Marcado IV -Final

Conseguí el ascenso. Era increíble y estaba muy orgulloso de mí mismo, pero lo que lo hacía aún mejor era lo orgulloso que Kyuhyun estaba de mí. Mi trabajo no tenía por qué ser importante para él, sino porque era mucho quién era yo, el hecho de que sabía inherentemente lo importante que era para mí hizo que me enamorara aún más de él.

Nuestros horarios eran todavía locos y en todo lugar, más aún ahora que estaba tratando de aprender las diferentes partes de mi nuevo trabajo. No importaba, sin embargo, nunca pasábamos una noche separados. Mi apartamento, su apartamento, uno de nosotros siempre estaba en la cama del otro, y siempre y cuando me despertara al lado de él en la mañana, no me importaba donde ponía la cabeza en la noche.

También estaba expandiendo mis habilidades sociales. Salía con Sunny, trataba de juntarme con los jóvenes amigos de Kyuhyun en sus jueves de jovencitos por la noche siempre y cuando no tuviera problema con mi trabajo, y había terminado por tomar un café con Leeteuk cada mañana que dormía en la casa de Kyuhyun.

Disfrutaba mucho el tiempo que pasaba con todos ellos, pero había algo sobre Leeteuk, algo acerca de ver a otro joven con un trabajo desinteresado y emocionalmente agotador, que me atrajo hacia él. Ya no tenía que tratar de ser su amigo, ya era su amigo... y punto.

Se me hacía tarde. Kyuhyun me había llamado en mi hora de almuerzo y me pidió que me reuniera con él en la nueva tienda de tatuajes cuando saliera del trabajo. Tenía un ingreso tardío y acabé teniendo que permanecer una media hora extra hasta que el doctor pudo llegar a ellos.

Sabía que el contratista había terminado con todo en el nuevo espacio y todo lo que tenían que hacer era conseguir los últimos miembros del personal en el lugar para que pudieran abrir el negocio en unas pocas semanas.

Había sido un trabajo de amor, había costado un ojo de la cara, pero toda la familia de SMarked estaba súper emocionada por la nueva aventura a comenzar. Pensé que solo quería mostrarme su bebé, y me sentí mal porque lo estaba haciendo esperar, así que me recordé a mí mismo decir los oooh y ayy con apropiado vigor. Estaba muy orgulloso de él.

Tuve que estacionar en la esquina y hacer mi camino a través de la típica hora pico, de la multitud para llegar a la tienda. La ubicación era dinamita; él no iba a saber qué hacer consigo mismo cuando despegara como sabía que lo haría.

Kyuhyun estaba apoyado contra el escaparate de vidrio del frente hablando por su teléfono. Me vio y me dio un guiño. En realidad no podía soportar estar alrededor esperando sin encontrar algo que hacer con las manos. Creo que esa es la forma en que evitaba tomar un cigarrillo. Estaba haciendo un gran trabajo al dejar de fumar y cada vez que era tentado le recordaba que había hecho todo el camino a través de la terrible experiencia con Shindong sin encender un cigarrillo, así que no había manera de que necesitara uno ahora.

Cuando llegué a él, me tomó en un abrazo rompe-costillas y me besó como si no hubiéramos tenido sexo salvaje en la ducha esa misma mañana. Iba a ser el joven más afortunado del mundo si él siempre iba a estar tan contento de verme.

—¿Recibiste mi mensaje de que iba a llegar tarde?

—Sip. Me dio tiempo para terminar la  sorpresa.

Lo miré divertido y me di cuenta de que el enorme panel de vidrio que estaba al frente de la tienda estaba cubierto de papel de estraza marrón.

—Pensé que solo ibas a mostrarme la nueva tienda.

Él se rio.

—Y así es. Es increíble, pero quiero mostrarte algo primero. Fuimos dando vueltas y vueltas, arrojando una idea tras otra y otra vez sobre cómo debería llamarse la nueva tienda.

Me estaba empezando a poner un poco ansiosa. Me mordí el labio inferior y lo miré debajo de mis pálidas   pestañas.

—¿Qué hiciste, Kyuhyun?

—Esta nueva tienda es el futuro para SMarked, pero tú eres mi futuro. Pensé que también podría atarlos juntos, ya que son tanto en mi vida.

Se giró y quitó todo el papel marrón del cristal, y tuve que taparme la boca con las manos. Todo lo que podía hacer era mirarlo y otra vez al vidrio pintado, incrédulo.

En letras antiguas, como las que uno podría encontrar en una vieja tienda de curiosidades o una vieja ventana de farmacia estaba el nombre de la nueva tienda: MIN´S SOUL TATTOO. Eso me desintegró la cabeza y me dieron ganas de llorar.

—A Heechul y a los chicos les encantó. Es diferente y con ello quiero mostrarte mi compromiso contigo, como te has adueñado de mi ser, de mi alma.

—Kyuhyun... —No podía ni siquiera pensar en qué decirle. Era un testimonio en cuanto a la importancia de que siempre iba a estar con él.

—Espero que estés bien con ello.

Estaba regodeándose y quería besarlo y patearlo a partes iguales. Solo incliné mi cabeza hacia un lado y lo miré como si hubiera perdido la cabeza.

Le pregunté:

—Eres increíble, lo sabes,  ¿verdad?

Me levantó y me hizo girar hasta que me estaba riendo tan fuerte que tenía lágrimas corriendo por mi rostro.

Se aclaró la garganta y se frotó la parte posterior de su cuello.

—No  quiero  que te arrepientas  de  haberme  dado  otra  oportunidad, Sungmin.

—Me diste otra oportunidad a mí también, Kyuhyun. Creo que cuando estás enamorado eso es lo que haces, dar oportunidades y tomar oportunidades. Ahora vamos dentro y puedes mostrarme a tu nuevo   bebé.

Abrió la puerta de la tienda que había nombrado y lo seguí hacia nuestro futuro. No necesitaba mirar hacia atrás nunca más, para aferrarme a los recuerdos dolorosos y perjudiciales. Tenía a Kyuhyun para moverme siempre hacia adelante, y lo más importante ahora me tenía a mí y a todas las cosas sobre mí para no rendirme. Amaba a un buen hombre, atractivo, pero más que eso, me amaba a mí mismo, y eso me satisfacía de una manera en que nada más podía porque sabía que me merecía lo mejor y Kyuhyun Cho era lo mejor para mí... siempre.

****

―¿Entonces cuál es el veredicto?

Heechul envió su mirada danzando  entre  mí  y   Hyukjae como si yo fuera un idiota, incluso por hacer la pregunta.

—Creo que si ustedes dos idiotas no lo contratan, yo podría solo matarlos a ambos.

Me reí y Hyukjae  levanté la vista del pequeño bulto rosa que sostenía en sus manos tatuadas con el ceño fruncido.

—Soy el tío favorito, no puedes matarme. —El bebé gorgoreó como si estuviera totalmente de acuerdo con esa afirmación, incluso si Hyukjae  era su único tío.

No le dije a ninguno de ellos que iba a contratarlo, independientemente de sus habilidades porque Shindong me lo había pedido. Él tenía algún tipo de plan y solo se había ido desde hace un par de semanas, así que todavía estaba sintiendo la resonante pérdida y seguir adelante con su loco plan parecía necesario.

El "él" en cuestión, francamente nos había noqueado a los tres en nuestros culos colectivos. Quiero decir, sabía que probablemente iba a ser fácil a los ojos como un modelo y todo, pero en persona él era algo más.

Kim Kibum era sin duda el joven más guapo del rock-and-roll que había visto jamás, y podía decir que Hyukjae  estaba de acuerdo.

Tenía una manga completa tatuada en cada brazo, unas imágenes católicas clásicas mezcladas con un desenfrenado arte de la vieja escuela del Día de Muertos. Tenía el cabello de color caramelo que tenía una veta de color rojo sangre en el frente de él. Sus ojos eran tan oscuros como el cielo de medianoche, y me gustaba la forma en que brillaban como si supiera algo que el resto de nosotros no. 

Si su aspecto por sí solo no hubiera sido suficiente para convencerme de que iba a hacer que la gente estuviera en la puerta, sus credenciales lo eran. Era su currículum y coquetería, no tomar ninguna mierda, la misma actitud que vendía Heechul.

Kibum no era solo una cara bonita, había estado ligado a algunas de las tiendas de tatuajes de mayor éxito en la Costa Oeste, y la tienda que dejó no era solo un agujero en la pared, era una de los grandes cadenas de tiendas que operaban en un casino y era dirigida por un famoso chico de deportes extremos.

Actualmente las cosas que estábamos empezando en la ciudad eran pequeñas y totalmente nuevas en comparación con la de dónde venía, y creo que Shindong lo sabía. También tenía una mano en el diseño y la comercialización de su propia marca de ropa, así que realmente no había manera de que no le pudiéramos ofrecer el trabajo.

Los tres salimos de la oficina que Heechul había requisado y Hyukjae  regresó al bebé Jun de nuevo a los brazos de su appa. El bebé vio todo el espacio con todavía un trabajo en progreso e hizo un ruido. Estuve totalmente de acuerdo con él. La expansión era mucho más dura de lo que pensaba inicialmente y no podía esperar a que todo estuviera dicho y hecho.

El joven estaba vagando alrededor, haciendo un balance, dimensionando las cosas, y tenía que preguntarme por qué estaba dispuesto a venir a algún lugar tan diferente, a algún lugar que se estaba poniendo en marcha, cuando, obviamente, podría escribir su propio boleto en cualquier lugar que quisiera en el mundo del tatuaje. Se dio la vuelta y nos vio acercándonos, sus ojos oscuros danzando.

—¿Cómo fue?

Heechul se rio y besó a Jun en la  frente.

—En este momento estoy listo para contratar a un extraño en la calle. Estamos demasiado ocupados, necesitamos ayuda, y el hecho de que puedes correr en círculos alrededor de cualquier otra persona que hemos visto hace que sea una obviedad. Además, este lugar podría utilizar otro joven en la mezcla.

Los labios brillantes de Kibum se torcieron en una sonrisa.

—Creo que va a ser un buen momento. La tienda es hermosa. Creo que con un par de pequeños detalles estarán sentados sobre una mina de oro aquí en las nubes. Hay un montón de oportunidades a su    alcance.

Heechul puso los ojos en blanco y sacudió al bebé, que comenzó a gritar un poco. El jovencito iba a darle a su appa una competencia por su dinero en el departamento de jefe fuerte y mandón.

—Confía en mí, el viejo tema del carnaval se ajusta totalmente. Estos chicos son todos payasos y la mitad del tiempo es como ser realmente parte   de un espectáculo. —Le di a Heechul una mirada sucia, pero no estando en desacuerdo  con  su declaración.

Asentí con la cabeza hacia Kibum y amplié la oferta.

—Con tal de que estés bien con la paga y creas que puedas manejar trabajar de la mano con nosotros, el trabajo es tuyo. Creo que tendríamos suerte de tenerte, y Shindong pensaba que serías un ajuste perfecto, así que eso me importa. Somos una familia, sin embargo, así que estate preparado para hacer frente a las tonterías que vienen con eso.

Hyukjae  gruñó y se acercó para estrecharle la mano.

—Bienvenido a bordo. El tren loco siempre está buscando nuevos pasajeros. —Se inclinó y besó al bebé al igual que Heechul había hecho, y se enderezó—. Tengo que volver a casa. Donghae ha estado con problemas estomacales por algún virus en los últimos días. Tengo que ver cómo   está. Estaba verde cuando me  fui.

Heechul lo miró y levantó una ceja que tenía la perforación de cristal de color rosa en la misma.

—No creo que haya ninguna cosa del estómago alrededor. Presto atención ahora por el bebé.

Él alzó y encogió los  hombros.

—No lo sé. Es lamentable, sin embargo.

Heechul lo miró especulativo, pero todos fuimos interrumpidos por el ruido de botas en las escaleras que conducían desde el piso de la tienda. La única otra persona que tenía la llave era Jjong, así que no me sorprendió cuando su tupé rubio abrió el segundo  piso.

—Hola, Minho llamó y tuvo una idea genial de poner viejos espejos de la casa de los espejos aquí cuando estemos alrededor para tener la tienda abierta Ya saben para atar todo junto...

Su voz se desvaneció y sus ojos se abrieron tan amplios que casi ocupaban toda su cara. Su mandíbula se desencajó y lo único que podía hacer era babear por la belleza de pie con nosotros. Miré hacia atrás y adelante entre los dos. El joven estaba sonriendo como si un gran secreto hubiera sido revelado, y él se veía como si acabara de ver un fantasma.

Los zapatos de Kibum golpearon un pequeño ritmo sexy mientras caminaba hacia las escaleras. Jjong estaba atrapado, como si  estuviera pegado con pegamento industrial. Vi a Heechul darle a Hyukjae  una mirada inquisitiva, y cuando ambos se volvieron hacia mí, lo único que pude hacer  fue encogerme de hombros con impotencia. No tenía ni idea de lo que estaba sucediendo, tampoco.

—Hola, Jonghyun. Ha sido un largo tiempo. —Talló la punta de su dedo rojo sangre a través del puente de la nariz de él—. Creciste muy   bien.

Jjong tragó saliva tan fuerte que en realidad fue audible y se quedó pegado al suelo.

—¿Quién diablos es Jonghyun? —Era una pregunta válida, pero nadie parecía tener prisa por responderle a Hyukjae  cuando preguntó.

Kibum se detuvo frente a Jjong, así que estaban mirada a mirada, le puso una mano en la mejilla y le dio un golpecito, lo cual lo hizo retroceder y parpadear como un búho.

—¿Kibum? —La pregunta sonó estrangulada y forzada a salir. Nunca había visto a Jjong tan estupefacto. Era el seductor, el bromista. Siempre tenía algo que decir. ¿Qué demonios estaba pasando aquí? ¿Y por qué pensé que eso era exactamente lo que mi padre había estado orquestando todo este tiempo?

El joven miró por encima del hombro, su cabello hizo un movimiento como algo salido de una película. Guiñó  un ojo, en realidad  nos guiñó un ojo, y comenzó a bajar las escaleras.

—Huelga de eso, va a ser un gran momento. Chicos nos vemos en el trabajo el lunes. Mándenme por correo electrónico lo formularios que necesiten que llene.

Sus zapatos hicieron clic y taponearon en el camino por las escaleras, mientras que el resto de nosotros se quedaba allí en silencio. Después de un largo minuto, Jjong sacudió la cabeza como si estuviera saliendo de un sueño y caminó el resto del camino en el piso.

—¿Jonghyun? —me miró.

Los ojos dispares de Heechul prácticamente brillaban mientras cambiaba al bebé de brazo y agarraba la pechera de Jjong con la mano libre.

—¿Es él? ¿Es el elegido?

Yo no sabía lo que “el elegido” quería decir, pero cuando Jjong sacudió la cabeza en sentido negativo,    Heechul parecía súper decepcionado.

—No, no es él... pero esa es su hermano.

Heechul abrió la boca y Hyukjae  y yo nos miramos el uno al otro con confusión.

—¿Alguien nos quiere explicar?

Jjong suspiró y levantó una mano para frotar la parte posterior de su cuello.

—Cuando estaba en el programa de hogares sustitutos, Kibum y su hermano pequeño, vivían al lado. Su padre era el ministro en la ciudad en que vivíamos. Él era muy, muy estricto con los dos jovencitos. Eran muy diferentes, lo contrario el uno al otro. Kibum se fue tan pronto como pudo y su hermano me rompió el Corazón cuando traté de darle el mío. ¿Qué diablos está haciendo  aquí?

Le envié una mirada de reojo a Hyukjae  y él mordió el anillo de su labio.

—Es el nuevo gerente de la tienda. Acabamos de contratarlo.

El gran hombre rubio parecía que iba a desmayarse o bien vomitar.

—¿Hablas en serio?

Heechul asintió solemnemente y le dio unas palmaditas en el hombro.

—Kyuhyun le ofreció el trabajo. Es legal el vínculo. ¿Vas a estar bien con eso?

Se frotó una de sus patillas y miró a su alrededor a todos nosotros como si estuviera un poco perdido.

—¿Tengo alguna opción?

—En realidad no. —Odiaba decirle eso a él.

—Creo que solo necesito un minuto para superar el trauma. No lo he visto desde que tenía dieciocho y me preparaba para empezar la    universidad.

Fue entonces cuando todo se fue a la mierda con su hermano. No puedo creer que Kibum esté aquí.

—Él es hermoso. —El tono de Heechul era suave y  conciliador.

Las cejas de Jjong se dispararon y sarcásticamente, arrastró las palabras:

—No me di cuenta.

Hyukjae  soltó una carcajada.

—Entonces eres ciego.

Me aclaré la garganta y todos se volvieron    para mirarme.

—Shindong lo quería aquí. Lo puso todo en movimiento. ¿Cuánto quieres apostar a que él sabía desde el principio de tu vínculo con él? No se limitó a recoger su nombre de un  sombrero.

Jjong juró.

—¿Por qué me haría eso?

—Él tenía sus razones. —El amor no podía ser negociado, lo recordaría por siempre.

Jjong me frunció el ceño.

—¿Qué se supone que significa eso?

Todo lo que podía hacer era sonreír. Él lo descubriría muy pronto.

—Ya lo verás. Ahora quiero ir a casa con mi novio y amar todo de él. —Nunca nada me había hecho más feliz que ser capaz de decir eso cada vez que quería. Sungmin era la persona que siempre iba a querer al final del día, solo lo sabía.

Heechul levantó a Jun, quien alzó sus pequeños brazos mientras trataba de agarrarse a mi anillo en la nariz. Esa maldita cosa era un pequeño imán de manos.

—Ten cuidado, esto es lo que resulta. —Cortó una mirada de reojo en Hyukjae , que por completo se la perdió.

—Por cierto, dile a Minho que sí a los espejos del tipo casa de los espejos. Ese tipo es un maldito genio. —Realmente me quedé asombrado del inmenso talento del contratista.

Jjong murmuró su acuerdo en transmitir la noticia a su amigo mientras todos hacíamos nuestro camino para salir de la tienda.

Quería sentirme mal por él, decirle que todo iba a estar bien, pero al igual que el resto de nosotros, él iba a tener que llegar a eso por su cuenta. El viaje hacia el elegido no siempre era fácil, pero no había mejor destino, no había mejor punto final que el amor y la persona ofreciéndolo que esperaba al final.

*Espero hayan disfrutado de la historia.  Alquien preguntó cual Kibum era, creo que le quedó contestada su pregunta. Esperen el siguiente libro... Cuando?, pronto, solo esperen un poco...