Heechul con
perplejidad miró el teléfono que tenía en la mano.
—Abuelo...
¿Qué vas a venir a la galería String para la inauguración de la exposición?
—Naturalmente
—respondió Kim Sooman con un deje de impaciencia—. ¿Es que Siwon no te ha dicho
que me ha invitado?
«No, no me ha
dicho nada», quiso gritar Heechul. «No me ha dicho nada porque no hemos estado
en contacto desde... desde...».
—Además,
quiero ver con mis propios ojos cómo les sienta la vida de casados. Como puedes
imaginar, me importa y mucho.
En otras
palabras, no había salido del todo del apuro, pensó Heechul. Su abuelo le
estaba advirtiendo, disimuladamente, que, además de las pinturas, quería verlos
enamorados.
—Sí, claro. Y me
alegro de que vengas —Heechul hizo una pausa—. Me encantará ir a cenar a tu
club. ¿Te parece bien a las seis y media?
—Perfecto,
querido —dijo su abuelo, y colgó. Heechul se dejó caer en el sofá. ¿Qué iba a
hacer ahora? Después de un día horroroso en el trabajo, aquello.
La puerta del
estudio estaba cerrada. Heechul llamó enérgicamente y esperó. Si Siwon estaba
con su amante, tardaría algo en vestirse, pensó con incontenible angustia.
Sin embargo,
la puerta se abrió rápidamente.
—Ah, Heechul,
eres tú. ¿Qué te trae por aquí?
—Siento
molestarte, pero necesito hablar contigo... si no te importa.
—Claro que no.
Vamos, entra.
Heechul se
adentró en el estudio.
—Siéntate, por
favor —dijo Siwon— ¿Te apetece un café? ¿Una copa de vino?
—No, gracias
—respondió Heechul al tiempo que se daba la vuelta, interponiendo algo de
distancia entre ambos— No se trata de una visita de cortesía y prefiero
quedarme de pie.
Heechul ignoró
el sofá con sus mullidos cojines.
—Como quieras.
Bien, ¿cuál es el problema, Heechul mio? ¿Acaso he quebrado otra de tus reglas
sagradas?
—Así es
—respondió en tono cortante—. Hace un rato, me he enterado de que mi abuelo va
a ir a la inauguración de tu exposición.
Y, naturalmente, espera encontrarnos allí... juntos. Espera vernos como
si realmente fuéramos un matrimonio.
—Somos un
matrimonio, amor —dijo él en tono duro—. A pesar de que te niegues a llevar el
anillo. ¿Quieres que te refresque la memoria?
Durante un
instante, Heechul tembló de anhelo. Sabía que, si Siwon lo tiraba al suelo para
poseerlo, no ofrecería resistencia.
—Lo que
realmente querría es que desaparecieses de mi vida, pero has hecho que eso sea
imposible.
—No
necesariamente —dijo Siwon—. Voy a volver a Corea. ¿Te parece lo bastante lejos
o prefieres que me vaya a Australia?
¿A Corea?
Durante unos segundos, Heechul se sintió mareado. Siwon iba a marcharse. Se
iba. No volvería a verlo.
—Por el
momento, lo que me importa es lo que pase durante las próximas veinticuatro
horas con el fin de que mis planes no se vengan abajo —Heechul respiró
profundamente—. No tenía pensado ir a la inauguración de tu exposición, pero
ahora no me queda más remedio. Además, tengo que fingir que estamos felizmente
casados y no puedo hacerlo solo, necesito que tú cooperes.
—Heechul,
querido, me sorprendes —dijo Siwon en tono burlón—. ¿Has venido a pedirme un
favor? Estoy emocionado.
—Si no te
hubieras puesto en contacto con mi abuelo, como te pedí, esto no sería
necesario.
—No seas tonto
—dijo él con repentina brusquedad—. Y no lo tomes por tonto a él también. ¿En
serio crees que se conformaría con no ver nunca a tu marido?
Heechul se
mordió los labios.
—Dime, ¿estás
dispuesto a representar el papel de mi marido delante de mi abuelo? ¿Vas a
ayudarme?
Siwon se
encogió de hombros.
—¿Por qué no?
Es sólo una tarde. Pero tú también tendrás que representar bien tu papel —Siwon
lo miró fijamente—. Tendrás que dejar que te bese y te toque sin dar un salto.
Y tendrás que vestirte con algo que te haga parecer un joven que espera que su
marido lo desnude más tarde. ¿Entendido?
Sí, claro que
lo entendía.
—Yo no tengo
esa clase de ropa —respondió.
—Pues cómprala
—contestó Siwon cortantemente—. Y ponte el anillo de bodas.
—Está bien
—dijo Heechul en tono seco—. Entonces, te veré en la galería mañana por la
tarde. Llegaré con mi abuelo.
—¿Tan pronto
te vas? Qué desilusión.
—No te
preocupes, estoy seguro de que pronto encontrarás consuelo.
—Joven Kim...
perdone, señor Choi —dijo Henry Lau acercándose sonriente a él que, en compañía
de su abuelo, estaba paseándose por la galería.
El dueño de la
galería estrechó la mano de Kim Sooman y luego se volvió hacia él con expresión
inquisitiva.
—Ahora que su
marido no nos oye, permítame que le diga que está usted encantador.
Heechul se
sonrojó por segunda vez; la primera había sido tras las muestras de aprobación
de su abuelo respecto a su aspecto. Sin embargo, no sabía lo que Siwon pensaría
de su atuendo, por el que había pagado más que por el resto de su guardarropa. ¿Y
se fijaría en su nuevo corte?
En fin,
¿notaría lo mucho que se había esforzado por complacerlo... por última vez?
—Gracias —dijo
mirando a su alrededor—. No esperaba que viniera tanta gente a la inauguración.
—Yo sí —dijo Henry
con satisfacción—. Y está yendo muy bien, a pesar de las prisas de última hora;
sobre todo, con el último cuadro. Pero ha valido la pena, aunque no esté a la
venta.
Henry Lau hizo
un gesto a un camarero para que se les acercara con una bandeja de bebidas. El
señor Kim aceptó una copa de champán, pero Heechul optó por un vaso de zumo de
naranja.
De repente, se
vio rodeado por unos fuertes brazos.
—Jagiya.
Querido —Siwon la estrechó contra sí y le besó el cuello—.Estás precioso.
Siwon dejó de
apretarlo, permitiéndole volver a respirar. Luego, volviéndose a su abuelo, que
sonreía, añadió:
—Es un honor,
señor Kim.
—Y yo estoy
encantado con tu éxito, hijo. Ya veo que tienes muchas pegatinas rojas de
«vendido» en los cuadros. Al parecer, Heechul tenía razón respecto a eso de que
tienes talento.
Siwon tomó su
mano y se la llevó a los labios.
—Me alegro de
que su fe en mí estuviera justificada. Y ahora, si nos lo permiten, quiero
presentarle a mi esposo a unas personas.
—¿A quién
quieres presentarme? —preguntó después de alejarse de su abuelo y del dueño de
la galería.
—A nadie...
todavía—dijo Siwon, tomándole la mano—. Pero quiero hablar contigo un momento.
Tengo que explicarte algo de mí que debería haberte dicho antes de casarnos y
que ya no puede esperar.
La mente de Heechul
proyectó la imagen de un joven rubio con la mano en la mejilla de Siwon. Y dijo
rápidamente:
—No es
necesaria ninguna explicación. Ya sé todo lo que tengo que saber. Eres un
hombre libre, pensé que eso había quedado muy claro.
—Nadie es
completamente libre. Heechul...
—Disculpe, joven
señor Choi —dijo Henry, reuniéndose con ellos—. Siwon, el crítico de arte del
Daily Tribune quiere hablar contigo un momento, si no es inconveniente.
—No lo es
—dijo Heechul rápidamente con una sonrisa—. Estaré viendo la exposición
mientras tú hablas con el crítico, querido.
Siwon le soltó
la mano con desgana y dijo con voz ronca:
—Enseguida
vuelvo. Espérame aquí, por favor. Tenemos que hablar.
«Lo que
quieres decir es que tú tienes que hablar y yo tengo que escuchar. Escuchar que
me digas lo enamorado que estás», pensó Heechul mientras se detenía delante del
cuadro más próximo, una vorágine de color, un asalto a los sentidos que parecía
hacerse eco de la confusión emocional en la que estaba sumido.
—Es extraño lo
diferentes que son algunos de sus cuadros,
¿verdad? —Oyó decir a
una mujer en compañía de un hombre que pasaban a su lado—. Este cuadro tan
violento y, sin embargo, ese otro, el retrato, es casi poético.
Heechul
encontró el cuadro casi al instante; era un lienzo de esplendorosa belleza. Siwon
había reflejado a la perfección la belleza de su amante.
—Buenas
tardes, señor Choi.
La voz del
hombre le resultó vagamente familiar y, recuperando la compostura, se volvió
lentamente.
—Ah, el señor Lee,
¿verdad? El abogado testigo en nuestra boda.
—Sí —dijo él
mirando al cuadro—. Puede que no sea objetivo, pero ese cuadro me parece una
obra maestra.
—Es
maravilloso, sí—«pintado con amor»—. Pero es natural, es un gran pintor.
—Estoy
completamente de acuerdo en eso —el abogado hizo una pausa—. Escuche, ¿le
gustaría conocer a Donghae? Está ahí mismo. ¿Lo ve?
Sí, Heechul lo
vio. El joven rubio estaba en el centro de un animado círculo de personas y
todos parecían pasarlo bien.
A Heechul se
le hizo un nudo en la garganta.
—No, gracias
—dijo Heechul—. Creo que es ir demasiado lejos, a pesar de las circunstancias.
El rostro de Lee
Hyukjae endureció.
—Como usted
quiera —dijo el abogado fríamente—. Sé que no tuvimos un buen comienzo, me
refiero a usted y a mí, pero esperaba que esta noche pudiéramos comportarnos
sin animosidad.
—Créame que lo
estoy intentando —respondió haciendo un esfuerzo—. Yo... espero que Siwon y Donghae
sean muy felices.
Se hizo un
extraño silencio, que el abogado interrumpió:
—Eso lo dudo.
Según mi suegra, se peleaban como el perro y el gato cuando eran pequeños. Se
comportaban más como hermanos que como primos, y aún siguen así. Me sorprende
que Siwon haya logrado pintar el cuadro sin que se haya derramado una gota de
sangre.
—¿Primos?
—dijo Heechul con incredulidad. Él asintió.
—Sus madres
eran hermanas. Siwon y Donghae pasaban mucho tiempo juntos mientras los padres
de él se peleaban por su custodia. En fin, supongo que eso ya se lo ha contado.
Heechul
sacudió la cabeza.
—No nos
casamos por eso y usted debe saberlo.
—Bueno, pensé
que quizá las cosas cambiaran —el abogado hizo una pausa—. En fin, Siwon me
invitó a la fiesta de cumpleaños de Donghae, y así fue como nos conocimos. Y Siwon
fue el padrino de nuestra boda. Pronto será nuestro tercer aniversario y Siwon
le hizo ese retrato como regalo para los dos.
Lee Hyukjae lo
miró irónicamente y añadió:
—Es evidente
que usted lo vio en el estudio y malinterpretó la situación.
Heechul se
mordió los labios.
—Me pareció
que estaban muy... unidos —respondió a la defensiva.
—Y lo están.
Es decir, cuando no intentan estrangularse el uno al otro —Lee Hyukjae sonrió—.
La familia de mi esposo y de su primo es muy expresiva emocionalmente.
Lee Hyukjae lo
miró y añadió:
—Y ahora que
sabe que sólo son primos, ¿no quiere venir a saludar a mi esposo? Al fin y al
cabo, es de la familia.
—No, no lo
soy. Yo... he cometido un estúpido error y me avergüenzo de ello enormemente,
pero eso no cambia las cosas. Siwon y yo no somos un matrimonio de verdad. Y
ahora, si me disculpa...
Heechul se dio
media vuelta y se alejó, luchando por mantener la compostura. A pesar de que
había sido un perfecto idiota por imaginar una relación que no existía, aún
estaba el hecho de que Siwon iba a volver a Corea y no tenía intención de
volver.
El instinto le
decía que si los celos habían sido una agonía, la soledad sería un infierno.
Permitirse intimar más con él sería someterse luego a un mayor sufrimiento.
Estaba
decidido a contener la angustia y el dolor que sentía y a borrar de su mente el
peligroso recuerdo de Siwon.
De repente,
oyó a Siwon llamándolo y se dio cuenta de que estaba avanzando hacia él. Al mismo
tiempo, oyó la voz de un hombre hablando en tono imperioso, un tono parecido al
que utilizaba su abuelo, aunque con acento extranjero.
Vio a Siwon
detenerse, su expresión tensa. Lo vio mirarle y encogerse de hombros con gesto
fatalista antes de volverse hacia el recién llegado.
Era un hombre
alto el que avanzaba hacia ellos, guapo y elegantemente vestido, con las sienes
canas. Otros dos hombres lo seguían a unos pasos de él.
—Siwon. Está
bien, has ganado —el recién llegado hizo un gesto con la mano—. Reconozco tu
triunfo, a pesar de que me haya destrozado el corazón. Pero mantendré mi
palabra. Si tu vida es pintar, lo aceptaré.
Siwon se quedó
donde estaba, sonriendo débilmente. Entonces, dijo con voz queda:
—Eres muy
generoso, papá, pero estás equivocado. Nuestra apuesta estipulaba que debía
lograr exhibir mis trabajos en el plazo de un año, pero a base de mi propio
esfuerzo. No es ése el caso. El éxito de esta noche se lo debo, en parte, a mi
esposo, a Heechul. Sin él no lo habría conseguido y habría perdido la apuesta.
Por lo tanto, regresaré a Corea para ocupar mi puesto como tu heredero dentro
de la empresa.
Entonces, Siwon
se acercó a Heechul, le tomó la mano y lo guió hacia su padre.
—Heechul, te
presento a mi padre, Choi Kangta. Papá, mi esposo.
—Así que mi
hijo se ha casado con un inglés —dijo Choi Kangta con una sonrisa que no le
llegó a los ojos mientras miraba a Heechul—. Perdona si parezco sorprendido.
Heechul se
sentía mareado, atrapado en una pesadilla que no podría olvidar por la mañana.
Estaban en el
despacho de Henry Lau. Estaba sentado, Siwon de pie, a sus espaldas con una
mano en su hombro. Kim Sooman ocupaba otra silla, cerca de la puerta. Choi Kangta
estaba sentado detrás del escritorio,
como un juez presidiendo un tribunal.
—¿Por qué no
se me ha comunicado nada hasta ahora? —añadió Choi Kangta.
—Según la
apuesta, no podía haber ningún contacto entre los dos hasta que se ganara o se
perdiera —dijo Siwon con voz clara y concisa.
—Sin embargo,
la boda de un Choi debería haber sido un motivo de celebración, no algo
realizado en secreto y a toda prisa. A menos que... ¿Es eso lo que ha pasado,
hijo? ¿Voy a ser abuelo? ¿Es por eso por lo que te has casado con él?
Heechul se dio
cuenta de que su abuelo se ponía tenso en su
asiento.
Siwon le
apretó el hombro.
—No, papá. Me
enamoré de él y nos casamos. Eso es todo.
El señor Choi
suspiró con enfado.
—Pero hijo, yo
tenía planes para ti. Quería una buena boda con un joven coreano. Un joven que
supiera llevar tu casa, comportarse con discreción y darte hijos sanos —Choi Kangta
miró el delgado cuerpo de Heechul con aprensión—. ¿Sabe cocinar tu esposo?
—No —respondió
Siwon con calma—. Pero como tengo un cocinero, eso no tiene importancia. Y deja
de asustarlo, papá. Ya le está costando bastante aceptar que no soy el pobre
artista que creía que era.
—¿Quieres
decir que no sabía que eras rico? Eso es imposible — comentó el padre de Siwon.
—No sólo eso,
sino que me ha ayudado económicamente —contestó Siwon— Lo encontré muy
refrescante.
—¿Y usted,
señor, tampoco lo sabía? —preguntó el señor Choi a Kim Sooman.
—Sólo sabía
que Siwon no era lo que parecía —contestó el abuelo de Heechul tranquilamente.
Se hizo un
tenso silencio. Después, Choi Kangta suspiró.
—En fin, ya
está hecho. Supongo que debo aceptarlo.
—Gracias —dijo
Heechul con voz temblorosa—. Y ahora que ya ha terminado el examen, me gustaría
ir a casa.
—Sí, claro —su
suegro inclinó la cabeza—. Siwon, lleva a tu esposo al hotel. Y cuando llegues,
haz que me envíen un coche para recogerme. Entretanto, charlaré con el señor Kim.
—¿Al hotel?
—dijo Heechul sin comprender—. ¿Qué hotel? No lo comprendo. Yo quiero ir a mi
casa.
De nuevo,
sintió la mano de Siwon apretándole el hombro.
—Querido Heechul,
¿qué clase de tontería es ésa? —Dijo su abuelo con frío reproche—. Pareces
haber olvidado que tu sitio está al lado de tu marido. Es natural que él y su
padre tengan que hablar más tarde; por lo tanto, el hotel es el lugar más
apropiado para hacerlo. Y ahora, márchense. Te veré mañana.
Heechul se
puso en pie mientras buscaba una excusa con desesperación.
—Yo... no
puedo ir a
un hotel —Heechul
se señaló su ropa—.Necesito ropa
para mañana. No tengo el cepillo de dientes ni mi pijama...
Kangta sonrió burlonamente.
—Tu esposo
parece muy modesto, Siwon —entonces, miró a Heechul— El MaSi Palace te
proporcionará todo lo que necesites, hijo.
El MaSi
Palace, pensó Heechul.
—Dios mío, es
suyo —entonces, Heechul se volvió a Siwon—. Por eso es por lo que nos sirvieron
a toda prisa, ¿verdad? Te reconocieron.
—¿Has visitado
mi hotel? —preguntó Kangta arqueando las cejas.
—Por pura
coincidencia, parte de nuestro cortejo tuvo lugar allí —dijo Siwon con voz
suave—. Pero sólo en el comedor. Heechul aún no conoce las habitaciones.
Siwon y él
salieron del despacho. En la calle, un coche oscuro y lujoso con un chófer
uniformado los estaba esperando.
Ya decia yo que Siwon no era cualquier chicle pegado en la pared. Tan bello mi Hee sintiendo celos por Hae ^_^.
ResponderEliminarGracias por el cap y espero el siguiente para ver que pasara con nuestra pareja estrella ahora que Siwon regresa a Corea
Esto se pone mejor en cada cap.
ResponderEliminarEsa conversacion de padre +abuelo seria interesante de escuchar
Al menos Hee ya sabe que el rubio es esposo del abogado y ademàs primo de su esposo.
ResponderEliminarYa estaba al borde solo de pensar que Siwon se iba con Hae a corea,que buen atino del abogado al acercarse y hablarle,al menos así le despejo los celos.
Oooohhhh,por eso regresa a corea...aún así a Hee ne le gusta que se vaya aunque no lo acepte.
Ahora el sorprendido es Hee....Siwon es heredero,y parece que el padre tiene ideas en mente ya que Siwon perdio la apuesta.
Uuuyyy....el padre y abuelo se quedan a platicar.