
«No lo suficientemente pronto». Él le
envió una imagen de él besándolo, dejándole sentir a través de su vínculo la
necesidad que sentía. Le oyó quedar sin aliento y sonrió para sus adentros.
«No estás jugando limpio», le dijo Leeteuk
sin aliento.
«Nunca dije que lo haría, amor. Yo juego
para ganar».
«Oh, chico».
Kangin se echó a
reír a carcajadas con sus palabras y no pudo evitar burlarse de él un poco más
antes de desearle las buenas noches.
***
—¿Hola? —La
pregunta en la voz de Hyukjae hizo a Donghae sonreír.
—Hola —dijo
alegremente.
—Donghae mío,
¿por qué me llamas por teléfono?
Donghae sintió el
calor de su sonrojo trabajar hasta sus mejillas al darse cuenta de lo estúpido
que había sido su idea. Pero quería oír su voz, no solo en su mente. También
quería oírla físicamente. Ni siquiera sabía si eso tenía sentido, pero a pesar
de eso, había levantado el teléfono y marcó su celular, algo que nunca había
hecho antes.
—No te
avergüences, ojos marrones. Sé lo que quieres decir. Es diferente escuchar a
alguien en tu mente que con tus oídos. Lo entiendo —le dijo él tiernamente.
—¿En serio?
—Sí, lo hago.
Donghae sonrió
mientras se recostaba contra el sofá. Era muy tarde y todo el mundo estaba
dormido. Él no había podido dormir. Lo único que había podido hacer era pensar
en Hyukjae, en sus ojos, su hoyuelo, sus cálidas manos seguras y aire
arrogante. Su compañero, su marido, a quien extrañaba como loco.
—¿Se supone que
duela? —le preguntó.
—Nuestro vínculo,
nuestros lobos, demandan que nos mantengamos cerca. Somos un alma con dos
mitades, y no quieren estar separadas. Lamento que te duela. No quiero eso para
ti. —podía sentir sus dedos en su cara, por lo que cerró los ojos y disfrutó de
la sensación que sabía estaba allí solo porque él estaba compartiéndolo a
través de su vínculo.
—¿Por qué te tomó
tanto tiempo ponerte en contacto conmigo después de tu pelea con Kangin?
—Finalmente hizo la pregunta que había estado molestándole desde hace dos
semanas. Habían hablado a través de su vínculo a diario desde la lucha, pero no
había sacado el tema. Algo en sí le había dicho que no era el momento adecuado.
Pero por alguna razón, ahora se sentía bien.
—Tenía que lidiar
con mis emociones antes de abrirme a ti. La violencia no es algo que quiero
compartir contigo y, a veces después de una pelea, nuestro control puede ser un
poco irritable.
Donghae se inclinó hacia delante.
—¿Qué es lo que
no me estás diciendo, Hyukjae? —Se detuvo y lo pensó por un segundo—. Espera,
si yo hubiera estado allí, ¿te hubieras sentido fuera de control? — esperó su
respuesta, y cuando no lo hizo, gruñó—, contéstame.
—Sí, si hubieras
estado aquí las cosas hubieran sido diferentes.
—Entonces, ¿por
qué me dejaste ir? —El corazón de Donghae dolió ahora al saberlo. De lo que Hyukjae
estaba compartiendo a través de su vínculo, él había estado envuelto en mucha
furia después de su pelea con Kangin.
—Lo siento
—susurró.
—No lo estés, Donghae
mío. No fue tu culpa. Sabíamos de los
riesgos que estábamos tomando cuando los enviamos lejos.
—Estúpido —se
quejó.
—Probablemente
—dijo riendo—. Te extraño, ojos marrones.
La piel de Donghae
se calentó cuando oyó el fuego lento de
la pasión en su voz profunda. Conocía ese tono. Lo conocía incluso antes que él
enviara el pensamiento que estaba planeando de volver su piel en quince tonos
de rojo.
Él se rió entre
dientes.
—Mi dulce
inocente Donghae —murmuró.
—No tan inocente
—le dijo con valentía. Hyukjae ronroneó para él a través del teléfono
—Vuelve a casa y
pruébalo.
***
—¿Cómo te
sientes? —preguntó Siwon mientras escuchaba la respiración de Heechul a través
del teléfono.
—Voy por los
cuatro meses y medio de embarazo, Siwi. Me siento gordo. ¿Cómo te sientes tú? —Heechul
no ocultó la frustración o el dolor en su voz.
—Me siento solo, princesa
—le dijo con sinceridad. Cada día se estaba volviendo más y más doloroso.
Respirar se estaba convirtiendo cada vez más una carga que una necesidad y
había considerado renunciar más de una vez.
—¿Eso quiere
decir que me extrañas? —preguntó.
—Más que nada.
—Bien.
Él se rió ante su
tono y luchó contra el impulso de alcanzarlo a través del teléfono y tirarlo
hacia él, si tal cosa fuera posible.
—Estoy cansado, B
—le dijo suavemente—. Te amo.
—Está bien nene,
voy a dejar que duermas un poco.
Heechul se rió.
—No creo que
alguna vez me hayas dicho esas palabras.
Siwon sonrió para
sus adentros. Él tenía razón.
—Y te gusta que
no lo haya hecho —coqueteó él. No debería estar coqueteando, no debería estar
haciendo nada para fortalecer el vínculo, pero lo echaba de menos y el dolor de
eso comenzaba a volverlo loco.
—Tienes razón, mi
compañero caliente; me encanta que nunca me dejas dormir. Pero estás por allá
tan lejos y yo estoy por aquí, así que tus manos increíbles no pueden
mantenerme despierto esta noche.
—Quieres apostar.
—¡CALLATE!, pensó para sí mismo. ¿Qué diablos estoy haciendo? Estoy coqueteando
con mi pareja, eso es lo que es, gruñó para sí,
y estoy jodidamente hablando conmigo mismo. Siwon dejó escapar un
suspiro exasperado—. Tan pronto como estés en casa, no vas a dormir por un tiempo
— le dijo sugestivamente.
—Eso es solo
porque voy a tener un babero manteniéndome despierto.
—¿Es ese mi nuevo
apodo de dormitorio?
Esto provocó una
carcajada de Heechul y su lobo quiso rodar en torno a la alegría de escuchar a
su compañero tan despreocupado.
—Esa fue una
buena, Siwi. —Dejó escapar un suspiro cuando la risa se calmó—. Realmente te
extraño —le dijo en voz baja.
—Lo sé cariño, lo
sé.
—Buenas noches, B
—dijo finalmente después de varios segundos de silencio.
—Buenas noches,
princesa.
***
«¿Vas a buscar a Gura
mañana?», le preguntó Hyesung a su
compañero.
Junjin dejó
escapar una respiración lenta y profunda, y Hyesung sintió su agotamiento a
través de su vínculo.
«Quiero verlo
cara a cara una vez más».
«Recuerdas que él
te mató, ¿verdad?»
Estaba tratando
de ser paciente con su compañero, pero
estaba empezando a sentirse un poco desesperado ante la idea de él básicamente
yendo a ver a su asesino.
«Él no tiene
ningún rencor contra mí, mi príncipe. Yo simplemente estaba destinado a ser un
ejemplo», le aseguró.
«Exactamente,
estabas destinado a ser, pero que no moriste. Él podría tomar eso como un
reto».
«Luna», le
susurró. «Sabes que no puedo sentarme y esperar a que él decida hacer algo. No
quiero que nosotros o cualquiera de nuestros aliados tenga que vivir mirando
sobre sus hombros, preguntándose cuándo finalmente va a asomar su fea cabeza».
Hyesung sabía
esto. Sabía que tenían que hacer algo, pero también sabía que Gura ya había
hecho en cierto modo un movimiento cuando se había aparecido a sí mismo fuera
de la casa de Sora. Había ocultado este pequeño detalle de Junjin, y seguiría
haciéndolo hasta que sintiera absolutamente necesario decírselo.
«Ten cuidado, por
favor», dijo finalmente. «Te amo, Junjin».
«Y yo soy un
hombre mejor debido a ello». Él empujó su amor a través de su vínculo,
envolviéndole en su olor y calidez. «Te amo mi príncipe, mantente a salvo».
***
Sora saltó cuando
su teléfono comenzó a vibrar en su mesita de noche. Sabía quién sería, por lo
que tuvo que frotar sus palmas, que habían desarrollado repentinamente
glándulas sudoríparas hiperactivas, en sus muslos antes de tomar el teléfono.
—Hola —dijo con
calma, aunque sentía todo lo contrario.
—Pequeña —la voz
profunda de Jungsoo se extendió a través del teléfono y ella juró que pudo
sentir su caricia en la cara. No había oído hablar de él en más de una semana y
había tomado todo dentro de ella el no levantar el teléfono y llamarlo.
—Jungsoo
—respondió ella.
—¿Cómo estás?
Se sentó en la cama
y cruzó las piernas mientras pensaba en su
pregunta. ¿Cómo estaba? Cansada y algo sola porque lo extrañaba, pero en
general estaba bien.
—Estoy bien
—respondió ella con sinceridad.
—¿Ah, sí? —Oyó la
decepción en su voz y eso casi la hizo reír. Él pensaba que ella no lo
extrañaba. Hombre estúpido.
—Estoy bien dadas
las circunstancias, Jungsoo. Preferiría estar contigo. ¿Eso te hace sentir
mejor?
—Mucho —le dijo,
bajando la voz a un gruñido profundo—. Te extraño como un loco —admitió—. Te
quiero aquí conmigo. Necesito que creas eso. Solo quería que volvieras porque
pensé que sería más seguro allí.
—Lo sé —le dijo
ella—. Lo entiendo, pero desearía que lo hubieras hablado conmigo, en vez de
decirme qué hacer. Soy una adulta, Jungsoo. Puedo decidir por mí misma en qué
peligro quiero ponerme.
Él se echó a
reír.
—Mujer, eres mi
compañera. Cuando se trata de cualquier peligro y tú, siempre voy a ser el que
toma las decisiones.
Sora puso los
ojos en blanco.
—Eres un
cavernícola.
—Tal vez
—concordó él—, pero te amo y no quiero que te pase nada.
Sora sintió que
su estómago saltó a su garganta por su declaración. Él no tenía idea de lo que
significaban esas palabras para ella, y no sentía que a través del teléfono
fuera la manera de explicarlo.
—Yo también te
amo, Jungsoo —le dijo en voz baja.
—Bueno, mantente
a salvo, y —hizo una pausa—, mantente alejada de cualquier hombre.
Ella se echó a
reír.
—Nadie va a
hacerme daño aquí, Jungsoo.
Él gruñó.
—No estoy
preocupado por ellos lastimándote. Estoy preocupado de ti siguiendo adelante.
—¿Vas a venir por
mí, cuando sientas que es seguro? —preguntó.
—Sí —no hubo
titubeo en su respuesta—, y si otro hombre está en la imagen, Sora, no soy el
tipo que solo se aleja. Deberías saber eso ahora mismo. Eres mía. No voy a
renunciar a ti.
Sora dejó escapar
un fuerte suspiro.
—Mi hijo está tan
en lo cierto sobre ustedes los machos Alfa: mandones y posesivos. Afortunadamente,
no tienes pelaje, por lo que creo que tengo una preocupación menos de las que él
tiene.
Jungsoo se rió
entre dientes.
—Tengo que
admitir que también estoy feliz de no tener pelaje. Pero él tiene razón; somos
muy, muy posesivos. Voy a dejar que descanses un poco. Necesitaba escuchar tu
voz. Te amo —le dijo él de nuevo.
—Yo también te
amo, buenas noches. —Sora colgó y sintió que su corazón se aligeraba solo un
poco. Se negó a ceder a la tentación de saltar y chillar. Decidió que eso sería
un poco demasiado ridículo. Lo echaba de menos, pero se sentía mejor acerca de
dónde estaban en su relación. Él la quería, y por ahora eso era suficiente.
Gura estaba de
pie justo en el borde del bosque de su hermano. Sabía que Jungsoo se había ido
de nuevo, visitando a los lobos. Se rió para sus adentros. Jungsoo pensaba que
los lobos podían derrotarlo. Pero Gura no era una simple bruja con un deseo de
poder. Su causa era mucho más específica y mucho más personal. Él quería
venganza, restitución y retribución. Al principio, había planeado satisfacerse
con tomar a Sora, la nueva compañera encontrada de su hermano. Pero ahora, él
sonrió. Ahora tenía todo un harén a su disposición.
—Pensé que serías
más difícil de encontrar. —La profunda voz detrás de él no le asustó. Supo que
él iba a venir, lo sabía, y le dio la bienvenida.
—El Rey de los
lobos me honra con su presencia. No es el Rey que me esperaba, pero sin embargo
servirás —dijo a Junjin cuando se volvió para enfrentarlo.
—¿Qué es lo que
quieres, Gura? —preguntó Junjin in rodeos.
—¿No hay bromas?
Bueno, debo haberte realmente ofendido.
—Tiendo a
ofenderme cuando alguien me mata, así que pido disculpas si estoy siendo un
poco brusco.
Gura rió.
—Me gustas, Alfa.
Tienes sentido del humor.
—Mi nuero estaría
orgulloso —dijo suavemente—. Una vez más pregunto ¿qué es lo que deseas?
—Lo que quieren
todos los hombres que han perdido el amor: hacer que quien se lo llevó pague. —Gura
dio un paso a la izquierda e hizo un gesto en dirección a la montaña y
fortaleza del Hechicero—. Mi hermano ha gobernado durante siglos. Ha vivido con
mi gente siguiendo cada orden suya mientras yo me he marchitado lejos con mis
lamentos.
—¿Y de quién es
la culpa? —preguntó Junjin—. Te has separado de tu Rey, de tu gente. Tú has
tomado la decisión de poner el dolor de tu pérdida por encima de tu buen
sentido.
Gura gruñó.
—¡ES POR SU
CULPA! —Respiró profundamente varias veces antes de hablar de nuevo, esta vez
no tan fuerte, pero cada sílaba con la misma intensidad—. Él es el Rey; tiene
el poder absoluto y debería haber evitado su búsqueda insensata.
—Sabes mejor que
nadie que no se puede controlar a una pareja. Son tan tercas como nosotros lo
somos, sobre todo cuando se trata de fomentar las relaciones y crear la paz. La
muerte de tu compañera se encuentra en manos de sus agresores y de nadie más.
—Oh, ¿en serio?
Ponte en mi lugar. ¿Y si fuera tu compañero quien hubiera insistido en venir
aquí hoy, en vez de ti? ¿Y si tu Beta fuera el último en hablar con él? ¿Y si él
viniera y yo lo matara? ¿A quién culparías? ¿A mí? Por supuesto. Pero, ¿quién más?
¿No debería haber estado absolutamente seguro de que él no se iba a poner a sí
mismo en peligro?
Los ojos de Junjin
habían empezado a brillar.
—Como su
compañero, en última instancia, sería mi culpa. Él es mi responsabilidad. Pero
también es responsable de sus acciones. Tu compañera era un adulto, y tomó la
decisión de hacer algo peligroso porque creía en la causa detrás de eso.
Gura negó con la
cabeza.
—Creo que
realmente podrías haberme gustado en diferentes circunstancias. Pero, por
desgracia, nos hemos encontrado en un campo de batalla en lugar de un momento
de paz. Puedes irte ahora, Junjin, Alfa y Rey de los lobos. Pero, dudo que
nuestra próxima reunión termine con esta civilidad.
Junjin observó al
Hechicero durante varios segundos antes de volver a hablar.
—Yo también
desearía que las cosas fueran diferentes, pero no puedo dejar que lastimes a Sora.
Ella es parte de la manada y yo protejo lo que es mío.
Gura observó con
fascinación. Junjin se volvió y, en un abrir y cerrar de ojos, donde un hombre
había estado, un lobo saltó hacia el bosque.
—Bueno, las cosas
solo se ponen más interesantes —murmuró, y luego se volvió de nuevo a la
montaña. Metió la mano en el bolsillo y sacó un frasco de sangre, desenroscó la
tapa y arrojó el líquido rojo hacia la fortaleza. Sus brazos se extendieron y
cerró los ojos mientras repetía las palabras del hechizo que había compuesto.
“Magia antigua,
nacida de la oscuridad, Trae tu poder, trae tu voluntad.
Qué reine el
caos, devuelve la guerra, No vendrá la paz, nada se aquieta.
Ira, dolor
gobernará sus corazones, Enfermedad, afección llenará sus camastrones, Hiere
sus almas como dardos envenenados,
Causa en sus
cabezas preocupaciones y estragos.”
Gura sintió una
descarga poderosa pasar través de él y supo que la magia había hecho su
función. Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar por unos días y dejar
que el hechizo se instalase y empezara a hacer su trabajo.
Cerró los ojos
mientras se imaginaba la casa que había visitado, la casa de Sora, y a todas
las deliciosas parejas lobos y gitano también. Sonrió lentamente; su recompensa
por su paciencia sería genial, y Jungsoo y los lobos ni siquiera se darían
cuenta de lo que habría sucedido hasta que fuera demasiado tarde.
***
Jongkook se
situaba en el arsenal de la fortaleza en la montaña comprobando el número de
armas que tenían. Había pasado mucho tiempo desde que nuevas armas hubieran
sido forjadas. Debido a esto, él había estado en contacto con el Príncipe Hyungsik
de los Elfos, solicitando ayuda para crear algunas nuevas.
Jungsoo tenía la
esperanza de evitar una batalla sin cuartel con su hermano, pero pensó que era
mejor estar preparado que solo tener la esperanza de no necesitarlas.
—¿Has decidido
qué es lo que te gustaría que mis Elfos hagan por ti? —La voz de Hyungsik
rompió a través de sus pensamientos.
—Un montón de
arcos y flechas para empezar; supongo que luchar desde la distancia
probablemente será una buena cosa por hacer con Gura.
—Pero, ¿qué
estarán enfrentando? ¿Va a tener un ejército? —preguntó Hyungsik.
—Honestamente, no
tengo ni idea.
—¿Eso no te
preocupa?
Jongkook negó con
la cabeza.
—Lo que me
preocupa es que hay algo en todo esto que se siente mal. Jungsoo está
convencido de que Gura simplemente busca herirlo a él o a Sora, pero creo que
tiene planes más grandes que eso.
—El bosque está
lleno de su oscuridad. —Hyungsik miró a la pared de roca que los rodeaba, como
si pudiera ver a través de ella hacia el bosque del que hablaba—. Es como una
malévola enfermedad que descompone el aire.
Jongkook tomó
aire, pero el aire quedó atrapado en sus pulmones. Empezó a toser hasta que
tuvo que apoyarse en una hilera de espadas para evitar caerse. Se sintió
mareado y la habitación empezó a girar delante de él.
—General, ¿estás
bien? —preguntó Hyungsik mientras daba un paso
hacia él.
Jongkook cerró
los ojos y trató de enfocarse. Contó hasta diez y, finalmente, la sensación
pasó y pudo respirar de nuevo.
—Estoy bien, lo
siento —se aclaró la garganta—. No sé lo que fue, pero ahora puedo respirar
mejor.
Hyungsik lo
observó brevemente antes de asentir.
—Voy a conseguir
tus arcos y algunas nuevas espadas también. Volveré en una semana con ellas.
Jongkook asintió.
—Gracias.
Príncipe Hyungsik.
Una vez que el
Príncipe Elfo se hubo ido, Jongkook se sentó bruscamente en uno de los bancos
que se alineaban en las paredes. Él no sabía lo que estaba pasando, pero su
corazón latía dolorosamente en su pecho, y su cabeza se sentía como si pudiera
dividirse y abrirse.
Él le había dicho
la verdad cuando dijo que podía respirar de nuevo, pero no añadió que ahora
todo su cuerpo se sentía como si algo estuviera tratando de explotar fuera de
él, como si su piel se estuviera estrechando firmemente en contra de su
armadura.
Oyó una conmoción
en el pasillo y trató de escuchar para ver lo que estaba pasando. Él no tuvo
que escuchar mucho tiempo cuando la puerta por la que había salido Hyungsik
recientemente se abrió de golpe.
—Jongkook tienes
que venir ahora mismo. —Finbar, el compañero de una de sus sanadoras, hizo un
gesto para que lo siguiera.
—¿Qué está
pasando? —preguntó mientras se levantaba del banco y permanecía inmóvil hasta
que se sintió lo suficientemente estable como para moverse.
—Solo date prisa,
por favor —dijo Finbar desesperadamente.
Él lo siguió
rápidamente, y su piel comenzó a tensarse cuando oyó lamentos. Entraron en el
gran salón de la montaña y la boca de Jongkook cayó abierta.
—¿Qué pasó?
—preguntó mientras su estómago se volcaba con los olores enfermizos que
impregnaban el aire.
O_____O
ResponderEliminarAy si, ay si...
Rodos se extrañan pero nadie es lo suficientemente inteligente para decirle a los machos que Gura los visito....
Les va a ir(?)
No pues perfecto
ResponderEliminarSe quejan de los lobos y que hacen esto y lo otro y que no les dicen nada...pero la parejas no les dicen que Gura sabe donde están,y que de alguna forma los ha visitado....ah no,pero que hagan eso los lobos sería la traición...por estás cosas es que las parejas me desesperan muchas veces...¬¬
Me encanta que Kangin se esté recuperando y que ya esté más cerca de estar bien,con él mismo y con Teuk....ya necesitan estar bien.
Siwon malo...incitando a Hee desde lejos. Se traiciona él mismo,se supone que no debería de hacer eso,pero es entendible,todo lo está haciendo por Hee y por el bebé T__T
Hae le preguntan a Hyuk que por qué no lo detuvo...pero si él y los demás ya casi estaban con un pie en el avión...se lo incinuo y el mismo Hae le dijo que iría.
Pero bueno...al menos están bien,Hyu y el ni tan inocente Hae