-Yo no te he sido infiel -respondió Hyukjae vehementemente.
Esas palabras, que seguramente eran
falsas, le llenaron de amargura y apenas
pudo encontrar palabras coherentes.
-¿Y te esperas que me crea eso después de
lo que me dijo Jieun? ¿Después de cómo me lo dijo? ¿Y qué me dices de ese
montaje del hotel? Eso para no mencionar ese almuerzo de cumpleaños con ella,
mucho más importante para ti que yo.
La voz estuvo a punto de fallarle y le dio
un trago a su copa para aclararse la garganta.
-Sé que es mi culpa -admitió Hyukjae.
-¡Bueno, una gran culpa! ¡Cielos! Ni
siquiera tuviste la decencia de darle una oportunidad a nuestro matrimonio. Tú
decidiste, por ti mismo, que yo estaba
por debajo de la línea para satisfacerte sexualmente, así que pensaste
en otra cosa. Esa es la clave de todo, ¿no?
Hyukjae tomó aire. Parecía sentirse mal y
lo miró suplicante.
-No te he sido infiel, Donghae -repitió-
Lo pensé, pero no lo hice.
-¿Por qué? ¿Porque lo descubrí?
-Porque no quise.
-No porque yo te importara.
-Tú me importas mucho, Donghae -dijo él
mirándolo intensamente- Y quiero que nuestro matrimonio funcione.
-Eso no ha sido lo que me ha parecido a
mí. Por favor, ¡Déjalo ya!
-Donghae, si me das una oportunidad ...
-¡Es inútil! ¿es que no podemos hablar de
algo útil?
Hyukjae suspiró largamente.
-¿Qué crees que es útil?
-Cómo vamos a actuar delante de los niños
cuando volvamos a casa, por ejemplo. No
sé si tú los has llamado esta semana. Yo sólo les he hablado del poco turismo
que he hecho.
-Sí, los he llamado. Y fue un alivio ver
que seguían hablándome con normalidad.
Donghae frunció el ceño. ¿Es que él se
creía que iba a hablar mal de su padre a los niños? Aquello era precisamente lo
más difícil de una ruptura, perderlo a él como una constante en sus vidas.
-No nos hagas esto, Donghae.
Esas palabras, dichas con una voz baja e
intensa, se deslizaron hasta su corazón, pero entonces vio la hipocresía de
hacer recaer en él la culpa. No había hecho nada, sólo tratar de arreglar lo
mejor posible su falta de experiencia. ¡No era él el que se había buscado a
otro porque no estuviera contento de su compañero sentimental!
Le dio otro trago a su copa. El impulso de
tirársela a la cara a Hyukjae fue de lo más fuerte.
¿Es que se suponía que a un marido siempre
hay que perdonarle los pecados por mantener junta a la familia?
-No es demasiado tarde para volverlo
a intentar -insistió él tocándole la
mano-. Te prometo ...
-¿Dónde has dejado a Jieun esta noche? -le
preguntó venenosamente.
Dejó su copa sobre la mesa y apartó la
mano de cualquier posible contacto con la de él, dejándola apretada contra el
regazo con una furia silenciosa.
El rostro de él se iluminó.
-No tengo ni idea de donde pueda estar.
Está fuera de mi empresa y de mi vida.
Donghae se quedó de lo más sorprendida.
-¿Desde cuándo?
-Me di cuenta de que te había molestado el
lunes por la mañana, pero no estuve totalmente seguro hasta que me enfrenté a
ella esa tarde después de leer tu nota. Me sorprendió ver la clase de mujer que
era. Tanto que no tardé en librarme de ella. Le hice un talón por el importe de
su año de contrato y así nos separamos.
-¿El lunes?
Le resultaba difícil creer que Hyukjae
hubiera actuado tan rápidamente, tan despiadadamente por ... ¿por él? ¿O porque
su matrimonio estaba en peligro?
-Donghae, fuera lo que fuese lo que ella
te insinuó, lo hizo por sus propios motivos, no por los míos.
Aquello tenía sentido, incluso para la cansada
mente de Donghae. Jieun bien hubiera podido querer al esposo de Hyukjae fuera
de escena, mientras que él no se podía permitir y no quería dejar marchar al appa
de sus hijos.
Hyukjae continuó hablando.
-Esa mañana, antes de marcharme, pedí una
cesta de rosas para que te las mandaran a la habitación con el mensaje de que
estaba ansioso por verte esa noche. Y de que te amaba. Lo puedes comprobar en
el hotel. Y no tenía a Jieun en mente. Ni en mi corazón.
¿Una cesta de rosas? ¿La que estaba
llegando al hotel cuando él se marchaba?
Agitó la cabeza ante la ironía de la
situación, de la falta de oportunidad del momento. Hyukjae tratando de
alcanzarlo a él y él tratando de alejarse.
Tal vez él hubiera sacado a Jieun fuera de
su mente y de su corazón y la mujer en cuestión había tratado de agarrarlo a
él.
-Debes haberle dado razones para
pensar ...
-No. La gente retuerce las cosas a su
gusto. Yo era amable con ella, nada más que eso.
-Lo de D&E House ...
-Ella me lo puso muy atractivo. Y lo es.
El error fue estar de acuerdo en compartir el apartamento. Eso la ponía
demasiado cerca de mí. Me hacía vulnerable, me podría haber creado muchos más
problemas si tú no hubieras venido.
-¿Qué quieres decir?
-Que me podía haber chantajeado. Por eso
se puso a incordiarte a ti, no quería que te entrometieras en su camino.
Donghae no estaba muy segura de qué creer.
-¿Por qué podría querer chantajearte?
-Por poder. Alguna gente lo hace, Donghae.
Y ella es una de esas personas -dijo él amargamente- He hablado con su jefe
anterior y le dije lo poco de fiar que la había encontrado. El hombre me
admitió que lo había tenido bien agarrado y le había sacado todo lo que había
podido. He dado instrucciones a la empresa de que cambien todas las cerraduras
de la zona de oficinas y que no se la permita el paso.
Esa nueva imagen de Lee Jieun era de lo
más sorprendente.
-Decías que sus referencias eran
impresionantes.
Hyukjae suspiró sonoramente.
-Es más fácil escribir algo bueno de
alguién antes que ser la víctima de su malicia. A esta mujer no le importa el
daño que pueda hacer, Donghae. No le remuerde la conciencia. Juega a ganar y
disfruta apretando las clavijas a la
gente.
Así era, pensó Donghae, recordando la
diversión que se asomó a sus ojos mientras removía el puñal en sus heridas con
sus comentarios.
-Una mujer muy peligrosa -dijo Hyukjae.
Donghae se estremeció al ver como Jieun
podía haber manipulado sus vidas si hubiera tenido más oportunidades de las que
había tenido. Y había triunfado creando un precipicio entre Hyukjae y él.
La zanja existía, pero ¿no podrían Hyukjae
y él hacer un esfuerzo y crear algo mejor?
¿Le quería realmente Hyukjae?
Lo miró lleno de dudas, pero una trémula
esperanza se asomó a su corazón.
La respuesta de él fue instantánea, como
si todo su ser hubiera estado atento a la menor señal de esperanza. Se apoyó en
la mesa con las palmas de las manos hacia arriba y mirándolo con toda la
necesidad de convencerlo.
-Donghae, te juro que sólo hay una persona
en el mundo a la que quiera como mi pareja -dijo con la voz llena de pasión-. Y
esa eres tú.
Para Donghae, la llegada del camarero con
los menús fue de lo más oportuna, ya que de repente sentía un tumulto interior
por las revelaciones de Hyukjae y tuvo miedo de responder de mala manera y
arrepentirse luego de ello.
Esa semana había sufrido demasiado dolor
como para que se le pasara así, de repente y echarle la culpa de todo a Jieun.
O como para dejar que unas cuantas palabras apasionadas tuvieran el efecto de
una droga milagrosa, haciendo que todo
fuera mejor. La situación no era tan mala como se había creído, pero
ciertamente no estaba resuelta.
No estaba dispuesto a caer en los brazos
de Hyukjae y olvidarse del dolor, la soledad, la sensación de ser querido sólo
para unas cosas y no para otras, de ser una especie de esposo a medias. Y
quererlo no era suficiente. El sexo generaba una gran proximidad, pero él
necesitaba sentirse amado de una forma más que
física.
Mientras tanto oía al camarero recitarles
las especialidades de la casa, todas debían ser excelentes, pero su mente no
estaba para comidas. Eligió dos
especialidades y le devolvió el menú.
Hyukjae hizo lo mismo y el camarero se
marchó. Estaba claro que él estaba
dispuesto a ganar le costara lo que le
costara.
Pero Donghae luchó contra su poderoso
carisma.
-No es así de sencillo, Hyukjae.
Él abrió las manos, invitándolo a que se
explicara mejor.
-¿Qué es lo que quieres, Donghae?
Era difícil explicarlo con palabras. En
algún momento de su matrimonio, Hyukjae se había apartado de él y se sentía
perdido. Llevaba meses así. Se moría de
ganas de que Hyukjae lo tomara de la mano y lo hiciera sentirse de nuevo seguro
de su amor, pero ¿cómo podía sentirse seguro sin comprender por qué él lo había
dejado a su aire?
-¿Estabas muy enamorado de tu primer esposo, Hyukjae?
Esa pregunta inesperada hizo que Hyukjae
diera un respingo y se pusiera tenso. Lo miró como si hubiera pasado la
línea permitida.
-Eso terminó, Donghae -dijo
dictatorialmente. Siempre había evitado ese tema, pero esa noche no lo iba a
hacer.
-No, no está terminado.
-Te aseguro ...
-Si así fuera, no lo habrías usado a él
como baremo para mis acciones. Te
hiciera lo que te hiciese, fuera lo que fuese lo que sintieras por él, todavía
afecta la forma en que me ves a mí, Hyukjae.
-No, no es así. No debería ... ¡Maldita
sea! Contigo es diferente, Donghae.
-Entonces ¿por qué me estás poniendo a mí
las reglas que debes haber sacado de tu experiencia con él? Todo eso acerca de
que este es tu espacio y este el mío ... ¿Qué pasó con eso de dar y recibir?
Hyukjae se rió sarcásticamente.
-Bueno, Sung lo sabía todo de tomar, pero
lo de dar era un concepto que nunca entendió. Supongo que cuando sentí que tú
no me estabas dando a mí... eso me hizo recordar mi vida con él.
-¿Lo amaste, Hyukjae?
Hyukjae le contestó de mala gana.
-Era otro concepto. No estoy
particularmente orgulloso de ello. Digamos que era una fase de mi vida en la
que el éxito y el dinero rápido era lo más
importante.
-Quiero saber más de eso. A veces
reaccionas de ciertas maneras y no sé por qué. Si me contaras esa parte de tu
vida, te comprendería mucho mejor.
Estaba muy claro que eso no le gustaba
nada a Hyukjae, pero para Donghae era un asunto de lo más importante y no dejó
de mirarlo fijamente.
-Donghae, mi vida con él y mi vida contigo
... Es como la noche y el día, créeme.
-Entonces, háblame de ello, Hyukjae
-insistió- Estate seguro de ti mismo, porque la semana pasada me metiste en el
mismo cesto que a él y, no quiero que eso vuelva a suceder. No me gusta recibir
las consecuencias de lo que te hizo otro.
Hyukjae asintió.
-Me parece justo.
Pero todavía tardó un poco más en contestar.
-Hoon y yo éramos lo que se podría llamar
pájaros de altos vuelos cuando nos conocimos. Teníamos una confianza arrogante
en que íbamos a comernos el mundo, tomando lo mejor, o lo que parecía lo mejor
de todo. Coincidimos en varias fiestas, nos encontramos físicamente atractivos
y nos transformamos en una de esas parejas que los demás envidian. Tuvimos una
boda que no te la podrías creer. De auténticas celebridades.
Donghae se dio cuenta del cinismo que
asomó a su voz mientras le describía lo frenéticamente que habían llenado sus
vidas subiendo los escalones de la alta sociedad.
Hyukjae tardó toda la cena en contarle la
historia completa, aunque ninguno de los
dos comió mucho. Los dos estaban demasiado concentrados en la historia
como para hacerle caso a la comida. No quisieron postre y, cuando les sirvieron
el café, Hyukjae siguió hablando.
-Para responder a tu pregunta inicial, te
diré que el amor no estaba realmente incluido en aquello. Era más ego que otra
cosa. Y ya te dije que no me siento orgulloso
de ello -dijo él tomándole la mano sin dejar de mirarlo-. Y yo sé que
eso no es lo que tengo contigo, Donghae.
Él dejó allí la mano, consolado por el
calor y la energía que emanaba de la de
él.
-¿Qué fue lo que viste en mí, Hyukjae?
¿Qué te atrajo de mí?
Había estado trabajando en un puesto de
libros como trabajo de vacaciones de
Navidad, vendiendo cuentos infantiles, en el centro comercial de Hyeopjae.
Estaba diseñado para llamar la atención de los que pasaban. Hyukjae
no había pasado, sino que había quedado con su appa en la cafetería que estaba
a unos metros del puesto.
Cuando su appa se hubo marchado, él no
perdió el tiempo en acercarse al puesto,
con la excusa de comprar un libro para una sobrina, pero más bien para
presentarse y pedirle luego una cita. Dado que un Príncipe Azul como él no
aparecía todos los días en su vida, Donghae
aceptó inmediatamente. Y era más, no se le pasó por la cabeza negarse. Se había
quedado sin habla y preguntándose si no lo habría soñado.
Y ahora lo tenía sentado delante, a su
marido desde hacía siete años, mientras
veía como la tensión desaparecía de su rostro mientras su mente
retrocedía en el tiempo y sonreía.
-La forma en que sonreías a los niños
-respondió él entonces- Eras precioso, pero he visto a muchos jóvenes hermosos
que me han dejado completamente frío. Lo que me atrajo de ti fue tu forma de
sonreír a los niños. Se te notaba el cariño. Un cariño real.
Los niños. ¿era esa su principal prioridad
en la vida?
-Pero lo que realmente me afectó fue la
forma en que me sonreíste a mí. Sin artificios. De una forma tan abierta y
llena de alegría ... Era como un arco iris que
quedó en mi vista durante el resto del día y no dejé de pensar en la
olla de oro del final. Me dije que era
mejor que la alcanzara y la atrapara lo antes
posible.
Donghae se rió. No lo pudo evitar. Luego
suspiró largamente. Él podía ser el Príncipe Azul, de acuerdo. Cuando se
esforzaba.
-¿Y tú, Donghae? ¿Qué sentiste por mí?
-Es difícil de decir -dijo riéndose de
nuevo-. Pensarás que soy tonto.
-No. Me gustaría que me lo contaras.
-La primera vez que me hablaste, cuando me
miraste a los ojos, sentí como si me temblara todo el cuerpo. De los pies a
la cabeza. Era algo muy extraño. Nadie
me había producido antes ese efecto. Era como ser tocado por una varita mágica.
-¿Todavía lo puedo hacer? ¿Puedo hacerte
sentirte así?
-Lo hiciste durante el vuelo, cuando te
levantaste la primera vez de tu asiento y viniste a ver si estaba bien. Me
miraste ... Era como si me estuvieras viendo de nuevo después de mucho tiempo
de no verme de verdad. No sé si sabes lo que quiero decir.
-Sí. Eso lo produce el desear y
sentirse deseado, Donghae. Y había pasado un largo tiempo.
Lo siento. pero la pura verdad es que perdí toda la sensación de ser deseado por
ti. Los niños parecían llenar del toda tu vida y ...
-Pero yo te deseaba, Hyukjae. Siempre te
he deseado.
Él agitó la cabeza, sintiendo la necesidad
de decir lo que sentía.
-No lo expresabas de la forma en que
yo necesitaba.
-De eso me doy cuenta ahora, Hyukjae, Pero
¿cómo lo iba a saber? Tú eras el primer hombre en mi vida en sentido íntimo. Mi
padre nunca me habló de sexo. Mi appa
era demasiado mojigato como para permitirle contarme algo al respecto. Yo fui su pequeño príncipe hasta el
día en que me casé contigo, así que, ¿dónde iba a aprender yo de eso, Hyukjae,
si no contigo?
-Yo pensé que eso sería lo natural.
-Yo no tenía lo que podrías llamar
una naturaleza liberal. Todo lo que
tenía que ver con el sexo era tabú. Y así tenía que ser. Así me lo enseñaron, Hyukjae,
y no es fácil librarse de ello.
Hyukjae suspiró largamente.
-Lo has estado haciendo muy bien, Donghae.
Siento no haberte ayudado.
-Oh, fue mi culpa sobre todo. El quedarme
embarazado tantas veces me hizo ser más consciente de mi cuerpo. Tenía un
aspecto tan horroroso que no me imagino cómo podías sentir algún deseo por mí.
Así que lo de ocultarte mi cuerpo se transformó en un hábito.
Él pareció sorprendido.
-Pero estabas precioso cuando estabas
embarazado. ¡Eras algo de lo más hermoso!
Donghae se rió.
-¿Cómo puedes decir eso?
-Es la verdad. Donghae, para cualquier
hombre, tú eres un joven extraordinariamente hermoso. Tienes todo lo que
cualquier hombre puede querer. Incluso más cuando estás embarazado. Para mí,
siempre has sido el joven más hermoso del mundo. ¡El rey de los jóvenes!
Donghae estaba demasiado anonadado como
para contestar.
-Claramente yo he cometido un error por
no hacértelo saber. Por no
metértelo en la cabeza las veces
suficientes como para que te convencieras. Para mí era tan evidente ... Ha sido
culpa mía -dijo Hyukjae suspirando.
Donghae suspiró también.
-La culpa es de los dos. Deberíamos haber
hablado mucho más, Hyukjae.
-Y deberíamos habernos tocado mucho más
también. Lo que me recuerda... ¿Sabes esa habitación que reservaste para los
dos? ¿Para que hiciéramos el amor la tarde en que yo tan estúpidamente no quise?
Donghae se ruborizó.
-Bueno, yo estaba tratando de arreglar las
cosas entre nosotros.
-Pues en eso puedes contar con toda mi
ayuda en el futuro. Y, para mostrarte mi intenso deseo de intentado, he
reservado una habitación
especial para esta noche -dijo él mirándolo a los ojos y
apretándole la mano- Quiero hacer el
amor contigo. Ahora mismo. ¿Puedo llevarla al hotel, señor Lee?
Donghae sabía que el éxtasis de la
intimidad física no lo era todo. Después venía el resto de la vida juntos. Pero
en ese momento le parecía que era el mejor comienzo para alcanzar todo lo
demás.
-Sí -dijo- Sí puedes.
***
Rey de mi vida.
Esa frase encantadora reverberó en la
mente de Donghae mientras estaba tumbado lánguidamente sobre unas suntuosas
almohadas, mirando las cortinas de la fabulosa cama. Encontraba increíblemente
erótico estar tumbado completamente desnudo entre los muebles más
impresionantes que había visto en su vida en la Suite rentada por Hyukjae.
-Este no es mi hotel, Hyukjae.
-Lo es esta noche -replicó él lleno de
deseo- Quiero que te sientas todo lo que eres para mÍ... el rey de mi vida.
Había reservado esa suite con la esperanza
de que volviera a su lado, para celebrar y hacer memorable al inicio de su
segunda luna de miel, para demostrarle lo mucho que lo quería, lo mucho que
significaba para él, un acto de fe en su
futuro juntos.
A Donghae se le escapó una risita mientras
trataba de apartarse de las exquisitas pero insoportables sensaciones que Hyukjae
le estaba produciendo al acariciarle
las plantas de lo pies.
-¿Cosquillas? -le preguntó él desde donde
estaba, tumbado a los pies de la cama mientras seguía jugueteando vagamente
después de haber satisfecho su primera y urgente necesidad.
-Ya basta, basta -se rió.
-No, no es suficiente. Para empezar bien,
podría besarte los pies. Pero luego iría subiendo poco a poco ...
Donghae tomó aire. Él podía hacer cosas
increíbles con la boca y las manos. Increíblemente maravillosas. Esa noche parecía
concentrado en darle todo el placer que
fuera posible.
Le recorrió los muslos con los labios
igual de lentamente, hasta que, por fin, le concedió el más exquisito homenaje
a su miembro y él se sintió como si
se fundiera de excitación. Poco
después, Hyukjae se introdujo en él y Donghae le rodeó la cintura con sus piernas
-Ven ahora -gritó- Te quiero, te quiero,
te quiero ...
-Sí -gimió él exultante.
En ese momento los dos fueron uno por
encima de todas las barreras, diferencias, problemas y tribulaciones. Era la
pasión de la posesión.
El rey de su vida, pensó mientras lo
abrazaba ferozmente, saboreando la fuerza y el esplendor del hombre que era
él, amándolo.
Pensó entonces que no debían dejar nunca
que eso, lo que sentían esa noche, lo
que tenían, se transformara en algo menos. Era tan bueno, precioso, que
había que cuidarlo y conservarlo.
Su reino era el matrimonio y bien podían
haberlo perdido. Era mejor no olvidarse
nunca de eso. Podían haberlo perdido. Tenían que ser más conscientes en el dar
y el tomar, en querer lo que fuera mejor para los dos, tocándose, estando ahí, escuchándose y, sobre todo, amándose.
Hyukjae lo besó larga y voluptuosamente,
lo abrazó y lo arrastró consigo cuando se tumbó de espaldas. El pecho le subía
y bajaba con la respiración y murmuró:
-Rey de mi vida ...
Donghae se sentía tan feliz ...
Hyukjae no sólo lo hacía sentirse hermoso.
Le hacía sentirse amado.
Era bueno estar de vuelta en casa. Hyukjae
miró el caos que había en el salón con una benevolencia feliz. Todos los mapas,
guías, fotos, recuerdos y demás que Donghae se había traído del viaje estaban
desparramados por el suelo junto con los juguetes que les había traído a sus hijos. Los niños estaban
felices y Hyukjae sintió un tremendo placer al verlos.
Hyungsik estaba absorto con el libro de
fotos de Versalles y no paraba de hacerle preguntas a su appa al respecto. Jeno
estaba encantado, marcando el paso por todo el salón, observando como las
zapatilIas que le habían traído de
Londres encendían sus luces. Y Jaehyun estaba sentado en el regazo de Hyukjae
con el impermeable que le habían traído de París, señalando los peces, pájaros
y flores que decoraban la prenda
multicolor.
-¡Mira, papá! ¡Mira, papá!
Siempre era agradable estar en casa, pensó
Hyukjae, pero esa vez era muy especial. Era muy consciente de que todo eso se
podía haber perdido, esa maravillosa sensación de una familia en armonía, seguro
de sus lazos naturales de amor. Todo podía haber sido destruido.
Decidió tener más cuidado. Había enemigos
tanto interiores como exteriores con los que había que luchar y tenía que
andarse con ojo de que ninguno de ellos consiguiera el poder suficiente
como para alterar lo que habían construido. Cuando algo se perdía ya
era demasiado tarde como para empezar a darse cuenta de su valor. Era mejor ser
siempre consciente de ello y apreciarlo.
-Me voy a poner mis zapatillas nuevas
cuando vayamos al gimnasio mañana, abuelo
-dijo Jeno poniéndose a hacer gimnasia de
repente.
-¿Al gimnasio? -le preguntó Hyukjae a su appa,
que estaba sentado en el sofá con Donghae-. ¿Estáis yendo al gimnasio?
No pudo contener una sonrisa al imaginarse
a su muy digno appa haciendo aerobic.
-No te rías, Hyukjae -dijo él-. Kangin dice
que si puedo seguir con mi nueva dieta, que no es muy difícil de seguir...
-Eso es, señor Lee -dijo Victoria desde la
cocina-. Todos estamos siguiendo una nueva dieta. Es rica en proteínas y baja
en grasas; nada de carbohidratos después de las cuatro de la tarde. No estaría
nada mal para usted.
-Y se duerme mejor por la noche -intervino
Luna con entusiasmo- Incluso Jeno. Está
durmiendo como un tronco.
-Kangin dice que es porque estamos
haciendo que el metabolismo trabaje por la mañana y descanse por la tarde, por
eso estamos descansando mejor. Perece como si se tuviera mucha más energía y es
muy divertido hacer los ejercicios y las
pesas.
-¿Pesas?
Hyukjae no se lo podía creer.
-Sí. La abuela está levantando pesas, papá
-dijo Jeno.
-Son para proporcionarme tono muscular.
-¿Quieres tener músculos?
-Quiero dejar de estar fláccido. Sólo
tengo sesenta años, Hyukjae. Me gustaría ser un sesentón esbelto. ¿Por qué no?
-Eso, ¿por qué no? -dijo él sonriendo,
contento porque su appa hiciera algo que le hiciera feliz-. ¡Adelante, appá!
También puedes ser un setentón esbelto.
-¡Oh! -exclamó su appa lleno de placer- Me
alegra tanto que digas eso, Hyukjae. Tus hermanas piensan que soy tonto por ir
a un gimnasio a mi edad.
-Probablemente te tengan envidia por tener
el valor de hacerlo.
Él se rió.
-Se podría decir que todo esto es por
haber conocido a Kangin. Es un gran motivador.
-Bueno, ¿puedo preguntar quién es Kangin?
-Kangin es pre…precioso -exclamó Victoria
tartamudeando en broma desde la cocina,
haciendo girar los ojos expresivamente.
Luna se ruborizó y le dijo a Donghae:
-Me va a llevar a bailar el viernes por la
noche. Dice que me muevo muy bien.
-Ahí lo tienes, Luna. El que no se
arriesga, no gana -respondió Donghae calurosamente y mirando a Hyukjae-. Kangin
es el que viene a limpiamos la piscina una vez a la semana. Si lo descubriera
una agencia de modelos, sería una mina de oro.
-¡Nos encanta a todos! -dijo Victoria.
Donghae sonrió a Hyukjae como diciéndole
que a él no, que sólo había un hombre en el mundo que le encantara y era él.
Hyukjae respiró profundamente y deseó
llevárselo a la cama en ese mismo momento para hacer el amor salvaje y
maravillosamente, pero bien podía esperar a esa noche. El deseo que podía
sentir no estaba sujeto a un cambio de humor o de actitud. La semana en París
le había asegurado más allá de cualquier duda posible que
ese deseo era mutuo. Era
magnífico saberlo. Era como tener el arcoiris allí todo el tiempo,
la promesa no era una ilusión,
era real.
-¿Cómo puedo conseguir unos músculos como
los de Kangin? -le preguntó Jeno a Luna.
-Bueno, tal vez debieras preguntárselo a
tu padre, Jeno -dijo ella- Él lo sabe todo.
Pero no era así. Incluso mientras charlaba
con su hijo pensó en las cosas que no había sabido y los problemas que eso
había causado. Las cosas equivocadas que había pensado de Donghae y su fallo en
juzgar a Lee Jieun al confiar en ella, incluso en que le gustara.
Durante las últimas semanas se había
sorprendido al encontrarse cara a cara con diferentes realidades a las que se
había formado en la mente.
No lo sabía todo. No había sabido que su appa
no estaba cómodo con su cuerpo. Hyukjae decidió que saberlo todo cerraba las
puertas a demasiadas cosas que merecía la pena saber. Una mente abierta daba
muchas más recompensas.
Miró a su appa y pensó que debería pasar más
tiempo tratando de conocerlo mejor, a Lee Jungsoo, la persona, no el appa que
siempre había estado allí.
Miró a sus hijos y esperó poder ayudarles
a abrir las puertas que la vida les ofreciera.
Miró a su esposo, su hermoso Donghae, rey
de su vida.
Él levantó entonces los ojos y sus miradas
se cruzaron, así que sonrió brillantemente.
Hyukjae pensó entonces que sabía una cosa
perfectamente. Es el amor lo que le da sentido a la vida, y nunca iba a dejado
ir.
Fin
*Gracias por acompañarme en estos dos años de EunHae, en espera de la salida de los chicos del servicio. Por ahora dejaré descansar un poco a la parejita, hemos tenido mucho material para disfrutar de ellos. No quieres decir que no habrá mas EunHae, solo los dejaremos para que disfrúten de la luna de miel. Dulces sueños...
Qué?????
ResponderEliminarAhhhh
Nooooo
TT_______TT
Quiero más!!!
Ellos dan para mucho mas!!!
Si que lindo mensaje al final esperare todo el tiempo que requiera otra nueva obra tuya
ResponderEliminarLa clave de todo..."hablar"
ResponderEliminarSi lo hubieran hecho antes todo hubiera estado mejor
Pero bueno,las cosas pasan por algo...y la intervención de la tipa,aunque no queramos...ayudo.
Y bueno,también la clave es que Hyukjae se diera cuenta de lo que su secretaría quería hacer....me encanto que no demorará en correrla e imagino que a Hae también *0*
Esa renta de habitación👌recompensado
Por fin hablaron y aclararon lo que necesitaban....dios
Bueno...hemos tenido mucho EunHae aún ellos estando en el army,así que puedo esperar una semana o dos sin ellos👀😉
Hasta que al fin solucionaron todo aunque aun me queda la astillita de lo mal que actuo Hyuk pero espero y compense las cosas que le hizo a Hae.
ResponderEliminarMe encantan la forma en que eliges la historia correcta para cada pareja
Extrañare leer el Eunhae por un tiempo aunque tengo la esperanza de que haya mas Kyumin *w* por favor
Realmente me desespero un poco la actitud de los dos especialmente la de Hyukjae, pero al final todo fue hermoso lograron salvar su matrimonio y darse cuanta de que se aman y que para mantener ese amor no basta con suposiciones si no hablarlo y demostrarlo... Gracias muy linda historia como siempre.
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