Por fin llegó
aquel día que le había dado la vuelta a su vida, el día de su vigésimo quinto
cumpleaños. Y prometía darle aún más quebraderos de cabeza.
Para empezar,
a primeras horas de la mañana, Siwon, con una toalla atada a la cintura, había
entrado en su dormitorio y se había metido en la cama con él de improviso, sin
avisar. A los pocos segundos, el ama de llaves había llamado a la puerta para
llevarle a Heechul el té.
La bandeja que
ella dejó encima de su mesilla de noche con una resplandeciente sonrisa tenía
una preciosa tetera de china muy fina con una lechera, taza y plato haciendo
juego.
«Un regalo de
cumpleaños del servicio», dijo tímidamente. Y salió sonriendo sin disimulos.
—¡Qué detalle
tan bonito! —exclamó Heechul cuando Siwon y él se quedaron solos—. Lo que hace
que me sienta aún peor, que me sienta un fraude. Deberías habérselo impedido.
—Dudo haber
podido hacerlo —Siwon se encogió de hombros— Querían mostrarte su
consideración, Heechul.
Siwon lo miró
irónicamente.
—Y cuando diga
que nos ha encontrado juntos en la cama, sí que vas a acabar sorprendiéndote.
—No —respondió
él tajantemente—. Bueno, será mejor que te vistas. Mi padre y tu abuelo van a
venir a desayunar con nosotros.
—No... No lo
había olvidado —dijo él en tono bajo mientras lo veía ir hacia el vestidor y
cerrar la puerta.
Al instante, Heechul
echó de menos el inesperado y breve calor de Siwon. Suspirando, se tomó el té y
se dispuso a arreglarse.
El encuentro
con su abuelo el día anterior no había sido muy prometedor, pensó él. Su abuelo
había llegado cansado del viaje y de mal humor por el calor.
—Se te ve
cansado, hijo —le había dicho tras darle un abrazo—. ¿Te ocurre algo?
—No, estoy
bien.
La cena no
había ido tampoco demasiado bien. Al preguntarle a su abuelo por la empresa,
éste le había contestado:
—El joven Jon
está trabajando mejor, ahora que ya no te tiene a ti encima. Respecto al
jardín...
—Está
lloviendo poco y nos han prohibido regar con manguera. Y el ama de llaves...
—Tiene
artritis y está hablando de jubilarse y de irse a vivir a Cheltenham, donde
vive su hermana. Yo le he dicho que no le van a gustar los inviernos allí, que
son muy duros.
—Lo que
quieres decir es que tú no quieres que se vaya —Heechul le había sonreído,
intentando animarlo.
—Quizá haya
llegado el momento de realizar otros cambios también —le había contestado su
abuelo a regañadientes.
Al poco
tiempo, Choi Kangta mencionó que su invitado debía de estar cansado y se lo
llevó a su villa.
Heechul había
pasado una mala noche y ahora, después de ducharse, mientras se ponía un
pantalón verde claro y una camisa, reconoció que estaba muy nervioso. Se sentía
como si se avecinara una tormenta.
Desayunaron
con champán y tuvo que abrir sus regalos. Su abuelo le había comprado una
cámara digital último modelo. De Choi Kangta recibió una pequeña acuarela de la
playa debajo de la villa, firmada con las iníciales VA.
No necesitó oír
la exclamación de deleite de Siwon para darse cuenta del significado de aquel
regalo. Al mirar a su suegro, vio que su autocrático rostro se había suavizado.
—La madre de Siwon
me dejó algunos de sus cuadros —dijo Kangta—. Pensé que te gustaría un cuadro
de esa playa que tanto te gusta, ¡Feliz cumpleaños!.
—Es un regalo
maravilloso —dijo Heechul sonriendo—. Gracias.
Kangta inclinó
la cabeza.
El regalo de Siwon
venía en una caja estrecha y delgada que sólo podía contener una joya. Al
abrirla, Heechul vio una cruz de oro y una cadena sencilla que lo dejaron sin
respiración.
—Es... es un
regalo precioso —dijo Heechul conteniendo la emoción—. ¿Me lo quieres poner,
por favor?
Cuando acabó
el desayuno, Heechul se enteró de que iban a dejarlo solo. Kangta iba a llevar
a Kim Sooman de visita turística, y Siwon anunció de repente que tenía que
volver a Seúl por unas horas, añadiendo que volvería a tiempo para la
celebración del cumpleaños.
Heechul estuvo
a punto de preguntarle si podía acompañarlo, pero se limitó a asentir y, al
cabo de un rato, oyó el helicóptero alejándose.
Decidió ir a
la playa, como de costumbre. Un día como cualquier otro, y sin embargo...
Después de
darse un baño en el mar, mientras se secaba el pelo con una toalla, oyó el
ruido de un motor fuera y, al volverse, vio una lancha motora dirigiéndose
hacia la playa con dos personas a bordo.
Sorprendido, Heechul
se hizo sombra en los ojos con una mano. Por ahí pasaban barcos, por supuesto,
pero aquella cala era privada y no se permitía allí la presencia de gente que
no estuviera invitada.
Pronto, la
motora alcanzó la playa y, tras apagar el motor, un hombre con pantalones
cortos y camisa de cuadros saltó al agua y arrastró la lancha hasta la arena.
Luego, se volvió para ayudar a su pasajero a bajar.
De repente, Heechul
supo quién era el recién llegado, el inesperado intruso.
—Hola —aquel
joven llevaba un diminuto bañador y su cuerpo brillaba como si acabara de
untárselo con aceite.
El joven miró
a Heechul de arriba abajo con gesto burlón.
—Así que eres el
joven con el que Siwon se ha casado en Inglaterra. Algo de lo que, al parecer, Siwon
ya está arrepentido.
—Y tú eres Eddie
Peng—respondió Heechul en tono agradable—. Perdona que no te haya reconocido,
ha debido de ser porque vas vestido.
—El comentario
no tiene gracia.
—Estupendo. En
ese caso, no es necesario que continuemos. ¿Por qué no le dices a tu amigo que
te lleve al sitio de dónde vienes?
—¿Amigo?
—Preguntó Eddie con incredulidad—. Él trabaja para la persona donde me hospedo,
no es nadie. He venido a por mí cuadro. Ahora que ha logrado el éxito como
pintor, quiero que me devuelva mi retrato. Así que depende de ti que me marche.
—Lo siento por
ti —Heechul tiró la toalla en la tumbona y agarró el bote de crema protectora—.
Tu cuadro se quemó el mismo día que yo llegué.
—¿Qué estás
diciendo?
—Que Siwon
mandó que lo quemaran.
Durante unos
instantes, Eddie le lanzó una mirada asesina; después, lanzó una carcajada.
—En fin, qué
le vamos a hacer. Logré lo que me proponía; le recordé lo que había perdido y
tú, además de darle una bofetada, le has negado tu cuerpo.
Eddie hizo una
mueca de desprecio y añadió;
—Siwon ya
tiene pensado deshacerse de ti y buscarse otro más de su gusto, y todos lo
saben y te tienen pena. ¿Por qué esperar a que te echen? ¿Por qué no te vas ya?
Vuelve a tu país.
Heechul alzó
la cabeza y dijo fría y claramente:
—Soy el esposo
de Choi Siwon y éste es mi país —aquellas palabras le sorprendieron a él mismo—.
Y ahora, vete antes de que haga que te echen de aquí a patadas.
Eddie se
encogió de hombros.
—Pronto
llorarás. Recuerda que te lo advertí.
Heechul esperó
inmóvil a que la lancha se alejara; luego, se dejó caer en la tumbona presa de
una profunda angustia.
«No puedo
vivir sin él. Lo amo. Lo necesito», se dijo a sí mismo, enfrentándose a la
verdad.
Comparado con Siwon,
nada en el mundo le importaba. Ni siquiera StarM.
Presa de una
urgente necesidad de sincerarse con Siwon, Heechul corrió a la casa.
—Tengo que
hablar con mi marido —dijo forzando una sonrisa—. ¿Sabe cómo puedo ponerme en
contacto con él? ¿Adónde llamarlo?
—El señor ha
ido a la oficina de su abogado, señor, pero supongo que ya debe de haber salido
de la oficina. ¿Quiere que llame para preguntar?
Su abogado...
Así que el proceso de divorcio había empezado, pensó Heechul sintiendo una gran
presión en el pecho. Siwon no había perdido el tiempo. Pero... ¿por qué iba a
hacerlo? Siwon quería vivir su vida y pensar en su futuro. Siwon estaba cansado
de fingir y divorciarse era lo más práctico.
—No, déjelo.
Creo que esperaré a que vuelva —respondió Heechul con un esfuerzo.
No iba a
rogarle. Ésa era la única conclusión a la que llegó durante el día más largo de
su vida.
Aceptaría la
decisión de Siwon sin protestar, se marcharía de allí sin perder la dignidad.
Nada de lágrimas ni de escenas. La última representación.
Pero no sabía
qué podía esperarle en Inglaterra. Tenía el piso alquilado por seis meses y ya
no había un puesto de trabajo para él en SM.
Nada tenía
sentido en su vida.
Heechul eligió
un traje con pantalón acompañado de una camisa de seda blanca. Un conjunto que
un joven se colocaría en la espera de que su amante se lo quitara... Y ahogó un
sollozo.
Pero cuando Siwon
se reunió con él en la terraza, increíblemente guapo con traje de vestir y
corbata, Heechul lo recibió con una fría sonrisa mientras se sentaba.
—¿Es hora ya
de que nos vayamos?
Siwon se sentó
frente a él con una copa de ouzo en la mano.
—En unos
momentos —respondió él— Me han dicho que querías hablar conmigo.
Heechul había
esperado que no le hubieran mencionado nada. Por suerte, no se le daba mal
improvisar.
—Quería
decirte que un amigo tuyo ha venido de visita hoy.
Siwon frunció
el ceño sin molestarse por preguntar la identidad de la visitante.
—¿Aquí, a la
casa? No me han dicho nada.
—En la playa.
Quería su retrato. Le he dicho que lo habíamos quemado. Quizá deberías ofrecerle
pintarlo otra vez.
—Antes
prefiero quedarme calvo y perder la mitad de los dientes — Siwon lo miró unos
segundos fijamente—. ¿Te has disgustado?
—No te
preocupes por eso.
—De todos
modos, no es justo que hayas tenido que tratar con él. Yo debería haber estado
aquí... por muchos motivos —Siwon hizo una pausa—. Desgraciadamente, tenía que
resolver un asunto urgente en Seúl... y también algo de lo que deberíamos
hablar.
A Heechul se
le encogió el corazón.
—Ahora no, por
favor. ¿No podríamos esperar hasta después de la fiesta?
—Creía que no
querías una fiesta.
—Me he
acostumbrado a la idea, como a muchas otras cosas.
—Como quieras.
Sin embargo, no podemos posponer la conversación indefinidamente.
—Lo entiendo.
Yo sólo quiero disfrutar lo que queda de mi día de cumpleaños —Heechul
titubeo—. Tu padre ha tenido un gran gesto conmigo regalándome el cuadro de tu
madre; sobre todo, teniendo en cuenta lo poco que le gusto.
—No es que no
le gustes, lo que no le gusta es nuestro matrimonio, Heechul. También me
critica a mí, no te creas.
Heechul no lo
miró al preguntar.
—¿Sabe lo del
joven en Seúl?
—No —dijo él
en voz baja— Ni tampoco del de París, ni del de Nueva York, ni del de
Londres... ¿Es eso lo que querías oír?
—Eso no es
asunto mío, eres un hombre libre —Heechul tragó el nudo que sentía en la
garganta—. ¿Cuándo me vas a enviar de vuelta a Inglaterra?
Tras una
angustiosa pausa, Siwon contestó:
—Mañana, con
tu abuelo. Creo que es lo mejor —Siwon suspiró— Diré que tienes que volver para
firmar unos documentos. Al fin y al cabo, no es mentira. Tu abuelo me ha dicho
que ha decidido poner StarM a tu nombre. Tiene pensado anunciar este regalo tan
especial para ti esta noche en la fiesta. Has ganado, Heechul. La casa es tuya;
por fin, tu sueño se ha convertido en realidad.
«Mi sueño se
ha convertido en una pesadilla», pensó Heechul. Y todo era obra suya, no podía
culpar a nadie más.
—Bueno, ya ha
terminado todo —dijo Kim Sooman dándole a su nieto una palmada en la mano—.
Vamos, alegra esa cara. Pronto estarás en casa y te olvidarás de esto.
Heechul, que
estaba mirando por la ventanilla del coche al día siguiente de la fiesta de su cumpleaños,
se incorporó en el asiento y asintió.
—Abuelo,
siento mucho lo que hice. Fue una... estupidez.
—La culpa no
es sólo tuya, hijo. Suponía que si te obligaba a salir con algunos jóvenes...
En fin, mi intención era guiarte por el buen camino.
«¿Guiarme?»,
se preguntó Heechul. Su abuelo lo había puesto entre la espada y la pared.
—Nunca se me
ocurrió pensar que pudieras elegir a un completo desconocido. No salía de mi
asombro cuando Siwon vino a verme y me contó lo que pasaba —Kim Sooman lanzó un
bufido—. Y encima tuvo el atrevimiento de ganarme al ajedrez, el muy arrogante.
De todas formas, ya no está tan seguro de sí mismo, a pesar de sus millones y
de sus encantos.
—¿Te ganó al
ajedrez? —Heechul frunció el ceño—. Siwon me dijo que habían sido tablas.
—Ah, eso
cambia las cosas —dijo su abuelo. Heechul guardó silencio un momento.
—Abuelo, si lo
sabías, ¿por qué no me dijiste nada? ¿Por qué no hiciste algo por impedir lo
que pasó?
—Debería
haberlo hecho, pero sentí un deseo irresistible de ver a tu futuro marido
humillado. Y eso que se lo advertí. No obstante, se ha comportado de modo
bastante decente; sobre todo, teniendo en cuenta que no ha sufrido muchos
desengaños en la vida, en especial con las parejas.
—¿Qué es lo
que le advertiste, abuelo? No lo entiendo.
—Le hablé de
ti y de StarM. Le dije que jamás ganaría, que nada en el mundo podía importarte
tanto como esa casa. Pero él no me creyó. Siwon me dijo que, aunque todavía no
lo amabas, acabarías haciéndolo una vez que estuvieran casados porque él te
amaba con todo su corazón y lograría que lo correspondieses.
Su abuelo
suspiró y añadió:
—Llegó a
convencerme de que podría hacerte olvidar StarM y elegir pasar el resto de la
vida con él.
—¿Eso te dijo?
—preguntó Heechul con una voz que apenas reconocía.
—Y otras
tonterías como que quería protegerte y dedicar su vida a hacerte feliz. Se
estaba engañando a sí mismo y se lo dije. Sin embargo, le di la oportunidad de
intentarlo y le dije que tenía de plazo hasta tu cumpleaños.
Su abuelo lo
miró fijamente antes de continuar.
—No me hizo
mucha gracia que te trajera a Corea, pero le dejé muy claro que tenía de plazo
hasta tu cumpleaños, que lo único que yo tenía que hacer era ofrecerte poner la
casa a tu nombre para que volvieras a Inglaterra.
Su abuelo
sonrió con satisfacción.
—Y aquí
estamos. Sabía que no me decepcionarías, que Dios te bendiga.
—¿Siwon me
quería y me ha dejado marchar... sin más? —dijo Heechul confuso.
Kim Sooman
cambió de postura en el asiento.
—Bueno, Siwon
no quería, a pesar de la presión a la que su padre lo estaba sometiendo. Me
pidió que le diera más tiempo, incluso intentó romper el acuerdo. Al final,
tuve que decirle que si no mantenía su palabra yo vendería StarM y que, después
de eso, veríamos si tú te enamorabas de él.
Kim Sooman
asintió y añadió:
—Y eso fue el
fin de la discusión.
—Sí, ya veo —Heechul
respiró profundamente—. Dios mío, abuelo, ¿cómo se dice en coreano «dé la
vuelta»?
Heechul se
inclinó hacia el asiento de delante y le dio una palmada en el hombro al
conductor.
—Stop —y
empezó a gesticular con las manos—. vuelva. Siwon. Juro que empezaré a
estudiar coreano mañana mismo si da la vuelta ahora.
—Heechul, ¿te
has vuelto loco? —dijo su abuelo en tono severo.
—No, justo
todo lo contrario. ¡Oh, gracias a Dios! —Añadió cuando vio al conductor girar
el coche y emprender el camino de vuelta—. Deprisa, deprisa.
—Lo que he
dicho no ha sido una broma —dijo Kim Sooman con seriedad—. A menos que vuelvas
a casa conmigo, venderé StarM. Ya he recibido varias ofertas.
—Pues véndela.
Ya no me importa —respondió Heechul con voz quebrada— La única casa que quiero
está aquí, es la de mi marido y no sé cómo voy a convencerlo.
Cuando
llegaron a la casa, Heechul salió del coche casi antes de que se hubiera
parado. Echó a correr y entró gritando el nombre de Siwon; pero al llegar al
salón, a la única persona que vio delante de la ventana fue a su suegro. Al
instante, se detuvo sobrecogido por una profunda desilusión.
—Heechul —Choi
Kangta lo miró fijamente—. Creía que ya no volvería a verte. ¿Dónde está tu
abuelo?
—Está en el
coche y yo estoy seguro de que usted creía que ya se había deshecho de mí —Heechul
alzó la barbilla—. Siento desilusionarlo, señor Choi, pero he vuelto para
quedarme y usted no podrá hacer nada por impedírmelo.
Heechul tragó
saliva y continuó.
—Soy el esposo
de su hijo y estoy dispuesto a acampar en el jardín hasta que Siwon vuelva.
Porque... porque lo quiero, ¿me oye? —Heechul ahogó un sollozo—. Dios mío, lo
quiero más que a nada en el mundo y voy a decírselo.
Choi Kangta
miró a espaldas de él y dijo burlonamente;
—Hijo, creo
que ya se ha enterado.
Heechul se
volvió y vio a Siwon de pie en el umbral de la puerta. Iba vestido con un
traje, llevaba una cartera en la mano y lo miraba con incredulidad.
Durante un
momento, Siwon ni se movió ni abrió la boca. Por fin, dijo con voz ronca:
—¿Es eso
verdad?
—Sí —respondió
Heechul apasionadamente—. Sí, lo es. He sido demasiado estúpido para
reconocerlo, tenía miedo de decírtelo porque tú siempre estabas fuera.
—No quería
estar contigo si no me amabas —dijo él.
—Pero tú sí me
amabas —dijo Heechul—. Me amabas lo suficiente para dejarme marchar con el fin
de que persiguiera mi sueño.
Heechul lo
miró con infinito amor y añadió:
—Cariño, ¿cómo
se te ocurrió pensar que podía preferir un montón de piedras en el campo a ti?
Choi Kangta se
aclaró la garganta.
—Creo que será
mejor que vaya a reunirme con el señor Kim. Los veré más tarde... o quizá
dentro de unos días —sonrió a Heechul con ternura—. Quizá, para entonces, puede
que aceptes llamarme «papá».
Tras esas
palabras, se marchó dejándolos solos.
Siwon dio un
paso hacia él y Heechul, conteniendo el impulso de arrojarse a sus brazos, lo
detuvo poniéndole una mano en el pecho.
—Cariño, antes
de nada tengo que decirte una cosa. No te reprocho nada de lo que has hecho
porque sé que mi comportamiento ha sido despreciable y sé que debes de haberte
sentido muy solo. Pero... no puedo compartirte con nadie, eso me destrozaría.
—Ah, te
refieres al amante que tengo en Seúl y a los que tengo en otros sitios,
¿verdad? —Siwon se sacó la billetera y de ella un papel doblado—. Mira, es
posible que lo reconozcas.
Era un dibujo.
El dibujo de un joven tumbado de costado en la cama. Su rostro era hermoso y,
dormido, casi sonreía.
—¿Cuándo lo
dibujaste? —preguntó él con voz ronca.
—La noche de
nuestra boda. Me levanté temprano, obsesionado con eso que me dijiste de que jamás
te enamorarías de mí. Tenía tanto miedo de que fuera verdad que hice este
dibujo para llevarlo siempre conmigo, a modo de talismán.
Heechul volvió
a mirar el dibujo y dijo con voz tímida:
—Yo... no soy
así en la realidad.
—Lo eras y
volverás a serlo —dijo Siwon con ternura—. Lo serás todas las mañanas durante
el resto de nuestras vidas, mi dulce amor.
Heechul esbozó
una sonrisa temblorosa.
—No digas eso,
yo no tengo nada de dulce.
—Para mí, sí
—la mirada de Siwon le hizo sonrojarse—. Para mí eres dulce, tierno, pequeño...
—Y todas las
veces que te dije que no te quería... —susurró—. Te juro que te recompensaré
con creces.
—Me encanta
oírtelo decir —Siwon lo tomó en sus brazos y lo condujo al dormitorio—. Creo
que deberías empezar a recompensarme.
Siwon lo
desnudó con lentitud y con inmenso cuidado, como si estuviera abriendo un
tesoro. Sonrió mientras lo poseía, mientras se movía dentro de él con creciente
intensidad hasta que, al final, ambos perdieron el control por completo y
gritaron su felicidad.
Un rato
después, Heechul dijo adormilado:
—Me encanta
esta cama. No es demasiado grande y siempre puedo tocarte.
—Vaya, por fin
un plan que sale bien —Siwon lo besó y, con las manos, comenzó una nueva
aventura— Sin embargo, creo que tendremos que acostarnos en otras camas, jagiya.
Quiero llevarte de viaje de luna de miel.
—Mmmm. ¿A
algún sitio en concreto, mi vida?
Siwon titubeó.
Su rostro, de repente, serio.
—He pensado
en... Sudamérica. Por eso fui a Seúl ayer a ver a mis abogados. Me dijeron que
sus agentes creen que han localizado a tu madre.
Heechul tardó
varios segundos en poder hablar.
—¿Has... has
hecho eso por mí? Oh, mi amor —Heechul hizo un esfuerzo por contener las
lágrimas— De todos modos, es posible que ella no quiera verme.
—Yo creo que
sí —dijo Siwon— Pero lo averiguaremos juntos.
—Sí —contestó Heechul
con un suspiro de pura felicidad—. Juntos.
Y Heechul alzó
los labios para unirlos con los de Siwon.
Fin
Que bueno que el abuelo de Heechul se puso a hecharse flores con que le habia ganado a Siwob e hizo caer en cuenta a Heechul de que amaba a su esposo y queroa eatar con él.
ResponderEliminarMuchas gracias por la historia . La disfrute mucho.
Un abrazo ^_^
Wi~ oh si!!!
ResponderEliminarEl Sichul al poder!!!!
Me encanta!
Ese sooman! No me gusta nunca...(?)
Ahhh Wi~
Hola!
ResponderEliminarYa tenia mucho tiempo que no comentaba, pero con este fic no me pude contener, hasta me lo lei de una, aquí ya son las 2 am (bueno ya casi faltan 6 min) kkk y todavía me quede cargada de energía por leer tan rápido, muchas gracias y estoy ansiosa por recuperar el tiempo perdido que me sobrepasa... fighting con las demás historias!!!
Ah...el final...no me lo esperaba
ResponderEliminarA pesar de la espera,se me hizo tan corto...todo me vino de golpe
Al final...el héroe de todo esto fue el abuelo de Hee
Si no hubiera abierto la boca para regodearse de lo que había pasado,Hee no se entera y no hubiera tenido el valor de regresar por Siwon...punto para el abuelo.
Al menos sirvió de algo la llegada del modelito...es que solo necesitaban una razón que les aclarará todo...tan bobos... y Siwon tan lindo al mismo tiempo.
Y lo llevará a ver a su mamá *0*
Mejor esposo inesperado no puedo tener Hee ♥